La Palabra Hebrea para Uno—-Echad

Por Anthony F. Buzzard (M.Th)

 

      Es falso decir que la palabra Hebrea echad (uno) en Deuteronomio 6:4 señala a una “unidad compuesta”. Una defensa reciente de la Trinidad argumenta que cuando “uno” modifica un sustantivo colectivo como “racimo” o “manada” entonces implica una pluralidad en echad. El argumento es falaz. El sentido de pluralidad se deriva del sustantivo colectivo (manada, etc), no de la palabra “uno”. Echad en Hebreo es un uno numérico. “Abraham era uno [echad]” (Eze. 33:24; “solo un hombre,” NIV). Isaías 51:2 también describe a Abraham como “uno” (echad; “solo,” KJV; “el único,” NJB), donde no hay posibilidad de equivocación acerca del significado de esta simple palabra. Echad aparece vertido como el numérico “uno”, “solo”, “único”, “entero, indivisible”, “uno solo” Su significado normal es “uno y no dos” (Ecl. 4:8). “Dios es un Señor” (Deut. 6.4, citado por Jesús en Mar. 12:29, NASV), obviamente por consiguiente una persona sola y distinta del “Señor Mesías” mencionado en el mismo pasaje (Mar. 12:36). El único Dios es identificado con el Padre en Malaquías 1.6 y 2:10 y es constantemente distinguido en el Nuevo Testamento de Jesús, el Hijo de Dios, quién es presentado como un individuo separado. En la Biblia Hebrea “el ungido del Señor” (literalmente “cristo”) es el Rey de Israel. Este agente del Señor Dios en ninguna ocasión es confundido con Dios.

 

     Sostener que “uno” realmente significa “unidad compuesta” es un ejemplo de un argumento sin prueba lógica. Robert Morey sostiene que echad no significa un absoluto uno sino un uno compuesto. Este argumento envuelve un error lingüístico fácilmente notorio. Echad aparece unas 960 veces en la Biblia Hebrea y en ningún caso la palabra acarrea un indicio de pluralidad. Ella significa estrictamente “uno y no dos o más”. Echad es un adjetivo numérico y es a veces hallado normalmente modificando un sustantivo colectivo.—una familia, una manada, un racimo. Pero deberíamos observar cuidadosamente que el sentido de pluralidad reside en el sustantivo compuesto y no en la palabra echad (uno).

 

Al principio en Génesis oímos decir que “los dos (Adán y Eva) serán una carne” (Gén. 2:24). La palabra “uno” aquí significa precisamente uno y no más (una carne y no dos “carnes”!). Un racimo de uvas es exactamente eso—uno y no dos racimos. Así cuando se dice que Dios es “un Señor” (Deut. 6:4; Mar. 12:29, NASV) El es un solo Señor y no más.

 

     Suponga que alguno dijera que la palabra “uno” significaba un “uno compuesto” en las palabras “un trípode”. Suponga que alguno pensara que la frase un Estados Unidos de América implicara que ese un es realmente plural en su significado. El razonamiento engañoso es obvio: La idea de pluralidad pertenece a las palabras Trípode y “Estados”, no a la palabra “un”. Es un subterfugio transferir a “un” la pluralidad que pertenece sólo al siguiente sustantivo. Esto sería similar a decir que “un” realmente significa “un ciento” cuando aparece en la combinación “un cienpiés”!.

 

     Nuestro punto puede ser confirmado en cualquier léxico de Hebreo bíblico. El léxico de Koehler y Baumgartner nos da el significado fundamental de echad, “uno solo.” Cuando los espías regresaron con evidencia de la fertilidad de la tierra prometida ellos trajeron “un (echad)  racimo de uvas” (Num. 13:23, NRSV). Echad es frecuentemente vertido “un solo,” o “solo uno.” Así cuando se trata del asunto del credo de Israel, el texto nos informa (como lo hacen los múltiples pronombres singulares para Dios) que El Señor supremo de Israel es “un único Señor”,” “un Señor solo”.     

