CUÁLES SON LA VERDADERAS CAUSAS DE LA DEUDA Y DEL DÉFICIT DE EE.UU

 

Por Ismael Hossein-Zade (*)
Asia Times, 03/08/11
Islam Times, 04/08/11

Es obvio que ninguna enfermedad puede curarse con éxito sin un diagnóstico apropiado de su origen. En sus frenéticos esfuerzos por remediar la plaga de la deuda nacional y del déficit, sin embargo, los responsables políticos de EEUU tienden a rehuir las causas de la raíz del problema y concentrarse, en su lugar, en chivos expiatorios.

¿Cuáles son las causas en la raíz de la deuda nacional y del déficit? Son, antes que nada, los paquetes de rescate de multi-billones [millones de millones] de dólares que fueron se otorgaron a Wall Street a fin de rescatar a los jugadores financieros, la constante escalada de los costes de la guerra y el militarismo, los inmensos regalos tributarios a los acaudalados y el vertiginoso aumento de los costes de la atención sanitaria, incrementados sistemáticamente por las compañías aseguradoras y farmacéuticas.

¿Cuáles son los chivos expiatorios? Son los derechos de la red social (seguridad social, Medicare y Medicaid) y los gastos discrecionales no militares: salud, educación, vivienda, transporte, el medio ambiente, el desarrollo comunitario, ciencia y energía, servicios humanos, etc. Los califico de chivos expiatorios porque no constituyen las fuentes de la continua escalada de deuda y déficit.

Tomemos, por ejemplo, la Seguridad Social. Ante todo, es un programa de seguro que se autofinancia, financiado por impuestos sobre la renta, no una dádiva o cortesía del Tío Sam. Segundo, aunque ya no tiene un excedente como solía tener, tiene todavía, sin embargo, un excedente considerable. Por cierto, sin el excedente de la Seguridad Social, la deuda federal sería mayor de lo que es. Tercero, en la medida en que el fondo fiduciario pueda enfrentar una insuficiencia en el futuro, puede remediarse fácilmente, por ejemplo, aumentando el nivel máximo de impuesto gravable (para propósitos de renta) de los actuales 106.800 dólares a un nivel ligeramente superior.

Como la Seguridad Social, Medicare es un programa de seguro financiado por el impuesto sobre la renta. (Del 15,4% del impuesto a la renta, el 12,5% va para financiar la Seguridad Social y el 2,9% restante para financiar Medicare). Hace poco que los gastos de Medicare se han aproximado a sobrepasar sus ingresos. Esto también se puede remediar fácilmente si el máximo ingreso imponible para financiamiento de la renta se aumenta por encima de los actuales 106.800 dólares.

La presión financiera sobre el programa Medicare (como sobre el programa Medicaid) no se debe tanto a los ingresos del programa como al aspecto de los costes, de los cuales hay que culpar a las compañías farmacéuticas y aseguradoras médicas, no al propio programa. Por cierto, el programa en sí ha sido un caso muy exitoso de programas de seguros de la salud de un solo pagador. Hay sospechas razonables de que éste es el motivo por el cual poderosos grupos de intereses apuntan a la destrucción de Medicare ya que lo ven como un “mal” ejemplo de un programa de seguro de salud de coste eficiente y exitoso.

Así como los derechos a la seguridad social no son las fuentes de los problemas del déficit, tampoco lo son los gastos discrecionales no militares como la sanidad, la educación y otros gastos sociales y de infraestructura.

Para empezar esos gastos (o para ser más precisos, inversiones en el mantenimiento o edificación del capital físico y humano de la sociedad) constituyen solo una pequeña parte (15%) del presupuesto federal total. Además, su parte en el aumento en los desembolsos federales ha sido bastante ínfima en los últimos años, solo 14 centavos por cada dólar en la última década, difícilmente suficiente para culparlo del astronómico aumento de la deuda y los déficit federales durante este período (Instituto de Política Económica, Memorando de Política Nº º187, 13 de julio de 2011).

