La Profecía Cumplida: Evidencia a Favor de la Confiabilidad de la Biblia

 

Por Hugh Ross, Ph. D.*

 

Único entre todos los libros que se hayan escritos, la Biblia predice con precisión eventos específicos – en detalle – muchos años, y a veces siglos, antes que ocurran. Aproximadamente 2500 profecías aparecen en las páginas de la Biblia, de los cuales unos 2000 ya se han cumplido al pie de la letra – sin errores. (Las restantes 500 aproximadamente están referidas al futuro y podrán verse desplegar con el pasar de los días.) Dado que las probabilidades de que cualquiera de estas profecías se haya cumplido por casualidad son, en promedio, de menos de uno en diez (calculado en forma muy conservadora), y dado que las profecías son en gran parte independientes una de otra, las probabilidades de que todas estas profecías se hayan cumplido por casualidad y sin error, es menor de 102000 (es decir, ¡un 1 con 2000 ceros después!) 

Dios no es el único, sin embargo, que utiliza los pronósticos de eventos futuros para captar la atención de la gente. Satanás también lo hace. A través de clarividentes (como Jeanne Dixon y Edgar Cayce), mediums, espiritistas y otros, llegan predicciones asombrosas, aunque raramente con una precisión mayor del 60 por ciento, y nunca con total precisión. Más aun, los mensajes de Satanás no tienen el detalle de las profecías bíblicas, ni incluyen un llamado al arrepentimiento.  

La prueba de fuego para identificar a un profeta de Dios está registrada en Deuteronomio 18:21-22. De acuerdo con este pasaje bíblico (y otros), los profetas de Dios, a diferencia de los voceros de Satanás, son 100 por ciento precisos en sus predicciones. No hay ningún lugar para el error.  

Como el espacio no nos permite una explicación de todas las profecías bíblica que se han cumplido, lo que sigue es una discusión de algunas pocas para ejemplificar el alto grado de especificidad, el rango de proyección y/o la «supernaturaleza» de los eventos predichos. A los lectores se les alienta a seleccionar otras, también, y a examinar cuidadosamente su historicidad. 

1. Algún tiempo antes de 500 a. C., el profeta Daniel proclamó que el Mesías de Israel esperado por tanto tiempo comenzaría su ministerio público 483 años después de emitirse el decreto para la restauración y reconstrucción de Jerusalén (Daniel 9:25-26). Predijo además que el Mesías sería «cortado», muerto, y que este evento tendría lugar antes de la segunda destrucción de Jerusalén. Hay abundante documentación que muestra que estas profecías fueron cumplidas perfectamente en la vida (y crucifixión) de Jesucristo. El decreto relacionado con la restauración de Jerusalén fue emitido por el Rey Artajerjes de Persia a favor del sacerdote hebreo Esdras en 458 a.C. 483 años más tarde, comenzó el ministerio de Jesucristo en Galilea. (Recuerden que debido a los cambios de calendarios, la fecha para el comienzo del ministerio de Cristo ha sido fijado por la mayoría de los historiadores alrededor de 26 d.C. También noten que de 1 a.C a 1 d. C hay sólo un año.) La crucifixión de Jesús ocurrió sólo unos pocos años después, y unas décadas después, en el 70 d.C., vino la destrucción de Jerusalén por Tito.  (Probabilidad de cumplimiento por casualidad = 1 en 105)[1] 

 

2. Aproximadamente en 700 a.C., el profeta Micaías indicó el pequeño pueblo de Belén como el lugar de nacimiento del Mesías de Israel (Micaías 5:2). El cumplimiento de esta profecía en el nacimiento de Cristo es uno de los hechos más ampliamente conocidos y celebrados de la historia.  
(Probabilidad de cumplimiento por casualidad = 1 en 105) 

 

3. En el quinto siglo a.C. un profeta llamado Zacarías declaró que el Mesías sería traicionado por el precio de un esclavo – treinta piezas de plata, de acuerdo con la ley judía – y también que este dinero sería utilizado para comprar un lugar de sepultura para los extranjeros pobres de Jerusalén (Zacarías 11:12-13). Tanto los escritores bíblicos como los historiadores seculares registran que treinta piezas de plata fue la suma pagada a Judas Iscariote para traicionar a Jesús, e indican que el dinero fue destinada  para la compra del «campo del alfarero» utilizado – tal como fue predicho – para enterrar a los pobres extranjeros (Mateo 27:3-10). 
(Probabilidad de cumplimiento por casualidad = 1 en 1011) 

 

4. Unos 400 años antes que fuera inventada la crucifixión, tanto el Rey David de Israel como el profeta Zacarías describieron la muerte del Mesías en palabras que retratan perfectamente ese modo de ejecución. Más aun, dijeron que el cuerpo sería traspasado y que ninguno de sus huesos sería quebrado, en contra del procedimiento acostumbrado en casos de crucifixión (Salmos 22 y 34:20, Zacarías 12:10). De nuevo, los historiadores y los escritores del Nuevo Testamento confirman el cumplimiento: Jesús de Nazaret murió en una cruz romana, y su muerte extraordinariamente rápida eliminó la necesidad del habitual rompimiento de los huesos. Una lanza fue clavada en su costado para verificar que estaba realmente muerto. 
(Probabilidad de cumplimiento por casualidad = 1 en 1013) 

 

5. El profeta Isaías predijo que un conquistador llamado Ciro destruiría una Babilonia aparentemente inexpugnable y subyugaría a Egipto junto con el resto del mundo conocido. Este mismo hombre, dijo Isaías, decidiría dejar que los exiliados judíos en su territorio fueran liberados sin ningún pago de rescate (Isaías 44:28, 45:1 y 45:13). Isaías hizo esta profecía 150 años que Ciro naciera, 180 años antes que Ciro hubiera realizado estos actos (y finalmente los hizo todos) y 80 años antes que los judíos fueran llevados al exilio.  (Probabilidad de cumplimiento por casualidad = 1 en 1015) 
 
6.
La poderosa Babilonia, de 500 kilómetros cuadrados, estaba encerrada no sólo por un foso, sino por una pared de 110 metros de alto, cada parte de 30 metros de ancho. La opinión popular decía en forma unánime que era indestructible. Sin embargo, dos profetas bíblicos declararon su ruina. Estos profetas además dijeron que las ruinas serían evitadas por los viajeros, que la ciudad nunca más sería habitada y que sus piedras no serían movidas ni siquiera para ser usadas como material de construcción (Isaías 13:17-22 y Jeremías 51:26, 43). Su descripción es, de hecho, la historia bien documentada de la famosa ciudadela.  (Probabilidad de cumplimiento por casualidad = 1 en 109) 

 

7. La ubicación exacta y la secuencia exacta de la construcción de los nueve suburbios de Jerusalén fueron predichas por Jeremías unos 2600 años atrás. Él se refirió al tiempo de este proyecto constructivo como «los últimos días,» es decir, el período de tiempo del segundo nacimiento de Israel en la tierra de Palestina (Jeremías 31:38-40). Este renacimiento se convirtió en historia en 1948, y la construcción de los nueve suburbios ha proseguido precisamente en las localidades y en la secuencia predichas.  (Probabilidad de cumplimiento por casualidad = 1 en 1018) 

8. El profeta Moisés predijo (con algunos agregados de Jeremías y Jesús) que la antigua nación judía sería conquistada dos veces y que la gente sería llevada como esclavos cada vez, primero por los babilonios (por un período de 70 años) y luego por un cuarto reino mundial (que conocemos como Roma). El segundo conquistador, dijo Moisés, llevaría a los judíos cautivos a Egipto en barcos, vendiéndolos o regalándolos como esclavos a todas partes del mundo. Ambas predicciones se cumplieron con todo detalle, la primera en 607 a.C. y la segunda en 70 d.C. Más aun, el portavoz de Dios dijo que los judíos permanecerían esparcidos por todo el mundo por muchas generaciones, pero sin llegar a asimilarse a las gentes de otras naciones, y que los judíos un día volverían a la tierra de Palestina para restablecer su nación por una segunda vez (Deuteronomio 29, Isaías 11:11-13, Jeremías 25:11, Oseas 3:4-5 y Lucas 21:23-24). 

Esta declaración profética atraviesa 3500 años de historia hasta su cumplimiento completa – en nuestra generación.  (Probabilidad de cumplimiento por azar = 1 en 1020)  

9. Jeremías predijo que, a pesar de su fertilidad y a pesar de su fácil acceso a la provisión de agua, la tierra de Edom (hoy parte de Jordania) se volvería un páramo deshabitado (Jeremías 49:15-20, Ezequiel 25:12-14). Su descripción relata con precisión la historia de esa región actualmente desolada.   (Probabilidad de cumplimiento por azar = 1 en 105) 

10. Josué profetizó que Jericó sería reconstruida por un hombre. También dijo que el hijo mayor del hombre moriría cuando comenzara la reconstrucción y que su hijo menor moriría cuando el trabajo fuera completado (Josué 6:26). Unos cinco siglos más tarde esta profecía encontró su cumplimiento en la vida y la familia de un hombre llamado Hiel (1 Reyes 16:33-34).  
Probabilidad de cumplimiento por azar = 1 en 10~)   

11. El día de la partida sobrenatural de Elías de la Tierra fue predicho en forma unánime – y precisa, de acuerdo con el relato de testigos oculares – por un grupo de cincuenta profetas (2 Reyes 2:3-11).  (Probabilidad de cumplimiento por azar = 1 en 109) 

12. Jahaziel profetizó que el Rey Josafat y una pequeña banda de hombres derrotarían a un ejército enorme, bien equipado y bien entrenado, sin tener que luchar siquiera. Tal como fue predicho, el Rey y sus tropas se quedaron mirando mientras sus enemigos eran destruidos en forma sobrenatural, hasta el último hombre (2 Crónicas 20).  (Probabilidad de cumplimiento por azar = 1 en 108) 

13. Un profeta de Dios (no nombrado, pero probablemente Semaías) dijo que un futuro rey de Judá llamado Josías tomaría los huesos de todos los sacerdotes ocultistas (sacerdotes de los «lugares altos») del Rey Jeroboam de Israel y los quemaría en el altar de Jeroboam (1 Reyes 13:2 y 2 Reyes 23:15-18). Este evento ocurrió aproximadamente 300 años después que fue predicho.  (Probabilidad de cumplimiento por azar = 1 en 1013) 

 
Dado que estas trece profecías cubren en su mayor parte eventos separados e independientes, la probabilidad del cumplimiento por casualidad de las trece profecías en conjunto es de alrededor de 1 en 10138 (138 equivale a la suma de todos los exponentes de 10 en las estimaciones de probabilidades anteriores). Con el objeto de poner este número en perspectiva, esta probabilidad puede ser comparada con la probabilidad estadística de que la segunda ley de la termodinámica se invierta en una situación dada (por ejemplo, que un motor a gasolina se enfríe durante su ciclo de combustión o que el calor fluya de un cuerpo frío a uno caliente). Esa probabilidad es de 1 en 1080. Diciéndolo en forma sencilla, basado en estas trece profecías sólo, puede decirse que el registro bíblico es vastamente más confiable que la segunda ley de la termodinámica. Cada lector debería sentirse libre de hacer sus propias estimaciones de la probabilidad del cumplimiento por casualidad de las profecías citadas aquí. En cualquier caso, las probabilidades que se deduzcan todavía serán absurdamente remotas.  

En vista que la Biblia demuestra ser un documento tan confiable, hay toda razón para esperar que las 500 profecías restantes, aquellas agendadas para «los tiempos del fin,» también se cumplirán hasta la última letra. ¿Quién puede darse el lujo de ignorar estos eventos venideros, y mucho menos perderse las bendiciones inconmensurables que se ofrecen a todos los que se someten al control del autor de la Biblia, Jesucristo? ¿Tomaría una persona razonable en forma ligera la advertencia de juicio para aquellos que rechazan lo que saben que es verdadero acerca de Jesucristo en la Biblia, o que rechazan la demanda de Jesús sobre sus vidas? 

¡Hoy es el día de salvación! ¡Hoy es el día del favor de Dios! Por favor, no lo deje pasar sin más consideración.  


[1] Las estimaciones de probabilidad incluidas aquí provienen de un grupo de investigadores científicos seculares. Como un ejemplo de su método de estimación, considere sus cálculos para la primera profecía citada:   

  • Como el ministerio del Mesías podía, en forma concebible, comenzar en cualquiera de unos 5000 años hay, por lo tanto, una posibilidad en 5000 de que su ministerio pudiera empezar en 26 d.C.?
  • Como el Mesías es Dios en forma humana, la posibilidad de que sea muerto es bastante baja, digamos menos que una posibilidad en 10.
  • Con relación a la segunda destrucción de Jerusalén, esta ejecución tiene muy aproximadamente una oportunidad pareja de ocurrir antes o después de ese evento, es decir una posibilidad en 2. 

 De aquí, la probabilidad del cumplimiento por azar de esta profecía es de 1 en 5000 x 10 x 2, que es 1 en 100.000 o 1 en 105. Volver al texto   



* Hugh Ross obtuvo un B. Sc. en física de la Universidad de British Columbia y un M. Sc. y un Ph. D. en astronomía de la Universidad de Toronto. Durante muchos años prosiguió su investigación sobre quásares y galaxias como un becario pos-doctoral en el California Institute of Technology. Sirvió durante once años como ministro de evangelismo en Sierra Madre Congregational Church. Hoy dirige los esfuerzos de Reasons to Believe, una institución fundada para investigar y proclamar la base fáctica para la fe en Dios y en Su Palabra, la Biblia. 


Puede leer el artículo original en Fulfilled Prophecy: Evidence for the Reliability of the Bible  

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EL EVANGELIO DE CRISTO Y LA POLÍTICA MUNDIAL

                                                     

Por Ing.° Mario A Olcese

(Diplomado en Teología)

 

El Contenido del Evangelio de Jesucristo

 

Todos los cristianos sabemos muy bien que Jesucristo vino al mundo para predicar un mensaje o evangelio para todos los hombres. Evangelio viene del griego “evangelon”, que quiere decir “buenas nuevas” o “buenas noticias”. Sin embargo, son pocos los que saben de qué se trata este mensaje o buenas nuevas que Jesucristo predicó insistentemente. Sí, la tragedia del cristianismo contemporáneo consiste en que aún persiste una confusión y una ignorancia total del contenido del evangelio cristiano original, debido a que no es predicado, ni explicado, por los clérigos y pastores de hoy, salvo muy raras excepciones. La mayoría de las iglesias han cambiado el evangelio original por una esperanza más allá de este mundo, y que se basa en: “La morada eterna en el cielo de las almas inmortales de los creyentes,  para tocar bellas melodías para el Señor, con una lira o arpa dorada”.

 

El Señor Jesucristo manifestó que fue enviado por su Padre para anunciar o proclamar el evangelio del reino de Dios. Dice así Jesús: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios, porque para esto he sido enviado (Lucas 4:43). Nótese que Jesús no dijo que fue enviado a predicar el evangelio y punto, sino más bien, el evangelio del reino de Dios. Vuélvalo a leer en Lucas 4:43. Este asunto ha sido pasado por alto por la mayoría de estudiantes bíblicos de los últimos 15 siglos o más. Y es que la palabra evangelio, por si sola, quiere decir simplemente: “Buenas Noticias” o “Buenas Nuevas”, pero: ¿de qué? De modo que cuando decimos que Cristo vino a predicar buenas noticias al mundo, en realidad no estamos diciendo prácticamente nada. Tenemos que explicar de qué se tratan esas buenas noticias para que tenga sentido y entendimiento cabal nuestra predicación acerca del evangelio.

 

Sí, el reino de Dios es el principio (Marcos 1:1) y el fin del evangelio de Jesucristo, pues incluso después de resucitar, Jesús pasó 40 días más con sus discípulos, y continuó predicándoles más sobre el contenido de su mensaje del reino de Dios (Hechos 1:3). Es, por tanto notorio, que Jesús dio mucha importancia a algo que llamó: el reino de Dios, pues lo predicó en privado y en público al lado de sus discípulos en diferentes lugares y ocasiones. Dice en Lucas 8:1: “Aconteció después que Jesús iba por todas las ciudades predicando y enseñando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él”. También Jesucristo les encargó a sus mismos apóstoles, a que hicieran nuevos discípulos, a fin de extender  este mismo mensaje de salvación y esperanza a más personas de otros pueblos y países. Dice  Jesús en Marcos 16:15,16: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio (del reino de Dios) a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. En Mateo 24:14 Jesús dice también: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. En Lucas 9:59,60 Jesús le dijo a un hombre que le siguiera para que anunciara también el evangelio del reino de Dios. En Hechos 8:12 vemos a Felipe predicando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo a muchas personas. Los hombres y mujeres que creyeron en su mensaje del reino, fueron bautizados. Y en Hechos leemos que Pablo permaneció en Efeso, Roma, Mileto, etc; predicando también el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo: “Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios(Hechos 19:8). “Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro” (Hechos 20:25). “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él a la posada, a los cuales les declaraba y testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a los que a él venían, predicando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (Hechos 28:23,30,31).

 

Queda demostrado, entonces, que Cristo, y sus discípulos, predicaron algo que se llamó el evangelio o buenas noticias del reino de Dios. Y recuerde que este reino de Dios no era un mensaje nuevo para los paisanos de Jesús, pues de él se habló ampliamente en casi  todo el Antiguo Testamento. Sólo basta con abrir cualquier concordancia bíblica, y usted descubrirá los numerosos pasajes en donde aparecen la palabras “reinoy “reinar”. Parte de esos pasajes se refieren a reinos mundanos y perecederos como el de Babilonia, Medo-Persia, Egipto, Grecia, Etiopía, etc. Otra parte se referirá al reino de Dios, que es contrastado por su carácter divino, celestial  e imperecedero. “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre (Daniel 2:44).

            

                            El Reino de Dios tiene Relación con la Tierra

 

Mucho se ha especulado en relación al origen y a la naturaleza del reino de Dios. Ya en el siglo IV el teólogo y padre del romanismo, Agustín de Hipona, sostuvo que éste era un sinónimo de la iglesia de Cristo (Obra de Agustín: La Civitas Dei, o La Ciudad de Dios) . Es decir, para los católicos, y unos pocos grupos cristianos no católicos, el reino de Dios es la Iglesia que Cristo fundó hace dos milenios.

 

Pero para la mayoría de protestantes, éste viene a ser “el gobierno de Cristo en el corazón de cada creyente”. Es decir, que Cristo “mora y reina espiritualmente” en cada creyente, convirtiéndose así en el Señor de ellos. Otro grupo de creyentes sostiene que este reino no es otra cosa que el cielo mismo donde está el trono de Dios, el cual reina y reside con su séquito angelical, así como con todos los santos que supuestamente han partido al cielo después de morir.

 

Todas estas interpretaciones parecieran tener validez y sentido, pero: ¿Se sustentan en la misma Biblia? Nosotros creemos que la Biblia misma da la verdadera explicación de lo que es el reino de Dios. Definitivamente esta frase indica una forma monárquica de gobierno. Es decir, implica un rey, súbditos, leyes, y territorio; ya sea en la tierra, en el cielo, o donde fuere. Difícilmente éste puede implantarse en el corazón del creyente, pues ello indicaría que “el corazón” es el territorio del reino, y eso parece ridículo. Repetimos, la única forma de saber lo que es exactamente el reino de Dios, es acudiendo a la fuente misma de dicha enseñanza o doctrina, es decir, la Biblia.

 

Las Santas Escrituras nos hablan de que Dios formó al hombre y le dio el planeta tierra para que lo habitara felizmente con su esposa y su descendencia. Definitivamente la tierra fue creada para que fuera poblada por los hombres que Dios crearía más adelante. Dice el rey David: “Los cielos son los cielos de Jehová; y ha dado la tierra a los hijos de los hombres” (Salmos 115:16). Nótese que el cielo no es para el hombre sino para Dios. Ahora bien, la tierra sí fue hecha para que el hombre la habitara y cuidara para su bien. Dios la preparó con oxígeno, agua, luz, vegetación, y animales para que le fueran de beneficio. Difícilmente se podría encontrar otro planeta como el nuestro que pueda albergar a tanta variedad de seres vivos. Lo importante de todo esto es que jamás Dios pensó trasladar al hombre a otro lugar o dimensión fuera de la tierra. Por eso, no es de extrañar que en el mundo de mañana, sólo los justos la habitarán para siempre, en tanto que los impíos y malvados serán erradicados de ella para siempre. Dice el sabio rey Salomón: “El justo no será removido jamás (de la tierra); pero los impíos no habitarán la tierra” (Proverbios 10:30). Esto es interesante y muy curioso, pues los justos permanecerán en la tierra  (no en el cielo) para siempre. Sólo los malos dejarán de existir en la tierra, pues serán destruidos para siempre, pues dice también el rey David: “Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra…” (Salmos 37:9,34).

Pero regresemos al Génesis bíblico. Allí leeremos que Dios es el Creador del mundo, y además, el Amo y Señor de todo; y el hombre, su obra maestra. Dios gobernaba el paraíso, y  Adán y Eva tenían que servir a su Hacedor con amor y rectitud. Pero la desobediencia no tardó en llegar y los hombres pecaron. La maldad se multiplicó en la tierra, y los hombres tuvieron que sufrir por su separación de Dios y de Sus leyes. Poco a poco la tierra se empezó a llenar de gente de todas las razas, las cuales formaron naciones, pueblos, tribus y lenguas. Algunos pueblos formaron sus propias monarquías o reinos, con reyes y príncipes que gobernaban sobre las masas. En el Medio Oriente, los árabes también formaron naciones y reinos espléndidos. Israel imitó la costumbre de sus vecinos paganos, y finalmente demandaron a Dios que les diera un rey como los demás pueblos. Dios asintió y comenzó un reino en Israel con Saúl como rey y soberano del pueblo. Dice 1 Samuel 8:4,5: “Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tu has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones”.

 

 Saúl fue el primer rey que tuvo Israel, según se nos revela en el Antiguo Testamento. Su reinado fue irregular, y estuvo plagado de desobediencias o rebeldías de su parte. Finalmente, Saúl fue destituido del cargo y reemplazado por un joven pastorcito de ovejas llamado David, hijo de Isaí. Este vino a reinar un total de cuarenta años, 7 años en Hebrón, y 33 años en Jerusalén, la ciudad capital del reino.

 

                                         Pacto de Dios con el Rey David

 

Con el rey David Dios hizo un pacto solemne e importante el cual decía: “Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mi hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres, pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.” (2 Samuel 7:12-16).

 

Esta profecía no ha sido entendida en su real dimensión por la mayoría de cristianos de los últimos quince siglos de la Era Cristiana. En realidad, esta profecía es dual y encierra promesas muy interesantes que no han sido comprendidas en su real dimensión. Ahora bien, es cierto que Salomón, el hijo de David, cumplió parte de la profecía al edificar casa o templo para Dios. Sin embargo, su reino no fue estable eternamente como decía el pacto mismo. Recordemos que a la muerte de Salomón, sus dos hijos (Roboam y Jeroboam) se disputaron el trono y el reino, y éste quedó dividido en dos: El reino del sur y el reino del norte. De modo que la profecía de un reino estable sería para un futuro aún.

 

Ahora bien, el último rey judío que tuvo el trono de David fue Sedequías, quien igualmente fue impío como muchos de sus antecesores. Éste fue destronado por el rey babilónico Nabuconodosor en el año 586 A.C. Desde esa fecha se interrumpió la dinastía del rey David hasta el día de hoy. Es decir, por casi 2,500 años Israel ya no tiene un rey que los gobierne. No obstante, es interesante prestar atención especial a la sentencia que le hizo Dios al rey Sedequías, antes de ser depuesto. El profeta Ezequiel, en su capítulo 21, y versos 25-27, dicen así dichos versículos: “Y tú (Sedequías), profano e impío príncipe de Israel, cuyo día ha llegado ya, el tiempo de la consumación de la maldad, así ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona; esto no será más así; sea exaltado lo bajo, y humillado lo alto, a ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré”.

 

Esta profecía de Ezequiel 21:25-27 ha sido pasada dramáticamente por alto, e ignorada por los estudiantes de la Biblia, trayendo como resultado una distorsión total del programa de Dios para la política del mundo del futuro. Ahora usted tiene el privilegio de conocer la revelación de Dios con respecto a su reino milenario glorioso en la tierra, el cual cambiará toda las políticas imperfectas del mundo de hoy. Abra su mente para entender, pues dijo Jesús que el que tiene oídos para oír, que oiga.

 

En esta profecía de Ezequiel está la sentencia de destronamiento del rey Sedequías, un descendiente del rey David, el cual también fue impío. Con Sedequías finalizó “temporalmente” el reino de Dios, o llamado también, el reino de David, pues la profecía decía que este reino suspendido se reanudaría con “aquel (un descendiente de David glorioso) cuyo es el derecho (por ser de sangre real) y a él (un descendiente de David glorioso) se lo entregaré (restaurará el trono y su reino). Nosotros sabemos que el reino de David —en Israel— era el reino de Dios, según lo podemos leer en 1 Crónicas 28:5, donde dice: “…Jehová eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová (Dios) sobre Israel. Notemos que el reino davídico era el reino de Dios, pues Salomón se sentó en el trono del reino de Dios. Pero muchos cristianos no lo saben, o lo ignoran por completo. Esta es una tragedia más del cristianismo de los últimos quince siglos. Sí, el reino de David era el mismísimo reino de Dios predicado por Jesucristo. Por eso, cuando Juan el Bautista apareció en la historia como el precursor del Mesías, o del pretendiente al trono, y habló del “acercamiento del reino”, sus oyentes sabían perfectamente de qué cosa estaba hablando él (ver Mateo 3:2). Sí, sus discípulos (los de Juan) sabían que el reino de David sería restaurado en la persona de un descendiente suyo o “el Mesías”. ¡Cuánto necesitaban ese reino los judíos con tanta opresión romana! Por eso, cuando Juan anunciaba el acercamiento del reino del Mesías o Cristo, los judíos debieron sentir una esperanza refrescante de liberación de la opresión del invasor romano. Por ello, no es de extrañar que los discípulos de Juan preguntasen a Jesús: “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? (Mateo 11:3). Sí mi amigo, el reino y su rey eran esperados por el pueblo hebreo por siglos.

 

                            Jesucristo es el Descendiente del Rey David

 

Muchos cristianos han leído que en la Biblia a Jesucristo se le llama: el “hijo de David”. Por ejemplo, el evangelista Mateo empieza su evangelio diciendo: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (Mateo 1:1). Sí, cuando empezamos a leer el evangelio de Mateo, nos encontramos con una interesante introducción que pocos han advertido o entendido, la cual afirma que Cristo es hijo de David… y también de Abraham. ¿Qué importancia tiene esta genealogía? ¡Muchísima! Es hora que usted lo comprenda en su dimensión real.

 

Como vimos, David fue rey de Israel por espacio de 40 años. Esto quiere decir que Jesucristo, como hijo de David, es de “sangre azul”, y por tanto, es aquel que tiene el derecho de retomar el cetro, la tiara y el trono de David según la profecía de Ezequiel que mostramos. Sí, Jesús es aquel que reanudará o restaurará el reino de David en Israel. Él será el gobernante de Israel y del mundo entero. Jerusalén, la ciudad amada por judíos, cristianos, y musulmanes, será la sede mundial de su reino, pues Jesucristo mismo lo dijo enfáticamente con estas palabras: “Pero yo os digo: No juréis en ninguna, ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey” (Mateo 5:34,35). 

 

Pero veamos otros pasajes importantes de la Biblia con respecto al reino de David. Cuando Cristo habló de la restauración del Reino, él dijo lo siguiente: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria… Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo (Mateo 25:31,34).

 

Nótese que Jesús habló de regresar al mundo nuevamente en gloria y con sus ángeles. En ese tiempo, los cristianos mesiánicos heredarán el reino con Cristo, el cual fue programado desde la fundación del mundo. La primera venida de Cristo fue para preparar a hombres y mujeres para que entren en él bajo sus condiciones específicas. Jesucristo nació como mortal para ponernos los requisitos sobre la mesa, a fin de que podamos ingresar en su reino con inmortalidad. A Nicodemo, Jesús le dijo muy claramente: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3,5). Nótese que Cristo le exigió a Nicodemo “nacer de nuevo” para ver y entrar en su reino. A otro, Jesús le dijo: “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:62). A un escriba le que le había contestado correctamente, le dijo: “no estás lejos del reino de Dios” (Marcos 12:34). También Jesús dijo: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de Dios” (Mateo 18:3). Y además afirmó que: difícilmente entrará un rico en su reino (Lucas 18:24).

 

Sí, los hombres comprendieron que Cristo era aquel Mesías o heredero del trono de David por todo lo que enseñaba sobre su reino. Así, cuando Jesús estaba por entrar en Jerusalén para evangelizar a sus hermanos, y cumplir con su misión, el pueblo le decía: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!” (Marcos 1:9,10). Igual ocurre con la Parábola de la Diez Minas, la cual fue pronunciada por Jesús por razón de que los discípulos pensaban erradamente que el reino se manifestaría inmediatamente ( Ver Lucas 19:11,12). Como vemos, los judíos tenían una creencia real y concreta sobre el reino de David, el cual sería restablecido en Jerusalén por un descendiente suyo (de David). Esto ya lo había anunciado claramente el ángel Gabriel a María cuando le dijo: “Y Ahora concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin (Lucas 1:31-33). Trágicamente,  millones de cristianos han pasado por alto este singular texto que revela todo sobre el futuro reinado de Cristo. Este texto ha sido torcido, mal interpretado, “espiritualizado”, y hasta ignorado. Los curas católicos no saben cómo explicarlo.  Aquí hay una profecía que debe ser tomada literalmente, y al pie de la letra, como ocurrió con el anuncio de su nacimiento virginal.  Nótese que el ángel Gabriel profetiza que Jesús será grande y será llamado Hijo del Altísimo. También dice que Dios le dará el trono de su ancestro David (el cual debe estar escondido por algún sitio, así como también lo debe estar el “arca perdida” de oro). Luego se profetiza que reinará sobre la casa (= país) de  Jacob (=Israel) para siempre, y su reino no tendrá fin. Si esta parte de la profecía no lo creemos literalmente, ¿por qué tendríamos que creer entonces literalmente su nacimiento virginal de María? Creemos que debemos ser consecuentes con nuestra exégesis bíblica para no caer en errores desastrosos. O tomamos toda la profecía de manera literal, o bien, de manera simbólica, pero no ambas.

 

                                    El Reino de Dios: La Meta de la Iglesia

 

Todos los textos anteriores apuntan hacia el reino venidero de Dios. La iglesia está llamada a recibirla en la segunda venida de Cristo, como vimos hace un rato. Pero Jesús no fue con rodeos al respecto. A sus discípulos les dijo: “No temáis manada pequeña, porque  vuestro padre le ha placido daros el reino” (Lucas 12:32). Y en otra ocasión Jesús les enseñó a sus discípulos a orar para que “venga el reino de Dios, a fin que se haga la voluntad de Dios en la tierra como se hace en el cielo” (Mateo 6:10). Además, los instó a “buscar el reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33). También prometió darles a sus apóstoles sus respectivos tronos de gloria dentro de su reino. Jesús les dijo: “De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel” (Mateo 19:28). Incluso la madre de los hijos de Zebedeo buscaba los mejores puestos de honor para sus hijos en el reino de Cristo. Ella le dijo a Jesús: “Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda” (Mateo 20:21).

 

Y como dijimos antes, Jesús se presentó resucitado a sus discípulos durante 40 días, predicándoles acerca de su reino que él restablecería o restauraría en Israel en su segunda venida en gloria. Leemos lo que dice en Hechos 1:3: “a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo (Jesús) con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante 40 días y hablándoles acerca del reino de Dios. Pero sus discípulos estaban errados con respecto al tiempo de esa tan anhelada restauración del reino davídico, porque lo creían inminente. Ellos le  preguntaron a Jesús: “Señor, restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6). Pero Jesús sólo se limitó a decirles que Dios es el único que sabe el tiempo exacto para esa tan esperada restauración del reino de Dios (v.7).

 

Lo cierto de todo esto es que la meta de la iglesia fue siempre la venida del reino de Cristo para poder disfrutar de una edad maravillosa nunca antes vista. Y es Pablo quien se encarga de difundir este mensaje a los gentiles (=no judíos), y los insta a soportar las tribulaciones para poder ingresar luego al reino. Sus palabras son como siguen: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22). Y Pedro no se queda atrás en su misión pastoral, pues también les dice a los creyentes en general: “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; al afecto fraternal, amor. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 1:5-11).

 

                              El Reino de Cristo y el Nuevo Orden Mundial

 

Una vez un Secretario General de las Naciones Unidades dijo que la única solución para los problemas del mundo sería un solo gobierno mundial. Imaginémonos por un instante que no hubiesen tantos gobernantes como países hay. Bueno, habría sin duda menos discordias y conflictos entre los pueblos del planeta. Pero ese es precisamente el panorama que presenta la Biblia para el utópico mundo de mañana de justicia y paz en el reino de Dios. Jesucristo vendrá a ser el único y soberano gobernante mundial que regirá mil años, ó diez siglos, ó 365,000 días, junto con su iglesia. Pero esto implicaría una nueva existencia en Cristo y una longevidad increíble. Hoy, con suerte pocos llegan a los cien años de edad, viejos y con achaques. Pero en la era venidera de justicia, la vida será prolongada como la que tuvo Adán,  y no será cosa extraña. Recordemos que Adán prácticamente vivió 1000 años (Génesis 5:5). ¡Justo el tiempo que durará el reinado milenario de Cristo! ¿Acaso Cristo no vendrá a restaurar todas las cosas, incluso la longevidad? (Hechos 3:19-21).

 

Jesucristo vino al mundo para anunciar su próximo gobierno mundial en el reino restaurado de David en Israel. Desde su capital Jerusalén, Dios emitirá decretos y leyes para el bien del mundo entero. Y es que la humanidad siempre se ha visto involucrada en la política con el fin de hacer de esta tierra un planeta de justicia y paz duraderas. Ahora bien, el profeta Isaías predijo esa era o mundo de paz y justicia mundiales en manos de un gobernante elegido y guiado por Dios mismo: “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y  vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.” (Isaías 2:2-4).

 

Lo inaudito es que a pesar de tanta evidencia bíblica, hay quienes aún dudan de que Cristo volverá a pisar nuestro planeta nuevamente. Pero es en 2 Samuel 23:3,4 donde el profeta David, padre del reino, dice: “El Dios de Israel ha dicho, me habló la Roca de Israel: Habrá un justo que gobierne ENTRE (no SOBRE) los hombres, que gobierne en el temor de Dios. Será como la luz de la mañana, como el resplandor del sol en una mañana sin nubes, como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra”. Nótese que dice “entre los hombres” y nosobre los hombres”. Esto es muy significativo sin duda.

 

Notemos que el profeta Isaías es claro al decir que Israel destacará sobre las demás naciones, las cuales girarán en torno de Jerusalén. Luego se nos revela que los pueblos acudirán a Israel para aprender de Dios, y a recibir sus leyes y palabras. Y además se nos dice que las armas bélicas se convertirán en instrumentos para la agricultura, y los ejércitos desaparecerán. Pero esto no es todo, ya que el profeta Isaías continúa diciendo: “Porque un niño nos es nacido (Jesucristo), hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre” (Isaías 9:6,7).

 

El profeta David habla de su reino restaurado por Cristo, así: “Florecerá en sus días justicia, y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna, dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. Todos los reyes se postrarán delante de él; todas las naciones le servirán” (Salmo 72:7,8,11). Aquí está la evidencia profética de que Cristo tendrá un dominio mundial, y no sólo en Israel, como algunos aún piensan. Esta es una prueba de que el reino del Cristo ejercerá su poder o influencia por todo el mundo habitado. Así también lo predijo Daniel, en el capítulo 2, y verso 44, del libro que lleva su nombre. “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino  (=gobierno) que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo (=no será derrocado); desmenuzará y consumirá a todos estos reinos (=dominará a las naciones con la fuerza del hierro), pero él permanecerá para siempre (Daniel 2:44). Es importante, mi amigo, que usted lea todo el capítulo 2 del libro de Daniel, en el Antiguo Testamento, pues en este capítulo el profeta explica el desarrollo de la historia del mundo hasta el restablecimiento de un reino o gobierno mundial divino que traerá la justicia y la paz duraderas a la tierra. Nótese especialmente el versículo 35, que dice: “…mas la piedra (=Cristo y su reino) que hirió (=destruyó) a la imagen (=los imperios mundiales) fue hecha un gran monte (= gran imperio) que llenó toda la tierra  (=dominio mundial)”.

 

Por supuesto que estas profecías se cumplirán aún en el futuro, cuando Cristo regrese por segunda vez, para tomar su trono de gloria en la tierra de Israel. Eso ya lo explicamos mostrando textos tan importantes como: Mateo 25:31,34; Lucas 19:11,12; 2 Timoteo 4:1; etc. Queda claro que este mundo caótico y moribundo será gobernado por el Hijo de David, quien es, al mismo tiempo, el Hijo de Dios. Sí, Jesucristo será el líder mundial de una nueva sociedad nunca antes vista por hombre alguno, y en donde ya no habrá guerras, crímenes, hambre, miseria, drogadicción, polución, explotación, desempleo, desamparados, clubes nocturnos, prostitución, inseguridad, hogares destruidos, hijos abandonados, violencia, tristeza, etc.  ¡Un verdadero mundo paradisíaco!  Esto lo afirma Isaías al decir por orden de Dios: “No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar (Isaías 11:9). 

 

Nótese que la tierra estará llena del conocimiento de Dios. Esto significa que la gente que la habite sabrá quién es el Dios de Abraham, de David, y de Cristo. Esto implica que los hombres  ya habrán aceptado la verdad de Dios, y que también se habrán convertido en Sus siervos. Ahora bien, Jesucristo sí será un soberano justo y eficaz en todo lo que él haga en su gobierno mundial. El mismísimo profeta Isaías nos revela el secreto del éxito que tendrá el rey del restaurado reino de Dios, con estas palabras: “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová (Isaías 11:2). Obviamente una persona con estas calificaciones sería idónea para regir el mundo con total eficacia. Los hombres de hoy se entrenan en las ciencias económicas y políticas, y no pueden solucionar los problemas del desempleo y del hambre de los países pobres del “tercer mundo”. Aun en los países ricos subsisten los problemas que manan del materialismo y del consumismo excesivo de sus habitantes, como son: los hogares destruidos, la drogadicción, el alcoholismo, los crímenes, etc. Pero como dijo Salomón sobre la sabiduría verdadera: ““…pero la sabiduría es provechosa para dirigir (Eclesiastés 10:10). Sí,  Salomón fue reconocido como el rey sabio que supo dirigir el reino de Dios. Pero Cristo tendrá mayor sabiduría que Salomón, por ser el Unigénito Hijo de Dios, predilecto y perfecto. Como resultado, él dirigirá realmente al mundo por el sendero correcto de la justicia y la paz duraderas (Isaías 11:4,5; 32:1).            

