LA MUSICA ocupaba un lugar prominente en la vida religiosa de los antiguos hebreos. Usaban gran variedad de instrumentos musicales (ver Sal. 150), entre ellos algunos tipos que habían existido desde los albores de la historia (Gén. 4: 21). Se recurrió a la música en muchos de los grandes acontecimientos de la historia de los hijos de Israel. Celebraron con canto, pandero y danza (Éxo. 15: 20) su liberación cuando el ejército egipcio fue destruido en el mar Rojo. Se tocaron trompetas para indicar el momento de la milagrosa caída de los muros de Jericó (Jos. 6: 16). Cuando se trasladó el arca desde Quiriat-jearim hasta Jerusalén, en la orquesta de David tocaron por lo menos cinco diferentes clases de instrumentos (2 Sam. 6: 5). En el templo de Salomón se estableció una complicada organización musical para los diversos servicios allí realizadas.
.Los Instrumentos musicales, como todos los objetos de uso diario, tienen una larga historia y en muchos detalles han cambiado su apariencia y forma. Algunos instrumentos antiguos no se usan más. Han sido reemplazados por otros. Hoy existe una variedad de instrumentos mayor que la de otros tiempos. Han cambiado también muchos nombres. Por ejemplo, en la RVA aparecen en Gén. 4: 21 el «arpa» y el «órgano», cuando en verdad se trata de una especie de lira y de flauta. Es difícil imaginarse cómo eran los panderos (Éxo. 15: 20), los salterios (Sal. 150: 3) o los tamborines (Gén. 31: 27).
.En lo pasado han aparecido varios estudios importantes sobre este tema. De ellos, los más útiles para preparar este artículo fueron los siguientes: del libro de J. Wellhausen The Book of Psalms (El libro de los Salmos), un apéndice titulado: «Música de los antiguos hebreos», que se publicó en 1898 en la Biblia Policroma, editada por P. Haupt. El estudio más actualizado sobre los instrumentos musicales desde la antigüedad hasta los tiempos modernos es el libro de Curt Sachs, The History of Musical Instruments (New York: W. W. Norton y Cía., Inc., 1940). El cap. 5 de esta obra trata de los instrumentos musicales de los israelitas. Un artículo popular, similar a éste, escrito por Ovidio R. Sellers, apareció en The Biblical Archaeologist, t. 4 (septiembre de 1941), págs. 33-47, bajo el título «Instrumentos musicales de Israel». El autor de este artículo expresa su reconocimiento por el material obtenido de todas estas obras. En Palestina misma, se han encontrado muy pocas representaciones de instrumentos musicales de los tiempos del AT. El único instrumento palestino antiguo que existe hoy es el címbalo. En la excavación de Bet-semes se halló un par de címbalos o platillos. Otro par apareció en Tell Abu Hawam. En Bet-el se encontró el mango de un sistro. Pero en el material arqueológico hallado en Egipto y Mesopotamia se encuentran muchos elementos que ayudan a formar un cuadro bastante claro de cómo eran los instrumentos musicales hebreos. Puesto que los egipcios, los asirios y los babilonios usaban instrumentos muy parecidos, es razonable suponer que los antiguos hebreos, que vivían entre las dos culturas, la del Nilo y la de Mesopotamia, tuvieran instrumentos musicales no muy diferentes de los de sus vecinos. Por lo tanto, algunas de las identificaciones a que se ha llegado en este artículo se basan en las evidencias provenientes de los países que han proporcionado un rico material pictórico, como también en el hallazgo de muchos instrumentos musicales que se han preservado en el antiguo Egipto gracias al clima seco de ese país. Debe admitirse que, a pesar de la existencia de este rico material, todavía hay dudas en cuanto a algunos de los términos usados en la Biblia para describir los instrumentos musicales. Por eso en las traducciones modernas de la Biblia aparecen variantes y divergencias.
I. Instrumentos de percusión
.Tambor.
