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¡Jesús y los apóstoles predicaron el “evangelio”! ¿Pero cuál es este? ¿Lo sabe usted? ¿Fue acaso el mismo Evangelio que Pablo les predicó a los gentiles? Y, de cualquier manera ¿qué significa la palabra “evangelio”? ¡He aquí las respuestas desde su Biblia!
Cristo ordenó: “Arrepentíos, y creed el evangelio” (Mar. 1:15). ¿Pero qué es exactamente lo que nosotros — USTED — estamos supuestos a creer? Simplemente ¿qué es el verdadero evangelio? ¿Lo sabe usted? ¿Está usted seguro? Tenga cuidado al asumir. Por ejemplo, ¿enseñó Cristo el mismo evangelio que Pablo les predicó a los gentiles? Y, de cualquier manera, ¿qué significa la palabra “evangelio”?
¡La vasta mayoría de quienes se profesan cristianos no conocen las respuestas vitales — e importantísimas — a estas muy básicas preguntas, y a muchas otras relacionadas con el verdadero evangelio de la Biblia! ¡Esto es porque el conocimiento de lo que el evangelio realmente es le ha sido escondido al mundo por siglos!
Cristo, a Su Primera Venida, vino como un presentador de noticias del primer siglo, trayendo por adelantado buenas nuevas de asombrosos eventos por ocurrir más allá del horizonte, y todas las malas noticias que están ocurriendo a lo largo del mundo de hoy. Estas climáticas noticias le involucran a usted — ¡y eventualmente a cada ser humano sobre la tierra!
¡Seis nuevos libros acerca de religión son publicados cada día en América! ¡Y hay más de dos mil religiones diferentes en América! Sin embargo, nunca ha habido más confusión y desacuerdo acerca de las respuestas a los problemas de la humanidad. Los problemas, las aflicciones, los males y las dificultades humanas de toda índole se están multiplicando. La paz mundial es más difícil de encontrar que nunca antes. ¿Por qué?
¿Por qué hay tanto conocimiento disponible, y a la vez tanta ignorancia acerca de la verdad de las respuestas a las GRANDES preguntas de la vida?
¡Todo esto tiene todo que ver con el evangelio!
Apocalipsis 12:9 revela: “Satanás…engaña a todo el mundo” ¡Qué declaración más asombrosa! ¿La cree usted? ¡Si este versículo es cierto, entonces seguramente se aplicaría a la verdad de un tema tan crucial como lo es el significado y el correcto entendimiento del evangelio!
Muchos falsos evangelios
Casi todos creen que el evangelio es acerca de la persona de Jesucristo. Ciertamente, Cristo juega un papel extremadamente importante y central en la cristiandad, pero Él no es el evangelio. La Biblia muestra que Jesús es predicado junto con el evangelio. Una vez más, Su papel es enorme. Pero Él NO es el evangelio.
Algunos proclaman un “evangelio de la salvación” y otros un “evangelio de gracia”. Aún otros piensan del “evangelio de comidas” o de “sanación” o de “fe”. Y hay algunos quienes simplemente piensan en la “música espiritual” cuando oyen esta palabra. ¡Todas estas ideas creadas por el hombre ignoran la verdad de la Biblia!
Note nuevamente el relato de Marcos: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios”. Este es el evangelio que Jesús predicó. Este fue el mismo contexto en el que Él dijo: “Arrepentíos, y creed en el evangelio”. ¿Qué evangelio?…el evangelio del “reino de Dios”.
El versículo 1 en Marcos se refiere a este mensaje cuando declara: “El principio del evangelio de Jesucristo”. El evangelio de Jesucristo era acerca del REINO DE DIOS — ¡y no de otra cosa! Uno debe creer ese evangelio — y no una falsificación o un sustituto humanamente ideado.
Fuerte advertencia de no pervertirlo
Este tema es tan importante, que Dios inspiró al apóstol Pablo a dar esta advertencia a los Gálatas de entonces y a nosotros ahora:
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare OTRO EVANGELIO DIFERENTE del que os hemos predicado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si algún hombre os predica diferente EVANGELIO del que habéis recibido, sea anatema” (Gal. 1:6-9).
¡Esta es una declaración muy directa — y una fuerte advertencia para todos los que la atiendan!
