ANÁLISIS DE LA PALABRA «EJAD»

Por José Álvarez

La teoría trinitaria que dice que Yahwéh es una “Deidad compuesta” se basa en una doble premisa: 1) que el término hebreo elohim es un plural numérico, y 2) que la palabra hebrea ejad no significa «uno» sino una unidad compuesta. Se reclama que ejad no significa «uno como entidad singular sino como entidad plural compuesta,» mientras que yajid significa «uno» con el sentido de una entidad singular.

            Cuando uno compara este argumento con la manera en que se usan las dos palabras en las Escrituras Hebreas se hace evidente que eso es una falacia. No está apoyado por las Escrituras, sino solamente por un deseo honesto de defender el dogma romano de la Trinidad. Coteje los siguientes pasajes por usted mismo y vea si ejad no significa una entidad, única, singular, simple.

Usos de ejád en las Escrituras:

1. Como uno entre varios otros:

Gén.  2: 11 ‑ el nombre del uno era Pishón. (Heb.)

Gén. 2:21 ‑ una de las costillas del hombre. (NIV)

Gén. 3:22 ‑ llegar a ser como uno de nosotros.

Cant. 4:9 ‑ con una mirada de tus ojos.

2. Como artículo indefinido:

Éxo. 29:1 ‑ toma un toro joven.

Éxo. 29:3 – pon los en una canasta.

1 Rey. 22:8 ‑ Hay aún un hombre.

3. De algo único en su propia clase:

Gén. 27:3 8 ‑ ¿Tienes una sola bendición, padre mío?

Gén. 42:11 ‑ Somos hijos de un mismo hombre.

Sal. 27:4 ‑ Una cosa he pedido a Yahwéh.

Sal. 53:3 ‑ …quien haga el bien, ni aún uno.

Ecl. 2:14 ‑ la misma suerte les tocó.

Ecl. 3:19 ‑ todos tienen un mismo aliento.

Cant. 6:9 ‑ Mi perfecta es única la única hija.

4. De un hombre solo (solitario):

Ecl. 4:8 ‑ Había un hombre solo.

Ecl. 4:11 ¿Cómo puede un hombre calentarse solo?

            Mal. 2:10 ‑ ¿No tenemos todos un mismo Padre… un mismo Elohim?

5. De uno en contraste con muchos:

Isa. 51:12 ‑ Abraham… era sólo uno.

6. Como el adverbio «solo»:

            Jos. 22:20 ‑ no fue el único que murió [Lit.: no sólo él murió].

            Ecl. 4:10 ‑ Pobre del solo. [Heb. Pobre del que es él solo]

            1 Crón. 29:1 ‑ Sólo a Salomón ha escogido.

7. Como un numeral consecutivo:

            Jos. 12:9‑14 ‑ el rey de Yerikó uno… uno… uno. Etc.

Usos de yajid:

1. Como alguien único en su clase: (sinónimo de ejad en No. 3)

            Gen 22:2 ‑ Toma a tu hijo, tu único hijo.

Jer. 6:26 ‑ Llora como un hijo único.

            Zac. 12:10 ‑ Como se llora por un hijo único.

Prov. 4:3 ‑ un único hijo de mi madre.

2. Como adjetivo:

            Sal. 25:16 ‑ Estoy solo y afligido.

            Sal. 68:4 ‑ Elohim pone al solo en familias.

3. Como adverbio: (sinónimo de ejad en No.6)

            Job 34:29 ‑ está… sobre un hombre solamente. (H)

Sal. 86: 10 ‑ Tú solo eres Elohim.

4. Como un verbo: (unirse)

            Gen. 49:6 ‑ que no me una a la asamblea.

            Isa 14:20 ‑ No te unirás a ellos en sepultura.

Con esta evidencia interna de las Escrituras, es perfectamente sano concluir que cuando Deuteronomio 6:4 dice «Yahwéh nuestro Poderoso en Un Yahwéh,» significa exactamente que Yahwéh es Uno, Único, Singular, Solo, Absoluto, Simple, no compuesto. A esto podemos agregar que la pluralidad del título común elohim no es una pluralidad numérica, como demuestra el gramático hebreo Gesenio, y como hemos demostrado en nuestro folleto sobre la palabra Elohim.

            Ante el argumento de algunos teólogos de que en aquellos tiempos el plural de majestad no estaba en uso, preguntamos: ¿En qué sentido los cananeos llamaban a Baal su «elohim»? En qué sentido llamaban «elohim» a la deidad femenina Astarté? Consideraban ellos a Baal una deidad Tres‑en‑uno? Y también a Astarté como otra deidad femenina Tres‑en‑uno? Toda la evidencia está en contra de eso. Baal era considerado como una deidad sencilla, «el Señor del cielo»; y, sin embargo, se lo llama «elohim» en las Escrituras. Esto muestra claramente que el escritor usó esta palabra como un adjetivo intensivo, o como un plural de majestad. En cada caso el significado es «el Poderoso”.

            El dogma romano‑babilónico de la Trinidad, en el cual varias personas componen una «deidad uni-plural» es simplemente anti-bíblico. No importa cuántas personas estén incluidas en esa deidad, sean dos o tres; no hay diferencia. El hecho que hace falsa esa teoría no es el número de personas envueltas, sino la idea de que hay más de una persona incluidas en la Deidad. Pablo dijo claramente: «Para nosotros no hay más que un solo Poderoso, el Padre,» (1 Cor. 8:6).

