LA NUEVA CIUDAD DE DIOS EN LA TIERRA

TRADUCCIÓN AUTOMÁTICA CON ALGUNOS ERRORCILLOS. AL FINAL EL ENLACE DEL ARTÍCULO EN INGLÉS 

Hebreos 11:16 (ESV),

Pero como es, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad.

El «ellos» en el versículo anterior se refiere a los antiguos patriarcas de la antigüedad. Estos fueron los que desean un «país mejor», a saber, «la celestial.» Esta «patria celestial» parece ser lo mismo que «Dios les prepara una ciudad.» La razón de este país o ciudad es ‘celestial’ no se debe a que está en los cielos sino porque Dios lo preparó, de acuerdo con este versículo.

Esta ciudad parece ser la misma ciudad de Hebreos 12:22, donde los estados (ESV),

Pero habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, ya muchos millares de ángeles reunión solemne,

Tanto los cristianos como los patriarcas de antaño, aquellos que ponen su fe en Jehová Dios en tiempos pre-cristianos, tienen un «país mejor» y una mejor «ciudad» estar «preparado para ellos», es decir, «la Jerusalén celestial».

Algunos pueden sostener que la «Jerusalén celestial» está en los cielos y que los patriarcas de la antigüedad va allí. Sin embargo, este no parece ser necesaria.

En Hebreos 12:22, parece que los cristianos, ahora, «se han acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial.» Esto no parece ser una recompensa o un futuro ir al cielo, sino un realidad actual en que los cristianos pueden ahora participar pulg De hecho, este parece ser similar a lo que Pablo dice en Efesios 2:4-7,

 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, nos dio vida juntamente con Cristo, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos-por la bondad inmerecida que has sido salvado, y él nos resucitó, y nos sentó en los lugares celestiales en unión con Cristo Jesús , que en los sistemas que vienen de cosas que podría demostrarse las abundantes riquezas de su bondad inmerecida en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

Aquí en Efesios, los cristianos han sido «levantados y sentados juntamente con Cristo Jesús.» Así, una vez más, parece que los cristianos se acercan «Jerusalén celestial» y que se «levantó y se sentó con Cristo es algo que los cristianos experimentan ahora, en el presente. Esta no es la recompensa escatológica futuro.Esto aún está por venir.

Esta idea de preparar algo para los demás también está presente en otros escritos del Nuevo Testamento.Juan 14:2-4 estados,

En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos un lugar para usted ? Y si me voy y preparo un lugar para vosotros , vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y conocéis el camino adonde voy. «

Este lugar donde Jesús fue ‘ir’, de acuerdo a Hebreos, es el cielo en general, pero el Santo de los Santos, en particular. ¿Qué era él para ‘ir a preparar’? La única vez que «prepararse» se utiliza en la Biblia acerca de una recompensa escatológica futuro se encuentra en Mateo.

«Entonces el Rey dirá a los de su derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre , heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. (25:34)

Comparar con Apocalipsis 21:2,

También vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén , que descendía del cielo, de Dios ypreparada como una novia ataviada para su esposo.

La «ciudad santa, la nueva Jerusalén» fue «preparada como una novia» para el Cordero. Este lenguaje metafórico para describir al pueblo de Dios que les identifica como la nueva «ciudad», la «Nueva Jerusalén». De hecho, son el templo de Dios-Reino que ‘desciende del cielo a la tierra. Santo de Dios, de los santos o la presencia personal que baja a la tierra. De esta manera es como se va a «vivir con la humanidad.» (Apocalipsis 21:3)

Pero este pueblo o ciudad de Dios descrito en un lenguaje metafórico templo, no está en el cielo. No sólo Apocalipsis 21 dice explícitamente que baja del cielo, pero vea también Apocalipsis 20:9,

Y se hace avanzar sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró.

Los enemigos de Dios «avanzar sobre la anchura de la tierra», no de los cielos, para «rodear el campamento de los santos.» (Ciudad = amado) Tenga en cuenta, también, que el fuego ‘desciende del cielo para devorar a Dios enemigos. Esto muestra también que la ciudad no está en el cielo.

Todo el pueblo de Dios será en esta ciudad, considere Apocalipsis 22:12-15,

‘¡Mira! Yo vengo pronto, y la recompensa doy está conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin.Dichosos los que lavan sus ropas, para que la autoridad [de ir] a los árboles de la vida puede ser suya y que pueden ganar la entrada a la ciudad por sus puertas.  Afuera están los perros y los que practican espiritismo y los fornicadores y los asesinos y los idólatras y todos los gustos y llevando a cabo una mentira. «

Según estos textos, los que están fuera de la ciudad «son los perros y los que espiritismo práctica» como son «inmorales» y «asesinos». Cualquiera de los dos está en la ciudad o fuera de ella.

¿Quién sino los desleales a Jehová Dios y a Jesucristo están fuera de las murallas de la ciudad en espera del Lago de Fuego? Ningún cristiano está fuera de la Nueva Jerusalén, para que sólo las personas son guardados.

Fuente:

http://ivanmonroy.wordpress.com/2011/07/31/gods-new-city/

JESÚS NO ERA TRINITARIO SINO MONOTEÍSTA PURO

Algo que la gente aún no logra entender es que Jesús nunca habló de la Trinidad, ni tampoco nunca dijo que era Dios eterno. En cambio, él enseñó con toda claridad que sólo Su Padre es el único Dios verdadero, y ninguno más (Juan 17:3).

 
Publicado por apologista

EL DESTINO DEL CRISTIANO NO ES VIVIR ETERNAMENTE EN EL CIELO

La mayoría de las iglesias cristianas de hoy enseñan que si uno es cristiano fiel nos espera una recompensa celestial, es decir, una morada eterna con Cristo y el Padre en el cielo, tocando bellas melodías angelicales con un arpa o una lira dorada junto a todos los santos.

Sin embargo, lo que la gente se olvida, o no sabe, es que Dios le prometió a Abraham y a su simiente, la herencia de la tierra. Y Jesús vino a confirmar las promesas hechas a los padres (Rom. 15:8) y a enseñar que «los mansos heredarán la tierra» (Mateo 5:5).

UN CASO ÚNICO EN EL MUNDO: UN HIJO QUE RESULTÓ SER COETÁNEO CON SU PADRE

¡La Trinidad coetánea del catolicismo y de los «evangelicatólicos»!

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

He aquí un enigma o dilema que nos impulsa a escribir esta meditación: 

Los «Trinotercos»  afirman que el Hijo es coetáneo con el Padre, es decir, que ambos tienen la misma edad (¡incluido el Espíritu Santo, por supuesto!), porque se dogmatiza que ambos son “sin principio y sin fin de días” o simplemente «eternos». ¿Pero puede ser posible semejante concepto que desafía la razón y la idea misma de lo que significa ser un padre y un hijo? Además los «Trinotercos» nos hablan de la “generación eterna” del Hijo de Dios, ¿pero puede alguno entender esta extraña locucíon de los católicos y de los «evangelicatólicos»?