Es obvio, por lo tanto, que los negociadores presupuestarios, que se agitan y gritan por el techo de la deuda, mienten desvergonzadamente al pueblo estadounidense, cuando culpan los derechos a la seguridad social y los gastos públicos no militares como fuentes de la deuda y el déficit federales. Un enfoque honesto de los problemas de deuda y déficit consideraría, en su lugar, las verdaderas causas de esos problemas: rescates de Wall Street, guerra y gastos militares, regalos tributarios a los ricos y costes fuera de control de la atención sanitaria.

La cleptocracia gobernante y los medios corporativos han creado un inmenso error de percepción respecto al rescate de los jugadores de Wall Street: que el gobierno pagó solo 780.000 millones de dólares de dinero público (con el TARP, Programa de Alivio para Activos en Problemas) para rescatar a los especuladores en bancarrota o próximos a la bancarrota, y que una vez que esos especuladores financieros volvieran a la rentabilidad, devolverían todo lo que debían a los contribuyentes – ¡y punto final!

En realidad, el dinero del TARP fue solo una pequeña fracción del regalo de dinero público del gobierno a Wall Street. Otras formas de apoyos gubernamentales, no conocidas por el público, incluyeron billones de dólares en subsidios, apoyos financieros, préstamos, compras de activos tóxicos sin valor a sus altos precios previos a la recesión, y una serie de desconcertantes tipos de saqueo.

El senador Bernie Sanders (de Vermont) lo describe como sigue: “la primera auditoría de arriba abajo de la Reserva Federal sacó a la luz impresionantes nuevos detalles sobre cómo EEUU suministró colosales 16 billones de dólares en préstamos secretos para rescatar bancos y negocios estadounidenses y extranjeros durante la peor crisis desde la Gran Depresión”.

Esto explica por qué la deuda federal ha aumentado de 9,2 billones de dólares en 2007 a 14,2 billones en 2011, un aumento de casi 55%.

Ahora es de dominio público que un importante contribuyente al crecimiento de la deuda y del déficit es el aumento en los gastos de la guerra y el militarismo, que casi se duplicó en la última década (de 295.000 millones de dólares en 2000 a los actuales 560.000 millones). Aunque el presupuesto oficial del Pentágono para el año fiscal 2011 es de 560.000 millones de dólares, la cifra real es casi el doble de la oficial.

El motivo de esta subestimación es que el presupuesto oficial del Departamento de Defensa excluye no solo los costes de las guerras en Iraq y Afganistán, sino también una serie de importantes ítems. Estos ítems de costes disfrazados incluyen: presupuestos para los Guardacostas, el Departamento de Seguridad Interior, armas nucleares, programas de veteranos, la mayoría de los pagos a militares retirados, pagos de intereses sobre dinero prestado para financiar programas militares en los últimos años y otros más.

Una vez que estos gastos desubicados o disfrazados se agregan al presupuesto oficial del Pentágono, los ítems presupuestarios relacionados con la “seguridad” y los militares, ascenderían a algo más de 1,1 billones de dólares, lo que absorbe aproximadamente un tercio de todo el presupuesto federal de 3,4 billones de dólares de 2011.

Otro importante contribuyente a la creciente deuda y déficit han sido los inmensos alivios tributarios otorgados a gigantescas corporaciones y a las capas muy acaudaladas de la sociedad. Por ejemplo, según Ciudadanos por la Justicia Tributaria (CTJ, por sus siglas en inglés), conocidos por sus informes exactos sobre tributación, el monto combinado de impuestos pagados por las siguientes 12 corporaciones para el período 2008-2010 fue cero, no, ¡fue menos de cero! Colectivamente, recibieron 2.500 millones de dólares en reembolsos.

Las 12 corporaciones fueron: Exxon Mobile, Wells Fargo, DuPont, American Electric Power, Boeing, FedEx, IBM, General Electric, Honeywell International, United Technologies, Verizon Communications y Yahoo. CTJ informa que “desde 2008 hasta 2010, esas 12 compañías informaron sobre 171.000 millones de dólares en beneficios en EEUU antes de impuestos. Pero como grupo, sus impuestos sobre ingresos federales fueron negativos: –2.500 millones de dólares.” (Hay que señalar que aunque los impuestos por el ingreso federal total para el grupo de 12 en su conjunto fueron negativos, cuatro de las 12 pagaron un cierto impuesto federal, pero los pocos impuestos que esas cuatro pagaron fue más que compensado por las otras siete compañías que no pagaron nada.)