            Sin ánimo de ofender, el «Dios compuesto» del dogma trinitario (o aun del credo “diunitario” es simplemente una deidad imaginaria, una imitación del verdadero Todopoderoso. Ese no es el Poderoso que adoró Yahoshúa como su Poderoso (Jn.  20:17). Ese no es el Poderoso Uno y único adorado por la comunidad apostólica primitiva (1 Cor. 8:5,6). El único Poderoso verdadero es el Padre de Yahoshúa; una sola persona: EL PADRE. No negamos que el  Mesías sea divino, pero esto es diferente del­ dogma trinitario y lo explicamos en capitulo aparte.

            Ahora, veamos lo que dice un Comentario Judío Ortodoxo sobre la palabra ejad.

            «Él es Uno porque no hay otro Elohim que él; pero también es Uno porque es completamente distinto a todo lo demás que existe. Él es por lo tanto no solamente Uno, sino el Solo y Único Elohim… Por lo tanto, a él solamente es correcto orar, y no a ningún otro ser fuera de él. La creencia de que Elohim se compone de varias personalidades, tal como la creencia cristiana en la Trinidad, se aparta de la pura concepción de la Unidad de Elohim. Israel ha rechazado a través de las edades todo lo que opaque u oscurezca la concepción del monoteísmo puro; antes que admitir cualquier debilitamiento de éste, los judíos han estado preparados a vagar, a sufrir, a morir…El Shemá excluye la Trinidad del credo cristiano como una violación de la Unidad de Elohim. » (Edición Soncino de la Torah, páginas 770 y 92l).

¿PUDO JESÚS SER MÁS CLARO Y SIMPLE EN CUANTO A QUIÉN ES DIOS?

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

¿Están ustedes siguiendo la enseñanza fundamental de Jesús?

Si en algo nuestro Señor no pudo ser de ningún modo intrincado fue cuando dio a conocer al único Dios verdadero. Sus palabras sobre la persona de Dios son tan simples que hasta un niño de 2 añitos puede entenderlas. Sería ilógico que Jesús diese a conocer a un Dios que nadie pudiese entender. Pero los Trinitarios, Binitarios y los modalistas han complicado la sencilla declaración de nuestro Señor en Juan 17:3, cuando dice: “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado”. Si en estas declaraciones alguno de ustedes cree encontrar a un Dios Trino o Binitario, entonces yo debo estar loco cuando interpreto que aquí Jesús está enseñando que Su Padre es el ÚNICO Dios verdadero. ¿Pero estoy loco realmente? Hasta ahora creo que no, pero si termino en un manicomio, entonces quién sabe. De lo que sí estoy seguro es que si tratara de profundizar en el dogma Trinitario, quien sabe terminaría en un hospicio para dementes por lo confuso que es. Si para alguno el vocablo ÚNICO significa DOS o TRES PERSONAS entonces esa persona debe estar con una camisa de fuerza.

¿Pero es posible que en este importante pasaje Jesús esté diciendo que él y Su Padre son el Dios verdadero? ¿Y qué hay del Espíritu Santo? ¡No aparece para nada! Lo cierto es que para mí este pasaje es crucial y no debe ser ignorado. El Señor Jesucristo está diciendo que el único Dios verdadero es el que le envió a él al mundo. ¿Pero acaso alguien creerá que Jesús se mandó a sí mismo al mundo? Yo no. Si usted lo cree, allá usted, pero eso no es lo que el Señor dijo.

Pablo coincide con Jesús: ¿coincide también usted con ellos?

En 1 Corintios 8:4-6 Pablo es claro cuando nos dice: Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. 5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), 6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.

Aquí Pablo es tan claro como nuestro Señor Jesucristo, y lo es para que no quede dudas sobre quién en verdad es el único Dios. El está diciendo que existen otros dioses, los llamados dioses, y en ese grupo celestial sobresale Jesús. El es uno de los llamados dioses, pero sólo UNO es el Dios verdadero, el que subsiste por sí mismo, el que es ETERNO, y la fuente de vida: El Padre. Si esta simple verdad no la quieren aceptar los Trinitarios, binitarios y modalistas, allá ellos. Pero esta verdad simple la puede entender hasta un retrasado mental. Y perdonen la crudeza.

Si usted no les cree a Jesús y a Pablo, entonces usted no puede ser ni cristiano ni apostólico. ¡Así de simple es la cosa!

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EL PADRE: SOLAMENTE EL DIOS VERDADERO

Por el Dr Javier Rivas Martínez (MD).

«No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad». Aristóteles ( AC 384-322 AC) Filósofo griego.

Decir que Cristo es “Dios verdadero”, es violentar terminantemente el significado de los textos que aclaran esta consideración que le pertence solamente al Padre, pudiéndose ver en Jn.17:3, y en su equivalente o paralelo 1 Jn. 5:20:

Jn. 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

1 Jn. 5:20 «Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna».

Para asimiliar el contenido de 1 de Jn. 5:20, en el modo que el autor de la epístola se refiere al Padre como el [verdadero Dios], habremos de leer primeramente el texto Jn. 17:5 con sentido común pertinente, y no en alocada ni pusilánime “ojeada”. Ya es hora de escrutar bien la Biblia, que no es historieta cómica vulgar. Cristo hace aquí una ineludible y notable separación, una enérgica distinción, entre él, que es el [enviado de Dios], y el Padre, que es el [único Dios verdadero].

