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EX SACERDOTE CATÓLICO SE DECLARA CULPABLE DE ASALTO INDECENTE
CBC News
Última actualización: 14 de mayo 2012 15:34 EN
Albert LeBlanc es acusado de abusar de los niños hace 40 años. (Craig Paisley / RSC)
Albert LeBlanc se declaró culpable de seis cargos de asalto indecente en un tribunal de Yarmouth lunes. Los seis representan una carga para cada una de las víctimas.
El de 82 años de edad, ex sacerdote católico fue acusado de abusar de varios niños tan jóvenes como de siete años de edad, en la década de 1970 y 80.
LeBlanc fue un sacerdote de la diócesis Yarmouth desde 1955 hasta 1973, cuando renunció y abandonó el sacerdocio, una portavoz de la Arquidiócesis de Halifax, dijo el año pasado.
LeBlanc posteriormente trabajó como oficial de libertad condicional.
LeBlanc se enfrenta a otros 44 cargos, pero se han aplazado hasta su audiencia de sentencia. Eso está programada para el 17 de agosto.
EL ASALTO DE TRÌPOLI FUE PLANEADO CON EL APOYO DE LA OTAN
La operación del asalto a la capital libia por parte de los rebeldes fue planeada conjuntamente por el Consejo Nacional de Transición y la OTAN, informó este miércoles el representante oficial de las fuerzas armadas insurgentes, Fadlallah Haroun.
Además también dio amplios detalles de la acción. Dijo que la operación fue iniciada en mayo pasado. Uno de sus puntos clave fue la formación de células rebeldes ocultas en la capital, integradas por gente que tenía experiencia militar.
Estos grupos llegaron a Trípoli, se hicieron pasar por pescadores y se integraron entre los residentes locales en espera de la señal. Formaciones similares fueron enviadas a otras ciudades libias, cercanas a la capital.
La fase final de la operación fue iniciada el 21 de agosto, cuando los grupos por fin recibieron la señal esperada e iniciaron su actividad. “Cada uno de ellos sabía qué debía hacer, cuál camino bloquear. (…) Todo eso permitió tomar a las fuerzas armadas de Gaddafi por sorpresa y apoderarse de la iniciativa estratégica”, contó Haroun. “La OTAN desempeñó un gran papel en el establecimiento del control sobre Trípoli”, concluyó.
El analista político Lajos Szaszdi también considera que «los rebeldes libios nunca habrían logrado el éxito en las batallas contra las tropas de Gaddafi sin el apoyo de la OTAN».
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Los medios informan que en el territorio de Libia están actuando grupos de las fuerzas especiales de Europa Oriental, Reino Unido y Francia. La presencia de este último país fue confirmada por el representante oficial del Estado Mayor francés, Thierry Burkhard.
Burkhard informó que en Libia están actuando varias decenas de consejeros militares franceses. Según él, se ocupan de garantizar la comunicación con el Consejo Nacional de Transición. Burkhard también subrayó que estos consejeros no participan en las operaciones militares.
Este lunes el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Alain Juppé, también habló sobre estos grupos al decir que sus funciones incluyen la dirección de los grupos de rebeldes y su instrucción.
A su vez, el periódico británico ‘Daily Telegraph’ publicó información, de acuerdo con la cual Reino Unido está representado en Libia por el Servicio Aéreo Especial (SAS por sus siglas en inglés), una de las divisiones de las fuerzas especiales del país. Los oficiales del SAS también participaron en el asalto de Trípoli, coordinando las acciones de los rebeldes. La orden, que envió al regimiento al país norafricano, fue firmada por el primer ministro británico David Cameron, sostiene el rotativo.
Mientras tanto, otro alto funcionario del gobierno de Gaddafi, el subjefe de los servicios de inteligencia del país, Khalifa Mohamed Ali, declaró que se unía a los rebeldes. Al anunciarlo, Ali hizo un llamamiento a todos los generales y soldados para que se unan a la revolución.
Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/internacional/issue_28744.html
PAKISTÁN: 10 POLICÍAS HAN MUERTO EN UN ASALTO TALIBÁN
Video publicado el 26/06/2011 por euronewses | Diez policías pakistaníes han muerto en un asalto talibán a una comisaría. Al menos seis insurgentes han perdido la vida. El ataque ha sido reivindicado por los talibanes, que aseguran que lo han cometido para vengar la muerte de Ben Laden. Ha ocurrido en la ciudad de Kolachi, cerca de Peshawar, en el noroeste de Pakistán. Los rebeldes, algunos escondidos detrás de un burka, han utilizado fusiles de asalto, granadas y cinturones explosivos. Entre los kamikazes había una mujer.
GADAFI ACUMULA TROPAS EN TRÍPOLI PARA LA BATALLA FINAL
Muamar el Gadafi ha perdido el control del este de Libia, una vez esfumados, detenidos o muertos los soldados y mercenarios que sembraron el terror durante días. Los leales al tirano contraatacaron ayer en una ciudad del oeste cercana a la frontera con Túnez, y en Musratha, a un centenar de kilómetros al este de Trípoli. «Es una acción desesperada», comentaban algunos rebeldes en Libia oriental, una zona liberada ya de la presencia del régimen. Pero Gadafi -también los dictadores tunecino y egipcio se aferraban al poder antes de su fuga o dimisión- parece dispuesto a no rendirse y acumula tropas y congrega a sus matones en la capital. Los enfrentamientos armados en el occidente del país entre los recién constituidos consejos populares y las fuerzas del coronel sirvieron ayer de preludio para lo que se aventura como el episodio final del dictador: la batalla de Trípoli.
Los 200 kilómetros de carretera que conducen hasta la capital desde la frontera con Túnez siguen controlados por soldados y brigadas especiales del Gobierno libio, según los testimonios de los refugiados que salen del país por el paso fronterizo de Ras el Ajdir. Sin embargo, varios pueblos y ciudades -entre ellas, Zuara, Sabratah y Zauiya- continúan desde el miércoles tomadas por los ciudadanos. Aun así, esta última ciudad recibió ayer un duro castigo por su rebelión. Fuerzas especiales de Gadafi y los mercenarios africanos del casco amarillo -ya célebres entre los libios por su crueldad- atacaron sin piedad a los habitantes de Zauiya, a 50 kilómetros de Trípoli y último punto en el mapa antes de llegar a Trípoli, donde se esconde Gadafi. Algunos testigos hablaban de que los matones dispararon con ametralladoras pesadas y lanzaron granadas. Los ataques dejaron 100 muertos, según el canal de televisión catarí Al Yazira.
De los acontecimientos en la capital, poco se sabe. Inaccesible para los medios de comunicación, lo que ocurre en Trípoli solo llega a través del teléfono a los familiares y amigos que permanecen en zonas controladas por los rebeldes. Desde la principal ciudad del país, Baha explica que están aterrorizados y que apenas se atreven a salir de casa por miedo a recibir un disparo de los esbirros de Gadafi. Los testimonios que se han podido acumular sobre la represión describen Trípoli como una zona de guerra con barricadas, disparos y razzias asesinas.
Un dictador encerrado en sí mismo
El dictador, cada vez más encerrado en sí mismo y en su verborrea, hizo ayer otra declaración por teléfono en la televisión pública, la tercera desde que empezaron las protestas el 15 de febrero. Gadafi abandonó el gesto duro que había protagonizado su discurso del miércoles y lo sustituyó por uno paternalista, más conciliador, pero que rozó lo demencial. «Son jóvenes de 17 años a los que les dan píldoras alucinógenas con las bebidas, la leche, o el Nescafé», dijo el gobernante libio refiriéndose a los ciudadanos que protagonizan la revuelta. Gadafi llamó «hijos de Libia» a los muertos que está dejando la revolución, aseguró que Bin Laden estaba detrás de la revuelta y pidió calma. Así despachó la semana en la que su país se ha levantado contra su tiranía. «Quien rinda las armas y muestre arrepentimiento no será perseguido legalmente. Los comités de la revolución [uno de los baluartes del régimen] llaman a cooperar a los ciudadanos y que informen sobre aquellos que han dirigido a los jóvenes o les han dado dinero, equipos, o los han intoxicado con píldoras alucinógenas», clamó Gadafi, quien todavía habla como si los alzados fueran un grupo que obedece consignas de turbias manos negras. El sátrapa negó que fuera posible ver en Libia lo que se ha visto en Túnez y Egipto, y apeló a su coletilla habitual de que «el poder está en manos del pueblo». «Bin Laden, ese es el enemigo que está manipulando a la gente».
