ESTRATEGA DE HERMANDAD MUSULMANA SE PRESENTA PARA SER EL PRESIDENTE DE EGIPTO: PODRÍA CONVERTIRSE EN ENEMIGO DE ISRAEL

 

Más razones para orar por el pueblo de Egipto, y la Iglesia perseguida en Egipto.

«La Hermandad Musulmana la candidatura de su principal estratega y financiador de Khairat el-Shater el sábado como su candidato para convertirse en el primer presidente de Egipto desde que Hosni Mubarak, rompiendo una promesa de no buscar la oficina de la parte superior y el monopolio del poder», informa el New York Times . «Debido a la sin par de la Hermandad organización popular y atractivo popular, el Sr. Shater, de 62 años, un magnate multimillonario negocio que fue prisionero político hasta hace apenas un año, se convirtió inmediatamente en un sistema presidencial favorito. Si gana las elecciones de junio, la Hermandad, un grupo hasta ahora fuera de la ley islámica, que controla la presidencia, el Parlamento y el comité de redacción de la nueva Constitución, avanzar hacia una confrontación con los gobernantes militares de Egipto sobre el futuro del país. Su candidatura es probable que poner nervioso a Occidente y ya ha indignado liberales egipcios, que se preguntan qué otras promesas de moderación de la Hermandad puede abandonar. La Hermandad participa también en un enfrentamiento con los militares sobre sus llamadas a disolver el gobierno dirigido por los militares, y el grado de supervisión civil de los militares en la nueva Constitución. La participación de la Hermandad también convierte la elección en un referéndum sobre el papel de la política islamista en los gobiernos árabes de primavera después de que es seguro que resonará en toda la región. El Sr. Shater se enfrenta a sus rivales islamistas a su izquierda y la derecha – un un líder de la Hermandad más liberal anterior, el otro, un salafista ultraconservadora. De hecho, la Hermandad puede haber entrado en la carrera, en parte, porque una victoria o una victoria por cualquiera de las cerca de su rival islamista dañaría gravemente su autoridad como la voz principal del movimiento islamista en Egipto …. Un funcionario israelí, que habló bajo condición de anonimato, se negó a comentarios específicos sobre el Sr. Shater, pero pidió el nombramiento un giro preocupante. «Obviamente, esto no es una buena noticia», dijo el funcionario. «La Hermandad Musulmana no es amigo de Israel. No nos vaya bien. La gran pregunta será cómo pragmática serán una vez en el poder. Podría ir en cualquier dirección «.

Nota: el proceso de Egipto, de elegir a un presidente se iniciará 23 de mayo , y el ganador será anunciado el 21 de junio .

(Foto: «. La Hermandad Musulmana desde hace mucho tiempo la candidatura de su estratega de Khairat el-Shater en la elección presidencial de Egipto» / Moises Saman para The New York Times )

BLOG >> VIDEO: ¿Qué dicen las profecías bíblicas sobre el futuro de Egipto?

>> Más información sobre el 16 de junio en todo el mundo «Implosión Simulcast» – y regístrese hoy.

>> Ayudar a los cristianos necesitados bendiga israelíes y palestinos ahora, y estar preparados para una posible guerra con Irán nueva e importante en el epicentro – por favor, considere una generosa contribución deducible de impuestos monetaria al Fondo de Josué. ¡Gracias!

Fuente:

http://flashtrafficblog.wordpress.com/2012/04/01/muslim-brotherhood-strategist-set-to-run-for-president-of-egypt-could-emerge-as-enemy-of-israel/

MINISTRO DE IRÁN: «ISRAEL ES DEMASIADO PEQUEÑO COMO PARA DURAR INCLUSO UNA SEMANA DESPUÉS DE LA GUERRA REAL

El Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi, dice pese a la retórica escalada de la guerra de Tel Aviv contra Irán, el régimen israelí es demasiado pequeño como para sobrevivir incluso una semana después de la guerra real. «En primer lugar tomamos todas las amenazas poco grave, incluso cuando se trata del país más débil del mundo «, dijo en una entrevista con el canal de televisión danesa TV2.

Salehi agregó que Irán no considera que las afirmaciones de Israel o las amenazas como reales. «¿Qué es Israel? Es una entidad tan pequeña que no puede soportar una semana de guerra real , ni una semana «.

Cuidadito, cuidadito, no hay enemigo chico…!!!

EL DIABLO SÍ EXISTE, AUNQUE LES DUELA A LOS CRISTADELFIANOS

Ing º Mario A. Olcese (Apologista)

Hay una corriente moderna de teólogos Católicos, Protestantes  y Judíos que niega la existencia de un diablo personal cósmico y espiritual. Estos exégetas bíblicos sostienen que la creencia en ángeles caídos o también llamados “demonios”, es un mito medieval de origen pagano. Por ejemplo, para el teólogo R. Bultmann las figuras cósmicas como ángeles o demonios no les compete una realidad, pues las considera unas figuras míticas. Para este teólogo de renombre, el pecado es puramente un asunto del hombre. Cuando la Biblia, dice él, habla de “la esclavitud bajo el pecado” (Juan 8:34) quiere decir “esclavitud bajo el diablo” (1 Juan 3:8). Para Bultmann el pecado y el diablo son sinónimos. Es decir, cuando uno peca, uno se convierte en diablo. El diablo, según él, es nuestro pecado, o nuestra desobediencia a Dios.

Para el teólogo católico Herbert Haag, el diablo es la personificación del mal. Él escribe: “Satanás es la personificación del mal, del pecado. En todos los pasajes del Nuevo Testamento en los que aparece el nombre de Satanás o del diablo, podemos tranquilamente cambiar esos términos por ‘el pecado’ o por ‘el mal’… La misma función queda resuelta en el vocabulario de Juan con el término ‘mundo’ (Juan 15: 18i;  17: 14). El Nuevo Testamento utiliza, en fin, alternativamente y con el mismo significado los términos Satanás, diablo, mundo, pecado, mal”.

Pero el razonamiento de Bultmann, Haag, y de muchos otros como ellos, es peligroso, ya que de igual forma podríamos comparar Lucas 13:18 con Lucas 7:31 y obtendríamos una conclusión erradísima por cierto. Veamos lo que nos dicen estos dos textos lucanos:

“Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes?”  (Lucas 7:31)

Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé?”  (Lucas 13:18). 

