CAMERÚN: EL PAÍS LUCHA CONTRA LA CRISIS ALIMENTARIA Y POR UNA SEVERA SEQUÍA

 

Camerún. El país lucha contra la crisis alimentaria seguida por una severa sequía. Las inclementes condiciones climáticas han llevado al país de Camerún a enfrentar unas crisis en la producción de alimentos por causa del clima que ha destruido las cosechas y ha traído como consecuencia el despliegue de una terrible hambruna a lo largo de la nación.

SE AGRAVA CRISIS ALIMENTARIA EN EL CUERNO DE ÁFRICA

Se agrava crisis alimentaria en el Cuerno de África

 
África. 6 de Agosto, 2011 – Continúan llegando desplazados somalíes por la guerra y el hambre en su país. Las condiciones de vida en campamentos como el Daadab se recrudecen por la falta de servicios y alimentos suficientes, pero también por el desinterés de la comunidad internacional.

 
 

20 SEÑALES DE QUE UNA HORRIBLE CRISIS MUNDIAL DE ALIMENTOS SE VIENE

En caso de que no se haya dado cuenta, el mundo está al borde de una horrible crisis mundial de alimentos. En algún momento, esta crisis le va a afectar a usted y su familia. Puede que no sea hoy, y puede que no sea mañana, pero va a suceder. El clima loco y los horripilantes desastres naturales han causado estragos en la producción agrícola en muchas zonas del mundo en los últimos dos años. Mientras tanto, el precio del petróleo ha empezado a dispararse. La economía global se basa en la capacidad de utilizar cantidades masivas de petróleo barato para producir alimentos baratos y otros bienes y transportarlos a grandes distancias. Sin petróleo barato el juego cambia todo. La capa superior del suelo se está agotando a un ritmo asombroso y los depósitos acuíferos en todo el mundo están siendo drenados a un ritmo alarmante. Los precios mundiales de los alimentos ya están en su punto más alto de todos los tiempos y siguen subiendo agresivamente. Entonces, ¿qué le va a pasar a nuestro mundo cuando cientos de millones de personas no puede permitirse el lujo de alimentarse por sí mismos?

La mayoría de los estadounidenses están tan acostumbrados a los supermercados que estaban absolutamente llenos hasta arriba con grandes cantidades de alimentos muy baratos, que ya no pueden ni siquiera imaginar que la vida pudiese ser de otra manera. Por desgracia, esa época está terminando.

Hay todo tipo de indicios de que estamos entrando en un momento en que no habrá alimentos suficientes para casi todos en el mundo. Dado que la competencia para el suministro de alimentos aumenta, los precios de los alimentos van a subir. De hecho, en algún momento van a ir hacia arriba.

Echemos un vistazo a algunas de las razones clave por las que un número creciente de personas creen que una crisis masiva de alimentos está en el horizonte.

Las siguientes 20 señales indican que una horrible crisis mundial de alimentos se viene:

# 1 De acuerdo con el Banco Mundial, 44 millones de personas en todo el mundo han sido empujadas a la pobreza extrema desde el pasado mes de junio debido a los precios de los alimentos.

# 2 El mundo está perdiendo la capa superior del suelo a una velocidad asombrosa. De hecho, según Lester Brown, «un tercio de las tierras cultivadas del mundo está perdiendo la capa superior del suelo más rápido que el nuevo suelo se forma a través de procesos naturales».

#3 Debido a los subsidios al etanol EE.UU. 3, casi un tercio de todo el maíz cultivado en los Estados Unidos ahora se utiliza como combustible. Se trata de poner un montón de presión sobre el precio del maíz.

#4 Debido a la falta de agua, algunos países de Oriente Medio se ven obligados a depender casi totalmente de otras naciones para los alimentos básicos. Por ejemplo, se prevé que no habrá más producción de trigo en Arabia Saudita en el año 2012.