Un poco más tarde, Pablo enfatizó su esperanza de que la “verdad del evangelio permaneciese con vosotros” (2:5). ¡Así que hay un único evangelio verdadero — y todos los otros son falsos!
Aunque algunos afirman que Pablo enseñó un evangelio diferente o adicional, es claro que él jamás lo hizo. Irónicamente, Dios usó a Pablo para advertir en contra de permitir tales falsas enseñanzas, pronunciando una maldición sobre cualquier hombre, ángel o incluso algún apóstol — “Mas si aun nosotros [apóstoles]…os anunciamos otro evangelio diferente…sea anatema” (1:8) — quien viole esta orden.
¡Qué escritura — y ADVERTENCIA — más poderosa!
Pablo explicó que a los apóstoles les fue confiado por Dios preservar el verdadero evangelio. Note I Tesalonicenses 2:4: “Sino que según fuimos aprobados (los apóstoles) por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones”.
Esa es una responsabilidad que no se debe tomar a la ligera. Los verdaderos ministros siempre deben de enseñar lo que Dios ordena — no lo que agrade a los hombres (incluyendo a los “eruditos” de la Biblia). Así que cualquier reclamo de que Pablo enseñó un evangelio diferente o un segundo evangelio (casi siempre acerca de Cristo o de “paz”) es imposible. ¡Si Él hubiera hecho esto, él literalmente habría estado pronunciando una maldición sobre sí mismo!
Jesús fue profetizado a traer el Evangelio
En el Antiguo Testamento, Jesús fue profetizado a venir como un mensajero. Note Malaquías 3:1: “He aquí, Yo envío a Mi mensajero [Juan el Bautista], el cual preparará el camino delante de Mí (Cristo): y vendrá súbitamente el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros”.
Cristo era el “mensajero” del evangelio, no el mensaje en sí mismo. Y Su mensaje es, de hecho, la médula — la parte central — de toda la Biblia.
Ahora compare el pasaje en Malaquías con otro: “La ley y los profetas eran hasta Juan [solamente las escrituras en el Antiguo Testamento habían sido predicadas anteriormente]; desde entonces el REINO DE DIOS es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él” (Lucas 16:16). Recuerde que en Marcos, Cristo predicó el “reino de Dios” y lo llamó el evangelio.
Significado de “Evangelio”
La palabra “evangelio” es una palabra que significa buenas nuevas. La palabra reino es un antiguo término, el cual simplemente significa “gobierno”. Por tanto, es correcto decir que Cristo predicó “las buenas nuevas del gobierno de Dios”. Aprenderemos el quién, qué, dónde, cuándo, por qué, y cómo de estas buenas nuevas y cómo éstas se relacionan con las más grandes profecías de la Biblia.
El reino de Dios es el tema dominante no solamente del Nuevo Testamento, sino de la Biblia completa. No obstante, increíblemente, muchos saben poco o nada de éste. Los ministros del mundo se olvidan de este evangelio y jamás predican al respecto. ¡Por tanto, virtualmente todo el mundo está en completa ignorancia de la más grande verdad en la Palabra de Dios!
¿Cuántas veces mencionado?
La palabra evangelio es encontrada 101 veces en la Biblia. Algunas veces es encontrada sola y algunas otras le sigue la frase “del reino”. Otras veces incluye “del reino de Dios” o la frase equivalente “del reino de los cielos”.
Note que dice “de los cielos”, no “en el cielo”. Es el reino de los cielos y hay una gran diferencia entre las dos. Justo como el reino de Dios quiere decir Su reino — no el reino en Dios — lo mismo es cierto del reino de los cielos.
¡Comprenda este punto crucial!
A lo largo del Nuevo Testamento, la palabra “reino” es encontrada 27 veces, “reino de Dios” es encontrada 75 veces y “reino de los cielos” 34 veces. Todas son claramente una y lo mismo.
Lo que Pablo predicó
Pablo predicó el reino de Dios a los gentiles. No obstante, algunos creen que él predicó un evangelio “diferente” — una vez más, ignorando que fue Pablo quien pronunció una maldición sobre cualquiera que hiciera esto (Gal. 1:8-9). Sin embargo, aunque Pablo predicó el reino de Dios, note dos versículos en Hechos que muestran que él no desatendió el tema del rol de Cristo en el proceso de salvación.
