EL LIBRO ANTIGUO DE ENOC Y EL LIBRO DE LOS JUBILEOS REGISTRAN LA REBELIÓN DE LOS HIJOS DE DIOS

 

Como Hershel Shanks revela en su libro sobre los Rollos del Mar Muerto, estos libros (Libro de 1 Enoc y Jubileos) eran tenidos en alta estima en el tiempo en que el Nuevo Testamento fue escrito:

Antes del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, el libro apócrifo de Enoc (más precisamente, 1 Enoc) fue conocido sólo en una traducción Etiópica. Ahora tanto como veinte copias fragmentarias del original Aramáico han sido encontradas en Qumrán, que sugieren que Enoc, y quizá otros libros ahora considerados apócrifos, fueron reconocidos como Escritura autorizada al menos por algunos grupos. Las alusiones a Enoc ocurren al menos catorce veces en el Nuevo Testamento; La carta del Nuevo Testamento de Judas cita de Enoc como teniendo la autoridad de Escritura inspirada (Judas 14-15). En algunas copias del la Biblia Etiópica, Enoc es incluido en el canon.

Los jubileos, la así llamada Biblia Reescrita, fue aparentemente considerado autoritario en Qumrán: Al menos quince copias de este libro han sido identificadas, una indicación inmediata de la importancia que los sectarios de Qumrán le adjudicaron a ella. Hasta el día de hoy, es considerado canónico por la Iglesia Abisiniana en Etiopía. (Pp. 160-161, El Misterio y el Significado de los Rollos del Mar Muerto).

Del Libro de Enoc, aprendemos más acerca del pecado de los Vigilantes (Dan. 4:17), ángeles encargados de velar por la humanidad:

ENOC 6:1-3 Y llegó a pasar cuando los hijos de los hombres se habían multiplicado, que en aquellos días les había nacido a ellos hijas bellas y atractivas. Y los ángeles, los hijos del cielo, las vieron y sintieron deseos por ellas, y se dijeron el uno para el otro: ‘Vengan, escojámonos esposas de entre las hijas de los hombres y engendrémonos hijos.’ (La Apócrifa y  la Seudepígrafa del A. Testamento, R.H. Charles).

El Libro de Jubileos también explica en detalle el pecado de estos ángeles:

Jubileos 5:1-2 «Y llegó a pasar cuando los hijos de los hombres comenzaron a multiplicarse en la faz de la tierra y les nacieron hijas, que los ángeles de Dios las vieron en un cierto año de este jubileo, que fueron bellas para mirar; Y se tomaron por ellos mismos esposas de todas las que escogieron, y les engendraron hijos y ellos fueron gigantes. . . . (La Apócrifa y Seudepígrafa del A Testamento, R.H. Charles).

Después de que los ángeles pecaron casándose con mujeres humanas, les engendraron hijos híbridos gigantescos. La Biblia llama a esta descendencia nephilim, los «hombres poderosos de la antigüedad, los guerreros de renombre» (Gen. 6:4). Cuando aparecen otra vez más tarde en las Escrituras, son designados por una colección variada de nombres, incluyendo Refaín, Zuzitas, Emitas y Horitas (Gen. 14:5), Anaquín (Deu. 2:11), Zomzomeos (Deu. 2:20), y Aveos (Deu. 2:23).

Enoc y Jubileos ambos hablan de estos seres cruzados:

ENOC 7:1-6 Y todos los demás conjuntamente con ellos tomaron para ellos mismos esposas, y cada uno escogió por su cuenta una, y comenzaron a entrar en ellas y a profanarse ellos mismos con ellas. . . Y ellas quedaron embarazadas, y ellas procrearon los grandes gigantes, cuya altura fue tres mil anas: Que consumieron todas las adquisiciones de los hombres. Y cuando los hombres ya no les pudieron sostener, los gigantes se volvieron en contra de ellos y devoraron a la humanidad. Y comenzaron a pecar en contra de las aves, y las bestias, y los reptiles, y peces, y para devorar la carne el uno al otro, y beber la sangre. Luego la tierra estableció una acusación en contra de las ilegales. (La Apócrifa y Seudoepígrafa del A. Testamento, R.H. Charles).

JUBILEOS 5:2-3. . . Y la anarquía aumentó en la tierra y todo la carne corrompió su camino, del mismo modo hombre y bestias y aves y todo lo que camina en la tierra – todos ellos corrompieron sus caminos y sus órdenes, y comenzaron a devorarse unos a otros, y la anarquía aumentó en la tierra y cada imaginación de los pensamientos de todos los hombres (fue) así mala continuamente. . . . (La Apócrifa y la Seudoepígrafa del A. Testamento, R.H. Charles).

Ambos estos libros antiguos, registrados mucho antes del Nuevo Testamento, hablan de dos signos primarios de identificación de la era pre-diluvio: (1) el matrimonio ilícito de los ángeles con humanos, y (2) la comilona y embriaguez voraz de su descendencia híbrida, los nephilim. Es muy interesante que estos dos signos reflejen aquellas señales de las que se  habló Jesús cuando él describió la situación que existiría en la tierra antes de su segunda venida.

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