LAS EXIGENCIAS PARA HEREDAR EL REINO DE CRISTO

Corona_imperialEn esta materia se observa el reino de Dios como base de la vida cristiana y la predicación.

Reproduzco solo algunos versículos sitados del libro de Mateo y parte de lo dicho, a manera de ejemplo sobre esta materia y su importancia:

Mt.3:2 «Y diciendo: Arrepentios, porque el reino de los cielos se ha acercado«

Esta era la predica de Juan el bautista, que se arrepintieran; abandonen sus malas obras porque se acercaba el reino de los cielos. La primer condición para entrar en el reino es esta: Arrepentimiento de las faltas cometidas.

Mt.4:17 «Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentios, porque el reino de los cielos se ha acercado«

Jesucristo comienza su ministerio predicando exactamente lo mismo que Juan el Bautista: Arrepentirse porque el reino de Dios se ha acercado; indicando así también, la primera condición para entrar en el reinado de Dios, el arrepentimiento, cambio de actitud, cambio de camino, de forma de vida.

Mt. 5:3 «Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos«

En este versículo se ve otra condición necesaria para entrar en el reino de Dios y es el ser necesitados y no autosuficientes. Según el Maestro este versículo muestra también lo contradictorio de las riquezas monetarias a la hora de entrar al reino, en Lucas tan solo dice bienaventurados los pobres y es conocida la historia del joven rico que se acercó a Jesús en donde su riqueza le fue estorbo para entrar en el reino Mt.19:16-24

Mt. 5:10 «Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos«

Muchas veces el volverse al cristianismo, el ser verdadero cristiano trae persecución, Jesús acá dice felices los que pasan por esto, otra condición para estar dentro del reino es jugarse por Cristo.

Mt.7:21 «No todo el que me dice: Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos» 

No basta con decir Señor, Señor… hay que hacer la voluntad de Dios para entrar en su reino. Para uno estar bajo el dominio de Dios hay que cumplir con lo que es su voluntad. Ante la pregunta ¿Como entrar en el reino de Dios? la respuesta sería haciendo la voluntad de Dios.

Mt. 8:11″ Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera» (subrayado mío)

Acá se ve la existencia de dos reinos: «el reino de los cielos» y «los hijos del reino» que serán echados a las tinieblas, los que no están en el reino de los cielos quedarán fuera del reino de Dios, separados de Dios, en las tinieblas de afuera.

Mt. 10:7 «Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado«

Lo que uno debe predicar es el reino de los cielos, esto es lo que mandó Jesús. Generalmente uno se encierra solamente en predicar la salvación, pero esto no debe ser así, la salvación es uno de los privilegios de estar en el reino de los cielos, pero no es todo. El reino de los cielos no es simplemente hacer una oración o ir a una iglesia, es mucho mas. Luego si se continua leyendo se ven los métodos o instrucciones para predicar: «sanad enfermos, limpiar leprosos, resucitar muertos, echad fuera demonios, de gracia recibisteis dad de gracia…»

Mt.11-12 «De cierto os digo: entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el mas pequeño en el reino de los cielos, es mayor que el. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan«

Estar en el reino de los cielos es conflictivo, requiere coraje; no es algo fácil; por eso se habla de la violencia o el esfuerzo que uno debe hacer para entrar en el reino de Dios.

Mt.13:11 «El respondiendo, les dijo: porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado«

Los que están dentro del reino poseen un código, que los de afuera no entienden; los misterios del reino, parábolas y enseñanzas son entendibles para aquel que está dentro, los de afuera no entienden. Mt.13:31 «El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo«

El reino es algo que tomándolo va creciendo hasta tener dimensiones muy grandes, hay que apropiarse del reino.

Mt.13:33 «Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado«

Cuando el reino se mete en un lugar produce resultados, crecimiento, se expande.

