Guerras, revueltas, crisis financiera y fenómenos climáticos agravan el problema.
PARIS – El mundo podría experimentar una nueva crisis de precios como la del 2008 que provocó motines mortíferos en tres continentes, advirtió el jueves el representante de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición, David Nabarro.
El funcionario dijo a The Associated Press que la escasez de alimentos, agua y energía podrían crear ansiedad social e inestabilidad política en el futuro.
«Quienes piensen que el 2008 representó algún tipo de culminación están soñando», comentó Nabarro en una aparte de una conferencia internacional sobre seguridad alimentaria.
En la reunión, el presidente francés Nicolas Sarkozy instó a las 20 naciones industriales más ricas del mundo y a los principales mercados emergentes a contener la volatilidad de los precios de los productos agrícolas provocados por los especuladores en materias primas.
Precios inestables
Sarkozy dijo que el control de las especulaciones excesivas mediante una regulación más firme, supervisión y transparencia ayudaría a evitar la inestabilidad en los precios experimentada en los últimos años.
Nabarro afirmó que las especulaciones financieras agravaron los problemas para los agricultores en todo el mundo.
«Los especuladores y las personas que asumen posiciones sobre los precios de los alimentos a futuro para conseguir algún tipo de ganancia financiera ciertamente que amplifican las tendencias de los precios», afirmó. «Esa amplificación puede ser muy extrema y perjudicial».
Sequías e incendios
Agregó que los aumentos de precios del año actual se debían principalmente a sequías e incendios y han afectado las ventas de trigo desde China a Ucrania y el maíz en Estados Unidos.
«Se suman varios factores que pueden provocar ansiedad en los mercados mundiales, particularmente entre los comerciantes, que a su vez pueden provocar aumentos sencillamente porque la gente se ubica en los niveles a los que pueden llegar los precios en el futuro», observó Nabarro.
Sarkozy afirmó que las dificultades van mucho más allá de los caprichos de la naturaleza. Dijo que los especialistas en los mercados financieros _en vez de las casas de comercio agrícola_ han copado el mercado y reclamó un cambio.
«Tomen como ejemplo el mercado de Chicago», dijo Sarkozy. Afirmó que el 85% de los contratos futuros de materias primas están en manos de especuladores financieros «sin ningún vínculo con la materia prima en sí».
Fantasma de la hambruna
La ONU estima que 1,200 millones de personas tienen hambre en el mundo y la mayoría depende de la ayuda humanitaria para subsistir. Y agrega que si no se atajan las causas que generan la escasez de alimentos, en 2030 la cifra crecerá a niveles de tales que, el mundo afrontará una de sus peores crisis en toda la historia.
En septiembre de 2009 la ONU ya había señalado que el fantasma del hambre merodeaba por todo el planeta y que el número de personas que pasan hambre había superado todas las previsiones, de acuerdo a un reporte emitido por el Programa Mundial de Alimentos (PMA). El número de afectados era entonces de 1,020 millones.
Josette Sheeran, directora del PMA, alertó en esa oportunidad que la corriente de ayuda humanitaria se encontraba en un «un mínimo histórico» y que ese año habría más personas con hambre que nunca. Agregó que «muchas personas se despiertan (en el mundo) y no cuentan ni con una taza de comida».
Sheeran añadió que la situación es una «receta para el desastre» y que al mismo tiempo resulta «crítica para la paz, seguridad y estabilidad en muchos lugares del orbe», e hizo un llamado urgente al Grupo de los Ocho (integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia) y el Grupo de los 20 (creado en 1999 e integrado por los ocho países más industrializados y las 11 economías emergentes), para que enfrenten el problema y den soluciones a corto plazo.
La directora del PMA también denunció «un grave déficit presupuestario», y dijo que para 2009 la agencia de la ONU sólo había recibido $2,600 millones (1,779 millones de euros) de un total de $6,700 millones (4.585 millones de euros) necesarios para dar de comer a 108 millones de personas en 74 países.
De menos a menos
El 8 de abril de 2008, un año antes de las advertencias de Sheeran, la ONU advirtió que el aumento de precio de los alimentos causaría inestabilidad política y social en todo el mundo. Precisó además que ya se habían reportado motines provocados por la falta de alimentos en todo el planeta y algo todavía peor: que había más de 1,000 millones de personas con hambre.
Agregó que el cambio climático, los desastres naturales, guerras, la crisis financiera y sequías son las principales causas de la escasez.
«Y de los precios más altos», dijo el organismo internacional en varias ocasiones.
