EL ASUNTO DEL ONANISMO (MASTURBACIÓN)

 http://lasteologias.wordpress.com/2008/05/11/la-masturbacion-es-pecado/

«La masturbación, tanto la masculina como la femenina, es la estimulación de los órganos genitales con el objeto de obtención de placer sexual, pudiendo llegar o no al orgasmo. El verbo “masturbar” hace referencia a la práctica de la masturbación. Generalmente se entiende que se trata de una práctica sexual hacia uno mismo, aunque también se admite el uso del mismo verbo para la estimulación realizada sobre los genitales de otra persona con los mismos fines placenteros (como ocurre en la masturbación mutua).

La masturbación suele realizarse con las manos o mediante el frotamiento de los genitales contra algún objeto adecuado. Cada día es más común el uso de los llamados “juguetes sexuales” para obtener este tipo de excitación.

Se atribuye a Sigmund Freud el descubrimiento de que la masturbación es algo común en la infancia. Pero tiene en su contra haber creído y mantenido hasta una edad avanzada que la masturbación adulta era la causa de una de las formas de neurosis conocidas por aquel entonces bajo el nombre de neurastenia, equivalente en la actualidad a la llamada fibromialgia o fatiga crónica.

Sin embargo, debemos más al conocimiento de la sexualidad humana en la actualidad a un coetáneo suyo: Havelock Ellis. Este autor no sólo señaló que la masturbación era común en los hombres, sino que también se trataba de una práctica habitual en las mujeres de todas las edades. Además de señalar que el orgasmo múltiple era un fenómeno frecuente entre ellas.

Origen del término

Se han empleado diferentes términos a la hora de denominar a esta actividad sexual: masturbación, onanismo, autoerotismo, ipsación…, que han calado popularmente con desigual fortuna. El origen de la palabra masturbación es incierto y los especialistas aún no se han puesto de acuerdo. Sólo sabemos a ciencia cierta que era utilizada ya por Marcial, un poeta satírico hispanorromano del siglo I de la era cristiana.

Algunos hacen derivar la voz masturbación de una palabra compuesta por raíces griegas y latinas: μεζεα mezea, que significa “pene” y turba, “alteración”, “perturbación”, “excitación”. Con lo que masturbación significaría “excitar el pene” (¿qué palabra habría que utilizar para designar a la masturbación femenina?). Otros señalan que procede exclusivamente del latín: manus stuprare (violar con la mano) o manus turbare (excitar con la mano).

No hay acuerdo entre los lingüistas si bien suele preferirse manus stuprare, porque históricamente se ha considerado sucio masturbarse. Manus turbare resulta más ecléctico, e indica en qué consiste el acto, y no prejuzga ni el sexo de quien lo practica, ni si la actividad a la que se refiere es buena o mala.

A pesar de utilizarse como sinónimos, onanismo no significa lo mismo. Es una palabra que se refiere al coito interrumpido, actividad sexual que practicaba el personaje bíblico Onán con la viuda de su hermano.

La ley del levirato le exigía dar descendencia a su hermano en su viuda para que ésta no quedara desamparada (las viudas sin hijos se devolvían a su familia) al administrar los bienes que ellos heredarían del abuelo. El pecado por el que fue castigado Onan no tuvo nada que ver con el sexo, sino con la codicia. Él no quería dar descendencia a su hermano para quedarse con toda la herencia de su padre.

Afirmaciones populares acerca de la masturbación

“Los hombres se masturban más”:

Suele afirmarse que los hombres se masturban con una frecuencia semanal que es el doble de veces la de las mujeres. Pero existen investigaciones que demuestran que los hombres mienten sistemáticamente en las encuestas sexuales exagerando la frecuencia con la que acuden al autoerotismo, mientras que las mujeres mienten en sentido contrario, minimizando la frecuencia (es típica la respuesta femenina de hacerlo una vez al mes).

Si corregimos las afirmaciones de unos y otros, como han realizado algunas investigaciones serias, los datos tienden a converger: así, hombres y mujeres se masturban con una frecuencia similar.

“Los hombres comienzan a masturbarse antes que las mujeres”:

Tampoco es cierto que los hombres se inicien en la masturbación antes que las mujeres por tener un órgano sexual tan “evidente” y que tienen que tocarse a diario por razones fisiológicas e higiénicas.