 

      Ha sido necesario ridiculizar nuestro punto porque la reciente defensa de la Trinidad emite la afirmación asombrosa de que echad siempre implica una “unidad compuesta.” El autor luego construye su caso para un Dios multi-personal en lo que él cree es una fundación firme en la Biblia Hebrea. El hecho lingüístico es que echad nunca significa “uno compuesto,” sino estrictamente “solo uno.” El hecho de que “muchas aguas fueron juntadas en un (echad) lugar” (Gén. 1:9), no provee datos del todo para un sentido de un uno compuesto, y mucho menos para una pluralidad en la Deidad.

 

     Desde que el extraño argumento acerca de la así llamada “pluralidad” en la palabra “uno” está tan ampliamente extendido y que ha sido aparentemente aceptado sin crítica alguna, añadimos acá los comentarios de un profesor de teología Trinitario quien concede que el argumento popular de la palabra echad (uno) es tan frágil como el argumento de la palabra elohim. Ningún caso para un Dios multi-personal puede basarse sobre el hecho de que “uno” en Hebreo y español puede a veces modificar un término colectivo:                                          

                   

“Aún más débil (que el argumento de Elohim) es el argumento de que la palabra Hebrea para “uno” (echad) usado en el Shema (“Oye, Israel: El Señor nuestro Dios es un Señor) se refiere a un uno unificado, y no a un absoluto uno. Por consiguiente, algunos Trinitarios han argumentado, que el Antiguo Testamento tiene  un punto de vista de una Deidad unida (27). Es, por su puesto, cierto que el significado de la palabra puede en algunos contextos denotar una pluralidad unificada (e.g. Gén. 2:24, “y serán una sola carne”). Pero esto realmente no prueba nada. Un examen del uso del Antiguo Testamento revela que la palabra echad es tan capaz de varios significados como lo es nuestra palabra Española “uno”. El contexto debe determinar si se ha intentado decir una singularidad numérica o una unificada singularidad.

 

          Ha sido a veces argumentado que Dios hubiera sido descrito como yachid, i.e. “solitario, apartado, el solo uno,” si sólo hubiera una persona en la Deidad. El uso de echad (“uno solo”), sin embargo, es del todo suficiente para indicar que la Deidad consta de un solo Dios unipersonal. Yachid es raro en el Hebreo bíblico. Este acarrea en la Biblia el significado de “amado,” “único engendrado” o “solitario” y sería inapropiado como una descripción de la Deidad”. Hay otra palabra Hebrea bad, “solo, por uno mismo”, separado”. El cual de hecho describe al Único Dios. Deuteronomio 4:35 declara que “y no hay otro fuera de él”. La absoluta singularidad del único Dios es similarmente enfatizada cuando se dice de El: “Tú solo eres Jehová” (Neh. 9:6), “Sólo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra” (2 Reyes 19:15)., “Sólo tú eres Dios” (Sal.85:10). El único Dios de Israel es una sola persona, sin rival, y de una clase propia. El es Uno, con toda la simplicidad matemática implicada por esa palabra.

 

     Con estos hechos ante nosotros, sería difícil no simpatizar con el judío del primer siglo, teniendo el Antiguo Testamento como guía, por mantener con una decidida tenacidad la creencia en Un solo Dios conformado por una sola persona. Una investigación de las Escrituras Hebreas para hallar alguna señal de una dualidad o Trinidad de personas divinas activas en la creación probará ser infructuosa. Para proponer una Deidad de más de una persona nos requerirá arrojar a un costado las reglas del lenguaje y la gramática. Historiadores responsables, ambos seculares y religiosos, concuerdan que los Judíos de los tiempos de Jesús sostuvieron firmemente una fe en un Dios unipersonal. Es una de las más grandes ironías de la historia de que los teólogos Cristianos hayan negado a los Judíos el derecho de explicar el significado de Dios en sus propias Escrituras. Se requiere que la voz Judía en esta materia sea oída nuevamente:

          

