“…Y YO SERÉ SU DIOS, Y EL SERÁ MI HIJO” (Apocalipsis 21:7)

Por Ingª Mario A Olcese (Apologista)

Es muy interesante leer lo que dice Apocalipsis 21:7 en cuanto a los salvos o vencedores: “El que venciere HEREDARÁ TODAS LAS COSAS, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
Si observamos bien, aquí se nos dice que sólo los que venzan heredarán todas las cosas, y además de eso, El Todopoderoso se convertirá en el Dios de ellos, y ellos serán sus hijos. Nótese que éstas son promesas futuras, únicamente para los vencedores… ¡promesas no realizadas aún!
Sin embargo, tanto Pablo, como Juan, fueron muy claros al decir que todos los creyentes, los que son verdaderamente guiados por el espíritu de Dios, éstos ya son AHORA hijos de Dios; y además de eso, todos éstos ya tienen AHORA al Padre mismo como Su verdadero Dios. Veamos los siguientes pasajes que nos convencen de eso:
Romanos 8:14:  “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos SON HIJOS DE DIOS.
Romanos 8:16: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que SOMOS HIJOS DE DIOS.
1 Juan 3:2: “Amados, AHORA SOMOS HIJOS DE DIOS, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”.
Filipenses 4:20: “Al DIOS Y PADRE nuestro sea gloria por los siglos de los siglos”. Amén.
Ahora bien, ¿podría alguno creer que aquí hay una suerte de contradicción difícil de entender y responder?¿Cuándo se convierte realmente el Creador en el Dios y Padre del creyente?¿En su conversión, o después de que éste resulte totalmente victorioso por haber corrido exitosamente su carrera cristiana, tal como se nos dice en el texto de apertura de hoy (Apo. 21:7)?
Empecemos diciendo que Dios preconoció y predestinó a los que serían realmente salvos debido a su victoria en su carrera cristiana. Veamos algunos pasajes interesantes que nos pueden iluminar:
 Romanos 8:29,30: “Porque a los que antes conoció, también los PREDESTINÓ para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que PREDESTINÓ, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó».
Romanos 9:23: «…y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó DE ANTEMANO para gloria».
Efesios 1:4: según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.
Efesios 2:10: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó DE ANTEMANO para que anduviésemos en ellas«.
2 Tesalonicenses 2:13: Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
Juan 10:26-28 Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,  y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.  Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Con esto no queremos decir que Dios fuerza de manera irresistible a los que serán salvos, o a los que serán condenados para siempre. El espera que nosotros escojamos entre la vida y la muerte (Deuteronomio 30:19). Por lo tanto, lo que podemos suponer con toda certeza es que Dios, por Su soberana presciencia, nos conoció a todos de antemano (presciencia), aun antes de que nazcamos, tal como ocurrió con Jeremías el profeta (Jer. 1:5). En consecuencia, Dios  supo de antemano quiénes le serían fieles y quiénes no. A los que le serían fieles, el Eterno los predestinó para que finalmente se conviertan en Sus verdaderos hijos, así como Él se convertirá en el Dios de ellos para siempre.
De modo que no nos extraña que tanto Pablo y Juan afirmaran que ya somos hijos de Dios, y que todos los creyentes tengamos un Padre celestial, ya que como preconocidos por Dios, Él ya nos ha destinado para que seamos sus Hijos, y Él sea nuestro Dios, aun en esta vida pasajera.