Mt.13:44: «Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo«

Invierte toda su vida, todo lo que tiene por el reino de los cielos

Mt.13:45 «También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas«

En el primer ejemplo el tesoro es hallado en un campo sin buscarlo, en este caso es la mejor piedra buscada por un comerciante. Es hallada y se despoja de todo lo que tiene para adquirirla.

Mt.13:52 «El les dijo: por esto todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y casas viejas«

Hace alusión a la casa de Dios, del tesoro de la Palabra de Dios se saca cosas nuevas y viejas, todo cobra vida en la predicación

Mt.16:19: «Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo  lo que atares en la tierra será atado en los cielos y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos«

Jesús es la roca, Pedro por lo que dice, de que Jesús es el Cristo, el hijo del Dios viviente, también es fundamento. Los creyentes deben tener como fundamento para entrar en el reino, en la revelación que nos dio Jesucristo y sus discípulos, y esto nos da autoridad como hijos de Dios. Acá no dice nada relacionado con la infabilidad papal o que pedro y su descendencia serían los que tendrían la autoridad de la iglesia, como piensan los Católicos; sino que habla de fundamentos del reino: Jesús es el fundamento, lo que dijo Pedro es un base y ahí se encuentra la llave de entrada al reino.

Mt.18:1: «En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quien es el mayor en el reino de los cielos?«

Acá Jesús muestra otra condición para entrar en el reino: ser como niños, inocentes, humildes.

Mt. 18:23: «Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus ciervos» … (Los dos deudores, uno debía mil talentos, otro le debía a este cien denarios, mucho menos de un talento)

Acá habla sobre el sistema del reino: Dios me perdonó mucho, yo debo perdonar lo poco de mi hermano. Si yo no perdono Dios se enoja y no me perdona 

Mt. 19:12 «Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a si mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto que lo reciba«

Sobre el renunciar a cosas terrenales por el Señor, tiene su costo.

Mt. 19:14 «Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venid a mi, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos

Nuevamente una alusión a que de los niños es el reino de los cielos, es necesario ser como un niño, tener fe inconmovible de lo que dice el padre, pureza, etc.

Mt. 19:23 «Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos«

Tal cual momo dice: las riquezas dificultan la entrada en el reino

Mt.20:1 «Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña«

 Dios da la la recompensa en el momento que el quiere, cuando quiere. No necesita dar explicación, ni hay que pedirle cuentas a Dios por lo que el hace.

Mt.22:2 «El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo» (Parábola de la fiesta de las bodas)

En el reino están combinados todos pero solo los que hacen la voluntad entrarán

Mt. 23:13 «Mas ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando«

Los prejuicios del liderazgo pueden ser muchas veces de bendición o de tropiezo. No hay que poner al otro cargas que no corresponden.

Mt. 25:1 «Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo«

Hay que tener el Espíritu Santo en todo tiempo.

Mt. 25:14 «Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus vienes» (Parábola de los talentos)

Al que mas se le da mas se le demanda, es como que debemos comerciar lo que Dios nos dio y multiplicar lo mismo. Para entrar en el reino hay que producir fruto.

NUEVO SITIO INFORMATIVO SOBRE LA SECTA DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

Les comunico a todos mis distinguidos visitantes que acuden a mi blog (el Apologista unitario) que desde el día de hoy ya disponen de otro interesante blog que trata exclusivamente sobre la secta de los Testigos de Jehová y de lo que viene ocurriendo dentro de esa polémica organización religiosa. Su administrador está traduciendo los vídeos que están en idioma inglés a nuestro idioma para que millones de hispano hablantes puedan informarse bien sobre sus doctrinas, métodos, y duras exigencias antes de que algunos se aventuren a afiliarse en esa agrupación religiosa que es comprobadamente peligrosa,  pues aliena y anula a sus miembros para que no puedan pensar y actuar libremente y tomar sus propias decisiones.  

