PROFECÍAS BÍBLICAS QUE SE ESTÁN CUMPLIENDO EN NUESTROS DÍAS

Todas las profecías se están cumpliendo… Ahora!

La Biblia da varias profecías específicas que deban cumplirse justo antes de la segunda venida de Jesucristo.

Voy a demostrar que todos ellos están en proceso de ser cumplido ahora mismo!

1. El mundo Gobierno: (Apocalipsis 13:1-7)

«Intelectuales piden»rápida implementación de formas de gobernanza global democrática»de las Naciones Unidas 26 de junio de 2012

Manifiesto para una democracia mundial lanzada!

2. La marca de la bestia: (Apocalipsis 13:16-18)

«DHS a los Estados: el plazo de ID REAL es el próximo mes de enero, período.» Reuters 21 de marzo de 2012

3. Mundo religión: (Apocalipsis 13:11-15)

«Clinton: Obama ha enviado un mensaje de respeto a todas las religiones–‘en Particular del Islam'» CNSNEWS 06 de mayo de 2012

4. Tratado de paz de Oriente Medio: (Daniel 9:27)

«WJC a Abbas: Aceptar oferta de Netanyahu a hablar de paz» Wall Street Journal, 14 de junio de 2012

5. Sacro Imperio Romano renacido: (Daniel 2:41-43)

«10 países para los Estados Unidos de Europa» 20 de junio de 2012 PRESSEUROP

6. Sexta trompeta de guerra o WWIII: (Apocalipsis 9:13-21)

«Informe: juego de guerra masivo planeado por Rusia, Irán, Siria, China» la hoguera de 19 de junio de 2012

7. La homosexualidad será prevalente en la tierra: (Lucas 17:28-30)

Obama: ‘Creo que parejas del mismo sexo puedan casarse’ CBS News puede 9,2012 

 
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ISRAEL Y LA IGLESIA BAJO DIOS: UNA PERSPECTIVA BÍBLICA DE ACTUALIDAD

El Capítulo 5 de Israel y La Profecía del Pastor Bertoli

“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de la propia interpretación del mismo profeta. Porque nunca la profecía tuvo su origen por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” (2 Pedro 1:20-21)

Las palabras de los profetas son las palabras de Dios. Dios le ha permitido al hombre vislumbrar  Su programa del reino para Israel y para el mundo Gentil a través de la ventana de la profecía. Este capítulo tratará el tema principal de muchas profecías que dominaron las Escrituras del Antiguo Testamento y mostrará como estas profecías se cumplieron en el plan completo de Dios para Israel.

La Naturaleza de las Profecías del Antiguo Testamento

Para tratar con ellas uno debe entender la naturaleza de esas declaraciones proféticas. Primero, muchas profecías son incondicionales, lo que significa que su cumplimiento esencial fue fijado por Dios. No importa como respondan los Judíos a los mandamientos de Dios, estas profecías encuentran su cumplimiento independientemente de sus acciones. Esta es la base de su naturaleza incondicional. Únicamente Dios está obligado en el cumplimiento de las mismas. Al hacerlo así, Él será glorificado al mantener Su causa por Israel. El énfasis principal de este capítulo estará en las profecías incondicionales del Antiguo Testamento.

Segundo, la base de numerosas profecías fueron las bendiciones y maldiciones condicionales del Pacto de Moisés: bendición por la obediencia (Levítico 26:1-13; Deuteronomio 28:1-14) y maldiciones por la desobediencia  (Levítico 26:14-45; Deuteronomio 28:15-68). Estas profecías encontraron su cumplimiento en la manera en que la nación completa respondió a los mandamientos de Dios. Esto es lo que las hizo condicionales. Cuando Israel caminaba dentro de las maneras de Dios, experimentaron Sus bendiciones. Cuando elegían desobedecer los mandamientos de Dios, sufrían el juicio de Él como una consecuencia del pecado. La desobediencia caracterizó la mayor parte de su historia. Por lo tanto, muchas profecías hablan del juicio inminente que vendría sobre ellos.  Dios hizo esto usando a las naciones Gentiles del alrededor para castigar a Su pueblo.