.El lector podrá preguntarse si alguna vez ha leído la palabra «tambor» en el AT. Ciertamente, no aparece. Sin embargo la palabra hebrea tof, que está 16 veces en el hebreo y que la RVR traduce como «pandero», «tamboril» y «tamborín», representa en verdad un tamborcito de mano. Sachs dice que «ese tambor estaba hecho de un aro de madera y muy probablemente de dos cueros, sin ningún tipo de sonajero o cascabel, ni se usaban baquetas para tocarlo» (op. cit., pág. 108). En el Talmud se afirma que los cueros eran de carnero o de cabras silvestres. Era un instrumento tocado mayormente por las mujeres, pero en algunas ocasiones también era tocado por hombres. Se lo golpeaba con las manos y el sonido debe haber sido similar al de cualquiera de los tambores pequeños que hoy se tocan con la mano. Se lo usaba para acompañar el canto y la danza, y para acentuar el ritmo. En la lámina 1, aparece una representación egipcia del uso del tof. Al parecer, se lo usaba sólo en ocasiones festivas, según lo indican los siguientes pasajes bíblicos donde se lo menciona.
.Según Labán ese instrumento se usaba en su casa en ocasiones de alegría (Gén. 31: 27). María lo tocó para acompañar su canto después que los hijos de Israel fueron liberados de los egipcios en el mar Rojo (Éxo. 15: 20), y la hija de Jefté salió «pandero» en mano para recibir a su padre que volvía victorioso de la guerra (Juec. 11: 34). Tocaban este instrumento los profetas con quienes se encontró Saúl después de haber sido ungido como rey, y a los cuales se unió (1 Sam. 10: 5). También lo usaron las jóvenes que salieron al encuentro de Saúl y David en ocasión de su victorioso retorno de la batalla contra los filisteos (1 Sam. 18: 6). Había tambores de mano en la orquesta que David organizó para acompañar el traslado del arca desde Quiriat-jearim hasta Jerusalén (2 Sam. 6: 5). El salmista insta a sus lectores a usar este instrumento para alabar al Señor (Sal. 149: 3; 150: 4).
Címbalos.
.La palabra «címbalos», viene del griego kúmbala, vocablo que usa la LXX para traducir las palabras hebreas tseltselim, que aparece tres veces en el AT, y metsiltáyim, que se usa 13 veces en Crónicas, Esdras y Nehemías. Ambos vocablos vienen del verbo tsalal, «batir», «golpear», «retiñir», «sonar». El verbo en sí es onomatopéyico y sugiere el sonido producido por el instrumento. En Sal. 150: 5 se distingue entre «címbalos resonantes» y «címbalos de júbilo». La palabra hebrea que acompaña en el primer caso es shema, que significa «son», «sonido», mientras que la segunda es teru’ah, que significa «grito», «alarma». De esto se deduce que el «címbalo resonante» sería más suave que «el címbalo de júbilo». Se ha pensado que al golpear los címbalos uno contra otro con movimiento horizontal se produciría un sonido más suave que al tocarlos con movimiento vertical. En la lámina 2 hay un ejemplo tomado de un relieve asirlo. Los címbalos resonantes se tocaban con un movimiento horizontal, lo que daba un sonido más «claro» y suave.
Como ya se mencionó, en las excavaciones arqueológicas de Palestina se han encontrado dos pares de címbalos. Los que se hallaron en Tell Abu Hawam son de bronce y tienen un diámetro de unos 10 cm. En el centro tienen orificios por los cuales, sin duda, pasaba alguna correa que se anudaba en el interior del címbalo.
Como ya se mencionó, en las excavaciones arqueológicas de Palestina se han encontrado dos pares de címbalos. Los que se hallaron en Tell Abu Hawam son de bronce y tienen un diámetro de unos 10 cm. En el centro tienen orificios por los cuales, sin duda, pasaba alguna correa que se anudaba en el interior del címbalo.
