MOMENTOS DE LA CREACIÓN: LA MAGIA DEL BEROTHIDAE

Barres

Éxodo 8:19
“Entonces los hechiceros dijeron al faraón: Es el dedo de Dios. Pero el corazón del faraón se endureció, y no los escuchó, tal como Jehová lo había dicho”.

La relación entre la larva berothidae y la termita de California posee un real problema para aquellos que creen que no hay un Creador.

Las larvas berothidae entran a los nidos de las termitas para terminar su ciclo de crecimiento.  Luego salen como adultos.  El problema es que las termitas todavía están en casa cuando las larvas entran al nido.  Las terminas, 30 veces el tamaño de las larvas, posan una seria amenaza para las larvas.  Pero si usted mira a las larvas entrar en el nido, éstas agitan su abdomen hacia una termita que se esté acercando y la termita a quien se le apuntó inmediatamente cae.  Luego de más estudios, los científicos han aprendido que las diminutas larvas sueltan un químico que totalmente paraliza a la termita.  Estudios han demostrado también que el químico funciona sólo en esta especie de termita.

¡La explicación evolucionista es que por millones de años la larva del berothidae se le acercó a todo tipo de insecto agitándoles locamente su abdomen – y fueron comidos rápidamente!  Uno se pregunta como sobrevivió la larva del todo y por qué fue que su proyección química justo funcionó en aquellas termitas que hacían túneles agradables y seguros donde ellos pueden crecer.

Creer que la defensa del berothidae se desarrolló solo por casualidad no es nada más que una fe ciega.  No es ciencia.  ¡Y es un tipo de fe opuesta de aquellos que creen en un Creador!

Oración:

Amado Padre, Tus huellas digitales pueden ser vistas en todo lado en la creación. Dame una vista más aguda para que yo pueda ver más de Tu obra, y así ser movido a alabarte más. En nombre de Cristo Jesús. Amén.

AIONIOS Y AIÓN: ¿QUÉ SIGNIFICAN ESTOS VOCABLOS GRIEGOS?

 

 

Por Ing°.  Mario A Olcese (Apologista)

 

La doctrina del castigo eterno (como la del “reino eterno”) se apoya en el significado de la palabra griega aionios. Se traduce normalmente al español como eterno or por los siglos de los siglos. Es el adjetivo derivado del sustantivo griego aion, que equivale a la palabra  ‘eón’ o ‘época’ en español. Por lo tanto existe un adjetivo poco frecuente ‘eoniano’.

¿Podemos afirmar sin duda que la palabra aionios significa eterno? ¿O es posible que signifique que dura para una época, que sería lo lógico tomando en cuenta su derivación? Normalmente el significado de los adjetivos  viene de los sustantivos de los cuales derivan. Por lo tanto, sería más lógico que aioniossignificara que dura para una época en lugar de eterno. La palabra ‘mensualmente’ significa una vez al mes. Lo lógico sería que aionios significara que dura para una época

La mejor forma de entender el significado real de una palabra es de mirar la palabra en contexto. Podemos intentar de entender una palabra por sus adherencias y raíces, o comparándola con su significado en otro idioma que esté relacionado; pero la mejor forma es de mirar el contexto. 

El adjetivo aionios se emplea 70 veces en el Nuevo Testamento. En 42 de los casos está combinado con la palabra griega zoe que significa vida. Las otras 28 veces que aparece está combinado con más de 20 sustantivos. Algunos de estos sustantivos son fuego, castigo, pecado, tabernáculos, Dios, destrucción, gloria, salvación, juicio, redención, Espíritu (o espíritu), herencia, pacto, reino y evangelio. 

Tres pasajes del Nuevo Testamento establecen sin duda que aún si aionios significa eterno en ciertas instancias, hay contextos donde definitivamente no significa eterno. 

En Romanos 16:25 leemos acerca del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos “aionios”. En este contexto aionios no puede significar eterno Algo que ya ha pasado no puede ser eterno. Aquí la palabra aionios tiene que significar algo que dura por una época. En otras traducciones en el inglés como en el NIV y el NASB se traduce literalmente como por largos siglos pasados. En 2 Timoteo 1:9 y Tito 1:2 encontramos las siguientes  frases: antes de los tiempos de los siglos desde antes del principio de los siglos (respectivamente). En estos dos versículos es evidente que la palabra original griega aionios no puede traducirse como eterno. No tendría sentido decir ‘antes de los tiempos eternos’. La versión inglesa del NIV traduce estas frases como antes del comienzo del tiempo. 

Para rebatir esto es posible que  alguien cite Mateo 25:46: ‘E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna’. Dirían que debido a que castigo eterno y vida eterna aparecen en el mismo versículo, esto implica que tanto el castigo como la vida son eternos, sino no tendría sentido.

Pero este planteamiento tiene un error. Decir que algo está aquí por años no es lo mismo que decir que algo está aquí por siglos. Decir que algo dura para una época no es lo mismo que decir algo dura para la eternidad. La eternidad contiene a las épocas. 

Deberíamos de notar que en Mateo 25 Jesús está hablando del juicio de las naciones. ¿Pueden las naciones tener vida eterna? ¿Habrá en el reino enclaves españoles, franceses, chinos y rusos?

Sin embargo, escudriñemos esto de una forma más profunda. ¿Qué significa la palabra eterno? El diccionario probablemente diga duradero para siempre. Pero ¿qué significa  para siempre? Dios creó el tiempo y el espacio. Hebreos 1:2 dice: ‘en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo’. La palabra en el griego para ‘universo’ es aions. Tanto la palabra griega aion y la palabra hebrea olam pueden significar ‘época’ o ‘universo’. En este sentido, este versículo está en sintonía con la ciencia moderna que asevera que el tiempo y el espacio están relacionados.

Tuvieron un comienzo, quizás durante el big bang. También tendrán un final, quizás cuando el universo colapse en sí mismo. Dios está fuera del tiempo y del espacio. Él creó a ambos. Si el tiempo cesa de ser, ¿tendrá algún sentido la eternidad? 

La eternidad es algo que entramos ahora más que algo que recibiremos después de morir. Estemos seguros de haberlo entrado ahora. 

Para siempre y siempre (eternamente)

En la mayoría de las traducciones de la Biblia encontramos las palabras para siempre y por los siglos de los siglos.

Judas 13 habla de ‘… fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas’.  En el griego, la palabra que se traduce aquí como ‘eternamente’ es (eis aiona), que literalmente significa ‘a través de la época o era’. Es a su vez una traducción del hebreo  le-olam que significa  por/ durante la era/ época. La duración del tiempo aquí implicado parece variar.

Apocalipsis 14:10,11 habla de aquellos que serán atormentados ‘con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos…’ El mismo lenguaje se emplea para describir la destrucción de Babilonia en Apocalipsis 19:3. La frase en griego dice así: eis tous aionas ton aionon, que literalmente significa por los siglos de los siglos. Es una cita directa de Isaías 34:10, donde en el hebreo se emplea la palabra le-olam, para referirse a la destrucción de Babilonia. La ciudad de Babilonia no arde hoy día. Estas palabras no pueden significar eternamente.

No puedo encontrar otros versículos que hablen del juicio y castigo futuro. 

El hombre rico y Lázaro 

Considere la conocida historia en Lucas 16 del hombre rico y Lázaro y ‘una gran sima está puesta’ (v. 26) entre ellos después de que murieron. La mayoría de las personas no miran detalladamente este pasaje, y simplemente asumen que Jesús se refería a la salvación individual, y al destino después de la muerte. Analicemos este pasaje con más atención.

Se ve en contexto de este pasaje unos versículos anteriores: ‘Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él’ (v.14). Jesús estaba hablando a aquellos que eran espiritualmente privilegiados de su día. El hombre rico, que vestía de púrpura y lino fino y vivía de forma lujosa, era simbólico de ellos. El mendigo Lázaro, en la puerta, vestido en trapos con perros que le lamían las llagas es simbólico de aquél que está espiritualmente afuera. Los perros son animales impuros.

Él hombre rico y Lázaro mueren, y vemos que Lázaro no va al cielo, pero al seno de Abraham. ¿Cómo podría acabar en el seno de Abraham un ignorante impío como Lázaro (NO EL DIFUNTO RESUCITADO!), mientras que un hijo de Abraham estaba en tormento? El hombre rico siempre se refería a Abraham como padre, pero Abraham nunca le llamó ‘hijo’. Esta historia fue ofensiva para aquellos que lo oyeron por primera vez.

Consideremos ahora la sima o abismo mencionado en la misma historia. En el griego el versículo 26 dice así: ‘Y de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros…’ no ‘Además de todo esto…’ (como lo traducen la mayoría de las versiones), y supone casi lo opuesto. La sima representaba las diferencias que existían entre ambos hombres. Existía un abismo espiritual entre ellos. A veces hablas con personas que están ancladas en las escrituras, que han tenido oportunidades espirituales, pero que sin embargo no pueden recibir verdades espirituales o entendimiento. Es muy difícil de tener comunión con ellos, existe un gran abismo, una gran sima difícil de cruzar.

Ha habido un gran abismo entre el pueblo judío y los gentiles durante los últimos 2000 años. La iglesia ha perseguido a los judíos, y los judíos han odiado lo que ellos creían ser la fe cristiana.  Como el hombre rico, los judíos han pasado mucho de ese tiempo en tormento. 

Sean cuales sean las características de este abismo, el hecho de que fue puesto entre ellos en aquél entonces, no implica necesariamente que será puesta así por la eternidad. Si Dios puede mover montañas, también puede rellenar abismos. 

Muchos judíos, tanto en la tierra de Israel y en la Diáspora, están regresando al seno de Abraham, y creyendo en su Mesías. Muchos miembros de las iglesias, a pesar de pensar que son los hijos de Abraham, tienen un gran abismo entre ellos y Dios.

El Reino eterno

¿Y qué diremos del llamado «Reino eterno»?¿significa que éste durará para siempre?¿Es posible que Cristo reine para siempre cuando la Biblia dice que él reinará HASTA que ponga a sus enemigos debajo de sus pies? En realidad, como en los casos anteriores, el reino es «eterno» (aionios) porque pertenece a una edad o era en particular, la Era Venidera de justicia.

Perdición eterna 

Pasaremos ahora a considerar lo que enseña la Biblia acerca de la perdición eterna. La Biblia habla de ‘fuego eterno’, ‘castigo eterno’, destrucción eterna’ y ‘juicio eterno’. Todo aquél que cree que las escrituras son divinamente inspiradas debe de tomar estas frases de forma muy seria. Pero por otro lado, ¿cualquiera que cree en Dios y ha experimentado su amor puede sentirse cómodo con la noción de que billones de seres humanos sufrirán tortura perpetua sin esperanza y sin fin. ¿Es realmente lo que la Bibliaenseña?

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EL DIABLO: ¿ES ACASO UN MERO MITO MEDIEVAL?

  

Por Ing° Mario A Olcese                                       

El Diablo: ¿Mito o Revelación Divina?

Mucho se ha hablado del diablo y de sus ángeles en la religión cristiana, y aun, en las no cristianas. Si hay algo que tienen en común las religiones del mundo, es sobre la creencia en la existencia de poderes espirituales maléficos y benéficos. No obstante, hay quienes sostienen que la fe en el diablo es pura superstición, y por tanto, es una creencia originalmente pagana. Pero, ¿podría ser la creencia en el diablo y los demonios pura superstición pagana, sólo por el hecho de que los paganos creían en ellos? Es bien sabido, por ejemplo, que las religiones paganas tienen dentro de sus tradiciones, la existencia de undiluvio universal. ¿Diremos, entonces, que el diluvio es pura superstición o una mitología pagana, simplemente porque los paganos Mayas, Asirios, etc, lo aceptaron o creyeron? Además, ¿diremos que los sacrificios de animales del Antiguo Testamento tienen un origen pagano sólo porque los paganos también ofrecían animales en sacrificio a sus dioses? Si, los hebreos también ofrecían sacrificios de animales a Su Dios, pero ello no quiere decir que los hebreos eran paganos. Los Incas creyeron que una pareja de esposos fundaron el Imperio Inca. Es decir, que dos personas (Manco Cápac y Mama Ocllo) dieron origen a la raza Inca. ¿Diremos que la historia de la primera pareja humana: Adán y Eva, tiene un origen pagano, simplemente porque los Incas paganos también creyeron que una pareja de esposos fundó su imperio?

Lo cierto es que la Biblia habla del Diablo como una persona cósmica que tienta, seduce, miente, asesina, arrebata, engaña, confunde, contradice, etc. Negar esta verdad es negar la inspiración de las Santas Escrituras, las cuales nos hablan de un ‘Satan’ (en Hebreoel obstructor” ) o ‘diabolos’ (En Griego = ‘Diablo’ = adversario, calumniador). En el Nuevo Testamento el príncipe de este mundo de espacio (kosmos), y de tiempo (aión), es el diablo; en contraste con Jesús, cuyo reino no es de este mundo.

Apelativos del Ángel Caído

El apelativo más usado para el diablo es “espíritu maligno”, nombre que sumado a su forma singular y plural se halla 76 veces. Luego sigue con 63 casos y casi siempre en plural el término “demonio”, del griego daimónion, y que indicaría la acción maléfica que inyectan esos malos espíritus en oposición a los buenos ángeles. También aparecen “Satanás” y “diablo” 36 veces cada uno. Estos son los 4 nombres más usados en el Nuevo Testamento para señalar a los malos ángeles en 211 textos bíblicos. Y sumado a esas 211 citas donde aparecen esos 4 términos para los ángeles caídos, hay por lo menos otros 300 textos bíblicos donde aparecen indistintamente los nombres acusador, dios de este mundo, el enemigo, el tentador, el malvado, homicida desde el principio, padre de la mentira, pecador desde el principio, príncipe de este mundo, serpiente, espíritu malo, espíritu inmundo, espíritu impuro, etc.

El Diablo Según los Teólogos Contemporáneos

El Diablo, según las Escrituras, pretendió hacer caer a Cristo en el desierto, pero fracasó. Pretendió que Cristo fuera asesinado reiteradamente y busca que sus seguidores se rebelen contra la autoridad de Cristo. También se le presenta como aquél que obsesiona y posee a los hombres, e induce al pecado. Se puede afirmar, como dice Jeffrey Burton Russell, quehay una “experiencia del Diablo”, así como existe una “experiencia de Dios” (1). También Burton Russell añade: Negar la existencia y la importancia central del Diablo en el cristianismo es contravenir las enseñanzas apostólicas y la evolución histórica de la doctrina cristiana…Si el Diablo no existe, entonces el cristianismo se ha equivocado totalmente en un aspecto central, desde sus inicios. (1b)

Por su parte, el reconocido teólogo católico, Corrado Balducci, dice sobre el Diablo, lo siguiente: “Puesto que el demonio pertenece a las verdades reveladas, no es algo opcional, es decir, un algo que podemos descartar, sino una verdad que debemos creer, porque desgraciadamente existe; ciertamente no por culpa nuestra y menos porque lo ha querido Dios, sino sólo y exclusivamente por culpa suya, que en plena libertad de ángel de la luz se convirtió en ángel de las tinieblas (2).

El Teólogo D. Zähringer dice del Diablo lo siguiente: Desde su primer comienzo y con creciente seguridad ella (la revelación) afirma la existencia de espíritus malignos (3) Y como dice el teólogo E. BortonePara quitar a Satanás de la Sagrada Escritura habría que rasgar muchas páginas del Antiguo Testamento, y muchísimas del Nuevo, con el resultado de que se harían ininteligibles”. (4) K. Kertelge escribió: No hay duda de que Jesús, sus discípulos y los autores de los escritos del Nuevo Testamento tuvieron en cuenta la existencia del diablo y de los demonios”(5). El teólogo A. Winklhofer afirmó estar convencido de que el testimonio de la Escritura nos obliga a admitir la existencia de “espíritus personales malos”. En su libro Schweizerische Kirchenzeitung nos dice quela redención de Cristo carecería de sentido si no existiera el diablo. Él estaba convencido, como lo cita en su Traktak, haciendo referencia a A. Lefévre, que Es difícil creer en Cristo sin creer al mismo tiempo en su adversario, el demonio.