Es una indicación de cómo las grandes corporaciones de EEUU pagan –o evitan pagar– sus obligaciones tributarias. Los extremadamente ricos y poderosos grupos de intereses han utilizado (desde finales de los años setenta y comienzos de los ochenta) deliberadamente una combinación del aumento de los gastos militares y de reducción de sus obligaciones tributarias para redistribuir los recursos nacionales desde abajo. Como esta combinación conduce a aumentos en deuda y déficit, luego obliga a recortes en los gastos públicos no militares.

Esto representa una estrategia cínicamente astuta por parte de la plutocracia gobernante que se beneficia con la guerra, el militarismo, la deuda y el déficit: en lugar de financiar sus guerras y aventuras militares pagando impuesto en proporción a sus ingresos, se otorgan alivios tributarios, financian sus guerras predilectas mediante préstamos y luego se dan vuelta y prestan dinero (impuestos no pagados) al gobierno y ganan intereses. Así los ricos han convertido exitosamente sus obligaciones tributarias en derechos de crédito, es decir, prestan en lugar de pagar impuestos, lo que es en esencia una forma disfrazada de robo.

De este breve análisis se desprende obviamente que los perros políticos de Washington que ladran ante los gastos públicos no militares como fuente del aumento de la deuda nacional y del déficit llaman a la puerta equivocada. Mientras los gastos fuera de control para la guerra y el militarismo no se frenen, las multimillonarias dádivas para el bienestar corporativo (en la forma de regalos tributarios y costosos paquetes de rescate/insolvencia) no sean reducidas, y los costes de atención sanitaria en vertiginoso aumento no se restrinjan, la deuda nacional y el déficit van a continuar su tendencia ascendiente.

También es obvio que se miente al pueblo estadounidense cuando se le dice que todo el litigio que tiene lugar en Washington por el techo de la deuda es para reducir la deuda nacional. En realidad, la deuda nacional seguirá aumentando incluso si el gobierno de las corporaciones extrae unos pocos billones de dólares reduciendo aún más los gastos públicos no militares, es decir, reduciendo aún más el nivel de vida de la gente.


* Ismael Hossein-Zadeh, autor de “The Political Economy of U.S. Militarism” (Palgrave-Macmillan 2007), y de “Soviet Non-capitalist Development: The Case of Nasser’s Egypt” (PraegerPublishers 1989), es profesor emérito de economía en la Universidad Drake, Des Moines, Iowa.

¿CUÁL PUEDE SER LA CAUSA DE LA MUERTE DE MILES DE AVES ENCONTRADAS EN DISTINTOS PAÍSES?

Unas 400 palomas han sido encontradas muertas este viernes en una de las carreteras de la localidad de Faenza, en la provincia de Ravenna, al norte de Italia.
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¿QUÉ CAUSA EL EFECTO INVERNADERO?

Apocalipsis 11:18: «Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra«. 

Antes de mencionar qué causa el voy a definirlo lo más claramente posible. El es el fenómeno por el cual determinados gases, que son componentes de la atmósfera planetaria, retienen parte de la energía que el suelo emite por haber sido calentado por la radiación solar.

Este proceso evita que la energía solar recibida constantemente por nuestro planeta vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala planetaria un efecto similar al observado en un invernadero.

Las causas naturales son las que emiten a la atmósfera gases como el óxido nitroso, el dióxido de , el metano, el ozono y vapor de agua, sin intervención alguna del hombre. Un ejemplo clásico es la actividad volcánica, pero también favorecen al la actividad solar y las corrientes oceánicas.

Entre las causas de origen humano tenemos a la deforestación que aumenta la cantidad de dióxido de en la atmósfera. Además, los gases de también pueden ser liberados debido a la quema de gasolina, petróleo y carbón.