El aspecto de bendición y maldición sigue siendo aplicable a cada generación de Judíos. Como los Judíos de hoy están en un estado de desobediencia rechazando al Mesías, se mantienen bajo la mano castigadora de Dios. Están protegidos bajo las promesas de las profecías incondicionales (ver arriba), pero por ahora están fuera de las bendiciones de Dios.

Tercero, algunas profecías aluden a la salvación Gentil y sus bendiciones (Amós 9:11; Oseas 2:23). Aunque no estaba claro como los Gentiles tomarían parte de las bendiciones junto con Israel en el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento explica totalmente este concepto. Como reveló la Palabra de Dios, las Escrituras muestran como los Gentiles por medio de la Iglesia fueron incluidos  dentro de las promesas de Dios (Romanos 11:11-24) participando de Sus maravillosas bendiciones  en Cristo el Mesías. Hay otro tipo de profecías (no pronosticadas), pero este capítulo solo se limitará a las mencionadas arriba.

El Reino del Milenio

El primer punto es el Reino del Milenio que viene a la tierra. Para los Judíos esta es la profecía más sobresaliente del Antiguo Testamento. Describe un periodo de tiempo en el que los Judíos disfrutarán la relación pactada con Dios sin impedimentos por el pecado o por la confusión. Durante este tiempo disfrutarán todas las promesas que Dios en Su Palabra les ha hecho. La tierra será próspera, y los Gentiles, entre los Judíos, experimentarán las bendiciones de Dios en este reino terrenal. El Reino del Milenio, que también es conocido como el Reino Mesiánico, es lo que todo Judío religioso espera en cada generación.

El Nuevo Testamento revela que el arrepentimiento es un prerrequisito para entrar a este periodo del reino.  Este punto del arrepentimiento fue la piedra que hizo tropezar a los Judíos en la primera venida de Cristo. El no arrepentirse en ese tiempo retrasó esa maravillosa época de prosperidad física y espiritual (ver capítulo 7). Sin embargo, el rechazo hacia Cristo como nación no nulificará esta promesa incondicional que Dios cumplirá a Su tiempo (ver capítulo 16). Los muchos pasajes que hablan de este periodo se encuentran en los profetas mayores y menores (Isaías 25-27; 60; Amós 9:11-15; Miqueas 4:1-8)

La Preservación y Restauración de Israel

La participación de los Judíos en el futuro Reino del Milenio nos lleva a la siguiente área de la profecía, la preservación y restauración de la nación Judía.

“Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus olas; el SEÑOR Todopoderoso es su nombre: Si faltaren estas leyes delante de mí, dice el SEÑOR, también la descendencia de Israel dejará de ser nación delante de mí. Así ha dicho el SEÑOR: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice el SEÑOR.” (Jeremías 31:35-37)

Dios está haciendo una afirmación sobre la naturaleza indestructible de la nación. Israel como pueblo nunca será completamente destruido. Dios seguirá preservando la nación, aún durante sus días de desobediencia.  Esta preservación de la nación es uno de los medios por los que Dios testificará la verdad de Su Palabra. El mundo completo no puede negar la supervivencia de Israel a la luz de la hostilidad anti Semítica  dirigida a ellos a través de la historia. El Holocausto debía haber sido suficiente para destruir el espíritu de los Judíos. En vez de eso se restablecieron como nación en 1948. ¿Cómo sobrevivieron los Judíos? La Palabra de Dios nos da la respuesta (Jeremías 31:35-37).

La continua existencia de Israel está basada hoy en las promesas incondicionales de la Palabra de Dios a ellos. Recordemos que incondicional significa que Dios sólo dará cumplimiento a Su Palabra. Cuando uno ve a Israel hoy, observará que tanto las promesas condicionales como las incondicionales están trabajando. La mano de Dios ha preservado a este pueblo incondicionalmente, y aún así hay una gran confusión entre ellos. El que los Judíos no hayan aceptado a Cristo en la fe los ha dejado sin las bendiciones de Dios. Sin embargo, los Judíos sobrevivirán por las promesas incondicionales de Dios.