La creencia de un poder Satánico que se opone al poder Divino no es de origen pagano o Persa. El dualismo Persa supone a dos entidades divinas y eternas que se oponen entre sí en una infinita pugna entre ellas: El dios bueno Ahura Mazda enfrenta los ataques de los daevas (demonios), siendo el principal Anro Mainyus (Arriman), el cruel espíritu malo, demonio entre los demonios—Daevanam Daeva— que combate incesantemente a Ahura Mazda y sus “fieles servidores” como Zoroastro (6). Pero en el cristianismo, este dualismo es moderado, pues considera al Diablo como no eterno y sujeto a la voluntad del Eternobuen Dios. Este Diablo bíblico y sus demonios serán finalmente vencidos y destruidos para siempre (Apocalipsis 20: 10, Hebreos 2: 14). En otras palabras, Dios es más poderoso que el Diablo, aunque a éste se le permite un cierto grado de libertad para probar a los hombres con tentaciones y desgracias físicas y espirituales (Hechos 10: 38). Sin duda, el hombre no es tentado por Dios, pues Él, ni tienta, ni es tentado por nadie (Santiago 1:13). Esa función sólo le compete al Adversario y Obstaculizador—-Satán, el singular enemigo de Dios y Su creación.

El Diablo, El Primer Pecador de la Historia

Juan dice que el Diablo ha estado pecando desde “el principio”: “…porque el Diablo pecadesde el principio…” (I Juan 3: 8). Aquí hay pues un misterioso personaje que peca desde el “principio” de algo. En la Biblia encontramos esa palabra en Génesis 1:1: “En elprincipio creó Dios los cielos y la tierra”. Entonces se podría suponer que el Diablo viene pecando contra Dios desde el principio de la creación de los cielos y la tierra (universo), lo cual supondría que él no es una criatura humana sino angélica que vive desde hace millones de años. Recordemos que la vida humana fue muy posterior a la creación del universo. En Apocalipsis 3:14 se habla del “principio de la creación de Dios”, de modo que la palabra “principio” tiene relación con el inicio de la creación del universo. Por otro lado, recordemos que Jesús afirma que el Diablo ha sido homicida desde el principio (Juan 8: 44), haciendo referencia a la creación del Génesis, cuando Abel es asesinado por Caín, un hijo del diablo (1 Juan 3:12). De modo que “principio” puede referirse a la creación del universo, o bien, al principio de la creación humana en la tierra. Si comparamos 1 Juan 3:8 con Juan 8:44, llegaríamos a concluir que “principio” se refiere a la creación humana: Adán y Eva, y cuando éstos engendran a sus dos primeros hijosSi este es el caso, este personaje, como diablo, no tiene menos de 4 mil años de edad.

Es claro que el diablo es un personaje antiguo, de larga data, pues Juan escribe: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12:9). “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años”(Apocalipsis 20: 2).

 Lo Que Los Padres Apostólicos Creyeron del Diablo

Los Padres de la Iglesia se inclinaron decididamente por definir al Diablo como un ángel rebelde y caído. Entre los años 94 y 97 DC, Clemente I, obispo de Roma escribió su carta a la iglesia de Corinto, la cual estaba dividida en facciones. En ella Clemente anhelaba la unidad y la reconciliación, así como el perdón de sus pecados que habían cometido “a instancias del adversario”. Aquí se puede ver una primera mención de un diablo que incita a los creyentes y los divide (7).

Las cartas de Ignacio, obispo de Antioquia, martirizado en el 107 DC, son interesantes. Para él el Diablo era el “soberano de esta época”. Habló del conflicto entre los aeones antiguos y los nuevos, entre el reino de este mundo y el reino de Dios. Él sostuvo que el eón o época actual, es perverso; ha sido gobernado por la maldad desde la caída de la primera pareja en Edén. No obstante, la Encarnación ha arrebatado el poder de este antiguo eón, que será destruido finalmente por la parusía, o la segunda venida de Cristo. Jesucristo introducirá un nuevo eón, una nuera era donde habrá una renovación total del mundo y sus habitantes (8). También Ignacio sostuvo que existen huestes de ángeles. Algunos son malignos y siguen al Diablo. Creyó que Dios siempre limitaba el poder y la sabiduría de Satanás.

La “Epístola de Bernabé” escrita entre los años 117-119 DC, Bernabé hacía de la lucha entre dos senderos opuestos o de dos reinos. Sostenía que la actual era o mundo esperversa y que está bajo el control del Diablo. En cambio, sostenía que la parusía de Cristo acabará con el reino diabólico para dar paso al reino de Cristo donde imperará la justicia. Enseñó que los ángeles hicieron su elección, y algunos se fueron al mal y con el Diablo, y se convirtieron en ángeles de las tinieblas. Otro grupo más numeroso hizo su elección por Dios, los cuales son los ángeles de la luz. Bernabé sostenía que los ángeles de las tinieblas seducena los que andan en la luz para llevarlos a las tinieblas, y separarlos del reino futuro de Dios. Él enseñó que el Diablo obsesiona, y posesiona a los hombres para enajenarlos y trata de torcer las voluntades.

San Policarpo, obispo de Esmirna, martirizado cerca del año 156 DC, habló de múltiples planes que urde el Diablo contra los mártires, y el uso de torturas prolongadas para hacernos renegar de la fe. Decía que si bien el Diablo actuaba en nuestros corazones, también lo hace el Espíritu Santo. Policarpo decía que “quien tuerza las palabras de Cristo para acomodarlas a sus propios deseos y diga que no hay resurrección ni juicio es el primogénito de Satanás”. Policarpo creyó que se puede “pertenecer a Dios”, o sea, los creyentes; o “pertenecer al Diablo”, o sea, los herejes.

El Pastor de Hermas, escrito en 140 DC, y primer libro cristiano de interés pastoral; el cual tuvo valor de inspirado en la segunda mitad del siglo II, hace hincapié a la batalla entre los espíritus buenos y malos en el corazón humano. Hay dos caminos, uno recto y otro sinuoso; y dos ciudades, la ciudad del Señor y la ciudad de aquellos que se oponen.

El Diablo Según Justino Mártir

Justino fue el primer padre apologético, y un gran teólogo cristiano. Él fue el primero en tratar el asunto del mal en términos teológicos, y por tanto, ejerció una influencia enorme durante siglos. La “conciencia del elemento demoníaco en el universo fue central en la cosmovisión de Justino” (9).

Tanto para Justino y los cristianos del siglo II, Cristo y la iglesia habían entablado una batalla cósmica

Con el Diablo y sus huestes. Por cierto que Justino era un fiel creyente en los ángeles como criaturas espirituales. Justino creía que Dios designa una nación, área o persona a cada ángel para que rijan el mundo, y el deber de los ángeles es obedecer a Dios, de lo contrario pecan. Para Justino, los gigantes pecadores fueron ángeles de las naciones que faltaron a su deber. Justino no es claro sobre la naturaleza de su pecado, pero creía bastante en la teología de los gigantes lujuriosos. Justino aceptó la creencia apocalíptica de que gigantes engendraron hijos con mujeres humanas. Para él existen dos tipos al menos de espíritus malignos fuera del Diablo: Los ángeles caídos y los hijos que éstos engendraron. Pero en el siglo V desapareció esta creencia de Justino. También Justino equipara al Satanás del AT con la serpiente del Génesis. Creyó que Satanás es el tentador de Adán y Eva, el tentador de Jesús, la serpiente y el príncipe de los demonios. El poder de Jesús se contrapone al poder Satánico, cuya destrucción, para Justino, es una de las principales funciones de la obra de Cristo (Dial. 78, 116: El poder—dynamis— del Diablo contra el dynamis de Cristo).

Justino sostiene que el Diablo supo desde el comienzo de la pasión de Cristo que su condena era inevitable, aunque ha seguido luchando vanamente contra su fatal destino, tratando de destruir la obra salvadora de Cristo en la iglesia. Y lo que hace no tiene perdón porque el diablo no tiene la capacidad ni la voluntad para arrepentirse. También Justino cree que el Diablo tentó a Cristo, pero al no lograr corromperlo, se ha dirigido a obstaculizar su obra dividiendo a la comunidad cristiana y conduciendo a los cristianos al pecado. El Diablo, decía él, se vale de nuestras debilidades, de nuestras vidas irracionales, de nuestro apego a las cosas mundanas. El creyó que el Diablo se vale de muchos medios para socavar nuestro amor y fidelidad a Cristo. Provoca sueños y visiones para confundirnos y dominarnos. Los demonios nos hacen confundir las malas leyes con las buenas. También creyó que los demonios nos poseen, que causan enfermedades y la locura. Nos enseñan pecados y nos inducen a practicarlos (Dial. 105). También creía que el instrumento más terrible del Diablo es la persecución. Creía que las autoridades que juzgan y condenan a los cristianos están influenciados por los demonios.

La Serpiente Antigua

En el Génesis aparece la figura de la serpiente, el animal más astuto que existía en ese entonces cuando Dios creó a la primera pareja humana. Pero para ser justos, es verdad que las palabras ‘Satanás’ y ‘diablo’ no aparecen en este primer libro de la Biblia, aunque en el libro de Apocalipsis la serpiente viene a ser diablo y Satanás (Apocalipsis 12:9; 20:2). Pero, ¿sería esta afirmación una prueba definitiva de que no existe un ángel caído? No necesariamente. No obstante, los que niegan la existencia de un Satanás demoníaco y espiritual, sostienen que quien tentó a Eva no fue, ni un hombre, ni un ángel, sino un animal astuto llamado serpiente. Pero nos resulta muy extraño que la habilidad de hablar y razonar la pueda poseer algún animal que no está hecho a la imagen y semejanza de Dios. Una simple serpiente hablante y pensante nos resulta difícil de creer y aceptar, salvo que esté poseída, o sea una encarnación de un espíritu impuro.

De todos modos esta serpiente pudo hablar con Eva y tentarla para que desobedeciera a Dios. No sabemos si esta serpiente estuvo poseída por el demonio, o fue el demonio transformado en serpiente. Pero como dice Giovanni Papini“La primera apariencia que Satanás cobró en sus encarnaciones terrestres fue la de la serpiente.” Luego dice: “En una de sus visiones, Isaías vio dos serafines con seis alas, que estaban junto al Señor. Pero nosotros sabemos que la palabra saraf significa en hebreo “que quema” y también “serpiente”; y el mismo Isaías la emplea en el sentido de dragón. Es probable, pues, que el nombre de los Serafines—el orden más elevado de los ángeles—derive de saraf, que significa también serpiente”  (10). Lo interesante del caso es que finalmente la serpiente es sentenciada a arrastrarse sobre su vientre, y a comer polvo de la tierra (Génesis 3:14). Nada se dice que sería castigada con la mudez, lo cual resulta extraño, pues al principio la serpiente hablaba y hoy ninguna de ellas puede hablar. Pregunto: ¿Por qué no hablan las serpientes hoy si no se las condenó al mutismo? Esto me lleva a creer que la serpiente fue sólo un instrumento de Satanás, el cual, a través de ella, habló a Eva. El hecho que las serpientes se arrastren tiene como finalidad el recordarnos lo que ocurrió en Edén, y de cómo Dios humilló al tentador por haber hecho lo que hizo en contra de la raza humana.

El Príncipe de este Mundo

En Juan 16:2, Jesús se refiere a un personaje que lo llama: “El Príncipe de este mundo”(el cual) “ha sido ya juzgado”. Por cierto que nuestro Señor no estaba hablando de sí mismo, puesto que también él dijo: “…porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.” (Juan 14: 30). Además, Jesús dijo que “Mi reino no es de este mundo” ( Juan 18: 36). Entonces, es claro que él hablaba de alguien más, alguien que tiene autoridad en este cosmos, y en esta era maligna. Además, este personaje se caracteriza por haber sido ya juzgado. Este hecho indicaría que no es un humano, puesto que los humanos serán juzgados cuando Cristo regrese por segunda vez en persona a este mundo (2 Timoteo 4:1, Hechos 17:31).

La palabra griega para “Príncipe” en Juan 16:2 es “archon”, que significa literalmente ungobernante político. Como comenta Burton RusseellLa palabra griega “archon” significa jefe, dirigente, general o soberano. Quizá la mejor traducción sea el tradicional “príncipe”, del latín princeps, “cabeza principal”, “jefe” o “soberano”. Por el uso que hace del N.T del término “arconte de esta era” y por los demás escritos de Ignacio, puede verse con claridad que archön tou aiönou equivale a diabolos “el Diablo” y Satanás a “Satán(11). Esto quiere decir que Satanás controla los sistemas políticos de esta tierra. Hay un ejemplo de esto en el libro del profeta Daniel, quien recibió una visión profética la cual no pudo interpretar. Entonces Daniel oró a Dios con la esperanza que recibiría el significado de la misma. Daniel tuvo que orar 21 días y entonces se le apareció el ángel del Señor, quien le dice que fue enviado por Dios para revelarle el significado de la visión. El ángel le dijo a Daniel que él fue detenido u obstaculizado de una manera inusual por “El príncipe del reino de Persia” durante 21 días (Daniel 10: 13). En ese entonces el Reino Persa gobernaba el mundo, y era la potencia mundial de turno. Pero no fue un mero hombre que se interpuso al ángel de Dios, sino otra criatura capaz de enfrentarlo, un ángel caído, uno de los generales de Satán quien controlaba al príncipe de Persia. Este poderoso espíritu detrás del príncipe de Persia se interpuso al ángel de Dios por tres semanas, hasta que Dios mandó a Miguel, uno de sus ángeles principales, para vencer al demonio y permitir el paso del mensajero de Dios hacia Daniel.

No obstante, hay quienes niegan la existencia de demonios siendo “creyentes en Cristo”, los cuales dicen que quien se opuso al ángel del Señor fue un hombre con poder, el rey de Persia de turno (¿Ciro?). Pero: ¿Realmente sólo un arcángel pudo vencer a un hombre mortal? Resulta extraño. Además, resulta raro que un hombre pueda oponerse a un ángel de Dios (quien es más que un hombre) por 3 semanas y no poder vencerlo, salvo con el auxilio de Miguel, uno de los principales príncipes celestiales.

En Efesios 6: 12 Pablo confirmará nuestra posición doctrinal cuando dice: “Porque no tenemos lucha contra carne y sangre (humanos), sino contra principados, contra potestades, contra los gobernantes de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.

Aquí hay una clara distinción entre los poderes humanos, y los poderes maléficos (no humanos o espirituales) en las regiones celestes. Por tanto, quienes niegan a los espíritus angélicos caídos debieran explicarnos qué quiso decir Pablo con “huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Obviamente no pueden ser humanos en posiciones de poder y autoridad, pues Pablo comienza aclarando que contra los humanos no es nuestra batalla.

El Príncipe del Poder del Aire

Aquí tenemos otra descripción de Satanás como “El Príncipe del poder del Aire”(Efesios 2: 2). La palabra “aire” es la misma para referirse al aire que respiramos, el aire de nuestra atmósfera. Este texto tiene relación con Efesios 6:12 (“poder del aire”= “huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”). Aquí no se habla de “tendencias pervertidas en el corazón de los hombres” o de “inclinaciones pecaminosas humanas”, sino de un espíritu (“el Príncipe del poder del aire” o “El Príncipe de la atmósfera”) que opera o actúa en los hijos desobedientes.