Está demostrado que hay más mujeres que hombres que se inician en la masturbación antes de los 10 años de edad. Lo hacen así entre el 20% y el 42% de las mujeres, al menos, y entre el 3% y el 13% de los hombres.

También hay un 42% a 52% de mujeres que comienzan a hacerlo, como los hombres, durante la adolescencia. Por eso, las mujeres aprenden a masturbarse espontáneamente con mayor frecuencia que los hombres (lo hacen siendo más niñas y sin haber hablado con nadie del tema), quienes suelen iniciarse más tarde, tras hablar con sus compañeros o leer sobre el tema. (mujeres: entre el 57% y el 62%; hombres: 28%).

“Las personas dejan de masturbarse cuando inician relaciones sexuales”:

Otra vieja idea, falsa, que se resiste a sucumbir. Lejos de lo que afirma el tópico, los hombres y las mujeres continúan masturbándose después de establecer relaciones de pareja. Incluso aunque tales relaciones sean satisfactorias, el 75% de los varones y el 75% al 91% de las señoras emparejados continúan haciéndolo.

Se ha observado que mientras la frecuencia con la que los hombres emparejados acuden a la masturbación disminuye desde el momento que comienzan a tener relaciones sexuales y sigue descendiendo con el paso del tiempo, en las mujeres la frecuencia se mantiene igual o aumenta en la mayoría de los casos, sobre todo entre las que son más jóvenes. Esta idea contradice, igualmente, al tópico.

Las razones por la que la masturbación se mantiene entre personas emparejadas se explican más abajo.

“Quienes se masturban se aislan socialmente”:

No hay nada más incierto que eso. La masturbación no produce aislamiento. Ya se ha comprobado que la mayoría de los seres humanos se masturban y tienen relaciones sexuales sin ser por eso seres aislados.

Lo que sí sucede es lo contrario. Es decir, las personas aisladas que no saben relacionarse con los demás, sólo pueden desarrollar una forma de satisfacción sexual: la masturbación. Pero no porque recurran a ella como consuelo. Se masturban como todos los demás, pero no son capaces de desarrollar la actividad sexual que apetece compartir con otras personas; porque no son capaces de relacionarse con esas personas.

Lo primero es el aislamiento y lo secundario que se masturben. No al revés.

Masturbación, salud y psicología

Tanto para evitar los embarazos no deseados como para evitar enfermedades de transmisión sexual, la masturbación es la práctica sexual más segura. No existe ninguna evidencia científica ni médica de que la masturbación manual dañe la salud física o mental: ni hace crecer pelos en la palma de la mano, ni encoge los genitales ni afecta al crecimiento (como pensaban generaciones anteriores). Sin embargo, las personas pueden experimentar sensaciones de culpa durante la masturbación o después de la misma si han sido sugestionados en su contra con anterioridad (ver “la masturbación a lo largo de la historia” más abajo).

La masturbación es la primera forma de expresión que tiene la sexualidad humana. Y, en según qué casos, suele ser también la última. En cualquier caso, es la forma en la que el individuo se identifica como ser sexual que es, aprendiendo por sí solo a calmar sus tensiones sexuales y las de otro tipo mediante el orgasmo que produce la masturbación. Eso le sirve para crear una esfera de privacidad en la que puede refugiarse cada vez que lo necesita.

Llegada la adolescencia, el interés sexual se hace más pujante y la capacidad fantaseadora se enriquece. Es el momento en el que los sujetos aprenden a proyectar sus fantasías sexuales en otros y comienzan a desear hacer partícipes de su sexualidad a los demás (sus parejas).

Por tal razón, la masturbación y las relaciones sexuales no son excluyentes entre sí, como se creía antes, sino complementarias. Satisfacen necesidades diferentes. Las relaciones sexuales satisfacen esa parte de la sexualidad individual que se desea compartir con los demás y la masturbación constituye el refugio que permite satisfacer otras necesidades de intimidad que cada cual se reserva para sí.

Nada de eso es patológico.

El 16 de julio de 2003, un equipo de investigación australiano, dirigido por Graham Giles de The Cancer Council, publicó un estudio médico y concluyó que la masturbación frecuente en los hombres puede ayudar a prevenir el desarrollo del cáncer de próstata, y que puede ser más efectivo que la eyaculación mediante el coito, porque no hay riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, que incrementarían el riesgo de cáncer.