Existen algunos procesos de cultivo y uso de la tierra son una causa del . La mayoría de las fábricas también producen muchos gases que duran por más tiempo en la atmósfera.

También los aparatos eléctricos contribuyen con gases como los clorofluorocarbonos (CFC) que se utilizan en refrigeradores, aerosoles, algunos agentes espumantes en la industria del embalaje, productos químicos y de limpieza.

El crecimiento demográfico es un factor indirecto ya que con el aumento de la población las necesidades de las personas se incrementan. Por lo tanto, aumentan los procesos de fabricación así como los procesos de la industria y esto se traduce en el aumento de la liberación de gases industriales que catalizan el .

Todas estas causan hacen que el calor se conserve en nuestra atmósfera y la temperatura del planeta suba cada vez más, colaborando inevitablemente con .

Fuente: www.ojocientífico.com

HOGARES EN CRISIS: CAUSAS Y SOLUCIONES

La familia es la piedra angular de la sociedad. Las familias dan a las personas su propósito, su identidad, su sentido de partencia. Ellas proveen valores y a nivel social, ofrecen independencia espiritual y financiera. Cuando se derrumbe la estructura de la familia, la consecuencia es el derrumbamiento de la sociedad. Por lo tanto no es de extrañarse que nuestros líderes estén procurando socavar a la familia. La destrucción de la familia ha sido promovida por muchas organizaciones a través de una gran variedad de medios.

El concepto de “Matrimonio y Familia” no es para todo el mundo pero por lo general es el patrón natural. Es un patrón dado por Dios, necesario para realizarnos como seres humanos.El matrimonio es la unión de dos personas en uno. Es una institución heterosexual designada a unir a una pareja de por vida y fundar una familia. Es una relación de pareja basada en confianza y respeto mutuos. Hombres y Mujeres se necesitan mutuamente para estar completos. La mujer se desprende de su “independencia” y la intercambia por el amor de su esposo. El poder femenino en intercambio por el poder masculino expresado en amor, es la esencial de un contrato heterosexual. El sexo es el símbolo de este lazo exclusivo.

Los hombres llevan dentro la naturaleza en buscar el poder. Las mujeres quieren amor, ellas quieren que los hombres las amen y que sean fieles y devotos. Así como el instinto de cada mujer les dice que se casen y tengan hijos, el amor es un acto instintivo de autosacrificio. La femineidad está definida por el amor de la mujer al esposo, los hijos y el hogar. Una mujer pone a su esposo primero y después a sus hijos antes que a ella misma. Las mujeres verdaderas incluso se autoretractan y mantienen un perfil discreto. Se dan ellas mismas a sus esposos y sus hijos y están satisfechas viéndolos prosperar y recibiendo su amor, respeto y gratitud. La mujer hace su supremo sacrificio por solo un hombre el cual la valora y provee por su familia. Los hombres instintivamente quieren cumplir con esta responsabilidad. Un hombre necesita sentirse necesitado. Su rol es el de ser guía, protector y proveedor. Protegiendo a su esposa y sus hijos, es un instinto natural y además una motivación para ellos. La masculinidad es definida por el poder y liderazgo.

El poder masculino es el más grande afrodisiaco femenino. Esto no significa que las mujeres no puedan tener carrera o que un hombre no pueda cocinar o cambiar pañales. Pero cada uno fue creado para llenar los roles de su propio sexo. El hombre es el proveedor y la mujer la res-ponsable de llevar el hogar y los hijos.

Las mujeres son iguales a los hombres en términos de sus derechos a la dignidad y a la auto-preparación. Una mujer verdadera tiene belleza, gracia y sabiduría. Todo esto viene de un estado espiritual y no por per-seguir una exhaustiva carrera para la cual requiera maneras masculinas toscas. En cuanto al feminismo, éste ha enseñado a las mujeres a rechazar este modelo como “pasado de moda y estereotipo opresor” incluso cuando éste refleje sus instintos naturales.

