Por Dr. David Reagan
Este artículo es que he estado rumiando desde hace algún tiempo. Fue hace unos tres años cuando el Señor ha puesto el título en mi corazón. Comencé a orar acerca de ello y buscar en las Escrituras y dándole vueltas y vueltas en mi mente.
Finalmente, el mensaje comenzó a arder en mi corazón para un lanzamiento, así que me decidí a reunir para su presentación en nuestra conferencia anual de la Biblia.
Considero que es un testimonio personal acerca de mi fe. Como tal, no puede estar de acuerdo con lo que tengo que decir, pero espero que lo respeten, incluso como respeto a los creyentes que no están de acuerdo conmigo.
Introducción
Vamos a empezar por echar un vistazo a las palabras que comienzan y terminan en la Biblia.
La Biblia comienza con estas palabras:
«En el principio creó Dios los cielos y la tierra» ( Génesis 1:1 ).
La Biblia termina con estas palabras:
«Él [Jesús] que da testimonio de estas cosas dice:» Sí, vengo pronto. » Amén. ¡Ven, Señor Jesús « ( Apocalipsis 22:20 ).
La Biblia comienza con una revelación. La Biblia concluye con una promesa.
¿Cree usted estas palabras? ¿De verdad creen que sin reservas?
Si lo hace, entonces usted es una excepción a la norma, por el hecho del asunto es que la gran mayoría de cristianos – tanto católicos como protestantes, incluyendo incluso los evangélicos – no aceptan el significado del sentido llano de estos versos.
La razón es que el comienzo y el final de la Biblia son las dos áreas que más se abusa de la palabra de Dios. Eso es porque han sido espiritualizado en la nada.
El abuso de la espiritualización
Para aquellos de ustedes que pueden no estar familiarizados con el término, la espiritualización, permítanme explicar lo que significa para argumentar que el significado del sentido llano de las Escrituras no es su verdadero significado.
Déjeme darle un ejemplo clásico de la espiritualización de los escritos de un teólogo con el nombre de Loraine Boettner. Tiene que ver con su interpretación de Zacarías 14:1-9 .
Ese pasaje dice que en los tiempos finales Jerusalén será rodeada por fuerzas enemigas y estará listo para caer a ellos cuando el Señor se le regresará al Monte de los Olivos. Cuando sus pies toquen el monte, se divide por la mitad. Entonces el Señor le hablaba ni una palabra sobrenatural que inmediatamente va a destruir todas las fuerzas enemigas. Y ese día, el Señor será Rey sobre toda la tierra.
En su comentario sobre este pasaje, Boettner completamente espiritualizada. 1
Sostuvo que el Monte de los Olivos se encuentra el corazón humano. Las fuerzas enemigas simbolizan el mal en este mundo que lo rodea y los ataques al corazón. La venida del Señor representa lo que sucede cuando una persona acepta a Jesús como Señor y Salvador.
Por lo tanto, cuando Jesús entra en el corazón de una persona, su corazón (el Monte de los Olivos) se divide en la contrición, y todas las malas influencias en la vida de la persona son derrotados, y Jesús se convierte en rey de corazón de esa persona.
Eso es lo que yo llamo un ejercicio de imaginación!
Experiencia personal
Yo personalmente conozco mucho acerca de espiritualización, porque yo crecí en una iglesia que se especializó en esta perversión de las Escrituras. Déjeme darle un ejemplo, y una vez más, se refiere a Zacarías 14, versículos 1-9.
Descubrí que paso cuando tenía 12 años de edad, y yo no podía creer mis ojos cuando lo leí, porque todos los predicadores que jamás había escuchado había sido Amilenialistas núcleo duro – personas que no creen que Jesús jamás volverá a esta la tierra para reinar por mil años. Una y otra vez que había oído que los predicadores proclaman,
«No hay un versículo en la Biblia que implica que Jesús nunca puso los pies en la tierra otra vez.»
Bueno, aquí había un pasaje que hizo más que implicar. Lo dijo sin rodeos que el Mesías regresará al Monte de los Olivos, y que cuando sus pies tocan tierra, la montaña se partió por la mitad!
Por lo tanto, con temor y temblor, me fui a mi pastor, le mostró el paso, y le preguntó lo que significaba. Lo estudió durante mucho tiempo, y luego metió su dedo en mi cara y dijo:
«Hijo, no sé lo que este pasaje significa, pero yo le garantizo una cosa, esto no significa que lo que dice.»
EL BLOG DEL APOLOGISTA CRISTIANO/ INGº. MARIO OLCESE SANGUINETI (LIMA/PERÚ) 