Primero, Hechos 19:8 establece cuál evangelio predicó él: “Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios”. En muchas de sus epístolas, él les enseñó el reino a las congregaciones gentiles. Su mensaje fue siempre el mismo. Él continuamente predicó, enseñó y se refirió al reino de Dios.
Luego, Pablo declara en Hechos 20:25, 21: “…he pasado predicando el reino de Dios…arrepentimiento para con Dios, Y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”. Él predicó el mismo evangelio tanto a los judíos como a los gentiles.
Ahora note Hechos 28:30-31, “Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios Y enseñando acerca del Señor Jesucristo”.
¡Lucas, el autor de Hechos, diferencia entre predicar acerca del reino de Dios y predicar acerca de Jesucristo! ¡Aunque ambas partes son de vital importancia, claramente son dos temas separados!
En Hechos 8:12, el diácono Felipe también predicó acerca de estas dos mismas cosas: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios Y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres”. Vemos que Felipe no solamente predicó acerca del reino de Dios, sino que también lo diferenció de la enseñanza acerca de Cristo. Recuerde, el mensajero no es el mensaje
Note que estos en Samaria fueron bautizados solamente después de que “creyeron” en el mensaje correcto — y no en alguna idea humana al respecto. Además, el nombre de Cristo fue enseñado como un entendimiento importante, pero adicional.
Jesús no es el evangelio. Sin embargo, Él sí va directamente a la par del verdadero evangelio y gobernará toda la tierra cuando Él regrese y establezca Su reino. ¡No pierda esto de vista!
Finalmente, considere otro versículo donde Pablo mismo hizo una distinción entre el evangelio y la persona de Cristo. II Corintios 11:4 contiene esta poderosa advertencia: “Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado…u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis”. Pablo quería que los Corintios rechazaran a los falsos maestros y que sostuvieran lo que Él les había enseñado. El punto aquí es que Pablo distingue entre la enseñanza de un falso Jesús y la de un falso evangelio. Estas son — y siempre han sido — dos cosas separadas.
Algunos se confunden cuando leen I Corintios 15:1-4, y piensan que Pablo se contradice a sí mismo respecto a los otros pasajes que hemos visto al declarar que “el evangelio” (vs. 1) es “que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (vs. 3-4). Simplemente note que “el evangelio” al que se refiere el versículo 1 no está conectado con la muerte de Cristo por nuestros pecados y con Su sepultura en los versículos 3 y 4. Una lectura cuidadosa refleja esto. ¡Al ser correctamente comprendido, en vez de decir que Cristo es el evangelio, este pasaje confirma lo opuesto, y respalda Hechos 8:12, 20:21-25, 28:31 y II Corintios 11:4!
Puesto que Jesús predicó “arrepentíos y creed el evangelio”, ahora debería ser claro por qué. Su rol siempre debe ser predicado junto con el reino de Dios, porque uno no puede entrar al reino a menos que entienda y acepte que “Cristo murió por nuestros pecados” y que esa persona se haya arrepentido de sus pecados.
Pregúntese usted mismo: ¿Si Cristo ES el evangelio — es el reino de Dios — entonces por qué hablaron Pablo (cuatro veces) y Felipe acerca de esto como dos asuntos separados?
Todos los apóstoles predicaron este mismo evangelio
¿Qué evidencia hay de que otros autores del Nuevo Testamento predicaron este mismo mensaje? ¡Hay mucha evidencia!
El Apóstol Pedro también predicó acerca del reino de Dios: “Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (II Pedro. 1:11). Igual lo hizo el Apóstol Santiago: “Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?” (Santiago 2:5).
Todos los profetas de Dios predicaron el reino
Hechos 3:19-21 contiene una asombrosa declaración: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y Él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de Sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo”.
Note que Pedro se refiere a la Venida de Cristo (vs. 19) y “la presencia del Señor”. El versículo 20 declara que Dios “enviará a Jesucristo”. El versículo 21 describe al reino de Dios como la “restauración de todas las cosas”. Pedro declaró que esta “restauración” (Cristo estableciendo Su reino) es algo que “Dios ha hablado por la boca de Sus Santos Profetas desde tiempo antiguo”.