 

                               Los Mansos Heredarán la Tierra y el Reino

 

Jesús enseñó que “los mansos heredarán la tierra” (Mateo 5:5). Esto quiere decir que estamos llamados a ser los co-gobernantes en el reino de David, el cual se establecerá en la tierra cuando Cristo vuelva por segunda vez.  Hoy, el mundo está gobernado por muchos títeres del diablo, pues como dijo san Juan: “Todo el mundo yace bajo el poder el maligno” (1 Juan 5:19). Y Jesús recalcó el hecho de que su “reino no es de este mundo malo o era maligna” (Juan 18:36). Todo esto implica que su reino es para el siglo o era venidera que inaugurará el Señor Jesús cuando venga en gloria con sus ángeles. El apóstol Pablo habló del presente siglo y del venidero en Efesios 1:21. El presente siglo o mundo es malo, dice Pablo a los Gálatas (1:4): “El cual (Jesús) se dio a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos del presente siglo (=mundo) malo. De modo que cuando la Biblia habla el “fin del mundo”, no se está refiriendo al fin del planeta tierra, sino al fin del presente mundo o edad maligna gobernado por el diablo y sus agentes humanos.

 

Después que Cristo haya suprimido la maldad de la tierra, atando al diablo y a sus demonios, y destruyendo a sus agentes  humanos, entonces empezará una nueva era (= mundo) de justicia y paz sobre la tierra. En Apocalipsis 20:1-5 se lee claramente que Cristo atará al diablo y sus ángeles y los lanzará en una prisión, y luego reanudará el reino de Dios en Jerusalén, el cual durará mil años seguidos. Por fin, el mundo podrá disfrutar de una tierra pacífica, justa, y sin maldad. Para entonces, los muertos en la fe de Jesús recibirán la inmortalidad por medio de resucitar de la tumba gloriosos (Juan 5:28,29; 1 Corintios 15:43,44,51-54). Usted tiene un magnífico potencial de ser un heredero del reino de Dios si abraza con fe este evangelio, y lo predica a otros.

 

La Biblia nos habla de “nuevos cielos y nueva tierra donde mora la justicia (2 Pedro 3:13,14). También se nos habla de “nuevos hombres” en Cristo (Efesios 4:24). Se nos manda a pedir que el reino venga a la tierra en la oración del “Padre Nuestro”, a fin de que se haga la voluntad de Dios en nuestro planeta, como se hace en el cielo (Mateo 6:10). Hoy ciertamente no se está haciendo la voluntad de Dios en la tierra como se hace en el cielo. ¿O es que alguien va a creer que las guerras, hambres, vicios,  enfermedades, crímenes, ateísmo, son cosas que conciernen a Su voluntad?

 

                                           Sólo hay Un Evangelio Bíblico

 

Mi amigo, cuán pocas son las iglesias que predican este mismo evangelio del reino original, el cual ahora usted ha conocido, leyendo este estudio que tiene en sus manos. Este es el mensaje más importante y glorioso nunca antes predicado por líder religioso alguno, salvo por Cristo  y sus apóstoles. Este es un mensaje que realmente revolucionará la sociedad humana cuando se haga realidad en un futuro. Este es el mensaje que las gentes anhelarán oír si en verdad aman la paz y la justicia. No hay otra esperanza para el mundo que Cristo y su gobierno mundial de justicia y paz. Pero la tragedia del cristianismo contemporáneo aún subsiste, pues este prístino evangelio bíblico ha sido mudado por otros falsos evangelios, como el llamado “evangelio social” del catolicismo.

 

Lo que Jesús demandó de sus potenciales seguidores era precisamente que creyeran en su mensaje del reino o gobierno mundial liderado por él y su iglesia. Él fue claro al afirmar que sólo aquellos que creyeran en su singular evangelio, serían salvos (Marcos 16:15,16). La salvación es por fe, fe en Cristo y en su evangelio (Romanos 1:17; 10:17; Gálatas 3:2,26; Filipenses 1:27). ¿Creerá usted en el único evangelio que predicó Jesús?

 

Pero hay religiones que al predicar otros mensajes o evangelios distintos, se están condenando a sí mismos, pues Pablo dijo: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema (Gálatas 1:6-9).

 

                         Heredar el Reino de Dios es Heredar la Salvación

 

El Reino es importante puesto que significa nuestra salvación. Sin embargo, las iglesias dicen que somos salvos, pero no saben cómo y de qué. Sí, Jesús vino a traernos salvación a través de heredar su reino venidero de justicia. Además, entrar en su reino equivale a ser salvo para siempre con vida eterna. Esta verdad se desprende del diálogo del joven rico con Jesús. Le invito a que lea el diálogo mencionado en Mateo 19:16-25. En estos versículos usted se enterará de un joven rico que le pregunta a Jesús sobre lo que debe hacer para ganar la vida eterna. Jesús le dice que debe guardar los mandamientos, y el joven le repregunta: ¿cuáles? Y Jesús procede a mencionarle algunos del decálogo. El joven contesta que desde niño los había guardado todos, pero Jesús le dice que le faltaba una cosa: vender sus posesiones y dar el dinero a los pobres. Pero el joven rico se fue triste porque no estaba dispuesto a tanto. Jesús entonces dice que difícilmente entra un rico en el reino de Dios. Finalmente, los discípulos que estaban presentes con él, se preguntan: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?.

 

Ahora bien, usted descubrirá tres frases cruciales e importantes en este diálogo: Vida eterna, reino de Dios, y ser salvo. Entonces, ¿Qué es salvación? Muy sencillo: Salvación = Entrar al reino de Dios con vida eterna. ó también: Salvación= Reino de Dios + vida eterna. Esta ecuación concuerda con lo dicho por Juan: “Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo…” (Apocalipsis 12:10). Nótese la dupla: salvación y reino, viniendo juntos. En Hebreos 9:28 Pablo dice que Cristo “aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”. Pero en Mateo 25:31,34 leemos que Jesús dirá, cuando vuelva por segunda vez: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. ¿Se da cuenta amigo cuál es el punto que intento demostrar? ¡Salvación es heredar el reino de Dios con inmortalidad! Por eso, el evangelio del reino es el evangelio de la salvación de los hombres, como lo explica Pablo en Efesios 1:13, y que dice: “En él, también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”.

 

Y a los Tesalonicenses, Pablo les dice: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 2:13,14). Pues bien, nótese que estos versos dicen que Dios nos escogió desde el principio (¿del mundo?) para salvación. Y si comparamos este texto con Mateo 25:34, veremos que también el reino fue preparado para nosotros desde la fundación o principio del mundo. Aquí se hace evidente que el reino y la salvación se presentan desde la fundación o principio del mundo.

 

                                    Satanás Odia el Evangelio del Reino

 

Es de esperarse que si el evangelio tiene el poder para salvar a los hombres, según  lo afirma Pablo en Romanos 1:16, entonces el diablo lo debe detestar con todo su malévolo ser. Efectivamente, pues Pablo dice sobre este asunto, así: “En los cuales el dios de este siglo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios (2 Corintios 4:4). Tome nota cómo el diablo embota el entendimiento de los que no creen para que no entiendan el evangelio de la gloria de Cristo. Sí, la frase: “el evangelio de la gloria de Cristo” es equivalente a decir “el evangelio del reino de Cristo”, pues el reino de Cristo viene con gloria. Gloria y reino son inseparables e indisolubles, ya que Pablo también escribió: “Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria (2 Tesalonicenses 2:12). Hablar, pues, de la gloria, es hablar del reino de Cristo.

 

También Jesús enseñó la llamada: “Parábola del Sembrador”. Jesús explica que el diablo quita de los corazones la palabra, para que no crean y se salven” (Lucas 8:12). Entonces, no es de extrañar que millones de hombres hayan sido engañados por una fuerza superior maligna, y también hayan rechazado el verdadero evangelio salvador para que no crean y se salven. El Diablo es experto engañando con enseñanzas y esperanzas falsas que sustituyen el verdadero evangelio del reino. Pablo tildó las falsas enseñanzas como: “doctrinas de demonios”: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios (1 Timoteo 4.1).  Recordemos que Juan afirmó que la mayoría de hombres y mujeres están bajo el poder del maligno (1 Juan 5:19). Esto suena duro y difícil de creer, pero es la pura verdad. La gente está dispuesta a creer en la mentira en lugar que en la verdad ( Lea Romanos 1:25). Y Jesús dijo: “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas (Juan 3:19). Este tipo de gente opta por creerle a Darwin, Fuerbach, Freud, Hegel, Kant, Marx, Engels, Kiergard, Niechzte, Sartre, Spinoza, de Chardin, etc (= doctrinas de demonios),  en vez de la verdad del Hijo de Dios, el salvador del mundo, porque saben que sus acciones son malas y no quieren oír de su futura condenación (Leer Juan 3:19-21). Éstos prefieren creer que Dios está muerto, ó que somos producto de la evolución, y no de una creación divina, o que la verdad y la moral son relativas, y que no hay absolutos.

 

No es de extrañar que vengan burladores diciendo que los predicadores del reino están locos o que son unos fanáticos religiosos. Pero la verdad es que no estamos locos por la llamada “locura de la predicación”. Dice Pablo: “…agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación(1 Corintios 1:21). Sí, muchos pensarán que nuestra predicación es una locura de hombres enajenados o alienados. Pero nada es más falso que ser acusados de alienados, pues los verdaderos enajenados o alienados son los incrédulos que han sido enceguecidos por el diablo. Y es por esta razón precisamente que vino Cristo, para liberarnos de las mentiras sutiles del diablo y sus demonios, las cuales han encandilado y atrapado a la mayoría de hombres que pueblan nuestro mundo (Colosenses 1:13).

 

                                          El Cielo no es nuestro Destino

 

Las Escrituras enseñan que el cielo es la morada de la Deidad y de sus ángeles santos. La tierra, en cambio, fue creada por Dios para que la habiten sus criaturas humanas (Salmos 115:16). Y es que el plan de Dios era —y es— que este mundo sea una paraíso de felicidad y gozo eternos para los hombres hechos a su imagen y semejanza. Así, el Génesis nos presenta a un Dios Creador de la materia y de la vida en todas sus formas: microorganismos, vegetales, animales, y humanos. A estos seres vivos Dios les dio aire, agua, y alimento para su sustento diario, a fin de nutrir correctamente su organismo. Obviamente el hombre fue hecho para vivir en la tierra y no en el cielo. Jamás Dios se propuso crear a los humanos para luego trasladarlos a otro lugar supramundano o extraterreno. Los pulmones de los seres humanos y animales fueron hechos para recibir el oxigeno del aire el cual luego sería convertido en CO2. Luego este gas CO2 sería nuevamente convertido en O2 por las plantas para la respiración de los organismos simples, los animales y los humanos. De modo que este elemental proceso bioquímico demuestra que Dios creó al hombre para que viviera en la tierra. ¡Y este propósito divino no ha cambiado en absoluto! 

 

La enseñanza acerca de una partida al cielo de las “almas inmortales” de los cristianos, en ocasión de la muerte, presenta varios problemas: 1). Ello implicaría que los muertos siguen vivos después de morir o que están concientes. 2). Esto significaría que los cristianos reciben su premio en el momento de su muerte y no en la resurrección. 3).  Hace innecesaria la resurrección de los muertos y la segunda venida de Cristo para reencontrarse con los suyos. 4).  Hace de la muerte un “amigo” y no un enemigo de los creyentes, pues se supone que a través de ella se puede “partir a la gloria celestial”. 5). Alienta el suicidio o la eutanasia. 6). Empuja a los deudos a practicar el  espiritismo, la tabla ouija, el ocultismo, etc, debido al deseo ardiente que tienen muchos de ellos de “comunicarse” con sus seres queridos fallecidos; prácticas éstas que están prohibidas en la Biblia. 6). Contradice a la Biblia cuando dice que la inmortalidad será nuestra en la era venidera del reino, y no en ocasión de nuestra muerte física. 

 

La Biblia enseña que la tierra y todas las cosas serán restauradas como al comienzo de la creación (Hechos 3:19-21). No se dice nada de una destrucción cósmica, y de la extinción del planeta tierra. Al contrario, ¡Dios castigará a aquellos que quieren destruir la tierra! (Apocalipsis 11:18). La frase nueva tierra”, que aparece en 2 Pedro 3:13,14, no implica un nuevo planeta físico, sino que  denota un nuevo orden mundial, donde imperará la justicia y la paz bajo el mando del Mesías. También Dios nos ha hecho “nuevos hombres” (Efesios 4:24), pero no en lo físico, sino en lo espiritual y en lo moral.

 

Lo cierto es que Jesús fue claro al decir que nosotros no podemos ir al lugar a dónde él iba (Juan 13:33). Sin duda, Jesús se refería al cielo donde mora la Deidad con sus santos ángeles. Además, él prometió volver, no para llevarnos al cielo, sino para quedarse en la tierra con nosotros (Zacarías 14:4; Salmos 67:4; Apocalipsis 5:10; 2 Samuel 23:3). Esto queda evidenciado también por las declaraciones de Jesús en Juan 14:2,3., donde él dice enfáticamente, entre otras cosas: “Si me fuere… vendré otra vez,  y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy (en la tierra) vosotros también estéis”. Tómese nota que cuando Jesús dijo eso, él todavía no había resucitado; y menos aún, ascendido al cielo.

 

¿Qué Jesús volverá para llevarnos al cielo? ¿Pero en qué quedamos? ¿Acaso no estaremos allá cuando fallezcamos? Hay algo aquí que no está muy claro en la teología tradicional. Sin embargo, parece que  Satán no fue sólo el inventor de la inmortalidad inherente del alma humana, cuando le aseguró a Eva: “de seguro que no moriréis” (Génesis 3:4), sino que también inspiró la creencia de “subir a las alturas para ser semejantes a Dios” (Isaías 14:13).

 

                                         La Influencia del Gnosticismo

 

La secta gnóstica apareció en los tiempos de Jesús como un competidor del cristianismo. Los gnósticos habían mezclado ciertos conceptos judíos con las creencia de la inmortalidad del alma propugnada por el filósofo Griego Platón. Los gnósticos utilizaron términos del Antiguo Testamento como Jehová, Set, etc. y les daban su propia interpretación. Por otro lado, el gnosticismo, a diferencia del cristianismo, enseñaba que la materia era mala, y por tanto, Jesús no pudo ser plenamente hombre carnal o material, sino que sólo tenía la apariencia  humana. Pero San Juan, especialmente, no tardó mucho en condenar a los gnósticos por sus herejías (2 Juan 7,9).

 

También los gnósticos afirmaban que los hombres tenían la posibilidad de dejar el cuerpo físico, y la tierra, si aprendían sus “recetas gnósticas” para partir a otra dimensión o Pleroma donde vivían los “aeones” o espíritus puros o superiores, entre los cuales se encontraba el Yahweh de la Biblia. Para lograr esa transmigración, los gnósticos daban por sentado que el hombre tenía un alma inmortal que trascendía a la muerte física. Entonces: ¿No se parece mucho la enseñanza “católica” de hoy acerca de la partida del alma al cielo, con aquella de los gnósticos heréticos, que sostenía que el alma parte al “pleroma (o proto-cielo)”? ¿Podrían acaso Platón y los gnósticos tener razón, al creer que los hombres tienen un alma inmortal inherente que sobrevive a la muerte?

 

                                       El Reino no es la Iglesia Cristiana

 

La teología Católico-Romana enseña que la Iglesia es el Reino de Dios. San Agustín desarrolló esta teología hace 16 siglos atrás. Antes de ese tiempo, entre los siglos I al III D.C, nada se sabía de un ”basilea-eclessia” (reino-iglesia) como es presentado por el romanismo amilenialista. Sin embargo, es verdad que la iglesia tiene que ver con ese reino bíblico, pues ella está llamada a heredarla (Mateo 25:31,34; Lucas 12:32). Confundir el reino con la iglesia, como expresiones sinónimas, es un error garrafal o colosal. Si el reino es algo que heredará la iglesia, ¿Cómo puede ser la iglesia la herencia misma? Esta es una pregunta lógica e inevitable, la cual, hasta un niño la puede formular fácilmente.

 

También se ha pasado por alto el hecho de que “carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios” (1 Corintios 15:50). Este segundo punto es importante. El hombre mortal no puede heredar el reino bíblico, pues necesita primero ser “transformado”, cuando se haga realidad la segunda venida de Cristo en persona (1 Corintios 15:52). Esto hace imposible que la iglesia, compuesta por mortales, sea el reino de Jesucristo.

          

                                        Autoridad Sobre Las Naciones

 

La iglesia está llamada a conformar el reino glorioso de Cristo para ejercer su autoridad sobre las naciones de la tierra. La Parábola de la Diez Minas explica claramente este punto, al señalar que los fieles creyentes tendrán puestos de autoridad en el gobierno mundial de Cristo. Léalo en Lucas 19:11-27 y Apocalipsis 2:26. Nótese que dice: autoridad sobre las naciones o países, lo que significa que el mundo estará dominado también por los cristianos fieles, cuando el reino de Cristo se establezca en la “parousía” o venida del Rey de reyes desde el cielo. Los últimos serán los primeros, y los primeros vendrán a ser últimos.

 

Ya el profeta Isaías (32:1) había predicho de que habría un justo que reine con sus príncipes en el reino de Dios. Dice así el texto: “He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio”. Y en el Salmo 122;5 se predijo que en Jerusalén estarán los tronos de su casa o reino:Porque allá (Jerusalén) están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David”. Sí, la sede del reino estará en la tierra, y los santos ejercerán mundialmente su autoridad y poder con Jesucristo, el rey del reino.

 

 Es claro, entonces, que el hombre de hoy tiene la oportunidad de participar como un protagonista dentro del futuro reino o gobierno mundial de Cristo. Ahora nuestra vida tiene realmente un propósito trazado por Dios desde los albores de los tiempos. Por eso, el retorno de Cristo es la bendita esperanza de todos los Cristianos mesiánicos (Tito 2:13, 2 tesalonicenses 2:16). Los que no tienen a Cristo y su evangelio en el corazón, viven desesperados y frustrados por la falta de un horizonte claro y de esperanza para sus vidas y la de sus hijos ( 1 Tesalonicenses 4:13; Efesios 2:12) .  Definitivamente cualquier hombre que no conoce este mensaje o evangelio del reino vivirá el momento pensando que la vida es una y que hay que “vivirla al máximo”, gozando de todos los placeres que este mundo ofrece. Estos hombres se vuelven hedonistas, creyendo que satisfaciendo todos los deseos de su carne, y de sus ojos, serán realmente felices. Pero todos sabemos que los ricos también lloran, sufren, se deprimen, se emborrachan, se drogan, y se suicidan. Y es que tampoco las cosas materiales dan la felicidad y el gozo verdaderos. Ya lo dijo Jesús que “la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15). Realmente los hombres más felices son aquellos de fe, y de rectitud de carácter, pues sus conciencias están tranquilas y satisfechas por el bien hacer en el nombre de Jesús.

 

                                 El Nuevo Nacimiento y el Reino de Dios

 

A Nicodemo, un fariseo de renombre, Jesús le dijo: “ De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar acaso por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va, así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:3-8).

 

Aquí Jesús está dando la clave para poder ver e ingresar en su reino milenario en la tierra de la era venidera. Aquí Jesús dice que se debe “nacer de agua y del espíritu”. ¿Qué significa eso exactamente? La mayoría de cristianos ignora el significado de esta revelación de Jesucristo, pues no se les ha estimulado a reexaminar sus creencias a la luz de las Santas Escrituras, la Biblia.  Pues bien, ahora usted tiene la oportunidad de saberlo con verdad. El agua en la Biblia suele tener dos significados básicos: La Palabra de Dios y el Bautismo. Pedro habla de “renacidos por la Palabra de Dios” en 1 Pedro 1:23, donde dice claramente: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre”. De modo que la Palabra de Dios hace renacer a un convertido, y lo transforma en un hombre nuevo, en un niño en Cristo, el cual será reeducado en los valores de la fe.  Y en Juan 15:3 Jesús dice algo interesante: “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”.  De modo que la palabra de Dios tiene el efecto del agua:  limpiar la mugre espiritual, o los pecados. Y Pablo dice que la Palabra de Dios actúa en los creyentes: “Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes” (1 Tesalonicenses 2:13). Sí, la palabra de Dios (=el evangelio del reino) actúa en los creyentes para transformarlos en “nuevos hombres” (Romanos 12:2, 2 Corintios 5:17). 

 

La segunda connotación del agua es el bautismo. El hombre que cree en Cristo, y en su evangelio del reino, se bautizará en agua para el perdón de sus pecados (1 Pedro 3:20,21; Hechos 2:38). En Hechos 8:12 tenemos los dos aspectos del agua actuando juntos cuando Felipe bautizó (en agua por inmersión) a aquellos que recibieron  creyeron en la palabra del evangelio del reino (o agua espiritual) con fe. Dice así el texto: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres”. Por supuesto que después de este bautismo los hombres y mujeres creyentes se llenaron del Espíritu de Dios (Hechos 2:38). Habían nacido del Espíritu Santo por la Palabra del evangelio del reino que es también la espada del Espíritu (Efesios 6:17). Entonces, la palabra del evangelio del reino de Dios hace renacer a muchos hombres “de agua y del espíritu”, para convertirlos en soldados de Cristo, en hombres santos y probos.

 

Por tanto, al hombre “renacido” se le conoce por sus frutos—¡los del Espíritu Santo!. El hombre nuevo vivirá bajo el Espíritu Santo y ya no bajo “la carne” ( Romanos 8:1-17). El creyente es ahora un hijo de Dios, y heredero de todas las promesas ofrecidas por Dios a un hijo obediente y leal. Tendrá, pues, el derecho de ser un heredero del reino del Padre como un príncipe glorioso al lado de su hermano mayor, el Señor Jesucristo, el Rey del reino de Dios (Apocalipsis 3:21).

 

También el otro aspecto del “nacimiento del Espíritu” es aquel referido a la “resurrección espiritual” del creyente difunto para heredar el reino venidero milenario. Ya el apóstol Pablo había explicado el hecho de que si poseemos el Espíritu Santo en nosotros por la conversión, entonces Dios nos resucitará por Su Espíritu para heredar el reino. Dice así Pablo: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros (Romanos 8:11) . Nótese la importancia de tener el Espíritu de Dios. Sin Él no podremos resucitar para heredar el reino glorioso. De allí la importancia del renacimiento del Espíritu. Se renace con un cuerpo espiritual por el Espíritu que mora en nosotros (1 Corintios 15:42-44). Luego, al recibir el  renacimiento espiritual” (= la resurrección con cuerpos espirituales), entonces veremos y entraremos en el reino prometido de justicia de la era venidera.

 

                                     ¿Tiene Usted el Espíritu de Dios?

 

Definitivamente no se puede tener el Espíritu Santo si se está viviendo en el sexo ilícito, drogadicción, alcoholismo, hurtos, mentiras, estafas, hipocresías, ocultismo, asesinatos, odios, rencillas, rencores, orgías, idolatrías, amor al dinero, lascivias, etc, etc. El apóstol Pablo hace un claro contraste entre los deseos de la carne y los deseos del Espíritu. Sus palabras son como siguen: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas 5:16-24).

 

Ahora bien, nótese que los deseos del Espíritu son claros: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, etc. El amor es de Dios. Si se tiene a Dios en el corazón, se tiene el amor. Con el amor nosotros podemos lograr todo lo imposible.  El gozo proviene de saber que nuestros pecados pasados han sido perdonados, así como por saber que uno tiene una esperanza de gloria para el futuro en el reino de Cristo. La paz comienza con uno mismo, en el momento que uno ha hecho la paz con Dios, y se ha reconciliado con Él. Luego, la paciencia viene como resultado del amor y de la fe en las promesas de Dios.  La benignidad o la dulzura de carácter es el resultado del mismo Espíritu de Dios morando en uno. Uno reflejará el amor y la dulzura de Dios en nuestro trato diario con los demás. La mansedumbre es el carácter manso, tranquilo, dócil y sumiso del creyente. Ya no será un hombre violento, soberbio, petulante, y orgulloso; sino manso, humilde, obediente, piadoso y santo. Y la templanza es la moderación en todo: En la comida, en la bebida, en el hablar, en el sexo marital, etc, etc.

 

      

                                       ¡Retenga Su Corona de Gloria!

 

A los hombres que se han convertido por el anuncio del evangelio del Reino de Dios, Jesús les dice muy enfáticamente: “He aquí que yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona” (Apocalipsis 3:11). Sí, todos los creyentes mesiánicos tienen ya su corona de gloria del reino de Dios. Lo que resta por hacer es que nadie nos la arrebate o nos la quite por nuestra desidia e inconstancia. Es entonces obvio que estamos llamados a ser príncipes coronados en el reino de Cristo. Allá en el cielo están guardadas nuestras coronas, listas para ser traídas a nosotros, y colocadas en nuestras cabezas, para cuando Cristo vuelva en gloria con sus santos ángeles desde el cielo. “He aquí que yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:12).

 

                                          Breve Cuestionario Para Repaso

 

1.-¿Para qué vino Jesucristo al mundo, según Lucas 4:43?

2.-¿Qué significa la palabra evangelio?

3.-¿Cuál es la tragedia del cristianismo de los últimos quince siglos?

4.-¿De qué se trata este evangelio, según Mateo 24:14?

5.-¿Qué predicaba Jesucristo con sus discípulos en las distintas ciudades que visitó, según Lucas 8:1,2?

6.-¿Qué mandó Jesucristo a predicar a sus discípulos hasta su regreso en gloria?

7.-¿Qué predicó Pablo en Mileto, Roma, y Efeso?

8.-¿Se oye predicar este evangelio en el Perú?

9.-¿Qué significa la palabra reino?

10.-¿Cuál es la diferencia entre el reino de Dios y los reinos actuales?

11.-¿Qué explicación dio Agustín de Hipona del reino?

12.-¿Qué interpretación dan del reino los Católicos?

13.-¿Qué interpretación dan la mayoría de protestantes acerca del reino?

14.-¿Qué cuatro cosas tiene un reino?

15.-¿Por qué el hombre no puede vivir en el cielo?

16.-¿Qué dijo Salomón con respecto a nuestro destino?

17.-¿Qué pidió el pueblo de Israel a Dios por intermedio de Samuel?

18.-¿Quién fue el primer rey de Israel?

19.-¿Quién reemplazó a Saúl y por qué?

20.- ¿De quién era el reino de David?

 21.-¿Qué texto usaría para probarlo?

22.- ¿Qué pacto hizo Dios con el rey David?

23.- ¿Cumplió Salomón, su hijo, con el pacto prometid0? Explique

24.- ¿Quién, entonces, cumplirá el pacto totalmente?

25.- ¿Cuál fue el último rey de la dinastía del reino de Dios?

26.- ¿La suspensión del reino de David, sería para siempre?

27.- ¿Qué profetizó Ezequiel en el capítulo 21, y versos 25-27?

 

NUEVA FECHA PARA EL ARMAGEDÓN DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

¡Watchtower predice el Armagedón!

Que viene el lobo…
2034, nueva fecha del Armagedón watchtoweriano

Artículo tomado de “La Sangre de los Testigos de Jehová” http://geocities.com/pco1973/

Según La Atalaya del 15 de diciembre de 2003, página 15, párrafos 6 y 7, esa es la nueva fecha del Armagedón.

Primero se cita en el párrafo 6 a Génesis 6:3 respecto al mundo prediluviano: «sus días tendrán que llegar a ser ciento veinte años«, y el artículo dice que ese anuncio divino fue 2490 años antes de Cristo. Según la cronología de la WT, el diluvio fue en 2370 antes de Cristo (120 años después). Luego en el párrafo 7, dice: «Ya han transcurrido unos noventa años desde que en 1914 se iniciaron los últimos días de este sistema de cosas. Sin duda estamos en «el tiempo del fin» (Daniel 12:4).» De esta manera sutil (típico estilo WT), se está insinuando -sin decirlo-, la posible fecha armagedónica. ¿Volverán los TJ a creer este nuevo ejemplo de la teología absurda del Cuerpo Gobernante?

VER ABAJO LA CITA SACADA DE LA REVISTA WATCHTOWER EN ESPAÑOL

El Diezmo: Análisis de Malaquías 3:6-12

El Diezmo: Análisis de Malaquías 3:6-12

                                 Autor: desconocido

 

Uno de los pasajes que utilizan con más frecuencia los “pastores del diezmo”, buscando intimidar y de ese modo aprovecharse de la ingenuidad de la gente es, (malaquías: 3:8) “…vosotros me habéis robado…” dicen los falsos maestros, pretendiendo hacer creer que citan a Dios, mientras ellos son los que realmente le están robando a las personas y a Dios con esta mentira.
¿Cuántas de las personas que leen este artículo han sido engañadas con este pasaje? Recuerdo haber escuchado este versículo en una clase de estas iglesias seudo evangelistas, y haberme decidido a dar el diez por ciento de mi salario, porque no quería escuchar a Dios llamándome ladrón. Pero en verdad, lo que Dios dice en este pasaje, no es para los cristianos. Él jamás diría que le he robado, porque soy su hijo por la fe que es en Cristo, y todo lo que es suyo me pertenece. Pero vamos a analizar este pasaje, y usted podrá comprobar lo que Dios realmente dice en él

El libro de Malaquías fue escrito unos 400 años antes de Cristo, y está dirigido a la Nación de Israel:

“Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías” (Mal.:1.1)

En el versículo seis del capítulo tres (Mal: 3:6) que es donde comienza nuestro análisis, sigue dirigiéndose a los israelitas:
“Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos”

El hecho de que este dirigido a la Nación de Israel y no a la iglesia, debería ser suficiente para que el cristiano lo analice cuidadosamente. Y eso es lo que trataremos de hacer con la ayuda de Dios.

En el versículo siete, Dios les reclama el haberse apartado de sus leyes y no haberlas cumplido. Les propone que se vuelvan a él para tener bendición:

“Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis .Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, a dicho Jehová de los ejércitos. Más dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?” (Mal: 3:7)

Permítame aclarar, por si no lo está viendo claro, que Dios está reclamándole estas cosas a la Nación de Israel, no a la iglesia. No podría referirse a la iglesia porque 400 años antes de Cristo, esta aun no existía.
Los israelitas estaban bajo la ley, la cual obliga al hombre a hacer algo para recibir algo a cambio.
La iglesia no está bajo la ley mosaica, es decir que en ella, esto de “hacer algo para recibir algo,” no funciona.
La iglesia está bajo la gracia (Ro:6:14) y todo lo que recibe es por gracia a través de Cristo: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. (Jn:1:16)

En el versículo siete, ante la demanda de Dios de volverse a Él; los israelitas preguntan: “¿En qué hemos de volvernos?” Es decir que quieren saber, qué es aquello de la ley que no están cumpliendo.
Dios responde que le están robando:

“¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.” (Mal:3:8)

Dios dice que ellos le roban porque el diezmo le pertenece a él (levítico: 27:30; 32) y los israelitas no lo están entregando como él dice, sino que se lo están quedando para ellos.
Ahora bien; si usted y yo fuésemos israelitas y estuviésemos viviendo en el año 400 A C, este pasaje estaría hablándonos a nosotros, inexcusablemente. Pero la verdad es que no soy de la Nación de Israel; por lo tanto, no tengo porqué llevar a la casa de Dios el diezmo de: mi aceite, mi grano, mis animales, etc.
Y en el caso que usted sí sea israelita, le doy una noticia: No estamos en el 400AC, por lo tanto, no está obligado a diezmar su trigo, su aceite, su vino, etc. (no habla de dinero la ley, solo de alimentos: “…haya alimento en mi casa…”)
En el versículo nueve Dios les recuerda que su desobediencia los deja bajo maldición:

“Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.» (Mal:3:9)

Este versículo vuelve a hacer mención a la nación de Israel, que es a quien se está dirigiendo Dios con sus reclamos. La mala noticia es que si usted era israelita en el 400AC, y no estaba diezmando y ofrendando como la ley ordenaba, quedaba bajo maldición (maldición es lo contrario de bendición; estar bajo la bendición de Dios es estar bajo su protección, sus cuidados y su amor; mientras que estar bajo maldición, ser “maldito,” es estar apartado de Dios, lo cual es lo peor que le podía pasar al israelita hace 2400 años y lo peor que le puede pasar a cualquier hombre hoy.)
Ahora bien; el incumplimiento de la ley, traía como consecuencia la maldición. En el libro de “Gálatas” se lee:

“Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición. Pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gal:3:10)

Es decir: “Has esto y recibirás bendición, no lo hagas y lo que recibirás será maldición” La nación no estaba diezmando ni ofrendando y por ley habían quedado bajo maldición. En (Dt:28) se puede informar acerca de las bendiciones y maldiciones que traían el cumplimiento o incumplimiento de la ley. Pero siguiendo con nuestro estudio, cabe preguntarse: Si Dios en este pasaje de la Escritura se está dirigiendo a la nación de Israel

¿Por qué los “maestros del diezmo” lo aplican a la iglesia?
Pretender hacer diezmar a los cristianos mediante este pasaje demuestra un desconocimiento total de las doctrinas cristianas; porque en (Gál:3:13) se afirma que: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley…” ¿Y cómo nos liberó de esa maldición? El mismo versículo dice que él ocupó nuestro lugar: “…hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)”
Cristo fue maldito por nosotros para librarnos de la maldición que trae el incumplimiento de la ley, eso es lo que la Palabra de Dios dice, solo eso, en ningún lugar se reclama a los cristianos a cumplir la ley.
Si usted ha creído en Cristo,(Jn:3:16) si le ha recibido como Señor y Salvador de su vida,(Jn:1:12) entonces usted ha sido perdonado por Dios;(Col:2:13) ahora Cristo vive en usted y usted está en Cristo (Gál:2:20). No hay nada que pueda separarlo (maldecirlo) del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Ro:8:36)

Siguiendo con el versículo diez de Malaquías, vemos que Dios promete dar “bendición hasta que sobreabunde” a la nación de Israel, si primeramente cumplen con la ley.
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”
En el 400AC los israelitas estaban, como dijimos, bajo la ley, debían cumplir los mandamientos de Dios si querían que él los bendijera; por lo tanto, reta a la nación a cumplir la ley y probar su fidelidad. Eso es perfectamente lógico antes de la crucifixión, pero absolutamente absurdo bajo la gracia. Este pasaje no tiene valor para el cristiano, el cristiano no puede probar a Dios; Dios no va a bendecirlo porque el cristiano cumpla la ley, simplemente porque la ley no fue dada para el cristiano.

Primeramente, Dios no puede bendecir al cristiano a cambio de lo que este haga, porque el cristiano no está bajo la ley. Dios bendijo al creyente “…con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” por la fe en Jesús.

Segundo, un cristiano no puede probar a Dios, porque ha sido justificado por fe (Ro:5:1) y “…El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe…” (Gál:3:12;13)
Si un creyente pretende probar a Dios, estaría ofendiendo a Dios quien le ha dado todo cuando le dio a su Hijo

“… ¿Cómo no nos dará con él también todas las cosas?” (Ro:8:32)

Tal vez usted, como yo en mi ignorancia, haya probado a Dios, y habrá podido comprobar que Dios no abrió las ventanas de los cielos en su vida, pues no ha prosperado mucho materialmente ¿verdad?
Si Dios no cumplió con esa parte del trato ¿No será que ese trato no fue hecho para usted? Le aseguro que de todas las personas que conozco que están relacionadas con diezmar, a los únicos que les va bien con esto de las bendiciones materiales, es a los pastores que lo recogen.
Ahora, si usted cree que las bendiciones que Dios promete enviar a los diezmadores son espirituales; le recuerdo que no necesita diezmar u ofrendar para que Dios se las otorgue; porque si usted está en Cristo ya ha sido bendecido “…con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.” (Ef:1:3)

La bendición que Dios promete en (Mal:3:11) es material:

“Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos” (Mal:3:11)

En el versículo once se vuelve a insistir en que este mandamiento es para la nación de Israel, y Dios promete prosperidad material:

“Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos”

Por último, si la prosperidad económica es la consecuencia del diezmo (como afirman algunos de estos obreros fraudulentos) ¿Por qué los que más diezman son los más pobres? ¿Por qué no hay evidencia de que el Señor Jesucristo diezmara? ¿Por qué él era pobre? ¿Por qué si él era pobre, sus “siervos”del siglo veintiuno tienen cuentas bancarias, dos o tres automóviles, cosas lujosas y muchas propiedades? ¿Por qué no hay evidencia bíblica de que Pablo, Pedro o los demás apóstoles diezmaran? ¿Por qué ellos eran pobres? ¿Por qué si ellos no cumplían con la ley nosotros si debemos hacerlo? ¿No es curioso que el Señor Jesús siendo pobre haya dejado a sus ovejas al cuidado de gente que se ha enriquecido con el evangelio?

Conclusión: lo que se reclama en las iglesias como diezmo del salario o de los ingresos brutos de las personas es mentira, no tiene base bíblica.

Ante cualquier duda, comentario o crítica, sírvase enviarnos un correo. No olvide citar los versículos o pasajes bíblicos donde basa sus argumentos.

Diez Razones por las el pasaje de Mal. 3:6-12 no se puede aplicar hoy a los cristianos Volver arriba

1- Porque fue escrito antes de la crucifixión del Señor. (400 A C) El Señor Jesucristo murió justamente porque el hombre no podía cumplir la ley.

2- Porque es parte de la ley, y el cristiano no está bajo la ley. (Ro:6:14)

3- Porque fue escrito para la nación de Israel (vs9) a quien se le había dado la ley, y los cristianos no somos judíos, No somos ni judíos, ni gentiles; somos la iglesia de Dios.