Es más que sabido que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza (Gén. 1:26), y con esto entendemos que así como Dios es Padre y tiene un Hijo primogénito que engendró, asimismo los padres humanos engendran hijos que proceden de ellos o de su simiente (semen/óvulo).

Dios el Padre es mayor o antes que Su Hijo, y es por esto que el Padre es superior y cabeza del Hijo; y eso mismo se espera que sea un padre humano de sus esposa, y por ende, de sus hijos e hijas, porque el hombre (Adán) fue creado antes que la mujer (Eva).

Pues bien, si el Padre es mayor que Su Hijo (Jn. 14:28), no queda otra alternativa que concluir que el Padre es antes que el Hijo, y por tanto, no pueden ser coetáneos. El hecho de que a Jesucristo se le llame “Hijo”, y no otra cosa, nos indica a todos que el Señor Jesucristo es posterior al Padre, y que procede de Él en algún momento en el tiempo. Definitivamente el Hijo no puede ser coetáneo con su Padre, como tampoco los hijos humanos son coetáneos o contemporáneos con sus padres.  La autoridad, así como la superioridad de Dios sobre Su Hijo se debe precisamente a que Dios el Padre es primero o anterior a Su Hijo, el cual fue engendrado por Él.

El Hijo también habla de la gloria que Dios le dio, la cual él nos la ha dado a nosotros del mismo modo (Juan 17:22). Si el Hijo es eterno y Dios como el Padre, entonces él siempre debió tener gloria, y no necesitar que Su Padre se la diera en algún momento en el tiempo. Y si Cristo es eterno como el Padre, y es el Creador de todo, no puede ser al mismo tiempo el Creador Eterno y el heredero de todo lo que él mismo supuestamente creó (Heb. 1:2).

Por otro lado, si el Hijo es eterno, él no habría dicho que Su Padre es “mayor que yo” (Juan 14:28) y “mayor que todos” (Juan 10:29). Y no me vengan con el cuento de que en estos dos versos Jesús “hablaba como hombre”, ¿pues no es de esperarse, acaso, que todo hombre sea menor que Dios, o que Dios sea mayor que cualquier hombre? Entonces repito lo mismo: ¿Qué de nuevo estaría diciéndonos Jesús con esas palabras que son tan obvias para todos? ¡Nada!

En las Escrituras se nos dice que Dios, el Creador, el Eterno, estaba solo cuando procedió a crear todo lo que se ve y no se ve (Isa. 44:24). Si esto es verdad, y no lo dudamos, entonces no había dos personas divinas y eternas en la creación. No pudo existir El Padre y el Hijo como Creadores. Para Pablo, el único y sabio Dios es el Padre y ninguno más (Romanos 16:27).

En Deuteronomio 33:27  dice: “El ETERNO DIOS es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos; El (en singular) echó de delante de ti al enemigo, Y dijo (note el singular): Destruye”. Sin duda aquí se nos dice que Dios es eterno, refiriéndose a Yahweh, y este Yahweh,, que es singular o único, dijo: destruye. Si este Yahweh fuese un Dios compuesto por dos o tres personas eternas, no hablaría en singular  usándose el pronombre singular “El” y el vocablo en singular “dijo”.

Con todo lo dicho anteriormente no estoy desacreditando ni disminuyendo a Jesús frente a Su Padre. Todo lo contrario, lo estoy colocando en su debida posición como subordinado del Padre, Su enviado, Su Hijo, Su mensajero, Su Ángel, Su Agente, Su Juez, Su Rey, y Su Salvador.

He aquí unos textos para meditar:

¿No has sabido, no has oído que el DIOS ETERNO es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su (note el singular) entendimiento no hay quien lo alcance (Isaías 40:28).

Porque así dijo el (note el singular) ALTO Y SUBLIME, el (note el singular) que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo (note el singular) habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados (Isaías 57:15).

Estos dos pasajes de arriba del profeta Isaías claramente presentan a Jehová como Dios eterno, el Alto y Sublime, el solo Jehová eterno que habita en la eternidad, y cuyo nombre es El Santo.  Ahora bien, en Isaías 40:25 El Santo es presentado como incomparable, pues dice: «¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo». Este Santo que es incomparable habita en la eternidad, y nadie más. Y ninguno puede compararlo, ni hacerlo semejante a nadie, porque sencillamente nadie ha visto su apariencia (1 Juan 4:12; Ex. 33:20).

Hermanos míos, se me acusa de soberbio y arrogante porque me atrevo de elucubrar sobre la persona de Dios basándome en las Santas Escrituras. ¿Pero es que acaso no debemos escudriñar las Escrituras para saber quién es el único Dios verdadero, que según el propio Hijo de Dios es Su Padre y nadie más? (Juan 17:3)¿Acaso olvidaremos lo dicho por Pablo en el sentido de que sólo hay UN Dios, el Padre? (1 Corintios 8:4-6).

Definitivamente los trinitarios, por no decir los «trinotercos», deberán explicarse ellos mismos y responderse la pregunta puntual de cómo puede ser posible que un Hijo que procede del Padre, o que es engendrado por Él, sea coetáneo como Su Padre. Mientras no puedan responderse esta pregunta, y persistan en su dogma Católico, los tendré que seguir considerando como «trinotercos» consumados.

 He dicho!

POBRES RICOS Y RICOS POBRES

                              Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Estimado lector: ¿Qué le sugiere el título “Pobres Ricos de este artículo? Tal vez le sugiere a magnates, pero que son pobres de espíritu y de moral; o tal vez le sugiere a pobres en bienes materiales, pero de gran riqueza espiritual. Todo depende cómo entienda uisted la frase. Tal vez un hombre rico y poderoso se identifique con este artículo, o también un hombre pobre y desposeído. Todo depende de quien lo va a leer.