 Si razonamos como lo hacen Bultmann y Haag, tendríamos que concluir que ‘el reino de Dios’, y ‘los hombres de esta generación’ son expresiones equivalentes. Pero: ¿Podría alguien creer que el reino de Dios esté compuesto por los hombres incrédulos de este mundo? —Imposible!

También podemos hacer ese mismo artificio con Santiago 4:7 y 1 Pedro 2:13. Veamos lo que dicen estos dos textos.

Santiago 4:7: “Someteos, pues, a Dios…

1 Pedro 2:13: “Someteos… al rey como a superior.”

Al comparar estos dos textos: ¿Sería lógico concluir que “someterse a Dios” es equivalente a “someterse al rey de una institución humana”?¿Era el rey humano Herodes—Dios?¿Es Dios una “institución humana”? Imposible.

 Por su parte, P. Schoonenberg  no nos habla de poderes personales, sino de poderes “personalizados” del pecado y de la muerte. Schoonenberg usa como sinónimos la “esclavitud del pecado” y “esclavitud del diablo” como lo planteó Bultmann.  De modo que hay una corriente de teólogos cristianos que niega la existencia de poderes personales espirituales, los cuales nunca fueron negados por la iglesia en los primeros tres siglos de la Era Cristiana. Incluso en el Edad Media se intensificó dicha creencia aunque mucho de ella fue distorsionada y mitificada con ideas paganas.                                                   

No obstante, la gran mayoría de creyentes Católicos y Protestantes cree en la existencia del diablo como una figura supramundana, cósmica, angélica, y maléfica. Entre los teólogos prominentes que son exponentes de un diablo personal están Karl Barth, Paul Althaus, Emil Brunner, Otto Weber, Hans Küng, D. Zähringer, Conrado Balducci, A. Winklhofer, J. Burton Brown, y muchos otros de renombre.

El problema de personalizar o personificar al diablo es que con igual criterio podemos personificar la ‘justicia’ con el término ‘Dios’. Podríamos decir, por citar un ejemplo, que ser “siervos de Dios” (Santiago 1: 1) es lo mismo que decir “siervos de la justicia” (Romanos 6: 18).  Es decir, podríamos concluir que Dios es la personificación de la justicia y no necesariamente una Persona Divina Todopoderosa y Eterna.

No dudo que Haag, Schoonenberg, y Bultmann se escandalizarían con esta lógica conclusión, pues ellos jamás pretendieron negar la existencia de un Dios personal y Todopoderoso en sus escritos.    

Por otro lado, los proponentes de la personificación del mal sostienen que pueden haber muchos ‘Satanases’, y muchos ‘diablos’ humanos. Por ejemplo, Herbert Haag recurre a 1 Samuel 29: 4 para demostrar que el rey filisteo Aquis, al querer llevar a la guerra al rey David, se convirtió en adversario (Satán) de él en la batalla. Para Haag, y no le restamos razón, todo individuo que se oponga a Dios es adversario (Satán) de él. Además, Haag recurre a 1 Reyes 11: 14, 23, 25 para demostrar que el mensajero de Jehová se convirtió en Satán cuando estorbó el paso a Balaam. Y también es cierto que en el Nuevo Testamento, tanto Judas Iscariote, como Simón Pedro, son llamados ‘diablo’ y ‘Satanás’ respectivamente (Ver Juan 6: 70 y Mateo 16: 23). El hecho de que hombres hayan fungido de ‘Satanes’ o de ‘diablos’ no quiere decir que no exista un diablo mayor y espiritual que actúa adversamente a los dictados de Dios, pues también hubo hombres santos que fungieron de ‘Dios’, como Moisés (Éxodo 7: 1), los jueces de Israel (Juan 10: 34), y sin embargo, este hecho no anula la existencia de un Dios Todopoderoso, Espiritual, Justo, y Eterno.

El teólogo y exegeta bíblico Settimio Cipriani dice de Herbert Haag, lo siguiente: “En conjunto, queda como un intento bastante infantil el realizado en los últimos tiempos por el profesor Herbert Haag, de la Universidad de Tubinga que intituló su libro muy significativamente ‘ABSCHIED VOM TEUFEL’ (‘DESPEDIDA DEL DIABLO’). Nunca se le podrá dar un adiós al diablo, aunque fuera cierta la hipótesis sugerida aquí por el autor, es decir, que Satanás sería la personificación del mal, que sería así dramatizado y corporalizado ante el hombre. He aquí, en efecto, cómo se expresa él como conclusión de sus quizás demasiado rápidas reflexiones exegéticas: ‘Para nosotros, pues, se trata no sólo de preguntarnos si la Sagrada Escritura utiliza la palabra Satanás, diablo, espíritus malos, sino, más bien, preguntarnos lo que ella quiere decir con esa terminología. El problema del diablo, sigue diciendo Cipriani, “no se resuelve ni simplemente negándolo, porque no encontraría lugar en las categorías científicas de nuestro tiempo, ni reduciéndolo de problema teológico a problema puramente filosófico, y más exactamente antropológico: es decir, la experiencia del mal que hacen los hombres y el porqué del mal en su corazón y en su vida, como efectivamente nos parece haya hecho el profesor Haag y después de él también otros estudiosos católicos” (12).

El Que Practica el Pecado Es del Diablo (1 Juan 3:8)

El Apóstol Juan nos dice que todo aquel que practica el pecado es DEL Diablo. Esto refutaría la posición de Haag (y Bultmann) en el sentido de que el pecador es diablo cuando peca. Pero si el pecador es diablo cuando peca, entonces Juan debió decir: “El que practica el pecado es diablo”. ¡Pero él no dijo eso! El dijo claramente: “El que practica el pecado es DEL diablo”, es decir, le pertenece al diablo y se convierte en su esclavo. Esto probaría que el diablo es una persona que puede someter y dominar a otra y hacerla su siervo.