# 5 Tablas de agua en todo el mundo se están agotando a un ritmo alarmante debido al «exceso de bombeo». Según el Banco Mundial, hay 130 millones de personas en China y 175 millones de personas en la India, que están siendo alimentadas con granos con agua que se bombea más velozmente de los acuíferos de lo que pueden ser reemplazados. Entonces, ¿qué sucede una vez que toda el agua se haya ido? 

# 6 En los Estados Unidos, la disminución sistemática del Acuífero Ogallala podría volver al «granero de América» ​​en el nuevo «Dust Bowl».

# 7 Enfermedades como la roya UG99 del trigo están acabando con largos segmentos  de abastecedores mundiales de alimentos.

# 8 El tsunami y la subsiguiente crisis nuclear en Japón han hecho que amplias zonas agrícolas en esa nación sean inutilizables. De hecho, hay muchos que creen que con el tiempo una parte importante del norte de Japón será considerada como inhabitable. No sólo eso, muchos están convencidos de que la economía japonesa, la tercera economía más grande del mundo, es probable que colapse totalmente como resultado de todo esto.

# 9 El precio del petróleo puede ser el factor más importante en esta lista. La forma en que producimos nuestros alimentos es fuertemente dependiente del petróleo. La forma en que transportamos nuestros alimentos es fuertemente dependiente del petróleo. Cuando se hayan disparado los precios del petróleo, todo nuestro sistema de producción de alimentos se volverá mucho más caro. Si el precio del petróleo sigue siendo alto, vamos a ver mucho más altos precios de los alimentos y algunas formas de producción de alimentos ya no tendrán sentido económico, del todo. 

# 10 En algún momento el mundo podría experimentar una escasez de fertilizantes muy grave. Según los científicos de la Iniciativa de Investigación Global del fósforo, el mundo no va a tener suficiente fósforo para satisfacer la demanda agrícola en sólo 30 a 40 años. 

# 11 La inflación de alimentos ya es devastador en muchas economías en todo el mundo. Por ejemplo, la India está tratando con una tasa de inflación anual de alimentos de 18 por ciento. 

# 12 De acuerdo con las Naciones Unidas, el precio mundial de los alimentos alcanzó un nuevo récord en febrero. 

# 13 De acuerdo con el Banco Mundial, el precio mundial de alimentos ha aumentado 36% en los últimos 12 meses. 

# 14 Los precios de los productos de trigo se han duplicado desde el verano pasado. 

# 15 El precio de los productos básicos de maíz también se ha duplicado aproximadamente desde el verano pasado. 

# 16 El precio de los productos básicos de la soja ha subido un 50% desde el pasado mes de junio. 

# 17 El precio de los productos básicos de jugo de naranja se ha duplicado desde 2009.

# 18 Hay alrededor de 3 millones de personas en todo el mundo que viven con el equivalente de 2 dólares al día o menos, y el mundo ya estaba al borde del desastre económico de este año antes de que comenzara. 

# 19 2011 ha sido uno de los años más locos desde la Segunda Guerra Mundial. Las revoluciones han barrido en todo el Oriente Medio, los Estados Unidos se ha metido en la guerra civil en Libia, Europa está al borde de un colapso financiero y el dólar de EE.UU. se está muriendo. Nada de esto es una buena noticia para la producción alimentaria mundial. 

# 20 Ha habido rumores persistentes de la escasez de algunos de los mayores proveedores de alimentos de emergencia en los Estados Unidos. El siguiente es un extracto de un reciente «alerta especial» publicado en Raiders News Network …. 

Mira a tu alrededor. Lee los titulares. Ve las fábricas más grandes de alimentos, el yoduro de potasio, y otros fabricantes de productos de emergencia, literalmente cerrando sus tiendas en línea y colocando señales como las del sitio Web Oficial de Casa Montaña y la página web de la fábrica Thyrosafe que explican, debido a la abrumadora demanda, que se están suspendiendo las ventas por el momento y esperando volver abrir algún día. 

Entonces, ¿qué significa todo esto? Esto significa que el tiempo es corto. 

Durante años, muchos «fatalistas y gloomers» han sido gritando y gritando que una crisis alimentaria se viene. 

