MOMENTOS DE LA CREACIÓN: ORIGEN DEL RACISMO

Hechos 17:26a
«De una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres para que habiten sobre toda la faz de la tierra. . .»

¿Aprueba Dios el matrimonio inter-racial?  Para contestar esta pregunta, debemos ver el concepto de raza.  La Biblia enseña que todos somos descendientes del hombre Adán.  Las Escrituras también dicen, que todos somos de una sangre; las Escrituras nunca utilizan la idea de raza.

Los descendientes de Cam, quienes fueron maldecidos, eran los Cananitas.  Sin embargo cuando Rahab, una Cananita, llegó a la fe en el verdadero Dios, ella no sólo fue bienvenida a casarse con un creyente, sino que Dios la incluyó en la línea que dirige a Cristo.  La idea de diferentes razas, a diferencia de diferentes religiones, no era gran cosa hasta 1859 cuando Charles Darwin publicó su famoso libro, Sobre el origen de las especies.  Darwin fue el resultado de los tiempos victorianos y extremadamente racista en sus puntos de vista, siempre refiriéndose a las personas de color como “salvajes”.  Entre las afirmaciones científicas propuestas en el libro para la evolución se encontraba la afirmación de que hay diferentes razas porque algunos grupos están más evolucionados que otros.  Al ser aceptada esta idea tanto dentro como fuera de la iglesia, el racismo se institucionalizó.  Hoy sabemos que típicamente las diferencias genéticas entre usted y cualquier otra persona es sólo 0.2 por ciento.

Científicamente, hay sólo una raza humana, como las Escrituras claramente enseñan.  La iglesia puede combatir el racismo sólo al proclamar la verdad que todas las personas en la tierra son una carne, descendientes de un, verdadero, Adán, cuya sangre compartimos.  También puede proclamar el evangelio de que todos los creyentes son descendientes espirituales del Segundo Adán, el Señor Cristo Jesús, Que nos ha redimido y nos ha hecho nuevas criaturas.

Oración:
Ayúdame Padre a amar a todas las personas como Tu Hijo lo hizo cuando murió por ellos.  Amén.
Notas:
Ken Ham, Inter-racial marriage: is it biblical?, Creation 21(3) June-August, 1999

Ver/Imprimir/Comparta esto en CreationMoments.com

6 FRASES CONTRA EL RACISMO

En el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, recopilamos seis frases contra el racismo.

«El deporte es el esperanto de las razas» (Jean Giraudoux, dramaturgo francés)

«Vivir en cualquier parte del mundo hoy y estar contra la igualdad por motivo de raza o de color es como vivir en Alaska y estar contra la nieve.» (William Faulkner, poeta)

“Espero que las personas finalmente se den cuenta de que solo hay una raza – la raza humana-y que todos somos miembros de ella” (Margaret Atwood, escritora canadiense)

«El odio a las razas no forma parte la naturaleza humana; más bien es el abandono de la naturaleza humana.» (Orson Welles, cineasta)

«Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad.» (Herbert George Wells, escritor inglés)

Fuente:

http://www.muyinteresante.es/seis-frases-contra-el-racismo

INVESTIGADOR DE ONU: MIGRANTES SUFREN PEOR RACISMO

¡Vamos familia, que este albino no nos quiere ver ni en blanco y negro!

Por EDITH M. LEDERER

The Associated Press

NACIONES UNIDAS — Los migrantes en Europa, Estados Unidos y muchas otras partes del mundo son víctimas de las peores formas de discriminación racial y xenofobia, dijo el lunes un investigador independiente.

Githu Muigai, un abogado keniano, dijo que muchos otros grupos también son víctimas, incluidas minorías étnicas atacadas debido a su estatus minoritario, individuos que son parados y cacheados debido su origen religioso, o étnico o jugadores de fútbol que son insultados debido al color de su piel.

El experto reiteró su oposición a la controvertida ley de inmigración de Arizona porque compromete a derechos humanos básicos internacionales, a los que los migrantes tienen derecho.

Muigai, el investigador especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia, habló con los periodistas tras presentar reportes a la Asamblea General sobre esfuerzos para eliminar esas prácticas.»Si he encontrado un grupo específico de personas que son víctimas de las más insidiosas formas de discriminación racial, esos son los migrantes», dijo. «Y creo que en muchas partes del mundo hoy los migrantes cargan con el peso de intolerancia xenófoba. Y eso es cierto en Estados Unidos, en Europa y lo es en muchas partes del mundo».

Muigai dijo que la ley internacional no previene a ningún país a imponer «una política de inmigración justa, abierta y transparente». Y señaló que entiende la necesidad de que países, especialmente en el sur de Europa, lidien con inmigrantes que llegan ilegalmente por mar desde Africa y otras partes del mundo.»Todo lo que digo en mis reportes es que necesitamos desarrollar sistemas, estructuras y políticas en un ambiente legal internacional en el que podamos atender los temores legítimos de países que reciben inmigrantes mientras logramos al mismo tiempo proteger la humanidad fundamental, a mi juicio, de los inmigrantes», indicó.

Muigai dijo que teme que la ley de Arizona, que ahora es desafiada por una corte federal de apelaciones, «no responde a estándares mínimos de derechos humanos».

La ley obliga a que la Policía pregunte a las personas en torno a su situación migratoria, aún cuando hayan sido detenidas por violaciones a otras leyes, si existen razones suficientes para sospechar que están en el país ilegalmente. También convierte en crimen estatal estar en el país de forma ilegal.»Los migrantes, refugiados, y solicitantes de asilo, independientemente de su estatus migratorio, tienen derecho a que el país donde viven proteja sus derechos humanos sin discriminación», indicó.

Read more:

http://www.elnuevoherald.com/2010/11/02/830375/investigador-de-onu-migrantes.html#ixzz14BAtsFvb

LO QUE EL PASTOR CHARLES TAZE RUSSELL PENSABA DE LOS NEGRITOS

Esta fórmula secreta la ignoraba totalmente Michael Jackson cuando era Testigo de Jehová… De haberlo sabido, él se hubiera evitado muchas visitas al médico, y también se hubiese ahorrado muchísimo dinero por tantas cirugías plásticas!