La interpretación que se da al aire o atmósfera puede ser tanto literal y simbólica. Literal, porque el Diablo y sus demonios saturan nuestra atmósfera con su maléfica influencia. Él está dando vueltas por la tierra, de arriba abajo, para hacer maldades y provocar el caos. El sentido de su presencia se deja sentir hasta en el aire que respiramos. Todo está contaminado y saturado de maldad. En la atmósfera terrestre el Diablo se mueve con sus demonios. Están muy cerca de nosotros de lo que podemos imaginar, su accionar se hace patente en las extrañas manifestaciones en el aire (ovni, levitaciones, apariciones en el cielo, espíritus fantasmales, luces extrañas, poltergeist, voces celestiales, ángeles de luz, etc). Sí, el Diablo está metido en nuestro mundo, y él es el poder tras el trono de los gobiernos del mundo. El Diablo ha contaminado el mundo con sus filosofías diabólicas, con sus ideales mundanos y vanos, etc. Si, “Nuestra atmósfera está enrarecida con su influencia ponzoñosa”. Estamos respirando “aire de esclavitud y de maldad”.

Sin duda Pablo está hablando de un poder que está fuera de uno pero que de alguna manera influye en el sentir interior de los hombres, penetrando en sus pensamientos, actitudes, valores, aspiraciones, etc. De modo que podemos decir que el Diablo es supramundano, pero mundano en su accionar.

El dios de este Siglo

Otro de los títulos para Satanás es: “el dios de este mundo” (II Corintios 4: 4). Según Pablo, un individuo con poder en este mundo ha logrado obscurecer las mentes de los hombres para que no crean en el evangelio de Jesucristo. ¿Quién puede ser este personaje endiosado que ha logrado engañar al mundo entero (1 Juan 5:19)?. Que sepamos, ningún hombre en la época de Jesús engañó al mundo con su maléfica influencia para oscurecer el evangelio de Cristo. Sólo el Diablo, el superángel caído, si lo ha logrado parcialmente, introduciendo falsas corrientes filosóficas y religiosas que han confundido a millones, como por ejemplo, el llamado “gnosticismo” del los primeros siglos de la Era Cristiana, y más adelante, la teoría de la Evolución, la moral relativa, etc (Colosenses 2: 8).

Satanás quiso ser Dios, y rebelarse contra Su Creador para recibir la adoración de los ángeles y hombres. Por eso Pablo lo llama como “el dios de este mundo malo”, lo que significa que él tiene seguidores y adoradores. Las religiones falsas son del Diablo, y los que se unen a esas religiones se unen al Diablo. Las doctrinas que allí se enseñan Pablo las denomina “doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4: 1).

Es interesante destacar que sólo hay un Dios verdadero, pero también hay un falsificador, un usurpador que funge como “dios”. Pablo no dice en su Primera Epístola a Timoteo que hay “dioses de este mundo” sino uno (en singular): “El dios de este mundo”. Esto indicaría que hay un solo dios perverso en este mundo impío quien es el responsable de todo el mal en la tierra. Si Pablo tenía en mente a los hombres con autoridad y tiranos cuando se refería al “dios del mundo”, entonces él hubiera hablado en plural, y no en singular. Él habló de UNsolo dios de este mundo o siglo malo y no más. Pablo no tenía en mente al César del Imperio Romano, ni a ningún otro tirano de la historia, sino a un ángel caído que tiene la astucia suficiente de engañar a todo el mundo con sus mentiras a fin de que los hombres no crean en el evangelio y se salven (Véase también Lucas 8: 11,12).

Vuestro Padre: El Diablo

El diablo es presentado en el Nuevo Testamento como un padre que tiene hijos que están sujetos a él y hacen lo que él dice. Cuando Jesús les dijo a los fariseos: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer…” (Juan 8: 44), lo que tenía en mente es el hecho que hay hombres que se convierten en hijos del diablo porque hacen la voluntad del Diablo. También Jesús afirma que el diablo ha sido“homicida desde el principio”. Sí, desde el principio de la creación del Génesis, el diablo indujo a Caín a matar a su hermano Abel. Ahora nótese que dos versículos más adelante (v.10) Juan dice: “En esto se manifiestan… los hijos del diablo: Todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios”. Es evidente que todos los que hacen cosas injustas son del Diablo, y están en contraposición con aquellos que son de Dios, los que hacen cosas justas. Los justos son hijos de Dios, y los injustos, hijos del Diablo. Dios es una Persona, y también el Diablo. Ambos tienen sus seguidores, y ambos son “Padres”. Los impíos obedecen y adoran al Diablo, en cambio los justos sirven y adoran a Dios.

En 1 Juan 3: 8 el apóstol dice: “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”. Aquí tenemos a un diablo que peca o que continúa pecando desde el principio, y que tiene influencia sobre los hombres para hacerlos pecar. Este es un diablo que vive sin envecejecer desde hace muchísimo tiempo, cuando muchos seres humanos longevos ya han muerto hace muchísimo tiempo, como por ejemplo, Matusalén.  Ahora, Juan no dice que el que peca es un diablo, sino más bien, es del diablo. Esto es muy interesante, pues indica que el pecador le pertenece a otra persona a la cual sirve y hasta adora, conciente o inconscientemente. Sin embargo, si una persona opta por no pecar para vivir como Dios manda, ésta le pertenece a Dios. Por eso Juan dice: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan  5: 19).

Como se puede ver, Juan habla que la mayoría de la gente es del diablo, y una minoría de ella es de Dios. Uno le puede pertenecer al diablo o bien a Dios. Todo depende de si practicamos el pecado o no. Si el diablo no existe, entonces el pecador en realidad no le pertenece a nadie, pues el diablo sería simplemente un sinónimo del mal, o unapersonificación del pecado como algo contrario al bien. Y también tendríamos que concluir que el hombre justo no le pertenecería a un buen Dios, pues Éste sería simplemente un sinónimo del bien, o una personificación de la justicia y de la rectitud.

El Diablo Incógnito

Barnhouse afirma que la estratagema más inteligente del Diablo es hacer creer que él no existe (‘La Guerra Invisible’). El Diablo busca que las hombres nieguen su existencia, y de ese modo hacerles creer que el principal enemigo de ellos es el hombre mismo. Esto sería peligroso de existir verdaderamente un ángel caído poderoso y sutil. Por su parte, el teólogoD. Zähringer bien ha dicho: “…el primero y mayor ardid del demonio consiste en negarse a si mismo. Donde su duda de su existencia o se niega ésta, se le ofrecen los mejores presupuestos para una acción eficaz.

 Sin duda, Satanás se esconde detrás de la música ‘Rock’ con sus mensajes subliminales que incitan al suicidio, al crimen, a la infidelidad, al satanismo, etc. También está detrás de las religiones falsas que endiosan al ser humano y niegan su necesidad de redención. También está detrás del arte, en especial de las pinturas, el cine, etc. En cuanto a las filosofías, éstas están saturadas de materialismo y ateísmo. Millones han sido seducidos por los “grandes intelectuales” de la ciencia, y de las corrientes filosóficas de este siglo. Pablo habló de filosofías demoníacas que engañan a los incautos. Y finalmente, el diablo se esconde detrás de las apariciones fantasmales y fenomenales ( en la forma de ángeles, vírgenes, extraterrestres, etc) trayendo mensajes supuestamente de Dios o de entidades superiores de otras dimensiones. Estas son sus palabras: “Pero el espíritu dice que en los postreros tiempos algunos apostarán de la fe, escuchando a espíritusengañadores y a doctrinas de demonios (1 Timoteo 4

Satanás el Diablo: ¿Personificación del mal?

Hay una corriente moderna de teólogos católicos y protestantes que niega la existencia de un diablo personal cósmico y espiritual. Tales exegetas bíblicos sostienen que la creencia en ángeles caídos o también llamados “demonios”, es un mito medieval y de origen pagano. Para el teólogo R. Bultmann, las figuras cósmicas como ángeles o demonios, no les compete una realidad, pues las considera unas figuras míticas. Para Bultmann el pecado es puramente un asunto del hombre. Cuando la Biblia, dice él, habla de “la esclavitud bajo el pecado” (Juan 8:34) quiere decir “esclavitud bajo el diablo” (1 Juan 3:8). Para él, el pecado y el diablo son sinónimos. Es decir, cuando uno peca, uno se convierte en diablo. El diablo para Bultmann es nuestro pecado, o nuestra desobediencia a Dios.

Para el teólogo católico Herbert Haag, el diablo es la personificación del mal. Él escribe:Satanás es la personificación del mal, del pecado. En todos los pasajes del Nuevo Testamento en los que aparece el nombre de Satanás o del diablo, podemos tranquilamente cambiar esos términos por ‘el pecado’ o por ‘el mal’… La misma función queda resuelta en el vocabulario de Juan con el término ‘mundo’ (Juan 15: 18i;  17: 14). El Nuevo Testamento utiliza, en fin, alternativamente y con el mismo significado los términos Satanás, diablo, mundo, pecado, mal.

Pero el razonamiento de Bultmann, de Haag, y de muchos de sus seguidores es peligroso, ya que de igual forma podríamos comparar, por ejemplo, Lucas 13:18 con Lucas 7:31, y llegaríamos a una conclusión erradísima por cierto. Veamos lo que nos dicen estos dos textos lucanos:

“Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes?”

                                                                                                                                        (Lucas 7:31)

Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé?”  (Lucas 13:18).

Entonces, si razonamos como lo hacen Bultmann y Haag, tendríamos que concluir que ‘el reino de Dios’, y ‘los hombres de esta generación’ son expresiones equivalentes. Pero: ¿Podría alguien creer que el reino de Dios esté compuesto por los hombres incrédulos de este mundo? Imposible!.

También podemos hacer ese mismo artificio con Santiago 4:7 y 1 Pedro 2:13. Veamos lo que dicen estos dos textos:

Santiago 4:7: “Someteos, pues, a Dios…”

1 Pedro 2:13: “Someteos… al rey como a superior.”

Al comparar estos dos textos: ¿Sería lógico concluir que “someterse a Dios” es equivalente a “someterse al rey de una institución humana”?¿Era el rey humano Herodes—Dios?¿Es Dios una “institución humana”? Imposible.

Comparemos ahora Romanos 16:16 con 1 Timoteo 3:15 para ver qué resulta:

“…las iglesias de Cristo os saludan” (Romanos 16:16).

“ .. la iglesia del Dios viviente” (1 Timoteo 3:15)

Si comparamos ambos pasajes llegaríamos a la conclusión de que Cristo es el Dios viviente. Pero esta conclusión contradeciría lo dicho por Jesús en Juan 17:3 en el sentido que sólo el Padre es el único Dios verdadero y vivo.

Por su parte, P. Schoonenberg  no nos habla de poderes personales, sino de poderes“personalizados” del pecado y de la muerte. Schoonenberg usa como sinónimos la“esclavitud del pecado” y “esclavitud del diablo” como lo planteó Bultmann.  De modo que hay una corriente de teólogos cristianos que niegan la existencia de poderes personales espirituales, los cuales, nunca fueron negados por la iglesia en los primeros tres siglos de la Era Cristiana. Incluso en el Edad Media se intensificó dicha creencia aunque mucho de ella fue distorsionada y mitificada con ideas paganas.

No obstante, la gran mayoría de creyentes católicos y protestantes cree en la existencia del diablo como una figura supramundana, cósmica, angélica, y maléfica. Entre los teólogos que son los grandes exponentes de un diablo personal están Karl Barth, Paul Althaus, Emil Brunner, Otto Weber, Hans Kung, D. Zähringer, Conrado Balducci, A. Winklhofer, J. Burton Brown, y muchos otros de renombre.

El problema de personalizar o personificar al diablo es que con igual criterio podemospersonificar la ‘justicia’ con el término ‘Dios’. Podríamos decir, por citar un ejemplo, que ser“siervos de Dios” (Santiago 1: 1) es lo mismo que decir “siervos de la justicia”(Romanos 6: 18).  Es decir, podríamos concluir que Dios es la personificación de lajusticia y no necesariamente una Persona Divina Todopoderosa y Eterna. No obstante, Haag, Schoonenberg, y Bultmann se escandalizarían con esta lógica conclusión, pues ellos jamás pretendieron negar la existencia de un Dios personal y Todopoderoso en sus escritos.

Por otro lado, los proponentes de la personificación del mal sostienen que pueden haber muchos ‘Satanases’, y muchos ‘diablos’ humanos. Por ejemplo, Herbert Haag recurre a 1 Samuel 29: 4 para demostrar que el rey filisteo Aquis, al querer llevar a la guerra al rey David, se convirtió en adversario (Satán) de él en la batalla. Para Haag, y no le restamos razón, todo individuo que se oponga a Dios es adversario (Satán) de él. Además, Haag recurre a 1 Reyes 11: 14, 23, 25 para demostrar que el mensajero de Jehová se convirtió enSatán cuando estorbó el paso a Balaam. Y también es cierto que en el Nuevo Testamento, tanto Judas Iscariote, como Simón Pedro, son llamados ‘diablo’ y ‘Satanás’ respectivamente (Ver Juan 6: 70 y Mateo 16: 23). El hecho de que hombres hayan fungido de ‘Satanes’ o de ‘diablos’ no quiere decir que no exista un diablo mayor y espiritual que actúa adversamente a los dictados de Dios, pues también hubo hombres santos que fungieron de ‘Dios’, comoMoisés (Éxodo 7: 1), los jueces de Israel (Juan 10: 34), e incluso Jesucristo (Juan 1: 1), y sin embargo, este hecho no anula la existencia de un Dios Todopoderoso, Espiritual, Justo y Eterno.

El teólogo y exegeta bíblico Settimio Cipriani dice de Herbert Haag, lo siguiente: “En conjunto, queda como un intento bastante infantil el realizado en los últimos tiempos por el profesor Herbert Haag, de la Universidad de Tubinga que intituló su libro muy significativamente ‘ABSCHIED VOM TEUFEL’ (‘DESPEDIDA DEL DIABLO’). Nunca se le podrá dar un adiós al diablo, aunque fuera cierta la hipótesis sugerida aquí por el autor, es decir, que Satanás sería la personificación del mal, que sería así dramatizado y corporalizado ante el hombre. He aquí, en efecto, cómo se expresa él como conclusión de sus quizás demasiado rápidas reflexiones exegéticas: ‘Para nosotros, pues, se trata no sólo de preguntarnos si la Sagrada Escritura utiliza la palabra Satanás, diablo, espíritus malos, sino más bien preguntarnos lo que ella quiere decir con esa terminología. El problema del diablo, sigue diciendo Cipriani, “no se resuelve ni simplemente negándolo, porque no encontraría lugar en las categorías científicas de nuestro tiempo, ni reduciéndolo de problema teológico a problema puramente filosófico, y más exactamente antropológico: es decir, la experiencia del mal que hacen los hombres y el porqué del mal en su corazón y en su vida, como efectivamente nos parece haya hecho el profesor Haag y después de él también otros eruditos.

Judas El Diablo

 En Juan 6: 70, 71, Jesús dice a sus discípulos: “¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce”. En esta cita reconocemos claramente que Judas se convirtió en un diablo (adversario) de Cristo. No obstante, Juan admite que otro diablo indujo a Judas a convertirse en un diablo. En Juan 13: 2 encontramos esta sorprendente afirmación con respecto a la caída de Judas: “Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase”. Si el Judas-diablo era una persona, entonces el otro diablo que sedujo a Judas a traicionar a Jesús tuvo que ser otra persona. Pero fue esa otra persona: ¿Humana o espiritual? No lo sabemos por el contexto, pero sí por otras citas bíblicas. En primer término, ¿quién podría ser el más interesado en deshacerse de Jesús? ¿Pilato?¿El sumo sacerdote Caifás? ¿U otro hombre en el poder citado en el Nuevo Testamento? No parece posible, ya que el mal proceder de Judas no se inició con el trato que realizó con las autoridades que odiaban a Jesús, sino en el momento en que él se propuso dirigirse hacia los detractores de Jesús.  Si aceptamos la persona del ángel caído Satanás, éste sería el más interesado en deshacerse de Jesús. Y la razón sería  la envidia y el odio que siente éste por Jesús porque finalmente tendrá el dominio del mundo en la Era venidera de justicia, y quien, además, lo derrocará, y lo destruirá en el “lago de fuego” junto con sus demonios. El ángel caído Satanás sabe muy bien sobre la sentencia de Dios registrada en Génesis 3:15, y está muy airado por ello y porque le queda poco tiempo en libertad y con vida (1 Pedro 5: 8). Desde Génesis hasta el Apocalipsis, el destino fatal de la persona del diablo y sus demonios está bien definido (aniquilación total de esos malos espíritus).