El informe, publicado por la revista “News Scientist”, asegura “que los hombres que eyaculan más de cinco veces a la semana entre los 20 y 30 años son un 30 por ciento menos propensos a desarrollar cáncer de próstata.

Se objeta que tales datos no dejan de ser meramente especulativos. Necesitarían mayor corroboración científica, y que se basen en un seguimiento regular de cientos de sujetos que escribieran un diario sexual. Puesto que está demostrado que los hombres refieren siempre masturbarse con mayor frecuencia de la real, es posible que la citada investigación, basada en los recuerdos de los sujetos estudiados, se encuentre sesgada por ese factor memoria.

Tradicionalmente se ha dicho que la masturbación ha producido toda suerte de daños, que la moderna sexología ha demostrado que son falsos. Conviene no caer en el lado opuesto y darle a la masturbación mayores beneficios de los que ya reporta como parte integrante de la sexualidad de las personas.”[0]

La masturbación a lo largo de la historia

La medicina moderna reconoce que la masturbación no produce daños significativos a corto o largo plazo, y la considera una práctica normal, incluso antiestresante.

A lo largo de la historia, sin embargo, siempre hubo voces que gritaron que la masturbación era un acto inmoral. Y la base de tal criterio estaba en que la masturbación impedía que la especie humana se mantuviera viva sobre el planeta. Eso era evidente en el caso de la masturbación masculina por la emisión improductiva de semen. Y en el caso de la masturbación femenina también, pues, creían, si las mujeres se masturbaban podrían alejarse de los hombres por preferir autocomplacerse.

No fue hasta el siglo XVIII que al supuesto “daño moral” que ocasionaba la masturbación se añadió el “daño físico” y comenzó a decirse que la masturbación, además de condenar las almas, ocasionaba un número increíble de enfermedades. Se idearon muchos métodos para descubrir a los niños y niñas masturbadores, y se crearon numerosos remedios contra la masturbación. Algunos de ellos era: comer regularmente copos de maíz (lo dijo el médico apellidado Kellogg, dueño de la famosa marca), guantes ásperos, aparatos especiales que impedían acceder a los genitales, descargas eléctricas, tratar los genitales con ortigas, o extirparlos quirúrgicamente.

En décadas posteriores, el terrorismo psicológico reemplazó a las otras medidas. Por ejemplo, se decía a los niños que si se masturbaban les crecerían pelos en las manos, la cara se le volvería verde, se les secaría el pene o el clítoris, se volverían locos, les saldrían granos en la cara… En los EE. UU. y otros países angloparlantes, se comenzó a practicar de forma rutinaria la circuncisión neonatal debido a un supuesto efecto preventivo contra la masturbación y la clitoridectomía a las chicas que eran descubiertas haciéndolo. Esta última se abandonó bien entrada la década de 1930, pero la circuncisión neonatal de los varones se sigue practicando (con poco éxito, dada la gran extensión de la masturbación).» [1]

El hecho de que un acto sexual como la masturbación sea muy practicado por la mayor parte de las personas (especialmente varones) no lo convierte en admisible.

El vicio solitario (masturbación) consiste en abusar del propio cuerpo excitando los órganos genitales para procurarse voluntariamente el placer hasta el orgasmo. A veces, se comienza por mera curiosidad; pero si no se corrige esta inclinación se convierte en un vicio obsesivo que esclaviza a la persona y le desinteresa por todo lo demás: como le pasa al drogadicto.

La masturbación puede llegar a ser algo obsesivo en la persona. Hace del placer sexual algo egoísta, cuando Dios lo ha hecho para ser compartido dentro del matrimonio. Conozco casos de matrimonios fracasados porque uno de los dos, esclavizado por la masturbación, se negaba a las naturales expresiones de amor dentro del matrimonio.

Quien se deja esclavizar del vicio de la masturbación puede arruinar la armonía sexual de su matrimonio. Una mujer joven se quejaba en la consulta de un médico de que su marido tenía con ella muy pocas relaciones sexuales. Él reconoció, delante de ella, que prefería masturbarse .

Quien tiene la desgracia de verse esclavizado de esta mala costumbre debe poner el mayor esfuerzo en corregirse cuanto antes. Este vicio encadena fuertemente, cada vez es más difícil desligarse de él, y cuando tiene esclavizada a una persona, la envilece, la embrutece, anula su voluntad, destroza su carácter, perturba el desarrollo de su personalidad, debilita la fe, produce desequilibrio nervioso, hace egoístas e incapacita para amar a otra persona.

