LOS RAYOS GLOBULARES: UNA POSIBLE EXPLICACIÓN PARA LA EXISTENCIA DE ALGUNOS SUPUESTOS OVNIS

Algunos fenómenos no identificados, como los ovnis, podrían explicarse por una luz o fenómeno eléctrico poco conocido, afirma el astrofísico australiano, Stephen Hughes. El científico realizó un estudio detallado de un acontecimiento inusual que ocurrió en 2006 cuando una gran cantidad de meteoritos fueron observados en el cielo de Brisbane (Noroeste de Australia).

Hughes propone una teoría que establece un vínculo entre el objeto, al parecer un rayo globular o centella, con los meteoritos o bolas de fuego. Su idea es que uno de los meteoritos podría haber desatado momentáneamente una conexión eléctrica entre la alta atmósfera y el suelo, proporcionando la energía para que el rayo globular apareciera por encima de las montañas. Hughes publicó su explicación en la revista científica de la Royal Society.

El científico, que es un prestigioso conferenciante de la Universidad de Tecnología de Queensland, inició el estudio después de que se le solicitara acudir a una televisión local para examinar las fotos y explicar lo que los miembros del público habían captado en las cámaras de sus celulares.

Las bolas de fuego son meteoritos excepcionalmente brillantes que se producen por fragmentos de rocas espaciales más grandes que las partículas de arena responsables de las estrellas fugaces. Pero como las estrellas fugaces, cruzan el cielo a gran velocidad.

Se cree que al menos tres bolas de fuego individuales se vieron en la noche del 16 de mayo de 2006. Una encuesta posterior realizada por la universidad logró identificar muchos más testigos, incluido un granjero que recuerda haber visto una bola luminosa de color verde bajando de una pendiente del Gran Cordillera Divisoria, una cadena montañosa de 120 kilómetros al oeste de la ciudad de Brisbane.

Enlace: BBC.news

ISRAEL: UNA POTENCIA CIENTÍFICA

Las múltiples caras del Estado judío | La innovación

Destaca en ciencia y tecnología y, proporcionalmente, invierte en investigación más que toda la Unión Europea

El Ejército deja huella en muchos emprendedores.

 

¿Cómo es posible que un país pequeño y en una situación permanente de conflicto sea uno de los más avanzados del mundo en el campo científico, tecnológico y de innovación? ¿Qué hace que Israel tenga más empresas que cotizan en el NASDAQ –el índice de valores de la alta tecnología– que ningún otro país salvo EEUU? No hay una única explicación y posiblemente se deba a un conjunto de factores.

Alta tecnología israelí 8 Un grupo de escolares visita el Jardín de la Ciencia en el Instituto Weizmann. INSTITUTO WEIZMANN

Más informaciónLa cuestión de la identidad judía abre una nueva brecha en Israel Tags: Internacional Edición Impresa Versión en .PDF Información publicada en la página 11 de la sección de Mundo de la edición impresa del día 01 de agosto de 2010 VER ARCHIVO (.PDF)Uno de ellos es meramente cultural y tiene que ver con un espíritu muy poco conformista. Pero otro factor importante lo constituye el Ejército. Históricamente Israel ha sentido la necesidad de compensar su inferioridad numérica respecto a los países hostiles con la superioridad tecnológica. Y más allá de la tecnología proporcionada por países aliados como EEUU, los reponsables de Defensa siempre han priorizado la investigación y los avances tecnológicos propios.

El servicio militar obligatorio (tres años para los hombres y dos para las mujeres) se ha convertido pues en una escuela –algunos dicen que tan o más importante que las universidades– sobre todo para quienes van a parar a unidades de élite. No son pocos los reclutas que, después de su paso por el Ejército, han creado empresas innovadoras, conocidas, en inglés, como start up. Muchas fracasan pero algunas han convertido sus proyectos en millonarios.

En el Ejército no se adquieren solo conocimientos sino también capacidad de liderazgo. «Mi experiencia en el Ejército aceleró mi madurez intelectual y el sentido de la responsabilidad», dice el profesor Tal Alexander. Especializado en astrofísica, es uno de los investigadores del venerado Instituto Weizmann, el sanctasanctórum de la investigación científica en Israel, con cinco facultades de posgraduado y 50 centros multidisciplinarios. Otra científica del Weizmann, Ada Yonath, compartió el año pasado con dos estadounidenses el Nobel de Química.

Curiosidad y pocos límites

«La investigación necesita mucha curiosidad y pocos límites. Si trabajas por curiosidad, aunque no las busques acabas descubriendo cosas en las que nadie había pensado y esto es la innovación», señala el profesor Daniel Zajfman, presidente del Instituto Weizmann. «En el judaísmo no hay ningún conflicto entre religión y ciencia», explica. Israel, un peso pesado en la ciencia biomédica, no ha puesto ningún límite a la investigación con células madre.

Compugen, una empresa israelí dedicada a descubrir productos para el diagnóstico médico, lidera y coordina el proyecto SIMAP, un consorcio interdisciplinar establecido en cooperación con la UE en el que participan empresas e instituciones científicas de Israel y de varios países europeos –incluido el doctor Josep Baselga del Institut de Recerca del Hospital de la Vall d’Hebron– en la lucha contra el cáncer. La empresa está dirigida por una mujer.

La industria farmacéutica es también potente. Aunque no sea una marca conocida, el principal productor mundial de medicamentos genéricos es Teva, otra empresa israelí. Recientemente ha adquirido los laboratorios Roche.

Entre el sector privado (77%) y el público, Israel invirtió en el 2008 el 4,9% de su Producto Interior Bruto (PIB) en I+D+I (Investigación, Desarrollo e Innovación), una proporción superior a la de la UE, según reconoce Robert Krengel, responsable de asuntos científicos de la delegación de la Comisión Europea en Tel-Aviv. El mismo año España invirtió el 1,35% del PIB.

La relación entre la UE e Israel es intensa, no solo en el ámbito comercial sino también en el científico. Eso no ha cambiado ni siquiera en los momentos de mayor tensión política. El vínculo entre dicha relación y el proceso de paz en Oriente Próximo es motivo de discordia.

Israel participa en varios programas europeos de investigación, incluido el programa Galileo, el sistema de navegación por satélite desarrollado por la UE. El marco legal de la relación es el Acuerdo de Asociación de 1995, que entró en vigor en el 2000. En diciembre del 2008, la UE decidió elevar el rango de dicho acuerdo, pero la medida quedó congelada poco después como castigo por la ofensiva militar en Gaza.«Que la mejora esté congelada no significa que la relación esté congelada», aclara Ricardo Serri, funcionario de la Dirección de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea. Business as usual.