Bueno, hasta aquí no ha habido mucho para alarmarse. Los precios de los alimentos han comenzado a aumentar, pero la verdad es que las tiendas siguen repletas hasta el techo con cantidades gigantescas de alimentos relativamente baratos. 

Sin embargo, usted tendría que ser un idiota para no ver las señales de advertencia. Basta con mirar lo que pasó en Japón después del 11 de marzo. Los estantes de las tiendas se vaciaron casi al instante. 

No va a pasar hoy, y probablemente no va a pasar mañana, pero en algún momento una crisis de muy seria de alimentos va presentarse. 

Entonces, ¿qué van a hacer entonces usted y su familia? 

Es posible que desee comenzar a pensar en eso.

Fuente:

www.theeconomiccollapseblog.com

 

BRICS APOYARÁ SEGURIDAD ALIMENTARIA MUNDIAL

Los líderes de las potencias emergentes advirtieron que la volatilidad de los precios de las materias primas amenazan la recuperación mundial. La subida de los precios de los alimentos, la energía y los metales a raíz de la catástrofe nuclear en Japón y del conflicto en Libia están empujando la inflación al alza. El BRICS se comprometió a apoyar la seguridad alimentaria. TeleSUR

LA ONU ADVIERTE DEL RIESGO DE UNA NUEVA CRISIS ALIMENTARIA

La ONU advirtió el martes sobre el riesgo de una nueva escalada de precios de los alimentos con consecuencias «muy peligrosas» para unos 80 países, empezando por los del Sahel africano y Haití, pese a la reconstitución de reservas de granos desde los motines del hambre de 2008.

«Vivimos actualmente el inicio de una crisis alimentaria similar a la de 2008», dijo en una entrevista con el diario francés Les Echos el relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Olivier de Schutter.

«Estamos ante una situación muy tensa», coincidió la economista de la FAO (Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) Abdolreza Abbassian, en declaraciones a la AFP.

Unos 80 países enfrentan un déficit de alimentos, y entre los más expuestos figuran Burkina Faso, Mali, Mauritania, Níger, Senegal, Chad y Haití. Entre los 70 restantes figuran otros latinoamericanos, como Nicaragua y Honduras.

El aumento de los precios de las ‘commodities’ agrícolas fragiliza a países importadores con escasas reservas de divisas, como Mozambique, Afganistán, Mongolia o Corea del Norte.

La disparada de los precios empezó en agosto, en particular los del maíz y el trigo. El índice global de precios de productos agropecuarios de base (cereales, carne, azúcar, oleaginosos, lácteos) se sitúa actualmente en su nivel máximo desde que la FAO empezó a elaborar ese índice hace 20 años.

Esa carestía es «muy peligrosa» para los países en vías de desarrollo, y «no veo ninguna razón fundamental para que esa tendencia se modifique en los próximos seis meses», subraya Schutter.

Las reservas de granos sin embargo se reconstituyeron en 2008 y 2009. Los stocks de trigo pasaron de 166,19 millones de toneladas en 2008/2009 a 196,68 millones un año más tarde, según el ministerio estadounidense de Agricultura (USDA). Y en 2010/11, se prevé que lleguen a 176,72 millones de toneladas, a pesar de la sequía y los incendios en Rusia y de las inundaciones en Australia.

«El mundo no está ante una situación de penuria», pues esas reservas son suficientes para cubrir la demanda mundial este año, insiste el relator de la ONU.

La FAO indica además que el precio del arroz, base de la alimentación en Asia, cayó a la mitad de su nivel de 2007/2008.

La estampida de los precios de las otras ‘commodities’ obedeció más a un movimiento de «pánico» de los mercados que a un desequilibrio entre la oferta y la demanda, sostiene la ONU.

«Cuando se acumulan informaciones sobre incendios en Rusia, olas de calor en Ucrania y lluvias torrenciales en Canadá, algunos operadores de mercado buscan evitar vender rápidamente, en tanto que los compradores buscan adquirir tanto como pueden. Si todos hacen eso, los precios aumentan», resume Olivier de Schutter.