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LAS EXIGENCIAS DEL REINO

 Lectura bíblica: San Mateo 5:48

Propósitos de la charla: Conocer, valorar y practicar las exigencias del Reino, planteadas en el Sermón del Monte. 

La palabra “reino” aparece 9 veces en el sermón de la montaña predicado por Jesús y registrado por el primer Evangelio (San Mateo 5, 6, 7). En Numerología bíblica, el nueve es el número de la finalidad o del juicio. Marca lo completo, el fin y el resultado de todas las cosas en cuanto al hombre; el juicio del hombre y de todas sus obras. Es un factor de 666, que es 9 veces 74. El número 9 es 3², y 3 es el número de la perfección Divina, así como el número peculiar del Espíritu Santo (1 Corintios 12:8-10; Gálatas 5:19-21). Por ello, no es sorprendente descubrir que este número denota “finalidad” en cosas divinas.

 

Los cristianos convertidos leemos este sermón de Jesús a sus discípulos y quedamos perplejos y algunos hasta desorientados frente a unas palabras del Maestro aparentemente tan legalistas. En este discurso Él nos ordena guardar unas normas morales muy exigentes, al punto de decirnos “Sean perfectos como mi Padre que está en los cielos es perfecto”. Nos quedamos abismados ante tamaña exigencia, después de habernos convertido a través del Evangelio de la gracia, que tan claramente proclama San Juan. El apóstol del amor nos muestra un Dios de perdón, al cual podemos acceder exclusivamente por medio de la fe, sin necesidad de hacer buenas obras o actuar de un modo moral (San Juan 1:12; San Juan 3:16; San Juan 5:24; San Juan 20:31).

 

No hay contradicción en toda la Biblia. Dios se ha valido de distintos hombres con particulares sensibilidades, experiencias, culturas, etc. para mostrarnos su multiforme gracia y las distintas perspectivas, alcances y etapas del Evangelio. La gracia de Dios expresada en el sacrificio de su Hijo no entra en contradicción con los mandamientos dejados por Él como Señor de la Iglesia. El Evangelio que proclama San Juan es el Evangelio de la Gracia de Dios, es decir la buena noticia de que Él ha elaborado y puesto por obra un plan de salvación para todos los que estábamos condenados. El Evangelio que nos muestra Leví, San Mateo, como buen judío es el Evangelio del Reino.

 

El evangelista y apóstol Mateo, opta por hablar de: “El Reino de los Cielos”, cuando los otros tres evangelistas hablan de: “El Reino de Dios”. Solamente en 4 ocasiones Mateo usa la frase “El Reino de Dios” (San Mateo 6:33; 12:21,28,31,43), en tanto que la frase “el Reino de los Cielos” aparece 32 veces en su evangelio. Generalmente se explica la preferencia de Mateo por esta última frase para denotar el carácter celestial del reino, vale decir, que proviene de arriba, como un don de Dios y no como una creación meramente humana y perecible.

Las nueve palabras “reino” en el sermón del monte, nos están indicando que esta enseñanza es una grave exigencia de Dios para quienes han sido traslados del reino de tinieblas “al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). Tales exigencias no son para los inconversos, no son un pre-requisito para la salvación, sino una condición para participar en el Reino de Jesucristo.

 

Aparte de que el Evangelio de Leví sea para judíos, según algunos, en el sermón del monte Dios se dirige a discípulos, es decir a personas que ya le conocen y están en una relación de obediencia con Él. No es un sermón evangelizador para la multitud sino una enseñanza para sus discípulos (San Mateo 5:1,2). El problema de nuestra lectura del Evangelio es que siempre pensamos en términos de ganar o perder la salvación; ser salvos o ser condenados; ir al cielo o al infierno, y no salimos de ese esquema mental que nos lleva continuamente a relacionarnos con Dios en términos de culpabilidad y liberación. ¡Ya es hora de que maduremos y comencemos a visualizar el proceso de crecimiento que implica nuestra relación con Dios!