Los Pactos Incondicionales del Antiguo Testamento

El tercer punto que involucra a las profecías es los pactos incondicionales. Estos pactos, que de hecho son, una extensión del Pacto Abrahámico tratan los aspectos principales que forman las provisiones de Dios a Abraham.

1. El Pacto de la Tierra

El primero es el pacto de la tierra, o como es conocido en algunos círculos, el Pacto Palestino (Deuteronomio 30:1-8). Este pacto reitera lo que Dios ya había declarado a Abraham en Génesis. El contexto una vez más habla de la ocupación de Israel de la tierra de Canaán de manera permanente

“Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado el SEÑOR tu Dios, y te convirtieres al SEÑOR tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido el SEÑOR tu Dios. Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. Y circuncidará el SEÑOR tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. Y pondrá el SEÑOR  tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. Y tú volverás, y oirás la voz del SEÑOR, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy.” (Deuteronomio 30:1-8).

Dios está asegurando a Israel la propiedad de la tierra. No importa lo que haya sucedido en su historia, ya sea la ocupación Gentil de la tierra o los intentos actuales para arrojar a los Judíos de la tierra, el título de propiedad pertenece a la nación de Israel. El reclamo que hacen hoy los Palestinos Árabes, declarando su derecho sobre la tierra, ya ha sido decidido por Dios. De hecho la restauración final de Israel pondrá los límites más allá de los límites actuales de la nación (Génesis 10:19; Éxodo 23:31; Números 34; Deuteronomio 1:7-8; Ezequiel 47:13-20). De acuerdo a estos pasajes, los límites de Israel hacia norte  incluirán la parte sur de la actual Siria. Los límites hacia el este serán el Mar de Galilea y hacia abajo a lo largo del Rio Jordán hasta el Mar Muerto. Los límites hacia el sur correrán de Mar Muerto atravesando la Península de Sinaí y hasta el valle el-Arish. El Mediterráneo será el límite occidental y se extenderá más allá del actual Líbano.

No se puede separar el aspecto de la tierra de la restauración completa de Israel. Las dos van de la mano y serán cumplidas juntas, cuando Israel sea restaurado en la tierra con las bendiciones de Dios sobre él. Este motivo se trata durante todo el Antiguo Testamento (Isaías 60:5-12; 62; Ezequiel 36:24-28; 39:25-29).

2. El Nuevo Pacto

El segundo pacto incondicional es el Nuevo Pacto, que se refiere al aspecto de bendición espiritual del Pacto Abrahámico.

 “He aquí que vienen días, dice el SEÑOR, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.  No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice el SEÑOR.  Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el SEÑOR: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.  Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al SEÑOR; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el SEÑOR; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.” (Jeremías 31:31-34).

Ciertas observaciones de este pacto demandan nuestra atención. Primero, sabemos que este pacto no es como el que hizo Dios en el desierto con Moisés (Pacto de Moisés). Este es superior a aquel pacto. El libro de Hebreos muestra la naturaleza temporal e inferior del Pacto de Moisés en comparación con el Nuevo Pacto (Hebreos 8:6-13). Segundo, al cumplirse este pacto, todo Israel  será bendito con el derramamiento del Espíritu Santo. Todo Judío creyente de la última generación experimentará una regeneración espiritual por el Espíritu Santo. Ningún Judío durante este tiempo estará fuera de las bendiciones de Dios. Tercero, este pacto que se trata con mayor detalle en la revelación del Nuevo Testamento, empieza con la sangre de Jesucristo siendo derramada por nuestros pecados (Lucas 22:20; Hebreos 9:15). En ese momento se abrieron las puertas para que los Judíos y Gentiles experimentaran las bendiciones espirituales  del Pacto Abrahámico. Por lo tanto, las bendiciones celestiales, bendiciones en Cristo (Efesios 1:3-14) fueron posibles bajo este Nuevo Pacto.