El Pastor Charles Taze Russell, (como también Elena G. White, y José Smith) tenía un concepto errado de los negros, y decía que éstos eran oscuros por una maldición de Dios. Sin duda este Señor era un racista como lo fueron muchos de sus paisanos anglosajones, aunque no lo manifestó abiertamente. Pero lo que sí sabemos con certeza es que cuando Russell inició su obra, nunca se le vio rodeado de hermanos negros, o que algún negro conformara su comité de redacción, o su cuerpo directivo. 

En todo caso Russell brinda esperanza a los negros que quieren volverse blancos y les sugiere una fórmula infalible…   

LOS PREJUICIOS RACIALES DE LOS LÍDERES DE LA WATCHTOWER

La Atalaya ha sustituido las viejas verdades por las nuevas verdades sobre el racismo. Ellos necesitan que se les recuerde, sobre todo cuando acusan a la iglesia Universal de fascista, que La Atalaya enseñaba que el negro se convertiría en blanco. ¿Por qué mejor no el hombre blanco convertido en negro?

En segundo lugar: en un tiempo la Watchtower creía que las personas de color eran menos inteligentes, y por lo tanto estaban excluidas del trabajo del precursorado, al menos entre los años 1900-1950.  Vean el siguiente vídeo…¡pero sentaditos, por si acaso!

UNA LECTURA DE NÚMEROS 12 DESDE LA PERSPECTIVA DE MUJERES NEGRAS

EETIOPBetty Ruth Lozano

Bibiana Peñaranda

Resumen
Presentamos una relectura de Números 12 desde una perspectiva de mujeres negras. Lo que hacemos es desplazar la atención de Miriam y Aarón, que ha sido la lectura tradicional del texto, para enfatizar la presencia silenciada de la mujer cusita, la cual no nos cabe duda es la misma Séfora, esposa de Moisés. Y para finalizar le damos voz a Séfora, ella misma nos cuenta su propia versión de los hechos narrados en Números 12. 

Nuestro primer acercamiento al texto de Números 12 lo hicimos desde la expropiación simbólica y real que la cultura occidental, patriarcal y racista, ha hecho de nuestros cuerpos de mujeres negras. Este texto nos ofreció una identificación inmediata con una mujer negra, que, según nosotras leíamos, estaba siendo excluida, marginada, negada por otra mujer y/o por otro pueblo debido al color de su piel. Esta primera lectura pretendió desplazar la atención de Moisés y Miriam, que ha sido la lectura tradicional del texto, para ubicar a la cusita como centro del relato.

Como mujeres negras asumimos a la mujer cusita o etíope como la protagonista.

Interpretamos el castigo a Miriam como una opción de Dios por el pueblo negro, esto nos alegró y nos llevo a ratificar que Dios está en contra del racismo, es más lo considera un pecado y envía a Miriam una enfermedad como la lepra, la cual es como un llamado a mirarse, a volverse sobre su piel y a que sienta por siete días lo que significa ser rechazada, apartada, excluida, tanto por sus hermanos como por el pueblo que camina junto con ella, quien además debió detener su marcha, retrasarse en su caminar; seguramente también reflexionar sobre el pecado de Miriam que era también su propio pecado, es decir que se dieron cuenta que el racismo, la exclusión y la discriminación no hacen parte del plan de Dios para su pueblo. Miriam es obligada a retractarse y a entrar en un proceso de arrepentimiento. Aquí también hicimos un desplazamiento porque tradicionalmente se ha leído que el pecado de Miriam es el cuestionamiento al liderazgo de Moisés. Temimos caer en una lectura patriarcal al resaltar el enfrentamiento entre las dos mujeres, pero como mujeres negras queríamos visibilizar la otra cara del conflicto presentando el enfrentamiento étnico racial que veíamos dentro del pueblo de Israel.

Releyendo el texto con nuevas informaciones, especialmente las aportadas por Maricel Mena y Peter Nash en el encuentro anual de Ribla realizado en São Leopoldo, Brasil, en 2004, nos cuestionamos el conflicto racial que en un principio era tan evidente para nosotras, porque si bien no hay ninguna duda de que la cusita es una mujer negra resulta absurdo pensar que Miriam pueda ser una mujer blanca, ya que Israel es fruto de la mezcla de muchos pueblos que estaban bajo el dominio Egipcio. Bueno, si esto es así, ¿cuál es el problema con la cusita realmente? y ¿por qué si Aarón murmura junto con Miriam, él no es castigado de la misma manera?, ¿será por el “corte machista” que parece tener la Biblia?, ¿será que nuestra reflexión es errada, será que…?

¿Por qué la mujer cusita es vista como una amenaza por Miriam y Aarón? ¿Qué representa ella en la vida del pueblo de Israel o en la vida de Moisés? ¿Qué tiene que ver la cusita con el liderazgo que le está siendo cuestionado a Moisés? Y ¿qué si la cusita y Séfora son la misma mujer?

Partiendo de nuestra experiencia de opresión y exclusión quisimos que la mujer Cusita hablara y esto fue lo que nos dijo:

Bendito sea Yahvé, el Dios de Sifrá, Fuvá, Agar e Ismael, que libró y sigue liberando a los pueblos de esclavitudes pasadas y actuales, me dirijo a ustedes hermanas negras de la diáspora, primero reconociéndome como la mujer cusita, pero también reconociéndome con un nombre propio que me da identidad, soy Séfora, la esposa de Moisés, sí, esa misma, una de las mujeres que él ayudara a defender de los pastores para que el rebaño de nuestro padre pudiera tomar agua del pozo, eso fue cuando huía de Egipto. Hago parte del pueblo de Israel desde sus comienzos o sea cuando empezó a conformarse como pueblo libre en el desierto, fui entregada por mi padre Jetro como esposa a Moisés, a quien le he sido fiel y le he acompañado en las buenas y en las malas.