En Shahat, en el este de Libia, los ciudadanos recibieron sus palabras con indignación y gritos de «carnicero» y «asesino». Muchos de los rebeldes libios que controlan el este del país protestaban contra lo que consideran una intoxicación para confundir a los países occidentales y especialmente a Estados Unidos. «Nosotros no somos terroristas, somos hombres que queremos libertad y una vida digna», señalaba Moafer, un ingeniero eléctrico de 24 años de Darna.
En la radio local, un grupo de hombres y algunas mujeres emiten cada día los avances de los revolucionarios en la zona. «Hasta hace unos días todo estaba bajo el control del Estado, no podíamos hablar de democracia, ni de nada que no fuera la vieja revolución de Gadafi y de él mismo. ¿Y ahora dice que somos de Al Qaeda? Míranos, ¿parecemos terroristas?», interpelaba el hombre.
El avance de los rebeldes
El creciente asedio a Gadafi, no obstante, no se ha completado todavía. Según varios medios, en Sirte, ciudad natal del dictador, el Gobierno mantiene el control. Pero las cruciales instalaciones petroleras de Ras Lanuf y Marsa el Brega, en las cercanías de Bengasi, ya están en manos rebeldes. Las noticias que llegan desde Trípoli hasta la frontera siguen siendo confusas, pero todas apuntan a la creciente soledad de Gadafi, recluido en palacio. Un tunecino que llegó a Ras el Ajdir relató así la situación que se vivía en la capital: «Hay tiroteos y muchos muertos en las calles. Gadafi ya no tiene soldados. Los únicos que están con él son los mercenarios africanos y sus brigadas».
La bandera verde del régimen de Gadafi ondea ya solo en los lugares que sus tropas controlan. Allá donde los rebeldes han conseguido hacerse con el poder, la antigua enseña tricolor -ornada con la media luna y la estrella- ondea al viento. El rojo, el verde y el negro son el emblema predominante en el este, casi completamente controlado por los rebeldes, a pesar de que en la región permanecen simpatizantes del régimen y la alerta no disminuye en los puestos de control de carretera.
Algunos bancos de Tobruk abrieron ayer después de que durante la madrugada llegara dinero desde Bengasi, ciudad totalmente en poder de los alzados. «Aunque no se puedan pagar los salarios, vamos a intentar asegurar unos 200 dinares por persona para que la gente pueda seguir comprando comida», explicaba Mohamed Saleh, uno de los líderes del comité ciudadano que controla Tobruk. Pero incluso en las zonas rebeldes, donde se intenta mantener cierto orden, sigue habiendo «elementos incontrolados», explicaba Saleh.
Tal como sucedió en Túnez durante el alzamiento, en enero, contra el dictador Zine el Abidine Ben Ali, estos comités de ciudadanos improvisan para tratar de organizar la vida cotidiana en las ciudades, aunque su principal cometido es garantizar un mínimo de seguridad en las calles.
La última ocurrencia de la familia Gadafi, en este caso del hijo del tirano Saif el Islam, fue invitar a los medios de comunicación a una especie de tour, no se sabe si en avión o por tierra, para que vean por sí mismos que todas las imágenes que están llegando del conflicto son falsas. «Que vengan, que vengan y vean que aquí no está pasando nada», dijo negando lo evidente. Este periódico habló ayer por teléfono con un libio que se identificó como periodista y que aseguró que el Gobierno está elaborando una lista de medios para dejarles entrar en el país.
Pero el aparente aperturismo de Saif al Islam casa mal con las interferencias que padecen los satélites de la compañía Thuraya, que ayer aseguró que emprenderá acciones legales contra Libia por impedir la prestación del servicio.
Fuente: El País
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