Magnates en la Miseria

                              La Biblia nos habla que hay ricos y poderosos en este mundo, pero que a la vista de Dios son más pobres y desventurados que muchos que no poseen nada. Los ricos se creen superhombres, semidioses, dueños del mundo, y amos de las vidas de otros. Estos explotan, oprimen, y desprecian a sus semejantes sin misericordia (Santiago 5:1-6). No tienen necesidad de un Dios, ni de Su reino, o de una vida futura segura, pues creen tenerlo todo ahora. No entienden qué es eso que la Biblia llama “gozo en el espíritu”, y no necesitan pedirle a Dios por el pan de cada día, pues nada les falta. No comprenden lo que es redención, pues creen ser perfectos, impecables, autosuficientes, y hasta dadivosos con los pobres. Se enorgullecen de dar dinero a las “causas justas y nobles”, y además, creen que son buenos ciudadanos, fieles y devotos padres de familia. Algunos dicen ser creyentes , pues asisten a su iglesia una vez por semana para mostrar “su fe y devoción religiosas”. Tienen por allí alguna “aventurilla” pero son discretos y no hacen escándalo. De vez en cuando se reúnen con amigos para tomar algunos traguitos, aunque en ocasiones se exceden y chocan con sus autos. Algunos aumentarán sus emociones con algo de estupefacientes a fin se sentirse “high” o más desenvueltos e inhibidos. Sus conversaciones girarán en torno al dinero, y cómo hacer más fortuna a través  de nuevas inversiones, nuevas empresas, nuevas adquisiciones, pero nada hablarán de temas espirituales, o de asuntos místicos.

                              La Biblia nos habla de esta clase de gente en el libro de Apocalipsis 3:17 con estas palabras: “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un DESVENTURADO, MISERABLE,  POBRE, CIEGO Y DESNUDO.”  Estas palabras son duras pero muy ciertas. Cuántos ricos realmente no se dan cuenta de su desgraciada situación. Son como “muertos vivientes”, y a la vista de Dios—que es lo más importante— ¡son más desventurados y pobres que los más pobres de la calle! Sí, estos ricos indolentes están ciegos, pues no se dan cuenta de nada de su realidad espiritual y moral. Ellos no se ponen a pensar a fondo en cómo están a la vista del Creador y Dios.                       

El Reino de Dios No Es para Magnates Impíos

                              Jesús ya había hablado de estos “Ricos Pobres” cuando estuvo entre nosotros. En una ocasión, un joven rico se le acercó a Jesús para preguntarle qué debía hacer para ganar la vida eterna. Jesús, entre otras exigencias, le dice que venda todos sus bienes y luego entregara a los pobres el dinero obtenido. Pero el joven rico se retiró triste porque no estaba dispuesto a tanto. Luego, Jesús afirma que “difícilmente entrará un rico al reino de Dios” (Mateo 19:16-24). Notemos que Jesús habla de que es difícil que un rico entre a su reino, aunque no imposible. Aún hay ricos que están dispuestos a obedecer las exigencias de Jesús.           

                              Sin duda, Jesús no manda a todos los ricos a vender todos sus bienes para luego entregar el producto de las ventas a los pobres, a fin de ganar la vida eterna. Lo del joven rico fue una exigencia extrema, pero igualmente debemos de estar dispuestos a acatarla si fuera necesario. Recordemos que aquel diminuto hombre, llamado Zaqueo, el que cenó con Jesús en su casa, daba la mitad de sus bienes a los pobres, y no obstante, el Señor le aseguró que la salvación había llegado a su casa por esa actitud noble y de desprendimiento generoso (Lucas 19:8,9). A Zaqueo Jesús no vuelve a exigir a que se dé todo lo que se tiene a los pobres para entrar a la vida, sino que en este caso Jesús ve con beneplácito que Zaqueo, por voluntad e iniciativa propias, esté dando el 50% de sus ingresos a los pobres. Lo importante, me parece, es que el hombre no sea esclavo de su riqueza, y que si tiene mucha, la comparta con los que nada tienen, y que éstas no se vuelvan en la razón de su existir. En la Biblia tenemos hombres de fe que fueron ricos, como el caso de Abraham, Lot, Job, etc. Pero estos hombres no hicieron de sus bienes el fin de sus vidas.

                              Como hemos visto, ya hace mucho que la mayoría de magnates han perdido su alma, por el amor a las riquezas. Jesús dijo de éstos: “Porque ¿qué aprovecha al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma.” (Marcos 8:36). Sí, la mayoría de ricos ha perdido su vida interior, y su salvación futura, por el amor al mundo y sus riquezas. 

Riquezas Inmateriales

                              Ahora bien, hay mendigos que pueden ser más ricos que los más renombrados magnates del mundo. Jesús dijo: “Mirad, y guardaos de toda avaricia; PORQUE LA VIDA DEL HOMBRE NO CONSISTE EN LA ABUNDANCIA DE LOS BIENES QUE POSEE.” (Lucas 12:15). Jesús afirma que la riqueza verdadera no está en la abundancia de bienes que uno pueda poseer. Jesús no puede afirmar tal cosa, y a la vez prometernos enriquecernos con bienes materiales en abundancia, si éstos nos van a desviar de la fe y de la confianza en Dios. Muchos cristianos creen que Cristo no los bendice con bienes materiales en abundancia porque piensan que no son buenos creyentes o fieles cristianos. Nada más falso. Cristo sí enriquece, pero mayormente con otro tipo de bienes que la mayoría de personas desconoce. Fijémonos por un instante lo que dice Santiago, un siervo del Señor: “Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean RICOS EN FE y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?” (Santiago 2:5).

                              Aquí hay una riqueza inmaterial que los más de los magnates no tienen, y esa riqueza es, la de la FE, la cual también va de la mano con la ESPERANZA y el AMOR. El creyente humilde tiene fe en Dios y en Sus promesas, las cuales incluyen la vida eterna y el Reino de Dios. El pobre tiene fe de que su vida tiene un propósito mucho más trascendental que la vida de los ricos y poderosos de la tierra que viven alejados de Dios.  El creyente está conciente de que las riquezas temporales y la codicia por el dinero pueden destruir su fe y su esperanza en la vida eterna en el reino de Dios. Dice Jesús: “Pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y AHOGAN LA PALABRA, y se hace infructuosa.” (Marcos 4:19). El creyente verdadero se cuidará de no caer en la manía, o en la obstinación, de adquirir más y más riquezas, pues podría destruir su fe en la Palabra de Dios. Y de hecho, muchos cristianos han caído en desgracia cuando han hecho de su profesión de fe un medio para lucrar y enriquecerse injustamente. Estoy hablando de los llamados «ministerios cristianos» que reciben millones de dólares de sus adherentes.

                              Incluso un importante número de ricos y poderosos terminan frustrados por los múltiples problemas familiares, por acusaciones de fraudes, y por la pérdida de parte o la total de su fortuna . Algunos, al encontrarse desesperados y sin esperanza alguna, decidirán acabar con sus días; y otros, menos radicales, se refugiarán en el alcohol y en las drogas. Estos, al haberlo tenido  todo, y quedarse pobres, ya no encuentran sentido para sus vidas y viven vacíos y atormentados. Dificilmente un rico puede ser realmente feliz sin Dios. Una vez que han alcanzado la sima, ya no saben hacia donde ir. Entonces viene la frustración, la amargura, la desesperanza, y el deseo de auto destrucción. Verdaderamente los ricos pueden ser tan desdichados como los pobres que viven sin Dios.