No se puede abusar del organismo. La naturaleza pasa después la factura. El cuerpo humano tiene sus límites. No se pueden gastar las energías destinadas al desarrollo integral de la persona humana.

Y cuando la masturbación es un vicio esclaviza como todos los vicios.

‘Cuando la masturbación se convierte en hábito, debe ser calificada como falta de madurez. (…) Cuando la masturbación presenta síntomas de psicosis y neurosis, debe buscarse la ayuda de un profesional que la someta a un tratamiento adecuado. (…) Las fuentes que dan pábulo a la fantasía -lecturas, televisión, cine- han de considerarse como la base de muchas acciones que no deberían haber tenido lugar, si no hubiesen sido estimuladas’.

Hay maníacos sexuales que buscan el placer una y otra vez por sí mismo, y caen, como los drogadictos, en el círculo de una insaciable repetición, con el fin de superar en cada nuevo intento, las incesantes frustraciones.

‘La masturbación hecha costumbre da por lo general seres psíquicamente replegados sobre sí mismos, especialmente incapaces de elevarse a un auténtico amor sexual’ (B. HÄRING: La ley de Cristo, 3º, 3ª, I. Ed. Herder. Barcelona).

El vicio de la masturbación es causa de muchos fracasos en los estudios y en el deporte. Esto lo saben muy bien los estudiantes y los deportistas.

Cuando un ser humano se habitúa a satisfacer un instinto en una forma determinada, puede llegar a perder, a través de un mecanismo psicológico, el deseo o la atracción por todas las demás formas.

El hábito de saciar el hambre sexual de una forma anormal y viciosa, puede llegar a provocar la repelencia por el acto natural, con lo cual el masturbador entra de lleno en el campo de la incapacidad sexual psicológica.

El vicio de la masturbación lleva a la eyaculación precoz en el matrimonio, que impide acomodarse al ritmo de la mujer que es más lenta, y es causa de graves problemas en la armonía sexual matrimonial.

Los médicos americanos que habían tratado a muchachas que se masturbaban, descubrieron que después de casarse resultaban esposas frígidas.

Dice el Dr. Luis Riesgo: ‘No es inteligente considerar la masturbación como algo natural, pues causa una serie de trastornos en el adolescente. No sólo en el campo religioso, sino en el afectivo, psicológico, intelectual, etc., donde se hacen sentir sus malos efectos. (…) El que en plena adolescencia el joven sienta fuertemente el impulso sexual, tiene un profundo valor educativo.

(…). Más tarde en su vida conyugal, muchas veces tendrá que dominar sus inclinaciones’ (Dr. LUIS RIESGO: Hablando en familia, III, 5. EAPSA. Madrid).

Estas partes del cuerpo deben respetarse con delicadeza, y sólo tocarlas por necesidad, limpieza, higiene, etc. Pero nunca tocar estos órganos sólo por gusto. Con eso no se juega.

Éste es un pecado degradante, repugnante, inconcebible en una persona delicada. Sin embargo, si después te da vergüenza confesarlo, entonces la desgracia es doble e irreparable. Si tuviste la desgracia de la caída, no permitas la de la vergüenza de confesarlo. Acude a un sacerdote y ábrele tu conciencia para que te perdone y te ayude a salir de tan triste estado. Ten confianza. Tienes remedio.

Muchos empezaron esta mala costumbre sin conocer su importancia. Bien porque lo descubrieron de un modo casual, bien porque fueron enseñados por otra persona que intencionadamente quitó importancia al asunto.

Pero la masturbación es un vicio que puede esclavizar fuertemente y transformar el carácter de la persona, y hasta su ideología religiosa.

La masturbación puede llevar a perder la fe. Muchas incredulidades han empezado en la masturbación. El joven siente inclinación a masturbarse, oye que la Iglesia lo prohíbe, y siente la tentación de dejar la Iglesia que le prohíbe lo que le gusta hacer, y quizás le cuesta trabajo evitar.

Dice José Antonio Sayés:’Pero, por otro lado, no podemos olvidar que la masturbación no contribuye a la superación del problema sexual o de la tensión de un momento dado. Conduce, por sí misma, a la larga, a una erotización mayor y a una obsesión creciente, de modo que a la larga el problema no se soluciona.