Cuando este concepto repose en buen arraigo en nuestra bien intencionada razón, libre de prejuicios y de tradicionalismos doctrinales injustificables, no tendremos ninguna dificultad para comprender que 1 Jn.5:20 hace alusión al Padre como el [único Dios verdadero], pero nunca al Mesías Hombre, Jesucristo, que es el [Hijo de Dios], pero [nunca Dios].

Es de suma importancia dejar claro que en 1 Jn. 5:20 el pronombre demostrativo [Este] no se halla enlazado forzosamente al sustantivo de más proximidad, para el caso, el que vemos como [Jesucristo]. Para demostrarlo, tomaremos como ejemplo 1 de Jn.2:22. El pronombre demostrativo [Este] no insinúa al que es [Jesús el Cristo]. Si la regla no es modificable, ortodoxamente elástica, cosa que es improbable, cabría asegurar, por ende, que [Jesús el Cristo] es [Anticristo]:

1 Jn. 2:22 «¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el [Cristo?] Este es [anticristo], el que niega al Padre y al Hijo». (Enfatizado con corechetes. Espero además que se haya entendido con facilidad).

Creer que el Mesías Jesucristo en 1 Jn.5:20 es el «verdadero Dios», es hacerlo mentiroso, es contradecir la razón de haber dicho que Dios, su Padre, es el «único Dios verdadero» (Otra vez Jn.17:5). Esto no es factible, porque Cristo mismo hace un gran diferencia, que no pasa desapercibida en lo menor, entre su Padre, que es el [único Dios verdadero] y [él], quien ha sido [enviado] por el [exclusivo y verdadero Dios].

El pronombre demostrativo [Este] en 1 Jn. 5:20 está más bien relacionado con la locución precitada [al que es verdadero], y que sin lugar a dudas es aplicada al Padre y no a Jesucristo. Miramos que Cristo se ha referido a su Padre como el «único Dios» en Jn.17:5. Calificar a Cristo como “Dios verdadero”, es negar lo que Cristo aseguró de su Padre: Que es el «único Dios verdadero». Así de simple.

Podrá ver el amable lector otros ejemplos en las Santas Escrituras donde el pronombre demostrativo no se encuentra afiliado con el sustantivo que le antecede inmediatamente. Los textos al respecto son los siguientes (Búsquelos y léalos en su Biblia, por favor querido visitante):

Jn.1:40-41.
Jn.4:46-47.
Mt.27:57-58.
Hech.7:18-19.
Hech.7:35-36.

Cristo es «verdadero», como el creyente que es genuino, en el aspecto de haber sido «enviado» por el Padre para emprender y culminar los santos propósitos ya determinados en las Sagradas Escrituras. Los fariseos no creyeron que Cristo era el «verdadero» Hijo de Dios. Esto provocó a que lo tacharan sin pensarlo con cordura, por su falta de sobria capacidad para expecular sobre su digna persona, como un falso mesías. Cristo dio testimonio de ser el «verdadero» enviado de Dios, el Redentor del mundo, profetizado en la antigüedad, con sus palabras de amor y salvación. Su predicación irrefutable y su auto proclamación como el Mesías del Padre fue respaldada siempre por las Escrituras, dando veracidad en sus portentos y milagros de sanidad, en las misericordiosas liberaciones demoníacas que realizó en los hombres poseídos, de ser Hijo de Dios, de esta manera, el «verdadero». Su nacimiento virginal es constatado en el Nuevo Testamento, por lo que es consolidado efectivamente más como el [verdadero Hijo del Divino], el impecable Hombre que entregó su vida para muerte con el fin de dar vida a los que «estaban muertos en delitos y pecados» (Ef.2:1-10)

Texto para reflexión:

Ap. 3:7 «Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el [Verdadero], el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre . . . »

Amén.

Que Dios les bendiga siempre.

SÓLO EL PADRE ES DIOS

Sean Finnegan

Jesús sabía que esta era su última vez con los discípulos antes de que lo tuvieran en custodia. Él oró justo antes de hacer su camino a través del valle del Cedrón, el Jardín de Getsemaní. Los discípulos escucharon con seriedad, y probablemente seguían en estado de shock, porque Jesús había lavado los pies. Mientras oraba no miraba hacia abajo, en vez  de eso él miró hacia arriba, al Padre. En el comienzo de su oración, hizo una declaración extraordinaria sobre la vida eterna. Él dijo, «Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» (Juan 17:3). Según este versículo, hay dos personas que deben ser conocidas: el único Dios verdadero, y a Jesucristo. Jesús consideraba al Padre como el único Dios y él se consideró distinto del único Dios. Esta simple verdad es elevada al más alto nivel cuando es precedida de la declaración: «Esta es la vida eterna…». Es decir, la vida eterna depende de nuestra comprensión de Dios y de Su Hijo.

Además, el apóstol Pablo fue inspirado por Dios para escribir en el mismo sentido en su primera carta a Timoteo.