El responsable piensa que para evitar una nueva crisis alimentaria, los países industrializados del G8 deberían cumplir con las promesas que hicieron en abril de 2009 en su cumbre de L’Aquila (Italia).

Pero hasta ahora sólo llegó a materializarse el 20% de los 20.000 millones de dólares de inversiones anunciados entonces para reactivar la producción agrícola en los países en desarrollo.

Es una cifra «muy decepcionante», comenta Schutter.

La ONU baraja también otras opciones para contener la especulación.

La primera de ellas es la constitución de stocks de granos que podrían ser administrados a escala regional o entre varios países que «se aseguran de ese modo mutuamente contra el riesgo de una mala cosecha».

Se trata de una idea surgida en América Central y en el sur de Asia –donde existe un banco central del arroz–, que requiere una «gestión delicada, aunque no insuperable», dice el relator de la ONU.

Otra pista es imponer mayor transparencia al mercado de derivados, en el cual «el 92% de las operaciones (directas entre las partes) se lleva a cabo de manera opaca», añade.

ESPECULAR CON EL HAMBRE: EL MUNDO ANTE LA PRÓXIMA CRISIS ALIMENTARIA

Michael R. Krätke · · · · ·
 
 
 
Comerciar con el hambre: los inversores apuestan por la subida de las materias primas en las bolsas a futuros. La apuesta tiene consecuencias: el mundo se enfrenta a la próxima crisis de alimentos.

La historia algunos ya la conocen: un ambicioso joven dramaturgo quiere escribir una obra sobre los codiciosos héroes del mundo de las finanzas. El escritor quiere entender qué es lo que motiva a su héroe. Pero nadie puede explicarle qué es lo que decide el curso de los parqués bursátiles. La bolsa de cereales de Chicago se demuestra como algo incomprensible, cada razón presentada es una “montaña de grano” a través de la cual no se consigue ver ni tan siquiera a los propios actores implicados. El autor, Bertolt Brecht, se dio por vencido; y comenzó a estudiar a Marx. Entonces fue cuando, en sus propias palabras, comprendió de verdad su propia obra. Todo ello ocurre en 1928, el año inmediatamente anterior al comienzo de la Gran Depresión.

Los negocios en bolsa pueden llevar a la muerte. Porque en el mercado de valores se comercia también con alimentos y se determina el precio de los mismo para miles de millones de personas.

En nuestras latitudes la pobreza no equivale a morirse literalmente de hambre. Pero para más de mil millones de personas la malnutrición es algo muy real. Igual de real que la enorme cantidad de alimentos que se producen anualmente, suficientes para alimentar a mucha más gente de la que existe en la población mundial actual. A pesar de todo ello se adivina en el horizonte que la próxima crisis mundial será de otro tipo: una crisis de alimentos.  

Una vez más

Una vez más. Hace unos pocos días miles de personas protestaron en la capital mozambiqueña de Maputo contra el aumento del precio del pan y de la energía. La policía disparó contra los manifestantes. Hubo al menos diez muertos. Ya en el 2007 y en el 2008 aumentaron dramáticamente los precios de los alimentos. Se duplicaron y triplicaron para el trigo, el arroz y el maíz, que alcanzaron, en parte, su precio más alto desde hacía 30 años. El precio del arroz, por ejemplo, aumentó casi un 180% en menos de dos años. Todos prestan atención a la crisis financiera y bancaria mientras entre bastidores da comienzo una crisis de alimentos de una dureza inimaginable. Al menos 120 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza. Gracias a la globalización muchos países del Sur han dejado de exportar alimentos y deben importarlos. La hambruna hace estallar los motines: ya se han registrado revueltas en más de 30 estados.