 

Biológicamente no estamos pensando siempre acerca de nuestro nacimiento. Por cierto ese acontecimiento forma parte de nuestro pasado y quizás guardemos alguna fotografía de cuando éramos bebés; pero nadie duda de haber o vive pensando sólo en esa experiencia. Todo lo contrario, lo natural en el ser humano es vivir la etapa presente y proyectarse a etapas futuras. Siempre vamos tras un logro: estudiar para obtener un título, desarrollarnos profesionalmente, encontrar una pareja para casarnos y tener hijos, etc. ¿Por qué en la vida espiritual no asumimos esa conducta y seguimos comportándonos como si aún fuésemos bebés en Cristo, es decir unos aprendices?

 

Es maravilloso el mensaje de salvación anunciado por Dios en el Evangelio según San Juan, mas también es bellísimo y rico en promesas el Evangelio del Reino anunciado por Dios en el Evangelio según San Mateo. Comience usted a saborear, masticar, incorporar en su mente y corazón, y a practicar las enseñanzas del sermón del monte, y estará viviendo el reino de Dios en su vida. Necesitamos practicar las enseñanzas del Reino si queremos un días reinar con Él en el milenio. Ya no piense que es un asunto de salvación o condenación. Aquello fue resuelto en la cruz por el Hijo de Dios. ahora se trata de otro asunto. Usted ha nacido de nuevo y ha sido alimentado con la leche espiritual que todo hijo de Dios recibe en su infancia cristiana. Ahora necesita entrar a la escuela del Reino de Dios para obtener un día su graduación en el Tribunal de Cristo. ¿Desea usted pasar con honores esa prueba? ¿O es usted de aquellos que se conforman con estar en la multitud?

 

LOS PRINCIPIOS DEL REINO

El sermón mencionado nos da una “ley” en el sentido que establece normas o principios para la vida en el Reino de Dios. ¿Cómo se obtiene la salvación? Por la fe en Jesucristo. ¿Cómo se obtiene la entrada al Reino milenario? Por el cumplimiento de las normas del reino, es decir por obras. Cuando tomamos con liviandad el Evangelio y lo reducimos a un amor permisivo de Dios, nos hacemos mucho mal a nosotros y a nuestros hermanos. La fe en Jesucristo nos da la salvación de nuestra alma, pero esa fe debe desarrollarse y producir el fruto del Espíritu Santo. Por medio del ejercicio de los principios, actitudes y obras del Reino, alcanzaremos el galardón tras el cual San Pablo luchó hasta su fin (2 Timoteo 4:8), el cual viene con la segunda venida del Señor (Apocalipsis 22:12). A continuación se detallan estos principios expuestos por el Maestro de un modo bastante provocativo.

 

POBREZA

“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” (San Mateo 5:3) En las bienaventuranzas Jesús anuncia que es requisito para pertenecer al Reino , la humildad, la absoluta sumisión a la voluntad de Dios. Él emplea la palabra «pobres» (anawim en hebreo, ptojoi en griego) en el sentido que le dieron los profetas del Antiguo Testamento, en particular los tardíos como Sofonías: los humillados y sumisos a la voluntad de Dios (Sofonías 2:3). Jesús, quién desde niño conocía muy bien las Escrituras, como todos sabemos, debe haber tenido en mente la frase de Isaías: «Miraré al que es pobre y humilde espíritu.» (Isaías 66:2). La unión de estos dos términos: «pobre» y «humilde», nos da el sentido en que Jesús emplea la palabra «pobre». «Pobre» es el que se humilla ante Dios, el que reconoce su pobreza y necesidad espiritual, su pobreza en el reino del espíritu, aunque sea rico materialmente. Pobre es el manso, el piadoso, el que está disponible ante Dios. Pobreza, desde el punto de vista evangélico, es humildad, sumisión al Señor.