El Pedro Satanás

Tenemos el caso del Pedro “satánico” o el Pedro “diabólico” como se registra en Mateo 16: 23. Aquí Jesús mismo también se dirige a otro de sus discípulos con el duro adjetivo o nombre “Satanás”: “Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás; me eres tropiezo…”.  Es obvio que Pedro estaba obstaculizando el camino de la redención de Jesús. Sin querer se estaba convirtiendo en un adversario del Señor. Pero en Lucas 22:31 Jesús mismo habla que otro Satanás ha pedido “zarandear” a Pedro con sus pruebas duras. Dice el texto así: “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte…” Entonces es evidente que Cristo sabía que otro ser había pedido (probablemente a Dios mismo) por Pedro a fin de probarlo como lo había hecho probablemente mucho antes con Job.  Si Satanás fue el sumo sacerdote, ¿a quién le pidió permiso para zarandear a Pedro? El Nuevo Testamento no registra nada en se sentido, es decir, que el sumo sacerdote, o alguna otra autoridad no cristiana, haya pedido permiso a alguien para probar a Pedro con pruebas. Así como un ángel caído pidió a Dios por Pedro para probarlo duramente, a su vez Cristo pidió, rogando a Dios mismo, para que le de fuerzas y fe a Pedro para que pueda resistir en el día malo. Cristo Abogó por Pedro ante Su Padre como fiel Mediador y Defensor de su discípulo.

Un Singular Diablo

Si bien es cierto que los hombres pueden ser diablos como de hecho se señala en la Biblia, también es cierto que la Biblia habla de un singular y enigmático “Satanás el Diablo, la serpiente antigua”. Veamos algunos ejemplos:

1.-  “Fue…para ser tentado por el diablo.” (Mateo 4:1).

2.-  “Al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41).

3.-  “El enemigo que la sembró es el diablo” (Mateo 13:39).

4.-  “Vosotros sois de vuestro padre el diablo” (Juan 8:44).

5.-  “El diablo ya había puesto en el corazón de Judas” (Juan 13:2).

6.-  “Sanando a…los oprimidos por el diablo” (Hechos 10:38).

7.-  “Hijo del diablo, enemigo de toda justicia” (Hechos 13:10).

8.-  “Ni deis lugar al diablo” (Efesios 4:27).

9.-  “Estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:11).

10.-“No sea…caiga en la condenación del diablo” (1 Timoteo 3:6).

11.- “Escapen del lazo del diablo” (2 Timoteo 2:26).

12.- “Que tenía el imperio de la muerte…al diablo” (Hebreos 2:14).

13.- “Resistid al diablo y huirá de vosotros” (Santiago 4:7).

14.- “El diablo, como león rugiente” (1 Pedro 5:8).

15.- “El que practica el pecado es del diablo” (1 Juan 3:8).

16.- “El Arcángel Miguel contendía con el diablo” (Judas 9).

17.- “El diablo… fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:10).

Es interesante lo que se dice del diablo en Santiago 4:7 (“Resistid al diablo y huirá de vosotros”), pues este diablo no puede referirse a ningún hombre con o sin poder. Y hay dos motivos: Primero, porque resulta difícil creer que la comunidad cristiana pudiese vencer o hacer huir a alguna autoridad impía, como por ejemplo, a Nerón, Tiberio, Calígula, Herodes, etc, y a sus fuerzas, en el caso de que estos “diablos” los persiguiesen cruelmente. ¿Cómo podría hacer huir a un ejército romano poderoso aquella iglesia perseguida y sufriente que tenía que estar agazapada o escondida y sin contar con armas de ningún tipo? Segundo, Cristo manda a no resistir a los hombres impíos, es decir, a no atacarlos violentamente. Sus palabras son claras: “Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiere en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.” (Mateo 5:39). ¿Cómo entonces armonizar Mateo 5:39 con Santiago 4:7? Es sencillo. Jesús habla en Mateo 5:39 dehombres malos que nos persiguen y nos golpean, y a quienes podemos ver cara a cara. En cambio, Santiago está hablando de un diablo singular, espiritual y cósmico, al cual se le puede hacer huir sólo con la ayuda de nuestro Señor Jesucristo. La Biblia da sobrado testimonio de cómo los espíritus diabólicos temblaban al ver a Jesús. Hemos visto que en el nombre del Señor los demonios cósmicos huyen, literalmente hablando (Lucas 9:49; Hechos 4:12; Romanos 10:13; Mateo 7:22). De modo que podemos decir que el diablo de Santiago no es una persona humana sino cósmica y espiritual, sin lugar a dudas.

El otro pasaje que evidencia a un diablo no humano es Efesios 4:27 (“No deis lugar al diablo”). Sería  absurdo pensar que Pablo se estuviese refiriendo a alguna autoridad humana impía del momento con este nombre: “Diablo”, cuando los cristianos siempre eran acusados falsamente y “daban lugar” a ser perseguidos sin piedad durante los tres primeros siglos de la Era Cristiana. Los cristianos se oponían a la adoración del césar de turno y a participar de las prácticas mundanas. Esto era suficiente motivo para su persecución—Era inevitable! Por eso, parecería irónico que Pablo se estuviese refiriendo a aquellos impíos gobernantes como “el Diablo” en una época en que sin motivo alguno los creyentes eran perseguidos y asesinados sin piedad. Siempre había un motivo para perseguir a un cristiano en los primeros siglos del cristianismo. De modo que Pablo tuvo que referirse a otro tipo de diablo, a uno que está al asecho para atacar a los creyentes y en todas las épocas. Pablo no sólo escribió ese versículo para los cristianos de su época, sino para todos los cristianos, incluso para nosotros, que no sufrimos la persecución que sufrieron los creyentes de los primeros siglos. Hoy día no tenemos a un gobernante humano impío que nos persiga como un diablo feroz, pero no obstante, ese texto tiene plena vigencia para nosotros hoy. Y es que tenemos a un enemigo invisible, cósmico, espiritual, que nos asecha diariamente. Este ser es maléfico, astuto, pervertido, maquiavélico, invisible, poderoso, asesino, mentiroso, calumniador, etc. A éste ser le podemos dar cabida si bajamos la guardia. Es como una enfermedad que se desarrolla en nosotros cuando bajan las defensas de nuestros cuerpos. Por ejemplo, un hombre puede dar lugar al diablo si éste, siendo ex alcohólico, va con un bebedor a una cantina para conversar.  Uno puede dar lugar al diablo, si ve películas violentas, o pervertidas. Uno puede dar lugar al diablo si nos asociamos con gente viciosa. El enemigo cósmico aprovechará la ocasión para sugerirnos o impelernos a hacer cosas que nunca hubiésemos hecho en otras circunstancias.

El otro pasaje que nos lleva a pensar que hay un singular diablo que mueve los hilos de sus marionetas demoníacas es Mateo 25:41 (“Al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”). Si hay muchos diablos: ¿Por qué aquí se habla de un solo diablo que es arrojado al “fuego eterno” con sus ángeles?¿No deberían ser arrojados allí todos los diablos, y no tan sólo uno, con sus ángeles? Aquí hay un castigo extremo, capital, definitivo para alguien llamado “El diablo”. Pero sin duda aquí no se refiere a ningún humano, sino a algún ser extremadamente impío, maléfico, cruel, abominable, etc. Debe ser un líder, cabecilla, estratega, “el cerebro” de las acciones impías en la tierra y el cosmos. No es un Hitler, ni un Napoleón, ni un Calígula, ni un Herodes, ni un Atila, ni un Stalin, etc; aunque tiene rasgos de todos ellos en su ser. Definitivamente es alguien que merece estar en el “fuego eterno”, y con él, sus servidores angélicos y humanos.

Algunas Citas del N.T donde Aparece un Singular “Satanás

1.-  “Estuvo allí…días, y era tentado por Satanás” (Marcos 1:13).

2.-  “Viene Satanás, y quita la Palabra que se sembró” (Marcos 4:15).

3.-  “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lucas 10:18).

4.-  “Si…Satanás está dividida contra sí mismo” (Lucas 11:18).

5.-  “Esta hija…que Satanás había atado” (Lucas 13:16).

6.-  “Entró Satanás en Judas” (Lucas 22:3).

7.-  “Satanás os ha pedido para zarandearos” (Lucas 22:31).

8.-  “Por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses” (Hechos 5:3).

9.-  “Y de la potestad de Satanás a Dios” (Hechos 26:18).

10.-“El Dios de paz aplastará…a Satanás” (Romanos 16:20).

11.- “Sea entregado a Satanás para destrucción” (1 Corintios 5:5).

12.- “Juntaros en uno, para que no os tiente Satanás” (1 Corintios 7:5).

13.- “Que Satanás no gane ventaja alguna sobre vosotros” (2 Corintios 2:11).

14.- “El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz” (2 Corintios 11:14).

15.- “Un mensajero de Satanás que me abofetee” (2 Corintios 12:7).

16.-  “quisimos ir…pero Satanás nos estorbó” (1 Tesalonicenses 2: 18).

17.- “A quienes entregué a Satanás para que no aprendan a blasfemar” (1 Timoteo 1:20).

18.- “Algunos se han apartado en pos de Satanás” (1 Timoteo 5:15).

19.- “Sinagoga de Satanás” (Apocalipsis 2:9).

20.- “Donde está el trono de Satanás” (Apocalipsis 2:13).

21.- “No han conocido…las profundidades de Satanás” (Apocalipsis 2:24).

22.- “la serpiente…que se llama diablo y Satanás” ( Apocalipsis 12:9).

23.- “prendió al…Satanás, y lo ató por mil años” (Apocalipsis 20:2).

24.- “Los mil años se cumplan, Satanás será suelto” (Apocalipsis 20:7).

En los textos #11 y #17, enumerados arriba, Pablo dice que había entregado a Satanás a creyentes que habían blasfemado y fornicado. Pero: ¿Se estaba refiriendo Pablo a alguna autoridad civil o militar del imperio por el nombre de “Satanás”? Si la respuesta fuera afirmativa, ¿pensaremos, entonces, que Pablo estaba denunciando y entregando a sus hermanos en la fe por faltas morales que debían ellos— en privado— dilucidar? Imagínese, por un instante, qué insensato hubiese sido que Pablo hubiese entregado a las autoridades civiles anticristianas, a cristianos infieles. Este desatino de Pablo les hubiera dado más motivos a sus detractores para perseguir a los cristianos, acusándolos de inmorales, deshonestos, e impíos. Esto hubiese ido en contra de los mismos cristianos, y ellos mismos hubieran sido objeto de justificadas acusaciones y persecuciones feroces. Ahora bien, el contexto del texto # 11 parece indicar que aquel fornicario había sido disciplinado por Pablo y finalmente expulsado de la grey. Esto significaría que dicho pecador pasaría, del reino de la luz, al reino de las tinieblas, cuyo padre y dios es Satanás, el ángel caído (ver el verso 2). Lo mismo les ocurrió a Himeneo y Alejandro del texto # 17.

El Satanás del libro de Job

En el libro de Job encontramos la figura de Satanás que aparece como una persona enigmática, seductora, acusadora, y aun, celosa. Mucho se ha discutido sobre este Satanás que se acerca a Dios para cuestionar la fidelidad del fiel Job. Veamos lo que dice Job capítulo 1: “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales también vino Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y andar por ella. Y Jehová dijo a Satanás: ¿no has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: acaso teme Job a Dios de balde? ¿no le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.

Los que creen que este Satanás del libro de Job no es otro que un siervo humano de Dios que pone en tela de juicio la integridad de Job, se encuentran con ciertos problemas. Enprimer término, no es seguro que este Satanás sea un hijo de Dios necesariamente. Lo que dice el texto es que entre los hijos de Dios que vinieron a entrevistarse con Dios estaba también Satanás. Por ejemplo, yo puedo decir que en la reunión de los obreros de la empresa estaba también el abogado de la compañía. Esto no significa que el abogado sea otro obrero de la empresa, ¿no es verdad? Segundo punto, aquí tenemos a un Satanás velocísimo que se da el lujo de andar por toda la tierra en un tiempo en que ni siquiera se conocía la rueda. Los hombres de aquellos remotos tiempos de seguro demorarían una eternidad para poder recorrer toda la tierra de arriba para abajo, cruzando ríos, mares, desiertos, montañas;  soportando el calor, el frío, el cansancio, la falta de comida y agua; sorteando las fieras salvajes, las tribus paganas, etc, etc. Pero nuevamente aquí hay una persona llamada “Satanás” que no tenía problema alguno para movilizarse permanentemente por el planeta tierra unos tres mil años atrás, y probablemente tampoco lo tenga en estos días.

Por otro lado, este Satanás no parece ser un buen y fiel servidor del Señor, y pareciera que tampoco estaba en buenas relaciones con Él. En Job 2: 3 Dios dice algo contra Satanás que lo coloca como un ser despiadado y maligno: “…tú (Satanás) me incitaste contra él (Job) para que lo arruinara sin causa”. De aquí se desprende que este Satanás es alguien funesto, que incita a la adversidad y a la ruina de las personas sin motivo alguno. Este es un ser calumniador, envidioso, altanero, desafiante, mentiroso,  provocador, y acusador. Y esto es precisamente lo que dice la Biblia de Satanás, el gran señalador yacusador de los hombres. Dice Apocalipsis 12: 10: “…porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche”. Esto concuerda con la historia de Job perfectamente, y con la de Josué en Zacarías 3. No obstante, este arrojamiento se realizará cuando Cristo esté por reinar enel mundo por mil años, es decir, cuando vuelva por segunda vez.

Se dice que “delante de Jehová” no significa necesariamente estar presente frente a Dios en el cielo. Se sostiene que Josué y los ancianos de las tribus de Israel en Siquem, “se presentaron delante de Jehová” (Josué 24: 1). Aún después, Samuel  a su turno le dijo a Israel: “Preséntense ustedes delante del Señor…” (1 Samuel 10: 19): Igual se nos dice que María, la madre de Jesús, poco después del nacimiento de su hijo, vino al templo de Jerusalén “Para presentarlo al Señor…” (Lucas 2: 22-24). Todos estos ejemplos son usados por los no creyentes del diablo para sostener que hombres pueden presentarse ante Dios en la tierra, sin moverse de ella, o sin necesidad de “volar” al cielo. No obstante, en ninguno de estos casos, ni en otros que puedan existir, encontramos a un Satanás que mantiene un diálogo fluido y directo (sin necesidad de un mediador) con el mismo Dios Eterno. No hay nada en el contexto, ni en todo el libro de Job, que nos pueda sugerir que este Satanás hablaba con un ángel de Dios. En realidad todo parece indicar que Satanás hablaba con Dios mismo. Aquí hay un personaje osado, medio intrigante, celoso, y envidioso de la prosperidad de un hombre de la tierra.

Es verdad que Moisés, como un escogido de Dios, habló con Dios en muchas ocasiones. No obstante, sabemos que sus diálogos fueron con los ángeles de Dios que venían en su nombre. Por ejemplo, cuando habló con “Dios” en la zarza ardiente, en realidad está demostrado, por la misma Biblia, que Moisés habló con los mensajeros angélicos de Jehová que venían en su nombre. Además, jamás se le llamó con el nombre ‘Satanás’ a Moisés, ni siquiera cuando rompió las tablas de la ley. Por otro lado, la única ocasión que parece que Dios se dirigió a un hombre personalmente fue en el Paraíso, inmediatamente después de la desobediencia de Adán y Eva. Después el hombre necesitaría de un mediador para llegar al trono de la gracia, pues el pecado rompió la relación hombre-Dios.