Mientras en Alemania se jura y perjura que la economía se recupera, los precios para el café, el cacao, el azúcar y los productos lácteos se disparan al alza en todo el mundo. Lo mismo vale para los mercados de futuros de cereales, soja y arroz. Los principales centros comerciales se encuentran en Nueva York (NYMEX/COMEX) y en Chicago, donde opera la Cámara de Comercio de Chicago (CBOT, por sus siglas inglesas) fundada en 1848, y la Chicago Mercantile Exchange (CME), fundada en 1898. En Europa los alimentos y materias primas se comercian en las bolsas de futuros de Londres, París (Matif), Ámsterdam y Frankfurt am Main (Eurex), también en Mannheim y, desde 1998, incluso en Hannover. Por doquiera se comercia con productos agrarios, pero no de manera presente y al natural, sino a mucha distancia y en unidades estandarizadas. Los contratos de compraventa se fijan para una fecha determinada en el futuro y reciben justamente ese nombre: “futuros”. Así se puede, por ejemplo, comerciar con cereales antes de que sean cosechados: un negocio especulativo con los ingresos y precios de los productos agrícolas de los próximos meses.

El precio del pan

A finales de 2007 los principales actores de los mercados financieros (no solamente de los hedge fonds) huyeron en estampida de los desequilibrios causados por la crisis financiera y los títulos tóxicos sin ningún valor para adentrarse en la especulación con alimentos y materias primas. Las bolsas de mercancías a futuros se vieron de súbito abarrotadas y la consecuencia fue una explosión del precio de las materias primas y del petróleo. Inevitablemente, aumentaron los precios de todas las mercancías con las que se comercia en las bolsas de valores normales. Fondos como los creados por los bancos se llevaron otro potosí a pesar de la crisis. En Alemania el Deutsche Bank se publicitaba a los inversores anunciando brillantes prospectivas de ganancias gracias a los precios al alza de los productos agrícolas.

La ministra alemana de agricultura, Ilse Aigner (CSU), ha anunciado recientemente que quiere poner en marcha una campaña contra la especulación abusiva en los mercados agrarios en la cumbre agraria en enero de 2011 en Berlín y también en la cumbre del G-20 en junio de 2011. Pero Aigner traiciona sus propias promesas rápidamente, pues hasta la fecha no cuenta ni con propuestas ni con conceptos. El tema es para ella «muy complejo». Y uno quisiera añadir: y el gobierno federal se lo toma más bien con calma. Porque en septiembre de 2010 se disipó nuevamente el pánico a una amenazadora bancarrota estatal en Grecia, España o Portugal, de modo que el precio tanto de los empréstitos del estado como del interés bajó en picado. Pero incluso así los especuladores, tras tomar sus botines a los cada vez más endeudados estados, retornaron a las bolsas de futuros para sobrevivir a base de comerciar con alimentos y materias primas. Los chinos o los brasileños experimentan pequeños milagros económicos en sus respectivos países. Una buena y abundante comida es un símbolo importante de estatus social, mucho más importante aún que el automóvil. Una razón más para ver lucrativas posibilidades de inversión que sobre todo que proporcionen ganancias rápidas: los agrofuturos satisfacen plenamente este objetivo.   

El júbilo de los especuladores   

En el 2007 y el 2008 hubo malas cosechas de cereales en Australia, uno de los mayores exportadores de grano del mundo. En el 2010 hubo una sequía catastrófica en Rusia. Las pérdidas de cosechas han disparado el precio el pan más del 20% en Rusia. Si el gobierno en Moscú restringirá o no el comercio –el primer ministro Vladimir Putin prolongó de inmediato la prohibición de exportación de grano–, es algo que preocupa a los especuladores en júbilo. No se comercia con todos los alimentos en las bolsas a futuro, pero sí con los más importantes para la nutrición de la población mundial, como el trigo, el arroz, la soja y el maíz.