                              El sabio rey Salomón dijo: “…No me des pobreza ni riqueza; manténme el pan necesario.” (Proverbios 30:8). Jesús nos da la fórmula para poder recibir lo necesario de parte de Dios. Él nos dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas (comida, vestido, casa, etc) os serán añadidas.” (Mateo 6;33).

Riquezas de Dios

                              San Pablo nos dice algo interesante en 2 Corintios 8:9: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis ENRIQUECIDOS.” Esto es muy interesante, pues Cristo, aunque vivía como pobre, era rico, porque es el Hijo de Dios. De igual modo, los cristianos también son ricos para Dios, siendo pobres, porque también han sido adoptados como hijos Suyos. Y es que los creyentes tendrán acceso a la “Casa de Dios”, la cual es de oro puro, de perlas, y de joyas de todo tipo…y serán los coherederos del mundo (Leer Todo el capítulo 21 de Apocalipsis, en especial los versos 2, 7,10,11,18,21,27). Es interesante leer el verso 7 de Apocalipsis 21, pues dice: “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”

                              Observemos que nuestra riqueza espiritual se traducirá mañana en una riqueza también MATERIAL, pues heredaremos las cosas de nuestro Padre. Notemos que el texto dice que “heredará TODAS LAS COSAS.” ¿Qué otras cosas heredaremos? ¡El reino de Dios! (1 Corintios 15:50), ¡La vida eterna! (Lucas 10:25), ¡Naciones! (Isaías 54:3), ¡La Tierra! (Salmos 37:9).¡Las Promesas! (Hebreos 6:12), ¡Bendición! (1 Pedro 3:9), ¡Riquezas de la gloria! (Efesios 1:18).

El Reino de Dios es Para los Pobres Píos

                              El Reino de Dios es la esperanza más grande que tiene el cristiano (Mateo 5:3). Este Reino de Dios fue anunciado por los profetas del Antiguo Testamento (Daniel 2:44; Daniel 7:13,14,18; Miqueas 4:1-4; Isaías 11:1-12; etc). Y cuando Jesús comienza su ministerio en la tierra, se esmera en propagar su “Evangelio del Reino de Dios” (Marcos 1:1,14,15).  A sus discípulos Jesús les enseña a que pidan y busquen el reino de Dios (Mateo 6:10,33). A Nicodemo Jesús le dirá que, para ver y entrar a su reino, él tendrá que “nacer de nuevo” (Juan 3:3,5). Mas adelante sus discípulos y él esparcirán las Buenas Noticias del Reino de Dios por las diferentes áreas de Israel (Lucas 8:1; 91,2). Luego les dirá a sus discípulos que a Dios le ha placido darles su Reino a ellos (Lucas 12:32). También les dirá que ningún inconstante en la fe, o que pone otros intereses antes de los del reino, heredará o entrará en él (Lucas 9:60-62). Luego Jesús desarrollará lo que se ha venido a conocer como Las Parábolas del Reino (de los capítulos 14-19 de Lucas). En esas parábolas Jesús da detalles de su reino, y de cómo entrar en él.

                              En Mateo 25:31,34 Jesús revela algo más de su reino. Él dijo: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.”

¡Usted Puede ser una Autoridad Real del Reino de Dios!

                              Jesucristo asignará a sus seguidores fieles, a aquellos que han optado por renunciar al mundo y a sus atracciones, el reino de Dios. “Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.” (Lucas 22:28-30).  Esto ocurrirá cuando él regrese a este mundo por segunda vez en persona (Mateo 25:31,34). También en ese entonces Jesús tomará el trono de su reino en la ciudad de Jerusalén (Mateo 5:33-35; Jeremías 3:17). Cuando todo esto ocurra, los que son ahora últimos, los pobres e insignificantes, serán los primeros y los “primogénitos” de Dios (Lucas 13:29,30).

                              El creyente verdadero tendrá poder, gloria, y honra en el reino de Cristo (Romanos 2:6,7). Además, tendrá autoridad para regir a pueblos o ciudades enteras en dicho reino o gobierno mundial de Jesucristo. Dice Apocalipsis 2:26,27: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré AUTORIDAD sobre las NACIONES, y las regirá con vara de hierro…”

                              En Hechos 4:13 se nos informa que San Pedro y San Juan, entre otros apóstoles, “eran hombres sin letras y del vulgo”. ¡Pero estos hombres eran DOS de los DOCE pilares de la iglesia de Dios!. Recordemos que estos pescadores eran ignorantes o sin letras. ¡Pertenecían al vulgo! Pero Cristo los llamó para que fueran ejemplo a las sucesivas generaciones de cristianos. Éstos, que eran los últimos de la tierra, serán los primeros en el reino o gobierno mundial de Cristo (Lucas 12:32; 22:30). El Evangelio del Reino es definitivamente el evangelio de los pobres y desposeídos de la tierra. A éstos vino a buscar Jesucristo, y de éstos estará lleno el reino de Dios (Mateo 11:5; Lucas 4:18; 6:20; Santiago 2:5). Lo importante es ser rico para Dios, y no para los hombres (Lucas 12:16-21). El creyente deberá estar atesorando tesoros en el cielo y no en la tierra (Mateo 6:19). El mejor tesoro que podemos acumular es nuestra fe, y ésta implica nuestra consagración, buenas obras, devoción, santidad, rectitud, amor, conocimiento, dominio propio, paciencia, afecto fraternal, virtud, etc. Haciendo esto entraremos al reino de Dios (2 Pedro 1:3-11).

                             