Cuando conocí a Moisés él solo sabía de las costumbres egipcias, pues se crió dentro de esta cultura, por eso puedo decirles con certeza que Moisés aprendió a ver y a reconocer a un Dios cercano, dispuesto a hablarle cara a cara en nuestra familia. Moisés se integró rápido a nuestro estilo de vida, le gustaba mucho pastorear las ovejas y acompañar a mi padre en sus ceremonias rituales en honor a Yahvé; mi padre era sacerdote en Madian y Moisés aprendió mucho de Dios a través de él, eso le ayudo a reconocer al Yo Soy en la zarza ardiendo, pues al calor de nuestro fogón hablábamos de ese gran Dios que hace prodigios y se manifiesta a quien quiere y donde quiere. Cuando Dios le ordenó regresar a Egipto, mis hijos y yo le acompañamos, pero cuando las cosas se pusieron muy difíciles con el Faraón el nos envió junto a mi padre, yo no quería dejarlo pues quería estar con él de cuerpo presente en esa lucha, pero él insistió y tuve que partir, pero le acompañé con mis oraciones y con la presentación de sacrificios al Dios liberador que aprendí a adorar en mi familia.

Como esposa de Moisés era su confidente, muchas veces fui su consejera, su refugio en medio de las presiones que hacía el pueblo cuando no teníamos comida o agua, o carne, se decía que yo ejercía una fuerte influencia sobre Moisés por eso Miriam y Aarón, se sentían a veces desplazados y se quejaban de que Dios también había hablado con ellos, lo que pasa es que Moisés a veces tenia dificultad para compartir el poder, tanto que mi padre le sugirió que escogiera entre el pueblo 60 personas que le ayudaran a impartir justicia ya que él se echaba solo esa responsabilidad y la gente pasaba largas horas haciendo grandes colas para plantearle sus problemas, en esa ocasión yo le ayudé a escoger a algunos ancianos del pueblo.

A Miriam tampoco le gustó que Moisés escogiera una mujer extranjera para casarse y formar su familia. Murmuró contra él y fue castigada. Una enfermedad que le puso la piel blanca, le llenó todo el cuerpo. El pueblo decidió excluirla de la comunidad por temor al contagio y todo el pueblo se detuvo a esperar que sanara.

Quiero decirles que yo no entré en discusión con Miriam porque Dios le había dejado clara su posición frente a su pecado, pero si aproveché los siete días en que el pueblo se paró a esperarla para decirles que no soy una extranjera, que hago parte del pueblo, que con ellos viví y sufrí su liberación y  que al unirme en el desierto a ellos no fue para estar en mejor posición, no, sino para seguir caminando con quienes eran mi familia y con quienes quería compartir la libertad, y ayudar así como ayudamos a Moisés en el conocimiento de ese Dios generoso liberador que está al lado de los pobres y excluidos.

No me alegra el castigo a Miriam, triste que una persona tenga que pasar por la experiencia de exclusión y rechazo para saber que el Dios que profesa no es compatible con esas actitudes. Miriam y Aarón pecaron; primero, al no discernir entre los estados que son un peligro para el proyecto de Dios (Dt 7,1-4) y los pueblos para los que también ese proyecto es una promesa, segundo, al creerse el único pueblo elegido y beneficiario de los propósitos divinos y, tercero, al rechazar a los extranjeros indiscriminadamente.

Esa situación de rechazo es la que viven hoy cientos de miles de mujeres negras, indígenas, gitanas, dalits, árabes, que son excluidas, marginadas, rechazadas como personas, a las que se les niegan sus derechos como seres humanos, también la viven numerosos pueblos que son considerados obstáculos al desarrollo hegemónico que los países del Norte imponen sobre los del Sur.

Pueblos negros e indígenas están siendo sometidos a genocidio porque las tierras que ocupan son ofrecidas al capital extranjero a través de negociaciones de sus gobiernos que solo benefician a los más ricos. Esto ocasiona un desplazamiento forzado de los territorios ancestrales hacia las ciudades, con sus hijos e hijas, en donde son tratados y tratadas como extranjeras, extrañas que no merecen ser parte de la “sociedad mayor” ni gozar de sus beneficios: empleo, educación, salud, vivienda digna. Se imponen sobre estos pueblos las exigencias de los faraones de la época: Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y Organización Mundial del Comercio.

Las invito hermanas a que se fortalezcan unas a otras, creyendo y visibilizando al Dios de la vida que estuvo conmigo y sigue con ustedes, un Dios que es inclusivo, que no acepta bajo ninguna circunstancia el racismo, la discriminación, la xenofobia. Queridas hermanas, mantengan la esperanza en la construcción del Reino de Dios en esta tierra, aléjense del consumismo idólatra, cuídense de multiplicar esas estructuras injustas siendo ustedes mismas excluyentes, luchen, no se queden esperando como el pueblo de Israel al pie del mar, hagan lo que Dios les dijo que hicieran: avancen (Éxodo 14,15)! 

En conclusión, el acercamiento inicial que hicimos al texto, surgido de nuestra espontánea identificación con una mujer africana la cual asumíamos como víctima, nos cegó para ver otros aspectos en el texto que podían ser más iluminadores de nuestra condición de oprimidas hoy en día: la contribución de Séfora y su familia etíope a la religiosidad del pueblo hebreo, el liderazgo de Séfora y de su padre Jetro, la opción de Dios por Séfora. No es suficiente con acercarse al texto bíblico desde nuestra condición de oprimidas, porque podemos caer en lecturas fundamentalistas del texto. Es necesaria la exégesis, el análisis del contexto, el conocimiento de la historia. Confirmamos una vez más, que desplazar la atención de los sujetos obviamente protagónicos, para dar la palabra al que está silenciado, excluido, al que no tiene voz o lo han callado, permite darle al texto un vuelco completo y encontrar mensaje de liberación para los que sufren aún en textos considerados muy difíciles. No pretendimos dar respuesta a todas las preguntas que nos formulamos en un principio, mas bien fueron una provocación que nos invita y los y las invita a emprender la búsqueda por esas y otras respuestas. Darle voz a Séfora significa una invitación a que los excluidos no se queden callados, es una invitación para que las mujeres negras nos tomemos la palabra, no nos victimicemos más sino que nos levantemos a marchar por nuestra propia liberación y la de todos los oprimidos. Séfora invita a avanzar, a visibilizarse.