I Timoteo 2:3-6 NVI – Esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien se dio a sí mismo como rescate por todos, el testimonio dado en el momento adecuado.

Hay dos deseos de Dios vinculados estrechamente: 1) Que todos se salven, y 2) Que todos puedan llegar a conocer la verdad. En el versículo cuatro «la verdad» no se refiere a todo lo que ocurre en general, sino una verdad muy específica. Los próximos dos versículos explican «la verdad» que Dios desea que todos los hombres conozcan. El primer ingrediente es que hay un solo Dios. El segundo ingrediente es que el hombre Cristo Jesús es el único mediador entre Dios y la humanidad. El tercer ingrediente es que Jesús se dio a sí mismo en rescate por todos en el momento adecuado. No hay confusión entre Jesús y Dios, pues son totalmente distintos en naturaleza y en función. De acuerdo con el saludo de la presente carta (I Timoteo 1:2), Dios es el Padre, y Jesucristo es nuestro Señor. Sólo unos pocos versos antes, a donde estamos ahora, se dice que el único Dios es inmortal. (En la palabra «inmortal», el prefijo, “in”, significa no, y mortal significa que puede morir, de modo que inmortal significa que no puede morir.) Sin embargo, el tercer ingrediente de «la verdad» es que Jesús se entregó a sí mismo como rescate por todos. A fin de que a Jesús pueda morir, él debía ser mortal. Por lo tanto, podemos concluir que el único Dios (el Padre) es completamente distinto de un hombre miortal (Jesucristo). Es importante reconocer esta distinción, ya que es entender que Cristo se dio a sí mismo como rescate por todos.

Un tercer texto que ofrece una claridad sobre este tema se puede encontrar en I Corintios. El contexto se refiere a la idolatría y el comer los alimentos que son sacrificados a los ídolos. Pablo reconoce que hay muchos que se llaman dioses.

I Corintios 8:6 NVI – Sin embargo, para nosotros no hay sino un solo Dios, el Padre, de quien son todas las cosas y nosotros somos para él, y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas, y nosotros por medio de él.

Este texto no deja margen de maniobra para las definiciones complicadas de Dios. Él es el Padre que creó todas las cosas. Él es la fuente de la cual todo, incluyendo a Jesús, se originó. Él es el único Dios, y somos capaces de llegar a Él a través de un solo Señor, Jesucristo. El Padre hizo todo, y experimentamos todas las cosas a través de Cristo.

Hay muchos otros lugares en el Nuevo Testamento que hablan de Dios como el Padre. Considere los siguientes versículos: Juan 1:18, 4:23 y 24; 6:27, 8:41 y 42, 54 y 20:17, Romanos 1:7, 15:6; I Corintios 1:3, 8:6 ; 15:24; II Corintios 1:2 y 3; 11:31; Gálatas 1:1,3 y 4; Efesios 1:2 y 3, 17; 4:6; 5:20, 6:23, Filipenses 1: 2, 2:11, 4:20, Colosenses 1:2 y 3; 3:17; I Tesalonicenses 1:1, 3, 3:13, II Tesalonicenses 1:1 y 2; 2:16; I Timoteo 1:2 , II Timoteo 1:2, Tito 1:4, Filemón 3, Santiago 3:9, I Pedro 1:2 y 3; II Pedro 1:17, II Juan 1:3, Judas 1:1, Apocalipsis 1:5 y 6.

El peso abrumador de la Escritura nos enseña que sólo el Padre es Dios. Él es el Creador impresionante de todo lo que existe. Él es el ser más poderoso en el universo. Él no tiene igual, ya que incluso lo confesó a Jesús (Juan 10:29; 14:18). Él es llamado el «un solo Dios y Padre de todos que está sobre todos y por todos y en todos» (Efesios 4:6 NVI). Alrededor de dos mil años atrás, trajo a la existencia de su Hijo perfecto que salvaría a la humanidad de la destrucción. Jesús, el único perfectamente obediente, siguió el plan de Dios a la perfección. Como resultado de ello hoy en día tenemos acceso al Padre por medio de él.

 

Para obtener más información sobre este tema, visite el sitio de recursos de Sean aquí o en nuestro sitio principal http://www.HigherGroundOnline.org

DIOS ES UNO: LOS VERSOS BÍBLICOS QUE LOS «TRINOTERCOS» NO QUIEREN VER

Sólo hay un Dios: EL PADRE. Sólo adoramos al PADRE. No existe otro Dios por naturaleza que el Padre, Yahweh, el Dios de Israel. Otros pueden ser “llamados” dioses, pero sólo el Padre Yahweh es verdaderamente Dios y el Padre es UNO SOLO. Quien no adore al UNICO DIOS del cristianismo (según enseñó el propio Jesús) obviamente NO ES CRISTIANO. (EL PADRE ES EL UNICO DIOS VERDADERO DE LOS CRISTIANOS: Juan 17:3, 1 cor 8: 6, 1 tim 2: 5, DIOS ES UNO SOLO: Deut: 6: 4, Marcos 12: 28 – 34, Gal 3: 20, Santiago 4: 12, Isaias 45: 14)

27 TEXTOS BIBLICOS QUE ENSEÑAN CLARAMENTE QUE HAY UN DIOS 

No hay solamente uno o dos pasajes ambiguos que enseñan que hay un solo Dios, sino muchos pasajes que claramente declaran esta verdad cardinal de la Biblia. Cada uno de los siguientes 27 pasajes bíblicos enseñan explícitamente que hay uno, y solo un Dios.