JAIMITO NERD DESPEJA OTRA DUDA DE SU PADRE EN CUANTO AL DESTINO FINAL DE LOS JUSTOS

Jaimito, ¡quieres ganarte $20 euros?…claro, viejo, pues mal no me caería para comprarme una copia de la obra de Miguel Servet, titulada: “De Trinitatis Erroribus”…¡caray, mi hijito sí que es un verdadero nerd a sus 12 años!…A ver, papi, ¿cuál es tu pregunta ahora?…Bueno, mi querido Jaimito, sucede que Pablo dice en Hebreos 3:1 que “los santos son participantes del llamamiento celestial” y esto me lleva a pensar que como cristianos hemos sido llamados para vivir en el cielo por la eternidad…¿compartes mi mismo criterio?…¡ni de vainas, viejo!…¿Cómo que ni de vainas, Jaimito?¿Acaso no está claro el texto?…Claro que sí, pero los que lo interpretan mal son los católicos y protestantes por igual…¿cómo así, Jaimito?…¡fácil, pues, viejo!… ¿acaso la frase: “Llamamiento celestial” quiere decir: “Llamado para ir al cielo? Bueno, no necesariamente, hijito… Exacto! A mi me parece que quiere decir, más bien, “llamamiento de Dios según lo puedes leer en Filipenses 3:14 y Romanos 11:29.  Recuerda que el libro a los Hebreos fue escrito para judíos, ya que trata de la relación de Cristo para con el sacerdocio levítico y los sacrificios del templo. Pues bien, como judíos, ¿qué pudieron ellos entender por el “llamamiento celestial”? Seguramente cualquier cosa menos “llamamiento para vivir en el cielo”. Recuerda que Jesús vino a confirmar las promesas hechas a los padres y no a cambiarlas por una promesa de naturaleza cósmica, celestial, fuera de esta tierra. Los judíos en general, y en especial los mesiánicos, esperaron la venida o la restauración del reino de David en Jerusalén (Hechos 1:6)…cierto, Jaimito, es verdad lo que dices… Además, papi, es interesante descubrir que en la Biblia no aparece algo así como: “el llamamiento terrenal” para los judíos, y otro “celestial” para la iglesia. El “llamamiento celestial” es general, para todos los santos (hebreos y gentiles conversos—Hebreos 3:1). Dios nos ha llamado para ser santos, apartados, y consagrados a él con fidelidad…interesante, Jaimito, y voy a examinar el pasaje con más cuidado, más tarde…¡me parece buena idea, viejo, que mucha falta te hace!…¿otra vez?…¡Te vas a quedar sin tus 20 euros!…Uyuyuy, metí la pata!!!…¿y ahora quién podrá ayudarme?…Yooooo, ¡el chapulín apologista!…¡Yupiiiii! 

 

UN ESTUDIO BREVE DE MIQUEAS 5:2: «…SUS SALIDAS SON DESDE LA ETERNIDAD»

He aquí mi respuesta a una pregunta sobre Miqueas 5:2; de un foro de debates.

Cita:

También en el libro de Miqueas dice: Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre los miles de Judá, de ti saldrá el que ha de dominar en Israel, y sus salidas son desde la antigüedad, desde la eternidad. Esta es una prueba más de que Jesús no tiene principio, por lo tanto haciéndole el Eterno Dios y Salvador.

Jesús definitivamente tiene un comienzo. Mateo habla del «Génesis» de Jesucristo. [Mateo 1:1]. Ni Mateo ni Lucas en su narración acerca de cómo Cristo vino a la existencia, tiene algún concepto de pre-existencia literal.

Ahora echemos un vistazo a la frase «desde la eternidad».

El hebreo es OWLAM (Strong 5769). Ahora observe cómo se traduce en los siguientes versículos: (En cada caso la(s) palabra (s) traducida(s) del OWLAM se capitalizan).• hombres valientes que fueron desde la antigüedad: Gén. 6:4;

• para las naciones que fueron desde la antigüedad: 1 Sam. 27:8;

• Los antiguos pueblos: Isaías 44:7

• en las generaciones de antaño: Isaías 51:9;

• He aquí yo traigo sobre vosotros gente de lejos … Se trata de una antigua nación: Jer 5:15;

• los profetas … De antaño: Jeremías 28:8;

• La gente de tiempo antiguo: Ezequiel 26:20;

• tabernáculo de David … como en los días de antaño: Amós 9:11;

• días de antaño: Miqueas 7:14, Mal. 3:4

Aunque OWLAM en el contexto adecuado puede ser utilizado para denotar «eternidad”, es claro ver que OWLAM en los casos anteriores no puede significar eterno /eternidad  i.e: hombres eternos poderosos, naciones eternas, profetas eternos, gente eterna, etc  Y esto va también para Miqueas 5:2 que es un verso que simplemente habla de la entrada (es decir, su primera venida) y lugar del nacimiento del Mesías (tal como se utiliza en Mateo 2:5-6, Juan 7:42). Se trata simplemente de decir que la venida del Mesías había sido descrita y se habla desde los tiempos antiguos, desde los tiempos antiguos, incluso desde la época de Abraham, quien se alegró de ver a su día. [Juan 8:56]

Los traductores de la RV (inglés) estando sesgados por su teología trinitaria utilizaron las palabras «desde la eternidad».

Por lo tanto, utilizando la misma palabra hebrea, Miqueas 5:2 puede ser tan fácilmente traducido: «… sin embargo, fuera de ti saldrá el que ha de dominar en Israel, y sus salidas son desde el principio, desde los viejos tiempos».

Comparar: —

• Revised Standard Version (de aquí en adelante citado como RV) Miqueas 5:2

Pero tú, Belén Efrata, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti saldrá para mí uno que va a ser gobernante en Israel, cuyo origen es desde el principio, desde la antigüedad. (Asimismo, la New Revised Standard Version tiene la misma versión, en adelante citado como NRS)

• Traducción literal de Young Miqueas 5:2

Y tú, Belén Efrata, pequeña entre los príncipes de Judá! De ti me saldrá el que va a ser gobernante en Israel, y sus salidas es del principio, desde los días de la antigüedad.

• New American Bible  Miqueas 5:1

Pero tú, Belén Efrata, demasiado pequeña para estar entre los clanes de Judá, de ti saldrá para mí uno que va a ser gobernante en Israel, cuyos orígenes son de antaño, desde la antigüedad .

• Nueva Biblia de Jerusalén (en adelante citado como NJB) Miqueas 5:1

Pero tú (Belén) Efrata, el menor de los clanes de Judá, de ti me saldrá el futuro gobernante de Israel, cuyos orígenes se remontan al pasado lejano, a los días de antaño.

Eso es todo lo que está diciendo este versículo. Es mesiánico. Es el verso que los Judios en el tiempo de Herodes se volvieron, sabiendo muy bien que en este versículo se habla de la «venida y nacimiento del Mesías. La llegada y el origen del Mesías fue profetizado de edades o  tiempos antiguos, aunque tan antiguo como Adán y Eva [Génesis 3:15], Abraham [Gen 22:18, Gal 3:16], Judá [Gen 49:8-10 ], David [2 Samuel 7:12-14, 1 Crónicas 17:11-13, Salmo 132:11, Isaías 11:1,10, Jere 23:5, 33:15], Daniel [9:25-26] , etc. Los Judíos esperaban un rey israelita Davídico cuyo origen se había hablado desde los tiempos antiguos, que nacería en Belén. Esto es de lo que se trata Miqueas 5:2.

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AIONIOS (αἰώνιος): LA PALABRA GRIEGA DE LA ETERNIDAD

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Haremos bien en investigar el verdadero significado de la palabra aionios, la cual, en el NT, se traduce usualmente eterno o perpetuo. Esta es la palabra que se aplica a la vida y a la gloria (eternas), que representan lasmás altas recompensas del cristiano, y al juicio y castigo (eternos), que deben ser causa de su más grande terror. Aionios es una palabra extraña tanto en el griego clásico como en el secular, con un cierto sentido de misterio en sí misma. Es un adjetivo que procede del substantivo aion, el cual tiene tres significados principales en el griego clásico.