Betty Ruth Lozano

Cusitos/as es la manera como en la Biblia se nombra a los etíopes (Etiopía viene del griego Aithiopia: “quemado por el sol”). Los hebreos llamaron este país kux (Cus).

RACISMO Y BIBLIA

racismo1

Por A. C. Suárez

El hecho de que Dios haya permitido la amplia diversidad humana en todos los órdenes, no implica que todas las manifestaciones culturales de las distintas etnias sean siempre positivas, bellas, justas o bondadosas.

Desgraciadamente las consecuencias del pecado humano han dejado su huella de maldad en muchas expresiones del hombre que se dan en todos los pueblos. De ahí que la ignorancia, la superstición y el error deban ser siempre rechazados y sustituidos por la sabiduría, justicia y bondad de los valores inspirados en el Evangelio.

El ser humano es una criatura ambivalente capaz de comportarse como ángel, pero también como demonio.

Igualmente, su cultura manifiesta también esta ambivalencia moral. El conjunto de creencias, costumbres, valores e instituciones que posee cada sociedad y que se va transmitiendo de generación en generación, es portador de esa mezcla dispar de bondad y maldad inherente a toda criatura después de la caída.

Por eso el creyente debe distinguir entre los valores y antivalores que existen en cada cultura, para enriquecerse con lo positivo y, a la vez, denunciar aquello que puede degradar a la persona. El mensaje cristiano insiste, por tanto, en la unidad de la raza humana así como en la valoración de todo lo positivo que hay en las diversas etnias y culturas de la tierra.

El libro de los Hechos afirma que el espíritu del apóstol Pablo, “se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría” y que “discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían”, predicándoles el Evangelio de Jesús y hablándoles acerca de la resurrección. Su actitud fue la de oponerse abiertamente a la idolatría existente en Atenas. Una cosa era la riqueza de culturas y otra muy diferente el politeísmo grosero y supersticioso que allí imperaba.

Pablo se había educado en varias culturas diferentes de su época. Como escribe Umberto Eco: “el modelo del milenio será san Pablo, que nació en Persia, de una familia judía, que hablaba griego, leía la Torá en hebreo y vivió en Jerusalem, donde hablaba el arameo y cuando se le pedía el pasaporte era romano” (1). El apóstol fue buen conocedor de diversas tradiciones culturales, las amaba y respetaba, pero su celo misionero no le permitió tolerar ningún rival de Jesucristo, ni llamar “Señor” a nadie en la tierra. Sólo Jesús es el Señor del universo que se humilló hasta la muerte para redimir a la raza humana y que juzgará al mundo con justicia.

Así como en el Antiguo Testamento se explicita el origen de la diversidad étnica y cultural de los distintos pueblos que habitan la tierra, a partir de una primera pareja creada por Dios, en el Nuevo Testamento se indica todo lo contrario. Una auténtica inversión de aquel proceso original de dispersión.

Si los descendientes de Noé se esparcieron por todas las latitudes y climas del planeta, formando así la elevada diversidad de aspectos y tradiciones humanas, a partir de la divulgación del mensaje de Jesucristo, toda esa rica variedad humana puede ya confluir en el Hijo del Hombre y ser consciente de que todas las personas pertenecen, en realidad, a la misma raza humana.

Independientemente del color de la piel o de la lengua que se hable, la redención de Cristo unifica las naciones y da lugar a una sola sociedad universal. Como escribió Pablo: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gá. 3:28).

Tal convicción cristiana echa por tierra todo comportamiento racista o xenofóbico, todo orgullo racial o sexual, toda discriminación del hombre por el hombre y, a la vez, fomenta el respeto a la variedad cultural existente en el mundo de hoy. En este sentido, nos identificamos plenamente con las palabras del pastor John Stott: “A causa de la unidad de la humanidad demandamos iguales derechos e igual respeto para las minorías raciales. A causa de la diversidad de grupos étnicos repudiamos el imperialismo cultural y defendemos la preservación de la riqueza de una cultura interracial, compatible con el señorío de Cristo.

A causa de la finalidad de Cristo, sostenemos que la libertad religiosa abarca el derecho a difundir el Evangelio. A causa de la gloria de la Iglesia, debemos librarnos de todo resabio de racismo y esforzarnos por que la Iglesia sea un modelo de armonía entre las razas, en el que se cumpla el sueño multirracial” (2). En pleno siglo XXI, nos parece que éstas deben seguir siendo las legítimas aspiraciones del pueblo de Dios.
[Tomado de Protestante Digital, España]

________________________________________
(1) Eco, H., Entrevista en El periódico de Cataluña, 7.01.2000
(2) Stott, J. R. W. La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos, Nueva Creación, Grand Rapids, Michigan, EEUU, 1999: 254.

LA CLASE DIRIGENTE DE LA WATCHTOWER ES MAYORITARIAMENTE CAUCÁSICA…NO HAY LATINOS, ASIÁTICOS, O ABORÍGENES TRIBALES

Por más de seis décadas el Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová establecido en Brooklyn (NY),  ha estado integrado exclusivamente por «quimosabis» o «carapálidas» a pesar de que ese culto está conformado por miembros de diferentes razas o grupos étnicos. Nos preguntamos: ¿Se habría Dios olvidado de las minorías para que integren su supuesto «Cuerpo Gobernante» por espacio de seis décadas?¿Es que no hubo ninguno digno para ocupar un puesto en la cúpula de entre los «de color»? Realmente extraño! Recién hace unos años nombraron a un afro-americano (ojo: no oriundo del continente africano) para ocupar un puesto dentro del C.G, como para disimular un poco el racismo evidente. Ver el siguiente vídeo:

¿QUÉ EXTRAÑO?–SÓLO ABUNDAN UNGIDOS TESTIGOS DE JEHOVÁ DE RAZA BLANCA…Y NI QUE HABLAR DEL CUERPO GOBERNANTE…¡TODOS SON CARAS PÁLIDAS, SALVO UNO!