(1) Deuteronomio 4:35, 39 — A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él. Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.

(2) Deuteronomio 6:4 — Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

(3) Deuteronomio 32:39 — Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; y no hay quien pueda librar de mi mano.

(4) 2 Samuel 7:22 — Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni Hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oido con nuestros oidos.

(5) 1 Reyes 8:60 — A fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro.

(6) 2 Reyes 5:15,16 — Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y le dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. (16) Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso.

(7) 2 Reyes 19:15 — Y oró Ezequías delante de Jehová diciendo: Jehová Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra.

(8) Nehemías 9;6 — Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.

(9) Salmos 18:31 — Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?

(10) Salmos 86:10 — Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios.

(11) Isaías 37:16,20 — Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra. (20) Ahora pues, Jehová Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan que sólo tú eres Jehová.

(12) Isaías 43:10-11 — Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. (11) Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.

(13) Isaías 44:6,8 — Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mi no hay Dios. (8) No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oir desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.

(14) Isaías 45:21 — Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.

(15) Isaías 46:9 — Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí. 

(16) Oseas 13:4 — Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.

(17) Joel 2:27 — Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.

(18) Zacarías 14:9 — Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.

(19) Marcos 12:29-34 — Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, en más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.

(20) Juan 17:3 — Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

(21) Romanos 3:30 — Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.

(22) 1 Corintios 8:4-6 — Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.

(23) Gálatas 3:20 — Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.

(24) Efesios 4:6 — Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

(25) 1 Timoteo 1:17 — Por tanto, al Rey do los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

(26) 1 Timoteo 2:5 — Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.

(27) Santiago 2:19 — Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.

LA BIBLIA ENSEÑA DE LA EXISTENCIA DE UN DIOS QUE ES EL PADRE DE LOS REDIMIDOS

Un Dios

Dios es uno. Sólo hay una persona que es Dios. Antes de que el universo llegara a existir, el auto-existente Dios viviente y personal estaba solo. Este infinito y perfecto es único. Él no tiene idénticos. Él es único en su clase. En su naturaleza,  personalidad y atributos Dios es indiviso e indivisible.

La unidad de Dios incluye dos ideas principales: la unidad de Dios y la unidad del carácter de Dios. La unicidad de Dios se refiere al hecho de que sólo hay una persona en el universo que es la fuente suprema y soberano de todas las cosas. La unidad del carácter de Dios se refiere a la verdad  de que su naturaleza no está dividida.

El cristianismo se basa en el monoteísmo. El Dios del Antiguo Testamento es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. El cristianismo en el Imperio Romano estaba en constante conflicto con el paganismo. La unidad de Dios, naturalmente, se convirtió en una doctrina fundamental de la Iglesia apostólica. Dondequiera que iba, los primeros misioneros de la Iglesia proclamaba la verdad de la unicidad de Dios. Sus conversos «se volvieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero» (1 Tes. 1:9).

Al escribirles a la iglesia en la ciudad idólatra de Corinto, Pablo les dicea: «Sabemos que un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay otro Dios sino uno solo. En efecto, aunque hay algunos que son llamados dioses, sea en el cielo o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, no hay sino un solo Dios, el Padre, de quien son todas las cosas, y nosotros en él, y un solo Señor Jesucristo, por quien son todas las cosas, y nosotros por él «(1 Cor. 8:4-6).

«Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo en rescate por todos, que fue declarado a su debido tiempo» (1 Tim. 2:5, 6).

Hay un solo Dios, una sola raza humana, y un solo mediador entre los dos. El único Dios es una unidad que es la única fuente de todo lo creado. Su carácter es la santidad, el amor y la verdad. La raza humana ha descendido de sus antepasados comunes, Adán y Eva. La raza humana tenía un origen común y constituye una unidad. Toda la raza humana está en pecado y en necesidad de la salvación. El único mediador es Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios.

Principales Verdades Bíblicas

El hecho de que sólo hay un Dios es una enseñanza excepcional en la Biblia. Fue el mensaje básico de los profetas y apóstoles. Es el fundamento de la verdad del Evangelio.1. Un Dios.

La Biblia dice claramente que hay un solo Dios. Escritores de la Biblia muestran que Dios es un individuo único, un ser único. Dios es uno, hay una persona que es Dios.
 
Efesios 4:6 Un Dios y Padre de todos los
1 Timoteo 2:5 Hay un solo Dios
Dios 1 Corintios 8:4 Ninguna, sino uno
1 Corintios 8:6 No hay sino un solo Dios, el Padre
Santiago 2:19 Hay un solo Dios
Gálatas 3:20 Dios es uno
Mateo 19:17 Nadie es bueno sino uno, es decir, Dios,
Marcos 10:18 Nadie es bueno sino uno, es decir, Dios,
Marcos 12:29 El Señor nuestro Dios es un Dios único
Deuteronomio 6:4 El Señor nuestro Dios es un Dios único

2. El único Dios.

 La Biblia enseña la simple unidad de Dios, no sólo por declarar que Él es uno, sino también por la afirmación de que Él es el único Dios. La palabra «sólo» se entiende solo, por uno mismo, además, de ser solitario.