¡Esta es una declaración asombrosa! ¿Pero será verdad?
¿Podría Dios haber usado en realidad a todos Sus profetas para anunciar Su reino? Los eruditos de la Biblia y los religiosos ignoran este conocimiento — e incluso lo rechazan sin examinarlo.
Revisemos algunos ejemplos.
Los predicadores antediluvianos
El Apóstol Judas, hermano de Cristo, declaró: “Enoc [bisabuelo de Noé]…profetizó…diciendo, He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos” (vs. 14-15). Estos versículos claramente se refieren a Cristo viniendo a establecer un gobierno para regir al mundo.
II Pedro 2:5 se refiere a Noé como el octavo pregonero de justicia. Judas escribió que Enoc era el “séptimo desde Adán”. Estos hombres eran llamados “pregoneros de justicia”. Incluyendo a Abel, hubo otros seis hombres que anteriormente tuvieron este rol y sus vidas cubrieron todo el periodo entre Adán y el Diluvio.
Una revisión cuidadosa de Judas revela que Enoc predicó acerca del pecado y la justicia. Todos estos “predicadores” hablaron el mismo mensaje. Recuerde, Pedro dijo, “…desde que comenzó el mundo”.
Abraham, Moisés y Samuel
¿Fue predicado el evangelio durante el periodo de tiempo que siguió al diluvio?
En Génesis 12:3, Dios le dijo a Abraham, “…y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Se hace referencia a este versículo en Gálatas 3:8, pero es expresado de manera un poco diferente: “…en ti serán benditas todas las naciones”. Este mismo versículo declara que el evangelio había “sido dado de antemano a Abraham”. ¡Este es entendimiento fascinante! No solamente se le predicó el evangelio a Abraham (probablemente por Melquisedec), sino que también fue predicado en Génesis, ¡a través de los escritos de Moisés! ¿Como podrían ser bendecidas todas las naciones de la tierra, a no ser que Cristo establezca Su gobierno en la tierra?
Moisés fue el primer hombre al que Dios levantó para guiar a Israel. Aunque no fue un pregonero de justicia ni un apóstol, él fue un profeta y un juez, que le predicó el evangelio al antiguo Israel mientras éste estaba en el desierto. Génesis 12:3 registra el evangelio, tal como lo hace Números 24:17-19.
Hechos 3:22 también muestra que Moisés, en efecto, predicó el reino venidero cuando él profetizó que Dios levantaría a Jesucristo como un gran Profeta (Deut. 18:15) para predicarle a todo el mundo (Hechos. 3:20-23) a Su Regreso.
Ahora considere Hebreos 3:9 y 4:2. Estos versículos aclaran que Moisés le predicó el evangelio a la antigua Israel. “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos [la antigua Israel]” (4:2).
¡Estos versículos, junto con Hechos 3, muestran que esto incluyó el periodo hasta — y a lo largo de — Samuel!
Note cómo Hechos 3:24 hace referencia a Samuel como habiendo predicado el evangelio: “Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días”.
Estas son declaraciones claras y poderosas que no pueden ser pasadas por alto. Tómese un momento para reflexionar en lo que usted ha leído. Este versículo dice, “todos los profetas de Dios…cuantos han hablado…han anunciado estos días”.
David
David fue un rey. ¡No obstante, incluso él predicó el reino de Dios! En Salmos 67:4, él escribió: “…porque juzgarás [Eterno] los pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra”. Esta declaración obviamente se refiere al gobierno venidero de Dios. ¡Las naciones están sobre la tierra, no en el cielo!
Isaías y Jeremías
Isaías escribió, “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará Su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de Su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre Su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre” (9: 6-7).
¡Esta profecía es tan obvia que no necesita explicación!
Jeremías escribió: “He aquí que vienen días, dice el Eterno, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En Sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este es Su nombre con el cual le llamarán: ETERNO, JUSTICIA NUESTRA” (23:5-6, pero también lea los versículos 7-8).
Al igual que con Isaías, esos versículos no necesitan ninguna explicación. ¡El profeta Jeremías predicó directamente el evangelio!
Ezequiel y Daniel
Ezequiel escribió esto de los descendientes de Israel, quienes viven hoy: “Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras y os traeré a vuestro país” (36:24).