4- Porque el pasaje afirma que si no se cumple con el diezmo y las ofrendas se está bajo maldición, (vs9) es decir que el incumplimiento nos aparta de Dios. Esto es imposible que suceda, ya que al estar en Cristo “nada puede separarnos del amor de Dios” Ro:8:39

5- Porque no existe en la actualidad, la “casa de Dios” a la que se refiere el profeta adonde podamos llevar ese diezmo, y tampoco el granero (alfolí) (porque no es de dinero de lo que habla el versículo 10)

6- Porque es imposible que Dios nos bendiga a cambio de lo que nosotros hagamos, pues eso sería un pago a cambio de algo. Eso es perfectamente lógico en la ley, pero no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia, (Ro:6-14)es decir que todo lo que recibimos es por gracia. Pretender que Dios nos de algo a cambio de lo que hacemos es una ofensa al Señor, porque es menospreciar su gracia. Por otra parte, no puede bendecirnos ya más, porque ya “…nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,” (Ef:1:3)

7- Porque aplicar ese pasaje de La Escritura a los cristianos sería hacerlos judaizar; cosa que el Señor prohíbe hacer.(Hch 15:10)

8- Porque “probar a Dios” (vs 10) no siendo judío, no estando bajo la ley, y teniendo todo lo que pertenece a Dios a través de Cristo (Ro 8:17; 1Co:3:21-23) es lisa y llanamente una estupidez. El cristiano no necesita “probar a Dios”, porque el cristiano es una criatura espiritual (2Co5:16-17), que anda por fe (2Co5:7), que no se afana por el mañana porque ha rendido su vida al Señor y confía en él. (los judíos a quienes se dirigía el profeta no confiaban en el Señor, por eso el Señor los provoca a que lo “prueben”)

9- Porque si este pasaje tuviese validez para los cristianos, el Señor Jesucristo hubiese sido inmensamente rico en la tierra; sin embargo no tenía “dónde reposar su cabeza”. Tampoco tuvo validez para el apóstol Pablo.

10- Porque el diezmo y las ofrendas, (como toda la ley en si) no son un fin en si mismos, sino el medio por el cual Dios busca que el hombre cumpla con Sus propósitos. Si el diezmo fuera un fin en si mismo también lo serian el día de reposo y los sacrificios, y debiéramos entonces, guardar el sábado y seguir sacrificando animales, lo cual es absurdo pues “el fin de la ley es Cristo…” (Ro10:4)

Esto es solo un comentario sobre el pasaje de Malaquías, el cual ha sido utilizado para propio beneficio por muchos inescrupulosos a través de toda la historia del cristianismo, estos han tergiversado las palabras del Señor y sufrirán por ello las consecuencias “…el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea.”(Gálatas 5:10). Mayor información escribir a: citasbiblicas@yahoo.com.ar

 

¿EXISTEN REALMENTE CÓDIGOS SECRETOS EN LA BIBLIA?

                                                 Por Mario A Olcese

 

 

¿Códigos secretos Revelados en los días finales?

 

En estas últimas décadas se ha venido pregonando que en la Biblia hay “códigos secretos” que podemos descubrir gracias al avance de la ciencia y la tecnología. Los estudiantes de la Biblia creen que justamente en los últimos tiempos—tal como lo profetizó Daniel—la ciencia, es decir, el conocimiento en general, incluyendo el bíblico sería aumentado. Creen que gracias a la invención de la computadora es posible  por fin descubrir cosas secretas en la Biblia: Datos, hechos históricos, y fechas de eventos importantes que acaecerán en el mundo en los últimos tiempos. Pero, ¿fue eso exactamente lo que Daniel quiso decirnos en Daniel 12:4? Notemos que Daniel dijo que sería aumentada la ciencia, ¿pero acaso hasta el punto de revelarnos lo que nos depara el futuro en la forma de códigos secretos?

 

Secretos que siempre pertenecerán a Dios

 

Sin duda alguna Dios no tiene la intención de revelarnos todo lo que Él tiene planeado para el futuro. Hay muchas cosas secretas que permanecerán secretas en Dios. Dice Deuteronomio 29:29: “Las cosas secretas pertenecen á Jehová nuestro Dios: mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley (torah)”. Aquí vemos que a Moisés se le dijo que las cosas secretas de la Torah pertenecen a Yahweh, pero “las cosas ya reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre”. De modo que en la torah está todo aquello que Dios quiso revelarlos. Algunos rabinos ultra conservadores y ortodoxos creen que aún permanecen cosas secretas que pueden ser reveladas por la Torah hoy con la ayuda de los avances tecnológicos. Pero esto no es lo que la Biblia dice. ¡Las cosas secretas que están escondidas en Dios no pueden ser descifradas por el hombre porque pertenecen a Yahweh!

 

Dios revelaba “su secreto” a los Profetas

 

Algunos maestros bíblicos tanto del judaísmo como del cristianismo creen que “Yahweh no hará nada sin que revele su secreto a sus siervos los profetas” (Amós 3:7). Sin embargo, acá tenemos dos puntos por aclarar. El profeta Amós está hablando de UN SECRETO en particular, y segundo, de “SUS PROFETAS”.

 

Hoy vemos que personas comunes y corrientes que son simples investigadores de la Biblia están descifrando supuestos “códigos secretos” en la Biblia (especialmente en la torah) como si fueran verdades reveladas de Dios. Habría que preguntarse si aun hoy Dios sigue teniendo profetas y maestros dentro de su pueblo al estilo de Daniel y Ezequiel para anunciar eventos del futuro que han permanecido ocultos por milenios usando una computadora.

 

Pablo dijo que sólo conocemos en parte

 

El apóstol Pablo dijo “Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos” (1 Cor. 13:9). Esto quiere decir que aún quedan muchas cosas por conocer. Pero, ¿cuándo se conocerían? ¿Acaso con el avance de la ciencia y del conocimiento? No! El mismo apóstol da una respuesta contundente en el siguiente versículo (10) cuando escribió lo siguiente: “Mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará”. Es decir, este conocimiento parcial que tenemos ya revelado del plan de Dios para el presente y el futuro del mundo se volverá perfecto o completo sólo cuando el Mesías se haga presente en este mundo.

 

Debemos seguir Escudriñando las Escrituras

 

En Juan 5:39 Jesús mandó a los suyos a que investigaran o escudriñaran las Escrituras existentes (el AT) “porque ellas dan testimonio de mí”. Es decir, debemos escudriñar las Escrituras para saber quién es Jesús y cómo es él el cumplimiento de lo revelado por los profetas de antaño. Jesús no tenía en mente que investigáramos las Escrituras para descifrar códigos ocultos o secretos que nos puedan revelar eventos cruciales catastróficos que acaecerían en el mundo poco antes de su venida. Repito, su intención al decirnos que escudriñáramos las Escrituras inspiradas no era para que supiéramos de antemano cuándo sería asesinado un primer ministro, o la fecha y hora exactas de la destrucción de un par de edificios enormes de una ciudad importante, o el lugar y fecha de un terrible Tsunami que arrasaría cientos de miles de vidas humanas. El propósito básico del escudriñamiento de las Escrituras era confirmar lo que ya se había revelado a través de los profetas sobre Jesús. En Hechos 17:11 tenemos a los bereanos escudriñando las Escrituras “para ver si estas cosas eran así”. Es decir, los nobles bereanos investigaban las Escrituras con un espíritu de confirmación, para saber si lo enseñado por el apóstol del Señor era cierto o falso. Sólo unas pocas profecías, como la de las 70 semanas de Daniel 9, podrían ser escudriñadas para saber la fecha en que se cumpliría un evento crucial en el futuro. En este caso, la fecha exacta de la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén  y de su muerte en la cruz del calvario. ¡Esto fue algo claramente revelado por Dios para nosotros! ¡Y esto fue algo importante que Dios quiso que supiéramos de antemano para que creyésemos en su Hijo Unigénito!

 

Tiempos y Sazones

 

Una de las preguntas que le hicieron a Jesús sus discípulos era si en el tiempo en que estaban viviendo se restauraría el Reino de Dios, un evento muy importante y crucial que era anhelado por todo el pueblo Hebreo y la iglesia del Señor. Jesús pudo haber sabido que la fecha para el cumplimiento de ese evento crucial estaba escondido en forma de código en la Torah o en algún libro de los profetas y que en el futuro se podría conocer a través de los adelantos científicos predichos por Daniel. Pero no, Jesús no tuvo esa esperanza en mente. Al contrario, él les dijo a sus discípulos que “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1:6). Así que la fecha para ese gran y crucial evento anhelado por todos los fieles sería conocida sólo por el Padre, pero desconocida por los hombres y aun por Su propio Hijo hasta el día de su cumplimiento (Marcos 13:32). Hoy, los falsos profetas modernos nos dicen que la Biblia nos puede revelar la fecha del fin del mundo, o lo que es lo mismo decir, la fecha de la venida de Cristo para inaugurar el milenio. ¡Cuán falsa es toda esta pretensión!

 

Eventos anunciados y revelados como antesala del fin del mundo

 

Jesús reveló eventos claros y terribles que ocurrirían en la tierra hasta su venida en gloria cuando él estuvo con sus discípulos en el Monte de los Olivos. En ningún momento—y eso es significativo—Jesús da indicios de fechas para cada uno de los eventos predichos y que ocurrirían antes de su venida y del fin de la era. En realidad, al no haber ningún indicio de fechas precisas en Mateo 24, Lucas 21, y Marcos 13, los cristianos de todas las épocas siempre pensaron que su generación sería la última, dado que “siempre” hubo guerras, terremotos, pestes, hambres, etc, etc. desde que Jesús dejó la tierra hace dos milenios. Jesús no reveló fechas, ni siquiera en clave o códigos secretos, porque él quiso mantener a sus discípulos siempre alertas y pendientes de su parusía en gloria. El haber dado fechas hubiera desalentado la fe y la esperanza de sus discípulos, y máxime, si éstas apuntaban a miles de años por delante. Ellos siempre pensaron que Cristo estaba “a las puertas”. De hecho, hay muchísimos tiempos y sazones que permanecerán guardados en Dios y nunca podrán ser conocidos por expertos en informática.

 

El Peligro de la Fechas

 

El peligro de dar fechas es que si no se cumple lo que se supone está claramente profetizado, va a desanimar a los creyentes y entonces éstos pensarán que la Palabra de Dios es falsa, o en el mejor de los casos, poco confiable. La intención de Jesucristo es que velemos porque “no sabemos cuándo vendrá vuestro Señor” (Mat.24:42; 25:13; Mar. 13:33,35). Sencillamente es imposible saberlo. Nadie puede con seguridad decir que Cristo vendrá mañana, dentro de un año, diez años, cien años o mil años…pero sospechamos que está muy próximo. ¡Ojalá sea cierto!

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INCREÍBLE: ¡MILLONES DE TESTIGOS DE JEHOVÁ NO SABEN PARA QUÉ SE BAUTIZARON!

Por Mario A Olcese, Ex-Testigo de Jehová

 

 

Dos clases de Testigos y Un solo Bautismo

 

Los Testigos de Jehová enseñan que sólo 144,001 individuos han sido “ungidos” por Yahweh para conformar la clase de la iglesia, o la hermandad de Jesús que vivirá eternamente con Cristo en el cielo. El resto de “Testigos”, la llamada clase terrestre u “otras ovejas”, permanecerá para siempre en la nueva tierra paradisíaca.

 

Es de conocimiento general que a todos los potenciales “Testigos de Jehová” se les anima al bautismo para que puedan ser miembros de su culto de manera formal. Tanto los llamados “ungidos” y los no ungidos u “otras ovejas” son bautizados de la misma forma, aunque ninguno de ellos “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” como Jesús lo ordenó. Sin embargo, lo que millones de Testigos de Jehová de la clase terrestre y que no pertenecen a la iglesia siguen ignorando es que el bautismo tiene como fin básico el integrar justamente a los conversos bautizados a la iglesia del Señor para que sean salvos. Esta sorprendente verdad la encontramos en Hechos 2:38, 41, 47 y que dice: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas… alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. Nótese que aquellos que fueron evangelizados por Pedro fueron bautizados para ser añadidos a la iglesia. Sí, ¡añadidos a la iglesia!¡y fueron 3,000 almas! Así que el bautismo claramente nos añade, agrega, o unos une a la iglesia de Dios como miembros para encaminarnos a la salvación eterna. Pero los “Testigos de Jehová” tuercen esta verdad preciosa diciendo que sólo 144,000 bautizados son miembros de la iglesia pero no así el resto de Testigos bautizados, y que suman millones. ¿No es acaso esta doctrina Russelista-Rutherfordiana una herejía destructora?

 

Cuando a los Testigos de Jehová de la clase terrestre se les muestra estos versículos bíblicos de Hechos 2, se quedan pasmados y no saben qué decir. Simplemente se quedan en un estado de shock y no saben qué responder ante tan potente evidencia que contradice la doctrina de su culto. Después vuelven en sí y se percatan inmediatamente que algo no anda bien con su llamada iglesia ungida.

 

¿Pero qué más otorga el Bautismo?

 

Según el texto arriba citado, los bautizados reciben el don del Espíritu Santo. ¿Y qué importancia tendría esto? Pues mucha. El Apóstol Pablo les escribió a los romanos y les dijo claramente: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios
8:17 Y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”
Según el Apóstol Pablo, los que tienen la guía del Espíritu Santo (los bautizados), éstos son hijos de Dios, y se convierten automáticamente en herederos de Dios y COHEREDEROS CON CRISTO. Esta verdad paulina contradice la doctrina de los “TJ” que dice que sólo los 144,000 Testigos “ungidos” son hijos de Dios. Sin embargo, como ya hemos visto, todos los que se han bautizado en agua son hijos de Dios, sin excepción alguna, y se convierten en herederos de Dios y coherederos con Cristo. Pero esto no lo aceptan los líderes clasistas de Brooklyn, el llamado “cuerpo gobernante” o “el esclavo fiel y discreto”.

 

Y finalmente, el apóstol Pablo dice algo muy importante: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad…”.  Es decir, los bautizados ya tienen el Espíritu Santo que los ayudará para fortalecerlos en la debilidad de la carne y del Espíritu.

 

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LOS ANCIANOS Y LA IGLESIA CRISTIANA—¡UNA CLARA CONTRADICCIÓN DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ!

Por Mario A Olcese

 

 

Según los Testigos de Jehová, la iglesia o congregación Cristiana está compuesta por 144,001 individuos, de los cuales sólo quedan—según creen ellos— muy pocos con vida hoy, tal vez unos cuantos miles en todo el mundo, pero concentrados en Estados Unidos y Europa. Es curioso, sin embargo, observar que no hay en mi país ningún ungido peruano, sino sólo uno o dos de raza anglosajona y originarios de Estados Unidos de Norteamérica. Igual ocurre en Venezuela, Chile,  Bolivia, Ecuador, etc, etc, donde es casi inexistente un ungido latinoamericano a pesar de la gran membresía que existe en esos países. Esto resulta muy extraño en verdad.

 

¿Congregaciones Cristianas?


Los Testigos suelen llamar a sus sitios de reunión  como “salones del reino” y también “congregaciones”. Éste último vocablo es otra palabra para iglesia,  siendo muchas veces su uso inapropiado debido a que no siempre hay algún miembro la clase de la iglesia presente en esas reuniones. Sería contradictorio llamar, pues, a los 60,000 sitios de culto Russelistas como “congregaciones” (=iglesias) cuando en realidad la mayoría de las veces los “ungidos” o los de clase de la iglesia brillan por su ausencia.

 

La Función de Los Ancianos u Obispos

                                                                      

El apóstol Pablo explica la razón de ser del Obispado o de los Ancianos cuando les escribió a los creyentes de la ciudad de Éfeso, lo siguiente: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores (=obispos o ancianos) y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo (Efesios 4:11,12). Hay que ser demasiado lentos para no entender que la función de los maestros, y de los pastores o también llamados “ancianos”, es la de edificar el CUERPO de Cristo. Y todos sabemos que Pablo consideraba que dicho cuerpo era la misma iglesia de Cristo, los santos de Dios (Efe. 5:23), aquellos benditos que verían cara a cara a Dios (Heb. 12:14). Así que si la función de los obispos o ancianos es la edificación de la grey o de la feligresía o la iglesia, ¿a quiénes edifican los ancianos de las congregaciones jehovístas cuando no hay ni un ungido presente?¿A las “almas inmortales” de los “ungidos” ya fallecidos? Vamos! Despertemos de una vez por todas del engaño! Si los ancianos están llamados a edificar a la iglesia del Señor, entonces todos los Testigos de Jehová reunidos en las congregaciones o salones del Reino deben ser considerados necesariamente miembros del cuerpo o iglesia del Señor. ¡No hay otra salida! ¿O es que acaso la gran masa de “TJ” no son edificados por sus ancianos? Aquí hay otra incongruencia que los miembros del “cuerpo gobernante” deben solucionar pronto.

 

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FLAVIO JOSEFO HABLANDO DE JESÚS

 

        El primer pasaje añadido a Flavio Josefo habla de Jesucristo, resucitado de entre los muertos (…pero posiblemente algunas interpolaciones)

 Flavio Josefo. Antigüedades judáicas, XVIII 63-64.

Traducción que conserva las firmas

 Flavio Josefo. Antigüedades judáicas, XVIII 63-64

     Existió por aquel tiempo Jesús, hombre sabio, si se le puede llamar hombre.

     Realizaba portentos,

     maestro de los hombres que aceptan con gusto la verdad,

     y tanto a muchos judíos,

     como a griegos hizo despertar.

64. Era el Mesías.

     Y con la aprobación de los principales de los nuestros Pilato le aplicó la cruz,

no le abandonaron los que primeramente le siguieron,

pues de nuevo vivo se mostró a ellos al tercer día,

Los profetas de Dios habían dicho éstas y otras maravillas de él.

Y por él así llamados hasta hoy no ha desaparecido la especie de los cristianos.

Y por estos tiempos otro suceso …. acaeció entre los seguidores de Isis en Roma.

 

          «Flavio Josefo» no debía haber escrito ese «si se le puede llamar hombre». Es evidente que esa frase refleja no ya admiración, sino casi idolatría por Jesús, cosa imposible en un judío. Segundo error tremendo, afirmar sin parpadear eso de que «era el Mesías». Otra cosa inconcebible en un judío. Y la tercera, el «los profetas dijeron maravillas de él» . El mismo comentario que para la primera frase, pura utopía.

        Rápidamente expongo al lector la postura oficial de la Iglesia sobre el tema, en la medida que la sé y no estoy equivocado. Si lo estoy, ya me avisarán.

        Desde siempre, a éste y otros dos pasajes se les llamó pomposamente el «testimonium flavianum», testimonio de Flavio, una prueba de que las cosas son como nosotros decimos. Críticos independientes, que no hay muchos, pero alguno hay, empezó a sospechar del famoso testimonium y defendió que el pasaje era un timo. Cuando la sensatez se impuso, la Iglesia tuvo que recular y sostener que «bueno, quizás alguna frase sí que sea interpolación de algún cristiano fervoroso, pero lo demás es auténtico, desde luego, no faltaba más.»

        ¿Y cómo se pudo realizar la interpolación sin querer, sin darse nadie cuenta? «Bueno, algún cristiano devoto lo puso al margen, un nieto suyo lo pasaría al texto principal y ya se sabe …» Pero lo que no explican es cómo fue que desaparecieron de la faz del Imperio, y enseguida, de la Cristiandad todas las versiones que no eran la de los descendientes del piadoso y creativo cristiano. Entrar en ese terreno no les interesa.

        Para mí esta interpolación está hecha con ingenuidad. Con la suficiente ingenuidad como para que la incongruencia no fuera percibida antes de que se publicaran los textos, pero sí después. ..

Por Fernando Conde Torrens 

Nota: Es evidente que Josefo habló de un Jesús que realizó milagros y que era bondadoso. También habló de su aparición al tercer día tal como dice la Escritura. Al menos hubo cierta mención de un tal Jesús que impactó a los Judíos de su época.

TOMÁS DE AQUINO Y LA EXISTENCIA DE DIOS

 

Prof. Lic. Andrés A. Luetich

 

14 de diciembre de 2003

 

En la Summa Theologiæ (obra escrita para quienes se inician en el estudio de la Teología), El Aquinate presenta cinco vías para demostrar la existencia de Dios. Cada una de ellas es independiente de las demás, de modo que bastaría con que una sola fuese correcta para que la tesis quedara demostrada.

No se le debe conceder al número cinco una importancia crucial. El propio Tomás, en su Summa Contra Gentiles, reduce las vías a cuatro, y en su Compendium Theologiæ a sólo una.

Más importante que el número de las vías es la estructura que todas ellas comparten. Descubrirla permite comprender cuál es el camino que Tomás consideraba debe seguirse para demostrar la existencia de Dios.

El siguiente cuadro presenta en forma esquemática las cinco vías de Tomás y su estructura común. Debajo del mismo se explican brevemente cada uno de los elementos que lo componen.

1er paso: Todas las vías tienen un punto de partida empírico, algo que se descubre observando la Naturaleza. En un sentido material, este punto de partida es siempre el mismo: el ente sensible, compuesto de potencia y acto, objeto propio del entendimiento humano. Desde el punto de vista formal, el punto de partida de cada una de las vía es distinto: cada una toma al ser finito bajo una modalidad específicamente diversa (así, por ejemplo, la primera vía no toma al ente en cuanto ente sino al ente en cuanto móvil). Tomás parte de un dato conocido empíricamente porque considera que sólo de una existencia real dada puede deducirse una existencia no dada empíricamente. Éste es el motivo por el cual rechaza el argumento ontológico anselmiano, que «salta» de la idea de Dios a la afirmación de su existencia.

2do paso: Aplicación del Principio de Causalidad con el fin de buscar la causa que dé razón de la existencia del efecto observado empíricamente. La causalidad le permite a Tomás, partiendo de la experiencia, remontarse más allá de la experiencia. Sin la aplicación de este principio las cinco vías se tornarían intransitables. Este segundo paso es, por lo tanto, el paso del efecto a la causa.

3er paso: Si la causa a la que se ha accedido en el segundo paso no tiene en sí la razón de su existencia, deberemos remontarnos entonces a su causa. Este tercer paso es, por tanto, el paso de la causa a la serie de causas. Tomás no considera imposible una serie infinita de causas subordinadas accidentalmente en el pasado (como las piezas de dominó que caen al ser golpeada cada una por la inmediata anterior), pero sí considera imposible un proceso al infinito en la serie de causas esencial y actualmente subordinadas en el ser y en el obrar. El plano en el que se mueve la reflexión, y por tanto el plano en el que se aplica aquí el Principio de Causalidad, es el metafísico y no el físico (Tomás afirma, como filósofo, que no hay modo de dirimir la discusión respecto de si el universo tuvo o no un comienzo, bien podría ser eterno —en cuanto teólogo, y basado en los relatos de las Sagradas Escrituras, sostiene que es mejor afirmar lo primero—).

: La quinta vía pasa directamente del segundo al cuarto paso. Al respecto, Gilson dice que tal vez lo hace “en gracia a la brevedad, y más probablemente  porque, puesto que el punto de partida de la demostración es la presencia de regularidad, orden e intencionalidad en los seres irracionales en general, la necesidad de poner últimamente una providencia para todo el mundo es una evidencia inmediata”.

4to paso: Cada una de las vías concluye afirmando la existencia de la Causa Primera del efecto tomado como punto de partida. Esta afirmación constituye la premisa mayor de un silogismo cuya conclusión es que «Dios existe». La premisa menor es el significado del nombre «Dios» (y no su esencia). Por ejemplo, tomando como premisa mayor el punto de llegada de la primera vía, se puede construir el siguiente silogismo:

Existe un Primer Motor

premisa mayor

El Primer Motor es lo que llamamos Dios

premisa menor

Dios existe

conclusión

 

BIBLIOGRAFÍA

  • Gilson, É. 1981 Elementos de Filosofía Cristiana
    Madrid: Rialp
  • González Álvarez, Á. 1961 Tratado de Metafísica, tomo II
    Madrid: Gredos

 

 

 

NN. del E. 
• En la sección Trivium & Quadrivium hemos publicado
una edición bilingüe del opúsculo El ente y la esencia, donde Tomás recorre la segunda, la tercera y la cuarta vías. 
• En la sección Universidad se ha publicado un artículo titulado:
“El origen de la idea de Dios según Feuerbach”.
• También puede ser de interés para el lector el artículo:
“El origen de la religión según Marx”.

¿SALVO SIEMPRE SALVO?

Una de las Doctrinas de algunos de los sectores del Protestantismo que ha devenido en una  herejía es la que dice que “una vez salvo, siempre salvo”. Es decir, una vez que el creyente obtiene la Salvación JAMAS la pierde así cometa los pecados más abominables. Estos grupos han perdido el sentido evangélico  y la doctrina de Jesús terminando por ser lo que tanto critican y que tan bien lo describió San Pablo en  II Timoteo  4, 3

 “Pues vendrá un tiempo en que los hombres ya no soportaran la sana doctrina, sino que se buscaran un montón de maestros según sus deseos.  Estarán ávidos de novedades y se apartaran de la verdad para volverse a puros cuentos”

Estas personas sólo estudian a San Pablo como si Pablo fuera el Verbo de Dios encarnado y descartan la doctrina Evangélica de Jesús, el Señor. Al oírlos totalmente  parece que fue San Pablo quien murió en la Cruz por nuestros pecados. Para ellos Jesús vino a apoyar lo que dijo Pablo y es lo  contrario!

Para entender a Pablo hay que leerlo mirándolo a través de la Doctrina de Jesús. Pablo vino a predicar a Jesús y no lo contrario. Cuando se ve la Doctrina Paulina a través del mensaje de Jesús, la Palabra toma su dimensión Evangélica, pues de lo contrario estaremos creando “nuestra propia doctrina” como bien dijo Pablo en I Corintios 15, 1 -3:

“Hermanos les recuerdo la Buena Nueva que les predique, que ustedes recibieron y en la que perseveran firmes. Por ese Evangelio ustedes se salvan, con tal que lo guarden tal como yo se los prediqué, de otro modo HABRIAN CREIDO EN VANO”  

Esa es la sana doctrina, el creer en el evangelio de la forma que le fue entregado a los Apóstoles, pues de lo contrario “se habrá creído en vano”.Me temo querido hermano que si sigues esta doctrina de “Salvo siempre salvo”  estas creyendo en vano y peligra tu salvación.

No hay ni una sola intervención de Jesús que afirme que la Salvación, una vez recibida, nunca se pierde. Es todo lo contrario, y les daremos versículos al final del estudio como apoyo a lo que creemos de verdad, pues no hay una sola cita en los Padres de la Iglesia de los primeros trescientos años del Cristianismo que nos hable de esta doctrina, y no existe ningún Concilio que haya hablado al respecto, y tampoco ninguno de los Reformadores  hablaron de esta doctrina. Sólo Calvino habló de la predestinación pero en un contexto totalmente diferente. Esta doctrina no se conoció hasta mediados de los años 1980s. En teología hay un axioma que dice “si en teología hay algo nuevo, lo más probable es que no sea cierto”. EL Espíritu Santo que fue prometido para “introducir a la Iglesia a la verdad” no hubiera callado dos mil años una doctrina esencial para la Salvación. Con doctrinas como éstas surgidas en los albores de los últimos tiempos tenemos que aplicarle las palabras de Jesús en San Mateo 24, 11-13:

“aparecerán gran cantidad de falsos profetas que engañaran a muchos y el amor se enfriara”

Debemos ser prudentes. El demonio trata de quitar la importancia de la Salvación y esta es una de las vías. San Pablo nos da la clave de la inutilidad de esta doctrina en Filipenses 2, 12 cuando dice:

                             “cuida tu salvación con temor y temblor”

Tampoco se dejen impresionar con falsos vocablos griegos. La Palabra “SALVACION”  se utiliza en el Nuevo Testamento de dos Maneras “Soteria”  y “Soterios”. La Palabra “Soteria”  se utiliza en:

San Lucas 1, 69, 71 y 77/ San Lucas 19,9/San Juan 4,22/Hechos 4,12  7,25  13,26  17,17  27,34

Romanos 1, 16  10,1  11,11  13,11  / II Corintios 2,16  6,2  7,10 /Efesios 1, 13  1,19 /Filipenses 1, 19 

1,28  2,12 / I Tesalonicenses 5,8  / II Tesalonicenses 2, 13 / II Timoteo 2,10  3,15 / Hebreos  1,14  2,3  2,10  5,9  6,9  9,28  11,7 / I Pedro 1,5  1,9  1,10  2,2 / II Pedro 3,15 /Judas 3  / Apocalipsis 7,10 12,10 y 19,1 en todos los casos quiere decir según el Diccionario VOX  “Salvación, preservación, conservación, liberación, medio de salvación. Seguridad, vuelta feliz y felicidad”.  Todas las veces se utilizan en referencia a la obra Redentora de Jesús en el hombre. Lo mismo ocurre con “Soterios”.

Según Filipenses 2,12c la obra redentora de Jesús que actúa en mi vida como Salvación  se puede perder y no se adquiere per se. La Redención no se pierde— es eterna— pero mi aceptación de esa Redención en mi vida si se puede perder y llegar a ser destituido de la Gracia cuando el pecado mora en nosotros o se ha abrazado la desobediencia a Dios como norma.

La doctrina de nuestro Señor Jesucristo, quien dice revelar “lo que oyó de Su Padre”, es bien clara y en ningún lugar indica que la Salvación es definitiva mientras caminamos en la vida. Así, en San Mateo 6,14 condiciona mi salvación o condenación al perdón que yo otorgue o niegue a los demás.

“Queda bien claro que si ustedes perdonan las ofensas de los hombres también el Padre celestial los perdonara. En cambio, sino perdonan las ofensas de los hombres, tampoco el Padre los perdonara a ustedes”

Jesús aquí habla a Sus apóstoles  y seguidores y en ningún momento les asegura una salvación  imperdible, sino más bien les deja saber que ésta  depende de sus acciones.

En la Parábola del Sembrador de San Mateo 13 1-23 Jesús dice que la Semilla se arrojó y la Planta nació, o sea que dio frutos de vida y que después murió por diversos motivos. Si Dios es el sembrador, y la semilla es Su Palabra, al crecer la Planta que se plantó con la semilla de la Palabra significa que ésta tomó vida, y esta vida es la salvación que no es más que la vida de Dios. Estas gentes entraron en la salvación, pero la perdieron por los motivos que enseña la parábola, se atreverán a contradecir a Jesús?   

En  San Mateo 7, 1-4 también Jesús condiciona la Salvación a los hechos

“No juzguen y no serán juzgados; porque de la manera que juzguen serán juzgados y con la medida que midan serán medidos”

Estos son consejos de como “cuidar la salvación”, y no es la forma de hablar a quienes no tienen nada que temer o perder.

En San Mateo 7, 22-23 Jesús es mas especifico:

“En el día del juicio muchos me dirán: Señor, Señor en tu nombre profetizamos y en tu Nombre arrojamos demonios e hicimos milagros. Yo les diré entonces: no os reconozco. Aléjense de mi todos los malhechores”

En este pasaje estas personas eran miembros de la comunidad de los creyentes y poseían dones espirituales y Jesús los condena, aunque ellos se creían salvos. Sé que los “siempre salvos” dirán que ellos no eran “realmente salvos”, pero yo en seguida les pregunto: Como tienes seguridad entonces de tu salvación?  Puedes estar en el mismo caso de estos!

El Señor en San Mateo 10, 28 es contundente:

“No teman a lo que solo puede matar el cuerpo, pero no el alma; teman mas bien al que puede echar alma y cuerpo al infierno”

Por lo tanto hay algo que puede matar el alma del creyente, y la muerte del alma es la perdida de la Salvación. San Mateo 25 Jesús habla de las Vírgenes necias y las prudentes. Todas estaban juntas esperando al novio, sin embargo, durante la espera, a las necias se les acabó el aceite y se quedaron fuera del banquete de bodas. Esa es una comparación perfecta para el creyente que espera su Redención y la pierde por no cultivar el  espíritu. En San Mateo  25, 31-46  es la única vez que Jesús habla del Juicio final y definitivamente la gran pregunta es: si somos siempre salvos—para que juicio? Un juicio es donde se decide la condena o la absolución. Si somos absueltos no necesitamos juicio….Hay una teoría de estos grupos que dicen que este juicio no es para la Iglesia, sino para los paganos…no hay ningún indicio evangélico para  esto, ya que es un juicio a la creación entera, a todas las naciones, razas y credos.

En San Juan 5, 28-29 Jesús habla de quiénes se salvaran:

“Llega la hora de que todos los que están en el sepulcro oirán mi voz. Los que hicieron el Bien saldrán para salvación, pero los que obraron el mal resucitaran para condenación”

Esto se explica más claramente en San Juan 15,1 donde Jesús dice:

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre el viñador si alguna de mis ramas no produce frutos, él la corta”.

Vemos claramente que estas ramas están en Cristo, están en la Gracia y en la salvación, pero no dan frutos, y esta carencia de frutos determina la perdida de su salvación.

“Los que obraron el bien saldrán para Salvación”. El  obrar el bien es un proceso de toda la vida, por lo que no se puede obtener una salvación instantánea, la Redención fue ofrecida para todos y la salvación es un proceso.

Veamos Romanos 11: 22-23

“Fíjate a la vez en la bondad y en la severidad de Dios: fue severo con los que cayeron y bueno contigo pero CON TAL QUE SIGAS SIENDO BUENO. De lo contrario serás cortado”

Aquí hay un ejemplo claro de que podemos ser cortados del Reino. Si fuésemos siempre salvos esto no pudiera ser posible.

En Gálatas 5:4 Pablo les habla a Cristianos y les declara que el creyente se puede apartar de la GRACIA. Si fuéramos siempre salvos, entonces NADIE nos apartaría de  la Gracia que caracteriza al Salvo.

“Los que procuráis justificaros por la Ley os habéis desligado de Cristo. Habéis caído de la Gracia”

También en Hebreos 2:3 San Pablo desmiente la doctrina de “Salvo siempre salvo” cuando dice:

“ Como escaparemos nosotros, si descuidamos una  salvación tan grande?

En otras palabras, se puede descuidar la Salvación, y si ésta se descuida— se pierde!

En otras palabras hermanos, no se dejen confundir con doctrinas nuevas surgidas para entretener al creyente con “novelerías” y apartarlo de Cristo con falsas seguridades. Esa es una de las estrategias de la Nueva Era disfrazada de “cristianismo”— Apartar al creyente del poder de Cristo y darle la falsa seguridad de que el hombre tiene control de su vida. La única salvación que no se pierde es la vida eterna  cuando nos encontremos con Jesús en el Reino. Allí sí seremos “Salvos siempre salvos”, mientras caminamos en la vida. “Cuida Tu salvación con temor y temblor”.

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Autor desconocido.

 

“FLAVIO JOSEFO SOBRE JESÚS Y PILATO” (Extracto de un artículo más extenso)

 

Josefo menciona a Jesucristo (el tan llamado Testimonium Flavinium) en dos pasajes: Ant. 18. 3 . 3 y 20. 9. 110.

No parece haber nada en ambos relatos de Josefo que necesariamente estuviera en desacuerdo con los escritores del Evangelio. El problema parece ser si Josefo realmente escribió de su puño y letra la forma final del primer pasaje (Ant. 18. 3 . 3) como lo tenemos hoy día. La opinión de los escolares, desde el siglo XVI aproximadamente, ha estado dividida. Algunos dicen que el escrito completo es auténtico. Otros dicen que partes del escrito son de la mano de Josefo, y que partes son adiciones Cristianas. Y, tercero, hay aquellos que consideran el escrito completo como falso—totalmente una interpolación Cristiana11. Este se encuentra en tres manuscritos..

Yo creo que el texto preserva algo de las propias palabras de Josefo que fueron más tarde ampliadas por un (unos) copista(s) Cristiano(s)12. Creo que el texto básico de Josefo es como sigue:

Por este tiempo vivió Jesús, un hombre sabio. . .fue maestro de los que aceptan bien dispuestos la verdad. Se ganó a muchos Judíos y a muchos de los Griegos. . . Cuando fue acusado13 por los principales de nosotros14 y Pilato lo condenó a la cruz, los que le habían amado originalmente no dejaron de hacerlo. Y la tribu de los Cristianos, así llamados a causa de él, no ha desaparecido hasta el día de hoy.

Pienso que las siguientes frases fueron muy probablemente escritas por un (unos) Cristiano(s):

1) “si es que se le puede llamar hombre. . . Porque llevó a cabo obras extraordinarias”. Esto parece implicar que el escritor creía algo más acerca de Jesús—que era más que un simple mortal. Debido a que parece que Josefo jamás llegó a convertirse en Cristiano, es difícil creer que él hubiera escrito tal frase como Judío. En otras palabras, éstas suenan como declaraciones que podrían venir de un Cristiano.

2) “Fue el Mesías” (fue llamado el Cristo) parece un poco fuerte para que lo diga un historiador Judío acerca de Jesús, y más probablemente la obra de un Cristiano. Parece ser una declaración de fe.

3) “al tercer día. . . acerca de él”. Es muy improbable que sea de Josefo debido a que habla con seguridad de la resurrección de Jesús. No dice que los Cristianos afirmaran que ésto era cierto. El texto implica que Josefo lo consideraba verdad. Este es poco probable, especialmente dado el hecho de que él nunca dice una sola palabra de interpretación acerca de ello. Para que se haga tan increíble afirmación, sin explicación, implica su aceptación inequívoca—difícilmente la posición de Josefo.

En general, pienso que el registro en Josefo contiene sus palabras, como se muestra arriba, con la adición de “testimonio” Cristiano. Cualquiera que sea la posición que se tenga respecto al Testimonium Flavinium, uno todavía debe hacerse la pregunta: “Cuál es el valor para alguien de determinar su autoría?” Realmente se mantiene o cae algo al determinar quién lo escribió? La concepción histórica de la persona de quien se atestigua en la afirmación (Jesús) no es alterada por el pasaje, sin importar quién lo haya escrito, y ésto es más aún confirmado por el hecho de que concuerda con los registros del Evangelio15.

III. La Confiabilidad Histórica de Josefo

El asunto de la confiabilidad histórica de Josefo puede únicamente ser respondido a través de intentar correlacionar lo que él afirma en sus escritos, con otras fuentes (algunas de las cuales él usó), ya sea literarias, arqueológicas, etc. Y, cuando no existe tal conocimiento externo para confirmar o negar su reporte, debemos considerar la evidencia interna, sus hábitos, qué tipo de hombre dice él que fue, etc. Para ver si ciertas afirmaciones suyas son creíbles16. En este punto estamos más cerca de adivinar que en la primera situación.

Dados los cánones anteriores, no es misterio para muchos escolares, sostener que es penosamente impreciso en ocasiones. Y parecería, de los trabajos de Schurer, Broshi, Mason, Mosley y Yamauchi, que tal conclusión está justamente respaldada17. Aún así, este escepticismo no tiene que ser radical, ya que hay muchos lugares donde parece que él nos ha dejado un registro sólido de gentes y eventos—especialmente en relación con los amplios movimientos en la historia en este tiempo. Estos pueden incluir hechos sobre la dinastía Herodiana, la naturaleza de las sectas religiosas Judías, el régimen Romano sobre Palestina y la caída de Jerusalén.. Boshi concuerda en que en muchos Josefo falla en relación con números y nombres, pero esto no es razón para desechar todo lo que él dijo como si fuera infundado. De nuevo, la confiabilidad histórica de Josefo no es, tal vez, una declaración tajante: “es” o “no es”, sino que se valora en cada caso separadamente18.