El Diablo peca desde el Principio (1 Juan 3:8)

Si el Diablo peca desde el principio, entonces es un ser que tiene voluntad propia y goza de libre albedrío. Nadie puede pecar si antes no se deja seducir por su propia concupiscencia. De alguna manera el Diablo que presenta Juan es un ser que decidió violar las leyes del Eterno. No es alguien creado malo, sino una criatura que escogió el mal camino. Tampoco es un ser humano, pues Juan dice que peca (no “pecó”) desde el principio. ¿Cuál principio? Pues según el contexto (1 Juan 1:1)—¡Desde el principio de todo lo creado! Esto demostraría que el diablo de Juan no era un ser humano en particular, sino un ser cósmico, longevo, y que de alguna manera viene pecando desde la misma creación del mundo.

 Buen provecho, diablofóbicos!!!

¿FUE EL DIABLO CREADO POR DIOS COMO UN ÁNGEL MALVADO Y ADVERSARIO DE LOS SANTOS?

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista) 

La Biblia nos dice que cuando Dios creó todo lo existente, Él vio que todo lo que hizo era bueno en gran manera. Es decir, el Creador no vio imperfección alguna en nada de lo que hizo, sino que todo pasó su “control de calidad” con éxito (Gén.1:31).

Dios igualmente había creado antes a todos sus ángeles perfectos y buenos en gran manera. Sin embargo, estos seres no fueron programados para ser Sus siervos incondicionales e infalibles. Dios definitivamente no crea robots para que lo sirvan a ciegas, sin voluntad y sin corazón. El pone delante de sus criaturas pensantes la libre elección de obrar bien o mal. El espera que nosotros escojamos, por voluntad propia, hacer lo justo y lo correcto delante de Sus santos ojos. Dice Deuteronomio 30:15,19: “Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal. A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida, porque vivas tú y tu simiente”.

Todo parece indicar que el diablo, habiendo sido creado bueno y perfecto por Dios, en un momento dado de su existencia le entró en su mente malos sentimientos y quiso ser como Dios para tomar su lugar. Por esta infausta actitud le sobrevino su desgracia, convirtiéndose así en un obstinado y cruel adversario de Dios y de los hombres. Para probar esa creencia se ha especulado que El rey de Babilonia de Isaías 14  describe a Lucifer en su caída, movido por su deseo de ser como Dios. Dice Isaías 14:15, así: “…sobre las alturas de las nubes subiré,  y seré semejante al Altísimo”. Y aunque no hay evidencia de que Isaías esté hablando de Satanás en este capítulo 14, sino del rey de Babilonia, no obstante es curioso ver que Satanás, la serpiente antigua, tienta a Adán y Eva, diciéndoles justamente eso mismo: “Mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal.” (Génesis 3:5). Es decir, el diablo sembró la misma idea que él había tenido antes, de que ellos podían ser como Dios, conociendo el bien y el mal, si comían del fruto prohibido. ¿Será ésta una mera coincidencia?

Pero aquellos que se cierran y enseñan que el diablo fue creado malo desde el principio, nos dicen que Dios lo hizo así desde el comienzo de su existencia para que cumpliera un plan o propósito divino. Pero si esto es verdad, ¿por qué tendría el Creador que lanzarlo al lago de fuego y azufre junto con todos sus demonios si él no tiene la culpa de ser malvado, puesto que Dios lo hizo así? He aquí una pregunta que tendrán que responder con precisión y con la Biblia los que enseñan esa patraña que ofende a Dios y que lo presenta como alguien sádico y cruel.

El diablo peca desde el principio

Dice 1 Juan 4:8, así:

«El que hace pecado, es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para que deshaga las obras del diablo».

Juan 8:44  «Vosotros sois de vuestro padre el diablo,  y los deseos de vuestro padre queréis hacer.  El ha sido homicida desde el principio,  y no ha permanecido en la verdad,  porque no hay verdad en él.  Cuando habla mentira,  de suyo habla;  porque es mentiroso,  y padre de mentira».

¿Pero a qué principio se refería San Juan?

 Los que sostienen que el diablo peca desde el principio dicen que el vocablo “principio” se refiere al inicio o principio de un ser o cosa. Es decir, dicen que el diablo peca desde el principio de su creación o existencia, lo cual nos parece una aberración total. En pocas palabras: Dios creó malos y pecadores a los ángeles malvados.  

Pues bien, si el vocablo “principio” significa el inicio de la existencia  de algo o alguien, pregunto: ¿a quién mató el diablo (el homicida desde el principio de su existencia) si aún no existían animales ni humanos cuando él fue creado? ¡Recuérdese que los ángeles existieron antes que los humanos y animales!

Ahora nótese que el apóstol Juan es el que habla del diablo como alguien que es “homicida desde el principio” en Juan 8:44 y como “pecador desde el principio” en 1 Juan 3:8. Pero en 1 Juan 1:1 Juan hace una introducción a su epístola rememorando lo que él mismo escribió en su evangelio (Juan 1:1) sobre la creación del mundo. Esto coincide con lo dicho por el profeta Isaías: “¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó?” (Isa. 40:21) Aquí es evidente que el profeta Isaías relaciona el vocablo ‘principio’ con el tiempo en que fue fundada la tierra. Esto concuerda con lo que dice Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”

Tanto en Mateo 24:21; Marcos 10:6; Marcos 13:19 se habla del “principio de la creación”, y en Hebreos 1:10 se lee: “Y Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra; Y los cielos son obras de tus manos”. En Hebreos 4:3 se habla del “principio del mundo”, y en Hebreos 9:26 se vuelve a repetir la locución “el principio del mundo”. En 2 Pedro 3:4 se habla del “principio de la creación”. En Apocalipsis 3:14 se habla del “principio de la creación de Dios” y en el mismo Apocalipsis 13:8 se habla del “principio del mundo”. Así que muy bien Juan pudo haber dicho que el diablo peca desde la misma creación del mundo y de la tierra, y no desde el mismo momento de su creación como un ángel del Señor. Además, el diablo, como ángel (aunque caído), no estaba incluido dentro de la creación de los cielos y tierra, pues él y todos los ángeles fueron creados antes de que el mundo existiese. ¿Cómo lo sabemos? Porque la Biblia nos revela muy claramente y sin rodeos de  que los ángeles estaban alabando a Dios mientras Yahweh llevaba a cabo la creación del mundo (Job. 38:4).

Es triste que algunos maestros nos vengan con enseñanzas novedosas que no tienen ningún fundamento en las Escrituras como si fueran verdades absolutas. Hay que escudriñar bien las Escrituras antes de aventurarse a enseñar una doctrina que puede desviar a la gente de la verdad y la razón.

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EL DIABLO ODIA EL EVANGELIO DEL REINO DE CRISTO… ¡Y MUCHOS CRISTIANOS LO IGNORAN POR COMPLETO!

Por apologista34Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Para empezar el estudio de hoy, quisiera que ustedes, queridos lectores, comparen dos citas “sinópticas” de las Escrituras, pues creo nos brindarán a todos alguna información valiosa. Veamos estos textos enseguida:

Mat. 20:20,21: “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. Ella le dijo: Ordena que en tu REINO se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda”.
 
Mar. 10: 35-37: “Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro querríamos que nos hagas lo que te pidiéramos. El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Concédenos que en tu GLORIA nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda”.
 
Si comparamos ambas citas que se refieren al mismo asunto, veremos que Mateo dice que los hijos de Zebedeo (Jacobo y Juan) le solicitaron a Jesús una posición de privilegio en su REINO. En cambio, Marcos escribe que lo que Jacobo y Juan le pidieron a Jesús fue por un lugar de privilegio en Su GLORIA.

Es claro, a la luz de estos dos textos, que la Gloria es un sinónimo del Reino y viceversa. Pero ¿qué importancia tendría esto?

El Diablo y su odio para con la gloria de Cristo

San Pablo nos dice algo que debiera motivarnos a todos a una seria y profunda reflexión en un pasaje importante de su pluma. Me refiero a 2 Corintios 4:4, que dice: “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.

Nótese con cuidado que el Apóstol Pablo dice que el diablo ha cegado o embotado el entendimiento de los incrédulos, para que nos les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo. Aquí se revela que el diablo no desea que usted, amigo, reciba el brillo de la luz que emana del evangelio de la gloria de Cristo. Y Parece que Satanás lo ha conseguido, pues ya casi ningún predicador o evangelista lo predica en sus campañas de «evangelización», ni tampoco la mayoría de maestros y pastores en las iglesias.

Pues bien, como ya hemos visto arriba, la gloria y el reino son sinónimos. Así que vamos a cambiar la gloria por la palabra reino en el texto en cuestión (2 Cor. 4:4) y tendremos lo siguiente: “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio del reino de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.

Sí, mi amigo, el diablo hará hasta lo imposible para que su entendimiento quede embotado para que no le brille a usted la luz que proviene del evangelio del reino de la Biblia, el único evangelio salvador que nosotros estamos predicando fielmente y de manera consuetudinaria en este blog.

Desgraciadamente, los más de los cristianos de hoy tienen ideas vagas o retocadas del verdadero evangelio bíblico que realmente nos resulta enormemente sorprendente e inaudito que suceda en este siglo XXI con tanta información disponible por internet. El diablo, sin duda, ha tenido un éxito enorme con la puesta en marcha de una táctica de «espiritualización» del reino que es muy maléfica y destructiva, y que ha estado desviando de la verdad a millones de llamados cristianos por todo el mundo por generaciones. El original Reino de Cristo ha sido así trastocado por la Iglesia católica y después por sus hijas (el protestantismo en general), ¡y a nadie parece importarle este asunto tan crucial para nuestra salvación!

Es hora de que los ciegos abran los ojos y puedan ver la luz brillante que emana del verdadero y original evangelio del reino de Cristo, que es el evangelio de la gloria, de la gracia, y de la paz de Cristo.

Este blog está comprometido a este sagrado propósito para hacerle la guerra al diablo, el enemigo que se opone a Cristo y su reino de justicia que pronto se establecerá en la tierra.

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SATANÁS: ¡EL ARCHIENEMIGO DEL EVANGELIO DE LA GLORIA DE CRISTO! (2 Cor. 4:4)

Por Mario A Olcese

 

 

Satanás como enemigo del evangelio salvador

 

La mayoría de los hombres ignora que el diablo tiene su propia agenda, la de obstaculizar la propagación del verdadero evangelio de Jesucristo—¿Por qué? Porque es poder de Dios para la salvación a todo aquel que lo cree, sea griego o gentil.” (Romanos 1:16). El diablo no vino sino a robar y a destruir, ha venido a boicotear el plan salvador de Jesucristo para que la humanidad siga sumida en sus delitos y pecados y terminen destruidos o perdidos para siempre. Satanás sabe que su tiempo es corto, y que su reino de maldad será reemplazado por el reinado de la justicia de Jesucristo, razón por la cual él anda como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8). Pero Dios ha enviado a Su Hijo para liberarnos del reino de las tinieblas y trasladarnos al reino de su amado Hijo (Colosenses 1:13).

 

El apóstol San Pablo fue comisionado para ser el predicador de los gentiles, y él en varias ocasiones se vio obstaculizado por fuerzas oscuras y diabólicas para que no pudiera extender su evangelio salvador. En1 Tes. 2:18 leemos: “Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro; 18 por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó”.  

 

En 2 Corintios 4:4 él escribió a los corintios lo siguiente: “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. Tome nota de lo que está diciendo Pablo en este versículo. El dice que el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les brille la luz del evangelio de la gloria de Cristo. El diablo no desea que el potencial creyente y el incrédulo en general sean iluminados con el mensaje o buenas noticias concernientes a la gloria de Cristo.  Sí, el diablo no quiere que usted entienda el mensaje o buenas noticias de la GLORIA DE CRISTO. —¡Específicamente esto! ¿Y qué es la gloria de Cristo? Desgraciadamente aún millones tienen ideas confusas sobre lo que es el evangelio de la gloria de Cristo.

 

El Evangelio de la Gloria de Cristo es el Evangelio del Reino de Cristo

 

Los creyentes deben entender que sólo hay un evangelio salvador en la Biblia, y ese es el evangelio acerca de su venidero Reino a la tierra (Mateo 24:14) o el evangelio de la gloria de Cristo (2 Cor. 4:4). La Biblia habla de que el Reino de Cristo y su gloria vienen juntos (1 Tes. 2:12). Hablar del Reino es hablar de la gloria venidera de Cristo como gobernante de la era venidera, y hablar de la gloria es hablar del reino de Cristo. Entienda que el diablo no desea que usted reciba o crea el evangelio de la gloria de Cristo o el evangelio del reino venidero de Cristo. Y es que el reino de Cristo no sólo significará que usted tendrá la autoridad que tiene ahora Satanás en este mundo como gobernante mundial, sino que significará también su destronamiento y su lanzamiento al abismo con el resto de sus ángeles caídos. El diablo sabe que Cristo vino a congregar a potenciales príncipes para su reinado de la justicia, a reclutar a seguidores leales y probos para que junto con él administren la nueva sociedad que se implantará en la tierra en su parusía en gloria (Luc. 13:32; Isa. 32:1). Satanás odia este mensaje y persigue a los que lo anuncian con fe, así como Saúl odió y persiguió a David y a sus partidarios cuando supo que Dios lo había nombrado a éste como el que tomaría su trono. El diablo odia el mensaje del Reino, y su estrategia es que este mensaje no sea recibido por los pecadores, y que sus mentes no puedan creerlo o aceptarlo como algo real y posible. El diablo ha nublado el entendimiento de los incrédulos para que persistan en su incredulidad. A otros les ha hecho creer que el mensaje del reino en la tierra es muy mundano y poco espiritual. El ha logrado también propagar falsos evangelios que no se parecen en nada al evangelio original de Jesús y sus apóstoles. Hoy se habla del “evangelio social”, o del “evangelio de la prosperidad”, o del “evangelio de Cristo”, o simplemente “el evangelio”, pero el verdadero evangelio del reino de Dios es omitido en casi todos las prédicas de las iglesias contemporáneas.

 

En este sitio web usted encontrará también un estudio que escribí y que amplía mucho más la información sobre la gloria de Cristo y su relación con su reino milenario en la tierra. El título del artículo es: “La Gloria: Una frase sorprendente con un significado maravilloso que usted necesita conocer ahora mismo”.

 

Los Testigos de Jehová han torcido el Evangelio de la gloria de Cristo

 

Los Testigos de Jehová han cambiado el pasaje de 2 Corintios 4:4 para que diga otra cosa diametralmente opuesta al original Griego. En su Versión del Nuevo Mundo los Testigos de Jehová vierten el pasaje de una manera totalmente diferente, y de esta forma caen en el juego del diablo para nublar el verdadero evangelio de Cristo: “Entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que no pase [a ellos] la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca de Cristo, que es imagen de Dios. Acá es claro que los Testigos no desean que Cristo tenga gloria, y para lograrlo han transferido la gloria a las buenas nuevas o al evangelio.  Este sutil cambio le hace el favor al diablo, quien no desea que la gente crea en el único evangelio de la gloria de Cristo, que es el evangelio del reino de Cristo.

 

Otros en cambio le dan a la gloria una interpretación de Deidad. Es decir, la gloria de Cristo es lo mismo que la Deidad de Cristo, o su supuesta divinidad. ¡Nada más lejos de la verdad! Nosotros igualmente estamos llamados a tener la gloria de Cristo (Juan 17:22) y esto sin duda no significa que estamos llamados a ser Deidades. El evangelio de la gloria de Cristo no significa “el evangelio de la Deidad de Cristo”. Muchos andan proclamando que Cristo es Dios y que es necesario aceptar su Deidad para ser salvos. Sin embargo, la verdad es que la voluntad del Padre es que creamos en Su Hijo, en su evangelio del Reino o el evangelio de su gloria, pero no que creamos que él es el único Dios verdadero de una supuesta Santa Trinidad. Lo que Dios desea, entre otras cosas, es que creamos en Su Hijo, en el Hijo de Dios—¡no en Dios el Hijo! Debemos creerle a él, o a su mensaje, pues Dios Padre envió a Su Hijo con un propósito— el de anunciar el evangelio del Reino de Dios (Lucas 4:43). Muchos desgraciadamente creen en Cristo, pero no a Cristo. Es decir, creen que él es el Hijo de Dios, pero les resulta difícil aceptar su mensaje de un reino restaurado en la tierra de Israel que traerá grandes bendiciones a la humanidad.

 

El evangelio de Dios y el Reino de los Cielos

 

Otra táctica del diablo ha sido confundir las frases Reino de Dios y Reino de los cielos como queriendo decir que el reino de Dios es un reino EN los cielos. La mayoría supone que en el cielo hay un reino o una gloria a la cual estamos supuestamente llamados. En los funerales los pastores y sacerdotes predican diciendo que “nuestra amado hermano ha partido a la gloria celestial” haciendo así de la gloria un sinónimo del cielo mismo. De esta forma el evangelio del reino y el evangelio de la gloria de Cristo han sido transferidos a otro plano existencial o a la morada de la divinidad. La influencia de los heréticos gnósticos se deja aún sentir dentro de estas creencias supuestamente cristianas y ortodoxas. Para los gnósticos, secta seudo cristiana de los primeros siglos de la Era Cristiana, Cristo no era realmente humano, sino sólo una persona que tenía la apariencia de hombre carnal. Creyendo que la materia es mala, los gnósticos predicaban un “escape” al pleroma (un proto-cielo) a través del alma inmortal. Así, el cristianismo adoptó esta creencia mestiza Greco-Hebrea y la hizo suya hasta el día de hoy. El prístino evangelio Reino de Dios pasó al olvido casi totalmente en casi todas las iglesias cristianas del mundo.

 

El Odio de Satán contra el Pueblo Original de Dios

 

Sin duda el diablo quiso deshacerse de Cristo y de sus seguidores y acallar su mensaje del reino en la tierra. El odio de un reino davídico restaurado hizo que el diablo incitara las mentes perturbadas de ciertos hombres para perseguir al pueblo Hebreo, a los que primero fueron llamados para heredar las promesas del Reino. Hitler y su programa de genocidio contra los Judíos es una prueba de ello. Seis millones de Judíos fueron aniquilados, y aún hoy el odio mundial hacia ellos no ha disminuido en absoluto. El diablo planificó barrer a todos los judíos del planeta, pero Dios de alguna manera siempre ha mantenido un remanente fiel. El diablo sabe que la restauración de los judíos ha su tierra es el comienzo de la pronta restauración del reinado de la justicia de Cristo y consecuentemente, su propia destitución del domino mundial. Muchos sin darse cuenta le siguen el juego al diablo, odiando y oponiéndose a la restauración de los Judíos en la tierra de sus padres, tierra que Dios se la asignó a los hijos de Sara, esposa de Abraham, la mujer libre. El odio de los árabes hacia el plan de Dios se refleja en las continuas agresiones terroristas contra los judíos dentro y fuera del territorio de la promesa. Los árabes no entienden que ellos, al ser hijos de Abraham con su esclava Agar, tienen otro pacto y otras bendiciones que nada tienen que ver con la herencia o posesión de la tierra prometida.

 

Los hombres deben entender que la palabra de Dios es ley y nadie puede contravenirla o discutirla. Si Dios ha decidido darle a los Hebreos la tierra prometida, entonces así debe ser y así debe aceptarse para que haya verdadera paz entre los hombres. El conflicto tendrá que resolverse finalmente cuando Cristo venga para castigar a los enemigos de su raza, y de su pueblo, que se oponen a él y a los planes de Su Padre.

 

Los Apóstoles estaban ansiosos de ver el Reino Restaurado en sus días

 

Los seguidores de Jesús no le dieron al Reino de Dios una nueva interpretación o un significado puramente simbólico o espiritual. Al contrario, después de que ellos estuvieron con Jesús durante los 40 días de entrenamiento privado para saber más sobre aquel reino (Hechos 1:3), enseguida los discípulos procedieron a preguntarle a Jesús lo siguiente: “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? (Hechos 1:6). Aquí se hace más que evidente que los creyentes primitivos, los discípulos más próximos a Jesús, estaban anhelando la restauración del reino davídico en y a Israel. Ellos no estaban pensando en un reino espiritual en una esfera supramundana, o fuera de este mundo (el tercer cielo), tal como muchos “cristianos” hoy están pensando. Ellos no se habían apartado de la esperanza de Israel, o de la consolación que tendría Israel finalmente (Lucas 2:25). Pues bien, ante esta pregunta Jesús no muestra su sorpresa, ni intenta corregir una supuesta falsa esperanza, o falsa comprensión por parte de sus discípulos, tal como algunos teólogos han insinuado. ¡Jamás! Por el contrario, Jesús sólo les dice lo siguiente: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestadEn buena cuenta, Jesús no los reprocha por un supuesto mal entendido por parte de sus discípulos sobre su reino. Lo que les dice es que a ellos no les corresponde saber los tiempos o las sazones que Dios puso en su sola potestad. Jesús estaba validando la pregunta, pero no les pudo dar el tiempo exacto para tal anhelada restauración del reino ancestral porque él mismo lo ignoraba.

 

La Parábola de las Diez minas

 

En la parábola de las Diez Minas Jesús enseña que el hombre noble (él mismo) primero tiene que ir al cielo para recibir la autoridad para reinar y luego volver para gobernar las naciones con ellos. Les dice que aquellos que han sido más fieles y productivos tendrán más autoridad sobre las naciones. Dice Jesús de este modo en esta parábola: “Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. 12 Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. 13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. 14 Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 15 Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 16 Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. 17 El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. 18 Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. 19 Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. 20 Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; 21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. 22 Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; 23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? 24 Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. 25 Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. 26 Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.27 Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí. Acá, en esta parábola, podemos descubrir que los discípulos pensaron que Jesucristo inauguraría ya su reino porque lo veían entrar en Jerusalén, la sede al antiguo reino Davídico. A continuación esperaríamos encontrar a Jesús corrigiéndolos por tal creencia si en efecto ellos estaban equivocados. Pero no,  ¡Jesús tampoco los corrige acá! Simplemente les dice que primero el hombre noble, el príncipe, tiene que ir al cielo para recibir la autoridad de Su Padre y luego volver para repartir la tierra entre sus seguidores leales e inaugurar su reinado milenario esperado. Pero aquellos de sus enemigos que no querían que él sea rey sobre ellos serán castigados duramente con sus vidas. Así que es muy serio rechazar el reinado de Cristo, ya que significará la muerte.

 

Doctrinas de demonios

 

El apóstol Pablo amonesta en contra de aquellos que vienen predicando evangelios diferentes que son verdaderas doctrinas de demonios, doctrinas diabólicas que intentan distraer la atención hacia el reino y gloria verdaderos de Cristo. En Gálatas 1:6-9 Pablo amonesta sin rodeos: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema”.  Es un anatema (maldito) todo aquel que predica un evangelio diferente. La cosa realmente es muy seria, por tanto debemos llamar a las cosas por su nombre. El evangelio verdadero es el Reino de Dios, o también llamado “evangelio de la gloria de Cristo”. Aquel que no se ajusta al verdadero evangelio y enseña otra cosa muy diferente, está enseñando doctrinas de demonios y es un anatema. Dice Colosenses 2:8: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo (demonios), y no según Cristo”.  También en 1 Timoteo 4:1 Pablo dice: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”. Le invito a leer mi artículo que aparece en este Sitio web titulado: “Usted puede Ser engañado por los demonios sin que se dé cuenta!”.

Dios le bendiga,

Apologista

 

SATANÁS: ¡EL ARCHIENEMIGO DEL EVANGELIO DE LA GLORIA DE CRISTO!

(2 Cor. 4:4)

 

 

 

 

 

Por Ing°. Mario A. Olcese (Apologista)

 

 

Satanás como enemigo del evangelio salvador

 

La mayoría de los hombres ignora que el diablo tiene su propia agenda, la de obstaculizar la propagación del verdadero evangelio de Jesucristo—¿Por qué? Porque es poder de Dios para la salvación a todo aquel que lo cree, sea griego o gentil.” (Romanos 1:16). El diablo no vino sino a robar y a destruir, ha venido a boicotear el plan salvador de Jesucristo para que la humanidad siga sumida en sus delitos y pecados y terminen destruidos o perdidos para siempre. Satanás sabe que su tiempo es corto, y que su reino de maldad será reemplazado por el reinado de la justicia de Jesucristo, razón por la cual él anda como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8). Pero Dios ha enviado a Su Hijo para liberarnos del reino de las tinieblas y trasladarnos al reino de su amado Hijo (Colosenses 1:13).

 

El apóstol San Pablo fue comisionado para ser el predicador de los gentiles, y él en varias ocasiones se vio obstaculizado por fuerzas oscuras y diabólicas para que no pudiera extender su evangelio salvador. En1 Tes. 2:18 leemos: “Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro; 18 por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó”.  

 

En 2 Corintios 4:4 él escribió a los corintios lo siguiente: “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. Tome nota de lo que está diciendo Pablo en este versículo. El dice que el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les brille la luz del evangelio de la gloria de Cristo. El diablo no desea que el potencial creyente y el incrédulo en general sean iluminados con el mensaje o buenas noticias concernientes a la gloria de Cristo.  Sí, el diablo no quiere que usted entienda el mensaje o buenas noticias de la GLORIA DE CRISTO. —¡Específicamente esto! ¿Y qué es la gloria de Cristo? Desgraciadamente aún millones tienen ideas confusas sobre lo que es el evangelio de la gloria de Cristo.

 

El Evangelio de la Gloria de Cristo es el Evangelio del Reino de Cristo

 

Los creyentes deben entender que sólo hay un evangelio salvador en la Biblia, y ese es el evangelio acerca de su venidero Reino a la tierra (Mateo 24:14) o el evangelio de la gloria de Cristo (2 Cor. 4:4). La Biblia habla de que el Reino de Cristo y su gloria vienen juntos (1 Tes. 2:12). Hablar del Reino es hablar de la gloria venidera de Cristo como gobernante de la era venidera, y hablar de la gloria es hablar del reino de Cristo. Entienda que el diablo no desea que usted reciba o crea el evangelio de la gloria de Cristo o el evangelio del reino venidero de Cristo. Y es que el reino de Cristo no sólo significará que usted tendrá la autoridad que tiene ahora Satanás en este mundo como gobernante mundial, sino que significará también su destronamiento y su lanzamiento al abismo con el resto de sus ángeles caídos. El diablo sabe que Cristo vino a congregar a potenciales príncipes para su reinado de la justicia, a reclutar a seguidores leales y probos para que junto con él administren la nueva sociedad que se implantará en la tierra en su parusía en gloria (Luc. 13:32; Isa. 32:1). Satanás odia este mensaje y persigue a los que lo anuncian con fe, así como Saúl odió y persiguió a David y a sus partidarios cuando supo que Dios lo había nombrado a éste como el que tomaría su trono. El diablo odia el mensaje del Reino, y su estrategia es que este mensaje no sea recibido por los pecadores, y que sus mentes no puedan creerlo o aceptarlo como algo real y posible. El diablo ha nublado el entendimiento de los incrédulos para que persistan en su incredulidad. A otros les ha hecho creer que el mensaje del reino en la tierra es muy mundano y poco espiritual. El ha logrado también propagar falsos evangelios que no se parecen en nada al evangelio original de Jesús y sus apóstoles. Hoy se habla del “evangelio social”, o del “evangelio de la prosperidad”, o del “evangelio de Cristo”, o simplemente “el evangelio”, pero el verdadero evangelio del reino de Dios es omitido en casi todos las prédicas de las iglesias contemporáneas.

 

En este sitio web usted encontrará también un estudio que escribí y que amplía mucho más la información sobre la gloria de Cristo y su relación con su reino milenario en la tierra. El título del artículo es: “La Gloria: Una frase sorprendente con un significado maravilloso que usted necesita conocer ahora mismo”.

 

Los Testigos de Jehová han torcido el Evangelio de la gloria de Cristo

 

Los Testigos de Jehová han cambiado el pasaje de 2 Corintios 4:4 para que diga otra cosa diametralmente opuesta al original Griego. En su Versión del Nuevo Mundo los Testigos de Jehová vierten el pasaje de una manera totalmente diferente, y de esta forma caen en el juego del diablo para nublar el verdadero evangelio de Cristo: “Entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que no pase [a ellos] la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca de Cristo, que es imagen de Dios”. Acá es claro que los Testigos no desean que Cristo tenga gloria, y para lograrlo han transferido la gloria a las buenas nuevas o al evangelio.  Este sutil cambio le hace el favor al diablo, quien no desea que la gente crea en el único evangelio de la gloria de Cristo, que es el evangelio del reino de Cristo.

 

Otros en cambio le dan a la gloria una interpretación de Deidad. Es decir, la gloria de Cristo es lo mismo que la Deidad de Cristo, o su supuesta divinidad. ¡Nada más lejos de la verdad! Nosotros igualmente estamos llamados a tener la gloria de Cristo (Juan 17:22) y esto sin duda no significa que estamos llamados a ser Deidades. El evangelio de la gloria de Cristo no significa “el evangelio de la Deidad de Cristo”. Muchos andan proclamando que Cristo es Dios y que es necesario aceptar su Deidad para ser salvos. Sin embargo, la verdad es que la voluntad del Padre es que creamos en Su Hijo, en su evangelio del Reino o el evangelio de su gloria, pero no que creamos que él es el único Dios verdadero de una supuesta Santa Trinidad. Lo que Dios desea, entre otras cosas, es que creamos en Su Hijo, en el Hijo de Dios—¡no en Dios el Hijo! Debemos creerle a él, o a su mensaje, pues Dios Padre envió a Su Hijo con un propósito— el de anunciar el evangelio del Reino de Dios (Lucas 4:43). Muchos desgraciadamente creen en Cristo, pero no a Cristo. Es decir, creen que él es el Hijo de Dios, pero les resulta difícil aceptar su mensaje de un reino restaurado en la tierra de Israel que traerá grandes bendiciones a la humanidad.

 

El evangelio de Dios y el Reino de los Cielos

 

Otra táctica del diablo ha sido confundir las frases Reino de Dios y Reino de los cielos como queriendo decir que el reino de Dios es un reino EN los cielos. La mayoría supone que en el cielo hay un reino o una gloria a la cual estamos supuestamente llamados. En los funerales los pastores y sacerdotes predican diciendo que “nuestra amado hermano ha partido a la gloria celestial” haciendo así de la gloria un sinónimo del cielo mismo. De esta forma el evangelio del reino y el evangelio de la gloria de Cristo han sido transferidos a otro plano existencial o a la morada de la divinidad. La influencia de los heréticos gnósticos se deja aún sentir dentro de estas creencias supuestamente cristianas y ortodoxas. Para los gnósticos, secta seudo cristiana de los primeros siglos de la Era Cristiana, Cristo no era realmente humano, sino sólo una persona que tenía la apariencia de hombre carnal. Creyendo que la materia es mala, los gnósticos predicaban un “escape” al pleroma (un proto-cielo) a través del alma inmortal. Así, el cristianismo adoptó esta creencia mestiza Greco-Hebrea y la hizo suya hasta el día de hoy. El prístino evangelio Reino de Dios pasó al olvido casi totalmente en casi todas las iglesias cristianas del mundo.

 

El Odio de Satán contra el Pueblo Original de Dios

 

Sin duda el diablo quiso deshacerse de Cristo y de sus seguidores y acallar su mensaje del reino en la tierra. El odio de un reino davídico restaurado hizo que el diablo incitara las mentes perturbadas de ciertos hombres para perseguir al pueblo Hebreo, a los que primero fueron llamados para heredar las promesas del Reino. Hitler y su programa de genocidio contra los Judíos es una prueba de ello. Seis millones de Judíos fueron aniquilados, y aún hoy el odio mundial hacia ellos no ha disminuido en absoluto. El diablo planificó barrer a todos los judíos del planeta, pero Dios de alguna manera siempre ha mantenido un remanente fiel. El diablo sabe que la restauración de los judíos ha su tierra es el comienzo de la pronta restauración del reinado de la justicia de Cristo y consecuentemente, su propia destitución del domino mundial. Muchos sin darse cuenta le siguen el juego al diablo, odiando y oponiéndose a la restauración de los Judíos en la tierra de sus padres, tierra que Dios se la asignó a los hijos de Sara, esposa de Abraham, la mujer libre. El odio de los árabes hacia el plan de Dios se refleja en las continuas agresiones terroristas contra los judíos dentro y fuera del territorio de la promesa. Los árabes no entienden que ellos, al ser hijos de Abraham con su esclava Agar, tienen otro pacto y otras bendiciones que nada tienen que ver con la herencia o posesión de la tierra prometida.

 

Los hombres deben entender que la palabra de Dios es ley y nadie puede contravenirla o discutirla. Si Dios ha decidido darle a los Hebreos la tierra prometida, entonces así debe ser y así debe aceptarse para que haya verdadera paz entre los hombres. El conflicto tendrá que resolverse finalmente cuando Cristo venga para castigar a los enemigos de su raza, y de su pueblo, que se oponen a él y a los planes de Su Padre.

 

Los Apóstoles estaban ansiosos de ver el Reino Restaurado en sus días

 

Los seguidores de Jesús no le dieron al Reino de Dios una nueva interpretación o un significado puramente simbólico o espiritual. Al contrario, después de que ellos estuvieron con Jesús durante los 40 días de entrenamiento privado para saber más sobre aquel reino (Hechos 1:3), enseguida los discípulos procedieron a preguntarle a Jesús lo siguiente: “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6). Aquí se hace más que evidente que los creyentes primitivos, los discípulos más próximos a Jesús, estaban anhelando la restauración del reino davídico en y a Israel. Ellos no estaban pensando en un reino espiritual en una esfera supramundana, o fuera de este mundo (el tercer cielo), tal como muchos “cristianos” hoy están pensando. Ellos no se habían apartado de la esperanza de Israel, o de la consolación que tendría Israel finalmente (Lucas 2:25). Pues bien, ante esta pregunta Jesús no muestra su sorpresa, ni intenta corregir una supuesta falsa esperanza, o falsa comprensión por parte de sus discípulos, tal como algunos teólogos han insinuado. ¡Jamás! Por el contrario, Jesús sólo les dice lo siguiente: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad. En buena cuenta, Jesús no los reprocha por un supuesto mal entendido por parte de sus discípulos sobre su reino. Lo que les dice es que a ellos no les corresponde saber los tiempos o las sazones que Dios puso en su sola potestad. Jesús estaba validando la pregunta, pero no les pudo dar el tiempo exacto para tal anhelada restauración del reino ancestral porque él mismo lo ignoraba.

 

La Parábola de las Diez minas

 

En la parábola de las Diez Minas Jesús enseña que el hombre noble (él mismo) primero tiene que ir al cielo para recibir la autoridad para reinar y luego volver para gobernar las naciones con ellos. Les dice que aquellos que han sido más fieles y productivos tendrán más autoridad sobre las naciones. Dice Jesús de este modo en esta parábola: “Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. 12 Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. 13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. 14 Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 15 Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 16 Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. 17 El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. 18 Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. 19 Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. 20 Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; 21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. 22 Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; 23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? 24 Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. 25 Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. 26 Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.27 Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí. Acá, en esta parábola, podemos descubrir que los discípulos pensaron que Jesucristo inauguraría ya su reino porque lo veían entrar en Jerusalén, la sede al antiguo reino Davídico. A continuación esperaríamos encontrar a Jesús corrigiéndolos por tal creencia si en efecto ellos estaban equivocados. Pero no,  ¡Jesús tampoco los corrige acá! Simplemente les dice que primero el hombre noble, el príncipe, tiene que ir al cielo para recibir la autoridad de Su Padre y luego volver para repartir la tierra entre sus seguidores leales e inaugurar su reinado milenario esperado. Pero aquellos de sus enemigos que no querían que él sea rey sobre ellos serán castigados duramente con sus vidas. Así que es muy serio rechazar el reinado de Cristo, ya que significará la muerte.

 

Doctrinas de demonios

 

El apóstol Pablo amonesta en contra de aquellos que vienen predicando evangelios diferentes que son verdaderas doctrinas de demonios, doctrinas diabólicas que intentan distraer la atención hacia el reino y gloria verdaderos de Cristo. En Gálatas 1:6-9 Pablo amonesta sin rodeos: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema”.  Es un anatema (maldito) todo aquel que predica un evangelio diferente. La cosa realmente es muy seria, por tanto debemos llamar a las cosas por su nombre. El evangelio verdadero es el Reino de Dios, o también llamado “evangelio de la gloria de Cristo”. Aquel que no se ajusta al verdadero evangelio y enseña otra cosa muy diferente, está enseñando doctrinas de demonios y es un anatema. Dice Colosenses 2:8: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo (demonios), y no según Cristo”.  También en 1 Timoteo 4:1 Pablo dice: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”. 

 

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