Los siguientes diez versículos describen un periodo de reconstrucción y prosperidad nacional que solamente puede ocurrir después del Regreso de Cristo. Tómese el tiempo para leerlos. Éstos son inconfundiblemente claros.
Y Daniel escribió: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre” (Dan. 2:44). ¿Predicó Daniel el reino de Dios? La Biblia responde: “Sí” — ¡repetidamente!
Todos los profetas menores
Con la posible excepción de Jonás (quien debió haber predicado el evangelio fuera de su libro), todos los Profetas Menores registraron el evangelio del reino de Dios de una forma o de otra.
¡Recuerde, el ver la frase “el evangelio del reino de Dios” no es la única forma adecuada de describir este gobierno venidero! Génesis 12:3 y Gálatas 3:8 ya demostraron esto.
Revise los siguientes versículos. En cada caso, usted encontrará que ellos se refieren, directa o indirectamente, al reino de Dios: Oseas 2:16, 19; 3:5; Joel 2:21-27; Amós 9:11-15; Abdías 21; Miqueas 4:1-3; Habacuc 2:14; Sofonías 3:14-20; Zacarías 14:1-3, 8-9; Malaquías 3:1-3.
Pedro estaba en lo correcto. “Dios ha hablado por boca de Sus santos profetas que han sido desde que comenzó el mundo…la restauración de todas las cosas” — y eso solamente puede ocurrir con la llegada del gobierno de Dios.
Es importante destacar un último punto de este versículo. Aquí dice, “Dios ha hablado por boca de…” El evangelio del reino de Dios es un mensaje de Dios. Debería estar claro que es Dios el que habla a través de cualquier clase de siervo al que Él esté usando — ¡profeta, patriarca, diácono, predicador de justicia, rey, apóstol o pastor!
¡Sus siervos siempre hablaron el mismo mensaje!
El relato de Mateo menciona tres veces el término “evangelio del reino”. Note: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mat. 9:35). En la mayor parte de Sus parábolas, Cristo enseñó acerca de los fundamentos del reino de Dios. Solamente Mateo hizo más de cincuenta referencias a esto.
Lucas registra que Jesucristo comisionó a Sus discípulos a predicar este mismo mensaje: “Habiendo reunido a Sus doce discípulos…Y los envió a predicar el reino de Dios” (Luc. 9:1-2). Poco después, Él envió a otros setenta a predicar y ellos también llevaron el mismo mensaje del “reino de Dios” (10:1, 9).
Estando frente a Poncio Pilato, la noche en la que Él fue traicionado, Cristo dio una importante clave para entender el reino: “Mi reino no es de este mundo [de esta sociedad presente]” (Juan 18:36). Vamos a descubrir, más adelante, los detalles de cómo el gobierno de Dios será establecido en la tierra.
¿Evangelio separado de Jesucristo?
Recuerde, una vez más, Marcos 1:1, “El principio del evangelio de Jesucristo”. ¿Qué es el “evangelio de Jesucristo?” ¿Es este un diferente — un segundo — evangelio? Con respecto a Pablo, podríamos preguntar, por otra parte ¿se le olvidó a él este evangelio?
“¡No!” Pero la mayoría de los predicadores modernos enseñan que el evangelio de Jesucristo es acerca de Jesucristo. Ellos dicen que Él es el reino de Dios — que el evangelio del reino se refiere exclusivamente a Él. ¡Pero eso no es lo que la Biblia dice! El evangelio de Cristo es Su evangelio — ¡Su mensaje acerca del reino de Dios!
Los mensajeros llevan mensajes. Recuerde, Cristo fue un Mensajero enviado de Dios con un anuncio. Su mensaje no era acerca de Sí mismo — ¡era acerca del reino de Dios! En Juan 12:49-50, Cristo dijo: “Porque Yo no he hablado por Mi propia cuenta; el Padre que Me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y Yo se que Su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que Yo hablo, lo hablo como el Padre Me lo ha dicho”.
Claramente, Cristo funcionó como un mensajero — un representante — un PORTAVOZ del venidero reino de Dios.
En Juan 14:24, Jesús dijo, “la palabra que habéis oído no es Mía, SINO DEL PADRE QUE ME ENVIÓ”. Cristo trajo el mensaje del Padre. ¡Esto debería estar claro por ahora! Recuerde que Él dijo: “La ley y los profetas eran [predicados] hasta Juan: desde entonces el reino de Dios es anunciado” (Lucas 16:16).