Juan 17:3 Tú, el único Dios verdadero
I Timoteo 1:17 El único y sabio Dios
I Timoteo 6:15 El bienaventurado y solo
Judas 4 Negando, el único Señor Dios,
Dios Judas 25 al único y sabio
2 Reyes 19:15 Tú solo
2 Reyes 19:19 Tú sólo
Nehemías 9:6 Tú eres el único Señor
Salmo 83:18 Tu solo eres Altísimo (Yahweh)
Salmo 86:9, 10 Tú eres solo Dios
Isaías 44:24 extiendes los cielos solo

3. No hay otro.

Todos, se excluyen otros. No hay nadie más. Dios está solo, fuera de Él nada existe.  
 
Mark: 12:32 No hay otro pero
1 Corintios 8:4 No hay otro Dios sino un
Deuteronomio 4:35 No hay nadie más a su lado
Deuteronomio 4:39 No hay nadie más
Deuteronomio 32:39 No hay más dios conmigo
1 Samuel 2:2 No hay nadie a mi lado
1 Reyes 8:60 no hay más
Isaías 43:10 Antes de mí no hay Dios, ni después de
Isaías 43:11 A mi lado no hay quien salve
Isaías 44:6 fuera de mí no hay Dios
Isaías 44:8, no conozco alguno
Isaías 45:5 No hay otro Dios fuera de mí
Isaías 45:6 No hay nadie a mi lado
Isaías 45:14 No hay nadie más
Isaías 45:18 No hay nadie más
Isaías 45:21 No hay ningún Dios fuera de mí
Isaías 45:22 Yo soy Dios, no hay más
Isaías 46:9 Yo soy Dios, no hay más
Jeremías 10:10 El Señor es el Dios verdadero
Joel 2:27 a nadie más

UNO, NADA MÁS

Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

 

En el AT hay 5500 versículos que hablan de la singularidad de Dios, y escasamente  4 que hablan de una supuesta «pluralidad» de Dios, y me refiero, en el aspecto cuantitativo, es decir, «un dios en tres personas y que son distintas entre una y otra». Hay dos explicaciones porqué esta última parte no tiene consideración de ser:

1. La manera de redactar de los judíos.

2. Dios habla a la congregación de huestes celestiales.

Si se discute sobre estos cuatro versículos una aparente «pluralidad» de Dios, creo que debiera discutirse de la manera que lo comenta  mi hermano Mario Olcese Sanguineti en uno de sus estudios, los 5500 versículos que hablan de la singularidad de Dios (Is. 44:24; 45:11-12).

La doctrina del AT. es monoteísta sin dar cabida a duda alguna, y eso se le pude preguntar a cualquier rabino judío conocedor de la ley mosaica que responderá con positiva rapidez.  El Mismo Señor Jesucristo, así lo reafirmó en el NT. (Mr. 12:29).

 Cristo jamás pronunció  que fuese «Dios», el vino a presentar al Padre como el Hijo del Dios viviente, según     la revelación sobrenatural dada a  Pedro por el Padre, por lo que declaró el apóstol: «Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente».  Cristo afirmó sin ambages confusos  ni circunloquios que  el Padre era su Dios: «Subo a mi Padre y a vuestro Padre y a vuestro Dios» (Juan 20:17).

El Shema (El Verdadero «Credo Cristiano») hebreo dice:

«Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová Uno (Heb. «echad») es» (Deut. 6:3).

De esa manera, hemos visto con diáfana luz, que Dios es Solo Uno, y nada más.

En Gn. 1:1, la palabra «Dios» es «Elohim»  y es una palabra en plural en cuanto a forma y no en cuanto a número; esto último es aceptado con error grande de parte de los conciliadores Trinitarios, entre ellos, muchos cristianos, y por todos los católicos que hay esparcidos en el globo terráqueo: «Un Dios en Tres Personas Distintas». 

    La palabra «Elohim» es conocida  como «plural de majestad», y expresa honor,  dignidad e intensidad:

«Y dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza». . . » (Gn. 1:26).

 La palabra «Elohim» no sugiere en las Escrituras ni muestra ni da vestigios de un  dios que sea «trino». La Biblia  presenta al Señor Dios y Padre que es Jehová como Único y Soberano (Det. 6:4; Is. 4:6; Ef.4:4-6; Jn.17:3).

Cuando Arrió erigió el dogma que hablaba de Cristo como un ser «creado»,  la iglesia romanista católica en defensa condena el arrianismo como herético llevándose a cabo esto en los Concilios de «Nicea» (325 d.C) y de «Constatinopla» (381 d.C) y quedando instituida la  peligrosa y pagana doctrina de la «Trinidad» que formaliza un Dios  que es  representado en tres personas distintas, «cohesionadas en un igual en la Deidad» (El Credo Niceno dice: «Credo in Spiritum Sanctum qui ex Patre per Filium procedit»: Creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre a través del Hijo) y que podemos apreciar con notable claridad en uno de los famosos «Credos Católicos» (torcidos y paganos que también enseña la fatal doctrina de la vida después de la muerte por medio del alma), para ser exacto, en el Credo Atanasio (léalo hermano y amigo que nos visita, aprenda a estudiar si no está acostumbrado hacerlo):

Credo de Atanasio

«Todo el que quiera salvarse, ante todo es menester que mantenga la fe Católica; el que no la guarde íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre. 