(I) Significa (curso de la) vida. Herodoto habla del fin de nuestro aion (Herodoto 1.32); Esquilo,de privar al hombre de su aion (Esquilo, Prometeo 862) y, Eurípides, de exhalar nuestro último aliento de aion (Eurípides, Fragmento 801).(II) Significa siglo, generación o época, por lo que los griegos hablaban del presente aion y del aion futuro.(III) Pero la palabra también denota un larguísimo espacio de tiempo. La frase preposicional ap’ aionos significa desde hace mucho tiempo, y di’ aionos quiere decir perpetuamente, para siempre. Y es precisamente aquí donde comenzamos a tropezar con el misterio. En los papiros, leemos acerca de las multitudes congregadas en las calles que gritaban: El emperador eis ton aiona, es decir: “El emperador para siempre” Aionios, en tiempo del griego helenista, llegó a ser el adjetivo en vigor para describir el poder del emperador.

El poder de Roma es tal, que ha de durar por siempre. Y así, como bien apunta Milligan, la palabra aionios viene a describir “un estado dentro del cual el horizonte no se divisa”. Aionios llega a ser la palabra de las grandes distancias, de las eternidades, de lo que trasciende el tiempo. Pero fue Platón quien dio a aionios—él pudo incluso haberla forjado—su especial sentido misterioso. Resumiendo, para este filósofo, aionios es la palabra que indica eternidad en contraste con tiempo. La usa, como se ha dicho, para “denotar lo que no tiene principio ni fin, lo que no está sujeto a cambio ni decadencia, lo que está sobre el tiempo pero de lo que el tiempo es una imagen móvil”. Platón no quiere dar a entender con esta palabra una simple duración indefinida—a este punto volveremos más tarde—, sino eso que está sobre y más allá del tiempo. Hay tres ejemplos significativos de aionios en el pensamiento platónico.

En el segundo libro de la República (363d), Platón habla de los cuadros celestiales que pintan los poetas y, refiriéndose a las recompensas que Museo y Eumolpo dan a los justos, dice: “Los llevan al mundo subterráneo y los sientan a la mesa de los bienaventurados, coronados de flores y enteramente ebrios para toda su vida, cual siel mejor precio para la virtud fuese la embriaguez eterna (aionios methe)”.En Las Leyes (904a), dice que el cuerpo y el alma son imperecederos, pero no eternos. Hay diferencia entre existencia para siempre y eternidad, pues la eternidad es posesión de los dioses y no de los hombres. Sin embargo, el más significativo de todos los pasajes platónicos está en el Timeo 37d, donde se habla del

Creador y del universo que había creado “hecho a imagen nacida de los dioses eternos”—y el Creador se alegró con ello y, en su regocijo, pensó en los medios de hacerlo más semejante todavía a su modelo, pero era imposible “adaptar enteramente esta eternidad a un universo creado”. Por eso hizo el tiempo como imitación móvil de la eternidad. Lo esencial de esta imagen radica en que la eternidad es siempre la misma y siempre indivisible; su ser no es creado ni existe devenir; no hay nada semejante a más viejo y más joven; no hay pasado, presente ni futuro. Nohay era ni habrá, sino sólo un eterno es. Obviamente, no puede darse ese estado en el mundo creado; pero, no obstante sus limitaciones, el mundo creado es la imagen de la eternidad.

Evidentemente, aionios es, en esencia, la palabra que se aplica al orden eterno como contrastado con el orden de este mundo; es la palabra que se aplica a la divinidad como contrastada con la humanidad; es la palabra que, en puridad, solamente puede aplicarse a Dios porque describe nada más y nada menos que la vida de Dios.

Ahora debemos volver al uso de aionios en el NT. Con mucho, su utilización más importante está en relación con la vida eterna y, precisamente por ser tan importante, debemos considerarla por separado y de forma especial, recordando una vez más que aionios solamente puede describir con fidelidad lo que es propio de Dios. Veamos, pues, el resto de los usos de esta palabra en el NT. Se usa respecto de las grandes bendiciones que Jesucristo ha traído a la vida del cristiano. Se usa respecto del pacto eterno, del cual Cristo es mediador (He. 13:20). Pacto quiere decir relación con Dios. A través de Cristo, el hombre entra en una relación con Dios que es tan eterna como él. Se usa respecto de las moradas eternas que aguardan al cristiano (Lc. 16:9; 2 Co. 5:1). El destino último del cristiano es una vida como la del mismo Dios. Se usa respecto de la eterna redención y de la herencia eterna del cristiano gracias a Jesucristo (He. 9:15). La seguridad, la libertad y la paz que Cristo forjó para los hombres son tan eternas como el propio Dios. Se usa para describir la gloria en la que entrará el cristiano fiel (1 P. 5:10; 2 Co. 4:17; 2 Ti. 2:10); la misma gloria de Dios. También se usa en conexión con las palabras esperanza y salvación (Tit. 3:7; 2 Ti. 2:10). No hay nada efímero, pasajero o destructible en la esperanza y salvación cristianas. Ni siquiera el otro mundo puede cambiarlas o alterarlas porque son tan inmutables como el propio Dios. Se usa respecto del reino de Jesucristo (2 P. 1:11). Jesucristo no es superable; no es una etapa en el camino de la revelación. Su revelación y su valor son de Dios. Se usa respecto del evangelio (Ap. 4:6).

El evangelio no es una [página 29] mera revelación más, sino la eternidad entrando en el tiempo. Se usa para describir el fuego del castigo (Mt. 18:8; 25:41; Jud. 7), el castigo en sí (Mt.25:46), el juicio (He. 6:2), la destrucción (2 Ts. 1:9) y el pecado que separará finalmente al hombre de Dios (Mr. 3:29).En estos pasajes es donde debemos tener un cuidado especial cuando interpretemos la palabra. Tomarla como significado simplemente para siempre, no es bastante; es preciso recordar el significado especial de aionios. Aionios es la palabra que se aplica a la eternidad como opuesta a, y contrastada con, el tiempo; que se aplica a la divinidad como opuesta a, y contrastada con, la humanidad, y que, por consecuencia, solamente puede aplicarse propiamente a Dios. Si tenemos todo esto en cuenta, nos quedaremos con una tremenda verdad: tanto las bendiciones de los fieles como los castigos de los infieles serán tal y como cuadre a Dios el derramarlas y el infligirlos. Y ya no podemos ir más allá. Unicamente, que tomar la palabra aionios, cuando se refiere a bendiciones y castigos, como significando para siempre es simplificarla en demasía y, ciertamente, malentenderla por completo, puesto que abarca mucho más. Significa que cuánto los fieles reciban y los infieles sufran estará en consonancia con el carácter y la naturaleza de Dios para conferir y para infligir—y más allá, nosotros, que somos hombres, no podemos ir, excepto recordar que Dios es amor.