Por qué el hambre
Las causas de la hambruna, en septiembre de 2009, eran mismas que en 2008, en 2005 y ahora, en 2010: cambio climático, sequías, guerras, crisis… Un ejemplo, en Eritrea no llueve desde hace varios años y pocos hicieron caso a las advertencias de los expertos. Y el Pakistán llovió tanto durante dos semanas en dos semanas de agosto, que 30 millones de personas lo perdieron todo, incluyendo todas las cosechas.
La huella del maremoto del 26 de diciembre de 2004 es otra causa de la hambruna. El fenómeno no sólo provocó un tsunami que mató a más de 230 mil personas en 11 países, sino que el mar inundó enormes cultivos de arroz y las cosechas de ese año, y de los dos o tres años siguientes (2005, 2007 y 2007), se perdieron.
Los afectados fueron millones en Indonesia, Sri Lanka, Maldivas, India y Tailandia, y quienes dependen de ellos.
La mayoría de las víctimas del maremoto se dedicaba a la agricultura, la pesca o empresas relacionadas con estas actividades. A ello se sumó la guerra en Irak, sequía en Centroamérica y la baja en la producción de cereales en Europa.
«La tormenta perfecta», dijo la ONU. La hambruna estaba en puertas.
Menos producción
Luego del maremoto de Asia aparecieron otros pésimos augurios. A fines de 2007 se advirtió que para 2008 la desaceleración en la producción de cereales en países pobres y con déficit de alimentos, sumado a la subida de precios de exportación por el aumento de los combustibles, hará que 28 países enfrenten una crisis alimentaria.
Ya en ese año -2007- la producción de alimentos se hallaba por debajo del crecimiento demográfico.
A esto, se sumó la acumulación de una devastadora sequía en varios países densamente poblados -ellas Eritrea- que reportaron grandes daños a la producción agropecuaria.
El clima juega un papel clave en la producción de alimentos. Sin lluvias en los meses de siembra frena las cosechas, y sin cosechas los platos permanecen vacíos.
Guerras y revueltas
La guerra no ayuda a combatir el hambre, la prolonga y acreciente. Los conflictos bélicos también impactan en la producción de alimentos. En Sudán y Darfur, por ejemplo, bajó la producción de maíz.
Las guerras en Irak y Afganistán han contribuido con el encarecimiento de los precios de los alimentos y generaron refugiados. Lo mismo las revueltas en Medio Oriente, entre ellas Túnez, Egipto, Libia (que se convirtió en guerra civil), Yemen y Siria.
A su vez, en la última década aumentó el tamaño de los grupos vulnerables de la población. Y China aumentó el consumo de alimentos.
Las necesidades de 2005 se incrementaron notablemente en 2009 y 2010 con varios componentes esperados: hay más gente con hambre, menos producción y alimentos más caros.
Sequías e inundaciones
Los fenómenos de El Niño y La Niña también han contribuido al problema. En 2010 se registraron inundaciones históricas en varias partes del mundo con un saldo que superó los 30 millones de afectados. En Centroamérica, en cambio, disminuyeron las cosechas de maíz y fríjol por falta de lluvias, y Estados Unidos redujo un 4% la superficie de cultivo.
Todo esto creó una fórmula de muerte: El elevado precio del petróleo, más la creciente demanda de alimentos, más la fabricación de combustibles a base de alimentos, más los estragos causados por el clima y más la especulación en el mercado, están generando no sólo que la epidemia del hambre se acreciente a pasos agigantados, sino que el mundo se expone a una explosión de violencia, principalmente en los países pobres.
La ONU subraya que el problema «es muy serio» en todo el mundo, y citó a Haití y Centroamérica como naciones de alto riesgo, y donde merodea el fantasma de la hambruna. Guatemala es el ejemplo más reciente que estremeció hasta el último rincón del mundo.
Sembrar para comer
La ONU indica que se pueden mejorar los programas y prevenir las consecuencias del cambio climático, pero advierte que la mayor solución está en aumentar la producción agrícola.
El organismo internacional estima que una tercera parte de las carestías de alimentos pueden mitigarse mejorando las redes locales de distribución agrícola y facilitando el acceso de los pequeños agricultores a los mercados.
Pero hay que tener en cuenta que, antes, el número de quienes padecían hambre crecía a razón de 4 millones/año. Ahora, con la inflación, creció mucho más y se están buscando respuestas inmediatas para evitar que la humanidad colapse.
Algunos recomiendan usar sólo lo necesario y presionar para que el tema de la hambruna se eleve a los más altos niveles de la política, porque si no lo hacen, millones de personas -sobre todo niños y ancianos- morirán de hambre.
© 2011 Univision Communications Inc.