El sexo, no lo olvidemos, (Chauchard no se cansa de repetirlo) está sobre todo en la cabeza. Tiene una capacidad obsesionarte tal, que la solución del problema sólo se logra cuando el hombre consigue entregar su pensamiento a tareas que le ilusionen. La solución al problema del sexo, y a una obsesión excesiva, sólo se encuentra de modo indirecto, cuando el hombre consigue centrar su pensamiento en algo que le ilusiona. He sido testigo de cómo muchachos que se han entregado con ilusión a una ocupación deportiva, incluso en presencia de chicas, o a otro tipo de ocupación, no tenían problema alguno sexual; mientras éste surgía siempre que se dejaban llevar por el ocio’.

Es fácil que quienes han contraído el hábito de la masturbación experimenten un fuerte sentimiento de culpabilidad capaz de destruir todo estímulo de vida y de producir un permanente complejo de inferioridad. El único tratamiento pastoralmente eficaz es el de procurar abrir horizontes hacia expresiones plenas de la afectividad y hacia tareas culturales, profesionales, sociales y religiosas, que den sentido a sus vidas .

La gravedad de cada acto masturbatorio no siempre es fácil determinarla pues depende de muchas circunstancias y pueden darse atenuantes de la responsabilidad. Sin embargo se debe poner un serio empeño en evitarlo por el peligro de caer en la esclavitud del hábito.

Dice Robinson: ‘Los trastornos afectivos y algunas situaciones neuróticas provocan frecuentemente manifestaciones de auto erotismo, que alcanza, a veces, un carácter convulsivo claramente psicopático…

Está comprobado que la masturbación ejerce siempre una mala influencia, sobre todo en la psicología juvenil. Debilita la fuerza de voluntad, la confianza en sí mismo, y perturba el desarrollo de la personalidad. Crea melancólicos e introvertidos y, en el fondo, egoístas. La masturbación es una satisfacción sexual egoísta, que marca a la persona y la incapacita para el verdadero amor.

La masturbación es, muchas veces, un recurso barato y triste; una compensación, un consuelilto de segunda clase por algún otro éxito de cualquier otro tipo que no hemos sido capaces de conseguir.

Con todo, no todos los actos masturbatorios son de la misma gravedad. Cuando un joven tiene interés en corregirse y pone los medios que tiene a su alcance aunque tenga caídas, éstas pueden tener atenuantes a su culpabilidad. Siempre se puede acudir a Dios pidiéndole ayuda, pues Él nunca abandona a los que acuden a Él, pidiéndole ayuda para algo bueno y conveniente. Y como dice San Pablo: ‘Todo lo puedo en Aquel que me conforta’.

En la adolescencia, la masturbación puede aparecer como algo pasajero. Como eso de los granos.
Pero si es repetitivo, puede degenerar en hábito; y esto es grave. Lo lógico es que deje un sentimiento de culpa. Sin duda es mejor dominarse que dejarse vencer. Dominarse es señal de adultez. La victoria es señal de madurez. La caída es señal de debilidad; por eso deja sentimiento de culpa.

En la edad madura, la masturbación puede ser síntoma de algo más serio, sobre todo si es persistente. Puede indicar un estado de adolescencia mental, o alguna otra deficiencia psíquica. Se encuentra, desde luego, en muchos tipos de demencia senil y en el alcoholismo. En general puede aparecer en todos los estados mentales, en los que se dé una descohesión de la personalidad que tenga por consecuencia una pérdida de control de los instintos más primitivos’.

A veces las caídas en la masturbación no son por una intención lujuriosa. Son consecuencia de una depresión, una angustia, una ansiedad que no permite conciliar el sueño, etc. Casos así pueden remediarse con algún sedante inofensivo como Huberplex, Librium, etc.

También dice este documento que ‘la masturbación es un acto intrínseca y gravemente desordenado (n 9)’.
Y en 1983 el Vaticano ha publicado otro documento sobre la educación sexual donde dice: ‘La masturbación es un grave desorden moral .Y aunque sólo Dios conoce la responsabilidad moral subjetiva de cada acto, de ningún modo se puede sostener que en el campo sexual no se cometen pecados mortales’.

Pero no has de considerar pecado todos los tocamientos en tus órganos genitales. Pueden ser pecado los tactos encaminados a excitar el placer sexual; pero otros actos que se hacen por necesidad o por higiene, no son pecado alguno. Y en las conmociones orgánicas que sientas involuntariamente, reprime el consentimiento, y en paz. No has pecado contra la pureza. Aprende a distinguir entre el sentir y el consentir. Puede ser que a veces sientas movimientos contra tu voluntad en tus órganos genitales. Acostúmbrate a prescindir de esas sensaciones.