Notas de pie de página

10 Schurer (p. 432) sintió que la frase oJ ajdelfov” jIhsou` tou` legomevnou cristou` no era una interpolación de una pluma Cristiana.

11 Para una descripción de estas posiciones y los autores que las sostienen (sostuvieron), cf. Schurer, 428-30.

12 Cf. Mason, p. 8, 9ss. sobre la preservación del texto por los Cristianos.

13 Cf. Schurer, 433. Aquí, su distinción entre el relato de Josefo y los del Evangelio, acerca del papel desempeñado por Pilato y el que jugaron los Judíos en la muerte de Jesús, no agrega realmente mucho al problema. Ambas fuentes indican que Pilato y los líderes Judíos estuvieron involucrados.

14 El término “nosotros” (hJmi`n) parece un tanto “poco profesional” a primera vista, pero aparentemente, de acuerdo con Schurer (434), Josefo tenía el hábito de hacer ésto en las Antigüedades.

15 Lo que digo aquí es que si estuviera en desacuerdo sustancial o esencialmente, con otros registros históricos, (los Evangelios, etc.), entonces serviría mucho determinar su autoría para ver mejor si el autor, al mirar sus otros escritos, es objetivo en lo que está relatando. También, en relación con la autenticidad del pasaje, uno debe considerar a Orígenes, quien nunca lo menciona; cf. Edwin M. Yamauchi, “Josefo y la Escritura,” Fides et Historia (Fall 1980): 54.

16 Josefo aparentemente fijó altos estándares para sí mismo y criticó a otros por una histografía pobre. Pero él, cuando es medido por sus propios cánones de objetividad y veracidad, usualmente falla en ser un buen historiador. Cf. A. W. Mosley, “Reportería Histórica y el Mundo Antiguo,” Estudios del Nuevo Testamento (Octubre, 1965): 23 y Broshi, 383, 84.

17 Cf. J. J. Scott, “Josefo,” en Diccionario de Jesús y los Evangelios, eds. Joel B. Green y Scott McKnight, (Downer’s Grove, IL: InterVarsity Press, 1992), 393; Schurer, 57, 58. El dice, que la Guerra es superior en precisión a las Antigüedades en el registro de detalles y, por tanto, de mayor valor [histórico]; Magen Broshi, “La Credibilidad de Josefo,” Revista de Estudios Judíos 33 (Primavera/Otoño1982): 383, 84; Mason, 81, 82; A. W. Mosley, 24-26 y Yamauchi, 58.

18 Broshi, 383, 84.

 

¡JESÚS NO REGRESO EN EL AÑO 70 DC!

 

El término preterista se refiere al pasado. En la gramática es un tiempo pasado. La teoría preterista sostiene que Jesús volvió en el 70 A. D.  

 

Los Preteristas creen que Mateo 24, el Discurso de los Olivos, ya se cumplió y que la mayoría de Revelación se refiere a las cosas del pasado. La opinión del preterista extremo dice que la parusía de Jesús, incluso la resurrección de los santos y el arrebatamiento, ocurrió en el primer siglo. La opinión del preterista parcial normalmente dice que la Gran Tribulación fue en el primer siglo, pero la parusía de Jesús está en el futuro.  

 

Si nosotros ponemos Mateo 24 junto a Lucas 21, vemos que los dos empiezan en el mismo punto, la cuestión sobre el futuro del templo. Ambos relatos terminan con el mismo evento, la venida visible del Hijo del Hombre. Al final del relato de Lucas él dice que «vuestra redención está cerca» pero Mateo lo llama la reunión de los escogidos. A estas alturas Marcos dice que algunos de los escogidos vendrán del cielo, algunos de la tierra. ¿Quiénes son estos escogidos sino aquellos que «a través de Jesús Dios traerá con Él aquellos que han dormido? 1 Tes. 4:14. 

 

Si Revelación se ha cumplido totalmente, entonces Satanás no está más activo en el mundo debido a la Cerradura de cinco dobleces en Revelación 20:1-3. Pero la experiencia humana testifica la verdad presente de 1 Pedro 5:8 (KJV) «Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar«. 

 

El Preterismo no resuelve el problema del mal. Jesús dijo que el campo es el mundo. Él dijo, «De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad» Mateo 13:40-41 (ESV). Pero el mal todavía existe en este mundo y los infractores de la ley abundan. La venida de Jesús todavía es futura. 

 

Jesús nos enseñó a orar, “Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo.» Dios piensa quitar el mal de esta tierra. No pasará hasta que Jesús regrese. El plan de Dios es que las personas a quienes Él rescató sean «un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán en la tierra.» Rev. 5:10 (ESV) Esto no está pasando ahora, demostrando que el preterismo es una ilusión. 

 

El Preterismo es muy irrazonable acerca de la visibilidad del rapto. Cuando Jesús vino la primera vez en una venida relativamente secreta, ni uno de los historiadores cristianos notaron Su presencia. Su segunda venida no será secreta, sino que “todo ojo lo verá.» Y todavía si Él ya volvió en el primer siglo, ¿cómo puede razonablemente uno explicar que no hay ningún registro escrito del evento?  

 

Mateo escribió, «Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo de Hombre, y entonces todas las tribus de la tierra se lamentarán, y verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes de cielo con poder y gran gloria.» Mat. 24:30. Esto es lo contrario de un rapto secreto. No podría haber sido oculto. Ningún evento en la historia será tan abierto y manifiesto y chocante a la humanidad como la venida de Jesús por la Iglesia.  

 

1 Tesalonicenses 4:16, 17 nos dice que el rapto ocurrirá en la parusía de Jesús. 1 Corintios 15 nos dice que en la parusía de Jesús, los cuerpos de los Cristianos se volverán inmortales. Mateo 24 es específicamente sobre la parusía de Jesús. Ése es el tiempo del rapto.  

 

Puesto que la parusía es el tiempo de la resurrección de los santos, también es el tiempo cuando Israel se volverá al Señor. Pablo sugirió esto cuándo él escribió, Romanos 11:15 (ESV) «Para si su rechazo significa la conciliación del mundo, qué significará su aceptación sino vida de entre los muertos?» Zacarías también lo mencionó cuando él escribió, Zac. 12:10 (ESV) «Y yo verteré en la casa de David y los habitantes de Jerusalén espíritu de gracia y súplicas para la misericordia, para que, cuando ellos me vean a mí, a aquel a quienes ellos han traspasado, se lamentarán por él, como uno se lamenta por primogénito.» Israel no se volvió a Jesús en el 70 A.D. Debe ser obvio que Israel no se ha vuelto todavía al Señor. 

 

Este libro muestra cómo el preterismo extremo no es consistente con lo que la Biblia dice. Los supuestos cumplimientos no encajan con las predicciones de la Biblia y dependen de la espiritualización de las palabras de la escritura. El preterista intenta encajar una clavija redonda en un agujero cuadrado, y así él deforma la verdad de la escritura.  

 

La teoría es llamada una herejía propiamente aunque es entendible porqué algunas personas la aceptan. Los argumentos del Preterista son usados por los escritores judíos anti-misionarios para intentar demostrar Jesús era un profeta falso. Ellos dicen que Jesús no hizo lo que se supone que el Mesías debía hacer.  

 

La gente acepta el preterismo porque la Biblia presenta el rapto como amenazador. Ellos razonan que si Dios no lo quiso decir, ¿por qué Él lo dijo? Cerca, «a la mano», «pronto», etc. debe significar lo que nosotros entendemos debe significar. Pero Dios nos ha dicho específicamente que Él no mira el tiempo de la manera como nosotros lo hacemos. «Él dijo, «Mis pensamientos no son vuestros pensamientos.» Los términos que Él usa intenta mantenernos alertas, vivir siempre en la conciencia de que Él está cercano. Él no nos dijo cuando Jesús volverá, y es imprudente poner fechas. 

 

Una razón por la que la gente tiende a creer alguna forma de preterismo es que Lucas 21 se refiere al 70 A. D, cuando los ejércitos romanos derrocaron Jerusalén. No obstante, el informe de Lucas, como de Mateo 24, también se extiende a eventos que no han pasado. No se han completado los tiempos de los Gentiles» todavía por Jerusalén. Ellos deben completarse antes de que Jesús regrese. 

 

El 70 A. D no puede ser el tiempo de la Gran Tribulación porque Jesús dijo que «inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol se oscurecerá… y verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes….» Esto sugiere que la parusía de Jesús habría de venir inmediatamente después de la tribulación. ¿Cómo los preteristas parciales pueden decir que todavía es futura? Si el rapto todavía es futuro, la Gran Tribulación no puede ser pasada. 

 

Jesús dijo en Mateo 24:21 (ESV) «Porque entonces habrá gran tribulación, como no ha sido desde el principio del mundo hasta ahora, y nunca habrá.» Hank Hanegraff dice que ésta es una hipérbole. Esto muestra  que él toma literalmente sólo las escrituras que encajan con su esquema interpretativo.  

 

Los Preteristas declaran que Mateo 24 está ahora cumplido completamente. Ellos espiritualizan para hacer que la historia esté de acuerdo con la profecía. Esto es un error. Si sólo una parte de una profecía está cumplida evidentemente, no espiritualice el resto de ella para encajarla en el pasado. Una profecía ya puede tener algunas partes cumplidas, pero el resto de ella queda en el futuro. Escuche lo que el Espíritu aconseja: «La visión es todavía para un tiempo señalado, pero al final hablará, y no mentira; aunque se retarde, espera por ella; porque vendrá ciertamente, no tardará.» Hab. 2:3. Dios dijo, «Espera por ella.» 

 

Si Mateo 24 está cumplido, entonces nosotros debemos estar ahora en el Milenio. Podemos ver que eso no es así. El preterista resuelve ese problema diciendo que nosotros no debemos tomar literalmente tales predicciones sino que debemos espiritualizarlas. 

 

El Preterismo dice que Revelación se ha cumplido. Juan escribió Rev. 16:20 (ESV) «Y cada isla huyó, y ninguna montaña sería encontrada.» Si el preterismo es verdad, no hay ninguna montaña ahora en la tierra.  

 

La tendencia a espiritualizar pierde verdades preciosas. Por ejemplo, un hombre puede afirmar que la historia de Jesús que camina en el agua no debe ser tomada literalmente sino que nos cuenta la alta estima que Jesús sentía por Sus seguidores. Un hombre puede sostener que la historia de Jesús resucitado de los muertos nos cuenta sobre la persistencia de Su enseñanza moral. Eso es lo que la espiritualización puede hacer por nosotros. Es una debilidad en el en la doctrina amilenaria y del preterista. Estos ejemplos pueden parecer extremos, pero el punto es válido. 

 

Mateo 24 dice que Jesús volverá «en las nubes del cielo.» Un maestro dice repetidamente en la radio que estas nubes no deben ser tomadas literalmente. ¿Pero por qué no? En Hechos 1 cuando Jesús ascendió, que nos dice que «una nube lo sacó de su vista.» Si Él ha de volver «de la misma manera como vosotros lo habéis visto ir», ¿por qué las nubes en Mate 24 no son literales? 

 

El discurso normal normalmente contiene algunos términos de no literal. Esto pasa en la Biblia. ¿Pero cuándo deben tomarse los términos como no literales? Alguien escribió: para ser considerado simbólico, el lenguaje en cuestión debe poseer (un) algún grado de absurdidad cuando tomado literalmente y (b) algún grado de claridad cuando tomado simbólicamente.» Esto no puede resolver el problema. Mi patrón me indicó que un nacimiento virginal entre los humanos es absurdo. ¿A cuántos bebés humanos conoce usted que se les concibió sin esperma?  

 

Puesto que Dios es Autor de la Escritura,  debemos confiar en Su Espíritu Santo para discernir lo que Él piensa. Si un estudiante de la Biblia se inclina por tomar un versículo no-literalmente, él debe examinar sus razones para escoger así. Puede ser una asunción injustificada, un prejuicio anti-bíblico, o incredulidad pura.  

 

¿Por qué el preterista o los amilenialistas quieren tomar algunos términos como no literales? Es un prejuicio que es subjetivo y no lógicamente requerido. 

 

Si una persona ha decidido que el Calvinismo es correcto, él espiritualizará la descripción de Ezequiel de un templo futuro. Si una persona ha aceptado el dispensationalismo, ella desatenderá las escrituras que lógicamente requieren un rapto post-tribulacional. Si uno busca la verdad, uno debe apartar sus prejuicios y debe escuchar cuidadosamente a la Escritura. 

 

El Preterismo es ciego hacia Israel. James Russell escribió la «misión de Jesús como el Rey de Israel está cumplida; la nación del pacto ya no existe.» Esto se parece a la doctrina católica romana. Los teólogos de la Reforma nunca tuvieron éxito escapando de los errores católicos completamente. 

 

La Biblia nos dice que Israel será reunido antes de que ella se convierta. Eze. 36:24-26. Se nos dice también que el templo estará de pie cuando Jesús vuelva. Malaquías 3:1-4. 

 

La escritura dice, «Porque los hijos de Israel morarán por muchos días sin un rey, y sin un príncipe, y sin sacrificio, y sin imagen, y sin ephod, y sin teraphim; Después volverán los hijos de Israel, y buscarán al Señor su Dios, y a David su rey; y temerán el SEÑOR y su bondad en los últimos días.» Oseas 3:4, 5 Nosotros perdemos la verdad aquí si nosotros la espiritualizamos.  

 

La mayoría del preteristas tomaría las advertencias literalmente en  Deuteronomio 29 y 30 que dice que Dios esparciría Israel de su tierra por la desobediencia, pero se toman las promesas de la reunificación como no literal. Esto es incoherente. 

 

En Mateo 23:39 Jesús implicó que cuando Él vuelva, Jerusalén se habrá vuelto al Señor.  ¿Pasó eso en el primer siglo? ¿Ha ocurrido aún? 

 

De hebreos 1:2 nosotros conjeturamos que estamos en los últimos días. Ha sido así durante dos mil años. Hoy, la mayoría de los Judíos incluso no cree en Dios. En la más reciente elección nacional, sólo veinticinco por ciento de los Judíos americanos votaron por el candidato que afirma creer en la Biblia. Israel no está buscando al Señor su Dios todavía. 

 

Hank Hanegraaff, el Hombre de la Respuesta de Biblia, le gusta ridiculizar a aquellos que toman la profecía de la Biblia literalmente y nos acusan de “literalistas rígidos». Él niega que sea aún un preterista parcial, sin embargo él dice que la Gran Tribulación ocurrió en el primer siglo. Ésa es la opinión del preterista. Puesto que Mateo 24:21 dice que puede haber sólo un semejante tiempo, la idea de Hank significa no pasará en el futuro. Jesús dijo  que Él volverá  en la parusía, «inmediatamente después de la tribulación», y todavía Hank dice que la Tribulación es pasada y el rapto todavía es futuro. Oí a Hank recientemente admitir que el preterismo es una completa herejía. 

 

Más recientemente oí que Hank dice que todo lo que Jesús dijo en el Discurso de los Olivos ya ocurrió. Así ahora él abraza lo que él llamó herejía recientemente. Él está desconcertado. 

 

Por ejemplo, cuando él ve el lenguaje del A. T en el N. T., él lo trata como un reciclaje de las ideas del A. T, mientras no comprendiendo que el Nuevo da  cumplimiento a lo que dijo el A.T. Él dijo recientemente que Revelación trata de la destrucción de Tiro. Eso no es verdad. Juan trata con lo que es futuro, mientras emplea expresiones y eventos familiares a sus lectores del pasado para describir lo que descansa adelante.  

 

A él le gusta decir acerca de aquellos de nosotros que discrepamos con él que no conocemos el Antiguo Testamento. Ésta es una asunción y es injusto. Él encuentra en el A. T. cierto lenguaje que se parece al lenguaje en un pasaje profético del N. T y él asume  que ellos no pueden referirse al mismo evento.  

 

Noto que los judíos que intentan dejar afuera a Jesús del texto de Isaías 53, toman términos en un sentido no literal. 

 

Es un hecho llamativo que las profecías del  Antiguo Testamento fueron entendidas literalmente por los escritores del Nuevo Testamento. Isaías dijo que una virgen llevaría a un niño, y los escritores del N.T toman esto literalmente. David escribió que el alma de Mesías no sería dejada en el Sheol y Pedro afirmó que Jesús resucitó de los muertos. ¡Literalismo rígido! 

 

Harold Camping analiza el nombre Jerusalén en Lucas 21 y dice que Jerusalén quiere decir la Iglesia. Así que este verso significa que Dios les está diciendo a los Cristianos para salir de las iglesias. ¿No es esto herejía? 

 

Dr. R. C. Sproul escribió un libro en el asunto y él acepta una posición preterista parcial. Él lista escrituras que parecen apoyar esa posición pero no sabe explicarlos, al parecer.  

 

Dr. Bob Finley de Misión de Ayuda cristiana que hace un trabajo maravilloso, comparte las ideas del preterista. Él no ve ninguna predicción de la Biblia de una conversión futura de Israel como una nación. 

 

Deseo que no sea necesario contradecir a MIS hermanos cristianos. La base para mi discordancia es la Escritura.  

 

Se dio para la enseñanza, para la reprobación, y para la corrección. Usándola para estos propósitos se está desplegando el amor cristiano. 

 

¿Por qué Dios permite aparecer la herejía entre los líderes cristianos, algunos de los cuales hacen el valioso trabajo? Es que «ellos que son aprobados puedan hacerse manifiestos entre vosotros» (1 Cor. 11:19). Hace posible una decisión justa por el día del juicio que se relaciona a la fidelidad personal.  

 

Daniel escribió «algunos de ellos caerán de la comprensión, para probarlos y purgarlos y hacerlos blanco, incluso al tiempo del fin». 11:35 

 

Son examinadas las demandas principales de preteristas y refutadas en este libro, punto por punto. Aquí hay algunos ejemplos. 

 

Los Preteristas enseñan que el rapto pasó en el 70 DC y el Sermón de los Olivos se cumplió en ese momento. Pero Jesús dijo, «Y cuando estas cosas empiecen suceder, entonces alcen sus cabezas; porque vuestra redención está cerca.» Pero en lugar de la redención, ese tiempo trajo destrucción y muerte. Esta profecía se refiere propiamente al futuro. 

 

El último capítulo de Revelación contiene las palabras de Jesús, «vengo rápidamente», y en el verso 6, «cosas que deben suceder en breve”, y en el verso 10, «el tiempo está cerca.» Esto es usado por los preteristas para demostrar un retorno del primer siglo. 

 

Una dificultad con esto es que nosotros no sabemos la definición de Dios de los términos, a mano, brevemente y así por el estilo. Estos términos no son precisos en que ellos no especifican varios minutos, meses, o milenios. También leímos «Un día es con el Señor como mil años, y mil años como un día.» 2 Pedro 3:8. El que habita la eternidad no ve tiempo como nosotros lo vemos.  

 

Dios prometió enviar a Elías antes del gran y terrible día del Señor. ¿Vino Elías antes del 70 A. D? Esto no puede haberse cumplido por San Juan el Bautista porque después de que Juan fue asesinado, Jesús dijo que la obra de Elías descansaba aún en el futuro. Mateo 17:11 

 

Revelación 5:10 dice que los santos reinarán en la tierra. Eso obviamente no está pasando hoy. Jesús prometió a Sus apóstoles que ellos se sentarán en doce tronos juzgando a las doce tribus. ¿Eso ocurrido esto?  

 

Jesús dijo que cuando Él venga, todas las naciones serán reunidas y serán separadas, algunas para Su reino y algunas para el fuego eterno. Mateo 25:32, 41 ¿Ocurrió ya  eso? 

 

Si Jesús regresó en el 70 A. D, ¿por qué los credos tempranos de la iglesia no lo saben? La Didache al final del primer siglo expresa la creencia en una venida futura, no pasada, de Jesús.  

 

Los Preteristas dicen que la expresión “el fin de la edad» sólo se refiere al fin de la edad judía. Jesús prometió a Sus discípulos, «yo estoy siempre con vosotros, hasta el fin de la edad». ¿Estuvo Él con nosotros sólo hasta el 70 A. D? 

 

Jesús dijo en Mateo 24:21 que la Gran Tribulación será mucho peor que cualquiera antes o después. Pero la guerra en 1940 mató seis millones de judíos, muchos más que en el primer siglo.  

 

Los Preteristas dicen que un retorno del primer siglo de Jesús es requerido por Mat. 26:64. Jesús dijo al Sumo Sacerdote, «Pero yo te digo, de hoy en adelante veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo en las nubes del cielo.» Pero aquí Jesús está diciendo que Caifás aparecerá para juicio ante el Gran Trono Blanco de Revelación 20. 

 

Uno debe saber bien la Biblia para ser protegido de los errores como los del preterismo. Mateo 24 y los pasajes paralelos en Marcos y Lucas, llamados el Sermón de los Olivos, es el lugar para empezar porque la información allí, viniendo directamente del Señor Jesús, proyecta el futuro sin un simbolismo excesivo.  

 

En mi libro, «El Rapto Examinado», está claramente probado que Mateo 24 se refiere al arrebatamiento de la Iglesia, los elegidos. Cuando uno pone Mateo 24 en paralelo con Lucas 21, se pone claro que el arrebatamiento de la Iglesia debe quedar en el futuro, no en el pasado. 

 

A veces una porción de la Escritura tiene más de una aplicación. Vea mi libro Una Visión más Clara del Arrebatamiento. Así que Lucas 21 se refiere a los eventos del 70 A. D cuando Jerusalén fue destruida, no obstante la profecía se extiende en el futuro. Lucas 21, Mateo 24, y Marcos 13, no usan la elocución la «gran tribulación» porque el Espíritu Santo pretende que nosotros entendamos que la destrucción de Jerusalén no es la Gran Tribulación. Lucas se estaba enfocando en la ruina del siglo primero de Jerusalén. Mateo describió los eventos aún futuros. 

 

Lucas escribió, «Y ellos caerán a  filo de espada, y serán llevados cautivos en todas las naciones: y Jerusalén será pisoteada por los Gentiles, hasta que los tiempos de los Gentiles se cumplan.» Hoy en el vigésimo primer siglo, Jerusalén TODAVÍA está siendo PISOTEADA POR LOS GENTILES. Luego Lucas escribió: «entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con el poder y gran gloria.» La parusía de Jesús debe venir después de que se cumplan los tiempos de los Gentiles.» Eso es todavía futuro.   

 

Incluso Juan Calvino supo que el 70 A. D no era la Gran Tribulación. Él escribió, «Ciertos intérpretes toman la tribulación de aquellos días como la ruina de Jerusalén; de hecho esta es una recolección  universal… de todos los males que Cristo ya había hablado.»  

 

Note esto: «He aquí, el día del SEÑOR viene, y el despojo será dividido en medio de vosotros. Porque yo reuniré a todas las naciones contra Jerusalén para batallar, y la ciudad será tomada, y las casas saqueadas, y las mujeres extasiaron; y la mitad de la ciudad entrará en la cautividad, y el residuo de las personas no será cortada de la ciudad. Entonces el SEÑOR saldrá, y luchará contra aquellas naciones, como cuando él luchó en el día de la batalla. Y sus pies estarán de pie en ese día en el Monte de los Olivos que está frente a Jerusalén en el este y el Monte de los olivos se partirá por la mitad hacia el este y hacia el oeste, y habrá un gran valle; y la mitad de la montaña se apartará hacia el norte, y la mitad de él hacia el sur.” Esto no pasó en el 70 A.D. El Espíritu Santo no está equivocado aquí. Esto es aún futuro. 

 

Los Preteristas citan las palabras de Jesús que «Esta generación no pasará, hasta que todas estas cosas se cumplan.» El preterista piensa que esto remueve toda duda.   

 

Un estudiante cuidadoso preguntaría si la palabra genea puede traducirse de otras maneras. La VRJ lo traduce «nación» en Fil. 2:15. Es traducida la edad en Fil. 3:5. Es verdad que la palabra Griega genea a veces puede traducirse como generación. Pero Jesús no habló en griego. Él habló en arameo, y la palabra que usó allí en las versiones arameas no puede traducirse como generación. Significa tipo, raza, o familia.  

 

Si cualquiera insiste que la «generación» es una traducción apropiada de genea en este verso, Jesús dijo, «Ninguna señal se le dará a esta generación.» Marcos 8:12. Puesto que en Mateo 24:15 Jesús dio una señal, obviamente Mateo 24 no puede ser para esa generación.  

 

Los Preteristas buscan apoyo para su posición con otro versículo. Mateo 10:23 «Pero cuando ellos os persigan en esta ciudad, huyan vosotros hacia otra: porque verdaderamente os digo, Vosotros no habréis pasado por las ciudades de Israel, hasta que el Hijo del hombre haya vuelto.» Pero mire el contexto. Jesús estaba mandando a los Doce en un viaje predicador. Él dijo que el viaje no será largo. Jesús los reunirá de nuevo antes de que ellos terminen porque hay cosas para hacer antes de que Él vaya a la cruz. Pero esto no tiene nada que hacer con Su segunda venida. 

 

Los Preteristas buscan el apoyo con esto. Mateo 16:28: «Verdaderamente os digo, hay algunos acá que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre viniendo en su reino”. Si la interpretación del preterista es correcta, entonces estos discípulos morirán después de que ellos experimentan el arrebatamiento en la parusía de Jesús.  Obviamente esto no puede pasar. Juan es uno que vio en la visión en Patmos la venida de Jesús en Su reino. Pedro dice lo que él vio en el Mt. De la Transfiguración. Éstos no demuestran que el arrebatamiento es pasado. 

 

Los Preteristas apoyan su opinión insistiendo que Revelación fue escrito antes del 70 A. D. Ellos señalan que Juan en su visión en 11:1 midió el templo. Eso debe significar que el templo estaba aún de pie. Pero en Ezequiel 40 un hombre estaba midiendo el templo, ¿y quién discutiría que el templo de Ezequiel estaba de pie en ese momento?  

 

La mayoría de los eruditos reconoce una fecha alrededor del 95 A. D para la escritura del libro de Revelación. El apoyo para ella se remonta al 150 A. D. La primera referencia clara al tiempo de Nerón está en el 550 A. D en una copia Siríaca  del Nuevo Testamento. 

 

Pero aun cuando la fecha temprana para la escritura de Revelación sea verdad, no cambia el hecho de que el modelo del preterista no encaja con los hechos de la historia. Así que los preteristas deben evitar un método literal de interpretación. Él debe espiritualizar para forzar un acoplamiento. 

 

Si Jesús volvió en  el 70A. D, ¿por qué la Iglesia no lo notó? La Didache, escrito alrededor del principio del segundo siglo, esperó que la Gran Tribulación y la aparición del anticristo todavía estuvieran en el futuro.  

 

No es posible que la segunda venida de Jesús no llegara a ser notada. «Entonces aparezca en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y entonces todas las tribus de la tierra se lamentarán, y verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo con poder y gran gloria.» 

 

Los Preteristas dicen que Jesús volvió alrededor del 70 A. D. Malaquías 3 dijo de Su retorno, «Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.  4Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos.» ¿Es verdad que en el 70 A. D la ofrenda de Judá y Jerusalén estaba agradando al Señor? Obviamente no es así. 

 

La demanda del preterista es que Satanás estaba limitado en la cruz. Rev. 20:2 dice que él no puede engañar a las naciones y nosotros estamos viviendo ahora en el Milenio. Esto contradice Efesios 6:12 que explica que nosotros luchamos contra la maldad espiritual en los lugares celestiales. También contradice el periódico diario. 

 

Ellos dicen que era una atadura «parcial”. Pero mira el texto. Un ángel ASIÓ al dragón. Lo LIMITÓ. Lo LANZÓ en el hoyo. Lo ENCERRÓ. Lo SELLÓ. Estos cinco verbos muestran de verbos demuestran que ésta no era una atadura parcial. 

 

Hay muchos versos que claramente se usan mal por los preteristas subsecuentemente, yo no puedo incluir todos ellos aquí. Si al lector le gustara traer uno o más de ellos a mi atención, yo estaría contento en considerarlos. 

 

Hay libros que intentan presentar todo las opiniones sobre un asunto. Hay un lugar para ese acercamiento. Pero yo he escogido concentrarme en el original, el texto de la Biblia. Uno aprende a reconocer el engaño estudiando el genuino. 

 

Este libro fue publicado por la Prensa Ventage, contiene 50 páginas, y está disponible por $7 a través de John E. Young, 6 Robert St., Rockaway, NJ 07866,  

 

Hay también una discusión del capítulo del error del preterista en mi libro, «Revelación: Una Opinión más Clara”, disponible de la Publicación de Prensa de Wine.

 

 

LA PUGNA ENTRE EL REFORMADOR JUAN CALVINO Y EL MÉDICO ESPAÑOL MIGUEL SERVET

Una porción del Artículo “El Lado Oscuro de Calvino” Por Dan Corner

¡El 27 de Octubre de 1553, Juan Calvino, el fundador del Calvinismo, tenia a Miguel Servet, el médico español (1), clavado con estacas en las afueras de Ginebra, siendo consumido en las llamas por causa de sus herejías doctrinales!(2) Este acontecimiento era algo que Calvino había considerado un largo tiempo antes que Servet fuera siquiera capturado, por el hecho de que Calvino escribió a su amigo, Farel, el 13 de febrero de 1546 (Siete años antes del arresto de Servet) y quedó anotado diciendo:

Servet me escribió recientemente con una presumida arrogancia, e incluyó a su carta un largo volumen de sus delirantes fantasías, que a mi parecer son algo desconcertantes e insólitas. Él se encargaría de venir aquí, si yo estuviese de acuerdo. Pero yo no estoy dispuesto a dar mi palabra para su seguridad, porque si él viniese, de ninguna manera le permitiré partir vivo, de tal modo que mi autoridad sirva para este provecho. (3)

 

Obviamente, en ese día en Ginebra, Suiza, Calvino tenia la autoridad final. Es por esto que algunos se refieren a Ginebra como la «Roma del Protestantismo»(4) y a Calvino como el «famoso ‘Papa’ Protestante de Ginebra.»(5)

Durante el Juicio a Servet, Calvino escribió a su amigo:

Yo espero que el veredicto requiera la pena de muerte. (6)

 

Aunque Calvino consintió en el pedido de Servet para ser decapitado, él aparentemente aprobó el modo de ejecución empleado. Pero, ¿Por qué quería Calvino que Servet fuese decapitado? ¿Por qué deseaba la muerte de Servet en primer lugar? Contestemos estas dos preguntas en orden: En un momento dado, es verdad, Calvino quiso a Servet decapitado. La decapitación era empleada para los ofensas civiles, y Calvino quiso aparentar Que esto era una cuestión civil en lugar de una religiosa. Pero como no había apoyo para esto, la idea fue desechada.(7)

Para rescatar a Servet de sus herejías, Calvino contestó con la última edición de sus Institutos de la Religión Cristiana, que Servet devolvió prontamente con comentarios marginales insultantes. A pesar de las suplicas de Servet, Calvino, que desarrolló un intenso odio a Servet durante la correspondencia, rehusó devolver cualquier material incriminatorio.(8)

Declarado culpable de herejía por las autoridades católicas romanas, Servet escapó de la pena de muerte por una fuga de la prisión. Dirigiéndose a Italia, Servet se detuvo inexplicablemente en Ginebra, donde él había sido denunciado por Calvino y los Reformadores. Él fue capturado el día de su llegada, y sin querer retractarse, fue condenado como hereje y quemado en 1553 con la tácita aprobación de Calvino. (9)

Por favor note que Servet devolvió a Calvino sus Institutos con comentarios marginales insultantes. ¿Pudo éste hecho haber engendrado en Calvino un intenso odio hacia él? En cuanto a Calvino, ¿cómo veía él su propio trabajo de los Institutos? En 1545, Juan Calvino escribió: 

 

Yo no me atrevo a tener un testimonio demasiado fuerte a su favor, ni a declarar cuan provechosa será su lectura , para que no pueda parecer que valoro demasiado mi propio trabajo . Sin embargo, al menos esto puedo prometer, que será un especie de clave que abra para todos los hijos de Dios un acceso recto y eficaz a la comprensión del sagrado tomo. Por esta razón, si nuestro Señor me da de aquí en adelante los medios y la oportunidad de componer algunos Comentarios, yo emplearé la mayor brevedad posible, ya que no habrá ocasión de hacer largas digresiones, viendo que en cierto modo he deducido extensamente todos los artículos que pertenecen al cristianisY ya que estamos obligados a reconocer que toda verdad y doctrina legítima proceden de Dios, yo me aventuro osadamente a declarar lo que pienso de esta obra, reconociéndola como la obra de Dios en lugar de mía. A él, de hecho, la alabanza debida por ésta debe atribuírsele.(10)

 

Uno no puede evitar reconocer la similitud entre la exaltada estimación de Calvino hacia su propio libro y Mary Baker Eddy, la fundadora de Ciencia Cristiana, que tituló a su propio libro, Ciencia y Salud Con Clave a las Escrituras. Los dos creían que tenían una clave para las Escrituras.

El Arresto y Encarcelamiento de Servet

En el curso de su huida desde Viena, Servet hizo una parada en Ginebra y cometió el error de asistir a un sermón de Calvino. Él fue reconocido y arrestado después de los servicios.(11)

 

Calvino lo tenía arrestado [a Servet] como un hereje. Declarado culpable y quemado hasta morir.(12)

Pero el destino de Servet estaba decidido irrevocablemente. «En prisión fue sujeto a un cruel trato; y le negaron el beneficio de un abogado … Sus puntos de vista religiosos no habian sido expuestos ni impresos en territorio de Ginebra. El gobierno de Ginebra, por lo tanto, no tenía ni la más mínima jurisdicción legal para su arresto, encarcelamiento, tortura y muerte.»(13)

Desde el momento en que Calvino lo hizo arrestar el 14 de agosto, hasta su condenación, Servet pasó sus días restantes «… en un atroz calabozo sin luz ni calefacción, con poca comida, y sin instalaciones sanitarias.»(14)  

Que se sepa que alrededor de los pies de Servet se puso madera semiverde y que se le colocó en la cabeza una tiara espolvoreada con  azufre . Tomó mas de treinta minutos darlo por muerto en semejante fuego. Otro relato dijo que fueron tres horas. Dirigiéndose a la ejecución, el amigo de Calvino, Farel, caminaba junto al hombre condenado.  

Farel y Servet

Farel caminaba junto al hombre condenado, y mantenía un constante ataque verbal, con total insensibilidad a lo que Servet podría estar sintiendo. Todo lo que él tenia en mente era arrancar del prisionero un reconocimiento de su error teológico–un ejemplo impactante de la desalmada cura de almas. Unos minutos después de esto, Servet dejo de responder y oró en voz baja para sí mismo. Cuando llegaron al lugar de la ejecución, Farel anuncio a la expectante muchedumbre «Aquí ustedes ven cuánto poder posee Satanás cuando tiene a un hombre bajo su dominio. Éste hombre es un distinguido erudito, y él quizás creyó que estaba actuando correctamente. Pero ahora Satanás lo posee completamente, como podría también poseer a ustedes, si cayeran en sus trampas.»  

Cuando el ejecutor empezó su trabajo, Servet susurro con voz temblorosa «¡Oh Dios, Oh Dios!» El frustrado Farel exclamó exaltado «¿No tienes nada más que decir?» Esta vez Servet le contestó «¡Qué otra cosa podría hacer, sino hablar con Dios!» Entonces él fue levantado y colocado en la hoguera y encadenado a las estacas. Un corona espolvoreada con azufre fue colocada en su cabeza. Cuando las fajinas fueron encendidas, un lamento penetrante de horror salió de él. «¡Misericordia, misericordia!» Por más de media hora la horrible agonía continuó, porque la pira se había hecho de madera semiverde y se quemaba lentamente. «Jesús, Hijo del Dios eterno, ten misericordia de mí,» exclamó el hombre atormentado  en medio de las llamas ….(15)  

La agonía, sin embargo, fue prolongada. Parece ser que en el caso de Servet fue usada madera verde, por eso fue que transcurrieron tres horas antes de que él fuera declarado muerto.(16)

Calvino y Farel vieron, en su negativa a retractarse, sólo la obstinación de un hereje incorregible y blasfemo. Nosotros debemos reconocer en él la fuerza de su convicción. Él perdonó a sus enemigos; él pidió perdón incluso a Calvino. ¿Por qué no debemos perdonarlo nosotros? Él tenía una naturaleza profundamente religiosa. Nosotros debemos honrar su devoción entusiástica a las Escrituras y a la persona de Cristo. De las oraciones y eyaculaciones insertadas en su libro, y de su lamento de su muerte pidiendo misericordia, es evidente que él le rindió culto a Jesucristo como su Señor y Salvador.(17)

Así el hereje fue puesto en silencio, ¡pero a que precio! Por más de tres siglos el humo y las llamas que ascendieron sobre el cuerpo torturado de Servet han lanzado una luz pavorosa hacia atrás sobre la figura de Calvino.(18)

Farel notó que Servet podría haber sido salvado cambiando la posición del adjetivo y confesando a Cristo como el Hijo Eterno en lugar de como el Hijo del Dios Eterno.(19)

Aunque la Biblia declara, «Y todo el que invoque el nombre del Señor, será salvo» (Hechos 2:21, Ro. 10:13 y comparar con Lc. 23:42, 43), aún así Farel  consideró a Servet como un hombre no salvo al final de su vida.

 

Como las autoridades católicas romanas de 1415 quemaron a Juan Hus (20) en la estaca por razones doctrinales, Juan Calvino, similarmente, quemó a Miguel Servet a la estaca. ¿Pero era la doctrina el único problema? ¿Podría haber otra razón, una razón política?

Como un «hereje obstinado» Servet sufrió la confiscación de todas sus posesiones sin más trámite. Él fue tratado terriblemente en prisión. Por consiguiente, es entendible que Servet fuese rudo e insultante en su confrontación con Calvino. Desgraciadamente para él, en ese momento Calvino estaba luchando para mantener su poder decadente en Ginebra. Los oponentes de Calvino usaron a Servet como un pretexto para atacar al gobierno teocrático del Reformador de Ginebra. Se volvió una cuestión de prestigio -siempre el punto delicado para cualquier régimen dictatorial- para Calvino afirmar su poder en este respecto. Él fue forzado a promover la condenación de Servet por todos los medios a su alcance.(21)

Bastante irónicamente, la ejecución de Servet realmente no ayudó a sostener la fuerza de la Reforma de Ginebra. Al contrario, como Fritz Barth ha indicado, él «comprometió gravemente el calvinismo y puso en las manos de los católicos, a quienes Calvino quiso demostrar su ortodoxia cristiana, la mejor arma para la persecución de los hugonotes, quienes eran nada más que herejes a los ojos de ellos.» El proceso contra Servet sirvió como modelo de juicio a un hereje protestante …. no difirió en ningún respecto de los métodos de la Inquisición medieval …. La exitosa Reforma tampoco era capaz de resistir las tentaciones de poder.(22)

¿Era Calvino un Gran Teólogo?