El feminismo es una de las patrañas del Nuevo Orden Mundial

El feminismo fue creado por los Rockefeller y los Rothschild para envenenar las relaciones hombre-mujer (divide y reinarás); para neutralizar ambos sexos, haciendo a las mujeres menos dispuestas al matrimonio y a la maternidad y a los hombres, incapaces de sacrificios por su familia.

El feminismo solo podría existir gracias a los medios de comunicación que promuevan la idea, mostrándolo en libros, películas, shows de televisión, música, arte, anuncios publicitarios y muchas cosas más.

El feminismo ha corrompido moralmente a las mujeres y ha degenerado a la civilización occidental. Ha arruinado millones de vidas. En menos de 50 años, el feminismo y la liberación sexual ha desvastado la sagrada institución de la familia. En su mayoría los hijos productos de hogares divorciados han engrosado las listas de depresiones, suicidios o simplemente fracasados, incapaces de llevar una vida normal porque no tuvieron ese rol durante sus años de formación.

La mascarada del feminismo como “derecho de las mujeres” enseña a las mujeres que sus instintos biológicamente naturales están “social-mente diseñados para oprimirlas.”

El feminismo enseñó a millones de mujeres que dejaran las cocinas y consiguieran una carrera, y que hagan de ésta su prioridad principal. ¿Desde cuándo son las carreras profesionales una fuente de realizamiento personal? Una mujer puede tener una carrera, pero debería ser su segunda prioridad. También se les dijo que fueran independientes, pero el matrimonio no es cuestión de independencia. Los sentimientos románticos de un hombre salen parcialmente de la necesidad de proteger a su mujer, el podría cuestionar su propósito y sus sentimientos por ella cuando ella se hace independiente. Esto no quiere decir que la mujer esté sometida al hombre, tanto hombres como mujeres son entes individuales con sus propios pensamientos y sentimientos y puntos de vista. La independencia que persigue los propósitos egoístas, destruyen al matrimonio ya que los objetivos perseguidos son aspiraciones individuales en vez de ser un destino común.

El feminismo desplaza al matrimonio cuando las mujeres se em-peñan en renegar de su femineidad y desafían a los hombres. El feminismo no deja a las mujeres aceptar un liderazgo masculino. Las feministas quieren suplantar a sus esposos. En los puestos de trabajo un hombre puede aceptar liderazgo de una mujer competente. Pero en casa, un hombre que reciba órdenes de su esposa no es un hombre, y usualmente no puede funcionar como tal. Que no se malinterpreten mis palabras, no es que sea un medio hombre sino que la autoridad de la mujer ha mermado su capacidad de discernir y decidir en partes equitativas en las decisiones que afecten a la familia. Las mujeres no pueden respetar a un hombre a quien pueden controlar se escucha con frecuencia decir a muchas con orgullo en pecho: EN MI CASA MANDO YO, dejando aniquiladas a sus parejas no solo como hombres sino también como seres humanos sin voz ni voto. El resultado de todo esto es generalmente la ruptura.

Forzando a las mujeres a dejar de lado su femineidad y usurpar el rol masculino, el feminismo ha lanzado una herramienta en el mecanismo heterosexual natural de la humanidad. Millones de mujeres están condenadas a la soledad y frustración. Hoy en día mujeres dirigiendo una empresa, son solteras, ó divorciadas. Las dos facetas no han sido creadas para correlacionarse, ó triunfa en su carrera profesional y descuida su trabajo ó se dedica a su familia primero y combina con una carrera para dar el apoyo económico a su familia, ya que la primera es el patrón natural de la creación.

La soledad, la depresión ha llevado a las mujeres a medidas descontroladas por procrear a edades ya avanzadas mediante métodos anti-naturales, que satisfacerán sus instintos maternales descuidados anteriormente por perseguir aspiraciones profesionales, sino que además generarán familias sin una figura paterna, alterando así la psiquis de sus hijos.

Igualmente los hombres están despojados de su rol protector, proveedor y al amor esencial para desarrollar sus realizaciones. Ante la falta de compromiso de las mujeres, los hombres se sienten aún más libres para seguir con sus vidas fáciles sin responsabilidad alguna.