El pecado no está en el sentir, sino en el consentir. En el noveno mandamiento te expongo el modo de luchar contra estas tentaciones molestas.

Respecto a la referencia de la palabra sobre este asunto algunos citan el caso de Onán en Génesis 38:9, 10.

“Y sabiendo Onán que la descendencia no había de ser suya, sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, por no dar descendencia a su hermano. Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la vida”.

Aunque muchos otros dicen que la práctica de Onán no era precisamente masturbación.

Sin embargo…En la lengua española se acepta el término onanismo como sinónimo de masturbación.

La clasificación exacta del acto que cometía éste caballero sería materia de largos debates para gente como los abogados de Clinton y Lewinsky.

En temas como éste en los que la Biblia no es precisamente específica nos ofrece pautas generales que deben primar nuestra conducta.

Es importante que nos demos cuenta que a pesar de que cada uno tenga su lista de valores en los que decida creer que algo es malo o es bueno la única que puede mostrarnos lo que es correcto es la palabra de Dios, si no estás de acuerdo con esto, no podrás explicarte lo que a continuación expongo.

He aquí una lista de principios prácticos, son de mi propia cosecha y es la primera vez que los comparto así que son susceptibles a que se pulan, te serán útiles para tomar una posición acerca del tema y hacerle frente como hombres o mujeres.

  • “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”. 1 Corintios 10:23.
  • Muchos cristianos y no cristianos abusan de la libertad que Dios nos da.
  • Algunos incluso usan versículos como pretexto de algún defecto de su conducta y buscan su propio deleite y el pretexto siempre es el mismo…
  • – ¿Acaso en la Biblia dice que es pecado?
  • De esta manera he encontrado jóvenes que me dicen…
  • – ¿Acaso la Biblia dice que es pecado fumar?
  • – ¿Acaso la Biblia dice que es pecado tomar un vasito de vino de vez en cuando?
  • – ¿Acaso la Biblia dice que es pecado ver una película porno?
  • – ¿Acaso la Biblia dice que es pecado ir a la discoteca?
  • O como es el caso que nos toca.
  • – ¿Acaso la Biblia dice que es pecado masturbarse?

Cómo vimos en el versículo citado aquellos que gozan de una nueva vida en Cristo tienen libertad de hacer todo lo que deseen hacer pero no todo nos conviene o nos aprovecha y si no nos aprovecha o más bien nos hace daño.

  • ¿Por qué hacerlo?

Seguramente ahora te estarás preguntando…

  • – ¿Qué tanto me conviene o aprovecha el masturbarme?

Trataré de exponer algunas de las posiciones con las que me he topado cuando yo mismo formulé esta pregunta.

Hay quienes te van a argumentar que masturbarte no tiene nada de malo, es más, hay quienes te dirán que te será provechoso y se dé consejeros, padres de familia e incluso médicos que lo recomiendan tanto a jóvenes como a señoritas.

La enciclopedia Wikipedia dice que «Está demostrado científicamente que la masturbación es algo natural sin efectos negativos.»[2]

No obstante la única base “científica” con la que cuentan para decir que la masturbación es buena para la salud es que mucha gente lo hace y que (como todos sabemos), uno está muy tenso cuando se encuentra excitado sexualmente y que de alguna manera hay que relajarse.

Por otro lado están los que te dirán que masturbarte te causará daños psicológicos y físicos indecibles.

Otros que te dirán que te crecerán pelos en las manos (cosa nada deseable para un varón y menos para una señorita) hasta los que te dirán que esta práctica te hará morir las neuronas de tu cerebro como si tomaras alguna droga.

Estas afirmaciones tampoco tienen un buen asidero científico ni médico y en mi criterio no son argumentos que un joven o adolescente medianamente informado acepte para creer que la masturbación es mala.

¿Entonces es bueno o malo masturbarse?

Los principios siguientes te darán luces a cerca de lo que Dios piensa acerca del asunto.

  • “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. 1 Corintios 6:18.
  • “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiéreis”. Gálatas 5: 17.

Los deseos de tu carne (entre ellos los sexuales) son en contra del Espíritu Santo que mora en ti desde el momento de tu conversión y los del Espíritu Santo contra la carne.