Las autoridades reguladores de la Commodity Futures Trade Comission (CFTC), que centran su atención en las bolsas de futuros de los EE.UU., han constatado repetidamente que la determinación del precio en los agrofuturos ya no tiene nada que ver con la oferta y la demanda ni las estimaciones de cosecha y ventas. Las manías de los mercados hacen fluctuar los precios radicalmente. Aunque la producción de alimentos apenas crezca o se estanque, las cifras de los agrofuturos se multiplican y se multiplican. Si hace un par de años se comerciaba todavía con unas 30.000 acciones de futuros en trigo al día en Chicago, hoy han subido ya a más de 250.000. 

Obviamente especulan con ellas los grandes señores del capital como el Deutsche Bank o el BN Paribas, pero no, claro está, con su propio nombre, sino a través de fondos especiales creados a tal efecto, que especulan con todo un paquete de productos agrarios. Sus resultados se han incrementado meteóricamente en los dos últimos años. Cuantos más especuladores se encaminan a los parqués, más demoledores son los efectos de su actividad en los precios de los alimentos. Sólo el dos por ciento de los agrofuturos negociados conducen a una transacción real de las mercancías –esto es: a la entrega de la mercancía a cambio de dinero antes de que expire la fecha del contrato. Todo lo demás es pura especulación –con el incremento o la caída de precios –y sólo sirve al enriquecimiento. 

La danza de San Vito de las bolsas

El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas inglesas) ha calculado una cesta con los alimentos más importantes del planeta Tierra, de los cuales –aunque no todos se comercian en las bolsas– aumentan sus precios sin tocar aparentemente techo. Así, en los países más pobres aumentaron del 2007 al 2009 los precios de los alimentos entre un 30 y un 37% y en el 2008 de nuevo entre el 37 y el 40%. Le sigue una cierta recuperación en el verano de 2009, pero desde diciembre de 2009 la tendencia del índice de la FAO apunta nuevamente hacia un incremento. 

Los expertos de la FAO advierten cifras en mano del estallido de la próxima crisis de hambre, a la que apenas se podrá poner freno. Porque la especulación prácticamente sin riesgos en las bolsas de futuros es un negocio multimillonario para el que se necesita todavía menos capital neto que en el comercio de acciones. El negocio corrompe la existencia de una producción sostenible, porque en todo el mundo los campesinos intentan seguir el baile de San Vito de las bolsas para poder conseguir al menos los restos. Malas noticias, pues, para los pobres de este mundo: ellos pagan la cuenta del rally en las bolsas a futuros. Y lo hacen con millones de hambrientos, con decenas de miles de muertos. 

Michael R. Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.

 

 
 
 
 
 
 

CRISIS ALIMENTARIA: LOS PRECIOS DE LOS ALIMENTOS SEGUIRÁN AUMENTANDO

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés) prevén que los precios de los alimentos sigan incrementándose en los próximos diez años, según anunciaron ambos organismos en sus Perspectivas de la Agricultura para el período 2010-2019.

El informe destaca que los precios de los productos alimentarios han bajado con respecto a los máximos que alcanzaron hace dos años como consecuencia de la crisis económica internacional. Sin embargo, no retrocederán lo suficiente como para situarse en los niveles de la década anterior a la crisis, es decir, a la década 1996-2007.

La persistencia del aumento de los precios empeorará el estado de la inseguridad alimentaria, especialmente en los países más pobres, advirtieron ambos organismos, recordando que, en la actualidad, más de 1.000 millones de personas sufren desnutrición.

En cuanto a la distribución del crecimiento de la producción agrícola por países, se espera que éste sea mucho más rápido en los países emergentes, tales como Brasil, donde se podría registrar un incremento de hasta el 40 por ciento hasta 2019. «También se espera que el crecimiento de la producción se sitúe por encima del 20 por ciento en China, India, la Federación Rusa y Ucrania», señala el informe.

Durante su presentación ante la prensa, que tuvo lugar esta mañana en Roma, en la sede de la FAO, el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, admitió que «el sector de la agricultura ha demostrado tener más «resistencia» que otros frente a la crisis.

«Con todo, las perspectivas de este año son más positivas que las de los años recientes», destacó, insistiendo, no obstante, en la necesidad de que los Gobiernos ayuden a los agricultores a afrontar los «riesgos del futuro».