Henry Makow nos da el siguiente ejemplo: “El gesto de un hombre abriendo la puerta a una mujer demuestra como los hombres y mujeres se deberían relacionar. Todos sabemos que una mujer puede abrir una puerta por ella misma, pero cuando un hombre lo hace, el está afir-mando su femineidad, belleza y encanto. Cuando ella acepta esta cortesía, ella está revalidando el poder masculino del hombre. Este intercambio, una mujer rindiéndose al poder sicológico en intercambio por la protección masculina (ejemplo, amor) es la esencial de la heterosexualidad. Para desarrollar emocionalmente, hombres y mujeres necesitan una mutua revalidación tanto y como necesitan del sexo. El sexo es una expresión consecuente de esto.”

Bajo la intoxicante influencia del feminismo, las mujeres abren sus propias puertas. Ninguna identificación sexual es revalidada; tampoco el sexo madura emocionalmente. Los hombres se sienten de más é impotentes; las mujeres se sienten rechazadas y no tienen sexo en el contexto de amor.

El feminismo ha afectado incluso la forma de vestir. En la cultura occidental esa igualdad de los sexos se dejaba ver en sus principios con el lanzamiento de prendas unisex, ropa para hombres y mujeres, estilos unisex. La mujer femenina es ahora catalogada como cursi y anticuada.

Las mujeres han optado por todo lo que les dé comodidad. Calzado cómodo unisex. Cabellos cortos para no perder demasiado tiempo arreglándose, poco maquillaje ó mejor aún nada de maquillaje. Ropa compartida entre esposo y esposa, así se maneja mejor el presupuesto, ellas están cómodas, no necesitan de más, perdieron el orgullo de sen-tirse bellas y femeninas.

Nuestros líderes que manejan el mundo, muestran lo moralmente tradicional como “pasado de moda”. La liberación femenina les ha enseñado buscar sexo solo para su propia satisfacción. Hoy en día la mayoría de las mujeres actúan como si el sexo fuera la única manera de atraer a un hombre. Ellas tratan de negociar el sex appeal, con amor eterno y familia. Esto es rebajarse a sí mismas, es enviar el mensaje equivocado a los hombres. Pero que se puede esperar de este bloque de la sociedad si desde temprana edad están expuestas a las telenovelas y hoy en día a los reality shows donde personas cuidadosamente seleccionadas por su falta de moral y escrúpulos se despojan de su privacidad y dejan filmar sus perversiones, luego con la propa-ganda indiscriminada de los medios de comunicación, estos patrones inmorales llegan a los jóvenes de hogares en que “ambos padres trabajan” y éstos lo adoptan como patrón normal de vida. Todo lo moral, es no solo anticuado sino desconocido.

Si una mujer quiere amor y familia, entonces no deberá presentarse a sí misma en términos sexuales. No se relacione con hombres que no tienen tiempo para cortejar ni para el matrimonio. Serás abandonada.

Los hombres necesitan dejar de buscar sexo y empezar a buscar a la mujer ideal. Hay muchas mujeres jóvenes que buscan una relación seria. Lamentablemente muchas están en crisis debido a que los hombres modernos ven a las mujeres como hambrientas de poder y obsesionadas con la actuación sexual de los hombres. El sexo está sobrevalorado. Vivimos en una cultura que asume el sexo como una experiencia mística, necesaria para nuestras realizaciones.

paperboy@home.nl

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LAS RAZONES DE LAS PESTES

peste

Por Mempo Giardinelli

A la epidemia de dengue la sucede, más amenazante aún, la pandemia de influenza que viene de México. Una por mosquitos, otra por aves o porcinos, las dos con viejas taras argentinas sobrevolando la tragedia. No importa si los enfermos declarados, confirmados o sospechados son 10 mil o 50 mil o muchos más. No importa la guerrita política de una oposición que, sin fuerza ideológica ni moral, sólo busca aprovechamientos electorales en la desdicha de la ciudadanía y en particular de la que está cautiva del abominable sistema mediático que padecemos, frente a cierto oficialismo que también prioriza las elecciones sobre la salud de la población y, como se sabe, ha hecho de la mentira estadística una marca de gestión.