De más está decir que es bueno y saludable que un marido ame y desee a su esposa y viceversa, creo que eso no está en discusión.

Lo que digo aquí es que en el momento que un muchacho o una jovencita busca el deleite de su carne, el Espíritu que mora en él o en ella se contrita y con el tiempo hasta se llega a cauterizar su conciencia de tal manera que pierde la capacidad para discernir la voluntad de Dios.

Hay argumento bíblico para esto último 1 Timoteo 4:2.

En nuestro contexto latinoamericano acostumbramos decir frecuentemente…

– ¿Que tiene de malo si no hago daño a nadie?

O frases sinónimas.

La masturbación no conlleva ningún daño físico aparente, pero sí afecta seriamente al espíritu y al corazón del masturbador como veremos en el siguiente principio.

  • “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Mateo 5:28.
  • La palabra nos enseña que sobre toda cosa guardada, guardemos nuestro corazón, porque de él emana la vida (Proverbios 4:23).
  • Por otra parte Jesús nos enseñó que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón, por duro que parezca, en este punto es bueno que te acuerdes en que piensas mientras te masturbas, no ha de ser en el “examen de matemáticas” ni mucho menos en tu “lectura devocional”.

Si ya te has persuadido de que masturbarse es malo los siguientes principios te ayudarán a tomar victoria sobre éste aspecto de tu vida.

Debo decir que si no estas convencido de que masturbarse es malo no importa lo que hagas para dejarlo jamás podrás hacerlo así que si quieres dejarlo y todavía hay en ti dudas pide a Dios que te las quite.

Él lo hará.

  • “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. 2 Corintios 10:5.

Un conocido maestro y amigo una vez me dijo una frase que a su vez leyó en algún lado y que me ha servido de mucho.

  • – No puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero si puedes evitar que hagan un nido en ella.

En un mundo que explota el sexo más que ningún otro producto, no podemos evitar ser bombardeados continuamente con mensajes obscenos y de sexo explícito, proposiciones indecentes y pornografía allá donde vayamos.

En Internet, en los centros de estudios, en la calle, en los cines, en los medios de transporte, en el seno de nuestros hogares y aún en la propia iglesia se filtran mensajes destinados a seducirnos en ésta que es una de las áreas espirituales más flacas de todo ser humano.

Ocasionalmente no podemos evitar que nuestro cuerpo reaccione ante tales estímulos o que cierta frase, música o imagen despierte nuestra atención excitándonos, al fin y al cabo somos (como diría Jeremías) seres sensuales (es decir, con sentidos), lo que sí podemos evitar es que esos pensamientos permanezcan en nuestra mente durante más tiempo que el de shock, es decir, inmediatamente que vemos que se ha presentado una ocasión para fantasear con el sexo ilícito la desechemos y reemplacemos ese pensamiento con uno que sea de edificación en el espíritu, llevando nuestra mente cautiva a los pies de Jesús.

No se trata de ponerse a meditar como quien se da un martillazo en la mano mientras repite… no me va a doler, no me va a doler, no me va a doler, no me va a doler.

Se trata de tomar medidas prácticas como las de quemar todos esos videos, cassettes, cuadros y revistas con mensajes sexuales que tienes en tu casa y que te estimulan sexualmente a masturbarte.

Eliminar los enlaces de Internet de sitios pornográficos o desuscribirte de las listas de correo sensual u olvidar los números de llamadas eróticas o dejarte de juntar con aquellas amistades cuya influencia pueda de alguna manera impulsarte a seguir en el mismo mal hábito.

Es bueno advertirte que como supondrás aunque no la busques la tentación estará ahí, pero Dios te promete que no será más grande de lo que puedas manejar y además que te dará su Espíritu Santo para hacerle frente.

De tu actitud frente a situaciones delicadas y tu respeto hacia el sexo opuesto puede depender el testimonio de Cristo que los otros reciban.

  • “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Filipenses 4:8.

Es por demás conocido que sólo se puede vencer un mal hábito reemplazándolo por uno bueno.

Especialmente cuando el problema raya en el límite de la adicción si se intenta abandonar sin llenar el vacío que deja, genera ansiedad y nerviosismo que derivan en otro mal hábito o en una recaída.

La necesidad imperiosa e incontenible que sienten algunas personas por masturbarse o por disfrutar de la pornografía.

