ANTECEDENTES DEL SEÑOR WILLIAM SOTO SANTIAGO

Fuente: http://srwilliam.blogdiario.com/

Aquí le tenemos joven, demostrando toda su humildad como profeta con su coche nuevo, pagado por sus seguidores probablemente; ya que éste señor no ha trabajado en su vida, siempre ha vivido del cuento. 

Le será extraño el creyente de que “psicoanalice” al “profeta”; dado que no ve al señor William Soto Santiago como una persona normal, por tanto que le ha sobrevalorado e idealizado desde el principio. Pero es una persona común y corriente; ya su mentalidad es otro cantar.

Antes es necesario hacer hincapié en sus orígenes (bien resumido), de lo poco que se sabe de él más allá de Puerto Rico. El señor William Soto Santiago nació en junio de 1940 en Toa Baja, se unió a los seguidores de Branham de Puerto Rico años mas tarde. En 1960 tuvo un pleito con uno de sus compañeros, un tal Oscar Candelaria. Éste otro señor decía que él era el ángel mensajero que llevaría el ministerio por América Latina; y si hizo su propia iglesia en Bayamon; al que más tarde le denunciaron por abusos a menores. Desde 1974 William ha estado predicando en este país; también viajó por América Latina predicando “la restauración de Israel”. En parte con ese propósito viajó a Israel en 1977. Cuando regresó, los creyentes portaron banderas con la estrella de David, y él no solo aceptó ser descendiente judío, sino también los títulos de “Mensajero de Israel” e “Hijo de David”, e inclusive “Rey de Reyes” (era muy joven aun, el ego le podía; más tarde se contuvo que le llamaran así). En ese año tres iglesias que seguían las enseñanzas de Branham decidieron unirse bajo el mandato de William. 

Cuando William señaló a Cayey como lugar para la segunda venida de Cristo, sus seguidores vendieron sus propiedades en sus respectivos pueblos y abandonaron sus empleos para trasladarse a Cayey. Compraron un terreno, y se puso una carpa en los terrenos que colindan entre Cayey y Cidra, y se logró la incorporación de la Carpa en febrero de 1979. Al año siguiente 25 ministros de América Latina hicieron una visita durante la Semana Santa para una predicación de William sobre la Segunda Venida de Cristo. En 1980 en Santiago de Chile proclamaron a William “Ungido Rey de Israel”. Y en Puerto Rico publicó un artículo sobre el significado espiritual de la alineación de los planetas y él (¡¿?!). Dicho fenómeno, decía él, anunciaba la presencia del Mesías sobre la Tierra y confirmaba su mensaje como indiscutible (cualquier fenómeno natural le viene anillo al dedo como señal).  

Este señor cree que él es un profeta, no está actuando ni falseando su personalidad. Eso se ve por su insistencia de seguir adelante a pesar que desde que comenzó su ministerio “el Apocalipsis ya viene, mañana o pasado, preparen las maletas que nos vamos”, y esto lo viene repitiendo desde hace mas de 30 años. Si se observan sus primeros sermones, estos reflejan que él estaba convencido que “el rapto” estaba a punto de caer “mañana”. Bueno, en definitiva, en todas sus predicaciones hasta las de hoy en día. Varios de sus creyentes han fallecido, de modo que ha tenido la suerte de la paciencia renovada de los hijos de estos y de nuevos miembros. Toda organización que promete algo “pronto”, goza del beneficio indirecto de la paulatina muerte y continua renovación de sus seguidores. Es un ciclo continuo de paciencia y expectación renovada.  

Y que un ángel baja del cielo o que el mismo Jesucristo se presenta ante su persona, eso está claro que a él no le sucede; sino no sería necesario de que se pasase estudiando la Biblia; sabría predicar todo sin estudios ni nada. Claro, es un ser humano… pero enviado de Dios, recuerda.  

En su mente, la prueba principal de que es un profeta, es que la gente cree todo lo que predica y le sigue sin cuestionarle. Suponiendo esto él, cae en el espejismo de «algo tendré»; y eso no prueba nada desde luego. Que mucha gente crea en algo no da nunca ninguna seguridad que eso sea cierto. Como en la Edad Media que aun se creía que la tierra era plana; como la mayoría lo creían, se daba por supuesto que era verdad, el que pensaba que era redonda se le tachaba de ignorante como menos. 

Otra prueba para él es que el mundo está muy caótico hoy en día, y eso sería una señal de que el Apocalipsis se aproxima (ve señales en todos lados). Y aunque no lo creas, el mundo está más tranquilo que en épocas anteriores en comparación. Son los medios informativos los que manipulan e inflan la información que nos llega. Guerras las hubo siempre y las seguirá habiendo. Muchos esperaron el fin del mundo con la primera y segunda guerra mundial, y nada pasó. ¿Y los desastres naturales? Los hubo toda la vida desde que el mundo era mundo.

El señor William Soto Santiago empezó creyendo al “profeta de la 7º edad”, el señor William Marrion Branham, perteneciente al sector de Norteamérica (solo a unos pocos años de distancia de 8º edad. Según parece, el conteo de los años de hoy en día “está mal”). Está claro que le admiraba y que además daba la casualidad (o no, habrá pensado él) que portaba su mismo nombre. Yo creo que Dios hubiese elegido a su siguiente profeta con un nombre distinto, pero bueno, en fin.

Después este otro profeta norteamericano murió en un accidente, le atropelló un automóvil en el año 1965 (había predicho que moriría en una explosión ¿Habrá estallado el coche al colisionar con él?), por lo que dejó un espacio vacante. Y ahí fue cuando comenzó el señor William Soto Santiago con su ilusión. Además de auto-convencerse, le persuadieron otros; y esto para él “era una señal”. Después si tiene “conversaciones” con Dios, eso ya no puede saberse (se ha rumoreado esta idea alguna vez, pero él nunca lo confirmó). Y en tal caso, hoy en día en el campo del psicoanálisis eso se puede explicar perfectamente, visiones incluidas.

Lo que personalmente ignoro de donde habrá sacado la idea de que sus creyentes iban a tener que pagarle para unirse a su iglesia. No sé, a mi me parece que debería predicar gratis. Quizá porque el señor William Marrion Branham también lo hacía, ya que casi todo lo aprendió de este señor.

También lo que comentan del señor William Soto Santiago es que posee un «sexto sentido». Siempre he oído sobre sus “dones” a lo largo de mis 19 años en esta organización; pero este “don” siempre me ha llamado más la atención; no sé cómo se les habrá ocurrido tal idea. Si poseyera un sexto sentido al menos lo hubiese usado para evitar los errores que ha cometido en toda su carrera de profeta.

En resumen: el señor William Soto Santiago vive un sueño junto a sus creyentes. Estos alimentan su necesidad de sentirse especial. Él se cree superior entre todos los del mundo. “Soy yo y mi rebaño”. “Les digo todo lo que hay que pensar y hacer”. “Soy el salvador del mundo”.

Quizá hayas notado mi insistencia en anteponer “señor” en el nombre del “Reverendo”. Esto es porque William Soto Santiago es un señor, una persona común y corriente, y no más. Y viendo todos sus comportamientos y manejes de dinero que hace, está clara la hipocresía y malignidad que tiene escondida detrás de su presunción de grandiosidad y “santidad”.

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