 

gbherd.jpgSamuel Herd

Primer miembro de color del Cuerpo Gobernante en más de 60 años…¡Aleluya!

 

Desde que se creó el Cuerpo Gobernante de la Watchtower, nos llama mucho la atención que todos sus componentes siempre hayan sido de raza blanca, tendencia que aun en nuestros días persiste, salvo una sola excepción, el nuevo y primer miembro de color, Samuel Herd, como para disimular el racismo de tantos años. Sólo basta con ver las fotografías de todos los que lo integraron en las últimas  6  décadas y verán que no hay ni un solo afroamericano, latinoamericano, o asiático americano. Por espacio de  6 décadas pareciera que Jehová Dios se olvidó de las llamadas minorías de color que militan en su supuesta organización anti clasista y anti racista, es decir, que no hace acepción de personas. Si esto no es racismo, ¿entonces qué es? ¿Son las minorías demasiado insignificantes como para no merecer el ungimiento y un cargo de altísima responsabilidad? ¿Son las minorías intelectualmente menos capaces que los anglosajones, nórdicos o teutones? Que sepamos, ninguno del cuerpo gobernante en el pasado y en el presente se le puede calificar de erudito bíblico, ni siquiera con un diploma de Bachiller en Teología. Ninguno, incluyendo el máximo “teólogo” Fred Franz, tuvo una educación formal e integral en teología, y éste último con las justas sabía algo de Griego y Hebreo y nada más. Por tanto, ¿qué méritos tienen los ungidos del Cuerpo Gobernante para ocupar el puesto que ostentan? ¡Sólo el de haber sido unos “chupamedias” y “Sí, señores” de la organización! Otros probablemente estén allí porque tienen alguna experiencia en los negocios del mundo, y están aportando sus experiencias para el crecimiento de la Watchtower como un imperio religioso muy lucrativo, pero los más de sus integrantes con las justas tienen una educación secundaria.

Una vez le pregunté a un Testigo de Jehová peruano si conocía a algún ungido peruano de entre los 50,000 Testigos de Jehová que hay en el país, y se quedó callado por un largo rato, pensando si podía mencionarme siquiera uno…¡Y no pudo! Me prometió llamarme por teléfono en una semana para darme la respuesta definitiva, y hasta ahora lo estoy esperando. Esta misma pregunta se la hice a un Testigo de Jehová venezolano, y a otro de nacionalidad Uruguaya, e igualmente no recibí respuesta alguna de ellos. Ahora bien, sé que hay ungidos en los países de Latinoamérica y el Caribe, pero da qué hacer que todos son anglosajones, enviados por la central de la Watchtower en Brooklyn para ser los jefes de las sucursales. Son los hombres de confianza, y éstos viven con grandes privilegios que la gran masa de Testigos ni se imagina.

Si usted, Testigo de Jehová, se molestara en averiguar cuántos ungidos paisanos suyos hay en su país, estoy seguro que tendrá dificultad en encontrar tan solo uno. Me acuerdo que cuando militaba como Testigo de Jehová en mi juventud, un hermano de color que tenía muchos años en la secta y que era realmente sincero y correcto, dijo un día sentir en su corazón la “llamada celestial” (una locución que usan los Testigos para decir que Dios los ha escogido para ser ungidos y vivir en el cielo con otras 133,999 personas), y así se los hizo saber a los ancianos de su congregación. Éstos no tardaron de tomar la confesión del hermanito de color como una señal engañosa del diablo, y que no podía ser verdad o posible. El hermanito de color insistía en su supuesto “llamado celestial” y sostenía vehementemente que el Señor lo llamaba para ser de la clase de la iglesia, la clase celestial, la clase de los hijos de Dios, la clase de los reyes y sacerdotes, etc, etc. Ante la insistencia del hermanito, los ancianos de la congregación le dieron un ultimátum…o se retractaba de sus reclamos, o sería disciplinado en una sesión privada (el comité judicial). Entonces el hermanito, dolido, y muy defraudado, presentó su carta de renuncia ante tal injusto trato. Sin embargo, los ancianos no aceptaron su renuncia, sino que lo expulsaron por apóstata. Lo curioso del caso es que un misionero americano (anglosajón) que tenía también años en la congregación, dijo sentir en su corazón el mismo “llamado celestial”, y como era de esperarse, el cuerpo gobernante aceptó sin titubear su confesión, y fue nombrado “ungido” y miembro de la clase de la iglesia, la clase celestial. ¿Qué conclusión puede usted sacar de esta evidente parcialidad, estimado Testigo de Jehová? Dos personas igualmente fieles y “maduras”, militantes por muchos años en la organización, con buenos testimonios, pero sólo el anglosajón fue admitido y el otro rechazado y hasta expulsado. Bueno, creo que sobran palabras. Pero una cosa es cierta: Si usted es Testigo de Jehová perteneciente a las llamadas “minorías” (¡aunque en realidad son mayorías por el gran número de personas de color que militan en sus filas!) y se atreve a decirle a los ancianos de su congregación que usted siente la “llamada celestial”, estoy más que seguro que correrá la misma suerte que aquel hermanito de color que terminó patitas a la calle. Simplemente lo reto para que haga el intento, y después me cuenta…Vaya, hágalo, no tema…y se convencerá de lo que le digo. Si usted no es un “cara pálida”, y con ojos azules o verdes, no tendrá ninguna oportunidad para ascender a ungido, sino sólo hasta Anciano o siervo de Circuito. Allí terminó su escalafón.

Más sobre los Testigos de Jehová en:

www.lavasori.wordpress.com

ELENA WHITE Y SU ABOMINABLE RACISMO

Ellen G. White

Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

 



El racismo o discriminación racial, es una forma de discriminación de las personas recurriendo a motivos étnicos, raciales, de color, linaje u origen nacional, de tal modo que unas se consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin intencional o como resultado, la disminución o anulación de los derechos humanos de las personas discriminadas.[1] Apareció en Europa en el siglo XIX para con el fin de justificar la supremacía de una supuesta «raza blanca» sobre el resto de la Humanidad.