No se mencionan los címbalos en la Biblia antes del tiempo de David. Aunque se conocieron en el valle de Mesopotamia, parecen no haberse conocido en el antiguo Egipto hasta la era cristiana. Según la Biblia, su uso se limitaba a las ceremonias religiosas. Figuran en la orquesta de David que actuó cuando se llevó el arca a Jerusalén (2 Sam. 6: 5), y con frecuencia en relación con la música del templo (2 Crón. 5: 12; 29: 25; Esd. 3: 10; Neh. 12: 27; etc.).
En la lista de instrumentos musicales que componían la orquesta de David en la memorable ocasión cuando se llevó el arca a Jerusalén (2 Sam. 6: 5), se menciona un tipo de instrumento que no figura en ningún otro pasaje bíblico. La palabra hebrea mena’an’ im que la RVR traduce «flautas» y la BJ «sistro», proviene del verbo hebreo nua´, «sacudir». En la LXX aparece la traducción kúmbala, «címbalos», que no puede ser correcta, ya que los «címbalos» no se sacuden, sino que se golpean uno contra el otro. La Vulgata parece tener la mejor traducción: sistris.
El sistro es un instrumento musical egipcio muy conocido. Tenía la forma de una herradura alargada, con orificios a los lados en los cuales se insertaban varillitas de metal dobladas en las puntas para que no se salieran. Estaba sujeto a un mango. Como los orificios eran más grandes que las varillitas, hacía un sonido como de sonajero cuando se lo sacudía (ver Lám. 3). Puesto que el sistro por lo general se usaba en el culto de Hator y de Isis en Egipto, Sachs pensó primero que la traducción «sistros» debía rechazarse en 2 Sam. 6: 5. Sin embargo, se han encontrado sistros en las excavaciones de cementerios sumerios en el sur de Mesopotamia. Allí no existió en absoluto el culto de Hator ni de Isis, de modo que Sachs luego opinó que David podría haber usado esos instrumentos (op. cit., pág. 121). En Bet-el se encontró un sistro en 1934 cuyo mango lleva la figura de la cabeza de Hator. Este hallazgo, en un nivel preisraelita, indica que los cananeos conocían el sistro, pero no prueba que lo hubieran usado los hebreos.
En Tell Beit Mirsim, que se cree haya sido la ciudad de Debir de los tiempos bíblicos, se hallaron algunos sonajeros de arcilla en un nivel habitado en tiempos de David. Estos sonajeros tienen la forma de un reloj de arena y contienen algunas piedrecitas en su interior. Es imposible determinar si eran instrumentos musicales o juguetes infantiles.
II. Instrumentos de cuerda
Arpa.
En la mayor parte de los casos donde aparece la palabra «arpa» en el AT, los traductores modernos no han comprendido bien los vocablos hebreos y arameos. El arpa de la antigüedad no ha recibido en las traducciones de la Biblia su debido nombre. Las arpas se usaban comúnmente en Mesopotamia y en Egipto desde tiempos muy remotos. La más antigua representación de un arpa, un instrumento de once cuerdas, aparece en un relieve de piedra de Lagash (Baja Mesopotamia), que data de antes del año 2000 AC. Las arpas mesopotámicas tenían la caja de resonancia en su parte superior, como lo indica el e ejemplo de Asiria, o en su Parte inferior, donde lo tenían todas las arpas egipcias. Por lo general, las arpas egipcias eran tan grandes que el músico debía apoyarlas en el suelo para tocarlas.