Si uno consigue descartar esa puja, que está a la vista en Charata como en Salta, y en Santa Fe como en el conurbano bonaerense o donde quiera haya ánimos calientes, lo que se ve –y que realmente importa y alarma– es que en la Argentina estamos viviendo pestes que recuerdan a las de la Edad Media. Pestes que empezaban entre los más pobres y se expandían hasta afectar a todos los sectores sociales, como la pavorosa epidemia de fiebre amarilla que mató a medio Buenos Aires en 1871.

Las pestes, se dice, llegan para quedarse. Pero entonces también habría que decir que el ahora famoso mosquito existe entre nosotros desde hace décadas y retorna porque no hubo prevención, como no la hubo frente a muchas otras enfermedades que han retornado. No hace falta ser sanitarista para darse cuenta. El Mal de Chagas sigue siendo el mayor causante de muertes entre el pobrerío argentino, y volvieron también el cólera, la tuberculosis y la fiebre amarilla. Y encima parece evidente que el glifosato y otros venenos amados por “el campo” han quebrado el equilibrio biológico y el autocontrol de la Naturaleza.

Por eso el invierno no será la solución, como no habrá solución definitiva verdadera mientras el oportunismo electoral de Gobierno y oposición continúe en el centro de la escena. Porque la falta de prevención les cupo a todos los gobiernos de por lo menos los últimos cuarenta años: militares, peronistas, radicales, menemistas, aliancistas, duhaldistas y kirchneristas. Todos, sin excepción, permitieron por omisión que estas pestes se instalaran entre nosotros.

Yo me crié en un ambiente, en el Chaco, en el que la fumigación y la prevención eran constantes. El papá de mi más íntimo amigo era un médico que se ocupaba de tener a raya al paludismo, en nombre de lo que entonces era el Ministerio de Salud Pública, con fondos de la OMS. Y también había un centro de investigación chagásica que era modelo en el mundo. Y hasta las mangas de langostas que asolaban los campos (y que ahora también han vuelto) eran contenidas mediante políticas de prevención, fumigación y esclarecimiento permanentes. Quiero decir: era un tiempo en el que los posibles males colectivos eran previstos, investigados, atendidos y combatidos de manera sostenida.

Nada de eso se hizo en los últimos treinta años. Todo se abandonó. Primero los dictadores, después el menemismo y sus patrones neoliberales, TODOS recortaron presupuestos y acabaron con la prevención. Es ésa y no otra, en el contexto de pobreza creciente que ellos mismos desarrollaron, la verdadera razón y origen de estas lacras.

Es urgente terminar de una vez con las causas profundas de estas enfermedades que son típicas de la pobreza y la miseria, reorganizando la prevención sostenida y permanente como política de Estado que atienda los múltiples aspectos sanitarios, educativos y sociales, pero sobre todo iniciando la urgente obra de acabar con la pobreza infame que ofende a la Argentina moderna y que insólitamente no es preocupación principal ni del Gobierno ni de la oposición.

Se trata de terminar con la mentira de que no son enfermedades de la pobreza. Sí lo son. Como sucede con todas las epidemias que en el mundo han sido: empiezan por los eslabones más débiles hasta que llegan a lo más alto de la cadena social. Por eso hay que descacharrar, claro, pero entonces hay que terminar con los desarmaderos y el negocio de casi todas las policías. Hay que evitar que se junte agua, por supuesto, pero entonces hay que disponer que este país tenga agua corriente y cloacas para todos. Hay que poner alambre tejido en puertas y ventanas, pero primero hay que tener viviendas dignas y no casillas o taperas que ofenden a la especie humana.

Pero de esto casi no se habla, y los multimedios insisten en recurrir a cualquier astucia que fomente la desazón de las atemorizadas y siempre manipulables clases medias. La solución verdadera sería que todos –Gobierno, oposición y medios– aunaran esfuerzos en pos del superior objetivo de la salud de toda la población. Pero para eso hace falta grandeza. Y vaya que escasea.