A los israelitas, inclusive, no les era permitido entrar al “santísimo” (la morada de Dios), sino sólo al sumo sacerdote de Dios. Éste ofrecía sacrificios a Dios por los pecados del pueblo y podía ingresar al santísimo una vez al año (Hebreos 9: 25). Aun hoy Jesús es el único Mediador entre los hombres y Dios, ya que ninguno puede prescindir de Cristo como tal (Hebreos 9: 24). Nótese que este texto de Hebreos 9: 24 prueba que ningún hombre puedepresentarse directamente ante Dios, sino sólo el único Mediador, Jesucristo. Él sólo se presenta por nosotros ante el Dios y Padre celestial. Esta imposibilidad de estar “frente a Dios”, cara a cara, fue siempre así desde que el pecado reinó en el mundo. ¿Cómo, entonces, suponer que este Satanás era un hombre que se presentó ante Dios y que pudo mantener un diálogo fluido y directo con Él, cuando a nadie en la tierra se le ha permitido eso, salvo al Hijo de Dios y a los buenos espíritus angélicos?

Satanás en el libro de Zacarías

En el libro de Zacarías 3: 1-7 encontramos nuevamente la figura de Satanás. Dice el texto:“Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová aSatanás, Jehová te reprenda, oh Satanás…”.  Sobre este Satanás se ha especulado mucho, y hay quienes creen que era alguno de los principales samaritanos que se oponía a la construcción del templo. Pero si esa interpretación es verdad, ¿por qué no se dice claramente eso en el contexto?¿Por qué tanto misterio? ¿No hubiera sido mejor que se dijera claramente que un líder o líderes samaritanos se oponían como adversarios (Satanases) ante el sumo sacerdote? Pero aquí aparece un Satanás que no requiere mayor presentación, pues es harto conocido desde tiempos anteriores, desde la creación, en la historia de Job, en la vida de David, y ahora, en la de Josué.  Por tanto, decir que este Satanás de Zacarías simboliza a una secta llamada de los samaritanos, es forzar el sentido del texto. Definitivamente el contexto de Zacarías no nos dice nada de que los samaritanos eran, en su conjunto, el Satanás de Josué.

Jesús Confronta las Tentaciones de Satanás

En Mateo 4 tenemos el registro de la tentación Satánica contra Jesús, la cual se produjo mientras Jesús ayunaba por 40 días. Dice así el relato: “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo e Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está; No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca e ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.” (Mateo 4:1-11).

Mucho se ha discutido sobre este incidente de Jesús, de si es una historia literal o simbólica. Se ha dicho que ésta fue una tentación personal de Jesús, sin la verdadera intervención de un tentador cósmico o supramundano. Se ha dicho que esta tentación de Jesús provino de su mismo ser, de su propia inclinación humana al mal y al pecado. Se ha afirmado que él mismo sintió deseos de adelantar su reino mundial, tomando el control inmediato del mundo. Se ha sostenido que él sintió el deseo (se sintió tentado) de probarse a si mismo para comprobar si él era verdaderamente el Hijo de Dios, y si Dios era capaz de intervenir por él. Además, se sostiene que Jesús, por sí mismo, y por su sola voluntad, se fue a la santa ciudad y se paró en el pináculo del templo para probarse. Pero si esto es verdad: ¿Acaso no hubiera sido más fácil, y más directo, por parte de Mateo, que dijera que Cristo se sintió tentado para ser rey del reino de este mundo y hacerse el soberano de esta era, y que quiso, por un instante, tentar a Dios para ver si verdaderamente lo protegería, y así confirmar su filiación divina?¿por qué usar a una tercera persona (el diablo) para decir lo mismo en forma oculta? O, ¿Es que el diablo en verdad sí existe como un tentador personal y cósmico?

Si los malos deseos, o las perversas inclinaciones salen de nuestro interior o de nuestro “corazón”: ¿Por qué dice Mateo que el diablo vino— y no más bien— que el diablo salióde Jesús? Aquí hay un diablo cósmico, que no reside en uno, pero que puede eventualmente “entrar” en uno a través de las obsesiones (en la mente) y las posesiones ( en el cuerpo).

Notemos, además, que al ver Jesús los reinos de este mundo, el diablo no le dijo: “Todo esto es tuyo, sólo tienes que tomarlo”, sino más bien: “Todo esto te daré si postrado me adoras”. Aquí hay uno que ya tenía la posesión del mundo, y que se lo ofrece a Jesús. Pero la condición es que Jesús se rinda al amo y señor de los reinos de este mundo malo. Jesús no podía ser el amo del mundo malo sin condiciones. Él tenía que rendirse y adorar al diablo.

Nuestra Lucha no es Contra “Carne y Sangre

El apóstol Pablo fue claro al afirmar que nuestra lucha no es contra los adversarios o “satanases” de este mundo de carne y huesos, o los oponentes humanos de Jesucristo; sino contra los enemigos o adversarios espirituales que se mueven constantemente en los “lugares celestiales” (no en el “corazón” del hombre). En Efesios 6:12 leemos: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernantes de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales en las regiones celestes”. Notemos que Pablo dice que nuestra verdadera lucha no es contra los adversarios humanos que nos persiguen o nos quieren matar, sino más bien contra las huestes espirituales en las regiones celestes. Pablo sin duda creía en adversarios maléficos y espirituales de diferentes rangos en los lugares supramundanos o “atmosféricos”. Este pasaje contradice la hipótesis que Satanás y el diablo son dos palabras para personificar el mal. Los deseos malos no son espíritus, son inclinaciones torcidas del carácter que pueden conducirnos a la violación de las leyes divinas. Pero los malos espíritus pueden inducir a los malos deseos a través de sugestiones, obsesiones, posesiones, etc.

Por su parte, el apóstol Pedro coincide con Pablo, cuando al escribir su Primera Epístola, dice: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Aquí Pedro habla de un enemigo cósmico que da vueltas por la tierra buscando a quien devorar. Esto nos hace recordar al Satanás de Job, quien venía de la tierra, movilizándose alrededor de ella para luego acusar a Job. Aquí tampoco no hay evidencia contextual alguna de que se esté hablando de un diablo humano en el poder, es decir, de un perseguidor del Imperio Romano o de una autoridad Judía.  Además, los humanos nos pueden devorar en esta vida, pero no en la futura. Es decir, nos pueden matar el cuerpo, mas no el alma. En cambio, este diablo si tiene la facultad de devorarnos y destruirnos para siempre si caemos en sus garras. Por causa de ese maléfico espíritu cósmico podemos perder alma y cuerpo en el infierno (Véase Mateo 10:28).

Recordemos siempre que los enemigos que no podemos ver y tocar resultan más difíciles de combatir, pues operan sigilosamente y de sorpresa. No obstante, Jesús ha venido para desenmascarar al Diablo, revelando los estratagemas que éste, y sus demonios, usan contra nosotros (1 Juan 3)

Satanás es un gran imitador de Dios. Desde un comienzo quiso ser como Dios (Isaías 14: 13, 14; 2 Corintios 4: 4) y recibir así, la adoración del mundo entero (1 Juan 5: 19), y de los ángeles. Él reina en esta era maligna, y recibe el servicio de millones de hombres (Mateo 4: 8, 9; 1 Juan 5: 19). También él inspira sus “libros sagrados” de religiones falsas, yfilosofías contrarias a las de Dios. Durante el régimen diabólico de Hitler, Satanás usó a este líder nazista y racista en contra del pueblo de Dios, y le hizo creer que tendría un reino milenario. Por cierto que Satanás estaba detrás del trono y pretendió oprimir al mundo pormil años con su falso Mesías. Una burda imitación del reinado milenario de Cristo. Dios le prometió a Su Hijo el gobierno del mundo venidero (Daniel 7: 13, ,14), y así también lo hizo el diablo, ofreciéndole su mundo y sus reinos a Jesús en la tentación en el desierto (Mateo 4: 8, 9).

El Diablo también quiere tener su propia iglesia—la Iglesia de Satanás. Sí, hoy en día Satanás es adorado con sacrificios de animales y de humanos. Él tiene su propia Biblia, sus propios mandamientos, sus propios rituales, y sus propias recompensas. Sus mandamientos principales son el odio y las prácticas carnales (sexo, drogas, alcohol, asesinatos, brujería, idolatría, etc).

A Satanás le gusta hacer milagros maravillas (2 Tesalonicenses 2: 9), como manifestarse en la forma de un ángel de luz y de verdad (2 Corintios 4: 4). También puede hacer bajar fuego del cielo, imitando a lo que Dios hizo a favor y en presencia del profeta Elías (comparar 2  Reyes 1: 10, y Apocalipsis 13: 12, 13). Igualmente puedematerializarse como una virgen bendita, y hasta tomar la forma de Cristo. También es capaz de predecir con alguna precisión algo del futuro usando psíquicos y profetas, y hasta curar enfermedades con la imposición de manos por parte de “curanderos” y “médicos psíquicos”.

 Y finalmente, el diablo imita el advenimiento de Cristo enviando a un “inicuo” (el Anticristo final) para que engañe a los hombres con maravillas y portentos, aunque será destruido por la verdadera presencia de Jesucristo en gloria (2 Tesalonicenses 2: 9, 10).

El Pecador Consuetudinario es del Diablo

Satanás el diablo es presentado como un padre con hijos (Juan 8: 44), y además, si bien la Biblia habla de muchos “satanases” y muchos “diablos”, también es cierto que habla de unsingular diablo que es líder de la maldad, un dios, un mentiroso, tentador, seductor, astuto, devorador, maléfico, milagrero, zarandeador, instigador, revoltoso, ladrón, arrebatador, embaucador, estorbador, mentiroso, acusador, calumniador, asesino, intrigante, soberbio, odioso, enemigo, acechador, etc. Ahora bien, según las Escrituras, hay un singular personaje en la Biblia que tiene todas estas características en él, y se le llama Satanás el diablo.

Pues bien, este Satanás busca seguidores que se le parezcan a él y para ello él moldea un carácter perverso en las personas a través de sus mentiras. Mentiras filosóficas y valores torcidos son dos caminos que usa él. También pone en el corazón sentimientos bajos y ruines de maldad. Así, él logra cautivar a los hombres con su seductora influencia. Él explota la carnalidad humana. El pinta el alcohol como algo bueno, y también el tabaco. Él promueve el sexo desenfrenado a través de la pornografía. También el promueve la infidelidad conyugal a través de las novelas baratas que bombardean a la TV todos los días. En fin, los que caen bajo su influencia maléfica se convierten en sus esclavos, de allí que Juan tiene razón al decir: “El que practica el pecado es DEL Diablo…” (1 Juan 3: 8). Nótese que Juan no está diciendo que aquel que practica el pecado es diablo o un diablo. No! Lo que dice es otra cosa diferente. Él dice que el que practica el pecado le pertenece al diablo, al singular diablo que es el padre y dios de este mundo impío. Si el diablo es un sinónimo de la maldad o de la personificación de la maldad, o es el mismo pecador: ¿por qué Juan dice que un pecador puede pertenecer al diablo?

Por otro lado, como ya dijimos antes en “Vuestro Padre: El Diablo”, uno puede ser de la entidad diabólica espiritual, llamada ‘Satanás’,  o en caso contrario, de la Entidad Divina Espiritual llamada ‘Dios’.  Si el Satanás espiritual no existe, entonces tampoco existe Dios como un Ser Todopoderoso y Espiritual.  Si uno es diablo y Satanás cuando nos oponemos a Dios, entonces uno es Dios cuando practicamos la justicia y obramos con amor y verdad. Pero esta conclusión, ni es bíblica, ni es posible.

Aquí claramente se habla de pertenecer a alguien: A Satanás o a Dios. Ahora bien, hoy continúa la rivalidad del diablo por robarle seguidores a Dios y a Cristo. Por otro lado, Dios ha enviado a Cristo para arrebatarle al diablo pecadores cautivos bajo sus maléficas garras (Colosenses 1:13; Lucas 8:12, 2 Timoteo 2:26; Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8; Hechos 26:18; 1 Timoteo 5:15).

El Diablo en los Fenómenos Parasicológicos                                                                                                                                                                                                  

Según el profesor Charles Richet, los fenómenos paranormales (del griego para, al lado de, más allá, por encima de, y normal), son “fenómenos extraños, psicológicos o físicos, debidos a fuerzas que parecen inteligentes o a facultades desconocidas del espíritu”. Éstos se pueden dividir en dos grupos: los subjetivos o psicológicos y los objetivos o materiales. Los primeros comprenden, básicamente, la telepatía, llamada, en general, “transmisión de pensamiento”, y la metagnomía o “videncia”, que consiste en el conocimiento, al margen de la actividad sensorial o racional normales, tanto las cosas sensibles como los acontecimientos pasados o futuros.

Los segundos pueden agrupar en 3 categorías principales: La telecinesia, la psicocinesiay la ectoplasmia. La telecinesia (del griego tele, lejos, y kinesis, movimiento) designa, de una forma científica, el movimiento de objetos realizados sin que medie contacto alguno, así como la levitación del cuerpo humano. El fenómeno típico de la telecinesia es el de la mesa, llamada “giratoria”, movida a distancia.

Con la telecinesia se halla generalmente vinculada la psicocinesia (del griego psyché, alma, y kinesis, movimiento), que se puede definir como un influjo de la acción del pensamiento sobre sistemas físicos en evolución: por ejemplo, un lanzamiento de dados.

La ectoplasmia (del griego ektós, fuera, y plasma, formación) es, al parecer, la formación paranormal, la materialización, mediante el cuerpo de un médium, de órganos aislados, rostros, animales, y seres fantasmales de aspecto humano o humanoide.

Los movimientos de objetos sin contacto, o telecinesia, fueron observados mucho antes de la aparición del espiritismo y de la metapsíquica: el fenómeno era conocido en tiempos deTertuliano, o sea hace unos 18 siglos. Hay muchos registros de telecinesia interesantes como las de los religiosos católicos Teresa de Ávila, Bernardino Realino, Francisco Suárez, y José de Copertino. Las levitaciones de José de Copertino (1603-1663) se produjeron en Nardo, en Asís, en Osimo, en Fossombrone, en Nápoles, en Roma y en cierto número de conventos: La Grottela, el Sacro Convento, etc.

Sólo en la ciudad de Copertino hay registradas más de setenta éxtasis corporales de José. Y según la bula de canonización, “no hay santo que se compare a él”. Sus levitaciones consistían en levantamientos con movimientos de traslación. El Papa Urbano VIII fue una vez testigo del fenómeno.

Sus levitaciones eran tan frecuentes, que cuando sus hermanos de comunidad lo buscaban por el convento y no lo hallaban, el superior les decía, en son de broma: “Mirad hacia arriba, que ahí lo encontraréis.” El punto aparte es si esta fenomenología en José era de Dios o de los espíritus malignos. Recordemos que los médiumes espiritistas también levitaban por los aires y se podían trasladar en ese estado. Tenemos el caso del espiritista Mister Home, en Londres, (1868), en presencia de Lord Lindsay, de Lord Adare, y el capitán Wyrme.  Los testigos vieron cómo el médium, en levitación, entraba y salía por las ventanas del inmueble sito en el número 5 de Buckinghame Gate, en Ashley Place.