Ahora bien, la fe católica es que veneremos a un solo Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas ni separar las sustancias. Porque una es la persona del Padre y el Hijo y otra (también) la del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad. Cual el Padre, tal el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; increado el Padre, increado el Hijo, increado (también) el «Espíritu Santo; inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso (también) el Espíritu Santo; eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno (también) el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno, como no son tres increados ni tres inmensos, sino un solo increado y un solo inmenso. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente. Así Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios; Así, Señores el Padre, Señor es el Hijo, Señor (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor; porque así como por la cristiana verdad somos compelidos a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión católica nos prohíbe decir tres dioses y señores. El Padre, por nadie fue hecho ni creado ni engendrado. El Hijo fue por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, no fue hecho ni creado, sino que procede. 

Hay, consiguientemente, un solo Padre, no tres padres; un solo Hijo, no tres hijos; un solo Espíritu Santo, no tres espíritus santos; y en esta Trinidad, nada es antes ni después, nada mayor o menor, sino que las tres personas son entre sí coeternas y coiguales, de suerte que, como antes se ha dicho, en todo hay que venerar lo mismo la unidad de la Trinidad que la Trinidad en la unidad. El que quiera, pues, salvarse, así ha sentir de la Trinidad. 

Pero es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Es, pues, la fe recta que creemos y confesamos que nuestro Señor Jesucristo, hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios engendrado de la sustancia del Padre antes de los siglos, y es hombre nacido de la madre en el siglo: perfecto Dios, perfecto hombre, subsistente de alma racional y de carne humana; igual al Padre según la divinidad, menor que el Padre según la humanidad. Más aun cuando sea Dios y hombre, no son dos, sino un solo Cristo, y uno solo no por la conversión de la divinidad en la carne, sino por la asunción de la humanidad en Dios; uno absolutamente, no por confusión de la sustancia, sino por la unidad de la persona. Porque a la manera que el alma racional y la carne es un solo hombre; así Dios y el hombre son un solo Cristo. El cual padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre omnipotente, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, y a su venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos y dar cuenta de sus propios actos, y los que obraron bien, irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno.

 

Esta es la fe católica y el que no la creyere fiel y firmemente no podrá salvarse.»

La doctrina de la Trinidad, que ha hecho tanto daño al pueblo cristiano hasta estos momentos, se remonta a los griegos paganos, y fue desconocida por la Iglesia Prístina antes del Siglo IV d.C. Tertuliano de África era estoico, y fue el primero en mencionar el nombre de «Trinidad» dentro del ámbito cristiano, creyéndola además. Escribió en apoyo al dogma Trino: «una sustancia» y «tres personas».

La Biblia no apoya para nada la mitología Trinitaria. Estas son las pruebas bíblicas que refutan su esencia oscura, pagana  y, por supuesto, satánica:

              «La Biblia dice que hay un solo Dios» (1 Tim: 2:25).

«La Biblia afirma que únicamente el Padre es Dios» (1 Co. 8:6).

«El Dios de Jesucristo es el Padre, por lo tanto, Cristo no puede ser Dios porque solo el Padre lo es» (Jn. 20:17; 1 Co. 8:6; 1 P. 1:3).

«Cristo dijo tener un Dios» (Mt.27:46; Ap. 13:2).

«Hay una diferencia clara entre el Padre  y  Jesucristo. Cristo admitió que su Padre era el Único Dios Verdadero y fue Él que lo envió al mundo» (Jn. 3:16; 6:29; 17:4).

«Jesucristo es Mediador y Hombre, mas no es Dios» (1 Tim. 2:25).

«La co-substancialidad («igualdad») de la Deidad como lo delineó la iglesia católica romanista es antibíblica porque Cristo dijo»: «. . . el Padre Mayor es que yo» (Jn.14:28).

«Cristo no es «omnisciente», Dios sí, eso lo excluye ser Dios» (Lc.8: 43-46; Mr. 13:32; Hech. 1:6, 7; Ap.1:1).

«A Dios nadie lo ha visto jamás, a Cristo, muchas personas lo vieron » (Jn.1:14, 18; 1 Jn. 1:2).

«Cristo es el representante de Dios en el mundo (Jn.14:9).

«Cristo dijo que Dios moraba en él, con esto, es imposible que sea Dios Mismo» (Jn. 14:9).

Hay muchos más, pero creo, que para ahora, es suficiente con lo anterior.

Gracias.

Dios les bendiga siempre.

EL ÚNICO DIOS VERDADERO EN LA BIBLIA

 La Creación de Adán antes de la restauración de la Capilla Sixtina de 1980

Por el Dr. Javier Rivas Martínez.

 

«Abraham vuestro padre se gozo de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozo» (Jn.8:55).

 

Demos inicio a nuestro corto pero sustancial estudio bíblico:

« Dios dijo a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros» (Ex.3:14).