 

2. PERSECUCIÓN

“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.” (San Mateo 5:10) Quien obra la justicia de Dios será perseguido. Muchos que han proclamado la paz, la no violencia, la no discriminación, el respeto a la diversidad, etc. han sufrido persecución. En un mundo de injusticia, el que hace justicia y la tiene como norma de vida, es rechazado y perseguido, ya sea por la burla, el descrédito o la violencia. Es la lucha de las tinieblas contra la luz. Hay una bienaventuranza para los que sufren persecución: serán propietarios del Reino cuando venga Jesucristo. Persecución es en el fondo el resultado de hacer justicia.

 

3. PEQUEÑEZ

“De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos;” (San Mateo 5:19a) El Señor nos invita a ser detallistas y no menospreciar un mandato de Él, por sin importancia o pequeño que nos parezca. Toda lucha contra el aborto u otra acción contra la vida, por ejemplo, no es sin importancia sino un grave deber cristiano. Pequeñez nos indica que lo que para el hombre es pequeño, para Dios no lo es.

 

4. GRANDEZA

“…mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.” (San Mateo 5:19b) Hacer y enseñar son los requisitos básicos para tener autoridad en el reino de los cielos. Grandeza es autoridad moral.

 

5. DISCIPLINA

“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” (San Mateo 5:20) Consideramos a los escribas y fariseos, legalistas, exagerados y fanáticos; sin embargo el Señor nos exige esa justicia como standard mínimo. Seremos flexibles con el pecador, comprensivos con el prójimo, caritativos con el hermano, pero inflexibles e intransigentes con nosotros mismos. Necesitamos disciplina para llegar a ser auténticos ciudadanos del Reino.

 

6. PASIÓN POR EL REINO

“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre./ Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra./ El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy./ Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (San Mateo 6:9-12) Deseamos que venga el reino de justicia de Dios a la tierra, pero ese reino no vendrá si primero no lo vivimos nosotros, los cristianos. El gran desafío del discípulo es vivir el reino de Dios en un mundo gobernado por las tinieblas; es como dicen los refranes “predicar en el desierto”, “hacer el loco”, “nadar contra la corriente”. Vivamos los principios del reino en un mundo en decadencia.

 

7. INTEGRIDAD

“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” (San Mateo 6:13) El reino es del Señor eternamente. Él tiene poder para librarnos del mal y enfrentar la tentación con integridad. Ser personas íntegras es que somos discípulos coherentes y consecuentes con lo que creemos y predicamos.

 

8. PRIORIDAD POR EL REINO

“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?/ Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas./ Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (San Mateo 6:31-33) Los seres humanos no pensamos ni sentimos como Dios. Damos mayor importancia a lo que es menos importante para Dios: la comida, la bebida, el vestido. ¿Qué es más importante para Él: que me esmere por tener una casa propia o que de alojamiento al pobre? ¿qué me afane en trabajar para ganar mucho dinero o que me esfuerce en servir a mi prójimo? “Buscad primero el reino de Dios y su justicia” La justicia del reino es que al necesitado se le devuelva lo robado, que cese toda discriminación, que sea anunciada Su Palabra y que los hombres se reconcilien con Él. Si buscamos primero esto, todo lo demás nos será añadido.

 

9. COHERENCIA

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos./ Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?/ Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (San Mateo 7:21-23) Creemos que por el puro hecho de adorar a Dios y llamarnos cristianos podremos disfrutar del reino milenario, pero no es así. Sino el que hace la voluntad del Padre, la cual se expresa en este sermón y en todas las palabras de Jesús.

BIBLIOGRAFÍA.

“El Reino de Dios… ¿Qué es?”, Mario A Olcese.

http://www.desarrollocristiano.com/

“Como entender los Números de la Biblia”, Ramón Romero.

 

Más sobre el Reino en:

 

www.elevangeliodelreino.org

www.yeshuahamashiaj.org

 Publicado por Iván Tapia