No podemos, pues, ignorar las fuerzas ocultas en este mundo malvado. Se ha sabido de niños analfabetos, que poseídos por entidades paranormales, empezaron a hablar en lenguas extrañas, como también hablaron pulcramente idiomas y lenguas conocidos (glosolalia) tales como el latín, el francés, el inglés, el alemán, etc. También se ha visto a personas levitar como los médiumes espiritistas, monjes, y aun fantasmas. También han levitado objetos como mesas, lámparas, libros, botellas, copas, etc, por manos invisibles. Los “espíritus chocarrones o traviesos (poltergeist)” en casas llamadas encantadas o embrujadas no es historia nueva. Se han reportados casas, hospitales, palacios, conventos, etc, embrujados, en donde se manifiestan fenómenos paranormales como es el caso de radios y televisores que se encienden solos, Luces que se prenden y apagan, manchas de sangre que aparecen en las paredes, voces extrañas lamentándose, objetos que vuelan y se estrellan en las paredes, golpes, agresiones físicas y psicológicas a personas que las habitan, cambios bruscos de temperatura dentro de un área de la casa sin motivo alguno, aparecidos sin cabeza, o sin pies, y así por el estilo. Y esto no es sólo de reciente data.

Se cuenta que Adrien de Montalembert, limosnero de Francisco I de Francia, anotó el caso sucedido en un convento, en 1528, donde no sólo se producían ruidos extraños, sino que los más diversos objetos eran arrojados violentamente sin mano visible alguna que los arrojara. También Cieza de León cuenta que, en 1594, cuando el cacique Pirza, en Popayán, Colombia, se convirtió al cristianismo, era molestado continuamente por piedras que caían de lo alto. No eran arrojadas por ningún ser humano, sino que caían verticalmente a tierra. Los que presenciaron la conversión del cacique contemplaron con gran asombro, cómo una copa de licor, colocada sobre una mesa, se levantaba en el aire, siendo vaciada, y vuelta a llenar al ser nuevamente dejada en el mueble. También los misioneros jesuitasen Conchinchina, en el siglo XVIII, observaron varios casos, sin encontrar explicación alguna.

Las personas poseídas suelen no sólo hablar en lenguas, sino también pueden predecir el futuro, y manifestar una fuerza descomunal pese a todos los intentos por detenerlo. También suelen odiar la religión cristiana, y el nombre de Jesús.  El exorcismo en el nombre de Jesucristo puede liberar a esas personas completamente de la posesión diabólica. Negar que existen estos extraños fenómenos es querer tapar el sol con un dedo. El sol seguirá pese a todo. Y como dice el Dr. D. Costa, S.P“Las posesiones han venido haciéndose más raras a medida que se extendía el reino de Jesucristo, pero nunca ha cesado por completo ni entre los cristianos”.                                                      

Conclusión

Mucho se ha discutido del diablo en todas las épocas o siglos. Hoy existe una corriente de teólogos, católicos y protestantes, que se ha propuesto negar la existencia personal y cósmica del diablo, aduciendo que es un mito de las religiones paganas. No obstante, existen muchísimos teólogos renombrados que sostienen la creencia tradicional cristiana de fuerzas cósmicas que están en contra de Dios y de sus criaturas a las cuales la Biblia llama demonios, espíritus impuros, etc.

En la Biblia encontramos a humanos que fueron diablos y Satanases, como por ejemplo: Judas, Pedro, y otros. No obstante, este hecho no niega la existencia de un Satanás y Diablo mayor; como tampoco se puede negar la existencia de un Dios Todopoderoso y Espiritual, por el simple hecho de que hombres como Moisés, Samuel, Sansón hayan fungido de dios en una determinada función.

El problema de negar la existencia de un cósmico Satanás maléfico, perverso, astuto y tentador, es que motivamos a que las gentes bajen la guardia contra su accionar asolapado y agazapado. Si decimos irresponsablemente que no existe el virus de la polio, millones de padres dejarían de vacunar a sus hijos, y entonces les estaríamos exponiendo a un gran peligro. La obra maestra del diablo es, sin duda, lograr que las personas no perciban su existencia, y que la nieguen por completo.

Definitivamente la Biblia presenta a un diablo singular que sabe que el evangelio de Cristo tiene poder para salvar a los hombres de sus pecados y también de apartarlos de su maléfica influencia y dominio férreo. Satanás el diablo es un personaje perverso e impío que conoce quién es Cristo y de quien es verdaderamente Hijo. Su oposición a Cristo no es de balde, él sabe que Cristo significa su ruina eterna, su destrucción total. En Lucas 8:12 Jesús— al explicar la parábola del sembrador—dice: “Y los del camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.  Aquí se nos presenta a un diablo o Satanás creyente, creyente en el poder del evangelio de Jesucristo, pero no se rinde a él. Es más, hace todo lo posible para que los hombres no vean la eficacia salvadora del evangelio de Cristo,  para que no se salven. Definitivamente este personaje no es un hombre incrédulo, pues el incrédulo no cree en el poder salvador del evangelio. Tiene que ser alguien que conoce quien es Cristo y del valor de su palabra. ¿Quien más que el ángel caído Satanás?

La parapsicología admite que hay fenómenos muy extraños y sobrenaturales en este mundo que no pueden ser simplemente explicados como fenómenos producidos por el mismo hombre. Hay, de hecho, fuerzas o poderes ocultos que son sutiles y peligrosos que el hombre no podría explicar sin la presencia o existencia de un diablo cósmico.

RETOMANDO EL EVANGELIO VERDADERO TAL COMO JESÚS LO ENSEÑÓ

Por Ing° Mario A Olcese

 

Un Evangelio Prístino

Hoy escuchamos por todos lados una infinidad de evangelios que en nada se parecen al evangelio que Cristo y sus apóstoles predicaron. Hoy escuchamos entre los Católicos Romanos el llamado “Evangelio social”, y entre los evangélicos, el llamado “evangelio de la prosperidad”. Ninguno de estos evangelios es el evangelio que Cristo predicó, y de hecho, no encontramos esas frases en ninguna parte de las Escrituras. Lo sorprendente del caso es que millones de así llamados “cristianos” han aceptado estos evangelios falsos para olvidarse del verdadero que es el Reino de Dios y la muerte, sepultura y resurrección al tercer día de Jesucristo. El Reino de Dios es poco o casi nada predicado en las iglesias, y lo más grave es que cuando uno le pregunta a un evangélico o a un católico de qué se trata el evangelio, uno recibe una variedad de respuestas que no se ajustan a lo enseñado  por Cristo. Estos “cristianos” parecen haberse olvidado de la advertencia Paulina a los Gálatas, y que dice: Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gál. 1:6-9). ¡Usted puede ser un anatema (maldito) si predica o enseña un evangelio que no es el genuino!

El Evangelio y el nuevo gobierno mundial divino de Justicia

Cuando nuestro Señor estuvo en nuestro planeta hace dos milenios, él se esmeró en dar a conocer el mensaje de Dios a su pueblo. En Lucas 4:43 él dijo: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios porque para esto he sido enviado”. Aquí Jesús no dijo que fue enviado para bendecir a todos los hombres en la presente edad maligna, sino a “introducirnos” en el reino de Dios (Col. 1:13), y a reclutar a los herederos de dicho reino venidero (Lucas 12:32). Jesús vino a formar su equipo de gobierno (su iglesia), y a escoger a los mejores candidatos, a los más preparados, probos, y dignos, para cargos de mayor responsabilidad dentro de su “gabinete” (Apocalipsis 2:27 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones; Apocalipsis 3:21; “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”;  Lucas 19:15-19: Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel,tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas.  Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. ).

Durante estos dos mil años de ausencia, él ha estado guiando e inspirando a los suyos a través de su espíritu para formar su equipo de gobierno (príncipes, ministros, viceministros, etc) a través de la labor esmerada de sus fieles pastores y maestros que él constituyó para el perfeccionamiento de Su iglesia (Efe. 4:11-13). La razón de ser de la venida de Cristo a nuestro mundo no fue sólo la de salvar a los hombres de la condenación debido al pecado, sino también para prometerles una participación activa en su nuevo gobierno mundial, que es su reino milenario venidero de justicia y paz, si resultaran fieles hasta el final (“Yo os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí” para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando (gobernando) a las doce tribus de Israel, Lucas 22:29,30).

Jesús y Satanás

El Señor Jesucristo, el futuro Rey Presidente Mundial, es la pesadilla más grande para Satanás. Satanás es el actual Presidente y Líder Mundial que viene rigiendo el presente mundo malo a través de cientos de gobiernos títeres. El Apóstol Pablo llama a Satanás “El dios de este mundo”. El es el verdadero gobernante de las naciones, el líder detrás de todas las naciones gentiles. Juan dijo que todo el mundo yace bajo el poder del maligno (1 Juan 5:19).

Recordemos que la primera cosa que intentó el diablo fue asesinar al bebé Jesús a través de un edicto del rey Herodes, y luego hacerlo caer bajo su influjo cuando estuvo andando en el desierto de Judea por 40 días. El diablo sabía que Cristo no sólo le arrebataría servidores sino que finalmente sería destituido o depuesto de su dominio mundial para que se pudiese restaurar en la tierra un nuevo reino o gobierno mundial presidido por el Mesías, Hijo de Dios. El diablo sabía que Cristo, como simiente de la mujer, pisaría su cabeza y lo destruiría, y por eso lo atacó desde el principio, arremetiendo fieramente contra Él, e intentándolo asesinar desde su infancia, y luego hacerlo caer con sus tentaciones durante todo su ministerio. En el desierto, el diablo le ofreció a Jesús su reino, y su dominio mundial, si sólo le rendía su adoración postrada (Mateo 4:8, 9: “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares) en un intento desesperado de evitar su futura deposición por Él. El quiso astutamente aliarse con su enemigo y hacerlo parte de su dominio maligno en la era presente. Pero Jesús, conocedor de las artimañas del diablo, lo rechazó sin demora. El destino fatal del diablo y de sus ángeles estaba ya determinado desde el mismo principio de su extraordinario ministerio. Nada podría cambiarlo.

 Jesús percibió cómo ciertos judíos, sin saberlo,  servían a Satanás, y por esto él los llamó ‘hijos del diablo’… ¿Por qué? Porque sencillamente estaban haciendo la voluntad de su padre y jefe (Juan 8:44). No obstante, para estos Judíos ciegos, Jesús era el que estaba endemoniado (v.48). ¡Así engaña el diablo! En distintas ocasiones, tanto Judas, como Pedro, fueron llamados “diablo” y “Satanás” respectivamente por Jesús cuando se dejaron influenciar por el enemigo por ciertos hechos o palabras malignas. El problema con los siervos de Satán es que no se dan cuenta de que están siendo manipulados por él para destruir o a atormentar a los hijos de Dios (2 Cor. 12:7). Se hace necesario, entonces, deponer al diablo de su trono maligno, y establecer un nuevo gobierno justo y perfecto a manos del Hijo de Dios (Rom. 16:20). Si no se depone al diablo, el trabajo de Cristo se verá constantemente obstaculizado con revueltas y conflictos. Por eso en Apocalipsis 20:1-4 se nos revela que el diablo y sus servidores angélicos serán lanzados y atados al abismo por mil años y entonces el gobierno revolucionario y renovador de Cristo se restaurará en la tierra. Los hijos de la luz reemplazarán a los hijos de las tinieblas, y la tierra disfrutará de una era nunca antes vista, donde los animales más feroces y hostiles entre sí vivirán en armonía.

Por fin llegará el día en que las revoluciones sociales, las guerras entre naciones, el terrorismo internacional, los desplazados, y los dictadores malignos, dejarán de existir. La constante lucha entre el bien y el mal habrá terminado finalmente, cuando el bien triunfe sobre el mal, y el diablo, la serpiente antigua, sea removido de nuestro planeta y “encarcelado” en el abismo. La enemistad (predicha en Génesis 3:15) que ha venido coexistiendo entre las dos simientes (la de la mujer y la de la serpiente), habrá finalmente terminado.

Vivir en el Cielo no es la Promesa de Cristo

El mensaje de Dios es el evangelio de la paz, del reino, o del gobierno divino venidero en la tierra en la persona de Jesucristo (Hechos 10:36). Un mensaje o “Buena Nueva” (= ‘evangelio’) que tiene que hacer con la política mundial. Nadie que enseñe otra cosa puede estar enseñando el evangelio original, y menos, aquellos que nos predican que esta tierra será destruida y que nosotros partiremos al cielo para vivir con “angelitos alados” tocando un arpa o una lira de oro al lado de los seres celestiales. Hay definitivamente un prejuicio enorme hacia un reino o gobierno teocrático en la tierra por mil años. Para algunos “cristianos” esta enseñanza es muy “Judía”, y para muchos sectarios, clasistas, y racistas, los Judíos no son sino un pueblo paria, maldito, y aborrecible, que perdió todos sus derechos de primogenitura. Hay ciertamente muchos hombres que no quieren que Cristo reine sobre ellos, ni ahora, ni nunca, y rechazan su señorío o autoridad. Éstos serán destruidos por Cristo cuando él regrese en gloria (Lucas 19:27: “Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí).

Jesús jamás enseñó que partiríamos al cielo para estar para siempre con él. Usted no encontrará a Jesús ofreciendo a sus seguidores el cielo como el paradero final de la carrera cristiana, sino “el reino de los cielos” lo cual es muy distinto. Desgraciadamente muchos todavía confunden la frase “reino de los cielos” con la locución “reino en los cielos”.

Yo lo reto a usted a que me presente tan solo un texto donde se nos prometa el cielo si somos fieles hasta el final de nuestra carrera cristiana. Sólo uno!

El Reino y San Agustín

La Iglesia Católica por siglos se ha encargado de desdeñar y estigmatizar a los judíos acusándolos de matar a Jesús. Los padres de la Iglesia, y en especial los que se dejaron influenciar por las ideas gnósticas de los primeros siglos de la Era Cristiana, adoptaron la creencia de la supervivencia del alma después de la muerte física (Platonismo-Gnosticismo) y la partida de ésta (el alma) al cielo en el momento de la muerte. Así, el reino milenario “Judío” en la nueva tierra se esfumó y se hizo innecesario, siendo este reino espiritualizado o alegorizado por pura conveniencia de la iglesia Universal. Ahora el reino o gobierno literal de Cristo en la tierra prometida fue reemplazado por la noción Agustiniana de un “reino eclesiástico”. Es decir, para “San Agustín de Hipona” (Padre insigne del romanismo del siglo IV) el reino es la misma Iglesia organizada, la cual reina en la tierra sobre las naciones, ejerciendo su poder y autoridad bajo órdenes del Papado y de la curia romana. Convenientemente la Iglesia Universal se adueñó de las promesas muy judías para justificar su poder temporal, y dominar sobre todos los pueblos de la tierra. Ahora la Iglesia Universal era el reino hecho realidad en todo el mundo, al adjudicarse todas las promesas pertenecientes a la era venidera para la presente era, que es la era maligna, la era de Satanás. Para Agustín, y mil millones de Católicos en todo el mundo, el evangelio original de un reino teocrático Judío se convirtió prácticamente en una esperanza obsoleta, siendo este reino mesiánico futuro reemplazado por un reino que está ya “presente” en la tierra…¡y por espacio de casi dos milenios! Así, de un plumazo, el esperado reino restaurado teocrático Judío para la parusía ya no se hace necesario hoy, y más bien se ha convertido simplemente en una vana ilusión y una vana expectativa de los premilenaristas. El amilenialismo y postmilenialismo reemplazaron al premilenialismo apostólico y el pasaje de Apocalipsis 20 fue reinterpretado y hasta considerado irrelevante.

Si como sostenemos, la iglesia Universal realmente apostató de la fe en muchas de sus prácticas y doctrinas, entonces debemos tener cuidado con su doctrina del «reino eclesiástico», pues ésta muy bien puede ser una de sus más grandes apostasías ideadas por Satanás para desvirtuar el verdadero evangelio del reino tal como Jesús y sus apóstoles lo enseñaron.  Esto es serio, porque finalmente podría ser otra causa de perdición para millones de potenciales creyentes y a una infinidad de creyentes ya comprometidos. Jesús enseñó que aquellos que no quieren aceptarlo como Rey y Señor del reino milenario que se restaurará en su segunda venida, no podrán ser salvos. Usted puede decir que Cristo es “el Rey y Señor de su vida”, pero si usted no está dispuesto a aceptarlo a Él como el venidero Rey y Presidente de la nueva sociedad que Él personalmente restaurará en este mundo, y se le hace difícil creer que Él volverá a pisar nuestro mundo para gobernar en persona entre los hombres, entonces usted corre el riesgo de no ser incluido en su partido divino y en su gobierno que por espacio de casi 20 siglos él ha estado construyendo o edificando (Lucas 19:27).