 «YO SOY EL QUE SOY» es una traducción literalmente fiel del texto hebreo antiguo. Manifiesta  a Dios como un Ser real, auto existente,  sin causa o  principio que lo haya creado, infinito, perfecto, sin comienzo ni fin,  por quien todas las cosas son,  principio creador existente de la sustancia que compone el  universo visible e invisible, de la Eternidad en la que habita y de los seres espirituales que en ella hay. En cambio, el Señor Jesucristo usa la expresión Yo soy  (que es el verbo ser conjugado en primera persona del singular en el presente activo: ego eimi, en griego) para mostrar los adjetivos afines con seguridad a su  única naturaleza, que es la humana, y con su carácter mesiánico relacionado con la consumación de la salvación que se traduce en la herencia del  Reino Venidero Terrenal para los creyentes fieles al Dios Padre y que han creído en el nombre de su Hijo Jesucristo (1 P.1:4-5, 9; 2 P.2:11; 3:15; Ap.20:4, 6. Ver también mi escrito anterior: ¿Es Cristo Dios?).

Textos bíblicos que se relacionan  con la naturaleza puramente humana de Cristo, con respecto a su Yo soy:

1.     Yo soy, el que habla contigo (Jn.4:26).

2.   Yo soy; no temáis (Jn.6:20).

3.   Yo soy el que doy testimonio de mi mismo… (Jn.8:18).

4.   Porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis (Jn.8:24).

5.    Cuando hayas levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis  que yo soy… (Jn.8:28).

6.   Antes que Abraham fuese, yo soy (Jn.8:58).

7.    …para que cuando suceda, creáis que yo soy (Jn.13:19).

8.   Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra (Jn.18:6).

9.   Os he dicho que yo soy… (Jn.18:8).

 

Textos bíblicos que relacionan el Yo soy de Cristo con su carácter mesiánico:

1.     Yo soy el pan de vida (Jn.6:35, 41, 48, 51).

2.   Yo soy la luz del mundo (Jn.8:12).

3.   Yo soy la puerta de las ovejas (Jn.10:7, 9).

4.   Yo soy el buen pastor (Jn.10:4, 14).

5.    Yo soy la resurrección y la vida (Jn.14:6).

6.   Yo soy la vid verdadera (Jn.15:1, 5).

 

El problema de Jn.8:58. 

«…Antes que Abraham fuese, yo soy».

Realmente, este texto no tiene que ver para nada con una supuesta preencarnación de Cristo que lo haría obligadamente eterno como  Dios. El texto indica que antes del nacimiento de Abraham, Jesús  había sido ya profetizado dándose  a conocer como el Mesías de Dios que traería salvación con su muerte  y vendría con sus ángeles de poder a juzgar y reinar en la tierra. La primera profecía mesiánica que habla de Cristo como la simiente de la mujer y del la derrota absoluta del diablo por él con sus muerte y resurrección (herido en el talón),  mucho antes de que Abraham apareciera en la escena bíblica histórica, se encuentra en el libro del Génesis,  y el mismo Dios glorioso  se encarga directamente de darla a la Serpiente Antigua, que es el diablo y Satanás (Ap.20:2):

«Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; ésta te reirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón» (Gén.3:15).

Enoc fue un hombre que vivió antes que el patriarca  Abraham naciera en la Ur de los caldeos (Gén.11:28), lugar de donde salió con dirección a la tierra de Canaán por mandato divino (Gén.11:31). Enoc,  hijo de Jared (Gén.5:18), profetizó la segunda venida de Cristo en gloria con sus ángeles de poder y su juicio contra  los  impíos antes de  que Abraham diese su primer respiro humano y fuese tomado  en cuenta dentro de obra del Santísimo Dios:

«De éstos también profetizo Enoc, séptimo de Adán, diciendo: he aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él» (Jud.14-15).

Habrá de hacerse una observación necesaria de los textos de anteriores, que demuestra su  inspiración divina:

«La mayoría de los eruditos sostiene que Judas dos veces cita libros pseudoepigráficos: Asunción de Moisés (en v.9) y Apocalipsis de 1 de Enoc (en v.14). Si bien  es cierto que ambos versículos contienen información que no se encuentra en ninguna otra parte de la Biblia, hay una tradición verbal que autentica la información que proporciona Judas. Más todavía, cabría que la fuente  de información para los autores de dichos libros, para esas alusiones, haya sido la Epístola de Judas, dado que la prueba para fijar la fecha temprana de aquellos libros no es definitiva. . . En este caso, concluimos que Enoc (o sea el  personaje mencionado en Gén. 5:18, 24; comp. Heb. 11:5) había profetizado la venida del Señor con decenas de millares de sus santos con el fin de juzgar». (Biblia de Estudio, SXXI, RV 1909).

¿Dudas? Creo que no habrá quedado alguna en tan sencillo y llano escrito. Tan diáfano y límpido es, cómo el diamante más puro que se ha tallado con gran delicadeza.

Dios les bendiga hermanos y amigos que nos visitan siempre, con la buena intención de aprender de sus humildes servidores que les preocupa con demasía su salud espiritual. 

Tengan en cuenta que solamente hay un Dios verdadero, y Jesucristo, el Hijo de Dios, el testigo fiel (Ap.1:5), vino al mundo a darlo a conocer:

«Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo,  quien has enviado» (Jn.17:3).

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