El instrumento musical bíblico que puede compararse con las arpas de Egipto o de Mesopotamia es el que la Biblia hebrea llama nébel. En primer lugar, nébel significa «odre», pero en 27 casos es el nombre de un instrumento musical. La RVR traduce ese vocablo 23 veces como «salterio», y las instantes como «vihuela», «arpa», «instrumento» y «flauta». En 14 de las ocasiones en que aparece nébel, la LXX usa nabla, lo que es sólo una transliteración; pero ocho veces la traduce como psaltérion, «salterio»*, y una vez como kíthara, «cítara». En la Vulgata se traduce psalterion, «salterio», 17 veces; lyra cuatro veces y nablium, tres veces; pero este vocablo es en realidad una transliteración del hebreo nébel. Jerónimo, traductor de la Vulgata, explica que en estos instrumentos la caja de resonancia estaba en la parte superior. De ser así, el arpa de los hebreos se habría parecido al arpa asiria de la lámina 4. Su caja de resonancia era redondeada y estaba totalmente recubierto de cuero, por lo cual, según las fuentes rabínicas judías, este instrumento recibió el nombre de nébel, que en hebreo significa «odre». Las mismas fuentes nos informan que las cuerdas del nébel eran más numerosas y más grandes que las de la lira. En consecuencia, el sonido debía ser más grave. Josefo, al escribir en el siglo I DC, afirma que este instrumento tenía 12 cuerdas que se tocaban con los dedos. Todas estas observaciones indican que el nébel de los hebreos sin duda era un instrumento muy similar al arpa.
Al estudiar los textos bíblicos que se refieren a este instrumento, se nota que el nébel se usaba casi exclusivamente con fines religiosos. Los profetas con quienes Saúl se encontró, luego de haber sido ungido rey, llevaban un nébel entre otros instrumentos (1 Sam. 10: 5). Se los usó en la orquesta de David que acompañó el traslado del arca (2 Sam. 6: 5). En muchos textos aparece como una parte de la orquesta del templo (ver 1 Crón. 15: 16, 20, 28; Neh. 12: 27; etc.). El salmista exhorta a usar el nébel para alabar al Señor (Sal. 150: 3).
III. Instrumentos de viento
Flauta.
Indudablemente los hebreos usaron la flauta, uno de los instrumentos musicales más antiguos representados en los monumentos egipcios. La palabra hebrea ‘ugab, que aparece cuatro veces en el AT, parece designar ese instrumento. Según Gén. 4: 21, fue uno de los primeros instrumentos que el hombre inventó. En ese versículo la RVR traduce correctamente «flauta», pero la RVA dice «órgano». Esta palabra se debe a la traducción de la Vulgata, donde el Hebreo ‘ugab se traduce organon. Jerónimo entendía por organon la flauta de Pan o siringa, una serie de siete a nueve tubos, unidos entre sí, cuya afinación se logra mediante las diferentes longitudes de los tubos. Esta identificación no puede ser correcta, pues la flauta de Pan no se conocía en el mundo antiguo antes del período griego. La mayoría de los comentadores modernos concuerdan en que el ‘ugab era una especie de «flauta» y que su nombre provenía del verbo ‘agab, «amar», pues la flauta es el instrumento de viento más relacionado con el amor. Sin embargo, Sachs piensa que la palabra ‘ugab refleja más bien «el sonido hueco de la vocal u, producido por una flauta vertical larga y ancha» (op. cit., pág. 106).
Si la identificación del ‘ugab con la «flauta» es correcta, deberá suponerse que la flauta hebrea era similar a la egipcia, de la cual no sólo se tiene el registro pictórico sino también ejemplares encontrados por los arqueólogos. La antigua flauta egipcia era una caña hueca con orificios laterales tallados a intervalos, sobre los cuales se ponían los dedos. La persona que tocaba la flauta la sostenía en posición transversal para soplar. En Mesopotamia, las flautas se hacían tanto de caña como de arcilla.
Al hablar de «flautas» se debe pensar más bien en la flauta dulce, la quena o la ocarina y no en la flauta metálica moderna.
Este instrumento aparece mencionado en los dos libros más antiguos del AT: Génesis (4: 2 l) y Job (21: 12; 30: 3 l). Junto con la lira, fue uno de los primeros instrumentos musicales de los cuales se tenga noticia. No parece haberse usado en el templo donde, probablemente, se preferían los instrumentos de mayor sonoridad. Sin embargo, se menciona en Sal. 150: 4 que el ‘ugab era uno de los instrumentos musicales con los cuales debía alabarse al Señor.
Puesto que carecía de válvulas o llaves, este instrumento tampoco podía producir una melodía, sino sólo las notas que habitualmente se usan para los toques de una, clarinada que, en el mejor de los casos, podrían ser ocho.