La antigüedad [editar]


Si bien era habitual que las culturas antiguas manifestaran rechazo y desprecio hacia otros pueblos y hacia los extranjeros, el racismo como tal, es un concepto moderno que tiene sus primeras manifestaciones en Europa y las colonias españolas en América, durante la Edad Moderna.


En la Grecia clásica estaba vigente la discriminación al extranjero pero no por su aspecto «racial» o fenotípico. Los grandes filósofos griegos reconocían en los egipcios (a los que describían como negros) a representantes dignos de la civilización. En la Edad Media las personas negras estaban asociadas a la riqueza del mundo islámico y numerosos santos fueron negros, mientras que, hasta la Edad Moderna, los cristianos persiguieron a los judíos por su religión, y no por atribuirles una condición étnica o «racial» (Tomado de Wikipedia).


En EUA, el racismo es visto en el grupo denominado KKK (Ku Klus Klan) y que fue fundado en el año 1865 por excombatientes confederado de la guerra civil, la de Secesión. Esta asociación promocionó desde un inicio la supremacía de la raza blanca, el antisemitismo, el racismo, el anticatolicismo, la homofobia y el nativismo.


No se puede pasar por alto el racismo extremo y enfermo del siniestro y maligno Adolfo Hitler, que persiguió judíos para exterminio y también para experimentación con la finalidad de hacer surgir la raza perfecta, la aria, la llamada raza pangermánica, a través de manipulación genética.

Los pobres judíos sufrieron atroces y vergonzosas muertes por la crueldad de los experimentos que se llevaron a cabo en ellos, en los campos de concentración de Auschwitz, en Polonia, cuando se desarrollaba una de las más grandes y pavorosas orgías de locura, de sangre y muerte que la humanidad ha presenciado: La Segunda Guerra Mundial.


Los escritores tampoco han pasado por alto la discriminación racial: Howard Phillips Lovecraft. Genial escritor del género de Horror, poeta místico-oscuro, norte americano, nacido en 1890, en Providence, capital de Rhode Island, notable racista que considera a las personas de color negro como «agentes sub- humanos», «unas bestias», como veremos abajo en uno de sus poemas donde muestra elevados y absurdos prejuicios en contra de ellas:


Cuando tiempo atrás, la Tierra por dioses fue creada; A imagen y semejanza de Júpiter al incipiente Hombre moldeaban. Para tareas menores las bestias fueron creadas; Aunque de las especies humanas muy alejadas estaban. Para llenar el vació y unirlas al resto de la Humanidad, Los anfitriones del Olimpo ingeniaron un astuto plan. Una bestia forjarían, una figura semi humana, Colmada de vicios, y «negro», fue llamada.


Qué decir de Charles Darwin, consumado racista pseudo científico que aseveró que las personas negras y los aborígenes de Australia son idénticos a los gorilas y que los individuos europeos blancos pertenecen a la mejor de las razas humanas (los más «avanzados», según él). A decir verdad, las hipótesis de Darwin no se anclan en ningún descubrimiento o experimento científico. Por otro lado, él jamás llevó estudio formal y personal en biología científica.


Más que una ciencia, la Teoría de la Evolución Darwinista, es una filosofía, porque se «fundamenta» en especulaciones subjetivas, en situaciones y conceptos no demostrados. Por lo tanto, deja mucho que desear para tomarla como una verdad seria. Es conocido, que el pensamiento occidental influyó en la estructuración de la filosofía racista en la última parte del siglo XIX. Surge por esto el Darwinismo Social, emanado de la Antropología Social que aplica las ideas teóricas de Darwin de «la lucha por la vida y la supervivencia del más apto».


El racismo también es visto en al arte, como fue en el europeo del siglo XIX. Las ideas antisemitas de Richard Wagner son hechas manifiestas en sus grandes obras, una de ellas, es la ópera «El Anillo del Nibelungos».


Formas del racismo contemporáneo [editar]


Históricamente, el racismo ha servido para justificar crímenes contra la humanidad como el genocidio y diversas formas de dominación de las personas como la esclavitud, la servidumbre, el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo. El racismo suele estar también relacionado con el etnocentrismo, el chauvinismo y la xenofobia. Por ejemplo, Hannah Arendt, en Los orígenes del totalitarianismo, señaló que la ideología racista conocida como «racismo popular», que se desarrolló a fines del siglo XIX, se usó para legitimizar la conquista imperialista de territorios extranjeros y los crímenes que le siguieron, tales como el genocidio de Herero y Namaqua (1904-1907) o el genocidio armenio (1915-1917) (Tomado de Wikipedia).


El caso, no termina aquí, lo más triste, que el cruel racismo también ha hecho intromisión en los asuntos religiosos y Elena White, la pseudo profetiza y «diosa» del Adventismo del Séptimo día, se encargó que en su secta fuera de esa manera, engañando exquisitamente a muchas de las personas que componen el grupo adventista:


«Pero si hubo un pecado, por encima de cualquier otro, que requería la destrucción de la raza por medio del diluvio, fue el crimen degradante de la amalgama del hombre y la bestia, un crimen que desfiguró la imagen de Dios y causó confusión por todas partes.» Spiritual gifts (Dones espirituales), tomo 3, página 64, 1864. En este pasaje, Elena White hace saber falsamente y con descaro que es posible la unión dos especies deferentes para dar un clase extraña de producto genético, vivo, contrario al designio Divino; un producto degradante a causa de la «amalgama» o unión entre un hombre y un animal o bestia (¿?). Ella no alude o insinúa, sino que asegura con claridad notable y asombrosa que este pecado, mayor que cualquier otro, «desfiguró la imagen de Dios» que causó la condena del mundo antiguo y su destrucción por medio del «Diluvio Universal» (Gn. cap. 6). Para ser bien exactos, la Biblia no dice nada acerca de esto. Tan solo es una falaz idea de parte de Elena White. Moisés, bajo Inspiración Divina (no como White), escribe, que, cuando los hombres empezaron a multiplicarse sobe la faz de la tierra les nacieron hijas, y que los «hijos de Dios», al verlas hermosas, escogieron las que desearon. Más a adelante, Moisés escribe también que en la Tierra habitaban «gigantes», producto de la relación de los «hijos de Dios» con las «hijas de los hombres» (Cap. 6, libro del Génesis). Para empezar, cuando Moisés habla de los «hijos de Dios», se refiere con gran seguridad a la descendencia humana proveniente de Set, cuyo nombre significa «sustitución». Vemos el texto que habla de este hijo concebido por Adán y Eva, después de ser asesinado Abel por su hermano Caín, tercer hijo de la primera pareja humana nacido antes de la destrucción del mundo por el Diluvio (Gn. cap. 4, de la Biblia Plenitud, Reina Valera, NVI):

«Adán volvió a unirse a su mujer, y ella tuvo un hijo al que llamó Set, porque dijo: «Dios me ha concedido otro hijo en lugar de Abel, al que mató Caín». También. Set tuvo un hijo, a quien llamó Enós. Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor» (Gn. 4:25). Desde entonces, a partir de Set, se logra una línea familiar de personas humanas que buscó el rostro del Señor y que fueron llamados por tal causa «hijos de Dios», según Gn.6:1, 4, línea que está en contraposición con los perversos e infieles descendientes de Caín. Los «hijos de Dios» dieron hombres «gigantes» (Gigante o «nefilim», palabra hebrea cuyo significado es incierto, que sugiere dos derivaciones: (1) «Separados», del verbo hebreo «palah», que significa estar separados, ser distinto; o (2) «los caídos», del verbo «nafal», que significa caer. Estos seres «caídos» o «nefilims», eran las personas de la antigüedad que estaban separados del camino de Dios. La palabra «nefilim», así lo indica.

 

La Biblia dice que en los tiempos antiguos había hombres de gran estatura: Nm. 13:31-33; Deut 2:20. Los «gigantes» que menciona el cap. 6 del Génesis, fueron famosos héroes de antaño, «de renombre», que desaparecieron con el Diluvio. No es factible en lo absoluto que hayan sido originados por una unión sobrenatural (angélica-humana). Esto lo comprobaremos próximamente.

 

Muchas personas piensan que los «hijos de Dios» de Gn. 6:1, 4 son ángeles de oscuridad, seguidores del Diablo, que se rebelaron contra Dios en la Eterna Gloria y que una vez caídos en el mundo se unieron con las hermosas hijas de los hombres procreando a estos seres «gigantescos». La ofensa a Dios que incitó a Dios para juzgar la Tierra a perecer en agua, fue, que, los Hijos de Dios, santos y piadosos, cohabitaron con las «hijas de los hombres» que procedían de la estirpe cainita, cuya descendencia fue sensual, egoísta e impía, extraña al mandato divino (Gn: 4:16-24).

 

Es cierto que en el libro de Job se les llama a los ángeles sobrenaturales «hijos de Dios» (Job. 1:6), pero se deberá tener en cuenta que los ángeles de Dios son asexuales (carecen de órganos sexuales), siendo completamente imposible que hayan tenido relaciones íntimas con las «hijas de los hombres» para dar a los «hombres de renombre» de la antigüedad. Dios no los creó para que se reprodujeran sexualmente. El Señor Jesucristo lo confirmó bien claro para no dejar duda alguna en el asunto:


«Los hijos de este siglo se casan y se dan en casamiento, pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni se dan en casamiento, porque ya no pueden morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios al ser hijos de la resurrección…» (Lc. 20:34-36).


Los ángeles del cielo, son una «compañía» y no una raza (Heb. 12:22). No hay ningún versículo bíblico que diga que existan «los hijos de los ángeles». Entre los ángeles no hay un sexo que los define como seres masculinos o femeninos. Aunque el término «ángel» aparece en la Biblia en género masculino, también se aplica a los seres donde no hay ninguna diferenciación sexual.


La creencia quimérica de que era posible el cruzar un ser humano con un animal para dar una especie diferente se difundió en le siglo XIX. Genéticamente, esto es imposible; no hay fundamentos científicos que la respalden. Es una mentira atroz y garrafal, producto de algunas mentes depravadas y racistas, como la de Elena White.


Hemos explicado, con «Biblia en mano», que la causa del Diluvio no fue por la unión de hombres con bestias que dieron lugar a monstruosos engendros, «un crimen que desfiguró la imagen de Dios y causó confusión en todas partes», como lo «argumentó» Elena White en sus supuestos escritos «inspirados por Dios». El Diluvio Universal, más que nada, fue a causa, como estudiamos antes, de la unión de la descendencia humana de Set, que buscó a Dios en un principio, con la descendencia humana cainita y que seguía el oscuro rumbo de la maldad y de la perversidad, alejada del Creador. Esto fue suficiente para que la ira de Dios fuera desatada, «. . . por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua. . .» (2 P. 3:6).


Y por si fuera poco, Elena White continúa su gran insensatez e inclemente pensar con elocuencia y soberbia:


«Cada una de las especies de animales que Dios había creado fue preservada en el arca. Las especies confusas que Dios no creó, y que eran el resultado de la amalgama, fueron destruidas por el diluvio. Desde el diluvio, ha habido amalgama entre hombres y bestias, como puede verse en la interminable variedad de especies de animales y ciertas razas de hombres.» Spiritual gifts (Dones espirituales), tomo 3, página 75, 1864

 

Elena White presume con bastante error en el escrito anterior que es posible en estos tiempos postdiluvianos aun ver un «producto violentado en su naturaleza», «especies confusas», como las llama White y que «puede verse en la interminable variedad de especies», y también, afirma descabelladamente, en «ciertas razas de hombres».


Uriah Smith publicó en 1869, en defensa del prejuicio racial de la líder y profeta adventista Elena White, un escrito que manifestaba que el producto de la unión de seres humanos con bestias había dado o creado los «bosquimanos salvajes de África».


Otras personas que integran el grupo adventistas, creen que los escritos de Elena White al respecto, van dirigidos a las personas de color negro. Más tarde, surgió una defensa pueril del pensamiento racista de Elena White, sosteniendo que los hombres antiguos por medio de manipulación genética pudieron crear formas biológicas aberrantes en sus laboratorios. No hay nada en la Biblia que insinúe tan siquiera tamaña y asombrosa mitología, e históricamente, no hay pruebas objetivas que confirmen esto (estoy seguro, que ni las habrá nunca jamás).
Esta idea, para ser sincero, es digna para una novela de ciencia ficción que al compararse con las geniales historias de H. G. Wells y Arthur Clarke se ven tan solo como un simple «cuento de niños».


La Biblia dice que Dios hizo al hombre a su «imagen y semejanza» (Gn. 1:26). La palabra «imagen» resalta la representividad, y la segunda palabra, «semejanza», la similitud. El hombre, es una reflexión de Dios. No indica la naturaleza física del hombre, sino a la naturaleza moral y espiritual del género humano. Así, los racistas, están presionados y comprometidos muy seriamente con esta verdad bíblica.


Dios creo la humanidad, independientemente de las razas que la integran hasta el día de hoy, para tener comunión con ÉL. El cuerpo humano tiene la función única para dar expresión a su identidad espiritual y moral. Sea éste blanco, negro, amarillo, rojo o «azul»; para Dios, todos son iguales (Biblia de Estudio, RV, Siglo XXI).


Ninguna raza es más apta que otra, mejor o peor. Las diferencias físicas de cada persona, son el resultado de la adaptación de las diferentes áreas o partes del mundo en que habitan.


El cuento antropológico de que la raza negra fue la primera en aparecer por hominización («transición evolutiva de los primates a seres humanos») contradice erradamente la adaptación de los seres humanos a ciertos climas. Por ejemplo, en las regiones ardientes del globo terráqueo, los seres humanos han podido oscurecer, necesariamente, sus pieles al producir una mayor cantidad de melanina (La melanina, es un pigmento de color negro o pardo negruzco que existe en forma de gránulos en el citoplasma de ciertas células de los vertebrados y al cual deben su coloración especial la piel, los pelos, la coroides, etc.) para protegerse de los quemantes rayos del sol, esta adpatcion se ha logrado a través de mucho tiempo. Inversamente, en los climas extremadamente fríos, como en el norte de Europa, la cantidad de melanina disminuye y el resultado son pieles de color blanco.


El color distinto de las personas se debió a la migración de de los grupos humanos de la antigüedad para poder establecerse en zonas más benignas pero otros lo hicieron en zonas tórridas, como ejemplo tenemos, el continente africano.


De esta migración o dispersión la Biblia habla:


La primera civilización histórica fue establecida por Nimrod en la Tierra de Sinar, al Sur de Mesopotamia, dispersándola Dios por todo el mundo al confundir su lenguaje común para dar origen a las diversas naciones gentiles (Gn. cap. 11).


Tampoco la raza negra es causa de la maldición emitida por Noé a su hijo Cam cuando «vio la desnudez de su padre» («maldición» que recayó sobre su hijo Canaán, cuya descendencia, los cananeos, nunca fueron conocidos como personas de raza negra). La consecuencia de esta «maldición» consistió en la conquista de la Tierra de Canaán por la descendencia de Sem (Gn.9:18-27). Así de simple es el asunto.


El mundo seglar y su «negro racismo», ha tratado de desacreditar la igualdad de algunos seres humanos de las distintas razas y que han sido hechos a «imagen y semejanza de Dios» en base a elucubraciones filosóficas de la limitada y retorcida razón humana y en teorías de ficción pseudo- científica que carecen de cimientos convincentes.


Para terminar, concluyo diciendo que Elena White y compañía, tendrán que ser muy astutos en el Día del Juicio para justificar su detestable pensar racista ante el Creador (irónicamente, lo digo).


¡Ni la religión se ha salvado del racismo de los hombres y mujeres abominables!

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LOS LLAMADOS UNGIDOS “CARAS PÁLIDAS”

Una triste bufonada

Los Testigos de Jehová enseñan que sólo 144,001 Testigos de Jehová pertenecen a la clase de los “ungidos”, que es la clase que gobernará con Cristo, y que es la iglesia de Cristo propiamente dicho. Sólo ellos son los hermanos de Cristo y los verdaderos hijos de Dios. Los únicos que pueden participar del “memorial”, comiendo del pan, y tomando del vino. Los demás son parias, Testigos de cuarta categoría, súbditos de los “ungidos”, herederos de la tierra (no del cielo), y privados del Espíritu Santo de Dios.

Lo curioso del caso es que el “cuerpo gobernante” ungido de 12 miembros que reside en Brooklyn, NY, y todos los demás miembros “ungidos” Jehovístas son de raza blanca, especialmente caucásicos anglosajones, teutones y nórdicos, pero ninguno de la raza asiática, latina, o africana. En América Latina no hay ningún ungido hispano, y en especial, en los países donde la población indígena y afroamericana es mayoritaria.

He sabido de Testigos de Jehová hispanos que han manifestado sentirse llamados para la “esperanza celestial” (la cual está reservada sólo para los ungidos) y los ancianos los han amonestado severamente, exigiéndoles a que se retracten abiertamente porque están siendo “seducidos por el diablo” o que “sus corazones los están engañando”. En realidad detrás de toda esta prohibición están los mismos ungidos, que quieren mantener el dominio sobre las masas a través de una supuesta superioridad de rango y raza.

Realmente estos “Testigos de Jehová” son hipócritas, pues en sus libros y revistas muestran escenas de hermanos de distintas razas unidos en la fe, pero en los hechos ocurre todo lo contrario. El Testigo anglosajón, teutón, o nórdico tiene todas las mejores oportunidades de alcanzar “el cielo” que un latino, asiático o africano (“las minorías” que irónicamente son la mayoría en la secta). Así que sepan todos que el cielo de los “Testigos de Jehová” está reservado para las “caras pálidas”, para aquellos de apariencia “angelical”. ¡Tremendos sátrapas! ¡A otro perro con ese hueso! ¿Se fijará Dios en la apariencia más que en el corazón? Y pensar que millones de Testigos agachan la cabeza como corderitos, sin protestar, y dejándose manipular al antojo de sus líderes/amos—¡Despertad del Sueño, de una vez por todas!