No es porque en el ser humano exista una necesidad básica y vital por hacer estas cosas, sino más bien se debe a que a fuerza de jugar con ellas con la tonta idea de poder controlarlas terminaron cayendo en la dependencia de éstos estímulos.

Llegando éstos a ser, en los casos más extremos de adicción, tan importantes como comer o hacer sus necesidades fisiológicas.

La solución ya sea que la persona se encuentre en cualquier nivel de dependencia o crea controlar su mal habito es reemplazarlo por uno bueno, como aconseja la palabra de Dios.

  • “… todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza en esto debemos pensar”. Filipenses 4:8.

Por ejemplo el tiempo que invertías en ver revistas sucias o literatura sensual ahora inviértelo en leer tu Biblia o hacer un estudio bíblico a la hora en que da esa novela que te estimula o la serie rosa de la televisión ni siquiera estés cerca de la televisión y busca ir a la iglesia o hacer deporte o estudiar…

  • “pero si no tienen don de continencia, cásense; pues mejor es casarse que estarse quemando”. 1 Corintios 7:9.

Quiero tomar este asunto con pinzas para que no se mal interprete.

Toda pareja joven sabe que guardarse puro en obediencia al Señor es una lucha grande.

Si tienes una novia(o) y ustedes cuentan con la venia de Dios, primeramente de sus padres y pastores en segundo lugar para casarse es preferible que lo hagan sin darle muchas largas al asunto a estarse quemando como decía Pablo.

De hecho la mayor parte de mis luchas y tentaciones finalizaron cuando contraje matrimonio.

Suena difícil y es cierto hay que estar preparados, este no es un consejo para parejitas de adolescentes o jóvenes inmaduros en todo caso creo que si no estás preparado para afrontar un noviazgo en serio y estar enamorando te hace pecar es preferible que termines la relación.

Yo mismo no me casé hasta cumplir los 30 años y para ese entonces tenía un título y un trabajo estable, pero me fue muy difícil.

Sobre todas las cosas busca refugio en el Señor Jesucristo.

El Salmo 119:9 dice…

  • “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”.

Por último lo más importante de todo.

Busca al Señor en oración y lectura de su palabra por increíble que parezca para la lógica humana la lectura constante y metódica de la palabra de Dios limpia el accionar, el pensar y el sentir de quien la lee, me consta.

Proverbios 3:6 dice…

  • “Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas”.

Cuando entregas a Jesús un aspecto de tu vida él lo toma y se hace cargo en un 100% eso no es garantía de que en tu terquedad tú no te vuelvas a equivocar al fin y al cabo somos carne de pecado.

Sin embargo…

Él promete que va a enderezar tus veredas por más torcidas que éstas estén.

Nadie viene santo a los pies de Jesús, Romanos 3:23 dice que todos hemos pecado, pero podemos ser santificados con el perdón que él nos da.

Si no has recibido al Señor sinceramente y de corazón hazlo ahora mismo, si ya lo has hecho y aún así, caíste hoy es tiempo que te levantes y confieses tu pecado al Padre que está ansioso de perdonarte y limpiarte de toda la maldad (1 Juan 1:9).

Espero que esto le sea de utilidad a los cientos que tienen que tratar con el problema de la masturbación en su persona o que ministran a hijos o discípulos que están luchando con ella.

Dietrich Bonhoeffer define la tentación: “Cuando el deseo se apodera de nuestro cuerpo se enciende un fuego secreto y ardiente. La carne arde y se inflama. Dios y su Palabra se vuelven totalmente irreales. La mente y la voluntad se hunden en la más profunda oscuridad. El poder de discernimiento y de decisión nos son quitados. En ese momento, Satanás no nos llena de odio hacia Dios, sino de olvido de Dios”. [3]

Además está el daño psicológico y emocional que desemboca en una actitud nociva hacia el sexo puro causada por el recuerdo de las aventuras sexuales que siempre acompañan la mente de quienes se han masturbado.[4]

En esto pensad

Filipenses Cap. 4
4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 4:9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. Por lo tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia,

Filipenses Cap. 2

2:2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;2:8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,2:10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Notas

[0] http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_3073000/3073325.stm

[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Masturbaci%C3%B3n

[2] Ibid

[3] http://www.pibjuarez.com/Pastor/SESION5.pdf

[4] Ibid

 

Fuentes: