Día: 28 de julio de 2009
EN DOS DÉCADAS EL 67% DE LA POBLACIÓN SEGUIRÁ SIN AGUA POTABLE
El informe “El agua en un mundo en cambio” ha sido finalizado y según parece, señala varios datos preocupantes. Este reporte presenta la evaluación global más completa de los recursos de agua dulce del planeta y se realiza una vez cada tres años.
Según el informe varios países han comenzado a llegar al punto límite de la explotación de sus recursos hídricos. También se habla sobre la necesidad de un gobierno capacitado para enfrentar la escasez de agua en el mundo y de que en el año 2030 se calcula que el 67% de la población mundial no tendrá acceso a agua potable, es decir unas 5.000 millones de personas.
El cambio climático también ayuda a esta falta de agua debido al aumento de sequías que produce. Debido a esto, el Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura considera que debe haber una mayor inversión en recursos hídricos alrededor del mundo.
Definitivamente, los países tercermundistas son los que se ven mas afectados con esta falta de agua potable, un ejemplo de eso es la zona de África Subsahariana donde 340 millones de personas viven sin acceso a agua potable segura, y otras 500 millones no tienen servicios de saneamiento adecuados, lo que produce una tasa de mortalidad alta: En el mundo mueren 5.000 niños al día por diarrea debido a no poder consumir agua potabilizada, lo que se traduce a la muerte de un infante cada 17 segundos.
EL DAÑO ECOLÓGICO Y LA APARICIÓN DE NUEVAS ENFERMEDADES
En el mundo que conocemos los adelantos tecnológicos avanzan sin dar tregua, pero también aparecen nuevos virus que afectan nuestra salud, como el de la influenza AH1N1.
La actualmente llamada “gripe A” o “gripe porcina”, según la OMS, es un virus nuevo y altamente contagioso, ya que se trasmite fácilmente de persona a persona.
He escuchado en los últimos días diversas teorías que intentaban explicar dónde y por qué se había originado el mismo, pero sólo una sin demasiada trascendencia lo relacionaba con la destrucción del medio ambiente.
Entonces ¿es posible que el daño ecológico esté relacionado con la primer pandemia del siglo XXI?
La reconocida viróloga Vilma Savy, a quienes sus compañeros llaman la “Doctora Gripe”, afirma que el comportamiento del ser humano ejerce una gran influencia sobre la aparición de nuevos virus. Es decir, el hombre está continuamente alterando el clima y deforestando el planeta.
Esto inevitablemente ayuda a que nuevos virus surjan de la destrucción y el desequilibrio de los ecosistemas naturales de los animales que poseen en sus células dichos virus.
Personalmente, creo que la naturaleza nos está dando muchas advertencias de que todo lo que le hacemos, aunque a muchos les cause gracia, vuelve.
Fuente: Clarín
DIVORCIO Y VIUDEZ PERJUDICAN DE FORMA CRÓNICA LA SALUD
(EUROPA PRESS) –
El divorcio y la viudez tienen un impacto perjudicial y crónico sobre la salud, incluso después de que la persona vuelva a casarse.
Asi lo refleja un estudio de las universidades de Chicago y Johns Hopkins en Estados Unidos que se publica en la revista ‘Journal of Health and Social Behaviour’.
Según explica Linda Waite, de la Universidad de Chicago y coautora del estudio, «entre los casados, aquellos que se han divorciado alguna vez muestran una peor salud en todos los sentidos. Tanto los divorciados como los viudos que no se han vuelto a casar muestran peor salud».
La investigadora explica que la experiencia de cada persona de ganancia y pérdida en el matrimonio afecta al nivel de salud con el que comienza la vida adulta. «Por ejemplo, la transición al matrimonio tiende a suponer un beneficio inmediato para la salud, en este sentido mejora las conductas saludables en hombres y bienestar económico para las mujeres».
Estas ventajas aumentan durante el matrimonio. El divorcio o la viudez socavan la salud porque disminuyen los ingresos y aumenta el estrés sobre aspectos como el cuidado de los hijos.
Los resultados del estudio mostraron que los divorciados o viudos tienen un 20 por ciento más de enfermedades crónicas como enfermedad cardiaca, diabetes o cáncer en comparación con las personas casadas. También tienen un 23 por ciento más de limitaciones de movilidad como problemas para subir escaleras o caminar una manzana.
Además, aquellas personas que nunca se han casado tienen un 12 por ciento más de limitaciones de movilidad y un 13 por ciento más de síntomas depresivos aunque no muestran diferencias en el número de enfermedades crónicas que padecen.
Por otro lado, las personas que se vuelven a casar tienen un 12 por ciento más de trastornos crónicos y un 19 por ciento más de limitaciones de movilidad pero no más síntomas depresivos que los que están casados.
Según señala Waite, los impactos del matrimonio, divorcio y nuevo matrimonio sobre la salud están basados en la forma en la que se desarrollan y curan las diversas enfermedades.
«Algunas situaciones de la salud, como la depresión, parecen responder tanto rápida como de manera contundente a las situaciones presentes. En contraste, los trastornos como la diabetes y la enfermedad cardiaca se desarrollan de forma lenta durante un periodo de tiempo amplio y muestran el impacto de las experiencias pasadas, lo que explica por qué la salud se ve socavada por el divorcio o la viudez incluso después de que la persona vuelva a casarse», concluye Wait.
LA SOLEDAD AUMENTA EL RIESGO DE DEMENCIA
Oye, Morticia, me han dicho que Apologista es cincuentón y vive solo…¿le damos hospedaje?
BBC Ciencia
La gente de mediana edad que tiene un defecto genético específico y que vive sola es la que más alto riesgo tiene de desarrollar demencia, afirma una nueva investigación.
Los que viven solos y tienen una variante genética determinada son quienes están más en riesgo.
El riesgo afecta a las personas que se separan o que quedan viudas después de una relación de muchos años antes de cumplir los 50 años, descubrió el estudio llevado a cabo en el Instituto Karolinska en Estocolmo.
Los científicos afirman que una variante del gen de la apolipoproteína e (APOE), es el factor de riesgo genético más importante para desarrollar Alzheimer.
Y este riesgo se incrementa cuando la gente de mediana edad vive sola.
Pero otros expertos afirman que hay muchas formas de reducir este riesgo de demencia.
Los de más riesgo
A medida que la población mundial se envejece, la demencia y sus enfermedades asociadas, como Alzheimer, se están convirtiendo en un problema cada vez más grave.
En 2005 había cerca de 25 millones de personas en el mundo con demencia, pero los expertos calculan que esta cifra se incrementará a cerca de 81 millones para el año 2040.
La investigación del Instituto Karolinska, que aparece publicada en British Medical Journal (Revista Médica Británica) estudió a 2.000 hombres y mujeres en Finlanda cuando tenían unos 50 años y nuevamente 21 años después.
Los investigadores analizaron el estado civil de los participantes y llevaron a cabo pruebas genéticas para determinar si tenían la variante e4 del gen de la APOE.
Descubrieron que la gente que vivía sola tenía el doble de riesgo de demencia que los que vivían con una pareja.
Los viudos y viudas tenían tres veces más riesgo.
Pero los que tenía la variante e4 de la APOE que habían perdido a sus parejas y seguían viviendo solos, mostraron el mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, la forma más común de demencia.
Tener una vida socialmente activa es una forma de reducir el riesgo de demencia.
Tal como señala el doctor Krister Hakansson, los resultados del estudio son importantes para ayudar a prevenir la demencia y la discapacidad cognitiva.
Según el científico, sería muy útil buscar alguna forma de «ayuda compasiva» para las personas que han perdido a su pareja.
«Quizás vivir en una relación de pareja podría significar desafíos sociales y cognitivos que tienen un efecto protector contra la discapacidad cognitiva en la edad avanzada» dicen los autores.
Y agregan que el vínculo con la variante e4 de la APOE tendrá que ser confirmado en otros estudios, pero el presente hallazgo apoya lo que se ha encontrado en investigaciones previas.
Más estudios
Tal como señala en la misma publicación la doctora Catherine Helmer, de la Universidad Victor Seglen en Bordeaux, Francia, «una posibilidad es que la edad y las condiciones de la viudez sean factores cruciales.
«Quedar viudo en años más avanzados, como ha sido el caso de participantes en estudios previos, es quizás menos estresante, especialmente si la persona vuelve a tener una relación de pareja pronto. En este caso la viudez no sería un factor de riesgo.
«Sin embargo, la hipótesis de que la viudez tenga un efecto biológico dañino tiene que ser comprobada, igual que la posibilidad de que exista una vulnerabilidad genética que vincule a la viudez con la demencia» afirma la científica.
La doctora Helmer agrega, sin embargo, que el vínculo entre la variante e4 del gen de la APOE debe tratarse con «cautela» porque éste es un estudio epidemiológico que analizó la incidencia de la enfermedad en una población y por lo tanto necesita ser confirmado con otros estudios.
Por su parte, la doctora Susanne Sorensen, jefa de investigación de la organización británica Alzheimer´s Society, afirma que «heredar el gen de la APOE es sólo uno de los muchos factores que pueden afectar el riesgo general de una persona de desarrollar Alzheimer.
«La evidencia sugiere que seguir siendo socialmente activo durante los años avanzados puede reducir el riesgo de demencia de una persona y vivir con alguien es ciertamente una buena forma de hacerlo.
«Sin embargo, la gente soltera no debe preocuparse -agrega la experta- porque hay muchas otras formas de reducir su riesgo de demencia».
Entre éstas los expertos recomiendan comer una dieta balanceada y mediterránea, ejercitarse regularmente y revisarse regularmente los niveles de coleterol y la presión arterial.
EL APÓSTOL PABLO Y EL SÁBADO
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