¿Es posible para un hombre como Juan Calvino haber sido un «gran teólogo» y al mismo tiempo transgredir las Escrituras en semejante grado y después no mostrar ningún remordimiento? Estimado lector, ¿tiene usted un corazón que podría, como Juan Calvino, quemar a otra persona a la estaca?

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LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y SUS 144,000 UNGIDOS

 

Caprichosas Interpretaciones de la Biblia

 

          Los «T.J» tienen una interpretación muy particular y errada de la palabra «Iglesia«. Para esta palabra ellos prefieren usar la locución «congregación cristiana» en lugar de «Iglesia cristiana«, aunque las dos son válidas. ¿Qué dicen ellos sobre la iglesia o congregación cristiana? En su famoso libro «Esto Significa Vida Eterna« págs 126,127 nos dicen: «Ya que el cuerpo humano perfecto de Jesús tuvo cierto número de miembros para ser completo, ni uno más, ni uno menos, asimismo el «cuerpo de Cristo» completo, el cual es su congregación (iglesia), tiene un número perfecto de miembros, predestinados por el Creador Teocrático, Jehová. Antes del tiempo de Cristo, Dios no había revelado su número…pero mediante Cristo Jesús él por fin reveló que su número es 144,000                                         

 

         Es trágico ver como los «T.J» propagan el error de que la Iglesia o congregación cristiana está compuesta por 144,000 Testigos. Todos sabemos que hay aproximadamente 6 millones de «T.J» bautizados en todo el mundo, y no obstante, sólo el 3% de ellos pertenecen a la Iglesia de Cristo. ¿No es esto absurdo? Si sólo Jesús es cabeza de su cuerpo, y éste sólo está compuesto por 144,000 personas (=3% de «Testigos«), ¿a quién tienen por cabeza el 97% de Testigos de Jehová? ¡97% de «T.J» están decapitados! Y si están decapitados —¡entonces están muertos espiritualmente!

 

         Según el registro de Hechos 2:38,41,47 los que fueron convertidos y bautizados por la predicación de Pedro fueron añadidos a la IGLESIA y tenían el derecho de participar de la comunión, del pan partido, y de las oraciones. Uno se bautiza para pertenecer o ser añadido a la iglesia o cuerpo de Cristo. Así lo fue hace dos milenios y lo sigue siendo aun hoy. Pero resulta que hay cerca de 6 millones de «T.J» BAUTIZADOS y no obstante sólo el 3% conforma la iglesia o cuerpo de Cristo. ¿No es esto absurdo nuevamente y antibíblico?

 

        Veamos lo que Pablo dice de Cristo y su iglesia: «…Así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, Y ÉL ES SU SALVADOR.» (Efesios 5:23). El punto es éste: Si uno no pertenece al cuerpo de Cristo NO PODRÁ SER SALVO. Pablo es contundente al decir que Cristo salva a su iglesia y a nadie más. Si 97% de los «T.J» no tienen el derecho de pertenecer a la Iglesia de Cristo, entonces están perdidos y muertos. Están perdiendo su tiempo yendo a sus salones del reino, predicando de casa en casa, ofrendando, orando, etc., pues Dios ni Cristo los podrán salvar. Lo cierto es que en ninguna parte de la Biblia dice que la iglesia esté compuesta por 144,000 personas. Ningún «T.J» podrá probarlo con su Biblia. Y para terminar este acápite diremos que nos parece contradictorio que miles de «T.J» que no pertenecen a la clase de la iglesia ostenten el título de «ancianos» (=Pastores, o Presbíteros). Recordemos que los «Pastores» o «Ancianos» fueron elegidos para edificar a la iglesia del Señor (Efesios 4:11), y la obligación de la iglesia era (y es) sujetarse a ellos fielmente (Hebreos 13:17). Pero, ¿Se sujetarán los «ungidos«— o los de la clase de la iglesia— a «ancianos» que NO pertenecen a su clase eclesiástica? Aquí hay asuntos absurdos y contradictorios de verdad.  

 

Y para terminar, nos parece extraño y contradictorio que en los salones del reino los miembros no ungidos —que supuestamente no son hijos de Dios— y que abren el culto con una oración a Dios, comiencen diciendo: “Padre celestial, te damos gracias por reunirnos esta noche…etc, etc,”  ¿En qué quedamos?¿Es Dios el padre de los no ungidos o no?¿Por qué lo llaman “Padre celestial si no son sus hijos? ¡Sin duda la mentira y la contradicción van de la mano!

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¿QUIÉNES SON LOS HERMANOS DE JESÚS?

 

 

Falacia Jehovísta-Russelista

 

 

       Los «Testigos» también han escrito otro libro titulado: «Sobrevivientes que entran a una Nueva Tierra« (1984). En este libro los «teólogos» de la W.T han torcido la definición que da Cristo mismo en cuanto a quiénes son sus hermanos. En la página 114 aparece el subtítulo «El rey y sus Hermanos» y en la página siguiente, la 115, hablando de sobre los hermanos de Cristo, preguntan: «¿Quiénes son éstos? Aquellos a quienes Dios ha escogido de entre la humanidad para que hereden con Cristo el Reino celestial. Son 144,000, y sólo queda un resto de ellos todavía en la tierra (Revelación 14:1,4). Porque ‘han nacido otra vez’ mediante el funcionamiento del espíritu de Dios, son hijos de Dios, y por esta razón en las Escrituras se les llama «hermanos» de Jesucristo (Juan 3:3; Hebreos 2:10.11). Jesús cuenta lo que la gente hace a estos «hermanos», hasta el ‘más pequeño’ de ellos, como si se lo hicieran a él.« En la página 118 del mismo libro, y en el segundo párrafo, afirman que los «hermanos» de Cristo son un rebaño pequeño de 144,000 personas.

 

       Esta doctrina de los «T.J» es totalmente absurda y claramente antibíblica, pues si sólo los 144,000 «T.J» son los hermanos de Cristo, entonces la gran mayoría de «T.J» no los son. Es más, si sólo los 144,000 «Testigos» son hermanos de Cristo, entonces sólo ellos tienen a Dios como Padre. Recordemos que Dios es el Padre de Cristo, y por extensión, también de sus hermanos. ¿Se da cuenta de lo que esto significa? La gran mayoría de «Testigos» no tienen parte en la familia de Dios. Prácticamente se encuentran como parias y desposeídos de todos los derechos de un hijo legítimo.

 

       Pero desgraciadamente  la gran mayoría de Testigos de Jehová no se dan cuenta del engaño, y sólo se limitan a propagar como tontos este craso error por todos lados a donde van con sus revistas Atalaya y Despertad. No se dan cuenta que ellos mismos se están excluyendo de la gran salvación que Dios ofrece a través de Jesucristo, su Hijo amado. Al decir que ellos no son de la clase de “celestial” de la “manada pequeña”, lo que están diciendo es que ellos son meramente servidores y esclavos de esa clase “ungida” o “celestial”, y que no tienen los mismos derechos de un verdadero salvo hijo de Dios. Y de este modo ellos mismos se acomplejan y prácticamente se someten como corderos a los dictados de aquellos malos servidores de Dios que golpean a sus hermanos y que los humillan dejándolos como parias y sin un Padre verdadero que los quiere realmente cobijar dentro de su familia. Parece Increíble, pero sólo los «144,000 ungidos» son hijos de Dios, los únicos hermanos de Cristo, los únicos que tienen el Espíritu Santo, los únicos que pertenecen a la Iglesia Cristiana, los únicos que pueden participar de la cena comiendo del pan, y bebiendo del vino, los únicos que reinarán en el reino de Cristo. En cambio, la gran mayoría de «Testigos» pasan a ser entes de cuarta categoría, desposeídos de casi todos los derechos y promesas ofrecidas por Cristo a sus verdaderos seguidores.

 

       Pero, ¿Qué tiene en realidad que decirnos Jesús en cuanto a sus hermanos? ¿Concuerda la explicación de nuestro Señor con la explicación dada por los mal llamados «Testigos de Jehová» (o, «T.J»)? ¡Debemos hablar según el testimonio de Jesús y no según los caprichos de los neófitos! He aquí la explicación esclarecedora del mismo Hijo de Dios en cuanto al tema en cuestión. Veamos lo que dice Jesús en Mateo 12:50: «PORQUE TODO AQUEL QUE HACE LA VOLUNTAD DE MI PADRE QUE ESTA EN LOS CIELOS, ESE ES MI HERMANO, Y HERMANA, Y MADRE.« Nótese bien que los «hermanos» de Jesús son aquellos QUE HACEN LA VOLUNTAD DEL DIOS Y PADRE DE TODOS. Si la «Grande Muchedumbre»— como clase—- no conforma la «hermandad» de Jesús, ¿entonces la voluntad de quién están haciendo éstos? ¿La voluntad de los líderes de la W.T?, o ¿la de Dios? He aquí una encrucijada. Sin embargo, es gracioso y extraño oír a TODOS los «T.J» llamarse entre ellos como «hermanos» cuando por otro lado ellos enseñan que sólo Cristo tiene 144,000 hermanos. Y por añadidura, también resulta gracioso que TODOS los «T.J» llamen a Jehová Dios como «Padre Celestial», cuando por otro lado ellos enseñan enfáticamente que Jehová Dios sólo tiene 144,001 hijos.                        

          

       Lo cierto es que todos los «T.J» han recibido el BAUTISMO por agua, lo cual se traduce en el recibimiento del Espíritu Santo (Hechos 2:38). Esto no lo pueden negar los «T.J» pues está en la Biblia. Necesariamente se debe recibir el Espíritu Santo después del arrepentimiento y del bautismo. Ahora bien, después de recibir el Espíritu Santo por el bautismo, ¿qué ocurre inmediatamente? El convertido se transforma en un hijo de Dios, pues dice Romanos 8:14: » Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son Hijos de Dios.» ¿Cómo puede ser posible que millones de «T.J» se hayan bautizado y a la vez no sean parte de la familia de Dios?

 

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¿Cuál es el significado de pronto, en breve, y cerca, en la Biblia?

 

                       Por J. Jonson. Td. Mario A Olcese

 

La discusión sobre «pronto”, “rápidamente», “cerca”, “en breve” es el principal argumento que tienen los preteristas para usar en contra de una interpretación futurista del Apocalipsis.  Es extraño que los preteristas, los cuales deben tomar casi todo en el Apocalipsis como figurativo, insistan en que los pasajes que hablan de «venir pronto” deban verdaderamente ser tomados muy literalmente. Yo los tomo ciertamente como que son literales, pero son literales desde la perspectiva de Dios, quien ve 1000 años como un día (2 Ped. 3:8).

 

La misma discusión de «pronto”, “de acá a poco», “en breve” es usada por los modernistas que tratan de buscar un cisma entre Santiago/Pablo en la iglesia y por los escépticos que creen que Santiago estaba equivocado (Sant. 5:8) y la   Biblia también. 

 

Hay muchos pasajes en la Biblia que demuestran que la perspectiva de Dios no es la perspectiva del hombre, no menos de lo que es Isa. 55:8-9. Dice: “Pues mis pensamientos no son sus pensamientos, ni son sus caminos mis caminos, dice el SEÑOR. 9   Porque como los cielos son más altos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos que vuestros pensamientos”.

 

Con esos pensamientos en mente, considere los siguientes pasajes y sus comentarios.

 

Salmo 37:1,2  ––Salmos de David––No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán”.Pronto” acá es toda una vida o si no los miles de años que corren desde la escritura del Salmo 37 hasta el Juicio.

 

Sal. 90:10: “Los días de nuestra edad son setenta años;
y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos”
. “Pronto” acá es 80 años.

 

Revelación 2:5: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. 

 

La iglesia en Efeso perduró por centenares de años después de esto.

 

Revelación 2:16: “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca”.   Aquellos que Cristo peleó con la espada de Su boca fueron asesinados (Revelación 19:15, 21), pero la iglesia de Pérgamo persistió por siglos después de que él dijo esto.

 

 Revelación 3:10-12: Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.  La corona es otorgada para aquellos que son fieles hasta la muerte (Revelación 2:10).  La corona es otorgada después de la resurrección (1 Pet 5:4, II Tim 4:8).  La  “pronta venida”  estaba en el contexto de una recompensa para los vencedores.  La recompensa para aquellos que vencen no es dada hasta la resurrección y el juicio.  La “pronta venida” está por consiguiente en el contexto de la Segunda venida y la resurrección.

 

 Rev 22:6,7: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”. En el v. 5, justo precediendo a estos versos, Juan escribió del tiempo en que los justos dominarán por siempre jamás.  Sin embargo, ese gobierno no ocurre hasta que recibamos nuestras coronas (Revelación 2:10, 26-27), y el recibimiento de las coronas no ocurre hasta después de la resurrección y el juicio (1 Pedro 5:4). 

 

Romanos 16:20: “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros”. Satanás es todavía nuestro adversario y no está todavía sujeto bajo nuestros pies” (Revelación 20:6).

 

Revelación 1:1: La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”. “pronto” incluye los 1260 años de la dispersión de Israel, la subida y el gobierno del anticristo, la Segunda venida, la resurrección y el Juicio. 

 

Considere el siguiente pasaje de Isaías 29:17-18. ¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será estimado por bosque? En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas”.  Puesto que Isaías habla de la Resurrección que estaba miles de años por delante, “de aquí a  muy poco” de Isaías es mucho tiempo de la perspectiva del hombre.  Aun si uno toma la posición muy dudosa de que Isaías habla de la llegada de la iglesia, el “de aquí a muy poco” aún estaba sobre los 700 años. 

 

Otro ejemplo de tiempo de la perspectiva de Dios está en Hageo 2:6.  El profeta dice, “Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca”.  Este verso es citado en Heb 12:26 y es aplicado a los acontecimientos en la segunda venida de Cristo.  En el verso, sin embargo, el profeta dice “de aquí a poco tiempo”.  Notamos que Hageo habló cerca de 400 años antes de Jesucristo, y eso ha sido ahora sobre los 2400 años desde que estas palabras fueron habladas, y no están aún cumplidas.  Por consiguiente concluimos que “de aquí a poco” del profeta pretende ser  desde la perspectiva de Dios y es aun otro ejemplo de referencias de tiempo llamadas “pronto” que abarcan miles de años.

 

Lucas 18:6-8: “Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 
¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
.
Jesús habló de los elegidos que estaban clamando mientras él aún estaba vivo.  Esas personas de quienes Jesús habló no fueron los apóstoles y los profetas, sino que fueron judíos que habían estado oprimidos por los romanos y otros (e.g. Lc. 13:1).  Han sido 2000 años desde que Jesús hizo esta promesa, pero los judíos aún no han sido vengados. La referencia de Jesús a Su Segunda Venida aclara que la venganza de los santos espera el Juicio.  Aunque la promesa de Jesús es pronta desde la perspectiva de Dios, es un largo tiempo desde el punto de vista del hombre.

 

Salmo 37:10 “Pues de aquí a poco no existirá el malo;
Observarás su lugar, y no estará allí”
.
 “De aquí a poco” es toda una vida.

 

Jeremías 51:33: “Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era cuando está de trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega”.  Fue más de 40 años antes de que esta profecía se cumpliese, pero fue «de aquí a poco».

 

Oseas 1:4: “Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel.” Jeroboam, hijo de Joaz empezó su reinado en 785 aC.  Israel dejó de ser una nación en 722 aC. “De aquí a poco” fueron de  20-60 años.

 

Hageo 2:6: “Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca”.  La sacudida de los cielos y la tierra ocurre al final del mundo (Heb 12:27).  Han sido 2500 años desde que Hageo dijo que ocurriría “de aquí a poco”.

 

Juan 16:16: “Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre”. Juan 16:17 “Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre?” Al día siguiente él murió. Tres días más tarde él resucitó.  Sin embargo, la referencia no es a la resurrección de Cristo, sino sobre Su ida al Padre donde ellos no le verían más.  Luego ellos morirían e irían a él. También resucitarán de entre los muertos, y como Job, le verán con sus ojos (Job 19:25-27, Rev 1:7).  El “Todavía un poco” hasta que le vieran fue, ya sea en su periodo de vida, o 2000 años. 

 

Hebreos 10:37: “Porque aún un poquito,  Y el que ha de venir vendrá, y no tardará”. Jesús viene otra vez, pero han sido 2000 años.  Las personas comienzan a preguntarse (2 Pedro 3:4).

 

Job 14:1 “El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de sinsabores”. “corto de días” es una duración de una vida entera.

 

Daniel 11:20: “Y se levantará en su lugar uno que hará pasar un cobrador de tributos por la gloria del reino; pero en pocos días será quebrantado, aunque no en ira, ni en batalla”.   Los “pocos días” fueron varios años.

 

Hebreos 12:10: “Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad”.   Los “pocos días” fueron los años de nuestra infancia.

 

1 Juan 2:18: “Hijitos, ya es la última hora; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es la última hora (Versión Estándar Americana). Es la última hora, pero lo han sido 2000 años desde que Juan escribió esto. 

 

Isaías 13: 6,7,10,11: “Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso. Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre, por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes”. El día del Señor es el fin de mundo, pero Isaías lo describe como “cerca”.

 

Romanos 13:11,12: “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz”.   

El amanecer del nuevo día del Señor estaba cerca en el día de Pablo, pero lo han estado 2000 años.

 

Filipenses 4:5: “Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. El Señor aún no ha venido después de 2000 años, pero él estaba “cerca” en el día de Pablo.

 

1 Pedro 4:7: “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración”.  Todas las cosas aún no han acabado, pero el fin estaba “cerca” en el día de Pedro.

 

Santiago 5:8: “Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.  El Señor aún no ha venido después de 2000 años, pero Santiago dijo que Su venida se acercaba.

 

Isaías 56:1: “Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse”. La salvación de Dios estaba justo para venir 2700 años atrás.

 

Isaías 54:8: “Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor”.  Bien puede tener referencia a la venida del Mesías (700 años) o la Segunda venida (2700 años), pero era sólo “por un momento”.

 

 

¿EXISTE ALGUNA RELACIÓN DOCUMENTADA ENTRE EL SATANISMO Y LOS «EXTRATERRESTRES»?

 

William Goetz escribió un libro titulado OVNIS, -Amigos, enemigos o fantasía, nos revela algo que la prensa no se atreve a revelar. «Todos los que reportan haber sido «raptados» han experimentado con el mundo oculto antes de haber sido «raptados». Todos han entrado en contacto con religiones tales como el Budismo, Yoga, brujería, lectura de barajas, magia, además del uso extremo de drogas alucinógenas». Goetz también nos dice que los mismos lugares donde se celebran ritos satánicos y paganos, más tarde se convierten en lugares donde ocurren manifestaciones de «Extraterrestres». Estos extraterrestres ofrecen una «entrada pacífica hacia el nuevo milenio». Sin embargo, debido a lo que sucede a los «raptados», es obvio que estos seres no son amistosos en lo absoluto. Si así lo fuera, ¿cómo justificar «raptar» a una persona contra su deseo?

 

Existe una agenda evolucionista detrás del Programa Espacial de los gobiernos que designan dinero para estas investigaciones. La evolución está ÍNTIMAMENTE ligada a estos fenómenos paranormales. Si en realidad la vida evolucionó en la tierra, entonces pudo haber evolucionado en otros lugares también. Sin embargo, esta página está repleta de evidencias de que la vida no ha evolucionado. Los únicos seres además de nosotros en el universo son los seres espirituales creados por Dios antes de nosotros. Estos seres son benignos o malignos. En mis artículos ¿Quiénes eran los hijos de Dios?, volúmenes 1 y 2, ustedes se darán cuenta de las actividades que tanto los seres benignos como los malignos han estado llevando a cabo con la raza humana desde los días de la creación.

 

Curiosamente en muchos lugares donde han aparecido «Extraterrestres»,  se han practicado brujería, lectura de barajas, Espiritismo, sesiones Ouija, Satanismo… por parte de muchos grupos esotéricos relacionados de forma mas o menos directa con el Movimiento Nueva Era. ¿No os parece ya sospechoso esto?. Por lo tanto los seres que han aparecido en estos sitios son claramente seres malignos o demonios enviados por Satán para engañar a la gente que existen los seres extraterrestres, como alternativa al propio Dios de la Biblia y hasta hacer creer que la creación de la Vida en la Tierra fue obra de los «Extraterrestres». Satanás utiliza todas las armas posibles para que los humanos dejen de adorar al único Dios verdadero que existe.

Nos llama la atención que para los “Supuestos Ovnis” estas leyes por las cuales se rige la materia y todos los seres formado por materia, para estos supuestos Objetos, estas leyes no significan nada. Porque son violadas constantemente. Esto es una prueba más de que estos seres no son materia. De ser materia, deben regirse por las leyes que gobiernan la materia en todo el universo.  Fuera de Dios, Solamente los ángeles dice la Biblia, son espíritus. Los que nos lleva a la conclusión, si no se rigen por las leyes de la materia. Entonces no son materia y si no son materia, Son espíritu, y si son espíritus y no son Dios, ni ángeles de Dios, entonces por descarte sólo nos queda una salida: ¡SON DEMONIOS!

La prueba más grande ahora sobre la humanidad es producida por el trabajo de Lucifer que ha sido soltado del infierno, con sus demonios, y está sobre la tierra y en nuestra atmósfera terrestre. Ellos están llevando a cabo prodigios y maravillas para confundir y enredar a la humanidad.  Vosotros les llamáis a ellos los OVNIs.  Son manifestaciones sobrenaturales del Diablo y sus demonios.  Son creados en las mentes de algunos por los demonios, quienes son capaces  debido a un gran poder sobre la tierra de controlar ahora los elementos y la naturaleza.

 

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LA IMPORTANCIA DEL PEZ COELACANTO PARA LOS CREACIONISTAS

Algunos animales y plantas han permanecido sin cambio durante literalmente millones de años. Estos «fósiles vivientes» pueden ser más embarazosos para los evolucionistas de lo que suelen admitir. Una criatura en particular, el coelacanto, es muy aleccionador. El primer coelacanto vivo se encontró frente a la costa de Madagascar en 1938. Se creía que los coelacantos habían estado extintos durante 100 millones de años. Pero la mayoría de los evolucionistas consideró que este descubrimiento era una gran oportunidad para estudiar el funcionamiento de un ancestro del tetrapodo. Los coelacantos se parecen a los ancestros propuestos para los anfibios. Se esperaba que algunas pistas podrían derivarse del moderno coelacanto, con relación a exactamente cómo un pez se volvió preadaptado a la vida terrestre, porque no solo había un esqueleto completo sino todo un conjunto de órganos internos por añadidura. Los resultados del estudio fueron muy desalentadores. El moderno coelacanto no mostró ninguna evidencia de órganos internos preadaptados para el uso en un entorno terrestre. El coelacanto es un pez; ni más, ni menos. Sus aletas huesudas se usan excepcionalmente como remos bien diseñados para cambiar de dirección en un entorno de mar profundo, y no son las protoextremidades de futuros anfibios.

 

JESÚS EXPERIMENTÓ LA NATURALEZA INGRATA DEL SER HUMANO

La Ingratitud del corazón humano

 

En una ocasión Jesús “yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces UNO de ellos, viendo que había sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro a tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado” (Lucas 17:11-19).

 

Aquí vemos un ejemplo de la ingratitud de los seres humanos en general. De diez personas que Jesús había milagrosamente sanado de la lepra, sólo uno (el 10%) había sido agradecido…y fue un samaritano, ¡un hombre que era mal visto por los Judíos! Este samaritano humilde se sintió agradecido por la bondad expresada por el Judío Cristo, quien, sin hacer excepción de personas, lo curó. Pero fue UNO de diez, el 10% de los hombres que él sanó de lepra. Por eso, que no nos extrañe que sólo un 10% de los hombres nos reconozcan lo que hemos hecho por ellos cuando nos necesitaron.

 

Muchas veces personas que son lo último de la tierra suelen ser las más agradecidas que aquellas que se creen algo o que son merecedoras de cualquier dádiva. Jesús nos enseñó a ser agradecidos, pero a la vez nos hizo ver cómo suelen responder las personas ante nuestros buenos actos de amor y desprendimiento. Realmente todos hemos experimentado esa indiferencia e ingratitud de las personas que hemos servido—¡y en alguna ocasión nosotros mismos hemos sido ingratos con otros y desagradecidos! Esta característica ingrata será más marcada en los tiempos finales. Pablo escribió: “También deben saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, INGRATOS, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores…” (2 Tim. 3:1-5)

 

Hacer el bien sin mirar a Quien y sin Esperar nada a Cambio

 

Jesús por eso aconseja que hagamos el bien SIN ESPERAR que nos lo agradezcan o que nos recompensen. El dijo: “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced el bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los INGRATOS y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.” (Lucas 6:35).

 

Empecemos a ser agradecidos con Nuestro Padre celestial y con nuestros progenitores

 

Cuántas personas se olvidan de agradecer a Dios por la vida, la salud, la familia, la salvación, los alimentos, y cosas como éstas. Generalmente los cristianos oran poco para agradecer a Dios por lo que tienen o reciben. Pablo dice: “Dando SIEMPRE GRACIAS POR TODO al Dios y Padre, en el nombre del Señor Jesucristo” (Efesios 5:20). Aquí Pablo no dice que agradezcamos sólo las cosas básicas a Dios, sino todo lo que uno tiene o ha recibido, pues “toda dádiva buena y todo don perfecto desciende de lo alto, del Señor de las luces” (Santiago 1:17).

 

Y no olvidemos que tenemos padres que nos han criado y educado y a los cuales también les debemos estar agradecidos. Debemos, pues, comenzar también con nuestros padres, con los que nos dieron la vida y nos cuidaron con esmero. Esto alegra mucho el corazón de un padre, el saber que tiene un hijo grato.

 

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“ANDAR COMO ÉL ANDUVO” (1 Juan 2:6)

Introducción

 

El Apóstol Juan nos dice en su primera epístola, capítulo dos y verso 6, lo siguiente: El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Estas palabras son muy impactantes para mí, pues encierran un compromiso de seguir el modelo que Jesucristo nos dejó. De igual sentir es el Apóstol Pedro, quien en su primera epístola, capítulo 2 y verso 21, escribe: “Pues para esto fuisteis llamados; porque Cristo padeció por nosotros, dejándoos ejemplo, para que sigáis sus pisadas. También el Apóstol Pedro le da suma importancia a que imitemos a Cristo, tal como él mismo lo hizo cuando cumplía su misión entre los gentiles. A los Corintios él les escribió lo siguiente: Sed imitadores de mí, así como yo soy de Cristo (1 Cor. 11:1).  

 

Siguiendo e imitando a Jesús

 

Ahora bien, ¡Cuántas veces hemos leído estas palabras de Juan en 1 Juan 2:6 y no obstante muy poco nos hemos puesto a meditar en su significado! Algunos creen que “andar como Cristo anduvo” se debe tomar de la forma más literal posible. Sostienen que para ser un verdadero seguidor de Cristo hay que optar por ser pobres, ermitaños, célibes, desvalidos, y así por el estilo. Aun otros han pensado que para ser como Cristo tenemos que dedicarnos sólo a la predicación del evangelio y abandonar completamente los negocios de este mundo y subsistir de las limosnas. Otro grupo sostiene que debemos incluso ser bautizados en el mismo río en que fue bautizado Jesús (Jordán) y morir en la tierra santa para poder resucitar primero cuando Jesús regrese a su tierra desde el cielo. En vista de tantas ideas diferentes, ¿qué nos dicen realmente las Escrituras sobre el verdadero significado de “seguir” e “imitar” a Cristo?  

 

Pasajes bíblicos donde encontramos el verbo “andar”

 

Para saber de qué se trata el andar como Cristo, es necesario analizar los pasajes donde aparece el verbo “andar” y sus variantes “anduvo”, “andando”, “andad”, “andéis”, “anduvieseis”,  etc.  Veamos éstos en el Nuevo Testamento:

 

1.- Romanos 6:4: “…Así también nosotros andemos en vida nueva”

2.- Romanos 8:1  “…Los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. 

3.- Romanos 13:13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia” 

4.- 2 Corintios 5:7: “Porque por fe andamos, no por vista”. 

5.- Gálatas 5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”.

6- Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. 

7.- Efesios 4:1-3 Os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,  con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”

8.- Efesios 5:2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”.

9.- Efesios 5:15,16 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,  aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. 

10.- Colosenses 1:10 Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”. 

11.- Colosenses 3:5-7 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;  cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,  en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas”. 

12.- Colosenses 4:5 Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo”.

13.- 2 Pedro 3:11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir”. 

14.- 2 Juan 6 Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio”.

15.- 3 Juan 4 No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad”

 

Si analizamos con cuidado estos 15 versículos descubriremos en qué cosas debemos andar (seguir) e imitar a Cristo.

 

1.- Andar en nueva vida. Es decir, el viejo hombre pecaminoso quedó atrás. Nuestros valores son otros, así como también nuestras metas.

2.- Andar conforme al Espíritu. Es decir andamos manifestando los frutos y dones del Espíritu Santo que se encuentran especificados en Gálatas 5 y en 1 Cor. 12.

3.- Andar honestamente, sin glotonerías, borracheras y otros vicios similares.

4.- Andar por fe. Es decir, confiados en las promesas de Dios.

5.- Andar haciendo buenas obras a los demás.

6.- Vivir en amor y paz con todos los hombres.

7.- Andar como sabios, redimiendo el tiempo para salvar a otros con el mensaje del evangelio.

8.- Andar creciendo en el conocimiento del Señor. Es decir, ir madurando en la verdad revelada, aprendiendo más de la voluntad de Dios y de sus mandamientos.

9.- Andar sabia y piadosamente con todos. Es decir, una vida intachable.

10.-Andar conforme a los mandamientos de Dios.

11.- Andar en la verdad. Es decir, andar según la Palabra de Dios, la verdad revelada.

 

Vemos que “andar como Cristo” es andar como hombres nuevos, piadosos, santos, sabios, sobrios,  en amor, en paz y en la verdad,  haciendo buenas obras a todos los que podamos y guardando los mandamientos del Señor. En Hechos 10:38 Pablo dijo que Jesús anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos del diablo” (Hechos 10:38). Si él anduvo haciendo bienes, nosotros también lo imitaremos con el mismo amor y dedicación como la que tuvo él con sus paisanos. Su vida fue un ejemplo para nosotros de santidad, amor, obediencia a los mandamientos de Su Padre, sobriedad, sabiduría, piedad, fe, paciencia, y oración.

En 1 Juan 1:7: Juan dice lo siguiente: “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros…”  Ahora bien, si relacionamos estas palabras con aquellas que él mismo dijo unos versículos más adelante: “andar como él anduvo” (1 Juan 2:6), concluiremos que “andar como él anduvo” equivale a andar en la luz”, en la verdad, en la Palabra de Dios (Ver verso 5).

 

En 1 Pedro 2:21 Pedro dice que debemos “seguir las pisadas de Cristo”. El contexto nos revelará que lo que se trata es seguir las pisadas del SUFRIMIENTO Y AGUANTE de Jesús por las buenas obras realizadas. Dice el verso 20 así: “Pues, ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado por Dios. Pues para esto fuisteis llamados; PORQUE TAMBIÉN CRISTO PADECIÓ POR VOSOTROS DEJANDONOS EJEMPLO, para que sigáis  sus pisadas”.   Así que, haciendo una sana exégesis de los versículos, nos daremos cuenta de lo que Pedro quiso decir por “seguir las pisadas de Cristo”.

 

Conclusión:

 

“Seguir las pisadas de Cristo” no implica vivir como ermitaños, célibes, pobres, desventurados o desvalidos. Lo que implica es seguir las normas éticas y espirituales de Cristo plasmadas en Su Palabra, es seguir la CONDUCTA MORAL y PIADOSA de Cristo sin necesariamente renunciar a un trabajo seglar, o a un hogar con hijos, o a una profesión regular (ingeniero, abogado, médico, etc, etc). Uno puede tener un negocio próspero e incluso tener dinero, pero de lo que se trata es NO ENREDARSE O ENTRAMPARSE en los negocios de esta vida que no nos permita redimir el tiempo para la causa de Cristo o Su Evangelio del Reino. En 1 Tes 4:11 Pablo dice: “Y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado”. Pero a Timoteo le dice: “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”¿Cuál es la enseñanza entonces? ¿Debe dejar el creyente de ocuparse de los negocios “mundanos” para servir a tiempo completo para la causa del Señor? ¡No necesariamente! Uno puede tener su negocio para sostener a los suyos, ¡PERO NO DEBE ENREDARSE EN EL!

 

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LA HOMOSEXUALIDAD—¿ES ACEPTABLE PARA DIOS?

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Parejas disparejas

Por Mario A Olcese

 

Introducción

 

Tal vez uno de los pecados más antiguos es la homosexualidad, una práctica que siempre ha sido común en un porcentaje no muy alto de los seres humanos. Aunque esta práctica es considerada minoritaria, es también cierto que va en aumento entre los hombres y mujeres de todas las edades y condiciones sociales. La pornografía y la literatura que promueven las prácticas homosexuales son abundantes. Hoy en día muchos homosexuales están saliendo del “ropero” para exhibir abiertamente son tendencias y prácticas homosexuales y cada día aparecen más defensores de esta práctica que la Biblia abiertamente condena. Los matrimonios entre homosexuales se están legalizando en los países más “progresistas” y “desarrollados” y algunas iglesias ya están casando a parejas “gay”, tanto de hombres como de mujeres por igual.

 

¿Opción Sexual?

 

¿Se puede considerar la homosexualidad como una opción sexual?¿Es realmente ésta una relación sana y fructífera?¿Y qué diremos de la necrofilia y la zoofilia?¿Son éstas también otras opciones sexuales legítimas? ¿Aceptaremos realmente a aquellos individuos que se casan con su perro o vaca porque se sienten atraídos por ellos y por la satisfacción que sienten al acostarse con sus bestias?¿Se podrá casar mañana un hombre con un animal en una iglesia por el solo hecho de que así lo ha decidido él o ella?¿Y qué diremos del hombre que siente satisfacción sexual sólo con los cuerpos muertos? ¿Lo vamos a respetar sencillamente porque es su opción sexual personal? ¿Acaso no pensaríamos que estos tipos de individuos requieren urgentemente de un tratamiento psiquiátrico meticuloso?

 

Lo cierto es que Dios aborrece la inmoralidad sexual en todas sus manifestaciones. El aborrece las relaciones sexuales fuera del vínculo matrimonial heterosexual. La homosexualidad está claramente condenada en las Escrituras. Sodoma y Gomorra era una sociedad corrupta repleta de desvíos sexuales, entre los cuales estaba la homosexualidad. La paciencia de Dios tuvo su límite y al no haber visos de rectificación por parte de sus habitantes, Él se vio precisado a destruirlas por su obstinada impenitencia y rebeldía.

 

El Plan de Dios

 

¿Creó Dios en el principio una pareja gay para que vivieran en familia y se relacionaran sexualmente? Pues no. Dios creó a una sola pareja compuesta de un hombre y una mujer para que engendraran hijos y se acompañaran permanentemente (Génesis 1:26,27). La función del matrimonio es, entre otras cosas, la de reproducirse y tener hijos (v. 28). Sin embargo, este mandato se hace imposible cuando las parejas son del mismo sexo.

 

El problema reside en la mente

 

La Biblia nos dice que la alteración de este plan divino es una corrupción de la mente, y es en la mente donde está el problema. Cuando la mente se corrompe, se corrompe la conducta normal del ser humano, hecho a la imagen de Dios. La Biblia nos manda a tener una mente limpia y sana, ya que si la enfermamos con ideas realmente tenebrosas y desviadas podemos caer en una serie de depravaciones inconcebible. Muchos de los violadores y pedófilos son personas que han sucumbido a la pornografía y han envenenado sus mentes con prácticas pervertidas que han aprendido de otros individuos sin escrúpulos. Dice Pablo a Tito sobre el problema de los corrompidos, así: Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas (Tito 1:15). Y a los Efesios Pablo les dice: “Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza (Efesios 4:17-19).

 

Así es que está bien claro que las depravaciones o excesos sexuales se producen cuando alguien tiene la mente o el entendimiento entenebrecido u obscurecido por el príncipe de las tinieblas (Juan 8:44), cuyos ángeles caídos especializados en las distintas desviaciones o depravaciones inducen a sus presas a practicarlas de manera consuetudinaria. Así, la Biblia habla del espíritu de contradicción, de adivinación, y podríamos hablar del espíritu de corrupción y de las abominaciones (inmundicias). Cuando el espíritu satánico se aloja en nuestro espíritu, nos enajena o aliena para no aceptar a Dios y sus normas morales. Se dice que la ramera María Magdalena estaba alienada por 7 demonios que la tenían esclavizada al sexo ilícito hasta que Cristo la liberó completamente. Dice así Lucas: “y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios (Lucas 8:2).  Pero la gran mayoría de prostitutas, homosexuales, adúlteros, violadores, etc, no saben que están sutilmente dirigidos por espíritus impuros que los tienen esclavizados. Todos estos necesitan una urgente liberación por medio del mensaje del Evangelio (Col. 1:13). 

 

El Apóstol Pablo no esquiva el problema de la homosexualidad sino que lo enfrenta y procede a condenarla. A los Romanos les escribe lo siguiente: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios,  y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;  estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;  murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican” (Romanos 1:21-32).

 

Hay que estar ciego para no darse cuenta que Pablo está hablando de los desvíos sexuales en los versos anteriores. El está diciendo que aquellos depravados sexuales tenían la mente reprobada y se envanecieron en sus razonamientos. Esta actitud es típica de los homosexuales, pedófilos, etc, quienes sin duda tienen una mente reprobada, y sus razonamientos envanecidos por lo que ellos consideran su “opción sexual legítima y personal”. Pero no nos engañemos, ningún matrimonio civil y religioso legitimará éste o cualquier otro vínculo depravado. Al contrario, Pablo es tajante al decir que los que practican tales cosas SON DIGNOS DE MUERTE.