Cuarto, a la luz de esto,  necesitamos considerar que la nación completa (Israel) no está experimentando las bendiciones del Nuevo Pacto actualmente. Con el rechazo de Israel hacia el Mesías, la nación no ha podido entrar a este aspecto de bendición. Los Judíos que en lo individual han aceptado al Mesías están participando de estas bendiciones como miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia. La nación completa no experimentará esto hasta la Segunda Venida de Jesucristo. El Nuevo Pacto está vigente hoy, pero en relación a Israel, no será experimentado hasta la restauración de la nación al final de la Tribulación (ver capítulo 16).

3. El Pacto Davídico

El tercer pacto incondicional es el Pacto Davídico que habla del trono eterno de David.

 “Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones.” (Salmo 89:3-4).

“Hallé a David mi siervo; Lo ungí con mi santa unción. Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo, Ni hijo de iniquidad lo quebrantará; Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, Y heriré a los que le aborrecen. Mi verdad y mi misericordia estarán con él, Y en mi nombre será exaltado su poder. Asimismo pondré su mano sobre el mar, Y sobre los ríos su diestra. El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación. Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra. Para siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme con él. Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los días de los cielos.” (Salmo 89:20-29)

Cuando Israel sea restaurado en la tierra junto con las bendiciones de Dios, algo más que fue profetizado en este pasaje tendrá lugar que no es verdad de los Judíos de hoy. Un rey se sentará una vez más en el trono de David. Desde el tiempo de la destrucción del templo por Nabucodonosor, el trono de David se ha mantenido vacante. Sedequías fue el último rey de Judá antes de la deportación de los Judíos en 586 A.C. El retorno de los Judíos a la tierra en la historia nunca ha incluido la restauración del trono de David. De acuerdo a la promesa de Dios (el Pacto Davídico), el Rey David tendrá una dinastía eterna.

El cumplimiento de este pacto vendrá a través de la semilla principal de Israel, el Mesías. Cristo que introdujo el Nuevo Pacto con su sangre vendrá una segunda vez para ocupar Su lugar en el trono de David. Las profecías del Mesías pueden ahora ser tratadas para tener un mejor entendimiento en el cumplimiento de estos pactos.

Las Profecías del Mesías

Hay muchas profecías del Antiguo Testamento asociadas con el Mesías. Las Escrituras revelan que el Mesías nacería y tomaría a la humanidad (Isaías 7:14). Sufriría y sería despreciado como persona (Isaías 53:3-4). Él expiaría los pecados del mundo (Isaías 53:5), y gobernaría como rey. Sería llamado Dios (Isaías 9:6). Vendría para juzgar al mundo y se sentará en el trono de Dios para juzgar a las naciones. (Salmo 2). Su venida se asocia con la restauración de Israel (Isaías 60-66).

Para ver como sucederán todos estos hechos en la vida del Mesías, es necesario considerar las dos venidas de Cristo. Si no se considera este hecho (las dos venidas), las profecías del Mesías nos pueden causar confusión. Por ejemplo, la mayoría de los Judíos de hoy rechazan a Jesús porque el Reino del Milenio que debía haber iniciado en la primera venida, no se materializó. No comprendieron la realidad de Sus dos venidas. Esta cuestión confundió incluso a los discípulos. No pudieron entender  la enseñanza de Jesucristo en la crucifixión cuando ellos esperaban que se iniciara el Reino del Milenio. Al caminar con Él, entendieron que no todas las profecías que hablaban de Él se cumplirían en el mismo periodo de tiempo. Y se dieron cuenta de las dos venidas de Su ministerio.

Irónicamente el rechazo de los Judíos hacia Jesús realmente testificó la verdad de que Él era el Mesías. Si los Judíos lo hubieran aceptado, lo habrían invalidado de acuerdo a las Escrituras (Isaías 53). Las Escrituras que hablan de su rechazo y sufrimiento fueron cumplidas en su primera venida. Muchos Salmos que hablan de Jesús, también revelan el rechazo anticipado durante el Periodo del Evangelio (Salmo 22).