El Antiguo Testamento es estrictamente monoteísta. Dios es un solo ser Personal. La idea de que la Trinidad debe encontrarse allí o aún de alguna manera escondida(29), es una asunción que por mucho tiempo a dominado en la teología, pero es totalmente carente de fundamento. Los Judíos, como un pueblo, se convirtieron bajo sus enseñanzas en duros oponentes de todas las tendencias politeístas hasta este día. En este punto no hay un ruptura entre las Escrituras del Antiguo Testamento y el Nuevo. La tradición monoteísta sigue persistiendo. Jesús fue un Judío, entrenado en las Escrituras del Antiguo Testamento por padres Judíos. Su enseñanza fue Judía hasta lo más profundo; verdaderamente un nuevo evangelio, pero no una nueva teología.

 

 

El Judaísmo no está como desprovisto de fórmulas dogmáticas como uno supone frecuentemente…el Judaísmo tiene sus propios credos y a artículos de fe. El Shema Israel (Deut. 6:4) no es sólo una fórmula litúrgica y un mandamiento; es también una confesión de fe, y es considerado como más importante que los credos Judíos históricos.

 

 

Como una confesión de fe, el Shema es la afirmación de la unidad y la singularidad de Dios. Constituye la más alta expresión del “monoteísmo Judío”: Adonai es nuestro Dios; Adonai es uno…” Los símbolos Cristianos de la fe—El Credo de los Apóstoles, el Credo Niceno-Constantinopolitano, el Credo de Atanasio, por citar sólo los más importantes—son considerados por los Judíos como una rotunda contradicción a esta declaración fundamental del monoteísmo Judío. Claude Montefiore lo ha expresado de la manera más inteligente: “Con respecto a la naturaleza de Dios, todos los Judíos sostienen que la doctrina de la divinidad de Cristo, de la Trinidad, del Hijo Eterno, de la personalidad del Espíritu Santo, son infracciones de la Unidad divina y  falsas”.

           

La idea de que Dios está constituido por diversas personalidades tal Como lo presenta la creencia Cristiana en la Trinidad es una separación de la concepción pura de la unidad o singularidad de Dios.Israel ha rechazado a través de los siglos todo lo que ha obscurecido o alterado la concepción del monoteísmo puro que ha dado al mundo, y más que admitir que existe alguna debilidad en ella, los Judíos están dispuestos a vagar, a sufrir, a morir.

 

     Los teólogos Trinitarios han batallado con el problema obvio de cómo reconciliar la Trinidad con el hecho de que la matriz del Cristianismo fue unitaria. El teólogo Trinitario Leonard Hodgson escribió:

 

(El Cristianismo) emergió dentro del Judaísmo, y el monoteísmo del  Judaísmo era entonces, y es aún, unitario. ¿Cómo establecería la Iglesia Cristiana una teología adecuada para expresar un nuevo Conocimiento de Dios que vino a ella a través de Jesucristo?… ¿pudo el monoteísmo ser revisado a tal grado que incluyera la nueva revelación sin cesar de ser monoteísta?

 

     Jesús fue un Judío comprometido al credo de Israel (Mar. 12:28ff.). Este hecho solamente debería persuadirnos que ha ocurrido un alejamiento del credo Judío de Jesús en alguna parte de la historia de la fe. Por el momento debemos enfatizar que el Judaísmo era unitario, nunca Trinitario. Fue bajo el tutelaje de esta escuela de pensamiento Judío, y  potenciado por la creencia  en el único Dios de Israel, que el prometido Mesías alcanzó la madurez e ingresó  en su excepcional ministerio

 

     ¿Puede ser demostrado que Jesús sostuvo y enseñó la creencia en el mismo Único Dios de los Judíos a través de su carrera? Para responder esta pregunta,  sólo es razonable que consultemos a sus propias palabras, fielmente registradas por aquellos que lo acompañaron mientras él proclamaba el evangelio Salvador del Reino venidero de Dios en Palestina (Mar. 1:14,15;

Lu. 4.43, etc).

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