Nuestra Misión, como Iglesia Mesiánica, es anunciar el Partido de Cristo, y convocar a más adherentes

Es evidente que Cristo vino a edificar su iglesia (sus partidarios de su nuevo gobierno mundial). Su misión principal en la tierra fue arrebatar seguidores al diablo y atraerlos a su nuevo partido milenario a fin de restaurar juntos el gobierno o reino de la justicia y paz verdaderos (Col. 1:13). Sus seguidores estaban muy conscientes de la misión de Cristo como el restaurador del gobierno o reino davídico, que le preguntaron poco antes de volver al Padre, lo siguiente: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6). Ellos sabían que Jesús era el Mesías y que restauraría el gobierno davídico en Jerusalén como Líder y Presidente de ese antiguo partido de Dios. Ahora, viendo ellos que Jesús “tardaba” en llevarlo a cabo, le preguntaron si Él lo inauguraría en sus tiempos. Ellos querían gobernar con él, y deseaban deponer el dominio satánico representado por el abusivo e impío Imperio Romano. Pero Jesús no los reprendió por semejante “extraña” pregunta como algunos han querido hacernos creer, como si ésta hubiera sido tonta y fuera de lugar. Al contrario, en el verso 7 Jesús les dice: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Es decir, Jesús no los reprende en ningún momento por su pregunta supuestamente absurda o tonta, sino que más bien la valida, diciéndoles que el tiempo para que se restaure dicho reino en Jerusalén sólo lo sabe Su Padre (v. 7).

Ahora noten ustedes que los discípulos tendrían primero que estar anunciando y dando testimonio de Jesús y de su reino hasta que él volviera a restaurarlo. Ellos tendrían que estar captando adeptos para su causa, y arrebatando a los pecadores de la garras del diablo (Col. 1:13, 2 Timoteo 2:25,26). Su primera venida había sido para anunciar la cercanía de su reino y establecer las condiciones para ingresar en él, como están enunciados en el Sermón del Monte (Mateo 5), y en Gálatas 5:16-26 por Pablo. Sin embargo, muchos cristianos creen que Cristo cumplió todo lo prometido en un periodo muy corto de tiempo, cuando se destruyó el templo Judío en el año 70 DC. Estos son los llamados preteristas extremos o totales, los partidarios de la Escatología Realizada. Estos creen que Cristo estableció su reino en el primer siglo, y que su venida, y la resurrección de los muertos ocurrieron en el año 70 DC. Sin embargo, estos exégetas se encuentran con grandes problemas para explicar ciertos eventos predichos en Mateo 24, como es el caso de la resurrección de los muertos, y la venida física y personal de Cristo a esta misma tierra. De allí que aparecen los llamados “preteristas parciales”, los más moderados en esta corriente escatológica, y que sostienen que la parusía y la resurrección descansan aún en el futuro. Pero los preteristas extremos nos quieren hacer creer que la parusía de Cristo ocurrió en el año 70 DC, cuando en realidad Jesús fue muy claro al detallar la forma de su regreso glorioso, la cual no encaja con la supuesta “parusía” de Cristo expuesta por ellos. Les recomiendo que lean mi artículo sobre “La Señal de la Venida de Cristo” que aparece en mi sitio web: www.elevangeliodelreino.org en el link “el Reino”.

Retomando el tema, Jesús les dijo a sus discípulos que a ellos no les correspondía saber los tiempos o las sazones para la restauración del reino de Dios. Además les dijo que mientras durará su ausencia, ellos debían dar testimonio de él, y de su futuro reino o gobierno mundial (Hechos 1:7; Mateo 24:14). Y así lo hicieron. Vemos a Pablo, por ejemplo, predicando el reino de Dios entre los gentiles. En Roma, él se la pasó dos años enteros preso en una casa rentada (“porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena, dijo él”, Hechos 28:20),  y recibía a todos los que le visitaban “a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas… Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.” (Hechos 28:23, 30,31).  Fíjense ustedes cómo Pablo hablaba desde la mañana hasta la tarde sobre Jesucristo y de su Reino o gobierno — “la esperanza de Israel”— a los que le visitaban. Era su tema central y la razón de ser de su ministerio. Sin embargo, los predicadores de hoy se la pasan predicando desde la mañana hasta la tarde el evangelio de la prosperidad, de la riqueza, de la bendición material y nada en absoluto sobre el Reino o gobierno de Cristo que él implantará en esta tierra decadente y moribunda. Simplemente son evangelios y evangelistas fraudulentos. A éstos no hay que recibirlos ni decirles «Bienvenidos». San Juan dice:“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras”. (2 Juan 9-11). ¡Usted no puede perder su tiempo escuchando a esos mensajeros del diablo!

Ahora observemos algo de lo ocurrido en Tesálonica, pues aquí vamos a descubrir qué predicaban los cristianos a los gentiles y a los judíos del lugar. Dice Hechos 17:1-7:

“Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo(es decir, el futuro Gobernante del partido o reino de Dios). Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas. Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá; a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. Tomen nota que los cristianos en Tesálonica eran considerados como revoltosos o como predicadores de un nuevo gobierno y de un nuevo rey como lo era César. Su mensaje tenía sabor político, y era una proclama de esperanza para las masas oprimidas por los gobernantes injustos e imperfectos. De modo que afirmar que el mensaje del reino de Dios es un mensaje que nada tiene que ver con la política, o con los gobiernos humanos, es una falacia. Los cristianos auténticos son pregoneros de un nuevo gobierno y de un nuevo Líder justo y poderoso, que cambiará realmente las estructuras decadentes de nuestra sociedad. Estamos llamados a formar el partido de Dios, con Cristo como el futuro Presidente del Maravilloso Gobierno Davídico Mesiánico Restaurado.

Debemos anunciar al mundo que hay un personaje ideal o idóneo para el cargo de Presidente del Mundo llamado Jesucristo. Tenemos que “trastornar” al mundo con este  personaje revolucionario, cuyo mensaje trae la esperanza de la justicia y de la paz permanentes a nuestro mundo, cuando los malvados e injustos reciban el justo pago por sus abusos cometidos contra los más desposeídos de esta tierra, y los pobres sean enriquecidos como príncipes en su reino o gobierno. En ese tiempo los creyentes serán realmente prósperos al lado del hombre más rico y poderoso que existirá… Jesús, el Cristo.

Necesitamos reavivar este mensaje apostólico del reino venidero de justicia, y no desviarnos con prédicas extrañas como: «recibe a Jesús en tu corazón»«Haz de Jesús el Señor y Rey de tu vida»,«Acéptalo a Jesús como tu salvador personal», y frases por el estilo. Me pregunto, ¿cómo puede alguno aceptar al Mesías si no entiende nada de lo que este Mesías hará en este mundo malo cuando él regrese,  y más bien les estamos enseñando doctrinas católicas?

¿CUÁL ES LA ESPERANZA QUE BRINDA VERDADERO CONSUELO, GOZO, PAZ, Y BENDICIÓN?

 

Un Examen Breve de Romanos 15

Por Ing. Mario A Olcese (Apologista)

Frecuentemente recibo e-mails de personas que me dicen que tal o cual pastor les han cambiado sus vidas y la de sus familias. Me dicen que Carlos Cash Luna, Benny Hinn, Pat Robertson, y otros les han transformado sus vidas y que ahora se sienten felices y en “sintonía” con el Señor. No obstante, me pregunto: ¿cuál es el mensaje que ellos oyeron y que cambió sus vidas? ¿Acaso será la vana promesa de que pueden ser prosperados hasta hacerse ricos en este mundo presente si siembran su “semilla” fielmente? ¿Acaso es la promesa de que si cumplen con ser fieles diezmadores para su iglesia y su pastor serán multiplicados sus ingresos personales y familiares? Tenemos que ser muy claros en esto, pues de lo contrario ese cambio o transformación “espiritual” durará muy poco, cuando se den cuenta finalmente de que todo sigue igual o peor en sus vidas, mientras que sus líderes se van enriqueciendo día a día a costa del sudor de los fieles.

Definiendo la Esperanza que da gozo

Pablo escribió: Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo” (Rom. 15:13). Aquí Pablo dice que el gozo viene por el creer para que podamos abundar en esperanza—¿pero creer en qué? Pues un poco antes, en el versículo 4, Pablo había escrito: “Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por la paciencia, y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Aquí Pablo recalca que la esperanza que produce gozo, paz, y consolación es aquella que viene por el creer en las cosas que fueron escritas para nuestra enseñanza. —¿Y qué cosas fueron escritas para nuestra enseñanza y consolación? La respuesta salta a la vista en los versículos 16,19,20,29 cuando Pablo lo resume en una frase: el evangelio. Estas son sus palabras: “Para ser ministro de Jesucristo á los Gentiles, ministrando (enseñando, entregando) el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los Gentiles sea agradable, santificada por el Espíritu Santo” de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, he llenado todo del evangelio de CristoDe esta manera me esforcé á predicar el evangelio…Y sé que cuando llegue á vosotros, llegaré con abundancia de labendición del evangelio de Cristo”. Así que el evangelio de Cristo, que es el evangelio de Dios el Padre, condensa todo lo que fue escrito para ser enseñado a Judíos y Griegos para que diera verdadera esperanza y bendición a los creyentes. Así que el verdadero evangelio brinda las bendiciones duraderas que uno esperaría de un Dios amoroso. No es extraño, entonces, que Pablo aconsejara a permanecer en la esperanza del evangelio, con estas palabras: “Si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído…” (Col. 1:23).

¿Pero de qué se trata ese evangelio de Cristo?

En primer término debo señalar lo dicho por Pablo sobre la misión central de Jesús en el verso 8, y que dice: “Digo, pues, que Cristo Jesús fue hecho ministro de la circuncisión por la verdad de Dios,para confirmar las promesas hechas á los padres”. Así que Cristo vino a ratificar las promesas hechas a los padres. Con esta introducción Pablo relaciona las cosas que fueron antes escritas para nuestra enseñanza con lo que Cristo vino a confirmar, es decir, las promesas que Dios hizo a los padres. Este es el evangelio de Cristo, y el evangelio de Pablo, y el evangelio cristiano para los gentiles también, para que ellos glorifiquen a Dios junto con los Judíos creyentes. Dicen los versos 9-11: Y para que los Gentiles glorifiquen á Dios por la misericordia; como está escrito: Por tanto yo te confesaré entre los Gentiles, Y cantaré á tu nombre. Y otra vez dice: Alegraos, Gentiles, con su pueblo. Y otra vez: Alabad al Señor todos los Gentiles, Y magnificadle, todos los pueblos”. Por eso no me sorprende que Pablo haya seguido el ejemplo de Jesús de predicar el reino de Dios,  que es la misma esperanza de la promesa hecha a los padres: “Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios á nuestros padres, soy llamado en juicio” (Hechos 26:6). O como él también lo dijera en Hechos 28:20: “porque por la esperanza de Israel estoy rodeado de esta cadena”.

¿Cuáles son las promesas hechas a los Padres y que compartimos por fe?

En Hechos 26:6 vimos que Pablo predicaba la esperanza de la promesa hecha a los padres, pero en Hechos 20:25 él había dicho que había estado predicando el reino de Dios: “Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro”.  Así que el Reino de Dios que predicó Pablo es la misma promesa hecha a los padres que lo llevó a juicio, y que Cristo vino primero a anunciar y a confirmar a sus paisanos, para que los que lloran puedan recibir consolación (Mateo 5:4).

El reino de Dios comprende las cosas que fueron escritas en las Escrituras para ser enseñadas y creídas por los potenciales creyentes a fin de que pudieran recibir verdaderamente consolación, esperanza, y gozo verdaderos y duraderos.

Recordemos que Dios hizo pactos con los padres, los cuales tenían que ver con una tierra (Génesis 12:3;13:15;15:18) y con un rey justo (Isaías 32:1) que restauraría todas las cosas a su estado original (Hechos 3:19-21). Esta era la esperanza de José de Arimatea, un fiel discípulo de Jesús (Marcos 15:43), y de los apóstoles del señor (Hechos 1:3,6,7).

Es evidente, entonces, que lo que da verdadera esperanza, gozo y bendición es la promesa del reino de Dios, la cual significará la felicidad de los pobres en espíritu, la consolación de los que lloran, la herencia de la tierra renovada para los mansos, la saciedad para los hambrientos y sedientos de justicia, la misericordia para los misericordiosos, la comunión con Dios para los limpios de corazón, la filiación divina para los pacificadores, y la bienaventuranza para los que son perseguidos por su fe (Mateo 5:3-11).

El Mensaje de esperanza y gozo es ignorado por los evangelistas famosos de hoy

Desafortunadamente el divino mensaje de esperanza y de gozo del reino de Dios es poco o casi nada predicado en las iglesias de hoy. De hecho, los evangelistas contemporáneos lo ignoran por completo, y lo que es peor, lo han sustituido por uno trucado, vano, y de dicha temporal y pasajera llamado: “El evangelio de la prosperidad”. Este evangelio es satánico, engañoso y efímero, que hace “feliz” a unos pocos, y desgraciados a la mayoría. Ahora bien, de hecho podemos decir que hay un evangelio de la prosperidad, pero no para hoy, sino para la era del reino, la Edad donde todos los fieles alcanzarán las bendiciones prometidas por el Señor según sus obras presentes. En la Parábola de la Diez Minas Jesús expone claramente esta verdad de la retribución venidera según las obras presentes (Lucas 19). Hoy estamos sembrando en este mundo para cosechar en la parusía del Señor Jesucristo, el Amo de esta tierra que aparecerá para tomarnos cuenta de lo que hemos producido para él durante su ausencia.

LOS SANTOS CATÓLICOS VERSUS LOS SANTOS DE LA BIBLIA

  

  Por Ing° Mario A Olcese

Una creencia Mal Fundada

La creencia generalizada que se tiene en el catolicismo sobre los santosde la iglesia es que éstos son beatos que el Papa canoniza o beatificadespués de muertos. Para ello el candidato para “santo” deberá reunir varios prerrequisitos, entre los cuales está el haber realizado milagrosu otros hechos sobrenaturales. En realidad, los candidatos para la santificación son escrupulosamente investigados o examinados por la curia romana, los cuales reportan sus resultados al Papa de turno para que éste los eleve a la categoría de santos. Muchas veces los candidatos, ya fallecidos todos, deben esperar años para ser consagrados como santos por el Papa de turno. Nunca se santifica a ningún católico vivo. Esto significa que los “santos católicos” son un pequeño grupo de católicos fallecidosuna minoría privilegiada— que gozan del honor y la honra de la feligresía en general, y que  son tenidos como intermediarios en las plegarias.

La Verdad Que Enseña la Biblia

La forma de beatificar a los santos del catolicismo no se encuentra en ninguna parte de la Biblia. En realidad, no encontraremos nunca en la Biblia a un Papa canonizando a algún santo o mártir difunto.  Contrario a la creencia católica de una minoría santa, la Bibliaenseña que los santos del Primer Siglo lo constituían la mayoría de los creyentes, por no decir todos. El uso de las palabras santo, santificar, santidad, y santificación, es muy común en el Nuevo Testamento. Los santos en NT se relaciona directamente con la feligresía en general: los bautizados y los consagrados a la causa de Cristo sin importar su género, edad, profesión, o clase social. Todos aquellos que eran miembros de la iglesia cristiana eran llamados «santos». No se les requería o exigía que hicieran milagros o cualquier otro acto sobrenatural como levitar, tener el don de la bilocación, o presentar estigmas en el cuerpo. Tampoco se les exigía vivir en monasterios o claustros en estricto voto de pobreza y celibato obligatorios. Estas exigencias católicas no pueden hallarse en ninguna parte de la Biblia, y en especial, en el Nuevo Testamento.