Consideremos ahora el uso más importante de aionios en el NT: el que está relacionado con la frase vida eterna. Debemos empezar volviendo a recordar—como tan a menudo venimos haciendo—que aionios es la palabra que se aplica a la eternidad como contrastada con el tiempo, a la deidad como contrastada con la humanidad, y que, por tanto, vida eterna no es otra cosa que vida de Dios.

(I) La promesa de vida eterna es lo que permitirá al cristiano participar nada menos que del poder y de la paz del propio Dios. Vida eterna es la promesa de Dios (Tit. 1:2; 1 Jn. 2:25). Dios nos ha prometido que participaremos de su bienaventuranza, y esa promesa es inquebrantable.

(II) Vida eterna es el don de Dios (Ro. 6:23; 1 Jn. 5:11). Como veremos, este don tiene sus condiciones; pero el hecho permanece de que la vida eterna es algo que Dios, por su sola bondad y gracia, da a los hombres. Nosotros no la podemos ganar ni merecer. Es un regalo.

(III) La vida eterna está íntimamente ligada a Jesucristo. Cristo es el agua viva, el elíxir de la vida eterna (Jn.4:14). Es el alimento que trae a los hombres vida eterna (Jn. 6:27, 54). Sus palabras son de vida eterna (Jn. 6:68).El mismo no sólo trae (Jn. 17:2, 3), es vida eterna (1 Jn. 5:20).Dicho de forma más sencilla, únicamente a través de Jesucristo [página 30] es posible una relación, una intimidad, una unidad con Dios. A través de lo que él es, y de lo que hace, podemos participar de la misma vida de Dios.

(IV) La vida eterna viene por medio de creer en Jesucristo (Jn. 3:15, 16, 36; 5:24; 6:40, 47; 1 Jn. 5:13; 1 Ti.1:16). ¿Qué significa creer? Evidentemente, no es una simple aceptación intelectual. Creer en Jesucristo significa que creemos como cierto absoluta e implícitamente todo lo que Jesús dijo acerca de Dios. Si realmente creemos que Dios es Padre y que ama a los hombres tanto como para enviar a su Hijo al mundo a morir por ellos, demarcamos toda la diferencia que hay entre mundo y vida porque la tal creencia significa que la vida está en manos del amor de Dios, y, además, significa tener por cierto y aceptar que Jesús es quien dijoser. Obviamente, la confianza que podamos tener en cualquier afirmación dependerá enteramente de la posición de la persona que la haga. Estamos obligados a preguntar: ¿Cómo puedo estar seguro de que todo lo que me dice Jesús sobre Dios es verdad? La respuesta es: porque creo que Jesús es el único que tenía derecho a hablar de Dios, puesto que no me cabe la menor duda de que Jesús es el Hijo de Dios. Por tanto, entramos en la vida eternapor creer que Jesús es el Hijo de Dios. Pero esta creencia va todavía más lejos. Creemos que Dios es Padre y que Dios es amor porque creemos que Jesús, siendo el Hijo de Dios, nos ha dicho la verdad acerca de Dios, y, entonces, actuamos en consonancia con la creencia, es decir, vivimos con la certeza de que no podemos hacer otra cosa que no sea poner toda nuestra confianza en Dios y rendirle una perfecta obediencia. Vida eterna no es otra cosa que la misma vida de Dios. Entramos en la vida eterna a través de creer en Cristo,

y esta creencia tiene una triple implicación:

(I) Implica creer que Dios es la clase de Dios que Jesús dijo a los hombres.

(II) Implica la certeza de que Jesús es el Hijo de Dios, y, por tanto, que tiene derecho a hablar de Dios en una forma que nadie pudo ni jamás podrá hablar.

(III) Implica vivir toda la vida asintiendo a estas cosas. Cuando lo hacemos así, participamos nada menos que de la vida, el poder y la paz que solamente Dios puede dar. Ya hemos dicho que vida eterna es el don de Dios. Todos los dones de Dios, aun siendo tales, requieren el esfuerzo por parte nuestra de tomarlos, como prueba de interés. Usemos una analogía humana. Toda la belleza, riqueza y sabiduría de la literatura clásica están ahí para que cualquiera las disfrute; solamente que, para eso, es preciso que antes se introduzca en ellas mediante el trabajo, el estudio y la disciplina que el aprendizaje del latín y del griego exige. El ofrecimiento de Dios de vida eterna es un hecho, pero el hombre debe anhelarla e introducirse en ella antes de que pueda recibirla plenamente.

(I) La vida eterna demanda conocimiento de Dios. Vida eterna significa “conocer al único Dios verdadero”(Jn. 17:3). Ahora bien, el hombre sólo puede conocer a Dios por medio de tres vías: (a) la vía de la mente para pensar, (b) la vía de los ojos y del corazón para ver y amar a Jesucristo y (c) la vía de los oídos para escuchar lo que Dios está procurando decirle. Si hemos de introducirnos en la vida eterna, nunca debemos estar tan ocupados con las cosas del tiempo como para no pensar en las cosas eternas, ni caminar mirando a Jesús, ni estar regularmente en una actitud silenciosa y alerta para atender a Dios.

(II) La vida eterna demanda obediencia a Dios. El mandamiento de Dios es vida eterna (Jn. 12:50). Jesús es autor de eterna salvación para todos los que le obedecen (He. 5:9). Nuestra paz depende sólo de hacer su voluntad. Dios pleitea con el rebelde, pero sus dádivas son para el obediente. Nunca podremos lograr una completa intimidad y unidad con alguien de quien continuamente diferimos y a quien continuamente afligimos con nuestra desobediencia. Obediencia y vida eterna de parte de Dios van de la mano. (III) Vida eterna es la recompensa a una lealtad tenaz (1 Ti. 6:12). Viene al hombre que ha peleado la buena batalla de la fe y que se ha ligado a Jesucristo en cuerpo y alma. La recibe el hombre que oye y sigue (Jn. 10:27,28) el camino de Jesús en completa lealtad, en vez de su propio camino.

(IV) Hay una demanda ética en la vida eterna. Vida eterna es la meta del camino de santidad (Ro. 6:22). La recibe quien demuestra una paciente continuidad en el buen hacer (Ro. 2:7), pero jamás quien odie a su hermano, porque el tal es homicida en su corazón (1 Jn. 3:15). La vida eterna viene a aquellos que se mantienen en el amor de Dios (Jud. 21).No hay escapatoria de la demanda ética del cristianismo. La vida eterna no es para el hombre que actúa como le viene en gana; sino para el que actúa como enseña Jesucristo. No es que se nos exija que seamos perfectos, pero sí que, aunque caigamos y fracasemos, tengamos todavía nuestros ojos fijos en Jesucristo.