Eso es lo que esta Obra está haciendo hoy, y, a través de este folleto, el reino de Dios le está siendo predicado a usted.
¿Qué es el reino de Dios?
Mateo 6:33 declara: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia…” ¡Si usted ha de buscar algo como su primera meta y enfoque en la vida, debe saber exactamente qué es aquello que busca!
Este capítulo contiene lo que muchos llaman “El Padre Nuestro” (vs. 9-13). Cristo les instruyó a los cristianos a orar “en esta forma”, y luego añade la frase “Venga Tu reino”. El saber por qué está usted orando hará que sus oraciones sean mucho más significativas. (El propósito principal de este folleto es explicar el verdadero evangelio de la Biblia. Para entender el reino de Dios en mayor detalle, lea nuestro folleto gratuito ¿Qué es el REINO DE DIOS?)
Pero debemos preguntar, al menos brevemente: ¿qué es el reino de Dios? Nuevamente, la palabra reino simplemente significa “gobierno”. Por supuesto, usted no puede tener un gobierno sin una nación para gobernar. Por lo tanto, un reino es al menos una nación con un gobierno.
Hay cuatro componentes necesarios para cualquier reino: (1) tierra, propiedad o territorio — sea grande o pequeña. En otras palabras, uno debe tener una serie de límites específicos y definidos que establezcan el tamaño del reino, (2) un gobernante, rey, monarca o dirigente del gobierno, (3) personas o súbditos que vivan dentro de este territorio gobernado y (4) un sistema de leyes y reglas junto con una estructura básica de gobierno.
Ningún reino está completo sin todos estos elementos básicos.
¿Pero cómo se aplica esto al reino de Dios? ¿Ha de ser esto un lugar literal y físico sobre la tierra, con personas y leyes, presidido por un gobernante?
Muchos no entienden ni siquiera los elementos más básicos del reino de Dios. Algunos creen que el reino está en los corazones de los hombres. Otros creen que está dondequiera que usted encuentre una iglesia particular. Aún otros creen que es Jesucristo mismo. Algunos creen que está aquí ahora y otros creen que está por venir, pero no entienden cómo o cuándo va a ocurrir eso.
¡Qué confusión!
Uno debe nacer de nuevo para entrar en el reino
Pablo escribió que Jesús, después de Su resurrección, se convirtió en “el primogénito de entre los muertos” (Col. 1:18), y “para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Rom. 8:29). Cuando son conectados, estos dos versículos muestran que Cristo es el primogénito de entre los muertos, y que muchos otros le seguirán más adelante. ¿Pero cuándo — y convertidos en qué — nacerán estos otros?
En Juan 3:3, Cristo le dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto (esto significa verdaderamente) te digo, que el que no NACIERE DE NUEVO, no puede ver el reino de Dios”. En el versículo 6, Él continúa: “Lo que es nacido de la carne, carne ES; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu ES”.
Crea este claro versículo. ¡Uno debe convertirse en espíritu para ver el reino de Dios!
Pablo también escribió, “la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios” (I Cor. 15:50). Los siguientes dos versículos explican que la resurrección ocurrirá en la Séptima (última) Trompeta, cuando “los muertos serán levantados incorruptibles y nosotros seremos transformados”.
La resurrección de los muertos ocurrirá cuando Cristo regrese. No debe haber malos entendidos con respecto a este gran evento. Las personas que una vez fueron seres humanos carnales serán transformadas a espíritu — nacerán de nuevo — y entrarán en el reino de Dios.
Juan 4:24 declara que “Dios es Espíritu”. Bajo el Padre, Cristo dirigirá Su reino, el cual estará compuesto de seres espirituales resucitados. A Su Regreso, Cristo, como miembro de la Familia de Dios, tendrá muchos “hermanos y hermanas” menores, quienes habrán calificado para gobernar con Él en Su reino.
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Quem será o Todo-Poderoso em I João 5:20 
EL BLOG DEL APOLOGISTA CRISTIANO/ INGº. MARIO OLCESE SANGUINETI (LIMA/PERÚ) 
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