 

Entonces está claro que ningún creyente puede practicar estos pecados sexuales, pues sería una contradicción a su supuesto “nuevo nacimiento en Cristo”. El Apóstol Pablo afirmó que algunos de los creyentes habían sido homosexuales, pero que por la gracia y la sangre de Cristo ellos habían sido ya lavados y blanqueados (purificados). Dice él en 1 Corintios 6:9-11: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,  ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. De modo que ningún homosexual piense que puede agradar a Dios teniendo como marido a otro hombre en lugar que a una mujer. Esto está más claro que el agua cristalina. 

 

La Solución al Problema Homosexual

 

Como hemos señalado arriba, el problema está en la mente, y en ella misma su solución. Tenemos que entender que debemos cambiar nuestra forma de pensar y ver las cosas. Debemos de renovar nuestras mentes y dejar que Dios ponga en ellas  sus leyes y mandamientos (Hebreos 10:16,17).  A los Efesios Pablo les dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañososy renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:22-24). Como estamos viendo, todo está en la mente. Si cambiamos nuestras mentes y abandonamos los deseos engañosos, y las renovamos en la justicia y santidad de la verdad, entonces seremos realmente nuevos hombres, creados según Dios.

 

La Palabra de Dios renueva la mente de la Persona

 

En 1 Pedro 1:23 el apóstol Pedro es contundente al decir: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempreEntonces si tenemos la Palabra de Dios en nuestros corazones, podemos estar seguros que gracias a ella seremos perfeccionados y renovados todos los días. En Colosenses 3:16 Pablo escribe: Asidos de la palabra de vida…” En 1 Juan 2:5 Juan dice: pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.  El creyente debe tener en su corazón y en su mente la Palabra de Dios, que son sus mandamientos y leyes que rigen la vida en abundancia y felicidad permanentes. En ella encontraremos la vida, y la razón por la que estamos en este mundo. Ella nos da el sentido de nuestra existencia, y la fórmula de la verdadera felicidad y paz para el alma. Entonces los deseos de la carne serán sustituidos por los valores espirituales que son eternos.

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SU MATRIMONIO—¡USTED PUEDE MEJORARLO!

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             ¿Por qué existen hogares destruidos?¿Por qué los hijos crecen rebeldes y desobedientes a la autoridad paternal? ¿Por qué hay tantos jóvenes drogadictos, y jovencitas encinta? ¿Por qué el aumento de la tasa de divorcios? ¿Por qué tanto abuso infantil? ¿Por qué tantas mujeres golpeadas? Estas preguntas pueden ser respondidas, de alguna manera, por los psicólogos y psiquiatras; pero ellos mismos ignoran la verdadera razón y la verdadera solución de este problema que está destruyendo a la sociedad humana.

 

DIOS PADRE ES UN MARIDO FIEL:

 

          Aunque usted se sorprenda, Dios es un Dios de familia. Él mismo tiene sus hijos, y llama a Su pueblo Israel como: “Su esposa”, con la cual Él tiene un compromiso. En Jeremías 3:14 leemos: “Convertios, hijos rebeldes, dice Jehová, porque YO SOY VUESTRO ESPOSO…”. Es decir, Israel como una nación, es elegida por Dios para que sea “Su esposa”. Esto significa que Dios tiene obligaciones (un pacto)  para con ella, y viceversa. La lealtad de ambas partes es el requisito número uno del éxito, la felicidad, y la prosperidad. Y en Jeremías 31:32 leemos que Israel, su nación elegida para ser “SU esposa”, se convierte en infiel. Dice el texto: “,,,porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui MARIDO PARA ELLOS, dice Jehová.” Dios, sin duda, dio siempre un ejemplo de lealtad a su pacto como MARIDO de la nación israelita. No obstante, Israel le falló siendo infiel y yendo tras otros dioses (o “amantes”). En Jeremías 3:13,14 leemos sobre esto mismo, así: “Reconoce, pues, tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz, dice Jehová. Convertios, hijos rebeldes, porque yo soy vuestro esposo…”. Vemos, pues, que Dios es un esposo que está dispuesto a perdonar a su esposa adúltera, si ésta de veras se arrepiente de su desliz.

 

JESÚS, EL HIJO: TAMBIÉN ESTARÁ CASADO:

 

          Jesús sigue el ejemplo de Su Padre, y como era de esperarse, él también es un potencial esposo fiel. Su futura esposa es su iglesia —la Iglesia de Jesucristo! A ella Jesús le exige lealtad desde el noviazgo, y le pide que se mantenga pura y virgen hasta su casamiento con él. Veamos lo que la Biblia nos dice de Jesús y su iglesia: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado”.(Apocalipsis 19:7). Aquí el Cordero (Jesucristo) se va a casar con su pareja (su novia, su iglesia) cuando regrese del cielo por segunda vez. Esta verdad se ve reflejada en la Parábola de las Diez Vírgenes que salen a recibir al esposo que vuelve (Mateo 25:1-13). Sin duda, Jesús es el esposo, y las vírgenes, como un conjunto o unidad, es su iglesia. Por cierto que una de las características de Jesús es su fidelidad a sus compromisos, por eso se le llama: FIEL Y VERDADERO en Apocalipsis 19:11,12.

 

ADÁN Y EVA: EL PRIMER MATRIMONIO HUMANO:

                                                    

          Dios es el fundador del matrimonio, él hizo a una pareja de humanos para que vivieran juntos y procrearan hijos. Dios no hizo un harem de mujeres bellas para que Adán tuviera muchos hogares. No! Dios decidió que la mejor manera de formar y educar a los hijos es dentro de un matrimonio monógamo. El machismo es una invención humana que viola los preceptos de Dios. Los “machos” quieren tener muchas mujeres, pero Dios no quiere “machos” sino VARONES que sepan ser fieles y leales a sus esposas, a pesar de las tentaciones o deseos que pudieran tener por otras mujeres. El varón sabe ser leal o  fiel a su pacto con su esposa, y sabrá seguir el ejemplo del “Dios-Marido” que le es siempre fiel a su “nación-esposa”, a pesar de que ésta le fue infiel y dura de corazón.

              

          Sin duda Dios es un marido o esposo de una sola compañera, su pueblo elegido. También lo es Cristo con su iglesia; y ahora, nosotros, debemos hacer lo propio con nuestro(a) esposo(a). El tener otra compromiso fuera del cónyuge es adulterio, y como sabemos, el adulterio es una corrupción para Dios (Proverbios 6:32), y seremos juzgados por ello en el día del juicio final (Hebreos 13:4).

 

“LA LIBERACIÓN FEMENINA” NO ES DE DIOS:

              

          Lo que muchas parejas olvidan es que el hombre fue creado primero que la mujer. Esto, sin duda, es importante y muy significativo, pues Dios no creó a Adán y a Eva juntos, en el mismo instante. Evidentemente el hombre fue primero que la mujer, el primogénito de las criaturas humanas de Dios. Esta primogenitura le da al hombre cierta preeminencia sobre la mujer, así como Cristo es también el “primogénito” entre muchos hermanos de la fe. Sí, Cristo es el primogénito de Dios y de los creyentes, y en consecuencia él tiene la PREEMINENCIA (Romanos 8:29, Colosenses 1:15-18). Esto significa que Cristo es CABEZA de los hermanos (La Iglesia) y él tiene el primer puesto y la autoridad máxima, después de Dios. La Iglesia es el CUERPO DE LA CABEZA, y está sujeta a ella. La CABEZA ordena, piensa, y dirige al cuerpo, no al revés.

 

          Ahora bien: Pablo dice en Efesios 5:23 lo siguiente: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su salvador”. Nótese la analogía. Cristo es cabeza de su iglesia, así como lo es el hombre de su mujer. Ambos, el hombre, y Cristo, son “primogénitos” o fueron primeros en su categoría. El hombre fue creado primero que la mujer, y Cristo es primero o antes que todos los Hijos de Dios. Pues bien, a ningún verdadero creyente se le ocurriría ponerse al mismo nivel de Cristo o pretender tener su misma autoridad. Esto sería una rebeldía a la misma autoridad de Dios. Y aunque muchas mujeres saben someterse a Cristo como cabeza de la iglesia, no hacen lo propio con su cabezas humanas—¡sus esposos! Esto es increíble!

 

          Es el deber de la esposa someterse obedientemente a la autoridad del marido, siempre y cuando éste no denigre su dignidad de mujer. Recordemos que La Biblia manda a que el hombre ame y respete a su mujer, y le dé su lugar de honor dentro del hogar. El marido debe ser respetuoso, y ganarse el afecto de su mujer con su buen trato y consideración (Tito 2:4; 1 Pedro 3:7).

 

          También es triste ver cómo algunas esposas tratan a sus maridos como si fueran unos esclavos, o mayordomos, delante y detrás de terceras personas. Los hijos crecen teniendo un triste ejemplo de lo que debe ser un matrimonio ideal y cristiano. Por eso, Dios manda a las mujeres a someterse fielmente a sus esposos, y no pretender dominarlos o controlarlos como si fueran sus sirvientes. Esto es una abominación ante Dios y lo ofende. Pero Dios también le ha puesto al hombre una cabeza—el Señor Jesucristo. Aún el Señor Jesucristo tiene su cabeza—Su Padre. Él admitió que Su Padre es MAYOR que él, y que debía primero hacerse Su voluntad antes que la suya (Leer Lucas 22:42). ¿Está usted, como esposa, dispuesta ha hacer la voluntad del marido antes que la suya? ¡Jesús lo estuvo! ¿Por qué no usted? Muchas mujeres se imponen al marido tercamente, y sin razón, para salir con su voluntad, la mayoría de las veces. Yo conocí un marido que le decía a su esposa que no dejara salir a los hijos a la calle solos, porque era peligroso. Pero cuando el esposo salía, ella desobedecía la orden, hasta que un día un auto mató a su primogénito y destruyó la paz y la felicidad del hogar. Él siempre culpó a su esposa por lo ocurrido y vivía amargado con ella. Si ella hubiera acatado la orden del esposo, todo hubiera sido diferente para ellos. 

 

LOS HOMBRES: DEBEN SER IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS:

 

          Sin duda los hogares destruidos, los hombres divorciados, los “maridos aventureros”, las mujeres “liberales”, los hijos rebeldes, las madres y padres solteros, los “amantes”, ¡NO REFLEJAN LA MISMA IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS! Sólo aquellos que imitan el buen ejemplo de la Deidad, y de Su Hijo Jesús, son verdaderamente “imagen y semejanza” de Dios. No fue el propósito de Dios que la familia humana se desintegrara, ni le place al Creador contemplar cada día cómo se rompen los compromisos maritales. Seremos hechos a la imagen y semejanza de Dios en tanto y en cuanto reflejemos Su carácter sublime y perfecto de fidelidad y rectitud.

 

DIOS ODIA LOS DIVORCIOS:

 

          Sin duda los divorcios están a la orden del día. Desde que las parejas se casan, albergan la posibilidad de divorciarse si no se llevaran bien. Es así que por razones ridículas las parejas toman la decisión radical de divorciarse, sin hacer el más mínimo esfuerzo de llevar adelante su pacto matrimonial. Antiguamente—dijo Jesús—por la dureza de los corazones, los hombres repudiaban y abandonaban a su parejas para irse con otros “compromisos”. Pero Jesús no quiere que entre los cristianos sea así. Sólo Jesús admitió una sola causal para el divorcio—la fornicación!. Ninguna otra causal era válida (Mateo 5:32). Aún hay otros cristianos que no admiten ninguna razón para el divorcio, pues lo que Dios ha unido, sostienen, no lo puede separar el hombre. En todo caso, parece que Cristo reconoce sólo UNA razón para el divorcio, y esa es la infidelidad conyugal. No obstante, hay parejas que se divorcian por falta de salud, dinero, incomprensión, “diferencia de caracteres”, “diferencia de costumbres”, “celos infundados”, “rencores” y cosas como estas; las cuales no son causales de divorcio, según las normas bíblicas, y según Cristo.

 

          Además, sería bueno recordar lo dicho por Dios en Malaquías 2:15-16: “…Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio…y (por tanto) no seáis desleales”. Definitivamente Dios odia el divorcio (= repudio), y más, si es por motivos banal. Sí, Muchos hombres están ofendiendo a Dios repudiando a sus esposas de su juventud. Ellos darán cuenta a Dios por esta mala acción (2 Corintos 5:10).  

 

EL DESAMOR: EL CÁNCER DEL MATRIMONIO:

 

          El problema de los matrimonios en crisis es la falta de un verdadero amor de Dios. El amor verdadero está definido en la Biblia. Está en 1 Corintios 13:4-7, y dice así: El amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.”

 

          Esta definición del amor de Dios es muy diferente a lo que muchos creen que es el amor. Algunos creen que el amor es una atracción física, otros creen que es vivir apasionadamente, otros creen que es el sexo, etc. Pero están errados. El amor está relacionado con el sentimiento, o con el corazón. Aquí Pablo dice que el amor es saber soportar las fallas de nuestro prójimo, es no tener malos deseos, ni un corazón altanero; es tener un corazón noble,  confianza, paciencia, perdón; no guardar odios ni rencores; no alegrarse de las injusticias, y soportarlo y creerlo todo. Nótese que para nada se habla del sexo, o de la belleza exterior, o de la cosas materiales. El amor está relacionado con lo espiritual, y a los sentimientos nobles y positivos.

 

          Cuando en una pareja hay celos, desconfianzas, dudas, rencores por las ofensas, orgullo, agresión física o psicológica, humillaciones, comparaciones, quejas, indiferencias, intolerancias, y cosas como éstas, es porque no hay un genuino amor de Dios en la pareja en crisis. Realmente semejantes parejas deben reencontrarse con la verdadera dimensión del amor de Dios. En un principio, Dios demostró su amor para con nosotros DANDO a su Hijo para nuestra redención (Romanos 5:8). En Juan 3:16 Jesús dice: “Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna”. Aquí hay un claro ejemplo del amor divino que se traduce en el DAR. Nótese que por el inmenso amor que Dios tenía por el hombre, decidió DAR lo mejor de Sí, a Su Hijo Amado. Aún Cristo mostró ese mismo espíritu de DAR del Padre, cuando dijo: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo…y el pan que YO OS DARÉ ES MI CARNE, la cual YO DARÉ POR LA VIDA DEL MUNDO”(Juan 6;51). Algunos creen que el amor es recibir y recibir, y recibir; y no están dispuestos a dar. Dar implica desprendimiento. Dios se desprendió de Su Hijo amadísimo para salvarnos. Este es un ejemplo supremo de lo que nosotros debemos hacer a quienes amamos de verdad. Si amamos a nuestra esposa, debemos darle cariño, atención, satisfacción, respeto, compañerismo, protección, seguridad, apoyo, tiempo, etc. Igualmente debemos hacer lo propio con nuestros hijos. Si no hacemos esto, y no estamos dispuestos a DAR todo de nosotros, es porque no amamos como Dios quiere que amemos. Sencillamente no sabemos amar. A los niños se les enseña a amar con el ejemplo, y Dios nos enseña a amar con Su ejemplo también. Muchos aún no entienden que la clave del éxito del matrimonio está en el DAR más que en el RECIBIR. Si el esposo da lo mejor de sí a su esposa, y viceversa, el matrimonio no fracasaría. Además,  Dios siempre estuvo dispuesto a perdonar a los que le ofendieron. Nosotros igualmente debemos estar listos a perdonar a los que nos ofenden y no guardar rencor. Dios no ha devuelto mal por mal a los que pecan, sino que es paciente para con todos, y espera el arrepentimiento. Igualmente nosotros, si amamos, no devolveremos mal por mal a nadie, sino todo lo contrario; haremos el bien siempre, sin esperar siempre recibir (Romanos 12:17,18).

   

RETOMANDO EL CAMINO PERDIDO:                       

 

         ¿Qué pueden hacer los matrimonios en crisis? ¡Volver a Dios y a Sus leyes que rigen a los hombres! Es también necesario una conversión (arrepentimiento por lo que se hizo mal), para eliminar el complejo de culpa, y alcanzar la paz con Dios y con el cónyuge. Uno comenzará a pedirle perdón  Dios (Isaías 1:16-20) y a su cónyuge, y luego optará por ser una “nueva criatura” en Cristo (Juan 3:3-5). La Palabra de Dios, registrada en la Santa Biblia, le enseñará al nuevo creyente quién es Dios y quién es Su Hijo, y lo que se requiere hacer para ganar la salvación. Jesús dijo: “Yo soy la vid, ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues SIN MÍ NO PUEDEN USTEDES HACER NADA (Juan 15:5). Aquí está la fórmula del éxito en todo, incluyendo el matrimonio. Jesús es la respuesta a los problemas de las familias que se desmoronan. Sus instrucciones nos darán la solución a los problemas maritales.

 

LA NECESIDAD DEL ESPIRITU DE DIOS:                      

 

        Cuando Dios y Su Hijo se convierten en el centro de los hogares, y los miembros se rigen por las reglas divinas, ellos tendrán un nuevo sentido y un horizonte maravilloso para sus vidas. El Espíritu de Dios, por primera vez, fluirá libremente por cada uno de sus miembros, si es que de veras se entregaron al Señor, y se bautizaron para el perdón de sus pecados. El Espíritu Santo es un regalo de Dios para los convertidos, para aquellos que quieran rendir sus vidas al Señor para ser sus siervos obedientes. Dice Hechos 2:38: “Vuélvanse a Dios y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados, y así él les dará el Espíritu Santo”. Nótese que Dios sigue DANDO. Ahora es Su Espíritu Santo como regalo.

 

“NUEVOS HOMBRES” EN JESUCRISTO:

 

       Y, ¿por qué sería tan importante recibir el Espíritu Santo? ¡Porque el Espíritu Santo produce frutos positivos en el recién convertido. A los Gálatas Pablo les revela algo muy interesante que la gente ignora. Él les dice: “En cambio, lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio”. (5:19-21). Obviamente, cuando en un hogar no existen estos atributos es porque no mora el Espíritu Santo de Dios. Cuando los esposos viven peleando, humillándose, amargándose, ofendiéndose, traicionándose, agrediéndose, etc; es porque no se han convertido aún al Señor Jesucristo. Los tales necesitan convertirse en “hombres nuevos”, o en “nuevas criaturas” hechas a la imagen y semejanza de Dios. Por eso Pablo está en la razón cuando dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Este es el secreto de la felicidad matrimonial: ¡El “nuevo nacimiento” en Cristo! Por eso Pablo les dice a los creyentes de la ciudad de Éfeso: “Pues ciertamente oyeron el mensaje acerca de él y aprendieron a vivir como él quiere, según la verdad que está en Jesús. Por eso, deben ustedes renunciar a su antigua manera de vivir y despojarse de lo que antes eran, ya que todo eso se ha corrompido, a causa de los deseos engañosos. Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar, y revestirse de la nueva naturaleza, creada a la imagen de Dios y que se distingue por su vida recta y pura, basada en la verdad” (Efesios 4:21-24).

 

       La renovación espiritual es la clave del éxito en el matrimonio, y ésta sólo puede venir del Espíritu Santo de Dios. El hombre no puede renovar su espíritu con la ayuda únicamente de psiquiatras o psicólogos. Se requiere primordialmente de la intervención de Dios, por medio de Su poderoso Espíritu. No hay otra forma. Es por eso que muchos matrimonios no logran superar sus crisis con sólo acudir al especialista o al consejero matrimonial. Ambos (el especialista cristiano, y Dios) son importantes y necesarios para restaurar los matrimonios en crisis. Dios da Su espíritu y el especialista cristiano su experiencia en el campo que le compete (psicología y/o psiquiatría).

 

       Es hora de regresar al camino de Dios, el cual trae bendiciones y felicidad duraderas.

 

‘CREE EN EL SEÑOR JESUCRISTO’—¿QUÉ SIGNIFICA PRECISAMENTE?

                               Por Mario A Olcese

 

El carcelero de Filipos y su conversión

 

El Apóstol Pablo y Silas estando en prisión tuvieron una liberación milagrosa que sirvió de ocasión para la salvación del carcelero de la ciudad de Filipos que vigilaba la prisión. Tenemos su historia registrada en el libro de los Hechos. Dice así: “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios” (Hechos 16:25-34).

 

Examinando esta historia de la conversión del carcelero de Filipos, se destaca la pregunta crucial que el carcelero que vigilaba la prisión hizo a los reclusos Pablo y Silas: ¿Qué debo hacer para ser salvo? Esto me hace pensar que Pablo y Silas estuvieron predicando en la misma prisión sobre la necesidad de la salvación de los pecadores, de lo contrario, ¿cómo explicar la importante pregunta de todos los tiempos formulada por el carcelero?¿O es que tal vez el carcelero ya sabía algo del mensaje apostólico por boca de otros conversos? No lo sabemos, pero todo parece indicar que este hombre ya había oído algo sobre la necesidad de ser salvo del castigo divino. Pero lo interesante es que Pablo y Silas le dijeron simplemente: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. ¿Qué podría significar creer en el Señor Jesucristo para Pablo, Silas y aún más, para el carcelero de Filipos?¿Sería simplemente por creer en que Jesús es el Hijo de Dios? Si es así, nos preguntamos: ¿Acaso no creen igualmente los demonios que Cristo es el Hijo de Dios?¿Serán salvos acaso los demonios por esa convicción? (Santiago 2:19).

 

 

La Palabra del Señor es el Evangelio del Mensajero

 

Jesucristo es el último y gran Mensajero de Dios que vino a traer el evangelio a los hombres. Dice Pablo así: Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”Aquí Pablo nos dice que Jesucristo es el vocero del Padre en estos “postreros días”. Esto coincide perfectamente con lo dicho por Pablo en Hechos: Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos” (Hechos 10:36). Debemos entender que Jesucristo es el Mensajero o vocero de Dios para estos postreros tiempos, y que el Padre espera que nosotros creamos en el mensajero y en Su mensaje para alcanzar la salvación. Dice Pablo: Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”. (Rom. 1:16). 

 

Creer en Cristo tiene que ver con el creer (o recibir) Su Palabra (o mensaje)

 

En Juan 3:36 Jesús dice así: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Pero en Juan 5:24 Jesús dice lo siguiente:  De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”.  Notemos la frase  “tiene vida eterna” de los dos textos citados.  En Juan 3:36 Jesús dice que el que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero en Juan 5:24 Jesús dice que el que tiene vida eterna es el que “OYE SU PALABRA”. Entonces es claro que CREER EN CRISTO= OIR (CREER) SU PALABRA. En Juan 6:68,69 Pedro le dijo a Jesús: “¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. En resumen, la vida eterna se gana oyendo la Palabra de Cristo. Pero, ¿sólo oyendo? ¡No! En Juan 8:51 Jesús dirá que es necesario GUARDAR o RETENER en uno su Palabra cuando dice: “De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte. En Juan 14:23 añade: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. En Juan 12:48 Jesús asocia el rechazo a su persona con el rechazo a su Palabra o mensaje, cuando dice: “El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. En otra ocasión Jesús asocia el recibir su palabra con el recibirle o creerle a él y a Su Padre: Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste(Juan 17:8). Ver también Juan 1:12 donde se habla de recibir a Cristo como sinónimo de creer en él: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. En Juan 8:30 se lee, además: Hablando él estas cosas (la Palabra de Dios), muchos creyeron en él. Observen que los que creyeron en Jesús, primero tuvieron que oírle hablar la palabra o mensaje que portaba.  En Juan 15:3-7 Jesús asocia el permanecer en él con el permanecer en su Palabra o mensaje divino: Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.  Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.  Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.  El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.  Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”.  Acá es más claro aún que no se puede permanecer en Cristo sin permanecer en su palabra, que es la palabra del Padre, Su doctrina y evangelio completos. En Marcos 1:14, 15 leemos que Jesús predicaba el evangelio diciendo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Notemos que acá Jesús no pide que creyeran en él de manera tácita, sino más bien en el evangelio que estaba anunciando. ¿Es que acaso no es necesario creer en él? ¡Claro que es necesario! pero creer en el Evangelio es creer también en él, porque el evangelio habla o trata de él. De modo que bien podemos decir que creer en Cristo es creer en su mensaje o evangelio.  

 

La Palabra del Reino

La parábola del sembrador ilustra la necesidad de creer y retener la palabra del Señor para ser salvo. Dice Lucas 8: 4-15: “Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.  Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.   Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.  Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola?  Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan. Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios (la cual es la palabra del Reino, según Mateo 13:19).  Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra (del Reino, según Mateo  13:19), para que no crean y se salven. Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra (del Reino, según Mateo 13:19) con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.  Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra (del Reino, según Mateo 13:19) oída, y dan fruto con perseverancia

En esta Parábola del Sembrador el Señor Jesucristo da suprema importancia a la palabra sembrada, la cual tiene que ver con el Reino de Dios (el evangelio). De modo que la creencia en Cristo para ser salvo equivale a creer en la palabra que él sembró, que es la palabra del Reino. No se puede ser salvo en completa ignorancia del verdadero evangelio que él vino a proclamar desde el comienzo hasta el final de su ministerio en la tierra. Su insistencia fue constante en la creencia y la RETENCIÓN de SU PALABRA, que era la Palabra de Dios, la Palabra salvadora, la Palabra de vida, la Palabra del Reino.  En la gran y final comisión para sus discípulos,  Jesús les dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere (en el evangelio) y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere (en el evangelio), será condenado(Marcos 16:15,16). Pero es muy lamentable que millones de predicadores estén anunciando todo menos lo relacionado con el Reino de Cristo en la tierra. Este mensaje es tildado de Judío y carnal, y es considerado como obsoleto y abrogado por millones de Católicos y Protestantes por igual. El mensaje o palabra salvadora ha sido distorsionada nada menos que por Satanás, el enemigo de Dios y del mensaje (evangelio  o palabra) salvador. Pablo es enfático al decirnos: En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Cor. 4:4). 

Recibir la Palabra, ¿Qué Más Abarca?

En Hechos 8:5-14 leemos: “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo… Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres… Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan…”. Aquí vemos que recibir la Palabra equivale a creer en el nombre de Jesucristo y en su evangelio del Reino.  Un ejemplo del binomio “recibir-creer” lo encontramos en estas palabras de Jesús: porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste” (Juan 17:8). Si alguno dice creer en Cristo, entonces deberá recibir su Palabra, o lo que es lo mismo decir, deberá creer en la palabra o mensaje del evangelio del Reino. Las Parábolas del Reino tienen esa finalidad, y en especial, la del sembrador.

 

Jesucristo como la Verdad

 

Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). ¿Qué significa que Cristo sea la verdad? Jesús responde: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. Jesús es la verdad porque su palabra es la verdad. También él dijo: “Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios…”(Juan 8:40). Aceptar a Cristo es aceptar la verdad que él oyó de Dios, y aceptar la verdad es aceptar la Palabra de Dios. Jesús es la Palabra de Dios encarnada (Juan 1:14). En Juan 1:17 leemos: “…la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”Es decir, Jesús es la verdad, porque por medio de él vino la verdad al mundo. El era el portador de la verdad, que es la palabra de Dios o el evangelio o mensaje para los hombres. Pablo dice: para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros(Gál. 2:5). Esto se asemeja a lo dicho por Jesús en Juan 15:3-7: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros. Acá está muy claro que “la verdad del evangelio” y “las palabras de Cristo” son equivalentes. En Efesios 1:13 Pablo dice: En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Acá nuevamente se percibe la asociación entre la palabra o evangelio salvador oído con la creencia en Cristo. Creer en Cristo es creer en la palabra de verdad que es el evangelio de nuestra salvación. En 2 Tes. 2:12 Pablo dice que aquellos que no creen en la verdad, o en el evangelio de Cristo, no se salvarán: “a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad (que representó Cristo y su palabra o mensaje), sino que se complacieron en la injusticia”.  En cambio, los que vienen al conocimiento de la verdad serán salvos: “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (del evangelio o mensaje)” (1 Tim. 2:4). Realmente uno se purifica cuando obedecemos a la verdad. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad (de Cristo y su palabra) (1 Pedro 1:22). Y para Juan su gozo fue grande al oír que los creyentes andaban firmes en la verdad, es decir, en Cristo y en su palabra: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad (3 Juan 4). 

 

 

Regresando al Carcelero de Filipos

 

El carcelero de Filipos, era hombre que estuvo conciente de su necesidad de salvación. Su enfermedad espiritual dio como resultado una “receta” o “pócima” divina, y que consistía en aceptar o “creer” en Cristo para ser curado completamente. Pero el carcelero debía de entender las bondades del remedio llamado “Jesucristo” y para eso Pablo y Silas le hablaron LA PALABRA DEL SEÑOR: Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos”. Es decir, para que el carcelero pudiese creer en el Señor Jesucristo, él tenía primero que conocer LA PALABRA DEL SEÑOR para finalmente ser bautizado para el perdón de sus pecados, y junto con él, su casa. El punto es que no se puede creer a ciegas, pues se requiere tener un conocimiento fundamental de las bondades de los componentes del remedio. Siempre buscamos saber qué es lo que vamos a tomar para poder creer que será un remedio efectivo y no un paliativo. Así que creer en Cristo viene por medio de oír la Palabra del Señor ¡Este es el punto de partida para la creencia efectiva en Jesucristo! Desgraciadamente muchos cuando leen la historia del carcelero de Filipos se quedan en el verso 31 y no leen los siguientes versículos donde se habla de la necesidad de escuchar LA PALABRA DEL SEÑOR para creer de verdad.  Dice Romanos 10:16,17: Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio (La Palabra)? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios

 

Así que no se puede creer sin oír y creer en la Palabra de Dios pregonada por el Mensajero. Es vital que primero prediquemos la Palabra para que los hombres puedan creer en el Hijo de Dios. En Juan 17:20 Jesús ora algo muy interesante, diciendo: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Nótese que Jesús dice que los que creerán en él serán aquellos que creerán por la Palabra que prediquen sus discípulos, la cual es el mismo mensaje que el Señor trajo al mundo por encargo de Su Padre. Pablo afirmó que no había muchos evangelios o mensajes divinos, sino sólo uno, el único predicado por Cristo (Gál. 1:6-9). De modo que cuando escuchamos a los fieles discípulos predicando el evangelio del Reino de Dios es como si escuchásemos al mismo Jesús predicándonos Su mensaje. El mensajero puede no ser Cristo mismo en persona, pero sí su mensaje.

 

Es imposible esperar que alguien crea a ciegas en Cristo sin el conocimiento del mensaje o Palabra de Dios. Los que dicen creer en Cristo pero no saben nada de su mensaje o enseñanza, no pueden ser verdaderos creyentes. La creencia en Cristo no sólo consiste en creer en que él fue un personaje real y que cambió la historia, sino que también es necesario creer en sus palabras. Allí reside el problema con muchos Judíos, Musulmanes, Hinduistas, ateos, etc, etc. Creen que Cristo existió y que fue un hombre real que creo una religión, pero no aceptan su mensaje o enseñanza como si viniese de Dios mismo. Creen que lo dicho por Jesús es simplemente ilusiones de un orate, sin poder entender que “agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación (de la Palabra)… y para los gentiles locura(1 Cor. 1:21,23). 

 

Resumen

 

  1. Creer en Cristo es creer a Cristo: en su mensaje (la Palabra) y en su nombre.
  2. La vida eterna se gana creyendo en Cristo, que es lo mismo que creer en su Palabra o mensaje divino.
  3. Permanecer en Cristo es permanecer en su Palabra.
  4. La semilla que crece en un buen terreno es la Palabra del Reino.
  5. Recibir la Palabra es creer en el evangelio del Reino y en el nombre de Jesús.
  6. Cristo es la verdad porque es el portador de la Palabra de verdad del Padre.
  7. La gracia como la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
  8. La Palabra de verdad es el evangelio de la salvación.
  9. Obedecer la verdad purifica nuestras almas.
  10. La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios.
  11. Somos salvos por la “locura” de la predicación.

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¿QUÉ ES EL HOMBRE Y CUÁL ES SU DESTINO?—¡SÉPALO

Por Ing. Mario A olcese

Desde que el hombre ha tenido uso de razón se ha preguntado cuál es el sentido de su existencia en este mundo. También ha filosofado de diferentes modos a fin de darle propósito a su vida. No obstante, muchas de estas ideas han sido contradictorias unas con otras y diametralmente opuestas y desconcertantes.

 

Sin embargo, la Biblia, la Palabra de Dios, sí nos dice qué somos, y hacia dónde vamos finalmente en esta vida. Es decir, la Biblia revela un propósito divino para nuestra existencia, y explica porqué el hombre muere finalmente. Sépalo usted hoy leyendo con atención y meditación este estudio de las Santas Escrituras.                                                  

 

El Hombre Tiene el Deseo de la Inmortalidad:

 

Todos los seres humanos quisiéramos vivir para siempre con salud y felicidad sin tener que asistir a los entierros de amigos y parientes queridos. La muerte es, definitivamente, el enemigo número uno del ser humano. Tal vez para otros la muerte es una necesidad cuando se está sufriendo de una grave dolencia incurable, pero aún así, nadie quisiera la muerte, sino la salud  y la vida plena. Es por eso que Cristo recogió esta necesidad del hombre por la eternidad (ver Eclesiastés 3:11 que dice: “…y ha puesto eternidad en el corazón de los hombres”) , y vino a proclamar que él es el camino, la verdad y la vida eterna (Juan 14:6). Jesús vino a ofrecerle al hombre una vida abundante, gozosa, y eterna, si éste se decidiera por él y su causa (Juan 11:25).          

 

Ningún Hombre posee la Inmortalidad:

 

La vida eterna abundante y feliz es un regalo muy tentador que nos impele a seguir a Cristo en todo momento de nuestras vidas. Sin esta oferta de Dios a través de Su Hijo, pocos estarían motivados a dejar los intereses mundanos y pasajeros. Dios es un Dios que remunera a sus siervos grandemente, y no que no escatima cuando se trata de premiar. Él quiso que el hombre viviera para siempre, y no que muriera por la enfermedad o la vejez. Él puso al hombre en la tierra para que viviera en ella para siempre. Los hizo del polvo de la tierra, y les sopló aliento de vida (‘Ruáj’ en Hebreo, ‘Pneuma’ en Griego) y Adán y Eva se convirtieron en (no dice que tuvieron)almas(‘nephesh’) vivientes (con la posibilidad de ser inmortales) (Génesis 2:7). Él hizo al hombre a Su imagen y semejanza… ¡y Dios no es mortal! Sí, Dios quiso que la primera pareja humana no muriera, pero Adán y Eva pecaron y su almas empezaron a morir (Génesis 2:17). Es claro que Adán y Eva, y su descendencia, no lograron su inmortalidad por la desobediencia. Su alma pudo ser inmortal, pero fracasaron—¡Trágicamente sus almas vinieron a ser mortales! (Ezequiel 18:4,20).  Solicite gratis el artículo: “El Pecado—¿Qué es?”.

 

Sólo Dios tiene Inmortalidad Inherente:

 

Aunque muchos se sorprendan, sólo Dios el Padre tiene inmortalidad inherente. Todos los Cristianos, como Jesucristo, recibirán su inmortalidad en la resurrección del día postrero. Veamos lo que dice el apóstol Pablo al respecto:

 

1 Timoteo 6:16:

 

El único que posee inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de

  los hombres ha visto ni puede ver...”

 

Aquí Pablo está hablando de Dios el Padre, pues el Hijo sí fue visto. Pues bien, Pablo afirma que sólo Dios el Padre tiene inmortalidad, y nadie más. Ahora bien, ¿tiene Jesús inmortalidad? Sí, pero la ganó en su resurrección (Romanos 6:9). De modo que Jesús nunca tuvo una inmortalidad inherente y eterna, sólo Su Padre y Dios.

 

La Vida Eterna: El Futuro Regalo de Dios para los Justos:

 

Lo que la mayoría de cristianos no parece comprender es que la vida eterna es una promesa y una esperanza para el futuro (Romanos 6:23). Esta la recibirán sólo los que son hijos de Dios, los adoptados, los renacidos, los bautizados, los fieles, y santos. Veamos los pasajes que nos llevan a esta conclusión:

 

Mateo 25:46:

 

“E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”.

 

Marcos 10:30:

 

“…y en el siglo venidero la vida eterna.

 

Romanos 2:6,7:

 

El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: Vida eterna a los que, perseverando

 el bien hacer, buscan gloria, honra, e inmortalidad.

 

1 Timoteo 6:12:

 

“Pelea la buena de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado”.

 

Romanos 6:22:

 

“…y como fin , la vida eterna”.

 

Gálatas 6:8:

 

“…del Espíritu segará vida eterna”.

 

Tito 1:2:

 

En la esperanza de la vida eterna”.

 

Judas 21:

 

“Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro

  Señor Jesucristo para vida eterna.

 

1 Juan 2:25:

 

“Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.

 

Hechos 13:46:

 

“…y no os juzgáis dignos de la vida eterna.

 

 

1 Corintios 15:53:

 

“…Es necesario que esto mortal se vista de inmortalidad.

 

El Infierno como Sepulcro o Tumba:

 

¿Habla la Biblia del infierno? ¡Sí! Pero no en la misma forma como lo presentó Dante en su “Divina Comedia”. El infierno viene de la voz latina “Infer” (= ‘debajo de’), y del Griego “Hades” y del Hebreo “Seol”. En el Antiguo Testamento Hebreo, la palabra ‘Seol’ aparece como el lugar de los muertos, o el sitio donde descienden los que fallecen. Igual sentido tiene su equivalente “Hades” en el Nuevo Testamento Griego. Se sabe que Hades y Seol son equivalentes comparando Hechos 2:27,31 y el Salmo 16:10. Estos dos textos se relacionan con la muerte y sepultura de nuestro Señor Jesucristo, quien fue al Hades (sepulcro) después de morir por tres días. En Oseas 13:14 hay una definición de Seol relacionado con la muerte y el sepulcro. En el Salmo 31:17 el Seol tiene relación con el silencio de los muertos en sus sepulcros. En 1 Samuel 2:6 la muerte está relacionada con la bajada al seol, y la vida con la subida del seol.

 

Tanto justos como injustos van al infierno al morir. En Isaías 53:9 se dice que se dispuso la tumba de Jesús con los impíos, y también se dice que el fiel Jacob descendió al infierno (tumba, heb. seol), por causa de José, su hijo (Génesis 37:35).

 

La tradición cristiana dice que Cristo descendió al infierno (Hades), y de allí salió su alma (= ‘Psyché’) resucitada, la cual no vio corrupción. Pero la religión Católica empezó a propagar la doctrina de un infierno en donde sólo las almas impuras “desencarnadas” serían condenadas por la eternidad con tormentos interminables o eternos. No obstante, Jesús enseñó otra cosa muy diferente.