(V) Vida eterna es la recompensa para el obrero de Cristo (Jn. 4:36). Se promete vida eterna al hombre que ayuda a Cristo a segar la cosecha de las almas de los hombres; es el ofrecimiento de Dios a quien está más interesado en salvar a los demás que en salvar egoístamente su alma.(VI) Vida eterna es la recompensa para el cristiano audaz (Jn. 12:25). Es para el hombre que amando su vida está decidido a darla, si fuera preciso, por amor a Jesucristo. Es para el que está siempre dispuesto a “aventurarse por Su nombre”, para el que acepta los riesgos de la vida cristiana y está preparado para “apostar su vida a que hay Dios”.

(VII) Vida eterna es el resultado de la justicia que viene a través de Jesucristo (Ro. 5:21). El significado esencial de justicia es una nueva relación con Dios a través de lo que Jesucristo ha hecho por nosotros. Y, así, terminamos donde empezamos—vida eterna es la vida de Dios mismo, en la cual podremos entrar cuando aceptemos todo lo que Jesucristo ha hecho por nosotros y todo lo que nos dice acerca de Dios. Nunca captaremos la idea completa de vida eterna hasta que nos desembaracemos de la imposición casi instintiva de que vida eterna significa, fundamentalmente, vida que continúa para siempre. Hace ya mucho tiempo que los griegos detectaron claramente que ese tipo de vida no sería en modo alguno una bendición. Fueron precisamente los griegos quienes contaron la historia de Aurora, diosa del alba, que se enamoró del joven mortal Titón. Zeus le dio a escoger la gracia que quisiera para su amante mortal, y ella pidió que no muriese nunca; pero olvidó añadir que permaneciera siempre joven. Así Titón vivió en un continuo y sin fin envejecimiento, volviéndose más y más decrépito, hasta que la vida llegó a ser para él una terrible e intolerable maldición. La vida tendrá valor cuando no sea nada menos que la vida de Dios—y ese es el significado de vida eterna.

¿REINARÁ EL SEÑOR JESÚS MIL AÑOS O POR TODA LA ETERNIDAD?

 

«Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies» (1 Corintios 15:24,25). 

 

Lo que Tito Martínez ignora por el desconocimiento del idioma Griego

 

El Sr. Tito Martínez (de la “Verdadera Doctrina Cristiana”) sostiene que Cristo reinará para siempre o sin fin, y no tan solo 1000 años. Para esto él se basa en Lucas 1:32,33:Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”.

 

Eterno, para siempre, por los siglos de los Siglos

 

En la mayoría de las traducciones de la Biblia encontramos las palabras eterno, para siempre y por los siglos de los siglos.

Judas 13 habla de ‘… fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas’.  En el griego, la palabra que se traduce aquí como ‘eternamente’ es (eis aiona), que literalmente significa ‘a través de la época o era’. Es a su vez una traducción del hebreo  le-olam que significa  por/ durante la era/ época. La duración del tiempo aquí implicado parece variar.

Apocalipsis 14:10,11 habla de aquellos que serán atormentados ‘con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos…’ El mismo lenguaje se emplea para describir la destrucción de Babilonia en Apocalipsis 19:3. La frase en griego dice así: eis tous aionas ton aionon, que literalmente significa por los siglos de los siglos. Es una cita directa de Isaías 34:10, donde en el hebreo se emplea la palabra le-olam, para referirse a la destrucción de Babilonia. La ciudad de Babilonia no arde hoy día. Estas palabras no pueden significar eternamente.

En Lucas 1:32,33 leemos:Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. ¿Pero se han de tomar literalmente los términos “para siempre” y “no tendrá fin”? No necesariamente, pues Jonás dice que fue tragado para siempre por el gran pez, y sólo estuvo 3 días dentro del cetáceo. “Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: “…Descendí a los cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío” (Jonás 2:1,6). Aquí vemos que “para siempre” no encierra indefectiblemente la idea de eternidad o tiempo sin fin.

En salmo 100:5 leemos: “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia”. Aquí se nos dice que la misericordia de Jehová es para siempre, ¿pero es verdad eso? ¿Y qué hay de los pecadores?¿Tendrá Dios siempre misericordia por los pecadores? Hoy Dios tiene “misericordia eterna” o “misericordia para siempre” por los pecadores, pero si no se arrepienten de sus pecados, Dios ya no tendrá “para siempre” misericordia de ellos. Aquí para siempre no implica necesariamente eternidad. Esta está condicionada a la obediencia.

En Éxodo 12:24 leemos: “Guardaréis esto (sangre de ovino en los dinteles de las puertas) por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre”. Si tomamos literalmente las palabras “para siempre” aquí registradas, entonces para siempre los judíos tendrán que pintar con sangre ovina los dinteles de sus casas como ocurrió en Egipto.

Y en cuanto a la locución “no tendrá fin”, ésta puede muy bien ser una expresión que denota que el reino de Cristo no será derrocado durante los 1000 años programados por una invasión de algún reino advenedizo que pretenda tomar su lugar y sus dominios como ocurrió con los cuatro anteriores (Babilonia, Media y Persia, Grecia, y Roma). También puede denotar un tiempo enorme y grande. Por ejemplo, en Isaías 2:7 leemos: “Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin”. ¿No tienen fin los tesoros? Lo que quiere decir es que sus tesoros son enormes. Entonces esta frase no implica “sin fin”, literalmente hablando. En Eclesiastés 4:16 leemos: No tenía fin la muchedumbre del pueblo que le seguía”. Sin duda nadie pensará que la muchedumbre era infinita o que no tenía fin, literalmente hablando.

¿Y qué diremos del llamado «Reino eterno«?¿significa que éste durará para siempre?¿Es posible que Cristo reine para siempre cuando la Biblia dice que él reinará HASTA que ponga a sus enemigos debajo de sus pies? En realidad, como en los casos anteriores, el reino es «eterno» (aionios) porque pertenece a una edad o era en particular, la Era Venidera de justicia. Por ejemplo, “castigo eterno”. ¿Es acaso un castigo que se aplicará todos los días y por la eternidad?¿Estará lanzando Cristo a los pecadores al gehena todos los días por los siglos de los siglos?¿ No será, más bien, que los resultados son eternos? Es decir, que una vez aplicado el castigo, éste (cualquiera que sea) permanecerá y no será revocado? Se dice en Judas 7 que Sodoma y Gomorra están sufriendo el castigo del “fuego eterno”. ¿Pero están acaso ambas ciudades aún quemándose al pie del mar muerto? Y si es así, ¿por qué nadie los puede ubicar con exactitud? ¿Realmente están ambas ciudades bajo fuego eterno aún hoy? ¡Tenemos que reexaminar el significado de la palabra “eterno” y no tomarla tan literalmente!

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