Por su parte, el director general de la FAO, Jacques Diouf, lamentó que los países del G-8 todavía no hayan desembolsado los 20.000 millones de euros para luchar contra el hambre que prometieron en su reunión anual del año pasado. «Espero que el G8 mantenga su compromiso», declaró Diouf, confirmando que el dinero «todavía no ha llegado».

LOS SUPERMERCADOS Y LA CRISIS ALIMENTARIA MUNDIAL

La crisis alimentaria ha dejado sin comida a miles de personas en todo el mundo. A la cifra de 850 millones de hambrientos, el Banco Mundial añade cien más fruto de la crisis actual. El “tsunami” del hambre no tiene nada de natural, sino que es resultado de las políticas neoliberales impuestas durante décadas por las instituciones internacionales. Hoy, el problema no es la falta de alimentos sino la imposibilidad para acceder a ellos debido a sus altos precios.
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Esta crisis alimentaria deja tras sí a una larga lista de perdedores y de ganadores. Entre los más afectados, se encuentran mujeres, niños y niñas, campesinos y campesinas expulsados de sus tierras, pobres urbanos… En definitiva, aquellos que engrosan las filas de las y los oprimidos del sistema capitalista. Entre los ganadores, encontramos a las multinacionales de la industria agroalimentaria que controlan de origen a fin la cadena de producción, transformación y comercialización de los alimentos. De este modo, mientras la situación de crisis azota, principalmente, a los países del sur global, las multinacionales del sector ven multiplicar sus ganancias.

Monopolios

La cadena agroalimentaria está controlada en cada uno de sus tramos (semillas, fertilizantes, transformación, distribución, etc.) por multinacionales que consiguen grandes beneficios gracias a un modelo agroindustrial liberalizado y des regularizado. Un sistema que cuenta con el apoyo explícito de las élites políticas y de las instituciones internacionales que anteponen los beneficios de estas empresas a las necesidades alimenticias de las personas y el respeto al medio ambiente.

La gran distribución, al igual que otros sectores, cuenta con una alta concentración empresarial. En Europa, entre los años 1987 y 2005, la cuota de mercado de las diez mayores multinacionales de la distribución significaba un 45% del total y se pronosticaba que ésta podría llegar a un 75% en los próximos 10-15 años. En países como Suecia, tres cadenas de supermercados controlan alrededor del 95,1% de la cuota de mercado; y en países como Dinamarca, Bélgica, Estado español, Francia, Holanda, Gran Bretaña y Argentina, unas pocas empresas dominan entre el 60% y el 45% del total. Las megafusiones son la dinámica habitual en el sector. De este modo, las grandes corporaciones, con su matriz en los países occidentales, absorben a cadenas más pequeñas en todo el planeta asegurándose su expansión a nivel internacional y, especialmente, en los países del sur global.

Este monopolio y concentración permite un fuerte control a la hora de determinar lo qué consumimos, a qué precio lo compramos, de quién procede, cómo ha sido elaborado, con qué productos, etc. En el año 2006, la segunda empresa más grande del mundo por volumen de ventas fue Wal-Mart y en el listado de las cincuenta mayores empresas mundiales se encontraban también, por orden de facturación, Carrefour, Tesco, Kroger, Royal Ahold y Costco. Nuestra alimentación depende cada día más de los intereses de estas grandes cadenas de venta al detalle y su poder se evidencia con toda crudeza en una situación de crisis.