 

La Simbología del Gehenna:

 

Pero algunos dirán: ¿No habla Jesús de un infierno(‘Gehenna’) de fuegoen Mateo 5:22 donde “el gusano de los pecadores no muere?”(¿gusanos mortales?) (Marcos 9:44)? La respuesta es Sí. Jesús usó la palabra Gehenna en varias ocasiones como en Mateo 5:22. Este ‘Gehenna’ es otra palabra en arameo que se ha traducido por infierno en el Nuevo Testamento aparte de ‘Hades’. No obstante, esta palabra erradamente ha sido vertida por infierno. Se la debió dejar tal como está escrita (‘Gehenna’), sin traducirla caprichosamente. No obstante, son pocos los que entienden la figura simbólica del “Gehenna de fuego  que viene del hebreo Ge-ben-Hinom, lugar localizado a las afueras de Jerusalén (Josué 5:8). El Gehenna de Fuego era un lugar en donde se arrojaban los cadáveres de delincuentes y asesinos ejecutados o asesinados en Jerusalén. Estos eran consumidos por las llamas a fin de hacerlos desaparecer y como una medida profiláctica. Así, Jesús usó como ejemplo un hecho real o histórico para simbolizar la severidad (aspecto cualitativo) del castigo de los impíos incorregibles. No obstante, esto no quiere significar necesariamente que los pecadores van a ser atormentados eternamente, literalmente hablando.

 

Significado de la palabra “Eterno” en la Biblia:

 

 Jesús usó las frase castigo eterno (no, ‘castigamiento eterno’), y también: fuego eterno, juicio eterno (no, ‘enjuiciamiento eterno’), perdición eterna”. Y en Judas 7 se dice que Sodoma y Gomorra (dos ciudades impías cerca al mar muerto) están sufriendo el castigo del fuego eterno. Obviamente Sodoma y Gomorra fueron castigadas por fuego del cielo, pero ahora ya no existen, ni quedan rastros de ellas. Pero adviértase que ambas están sufriendo (un hecho que continúa) el castigo del fuego eterno. ¿Cómo se explica este fuego eterno si ya se apagó hace miles de años atrás?

 

Sí, el fuego eterno no significa necesariamente que será cuantitativamente sin fin, pues como vimos, Sodoma y Gomorra están sufriendo el fuego eterno de manera cualitativa, y no debe tomarse literalmente. Las ciudades fueron destruidas por el fuego y desaparecieron por completo. Nadie puede revertir ese castigo, ni volverán nuevamente a la existencia esas mismas en la tierra, aunque sí muchas semejantes a ellas en otras partes del mundo. Algo similar encontramos en Jeremías 17:27 donde Dios sentencia a Jerusalén “al fuego que no se apagará” debido al pecado de su pueblo. Pero Dios no estaba hablando literalmente, pues Jerusalén será la capital el futuro reino de Dios nuevamente (Isaías 2:2-4; Salmo 48:2). También leer el caso de Edom en Isaías 34:9-15. En el verso 10 que “su fuego no se apagará ni de día ni de noche. No obstante, el hecho de que allí sólo habitarán animales y aves (versos 11y 13-15) en medio de sus ruinas, prueba que el lenguaje usado en el verso 10 es simbólico, indicando la severidad del castigo de Dios.

 

Regresemos al castigo eterno de Mateo 25:46. Aquí Jesús habla de un castigo eterno y no de un castigamiento eterno. El sentido de estas dos frases no son iguales. Jesús no dice que Dios estará castigando a los malos todos los días y por la eternidad. Lo que dice es que el castigo, el único castigo de Dios, será eterno, invariable, inmutable. Su sentencia no variará. El reo no saldrá libre, y no será perdonado. Su pena será eterna, y nadie la mudará. El reo será castigado con la pena capital, es decir, la pena de muerte—¡muerte eterna!. Estará muerto para siempre sin posibilidad de volver a existir.

 

Algo semejante ocurre con la frase vida eterna usada por Jesús en Juan 17:3. ¿Acaso Dios nos ofrece darnos todos los días la vida eterna y por toda la eternidad? Es decir, ¿cada día nos otorgará la vida eterna, y no parará nunca? O ¿es más bien que nos dará la inmortalidad una sola vez en la resurrección, para luego nunca más morir? (Ver 1 Corintios 15:53). La respuesta es que una vez que recibamos nuestra glorificación e inmortalización, los resultados de esa inmortalización serán eternos, inmutables, o invariables.

 

La Biblia habla también de la redención eterna en Hebreos 9:12. ¿Qué se entiende por redención eterna”?¿Acaso que seremos redimidos por Cristo en la cruz todos los días y por la eternidad? ¡Ello implicaría que Cristo tendría que estar muriendo en la cruz todos los días y por la eternidad! ¿Será eso posible? No, pues Cristo murió una sola vez y para siempre (Hebreos 9:24-26). Concluimos entonces que la redención eterna implica que la única redención que hizo Jesús en el Gólgota tiene efectos eternos o para siempre. También existe la frase salvación eterna en Hebreos 5:9. Pero esta salvación no se hace todos los días y por la eternidad. Lo que en verdad significa es que los efectos o resultados de la salvación son eternos. Una vez que alcancemos la salvación en el reino, nadie nos la quitará o arrebatará. Una vez salvos dentro del reino, siempre seremos salvos, por la eternidad. 

 

Está claro que la palabra eterno no siempre está relacionado con lo cuantitativo, sino también con lo cualitativo. Así, el reino eterno de Cristo en 2 Pedro 1:11, durará en verdad mil años, según Apocalipsis 20:5. Aquí hay un “reino eterno de mil años”—¿Extraño no?¿Cómo se explica esto? Creo que la idea es que el reino de Cristo será cualitativamente “eterno”, pues por ser tan bueno,  justo, y pacífico, éste se prolongará por diez siglos como ningún otro reino o gobierno lo ha logrado.

 

Dios es Fuego Consumidor:

 

Contrario a lo que muchos cristianos creen, el fuego con que Dios castigará a los impíos o incorregibles, ¡consume!. Dice Hebreos 12:29: Porque nuestro Dios es fuego consumidor. Si esto es verdad, y no hay porqué dudarlo, los proponentes de un castigo por “fuego eterno” que no se apaga, y no consume, están en serios problemas. Si el infierno es un lugar literalmente de fuego que no se apaga, y que no destruye, sino que atormenta, ¿cómo explicar Hebreos 12:29? ¿Y cómo explicar Hebreos 10:27 que dice: “Sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios? Aquí se habla que el fuego de Dios devorará (no atormentará eternamente) a los adversarios de Dios. Esto quiere decir que Dios consumirá y destruirá a sus enemigos para siempre, y dejarán de ser o existir. Por eso leemos en Isaías 33:14: “…¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?”. Aquí Dios es fuego eterno consumidor. Es decir, el fuego de Dios es eterno, pero no lo que consume.

 

Los Impíos e Incorregibles serán Destruidos Para Siempre:

 

El cristianismo tradicional ha sostenido que los pecadores irán al castigo del infierno para ser atormentados en el fuego por la eternidad. Según esta hipótesis, los que no se arrepientan serán atormentados con sus almas inmortales en el infierno por los siglos de los siglos. Pero esta teoría tiene sus defectos y contradicciones. Uno de ellos es el siguiente: Si la inmortalidad es un regalo o dádiva de Dios sólo para los buenos, según Romanos 6:23, entonces los que no son fieles a Cristo y a Su Padre no recibirán la vida inmortal como premio, sino lo contrario, lo opuesto. ¿Cómo, entonces, podrían los malos ser atormentados por la eternidad si no van a recibir la vida inmortal? He aquí una encrucijada, y un callejón sin salida.

 

La teoría del alma inmortal inherente en todos los hombres es de origen pagano. Platón, el filósofo Griego, sostenía que el hombre tenía un alma inmortal inherente que trascendía a la muerte física. Esta creencia, a su vez, la sostuvieron los egipcios, los aztecas, mayas, incas, etc. Todas éstas eran culturas paganas panteístas y politeístas.

 

Como hemos visto al inicio de este estudio, Dios hizo  a la primera pareja humana “almas (‘nephesh’) vivientes”. No dice que Adán y Eva “vinieron a tener almas vivientes inmortales”, sino más bien, que “vinieron a ser almas vivientes” (Génesis 2:7 Versión Moderna—sin inmortalidad). Incluso los animales son “almas o seres (‘nephesh’) vivientes” (Génesis 1:20,21). No obstante, Adán y Eva desobedecieron, y como castigo fueron condenados o sentenciados con la muerte. Sus almas vivientes morirían—Serían mortales (Leer Ezequiel 18:4,20). De modo que no encontramos que Dios les haya dado inmortalidad inherente a los hombres, sino sólo el deseo y la posibilidad de tener inmortalidad (Eclesiastés 3:11).

 

Pero regresemos a los impíos nuevamente, ¿cómo serán castigados? ¡Con la aniquilación total!. ¡Ellos dejarán de existir! Veamos sólo tres textos bíblicos que prueban lo que decimos:

 

Salmos 37:9,20,22,34,38:

 

“Porque los malignos serán destruidos…perecerán…como la grasa de los carneros serán

  consumidos; se disiparán como el humo…y los malditos de él serán destruidos…cuando

  sean destruidos los pecadores, lo verás…mas los transgresores serán todos una destrui-

  dos”.

 

Proverbios 12:7:

 

“Dios trastornará a los impíos, y no serán más”.

 

2 Pedro 2:1:

 

“…y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción

  repentina.

 

¿Qué Ocurre Cuando Morimos?:

 

¿Siguen vivos los muertos? Esta es una pregunta que deja perplejos a muchos. Sin embargo, ya hemos visto que el hombre no tiene inmortalidad inherente, por tanto los muertos no pueden estar vivos en otra dimensión. El espiritismo nos ha hecho creer esta falacia de la supervivencia de los muertos en una esfera espiritual. Y es que hay un hecho concreto en la Biblia: “Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Eclesiastés 12:7). La materia o la carne regresa al polvo con la muerte, y el espíritu del hombre (justo o injusto) regresa a Dios quien lo dio. Esto es justamente lo inverso a lo ocurrido en Génesis 2:7. Así finaliza la existencia humana. No hay espíritus de difuntos vagando por allí y asustándonos con sus apariciones nocturnas. Todos los espíritus (Gr. Pneuma, Heb. Ruáj= vida) regresan a la fuente, que es Dios mismo. Pero estos espíritus no son el “yo” (‘Ego’ o la personalidad) de las personas muertas, pues si este fuere el caso, Dios estaría tolerando ante su santa presencia celestial a las personalidades más impías como Nimrod,  Hitler, Calígula, Nerón, Herodes, etc., y esto no es posible en un Dios Santo. En Proverbios 15:29 leemos: Jehová está lejos de los impíos…” lo cual refuerza lo que sostenemos, es decir, que los espíritus no son los “Egos” o las personalidades de los muertos. ¡Dios no tolera cerca de él a los pecadores! El espíritu, por tanto, es sinónimo de VIDA. Esta vida viene de Dios, pues él la sopló en el primer hombre hecho de barro de la tierra. Cuando el hombre pierde el espíritu, pierde su vida y muere. Su destino es en el polvo de la tierra.

 

Los Muertos están Inconscientes o Durmiendo:

 

No es de extrañarse de que Jesús hable de la muerte como un sueño profundísimo. Recordemos la historia del amigo de Jesús, Lázaro. Este hombre había muerto estando ausente Jesús. Al llegar a la casa de Lázaro, Marta, la hermana, le increpa a Jesús por haber estado ausente cuando Lázaro agonizaba, y no haber podido salvarlo de su destino fatal. En esa oportunidad Jesús había dicho que “Lázaro duerme, y que iba a despertarlo (Juan 11:11), y además le dice a Marta que su hermano resucitará (Juan 11:23). ¡Y así lo hizo Jesús con Lázaro!

 

Es curioso que si en verdad los justos parten al cielo para estar con Dios en ocasión de la muerte, Jesús no la haya consolado a Marta diciéndole algo así como: “Mira Marta, no estés desconsolada, Lázaro está con Dios en el cielo gozando de todas las bienaventuranzas. Por fin ya no estará sufriendo en este mundo de lágrimas, de dolor y de pecado”.Pero no la consoló de este modo, pues bien sabía Jesús que nadie subía al cielo al morir (Juan 3:13; Hechos 2:34). Por otro lado, cuán alegre y cuán triste se habrá sentido Lázaro al volver a la tierra después de haber estado gozando—supuestamente  de la gloria celestial con Dios, los ángeles, y los demás santos difuntos. Pero en la Biblia no hay ningún informe de que Lázaro haya revelado su “grata y hermosa experiencia post-mortem”, la cual hubiera sido digna de contar y de escribir para las sucesivas generaciones de creyentes. O, ¿Es que nunca la tuvo?

 

Veamos otros textos en donde se habla de la muerte como un sueño:

 

Lucas 8:52: “…no lloréis, no está muerta, sino que duerme.

 

1 Corintios 11:30: “Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos

                                 duermen.

 

1 Corintios 15:20: “Primicias de los que durmieron es hecho...”

 

1 Corintios 15:51: “…no todos dormiremos”.

 

1 Tesalonicenses 4:13: “no ignoréis acerca de los que duermen…”

 

La Esperanza de la Resurrección:

 

Jesucristo vino a darnos esperanza de volver a la vida en la resurrección, pues el mismo dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi, aunque esté muerto, vivirá”. (Juan 11:25). Y también él dijo: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros (no en el cielo) oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida…” (Juan 5:28,29). Pues bien, aquí tenemos un hecho innegable: ¡Los muertos no están vivos! En realidad tendrán la vida cuando, y sólo cuando, resuciten de sus tumbas. Nótese que dice “resurrección de vida” y no: “resurrección para seguir viviendo”. Es claro que los muertos tendrán vida cuando el espíritu de Dios regrese a sus cuerpos polvorientos. Esta verdad se deja ver en Ezequiel 37:5 que dice: “Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.  Nuevamente ese espíritu que regresó a Dios en ocasión de la muerte, nuevamente regresará al difunto y vivirá.

 

La enseñanza católica de que los muertos cristianos están vivos en el cielo con sus almas inmortales es totalmente ajena a la Biblia. Y es que si ya están ahora los difuntos cristianos en la “gloria celestial”, disfrutando de todas las bienaventuranzas divinas, ¿cuál sería la razón de su resurrección en la tierra? Además, si los justos ya están recompensados en el cielo, y los malos en el infierno, ¿para qué serían sus resurrecciones? Pues bien, la Biblia sí contesta para qué seremos resucitados. En 1 Tesalonicenses 4:16,17 Pablo enseña: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta d Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero…para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. Y además dice Jesús a Juan: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. (Apocalipsis 22:12). Entonces seremos resucitados para recibir a Jesús quien trae nuestras recompensas en función a nuestras obras. Nótese, además, que no es Jesús quien nos recibe a nosotros, sino nosotros a él. Claramente entonces los cristianos serán premiados sólo cuando Cristo regrese y no antes de ese magno evento. Los que dicen que los difuntos buenos serán recompensados en la hora de su muerte, y no en la hora de su resurrección, están muy errados y desconocen lo que Cristo enseñó.

 

Pero ¿qué pasará cuando resucitemos?¿Tendremos este mismo cuerpo envejecido, y con taras? Pues, no. La Biblia enseña que los muertos serán transformados en seres o almas inmortales. Tome nota lo dicho por  Pablo en 1 Corintios 15:52,53: “En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros (los vivos) seremos transformados. Porque es necesario… que esto mortal se vista de inmortalidad. Entonces es claro que nadie hoy tiene algo inmortal, salvo el espíritu de Dios en él. Pero ese espíritu inmortal es de Dios, y como vimos, no tiene conciencia, o personalidad. Sólo seremos realmente inmortales cuando nuestro cuerpo sea transformado en incorruptibilidad.

 

 El fiel Job no pensó como piensan los teólogos católicos. Él creyó que volvería a ver a Dios en su carne, y no en su supuesta alma inmortal inherente. He aquí lo dicho por Job: “Yo se que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha mi piel, en mi carne (no en su supuesta alma inmortal inherente) he de ver a Dios, al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro…” (Job 19:25-27). Y a Daniel el profeta, Dios le dice: “Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad en el fin de los días. (Daniel 12:13). Nótese que Daniel  no sería recompensado “en el fin de sus días”, sino más bien, “en el fin de los días”— que es muy diferente.     

 

Conclusión:

 

La inmortalidad será un premio de Dios para los justos y fieles en Dios y en Su Hijo Jesucristo (Mateo 25:6). Los pecadores no tendrán dicha inmortalidad, y como consecuencia, no serán atormentados en un supuesto infierno de fuego por toda la eternidad. Si no reciben la inmortalidad, ¿cómo esperar que sean atormentados por la eternidad? Los católicos, y la gran mayoría de protestantes, siguen enseñando que los malos también recibirán la inmortalidad en el infierno, y esto es antiescritural.

 

El asunto es simple: Si los muertos en Cristo ya están en la gloria; y los malos, en el infierno, ¿para qué creer y enseñar la segunda venida de Cristo y la resurrección de todos los muertos? Y Si los justos serán recompensados cuando Cristo vuelva, pregunto: ¿qué están haciendo éstos en el cielo, suponiendo que estén ahora allá después de haber muerto? Y si están en el cielo, ¿para que Cristo los bajará a la tierra nuevamente?¿Qué harán acá? ¿O acaso los bajará del cielo para resucitarlos, y luego los volverá a llevar al cielo de donde vinieron?¿Tiene sentido eso?

 

¿Puede un Dios de amor atormentar para siempre a los pecadores en un infierno de fuego literal?¿Es ese Su sentir y voluntad?¿Podría Dios estar feliz Dios oyendo los lamentos, los crujidos, y los llantos de los pecadores en el infierno por una eternidad? Esto Dios no lo podría evitar por ser Él omnipresente y omnisapiente. Él mismo tendría que ver y oír eternamente los gritos desenfrenados de los atormentados en el infierno, los cuales, obviamente no serían nada gratos para un Dios de amor. Pero la verdad es otra, ya que leemos en Apocalipsis 21:3: “…y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.

 

La Biblia habla de que los pecadores incorregibles serán destruidos y dejarán de ser o existir. Y es que contrario a la teología tradicional de un tormento eterno, el fuego de Dios consume, como el fuego de la vela la consume hasta apagarse. Esta enseñanza tiene más fundamento bíblico, y es más razonable. Realmente se ajusta al carácter de Dios, pues un tormento eterno de los malos implica una ira eterna de Dios, lo cual nos parece ilógico en Él. La ira de Dios durará sólo hasta que la memoria de los pecadores sea cortada de la tierra (Salmos 34:16). 

 

El castigo eterno no es “castigamiento eterno”. En realidad es un solo castigo que durará para siempre.  Cualitativamente hablando, es un castigo severo, radical, irrevocable. Igual ocurre con el fuego eterno. No es cuantitativamente sino cualitativamente “eterno”. Por ejemplo: Sodoma y Gomorra ya no existen, han desaparecido por fuego. Pero siguen sufriendo el “fuego eterno, cualitativamente hablando, indicando la severidad de Dios, la firmeza de su castigo, y su inmutabilidad.

 

La doctrina del Purgatorio es igualmente antibíblica, y por tanto, falsa. Es falsa porque implicaría que hay almas humanas inmortales atormentándose en un lugar intermedio de donde se puede salir por las misas católicas. Ya hemos visto que ningún hombre tiene inmortalidad, o un alma inmortal inherente.

 

EL IMPORTANTE TEXTO DE HECHOS 28:20

       

 

Por Ing. Mario A. Olcese

 

 

En Hechos 28:20 el apóstol Pablo revela la verdadera razón por la cual él estaba en arresto domiciliario en Roma. ¿Por qué lo arrestaron las autoridades romanas?¿Estaría Pablo predicando un mensaje amenazante para el Imperio romano?¿Qué fue lo que lo llevó realmente a su arresto por un periodo de dos años?

 

Es bien sabido que los Cristianos se cuidaban de hablar abiertamente del reino de Cristo el cual suplantaría, según las esperanzas mesiánicas, a todos los gobiernos temporales de la tierra. Este mensaje era peligroso para los romanos, ya que podría alterar o socavar el status quo del imperio.

 

Por ejemplo, veamos el alboroto que se suscitó en Tesalónica. Jasón y otros cristianos fueron conducidos ante las autoridades de la ciudad, gritando: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá; a los cuales Jasón ha recibido; y todo estos contravienen los decretos de César, DICIENDO QUE HAY OTRO REY, JESUS. Y alborotan al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas” (Hechos 17:6-8).

 

¿Qué vemos aquí?¿Cuál fue la razón por tanto alboroto? Sencillamente el cristiano Jasón junto con otros hermanos estaba predicando que había otro rey fuera de César. ¿Y qué podría significar todo esto para las autoridades? ¡Que se estaba predicando una sedición! Es decir, se estaba predicando que un rey (Jesús) y su reino reemplazaría al reino existente e imperante muy pronto. Se estaba predicando un nuevo gobierno con un nuevo rey en la tierra, el cual traería la paz y la justicia para los oprimidos. Lógicamente este mensaje o “buenas nuevas” era una seria amenaza para el imperio que había que silenciarla persiguiendo a sus partidarios con violencia.

 

Pues bien, a la luz de este antecedente, es fácil vislumbrar porqué Pablo estuvo encarcelado en Roma. Sin duda él estuvo predicando un nuevo reino en la tierra, el cual haría polvo a los gobiernos impíos de la tierra. Su mensaje claramente no era simplemente que Cristo murió y resucitó al tercer día, pues esta proclama jamás sería una amenaza para cualquier emperador y un motivo suficiente para perseguir e incluso matar a alguien que lo predicase. Pero los partidarios de un nuevo reinado que comenzaran a predicar que su rey viene y que tomaría el control del mundo, y que terminaría con la dominación gentílica, motivaría que cualquier nación dominante se animara prestamente a perseguir y a aplastar como una seria amenza.

 

En Hechos 28 vemos a Pablo que permaneció un par de años en Roma predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo abiertamente y sin impedimento (dentro de su casa!, v.30 y 31)”. Sin embargo, en el verso 20 Pablo dice exactamente porqué estaba encadenado: “Así que por esta causa….¿cuál?…POR LA ESPERANZA DE ISRAEL ESTOY SUJETO EN CADENA”. ¿Y cuál era la ESPERANZA DE ISRAEL?¿Acaso no era el Reino de David?¿Acaso nos olvidaremos cuando se reunió la multitud judía en la puerta de Jerusalén para ver entrar al rey del reino de David que ellos esperaban y creían inminente? Veamos el informe de Marcos al respecto: “Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna!¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!¡BENDITO EL REINO DE NUESTRO PADRE DAVID QUE VIENE! ¡Hosanna en las alturas! Y entró Jesús en Jerusalén…” (ver Marcos 11:7-11). Esta esperanza era la esperanza de José de Arimatea que aparece cuatro capítulos más adelante, y “quien también esperaba el reino de Dios (= reino de David según Marcos 11)” (Marcos 15:43). Incluso el resto de discípulos TENÍAN LA ESPERANZA DE ISRAEL de que “Jesús era el que iba a redimir a Israel” (Lucas 24:21), para dar cumplimiento a la profecía de Zacarías, padre del Bautista: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha efectuado redención para su pueblo, y nos ha levantado un cuerno de salvación EN LA CASA DE DAVID su siervo” (Lucas 1:68)..

 

Pues bien, ¿acaso Jesús se detuvo un instante para refutar esa esperanza de Israel a esos judíos que lo esperaban en la puerta de Jerusalén?¿Acaso aprovechó Jesús esa oportunidad para decirles que el reino de David nunca más sería restaurado? De ningún modo. De modo que vemos que Pablo estaba en prisión por predicar el evangelio del reino (Hechos 23:30), aquel evangelio que en el verso 20 él correctamente llama: “LA ESPERANZA DE ISRAEL”.

 

Sin embargo, hay aún muchos antisemitas que quieren despojar a los Judíos de todas sus esperanzas mesiánicas. Sus enseñanzas de un evangelio del reino EN los cielos a suplantado al verdadero evangelio del Reino de Dios en la tierra. San Agustín fue el gran responsable de este drástico cambio, al haber propagado su error de un reino eclesiástico en el mundo. El Reino de David se llama ahora “la iglesia de Cristo”, y el trono de David ya no más se encontrará en Jerusalén (Jer 3:17), sino en el cielo.

 

Si mi amigos, Pablo estuvo sufriendo sus cadenas por el mensaje del evangelio del Reino de Dios (Hechos 23:30) el cual él mismo llamó con verdad: La Esperanza de Israel, la esperanza del Reino de David restaurado en Jerusalén (v. 20). ¿No está todo esto muy claro? Creo que sí!

 

LA FELICIDAD—¿DÓNDE HALLARLA?

Texto de Introducción:

 

Dice el profeta Isaías (35:10): “Y los redimidos de Jehová…tendrán gozo y alegría y huirán la tristeza y el gemido”. Estas son palabras que Dios dirige a su pueblo amado Israel, y por extensión, a todos los hijos de Abraham adoptivos. Si bien es verdad que éstas son palabras proféticas aún incumplidas, no obstante, éstas también tienen un cumplimiento presente.

 

Conceptos Erróneos de la Felicidad:

 

Los hombres de hoy buscan la felicidad para sus vidas. Creen que las cosas materiales los harán dichosos y felices, pero desgraciadamente éstas no resultan en una fórmula exacta para hallar la felicidad verdadera. Ya Jesús lo había advertido dos milenios atrás al decir: “Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee (Lucas 12:15). Millones de hombres se han dedicado a obtener dinero y más dinero, el cual se traduce en poder y reconocimiento del mundo. Pero aún los poderosos de la tierra no son felices realmente si no tienen a Dios en sus corazones. Han probado de todo: mujeres, drogas, lujos, viajes, adulación, poder, soberbia, etc., pero no han conseguido la felicidad duradera. Estos hombres no saben que en la ABUNDANCIA de los bienes NO está la felicidad. Cuando multimillonarios pierden su fortuna, muchos optan por el suicidio pues ya no encuentran sentido en sus vidas. ¡Triste final!

 

Otro grupo de gente, sin ser millonario, tampoco encuentra la felicidad porque vive frustrado y amargado por no poder alcanzar lo que otros si alcanzaron. Éste vive compitiendo, ambicionando, envidiando, codiciando, y mil cosas más. Y otro grupo, sin tener ambiciones materiales, vive amargado porque carga un tremendo peso de pecado y de maldad que los atormenta día y noche. En realidad todos los que están sin Dios viven amargados porque tienen un vacío profundo en sus almas. Aquí aparece el Décimo Mandamiento de la Ley de Dios: No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” (Éxodo 20:17).

 

Muertos en Vida:

 

El cuerpo necesita alimento sólido o material, pero nuestro “hombre interior” requiere de un alimento apropiado para él, vale decir, espiritual. Es por eso que millones de hombres, que viven sin Dios, o alejados de él, tienen una desnutrición interior que los va consumiendo hasta a muerte. Jesús llamó a este tipo de gente como: muertos vivientes. Aparentemente tienen alegría y gozo, pero como dice Job: “¿No sabes esto, que así fue siempre, desde que fue puesto el hombre sobre la tierra, que la alegría de los malos es breve, y el gozo del impío por un momento?” (Job 20:4,5).

 

En una ocasión Jesús le dijo a un hombre que le siguiera, a lo cual éste le replicó que le permitiera primero enterrar a su difunto padre. Entonces Jesús le volvió a decir: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el evangelio del reino de Dios” (Lucas 9:59,60). Sí, “muertos que entierran a sus muertos” son las mayorías de los que viven sin seguir a Jesús. Y cuando Adán y Eva vivieron separados de la gracia Divina, Dios los condenó a una muerte en vida”, es decir, estaban vivos, pero muertos para Dios. “…porque el día que de él comiereis, ciertamente morirás (Génesis 2:17). Sí, la primera pareja del Edén se convirtió en difunta viviente en lo espiritual, aunque murieron en lo físico muchos siglos más. Recuerde que Adán vivió—¡9 siglos! (Génesis 5:5). 

                    

Judas Iscariote: El Suicida que vivió Atormentado:

 

Judas Iscariote es un claro ejemplo de un hombre que se aparta de Dios para seguir su camino de egoísmo y de avaricia. Él había disfrutado de la preferencia de Jesucristo al nombrarlo su apóstol. Había sido testigo de las grandes maravillas que salían de los labios de Jesús, y de sus extraordinarios milagros a favor de los desposeídos y desventurados. Seguramente su vida estaba plena en Jesucristo hasta que se desvió y retrocedió en su camino de salvación y esperanza. Había dejado los intereses mundanos, pero el diablo lo tentó a volver al camino del “EGO” (del “YO”) y del egoísmo mundano. Poco a poco fue cayendo hasta que se desplomó en el pecado de la traición. Atormentado por su mal proceder, decidió poner fin a su vida colgándose de un árbol seco.

 

La Palabra de Dios Vivifica:

 

Ya lo dijo Cristo también hace dos mil años: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.” (Lucas 4:4). Además Jesús dijo: “Las palabras que yo os hablo son espíritu y son vida.” (Juan 6:63). Si los hombres de mundo se dieran cuenta del valor de las palabras de Dios, no se encontrarían como muertos en vida. Y es que las Palabras de Dios, como dijo Jesús, significan espíritu y vida. Además, San Pedro dijo: “Señor, ¿a quién iremos? Tu tienes palabras de vida eterna.” (Juan 6:68). Pues bien, aquí está la fórmula para “revivir” a los “muertos vivientes”, espiritualmente hablando. Las Palabras de Dios, expresadas por Jesús, dan vida a los hombres que viven como muertos. Éstos renacen por la Palabra de Dios para una vida feliz y de gozo. Dice San Pedro: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorrupción, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (1 Pedro 1:23).

 

El Gozo de los Redimidos:

 

Muy pocos han prestado atención a la conversión del eunuco etíope, y del carcelero de Filipos. ¿Dónde hallaron ellos la felicidad? Vamos a ver sus historias en el libro de los Hechos de los Apóstoles. En Hechos 8, Felipe, un evangelista de Cristo, se encuentra con el eunuco etíope que estaba leyendo en libro del profeta Isaías. Felipe luego le pregunta: “¿Entiendes lo que lees?” (v.30) y el eunuco le dijo que no pues no tenía quién se lo explicase. Y Felipe le explicó el pasaje, y le presentó a Jesucristo y su evangelio (v. 35). El siguiente paso es que el eunuco etíope pide ser bautizado (v.36), y Felipe le dice que si él cree de todo corazón en Jesucristo como el Hijo de Dios, bien puede ser bautizado (v.37). Y fue bautizado por Felipe (v.38). Luego el eunuco salió del agua del bautismo con mucho gozo o alegría (v.39). Aquí vemos cómo Felipe convirtió a un africano que estaba leyendo el Antiguo Testamento en Jerusalén. Este eunuco de Etiopía se fue feliz porque recibió la Palabra de Dios y la creyó de todo corazón para su salvación. Por vez primera este hombre encontró el gozo duradero en su corazón. Sus pecados fueron borrados, y por fin encontró alivio para su existencia.

 

El segundo caso lo tenemos en la historia del carcelero de Filipos (Hechos 16).Cuando Pablo y Silas estuvieron encarcelados en Filipos (v.19-24), Dios los sacó milagrosamente de la cárcel con un gran terremoto (v.26). Asustado el carcelero, y temiendo el castigo de sus superiores, quiso quitarse la vida (v.27). Pero Pablo y Silas se lo impidieron (v.28). Seguidamente el carcelero les pregunta: “Señores, ¿Qué debo hacer para ser salvo?”(v.30), y le responden: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (v.31). Finalmente el carcelero creyó en Jesucristo, y procedió a bautizarse con toda su familia (v.32). Luego se nos relata que el carcelero “SE REGOCIJÓ con toda su casa de haber creído a Dios.” (v.34).

 

Como vemos, estos dos ejemplos ilustran el hecho que el gozo viene cuando uno se ha entregado a Jesucristo para servirle. Probablemente antes este carcelero era un hombre duro y amargado como su cargo le exigía serlo, pero en su conversión el pudo sentir que su vida tenía sentido, y que no tenía que asesinarse o suicidarse para escapar de sus temores. Es claro que una vida apartada de Dios conduce a la tristeza, a la frustración, y hasta a la autoeliminación. Todos aquellos que quieren vivir sin Dios y sin leyes, pagarán un precio muy caro; pero serán muy dichosos aquellos que confían en Dios. Dice el Salmo 34:8: “Gustad, y ved que es bueno Jehová; DICHOSO el hombre que confía en él”.

 

Lamentablemente, millones de hombres no han descubierto la verdadera felicidad, porque no han leído las Santas Escrituras. El creyente es un hombre alegre pues vive rectamente y tiene esperanza para su vida futura. Dice Proverbios 10:28: La esperanza de los justos es ALEGRÍA; mas la esperanza de los impíos perecerá.” Por su parte, el apóstol Pablo dice algo muy interesante: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis…para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.” (1 Tesalonicenses 4:13). ¿Qué está diciendo San Pablo? Él dice que los que no tienen esperanza no tienen alegría—¡están TRISTES!. Sí, la alegría sólo puede venir de Dios, pues él da a sus hijos obedientes esperanza para sus vidas. Su Espíritu Santo produce abundancia de gozo y alegría (Hechos 14:15-17). Recordemos que Dios da Su Espíritu a sus hijos únicamente (Romanos 8:14,15), y sabemos por la Escritura que uno de los frutos del Espíritu es el GOZO (Gálatas 5:22). No se puede ser realmente feliz sin el Espíritu de Dios en uno. Este es otro secreto revelado en la Biblia que millones de hombres desconocen. Y Pablo les dice a los creyentes de Roma, lo siguiente: Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo (Romanos 15:13). Estas palabras son muy importantes y esclarecedoras. Dios puede llenarnos de paz y gozo cuando recibimos sus promesas que dan esperanza a los creyentes sinceros. Es decir, los hombres de fe tienen gozo y esperanza que vienen como un regalo del Espíritu de Dios. Si no existiese la fe, la esperanza, y el amor, el hombre estaría en un abismo sin fin.

 

Ahora los creyentes tienen esperanza en este mundo de tinieblas espirituales. Saben que sus vidas tienen un propósito delineado por el mismo Dios y Padre. Saben para qué han nacido en este mundo; y que no es el azar, ni la evolución lo que los puso en este planeta, sino Dios.

 

¿PUEDE EXISTIR FE SIN CONOCIMIENTO?

                   En la Biblia encontramos cientos de veces la palabra “FE”. No obstante, la mayoría de cristianos no la saben definir correctamente, según lo hizo el mismo apóstol Pablo. Él la definió así: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1). He aquí, pues, la definición inspirada por Dios de lo que es la fe bíblica: Certeza de lo que se espera, y la convicción de lo que no se ve.” Entonces podríamos decir que fe es tener la certeza y la convicción de que Dios, Jesucristo, y sus ángeles existen, incluso los ángeles caídos o demonios, aunque no los veamos. Es la certeza y la convicción de los que esperamos, por ejemplo: El regreso personal de Jesucristo, la resurrección de los muertos, la restauración del reino, la inmortalidad en el reino de Dios, el castigo de los incorregibles, etc.

 

 ¿Cómo se Obtiene la fe?

   

                   Muchos creen que la fe es algo que se siente así nomás, como el amor, el odio, el sufrimiento, etc. ¡Nada más errado! La fe auténtica—no la superstición— requiere un proceso en nosotros. ¿Cuál es ese proceso? Pablo lo explica así: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la PALABRA DE DIOS.” (Romanos 10:17).

 

                   Es interesante el proceso para adquirir la fe verdadera y sólida. El hombre debe de oír o leer LA BIBLIA para saber porqué creer. Y, ¿por qué la Biblia? El apóstol Pablo vuelve a responder a esta pregunta así: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16,17).

 

                   Vemos, pues, que la Biblia es importante porque expresa la mente y voluntad de Dios para Sus criaturas. Ella es “INSPIRADA” por el mismo Dios; es decir, que Dios guió a escritores sagrados para que escribieran SU MENSAJE, Y SUS LEYES para los hombres de todos los lugares y épocas. La esencia de la Biblia, es de inspiración divina. Los hombres escribieron siendo inspirados por Dios, aunque conservaron sus voluntades y estilos propios como escritores; usando sus propias palabras. Por ejemplo, en Mateo 4:3,6,9 se registran las palabras del diablo dirigidas a Cristo. ¿Fueron inspiradas por Dios las palabras seductoras o tentadoras del diablo? Por cierto que no. No obstante, Dios inspiró a Mateo para que registrara correctamente los hechos acaecidos y que están anotados en esos versículos.

 

                   Jesús mismo recurrió a las Escrituras para demostrar su origen o procedencia celestial a sus paisanos. Él les dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; Y ELLAS SON LAS QUE DAN TESTIMONIO DE MI.” (Juan 5:39). Me pregunto: ¿Cómo puede uno tener la seguridad de que Cristo es el Hijo de Dios, y no un mero profeta más entre tantos que han aparecido en el mundo? Muy simple: “Escudriñando Las Escrituras”. ¿Se da cuenta usted de cómo puede tener la certeza de que Cristo es el enviado de Dios? Es ¡investigando las Escrituras! Él dijo que ellas dan testimonio de él. Así es. Cuando uno lee a los profetas del Antiguo Testamento, encontrará que ellos escribieron de la vida y obra del Hijo de Dios—el Mesías esperado. Ellos predijeron su nacimiento virginal, su enseñanza por parábolas, sus milagros, la traición de Judas por 30 piezas de plata, su crucifixión, su herida con una lanza, la mofa de los romanos, su sepultura, su resurrección, etc., ¡CIENTOS Y HASTA MILES DE AÑOS ANTES DE QUE OCURRIERAN!. Leer también Hechos 17:10-12 que dice: “Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres.” De modo que aquí tenemos un claro ejemplo de como con el escudriñamiento de la palabra de Dios, uno puede a llegar a creer y a tener fe.

 

 Sin fe No se puede Agradar a Dios

 

               Hay muchas personas que creen que son buenos y que no requieren de tener fe para recibir la aprobación de Dios. Bástales con ser buenos padres, esposos fieles, buenos ciudadanos, buenos amigos, caritativos, etc. La religión, suponen éstos, son para los fanáticos, para los supersticiosos, para los desilusionados, para los ignorantes. Pero están muy equivocados por dos motivos, PRIMERO: Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6). SEGUNDO: “Todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia” (Isaías 64:6). En buena cuenta, nuestras obras no compran la salvación o la aprobación de Dios si antes no nos hemos rendido a Él para servirle. Es decir, las obras sin la fe no salvan, pero la fe sin las obras tampoco salvarán. Debemos de tener fe y obras. Dice Santiago: “Hermanos míos, ¿de qué aprovecha si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?¿Podrá su fe salvarle?” La Respuesta es que no (Santiago 2:14). También podríamos preguntar: ¿De qué aprovecha si alguno dice que tiene obras, y no tiene fe?¿Podrán sus obras salvarle? ¡Tampoco!