La segunda venida no será de la misma naturaleza. Cuando venga otra vez, vendrá a juzgar a las naciones del mundo. Dios juzgará los pecados del hombre por no creer la verdad de Cristo en Su primera venida. El Reino del Milenio seguirá al juicio (Apocalipsis 20:1-6). Durante este tiempo Cristo tomará su lugar en el trono de David  y reinará por mil años en la tierra. El periodo del reino, que los Judíos no creyentes  buscaban en Su primera venida, será cumplido en Su Segunda Venida. Muchas de las escrituras que hablan del reinado de Cristo se verán cumplidas en este periodo de tiempo. Esto cumplirá el Pacto Davídico. También es en este tiempo que el Nuevo Pacto en relación a la nación de Israel será experimentado y cumplido.  La última generación de Israel será purgada de todos los Judíos incrédulos, dejando una nación purificada que entrará al Reino del Milenio (ver capítulo 16).

El Juicio del Mundo

Otro punto que se trata en las profecías del Antiguo Testamento es el juicio del mundo. El Reino del Milenio será precedido por un periodo de tiempo conocido como la “Tribulación” (Isaías 24; Joel 2:1-2; Mateo 24). Dios traerá un juicio final hacia Israel y hacia el mundo. La Tribulación será el medio por el que Dios limpiará a Israel de su pecado y juzgará al mundo por sus maldades. La Segunda Venida de Cristo terminará este periodo de juicio. El libro de Apocalipsis (capítulos 6-19) nos muestra los eventos y las características de este tiempo (ver capítulo 15).

Resumen

Al incluir las Escrituras del Nuevo Testamento para hacer un sumario de las profecías, uno puede decir esto. Dios ha hecho a Israel  ciertas promesas (incondicionales) que Él sólo cumplirá. Hay un periodo de prosperidad física y espiritual (El Reino del Milenio) que está esperando a Israel y al mundo. Los Judíos nunca serán destruidos como pueblo, pero deben obedecer a Dios, como Su pueblo del pacto. La desobediencia caracterizará la mayor parte de su existencia. La nación de Israel en cada generación será castigada por su incredulidad, pero nunca será totalmente desprovista de las promesas incondicionales de Dios. Rechazaron al Mesías en su primera venida, pero este rechazo fue la puerta de entrada para el mundo no Judío (ver capítulo 8). La certeza de las promesas de Dios a Israel se encuentra bajo los tres pactos: El Pacto Palestino, el Pacto Davídico, y el Nuevo Pacto. Los pactos incondicionales (Palestino y Davídico) que hablan de la restauración de la tierra y del trono de David no serán cumplidos hasta la Segunda Venida de Cristo. El Nuevo Pacto entró en efecto con la primera venida de Cristo, pero la nación en su totalidad no lo experimentará hasta el Reino del Milenio. Israel se mantendrá en un estado de desobediencia hasta la última generación, que pasará por la Tribulación. Este periodo limpiará a la nación y al mundo del pecado, en preparación para el Reino del Milenio. Será en este tiempo cuando todas las promesas de Dios a Israel y a la Iglesia serán cumplidas (ver la gráfica al final del capítulo 16).

Al final del capítulo 4, el Imperio Babilónico había tomado a Israel cautivo y deportó a los Judíos de la tierra. Por primera vez Israel completa fue una nación dispersada fuera de su tierra. El trono de David quedó vacante, y la tierra quedó bajo dominio Gentil. Israel regresaría en diferentes ocasiones pero nunca alcanzaría las alturas de la gloria que compartieron bajo la Teocracia con David y Salomón como reyes. Con el paso del tiempo muchos cambios y adiciones tendrían lugar en cuanto a la Ley de Moisés que fue perjudicial para su entendimiento del  plan de Dios para ellos.