De hecho, en abril del 2008 y frente a la situación de crisis alimentaria mundial, las dos mayores cadenas de supermercados de Estados Unidos, Sam’s Club (propiedad de Wal-Mart) y Costco (de venta a mayoristas), apostaron por racionar la venta de arroz en sus establecimientos aludiendo a una posible restricción en el suministro de este cereal. En Sam’s Club, se limitó la venta de tres variedades de arroz (basmati, jasmine y grano largo) así como la compra de sacos de arroz de nueve o más quilos a un total de cuatro por cliente; en Costco se restringió la venta de harina y de arroz frente al aumento de la demanda. En Gran Bretaña, Tilda (la principal importadora de arroz basmati a nivel mundial) también estableció restricciones a la venta de arroz en algunos establecimientos al por mayor. Con esta medida se puso en evidencia la capacidad de las grandes cadenas de distribución de incidir en la compra y venta de determinados productos, limitar su distribución e influir en la fijación de sus precios. Un hecho que ni siquiera se había producido en Estados Unidos tras la II Guerra Mundial, cuando sí se restringió el acopio de petróleo, neumáticos y bombillas, pero no de alimentos.

Cambio de hábitos

Otra dinámica que se ha puesto de relieve frente a la situación de crisis alimentaria ha sido el cambio de hábitos a la hora de hacer la compra. Ante la necesidad, por parte de los clientes, de abrocharse el cinturón y buscar aquellos establecimientos con precios más baratos, las cadenas de descuento han sido las que han salido ganando. En Italia, Gran Bretaña, Estado Español, Portugal y Francia, estos supermercados han visto aumentar sus ventas entre un 13% y un 9% el primer trimestre del 2008 respecto al año anterior.

Otro indicador del cambio de tendencia es el aumento de las ventas de marcas blancas que ya suponen, según datos del primer trimestre del 2008, en Gran Bretaña un 43,7% del volumen total de ventas, en el Estado Español un 32,8%, en Alemania un 31,6% y en Portugal y Francia alrededor del 30%. Cuando son, precisamente, las marcas blancas las que dan un mayor beneficio a las grandes cadenas de distribución y permiten una mayor fidelización de sus clientes.

Pero más allá del papel que la gran distribución pueda jugar en una situación de crisis (con restricciones a la venta de algunos de sus productos; cambios en los hábitos de compra, etc.), este modelo de distribución ejerce a nivel estructural un fuerte control e impacto negativo en los distintos actores que participan en la cadena de distribución de alimentos: campesinos/as, proveedores, consumidores/as, trabajadores/as, etc. De hecho, la aparición de los supermercados, hipermercados, cadenas de descuento, autoservicios…, en el transcurso del siglo XX, ha contribuido a la mercantilización del qué, el cómo y el dónde compramos supeditando la alimentación, la agricultura y el consumo a la lógica del capital y del mercado.

– Esther Vivas es miembro de la Red de Consumo Solidario y de la campaña No te comas el mundo. Es coautora del libro Supermercados, no gracias (Icaria editorial, 2007). Publicado en AAVV Introducción a la Crisis Alimentaria Global, Barcelona, No te comas el mundo.

 

AUMENTA HAMBRUNA ANTE DÉFICIT DE ASISTENCIA ALIMENTARIA EN ETIOPÍA

Etiopia, en su primera crisis del siglo

11/10/08

 

Addis Abeba – El número de etíopes que necesitan hoy ayuda de emergencia aumentó en los últimos cuatro meses, mientras se redujo un tercio la asistencia ante el déficit de alimentos en el país, reveló una organización humanitaria.

 

Oxfam Internacional alertó la víspera que la situación de crisis agravó ante la paralización de la ayuda y pidió a los donantes responder “generosamente al estancamiento”.


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El director de la organización británica en Etiopía, Waleed Rauf, comentó que la cifra de las personas que necesitan auxilio de emergencia era una estimación conservadora porque “no incluye a los 7,2 millones crónicamente pobres” que son atendidos por el gobierno.

 

Las estadísticas de hoy son terribles y sólo muestran la mitad del cuadro, aseguró.

 

En la actualidad más de 13,5 millones de etíopes requieren ayuda para sobrevivir y el número de los que sufren hambre severa y desnutrición aumentó.

 

Se puede y se debe hacer más para salvar vidas y prevenir el desastre, afirmó Rauf.

 

Para el experto “lo que necesitamos en Etiopía para salvar vidas es una gota en el océano comparado con los fondos destinados al rescate del sistema financiero internacional”.