Santos Casados

En la Biblia encontramos que varios de los apóstoles eran casados y tenían una familia uhogar. San Pedro, por ejemplo, el supuesto primer Papa de Roma, era casado. La Biblia nos dice lo siguiente de San Pedro: “Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre” (Mateo 8:14). Y en 1 Corintios 9:5 San Pablo pregunta, como apóstol y siervo de Dios: “¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana como mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?”. Este Cefas era sin duda el apóstol Pedro (Juan 1:42) de quien se dice que tenía a su suegra enferma. Obviamente Cefas o San Pedro estaba casado con una hermana de la fe cristiana (una creyente fiel).

Referencias a Otros Santos en el Nuevo Testamento

Hemos visto que los santos apóstoles estaban casados con mujeres creyentes. Ahora veremos también que muchos de los demás creyentes, discípulos de los apóstoles, también eran santos en vida. Vamos a analizar una serie de pasajes interesantes que nos iluminarán sobre el asunto de la santidad cristiana:

En 2 Corintios 1:1 Leemos: “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todoslos santos que están en toda Acaya (no en el cielo)”. Nótese que Pablo saluda a la iglesia de Dios en Corinto, y a todos los santos que están en la ciudad de Acaya (no en el cielo). Aquí Pablo equipara a la iglesia de Dios de Corinto con los santos de Acaya. Para él, las expresiones ‘La Iglesia de Dios’ y ‘Los Santos’ significaban lo mismo. Además, es claro que aquellos santos no eran pocos y estaban todos con vida. También en el capítulo 2 y versos 5-11, vemos como Pablo y la iglesia perdonan a un santo que había sido un ofensor, lo cual indica que aquellos santos eran imperfectos, y algunos eran sujetos a reprensión, como lo había sido antes Pedro.

En Efesios 1:1, Pablo les dirige a los efesios el siguiente saludo: “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles que están en Efeso (no en el cielo). Aquí vemos nuevamente que los creyentes vivos de la iglesia de Efeso eransantos y fieles. Estos no eran santos difuntos que habían sido canonizados por San Pedro, el supuesto primer Papa Romano. Tampoco eran monjes o monjas de alguna orden religiosa. Estos eran simplemente hermanos convertidos a la fe cristiana, y seguramente los había de ambos géneros, casados y solteros. Tome nota en  especial del capítulo 5 y versos 21-33. Aquí verá a santos casados que debían mantener la santidad de su matrimonio, es decir,  el amor y la fidelidad con sus conjugues, así como Cristo amó a su iglesia (su esposa) y se entregó por ella. Aquí hay una clara referencia a santos cristianos casados y vivos.

En Filipenses 1:1, Pablo saluda a los creyentes de la ciudad de Filipos, así: “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos que están en Filipos (no en el cielo), con los obispos y diáconos”. Aquí igualmente Pablo se dirige a la hermandad en general como ‘a todos los santos’. Sin duda se refiere al rebaño de Dios, a los llamadoslaicos” del catolicismo. Pero nótese que aquí también todos los creyentes son llamadossantos en vida.

En Colosenses 1:1,2, Pablo se dirige a los hermanos de Colosas de esta manera: “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas (no en el cielo): Gracia y paz sean a vosotros, de nuestro Dios Padre y del Señor Jesucristo”. De igual manera, nótese que Pablo se dirige a los santos y fieles hermanos que están en Colosas, una ciudad Griega. Estos hermanos santos eran miembros de la iglesia (la feligresía) de esa ciudad. Entre estos santos había algunos que eran sirvientes y esclavos de amos no creyentes. A éstos santos Pablo les dice, entre otras cosas: Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales” (3:22). Nótese nuevamente que estos santos no pertenecían a ninguna orden religiosa, ni vivían en claustro alguno. Estos santos siervos trabajaban como sirvientes de hombres incrédulos, y de crédulos. ¡Estos eran domésticosque trabajaban para servir a sus amos terrenales! Algo así como una ama de llaves, o una empleada doméstica. También equivaldría a un obrero de una fábrica de este siglo. También esta carta está dirigida a los matrimonios creyentes (hogares santos), a las cuales el apóstol les dice: Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene al Señor.Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor” (3:18-20). Como se puede ver, la concepción de la santidad en el Nuevo Testamento dista mucho de asemejarse con la del catolicismo romano.

En Judas 1 leemos: “Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a losllamadossantificados en Dios Padre, y guardaos en Jesucristo”.  Esta carta de Judas es para alentar a los santos a “contender ardientemente por la fe” (v.3) y a”conservarse en el amor de Dios” (v.21). Les está escribiendo a creyentes santos para que no se dejen influenciar por los falsos maestros infiltrados dentro del rebaño de Dios. Sin duda, Judas estaba conciente del peligro que podían correr los santos de Dios con las falsas doctrinas que se introducía en el pueblo de Dios.

Ahora bien, notemos que Judas se dirige a “los llamados”, que son santificados en Dios Padre. Pues bien, estos santos fueron “llamados” por Dios, pero, ¿cómo? ¿Acaso éstos oyeron una voz celestial como Pablo la oyó una vez, personalmente y privadamente, en el camino a Damasco? No necesariamente así. El apóstol Pablo dice a los Tesalonicenses lo siguiente: “A lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 2:14). Nótese que los santos son llamados cuando oyen el mensaje del evangelio de Jesucristo y lo creen de todo corazón. Si usted oye el evangelio de Cristo, entonces usted está siendo llamado por Dios para ser un santo y así alcanzar la gloria de Jesucristo. El evangelio es capaz de transformara los hombres y hacerlos santos. San Pablo lo dice claramente con estas solemnes palabras:“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios parasalvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”(Romanos 1:16). Y Jesús les dice a los suyos: ”Ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado” (Juan 15:3). Vemos pues que la palabra de Cristo—su evangelio—es capaz de limpiar al pecador y hacerlo un santo. Trágicamente millones de católicos no comprenden esta verdad apostólica.

Sólo los Santos Podrán ver a Dios

La Biblia enseña muy claramente que sólo los santos podrán ver al Señor. En Hebreos 12:14 leemos: “Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Nótese que sin la santidad nadie verá al Señor—¡Ni uno sólo! Es decir, sin la santidad nadie será salvo. Lamentablemente la teología católica sobre el tema de la santidad sostiene que los santos son pocos en relación al total de sus feligreses. Esto se traduce indefectiblemente en que la gran mayoría de católicos, no santificados, no podrán ver a Dios o salvarse. Así de trágico es el asunto. Millones de católicos difuntos, que no han sido santificados por el Papado, estarán privados por la eternidad de ver a Dios. Esto significa que nuestros buenos amigos católicos devotos—ya fallecidos—que no “alcanzaron” la santidad, están descansando en cualquier  lugar—menos en el cielo— donde mora y reina Dios.

Ahora bien, la verdad del asunto es que sólo los santos se salvarán y podrán morar con el Señor para siempre. San Pablo es enfático al respecto cuando, al asociar la santidad, lasalvación, y la gloria dice: “Pero nosotros debemos de dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 2:13,14). Aquellos que se dicen cristianos, pero que no se creen santos, están perdidos, pues si no son santos, ¿qué son? La respuesta es sólo una: ¡Inmundos! Véase lo que dice San Pablo al respecto: “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación(=santidad)(1 Tesalonicenses 4:7). Nótese que San Pablo es tajante. Si uno no es santo entonces es inmundo. ¿Y qué dice la Biblia de los inmundos? Dice Pablo: “Porque sabéis esto, que ningún inmundo…tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios” (San Pablo, Efesios 5:5). El problema reside en que el catolicismo ha idealizado la santidad, y la ha convertido en un don inalcanzable prácticamente para la mayoría de los seres humanos. En otras palabras, se cree en el catolicismo que un santo es un ser puro, perfecto, impecable, devoto, mojigato, casto, célibe, curandero, milagrero, con estigmas en el cuerpo, orante, pobre, ermitaño, y cosas como éstas. Pero, ¿de dónde sacaron esta idea la gran mayoría de católicos? ¿Acaso nos olvidamos de San Pedro? Él fue el supuesto primer Papa Romano, quien desde su conversión fue un santo. ¿Mostró acaso él— y sus colegas—señales deestigmas, levitación, y bilocación? En la Biblia no encontramos semejantes extraordinarios reportes sobrenaturales antes mencionados, salvo los registrados en los evangelios, los cuales sí nos hablan de milagros de curaciones, resucitaciones, multiplicación de alimentos, dominio sobre las tempestades marítimas, caminatas sobre el mar, y exorcismos por parte de Cristo y sus apóstoles. Regresemos nuevamente a San Pedro: ¿no nos acordamos cómo Pedro titubeó y negó a su Maestro tres veces? (Juan 13:38) ¿Acaso no nos acordamos cómo Cristo le dijo a Pedro: “Apártate de mi Satanás?” (Marcos 8:33) ¿Acaso no nos acordamos cómo San Pablo tuvo que reprender a su colega San Pedro por pretender seguir judaizando y exigir a los judíos a que guarden la ley? (Gálatas 2:11-14). Pero a pesar de todos estos hechos, San Pedro siguió siendo un santo de Dios. Él no estuvo exento de errores. Se pudo pensar que en un momento Pedro renunciaría a su fe y que no regresaría al camino que había seguido con Jesús. Pero en Hechos de los Apóstoles encontramos a un Pedro valiente, transformado, y convencido de que Cristo era el Hijo de Dios, el Rey de Israel. Se le encuentra celebrando el primer concilio en Jerusalén, y haciendo una férrea apología de su Señor frente a muchos judíos incrédulos.

Y en cuanto al mismo apóstol Pablo, ¿acaso no dijo él que “lo bueno que debía hacer no lo hacía, y lo malo que no debía hacer eso hacía” (Romanos-7:15-25)? ¿Entendemos los conflictos de San Pablo, y sus fallas humanas como hombre imperfecto?¿Acaso dejó él de ser un santo de Dios porque era imperfecto? No obstante, y a pesar de sus errores, él mismo nos exige a imitarle para que también nosotros seamos unos santos y poder ganar la salvación (1 Corintios 11:1). Para Pablo, no puede haber salvación sin santidad, como ya lo hemos demostrado arriba.

La Iglesia de Cristo es por Naturaleza Santa

Hay quienes aún ignoran que la iglesia está compuesta por todos los creyentes bautizados, según se desprende de Hechos 2:38-42. Es, pues, totalmente falso que la iglesia esté compuesta sólo por el llamado “clero” del catolicismo romano (“los religiosos”). La mayoría de católicos no parece comprender que también los llamados “laicos son parte de la iglesia, pues para eso se bautizaron y participan de los sacramentos de su iglesia. Definitivamente todos los bautizados son miembros del cuerpo de Cristo, es decir, miembros de su iglesia. Ahora bien, se le manda a la iglesia en su conjunto a mantener su santidad con estas palabras: “…Cristo amó a su iglesia, y se entregó a si mismo por ella, parasantificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:25-27). Pues bien, si la iglesia está compuesta por todos los bautizados, y ella debe ser santa, entonces concluimos que todos los bautizados practicantes son santos. ¡Así de simple!

A los corintios Pablo les dice: “…porque el templo de Dios, el cual sois vosotros,santo es (1 Corintios 3:17).  Y a los colosenses Pablo les dice: “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él…” (Colosenses 1:21,22). Nótese el contraste entre los santos que hacen buenas obras, versus los impíos que hacen malas obras. Si un creyente en Cristo ha renovado su mente para sujetarse a la voluntad de Dios, se convierte automáticamente en un santo. Este creyente se ha santificado porque ha puesto su fe en Cristo, y ha hecho suyo su sacrificio expiatorio en la cruz, y se ha bautizado para el perdón de sus pecados. A los santos, Pedro les dice: “Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:14-16). Nótese que Pedrono está diciendo algo así como: “Aspiren a ser santos, para que yo los beatifique, y los nombre santos”. No! Lo que exhorta Pedro es que todos los creyentes sean santos, optando por vivir piamente para que sean verdaderos hijos obedientes de Dios.

Cada uno nos hacemos santos cuando no nos conformamos a los deseos que teníamos en nuestra ignorancia. Así de sencillo. Además, Pedro no dice que hagamos milagros, o que seamos célibes, monjes, ermitaños, pobres, o que tengamos estigmas en el cuerpo, o que levitemos para merecer la santificación. Tampoco Pedro dice que primero deberemos de morir para luego ser canonizados por él o por sus supuestos sucesores. Lo que él dice es que los creyentes deben vivir ahora en santidad como verdaderos hijos de Dios. Esta no es una opción cristiana, sino más bien, una obligación o exigencia para la salvación. Pedro quiere que el pueblo de Dios sea santo o apartado del mundo a fin de cumplir con la misión evangelizadora y salvadora. Se predica con el ejemplo, sin duda.

Los Santos deben ser Perfeccionados

Muchos creen que primero el creyente debe perfeccionarse para ser nombrado “santo” de la iglesia. ¡Nada más falso! El apóstol Pablo escribe algo muy interesante a los creyentes de Efeso. Estas son sus palabras: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de  la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11-13). Si uno escudriña bien estos tres versículos, se verá que los santos podían ser perfeccionados con la ayuda de los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros; o sea, por el mal llamado “clero”. Estosfeligreses, o los mal llamados “laicos” por el catolicismo, conformaban los santos aludidos por Pablo en esta epístola a los efesios. También en 2 Corintios 7:1 Pablo dice: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. Es claro que los santos estaban lejos de ser perfectos, pero que podían ser perfeccionados en la medida que se apartaran de la contaminación carnal y espiritual. Nótese que Pablo no dice que en la medida en que los santos hicieran milagros, levitaran, o estigmatizaran su cuerpo, se perfeccionarían. Por otro lado, en la Biblia no existe esa división extraña de “Clero” y “Laicos” del catolicismo. La verdad es que en las Escrituras (la Biblia) todos los creyentes bautizados conformaban lo que hoy se conoce como: El Clero(Griego Kleron) de la iglesia.

Conclusión

 La Iglesia cristiana bíblica, conformada por todos los creyentes bautizados, es santa en su esencia. Es decir, los creyentes bautizados son santos porque han sido santificados por Jesucristo, la Cabeza santa. Son santos porque han renunciado a la vana manera de vivir que heredaron de sus padres para seguir por un nuevo camino de rectitud y verdad. No son hombres extraordinarios que han renunciado al matrimonio, a los negocios, o a los hijos, para vivir como ermitaños mojigatos. Son más bien hombres comunes y corrientes, con sus defectos y cualidades, que han decidido seguir los principios de Cristo y ponerlos en práctica. No existen otros requisitos o exigencias, como por ejemplo: hacer milagros o señales sobrenaturales, a saber: levitar o presentar estigmas en el cuerpo. Estos son más bien individuos casados o solteros: Agricultores, campesinos,  Empresarios, comerciantes, obreros, sirvientes, amas de casa, estudiantes de colegios y universidades, etc, que viven en función de Cristo, y para Cristo.

Pretender hacer de los santos unos individuos medio angélicos o sobrenaturales, además de puritanos y mojigatos, es torcer el verdadero concepto de la santidad bíblica. Lo que queda claro, según el Nuevo Testamento, es que sin la santidad nadie verá a Dios; es decir, nadie se salvará (ver Hebreos 12:14). El prerrequisito para vivir con Dios es la santidad de vida hoy. Pero como el catolicismo ha limitado la santidad a tan sólo una minoría insignificante de su feligresía, ello significaría que irremediablemente la gran mayoría de católicos, que no han “alcanzado” la santidad y la beatificación, estarán condenados a nunca ver a Dios por toda una eternidad. Y si no verán a Dios—¿a quién verán?