 

Abraham: El Padre de la Fe

 

               La Biblia afirma que Abraham es el Padre de la fe. Dice San Pablo: “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a donde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa.” Aquí vemos que la fe de Abraham se tradujo en obediencia a Dios. Él creyó lo que Dios le dijo, sin aún ver la tierra prometida y las bendiciones futuras. Él dejó su casa y amigos en Ur de Caldea y partió hacia la tierra prometida. Su fe lo llevó a la acción, a las obras.

 

               Pero antes que él, Abel, el primer mártir fiel, ofreció sacrificios agradables a Dios. En cambio Caín, su hermano, ofrecía a Dios lo que le era menos valioso. Más adelante, el fiel Noé creería a Dios sobre la venida de un diluvio, obrando un arca de salvación para él, su familia, y los animales.

 

               La fe debe ir acompañada de obras concretas. Si uno dice creer en el evangelio del reino, debe comunicarlo y vivirlo. Si uno dice creer en Dios y en sus mandamientos, debe vivir piamente o santamente. Si uno dice creer que Cristo es el Hijo de Dios, debe anunciarlo a los ateos o incrédulos y llevarlos a él. Un cristiano “mudo” no es un cristiano convencido o con fe. Si alguno estuviera seguro de que mañana se produciría un terremoto, ¿no lo comunicaría a otros para que se preparen y se salven? Así es la fe. Si uno cree en Cristo—y en su palabra de vida—deberá compartirlo o pregonarlo con entusiasmo.

 

La Fe de Jesús

 

               “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y la FE DE JESÚS” (Apocalipsis 14:12). Nótese que dice “La fe de Jesús”. Sí, Jesús fue el mejor ejemplo de fe. Él creyó en Su Padre, y obró en conformidad a Su voluntad. Él creyó que su vida tenía un propósito en Dios. Su fe lo llevó al calvario a fin de morir por los pecadores. Él creyó que Dios es poderoso y que lo levantaría al tercer día de la tumba, y que iría al cielo para estar al lado de Su Padre. El apóstol Pedro dice que Cristo nos dio su ejemplo para que siguiéramos en sus pisadas (1 Pedro 2:21). Muchos no parecen entender esto y creen que el seguir a Cristo fielmente es para los curas o religiosos, pero no para los laicos. ¡Cuán errados están!

 

 ¿Hallará Cristo Fe en la Tierra cuando vuelva?

 

              Se supone, en el mundo católico, que una de las formas de demostrar la fe es conmemorando las procesiones anuales del “Señor de los Milagros” o de la “Virgen Bendita” con gran pompa y algarabía. Pero, ¿es cierto eso? ¿Es parte de la fe el cargar una imagen pesada o rezarle oraciones? No. Cuántos cargadores de imágenes son personas que se emborrachan hasta caerse al suelo, inmediatamente después de finalizada la procesión. Realmente no tienen un conocimiento cabal de lo que es ser un cristiano, y lo que significa una vida de fe. Fe tiene que ver con lo que NO se ve—¡No con lo que vemos! (Hebreos 11:1)

 

              Pero, ¿hallará Jesús una verdadera fe en los hombres, cuando vuelva a la tierra por Segunda Vez? La respuesta parece ser que no. Jesús dijo: “…Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8). Jesús también dijo: “Pero como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento, hasta que el día en que Noé entró en el arca…así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:38,39). Es evidente que al volver Jesús a la tierra, encontrará un mundo perdido en las vanidades de esta vida, sin importarle la fe en Cristo. Nada tiene de malo recrearse, pero cuando esta recreación es extrema y constante, sin importar la fe y la buena moral, entonces hay pecado en dicha distracción. Hoy vemos a jóvenes y adultos vivir para divertirse, jaranearse, embriagarse, drogarse, etc, porque piensan que después morirán y todo se habrá acabado para ellos ( Leer Isaías 22:13). La religión, para éstos, es algo pasado de moda, o sólo para los “cucufatos religiosos” y los “predicadores”.

 

              El apóstol Pablo profetizó esta época final cuando dijo: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.” (2 Timoteo 3:1-5).

 

              Notemos que Pablo afirma que habrá personas CON APARIENCIA PIADOSA, pero que en realidad serán ABORRECEDORES DE LO BUENO, IMPÍOS, etc. Es decir, lo que nos dice Pablo es que habrá gente con apariencia religiosa o devota, pero que en sus vidas privadas son unos mentirosos, impíos, e hipócritas. Su aparente fe es contradicha por sus malas acciones. Por eso Jesús dice de éstos, lo siguiente: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y yo les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:22,23).

 

              Muchos que se creen “buenos” cristianos serán excluidos del reino de Cristo, porque sus obras son malas. Éstos tienen la apariencia de ser cristianos fieles y píos, y—¡son hacedores de milagros!—pero finalmente serán excluidos del reino. Éstos no son ateos, mas carecen de la verdadera fe en Jesús. Pero otro grupo de hombres simplemente hará mofa de las promesas que les predicarán los cristianos fieles. Pedro nos advierte de estas personas con estas palabras: “Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando en sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que nuestros padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:3,4).

 

 Fe y Salvación

 

                   Dice San Pedro: “Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” (1 Pedro 1:9). Pero nuestra fe deberá ir acompañada con la virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal, y amor…”porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (Leer 2 Pedro 1:5-11).

 

                    Y Santiago dice: “Hermanos míos amados, oíd: ¿ no ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean RICOS EN FE y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?” (2:5).

 

                     Pero recuerde, la verdadera fe que salva es aquella que se describe en Hebreos 11:1, y que va acompañada con buenas obras. Como dice Pablo: “Si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído…” (Colosenses 1:23), entonces entraremos al reino de Cristo.

 

                      Y Pablo, hablando de la mujer creyente, dice: “Pero se SALVARÁ engendrando hijos, SI PERMANECIERE EN FE, AMOR y SANTIFICACIÓN, con modestia.”  (1 Timoteo 2:15). Y también aconseja: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; PROBAOS A VOSOTROS MISMOS…” ( 2 Corintios 13:5).

 

LA SABIDURÍA VERDADERA—¿EN QUÉ CONSISTE?

La mayoría de gente suele tildar de “sabios” a personas talentosas, con coeficientes intelectuales altísimos. Decimos que Einstein, Newton, Pascal, Descartes, Bell, Freud, Oppenheimer, Ptolomeo, Raimondi, Voltaire, y muchísimos otros, fueron unos hombres “sabios” y “fuera de serie”.  Pero: ¿Fueron todas estas personas realmente “sabias”  bajo el punto de vista de Dios?

 

                   Por ejemplo, Voltaire, el reconocido filósofo ateo francés del Siglo VIII, quien, para muchos era un “sabio” de las letras, dijo en la hora de su muerte: “He sido abandonado de Dios y de los hombres. Me iré al infierno”. Entonces nos preguntamos, ¿fue realmente un sabio este hombre ateo?¿Qué cree usted?

 

¿Qué es la Sabiduría Verdadera?

 

                   He aquí la divina revelación de Dios de lo que es la sabiduría. Está en las páginas de su Biblia. Sorprendentemente, millones de llamados “cristianos”, no saben de qué se trata la sabiduría verdadera. ¡No tienen ni la menor idea! ¿La tiene usted, amigo lector?  El sabio rey Salomón nos lo dirá:

 

                            “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza:” (Proverbios 1:7).

 

                   Notemos que el principio de la sabiduría es el temor de Dios. Sólo los necios desprecian la sabiduría, es decir, el temor a Dios. Estos son los ateos, los agnósticos, etc. Salomón explica lo que es el temor de Dios, con estas palabras: “El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.” (Proverbios 8:13).

 

                   El principio de la sabiduría es el temor a Dios. Cuando a un hombre se le predica de que hay un  Dios que está ofendido por los pecados que cometemos, y que nos va a castigar severamente si no nos arrepentimos; a esta persona le quedan dos alternativas: burlarse, o temer. Si teme admitirá que ha pecado y que merece su castigo. Si se arrepiente, entonces aborrecerá el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa. Empezará a vivir de acuerdo a los mandamientos de Dios. 

 

La Vara y la Corrección en los Hijos

 

                   Muchos padres creen que el látigo o la vara aplicada al niño lo traumatiza y lo trastorna de por vida. ¡Nada más falso! Para que los hijos sean correctos y derechos, el padre de familia debe aplicar el látigo cuando es necesario. Dice Salomón:

 

                “La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.” (Proverbios 29:15).

 

                   Los padres deben enseñar a los hijos el camino por donde deben andar, para que de grandes no se aparten de él. Dice nuevamente Salomón:

 

                 “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”

                                                                                             (Proverbios 29:15)

 

                   A los hijos hay que enseñarles el amor a Dios, pero también a que sientan temor por desobedecerle. A los niños hay que corregirlos desde que son niños, para que sean hombres sabios y prudentes, a fin de que no sean una vergüenza para sus padres. Realmente muchos padres no saben el daño que les hacen a sus hijos, al no inculcarles el amor y el temor a Dios. Parece mentira, pero cuando un niño es instruido en el camino de la sabiduría, y se le cría con fe y amor a Dios, éste será un hombre de bien para la sociedad. ¡Será sabio e inteligente!

 

                   En nuestros días vemos a innumerables jóvenes que se unen a pandillas para hacer vandalismo, tomar alcohol y drogas, y para abusar de las jovencitas sexualmente. Cientos de miles de abortos, asesinatos, violaciones, etc, son las tristes estadísticas de una vida sin Dios. Los padres viven frustrados, desesperados, y amargados por los hijos que han engendrado. Pero son ellos los responsables de haber criado a estos hijos rebeldes, y sin afecto natural por sus progenitores. Se han olvidado de educar a sus hijos en el amor y temor de Dios. La religión, la Biblia, la iglesia, la oración y la devoción diarias, nunca se inculcaron en casa, y a los padres nunca les interesó dar el ejemplo para conducir a sus hijos en el camino de la fe. La religión a quedado obsoleta. Aun ellos mismos, cuando hijos, no recibieron tampoco la sabiduría que viene de Dios, por parte de sus progenitores. Realmente hasta los mismos adolescentes ya no tienen temer a Dios. Pero la Biblia dice: “El hijo sabio recibe el consejo del padre; mas el burlador no escucha las reprensiones” (Proverbios 13:1).

 

Jesús fue Sabio desde Niño 

 

                   Un niño puede ser sabio si se le educa en el temor de Dios. Jesús fue el ejemplo de ello. En la Biblia está su vida y obra. Dice Lucas 2:40,52:

 

             “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él…Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios  y los hombres.”             

 

                   Jesús mantuvo una permanente relación personal con su Padre. Él dio ejemplo de obediencia, no sólo a su familia en la tierra, sino también a su Padre celestial. Así, cuando los padres de Jesús lo fueron a buscar, lo hallaron en el templo conversando con los doctores de la ley, y avocado en “los negocios de su Padre.” (Lucas 2:49). Y después de ese suceso, la Biblia afirma que Jesús siguió SUJETO o subordinado a su familia humana, hasta los 30 años (Lucas 2:51).

 

                   Nuestro Señor Jesucristo nos dio ejemplo, para hacernos saber cómo debe comportarse un jovencito de Dios. Él se involucró en los asuntos de Dios desde niño, y también supo sujetarse obedientemente a su madre biológica y a su padre adoptivo. Jesús no fue rebelde, ni insolente, ni pandillero. Él fue ejemplo de fe, virtud, crecimiento espiritual, consagración, y amor por los hombres. Y cuando llegó a los 30 años de edad, Dios le dijo a través de Su Espíritu Santo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.” (Lucas 3:21).

 

La Sabiduría del Mundo

 

                   La Biblia habla de la “sabiduría del mundo” en contraste con la “sabiduría de Dios”. Pablo dice de la “sabiduría del mundo” lo siguiente:

 

             “Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.” (1 Corintios 3:19,20).

 

                   La sabiduría mundana es vana, y esto va para todos aquellos hombres que dicen o que afirman que Dios no existe, que somos productos del azar y de la evolución, que después de esta vida no hay más, que la ciencia es la verdadera religión, y la religión tradicional es “el opio del pueblo”, y cosas como éstas. Estos “sabios” del mundo (pero ‘necios’ para Dios) son los responsables de que la espiritualidad y la fe cristianas hayan quedado rezagadas en un último lugar dentro de los valores de la familia y la sociedad. El resultado es ahora una sociedad en decadencia. Por eso dice Salomón: “El camino del necio es derecho en su opinión…” (Proverbios 12:15).  

 

El Sabio es Libre Cuando Obedece a Dios

 

                   El principio de la sabiduría es el temor de Dios. Dice Salomón, además: “El sabio de corazón recibirá los mandamientos…” (Proverbios 10:8). Esto quiere decir que un hombre sabio de verdad, observará los preceptos de Dios para cumplirlos—¡no  para desacatarlos! El hombre sabio se aparta del mal para no ofender a Dios. Por eso David exclamó: “En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras.” (Salmo 119:15,16). 

 

                   Las gentes quieren vivir sin prohibiciones, o sin leyes divinas que los rijan. Afirman que quieren ser “libres” y no “esclavos” de reglas o mandatos divinos que no les dejen “disfrutar” de la vida. Pero estas personas NO saben que los que desobedecen a Dios, y a sus leyes, son esclavos del pecado. Al respecto dice Jesús: “…todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” (Juan 8:34). Es decir, el que no quiere obedecer los mandamientos de Dios, se vuelve esclavo de su carne, de sus pasiones, y de sus vicios. Quien es verdaderamente libre es aquel que se ha decidido a dejar el pecado, y esto significa; someterse a los mandamientos de Dios. De modo que si usted quiere ser verdaderamente libre, debe seguir el siguiente consejo de Jesús: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36). Sí, Jesús es el único que puede libertar al pecador perdido y esclavo. No es Buda, Mahoma, Confucio, La “Nueva Era”, los “Rosacruces”, nuestras “buenas obras”, ni nada por el estilo. Sólo Cristo; su doctrina y sus mandamientos, pueden hacernos libres.

 

Pídale a Dios Sabiduría

 

                   Cuando el rey Salomón heredó el reino de su padre David, lo primero que hizo fue pedirle sabiduría a Dios, para dirigir al pueblo por el buen camino (2 Crónicas 2:10)—¡Y Dios se la dio! Pero Dios también se la puede dar a usted, para que pueda gobernarse bien en este mundo. Santiago dice muy claramente:

 

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” (Santiago 1:5).

YO FUI UN TESTIGO DE JEHOVÁ

Por Ing. Mario A Olcese

                         

                              e-mail: molceses@hotmail.com

 

 

         Uno de los movimientos religiosos que tiene un acentuado proselitismo es el llamado:  Testigos de Jehová«. Aquí en el Perú su presencia tiene unos 55 años aproximadamente, y ya han hecho miles de conversos y simpatizantes. Sus asambleas suelen ser numerosas, y pueden llenar un estadio de fútbol fácilmente. Sus publicaciones son numerosas, las cuales se producen por millones. Su revista oficial, «La Atalaya«, la cual se produce quincenalmente, tiene un tiraje espectacular de 21 millones de ejemplares. Además, su revista compañera «Despertad«, tiene un tiraje igualmente espectacular. Sus libros también tienen tirajes millonarios y son ofrecidos a precios módicos y al alcance de todos. Obviamente este movimiento religioso es muy lucrativo, pues recaba cientos de millones de dólares por concepto de publicaciones y ofrendas, y que les han permitido construir grandes imprentas, edificios, y oficinas por todo el mundo. Por cierto que los «Testigos de Jehová»(o «T.J») están obligados a prestar un servicio obligatorio y gratuito para «colocar» dichas publicaciones al público en general. No hay vacaciones, no hay salario, y no hay seguro médico en caso de algún accidente o enfermedad que se les pudiera presentar. Este es el lado oscuro de este culto de origen estadounidense. Hay evidentemente una explotación encubierta con el pretexto de una causa noble.

 

         El fundador de los «Testigos» fue el «Pastor» Charles Taze Russell, quien murió en 1916. Russell fue influenciado por William Miller, el predicador Adventista que creía que el fin del mundo llegaría en 1844 D.C, según sus «cálculos proféticos» basados en Daniel, el profeta. Russell pensó que podía señalarse la fecha exacta de la venida de Cristo interpretando la «locura de Nabuconodosor» proféticamente (Daniel 4). A diferencia de Miller, Russell llegó a la conclusión finalmente que Cristo vendría en 1914 D.C. Miller y Russell se equivocaron, pero sus partidarios creyeron que no lo estaban del todo. Por ejemplo: Ellen G White, la sucesora de Miller, dijo que la fecha de 1844 D.C. estaba correcta, pero lo que estaba mal era su aplicación. De igual modo, los sucesores de Russell, tales como Rutherford, Knorr, Franz, y ahora el Sr. Henschel, han mantenido esa fecha original de Russell dándole siempre un cumplimiento medio simbólico y medio literal. Es decir, Cristo ha vuelto en 1914 D.C como Russell lo profetizó, pero está reinando desde los cielos y no en la tierra. Más adelante daré más detalles sobre este asunto del año 1914 D.C.

 

         Muy pocos saben que los «T.J» han cambiado algunas de sus creencias con el correr del tiempo. Russell, por ejemplo, creía que Dios aún trataba con su antiguo pueblo de Israel, y que algún día los Judíos volverían a Palestina o Canaán. Ahora, los «T.J» ya no sostienen más ese punto de vista. Los «T.J» creen que Dios ya no trata con su pueblo original israelita, sino con su pueblo espiritual, o su «organización teocrática«. Hoy, la forma organizativa de la secta es distinta. Antes Russell hacía y deshacía todo. Él era la autoridad máxima. Actualmente hay un «cuerpo gobernante» que es el que toma todas las decisiones, y que está compuesto por 12 hombres llamados «ungidos«.

 

 

         Por otro lado, son los 12 «ungidos» de Brooklyn (sede de los «T.J») los que componen  «el esclavo fiel y discreto«, y que están encargados de dar «el alimento a los domésticos a su debido tiempo«. Es decir, sólo «el esclavo fiel y discreto» de 12 ungidos está abocado a la interpretación de la Biblia y dar el «alimento espiritual» a la feligresía. Sus enseñanzas no pueden ser discutidas por dicha feligresía pues de lo contrario podría ser amonestada y hasta expulsada de la organización. Aun hoy, millones de «T.J» aceptan ciegamente y sin discernimiento las enseñanzas emanadas de sus líderes, dando por sentado que provienen directamente de Dios y consecuentemente son creídas como infalibles. En realidad no hay libertad para escudriñar las Escrituras por uno mismo, creándose así seguidores autómatas y sin discernimiento propios («robots»). Además, no es bien visto que los «T.J» lean otros libros o comentarios bíblicos de otros grupos cristianos, pues en otras fuentes, creen ellos, no se encuentra la luz de la verdad. Este razonamiento nos hace recordar a la Edad Media, cuando el romanismo perseguía a todos los «herejes» que se involucraban en la lectura libre de la Biblia. ¿Es que los «T.J» tienen su propia inquisición? Yo creo que sí, aunque ya no les está permitida la hoguera medieval. Simplemente lo que hacen los «Testigos» con un «hereje» es expulsarlo  de la feligresía y condenarlo a la destrucción en el día final. Más no les está permitido hacer…¡Felizmente!

 

         Una persona con una inteligencia mediana, y una educación superior jamás podría sentirse cómoda en ese culto, pues está acostumbrada a investigar y a pensar por si misma. Es por eso que la mayoría de «T.J» es gente con muy poca educación, y a la cual que se le puede embaucar más fácilmente. Personalmente, como profesional en Ingeniería, me resulta incómodo e injusto  que se me obligue a aceptar a ciegas, lo que un grupúsculo de líderes decide enseñar como «la verdad». Y lo más trágico aún es que la mayoría, si no todos los que componen «el esclavo fiel y discreto», carece de una formación teológica formal. Básicamente todos son indoctos o neófitos. La poca preparación «teológica» que reciben la aprenden en la llamada «Escuela de Galaad«, donde «Testigos» escogidos son «entrenados» aceleradamente en sus dogmas en un curso que dura pocos meses. Jamás se podrá conocer a un graduado de un colegio teológico o seminario bíblico con algún título o grado académico en teología. Esta es una gran tragedia para quienes dicen llamarse maestros y doctos de la Palabra, y más aún, para aquellos que se convierten en sus discípulos.       

               

         Yo fui llevado a los «Testigos de Jehová» cuando sólo tenía 14 años de edad. Mi padre conoció a unos misioneros estadounidenses, quienes le predicaron su doctrina con mucha insistencia. Luego mi padre llevó a mi madre a los «T.J» para que ella también aprendiera lo que él había aprendido con ellos. Aunque al comienzo mi madre se opuso a los «T.J» por ser católica, con el tiempo los fue aceptando y acogiendo en su casa para recibir estudios bíblicos particulares. Inicialmente fue mi madre, y no mi padre, quien se convirtió al «Jehovismo» hasta el día de hoy. Mi padre murió hace siete años (1992), habiéndose bautizado en ese culto religioso unos años antes de su muerte. En mi familia sólo 2 de 5 hermanos fuimos bautizados en los «T.J»: Aldo (mi hermano mayor), y yo. Aldo también fue un adolescente cuando fue bautizado, de modo que él y yo no teníamos en ese entonces los suficientes argumentos para rechazar como falsa esa religión novedosa. Pero al pasar los años, él y yo comenzamos a estudiar libremente las Escrituras (La Biblia) para confrontar las enseñanzas de los «Testigos de Jehová». Para sorpresa nuestra, nos dimos cuenta que muchas de las enseñanzas de los «T.J» son meras especulaciones de hombres prejuiciados. Nos dimos cuenta que Dios no tiene dos clases de «T.J»: La «clase celestial» o la «Manada pequeña«, y la otra: «La grande muchedumbre» o «las otras ovejas«, que es la «clase terrestre«. Los Testigos son clasistas. Una clase dominante y superior, y otra clase dominada e inferior. Para ellos sólo la clase superior de 144,000 individuosungidos«) tiene el Espíritu Santo, en tanto que la otra clase compuesta de millones de «Testigos» no tiene dicho Espíritu. Pero  lo más grave aún es que esta clase no es considerada como parte de la familia de Dios.

        

          Sí, dentro de los «T.J» hay 2 clases y 2 esperanzas distintas. Para los 144,000 «Testigos Ungidos» les espera el cielo como residencia permanente, en tanto que para la gran mayoría de «Testigos» u «otras ovejas» les espera vivir para siempre en la tierra bajo el gobierno de Cristo y sus «ungidos«. Pero cuando uno medita y lee la Biblia con atención, se percata que Dios no hace acepción de personas (Deuteronomio 10:17), y que promete a todos lo mismo para todos sin importar sexo, edad, nacionalidad, o educación. Contrario pues a lo enseñado por los «T.J», para Dios sólo hay UNA FE, y UNA ESPERANZA de nuestra fe (Efesios 4:4,5).  Con esto lo que el apóstol intenta enseñar a sus hermanos en la fe es que no se dejen engañar pensando que hay muchos caminos para llegar a la salvación. Hoy, los más de los hombres creen que pueden salvarse dentro de una denominación, y no en la persona de Cristo únicamente.  Por otro lado, la salvación que Dios ofrece es igual para todos, y los requisitos para ganarla también. Aquellos que nos quieren hacer creer que hay varias esperanzas para los seguidores del Señor están engañando cínicamente a sus discípulos. Como veremos a  continuación, los Testigos son campeones para torcer versículos claves para su propio provecho personal, con el fin de inventar doctrinas o dogmas caprichosos  por el llamado “Esclavo fiel y Discreto” .         

                       

         A continuación voy a pasar a examinar con usted lo enseñado por los «T.J» a la luz de la Biblia, de modo que usted pueda estar apecibido de sus errores y pueda defenderse y responderles cuando les presenten su doctrina. Con esto no quiero decirle que todo esté mal en ese culto. Debemos alabar su celo, perseverancia, disciplina, ética, e interés por los demás. Las iglesias debieran imitar lo bueno de los «T.J» pero rechazar, al mismo tiempo, sus errores doctrinales a fin de preservar la verdad una vez revelada a los santos de Dios (Judas 3).

 

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LA IGLESIA

 

          Los «T.J» tienen una interpretación muy particular y errada de la palabra «Iglesia«. Ellos prefieren usar el término «congregación cristiana«, en lugar de «Iglesia cristiana«, aunque los dos son válidas. ¿Qué dicen ellos sobre la iglesia o congregación cristiana? En su famoso libro «Esto Significa Vida Eterna» págs 126,127 nos dicen: «Ya que el cuerpo humano perfecto de Jesús tuvo cierto número de miembros para ser completo, ni uno más, ni uno menos, asimismo el «cuerpo de Cristo» completo, el cual es su congregación (iglesia), tiene un número perfecto de miembros, predestinados por el Creador Teocrático, Jehová. Antes del tiempo de Cristo, Dios no había revelado su número…pero mediante Cristo Jesús él por fin reveló que su número es 144,000                                    

 

         Es trágico ver como los «T.J» propagan el error de que la Iglesia o congregación cristiana está compuesta por 144,000 Testigos. Todos sabemos que hay aproximadamente 5 millones de «T.J» bautizados en todo el mundo, y no obstante, sólo el 3% de ellos pertenecen a la Iglesia de Cristo. ¿No es esto absurdo? Si sólo Jesús es cabeza de su cuerpo, y éste sólo está compuesto por 144,000 personas (=3% de «Testigos«), ¿a quién tienen por cabeza el 97% de Testigos de Jehová? ¡97% de «T.J» están decapitados! Y si están decapitados,¡entonces están muertos espiritualmente!

 

         Según el registro de Hechos 2:38,41,47 los que fueron convertidos y bautizados por la predicación de Pedro fueron añadidos a la IGLESIA y tenían el derecho de participar de la comunión, del pan partido, y de las oraciones. Uno se bautiza para pertenecer o ser añadido a la iglesia o cuerpo de Cristo. Así lo fue hace dos milenios y lo sigue siendo hoy. Pero resulta que hay cerca de 5 millones de «T.J» BAUTIZADOS y no obstante sólo el 3% conforma la iglesia o cuerpo de Cristo. ¿No es esto absurdo nuevamente y antibíblico?

 

        Veamos lo que Pablo dice de Cristo y su iglesia: «…Así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, Y ÉL ES SU SALVADOR.» (Efesios 5:23). El punto es éste: Si uno no pertenece al cuerpo de Cristo NO PODRÁ SER SALVO. Pablo es contundente al decir que Cristo salva a su iglesia y a nadie más. Si 97% de los «T.J» no tienen el derecho de pertenecer a la Iglesia de Cristo, entonces están perdidos y muertos. Están perdiendo su tiempo yendo a sus salones del reino, predicando de casa en casa, ofrendando, orando, etc., pues Dios ni Cristo los podrán salvar. Lo cierto es que en ninguna parte de la Biblia dice que la iglesia esté compuesta por 144,000 personas. Ningún «T.J» podrá probarlo con su Biblia. Y para terminar este acápite diremos que nos parece contradictorio que miles de «T.J», que no pertenecen a la clase de la iglesia, ostenten el título de «ancianos» (=Pastores, o Presbíteros). Recordemos que los «Pastores» o «Ancianos» fueron elegidos para edificar la iglesia del Señor (Efesios 4:11), y la obligación de la iglesia era (y es) sujetarse a ellos fielmente (Hebreos 13:17). Pero, ¿Se sujetarán los «ungidos«, o los de la clase de la iglesia, a «ancianos» que NO pertenecen a su clase eclesiástica? Aquí hay asuntos absurdos y contradictorios de verdad.  

      

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LOS 144,000      

 

       Una de las doctrinas pilares de los Testigos de Jehová se refiere a la famosa clase celestial de los 144,000 “ungidos” que gobernarán con Cristo en su Reino celestial. El objetivo de esta enseñanza es establecer una clase superior y dominante sobre  otra inferior y dominada llamada “las otras ovejas” o “grande muchedumbre” de personas.

 

       Creemos que la forma interpretativa de esta secta con respecto a los 144,000 hebreos del libro de Apocalipsis es del todo prejuiciosa y mal intencionada, con el fin de distorsionar el verdadero sentido de la enseñanza divina con respecto a Israel y el reino.

 

       Ahora bien, en Apocalipsis 7:4 y 14:1 aparecen 144,000 personas frente a Dios y del Cordero. Pero: ¿Quiénes son estos 144,000 individuos?¿Acaso 144,000 «T.J» del siglo XX? Veamos la verdad del asunto a continuación. En Apocalipsis 7:4 leemos sobre estos 144,000 de este modo: «Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de TODAS LAS TRIBUS DE ISRAEL.» En Apocalipsis 14:4 se nos dice, además, que estos 144,000 que son PRIMICIAS para Dios y el Cordero.»

       

       Los 144,000 son personas provenientes de las tribus de Israel y son primicias para Dios y el Cordero. Esto quiere decir que son 144,000 israelitas o judíos no gentiles o de las naciones. ¿Acaso son todos los 144,000 «T.J» de la raza Judía? No por cierto. Aquí en el Perú hay algunos de sus representantes de raza anglosajona pero no de la judía. Por tanto, los «T.J» están en un problema muy serio, pues la mayoría de los componentes de su iglesia no son Judíos. No obstante, para salir del problema, ellos sostienen que no se debe tomar literalmente el origen israelita de los 144,000 pues son israelitas «espirituales«. Si esto es cierto, entonces debemos concluir que tampoco el mismo número 144,000 es literal sino simbólico, indicando un número grande de miembros y no necesariamente 144,000 miembros exactos y precisos. Ni más ni menos.    

 

       Ahora bien, notemos que dice «primicias para Dios y el Cordero«. Santiago les escribió a las doce tribus que estaban en la dispersión lo siguiente: «Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a LAS DOCE TRIBUS QUE ESTÁN EN LA DISPERSIÓN: SALUD… Él (Dios), de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos PRIMICIAS DE SUS CRIATURAS.» (Santiago 1:1,18). Aquí Santiago aclara más el punto y habla a los israelitas de la DISPERSIÓN como PRIMICIAS DE DIOS. Obviamente estos israelitas no eran «espirituales» sino naturales, los cuales habían sufrido la dispersión. El Nuevo Auxiliar Bíblico» de G.T. Manley, CLIE, l987, pág 488 dice: «Como la epístola va dirigida a «Las doce tribus que están esparcidas», parece que Santiago se sintió movido a escribir a sus compatriotas israelitas que habían creído, muchos de los cuales visitarían Jerusalén para las fiestas…» En buena cuenta, las primicias eran los primeros convertidos por la predicación apostólica. Y recordemos que la instrucción de Cristo a sus discípulos fue: «…no vayan entre los no judíos ni entren a ningún pueblo de los samaritanos, VAYAN MÁS BIEN A LAS OVEJAS DESCARRIADAS DE ISRAEL,» (Mateo 10:5,6). El N.T está lleno de historias de la conversión judía. Recordemos que todos los apóstoles eran Israelitas. En Hechos 2:38,41,47 leemos que Pedro llevó a 3,000 judíos a Cristo y los hizo miembros de su iglesia. Este es sólo un ejemplo de entre varios casos más en la Biblia de la conversión de judíos al cristianismo.

 

       Por otro lado, es interesante observar que en el texto de Apocalipsis 7:9 hay una GRAN MULTITUD de personas de entre los pueblos, naciones, tribus y lenguas que alaban a Dios y a Cristo. Estos son los convertidos gentiles que siguieron a la conversión de las primicias judías. Dios no hace acepción de personas, por eso él llamó a los gentiles también para ocupar el espacio dejado por los judíos no convertidos. Aquí vemos claramente que los 144,000 y la GRAN MULTITUD tienen diferentes orígenes. Los primeros son judíos, y los segundos, no judíos o gentiles. Pero los «T.J» se equivocan al sostener que ambos grupos son iguales en su origen. Es que los «T.J» no creen hoy, como sí lo creía su fundador y Líder Charles Taze Russell, de que los israelitas son el pueblo escogido de Dios.

         

       Los «T.J» no son consecuentes interpretando la Biblia. Aquí hay un claro ejemplo de la arbitrariedad en la interpretación del texto de Apocalipsis 7:4-8. Toman simbólicamente las tribus de Israel pero literalmente el número 144,000. O se toman ambos literalmente, o  ambos simbólicamente, pero no a medias.

 

       Otro detalle: Los «T.J» sostienen que la GRAN MULTITUDlas otras ovejas«) tienen un destino terrenal, en tanto que los 144,000 tienen un destino celestial (Ver «Esto Significa Vida Eterna», págs.237 y 238). Pero la Biblia es clara cuando dice que ambos grupos están FRENTE AL TRONO Y FRENTE AL CORDERO (Apocalipsis 7:9-15 y Apocalipsis 14:1-5). Pero los «T.J» sostienen que estar frente a Dios y frente al Cordero puede tener una connotación simbólica de «aprobación» en el caso de la GRAN MULTITUD, y no necesariamente que estén literalmente frente a Dios como si sucede con los 144,000.  Pero si esto es verdad, ¿por qué los ancianos preguntan por la GRAN MULTITUD diciendo: «…Y de DÓNDE HAN VENIDO?». esto sugiere que también está gran multitud ha salido  de entre los hombres de la tierra. Han salido de un sitio y han venido a otro lugar, obviamente. Esta lógica nuestra está apoyada en las Escrituras, pues claramente Pablo dice que hay UNA SOLA ESPERANZA DE  NUESTRA VOCACIÓN (Efesios 4:4). Y notemos que Pablo está escribiéndoles como israelita a los gentiles de Éfeso. Él como israelita, y ellos como gentiles, ¡tienen la misma vocación y la misma esperanza!              

           

       Finalmente, «las otras ovejas que no son de este redil» de Juan 10:16 no tienen que ver con una supuesta clase terrestre de «T.J». Más bien tienen que ver con los convertidos gentiles que no son del redil Judío (o «manada pequeña«) que vendrían a la fe por la predicación de Pablo y de otros creyentes del pueblo hebreo. Recordemos que Cristo vino primero a los suyos («una manada pequeña«)(Juan 1:11), y luego comisionaría a sus seguidores a predicar su evangelio a todas las naciones («una gran multitud gentil»)(Mateo 28:19,20).   

 

       He aquí ahora un interrogante oportuno y necesario: ¿Cómo sabe un «T.J» que es un miembro de los 144,000 y no de la «GRAN MULTITUD» y viceversa? Bueno, aquí aparece el subjetivismo puro. Yo, como ex-«T.J», me hacía la misma pregunta. Una vez le pregunté a uno de la clase de la Iglesia o de los 144,000, lo siguiente: ¿cómo sabes que eres de esa clase ungida?,  y me contestó: «Yo siento un llamado celestial» o «Mi corazón me dice que mi paradero final y eterno está en el cielo y no en la tierra». ¡Punto final! Caramba  dije: ¡qué fácil es saber si uno es miembro de la iglesia! Como si nuestro destino final dependiera de lo que a uno le guste o parece. Los más de los «T.J» dicen no sentir el deseo de vivir en el cielo sino en la tierra. A éstos les corresponde vivir en la tierra, pues así lo han decidido ellos en su corazón. ¡Qué tontería! ¿Acaso se han olvidado los «T.J» que engañoso es el corazón? (Jeremías 17:9). ¿Acaso no recordamos que el Diablo suele usar «el corazón» de los hombres para engañarlos? (Ver Juan 13:2)

 

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LOS HERMANOS DE JESÚS

 

       Los «Testigos» también han escrito otro libro titulado: «Sobrevivientes que entran a una Nueva Tierra» (1984). En este libro los «teólogos» de la W.T han torcido la definición que da Cristo mismo en cuanto a quiénes son sus hermanos. En la página 114 aparece el subtítulo «El rey y sus Hermanos» y en la página siguiente, la 115, hablando de sobre los hermanos de Cristo, preguntan: «¿Quiénes son éstos? Aquellos a quienes Dios ha escogido de entre la humanidad para que hereden con Cristo el Reino celestial. Son 144,000, y sólo queda un resto de ellos todavía en la tierra (Revelación 14:1,4). Porque ‘han nacido otra vez’ mediante el funcionamiento del espíritu de Dios, son hijos de Dios, y por esta razón en las Escrituras se les llama «hermanos» de Jesucristo (Juan 3:3; Hebreos 2:10.11). Jesús cuenta lo que la gente hace a estos «hermanos», hasta el ‘más pequeño’ de ellos, como si se lo hicieran a él.» En la página 118 del mismo libro, y en el segundo párrafo, afirman que los «hermanos» de Cristo son un rebaño pequeño de 144,000 personas.

 

       Esta doctrina de los «T.J» es totalmente absurda y claramente antibíblica, pues si sólo los 144,000 «T.J» son los hermanos de Cristo, entonces la gran mayoría de «T.J» no los son. Es más, si sólo los 144,000 «Testigos» son hermanos de Cristo, entonces sólo ellos tienen a Dios como Padre. Recordemos que Dios es el Padre de Cristo, y por extensión, también de sus hermanos. ¿Se da cuenta de lo que esto significa? La gran mayoría de «Testigos» no tienen parte en la familia de Dios. Prácticamente se encuentran como parias y desposeídos de todos los derechos de un hijo legítimo.

 

       Pero desgraciadamente  la gran mayoría de Testigos de Jehová no se dan cuenta del engaño, y sólo se limitan a propagar como tontos este craso error por todos lados a donde van con sus revistas Atalaya y Despertad. No se dan cuenta que ellos mismos se están excluyendo de la gran salvación que Dios ofrece a través de Jesucristo, su Hijo amado. Al decir que ellos no son de la clase de “celestial” de la “manada pequeña”, lo que están diciendo es que ellos son meramente servidores y esclavos de esa clase “ungida” o “celestial”, y que no tienen los mismos derechos de un verdadero salvo hijo de Dios. Y de este modo ellos mismos se acomplejan y prácticamente se someten como corderos a los dictados de aquellos malos servidores de Dios que golpean a sus hermanos y que los humillan dejándolos como parias y sin un Padre verdadero que los quiere realmente cobijar dentro de su familia.       Parece Increíble, pero sólo los «144,000 ungidos» son hijos de Dios, los únicos hermanos de Cristo, los únicos que tienen el Espíritu Santo, los únicos que pertenecen a la Iglesia Cristiana, los únicos que pueden participar de la cena comiendo del pan, y bebiendo del vino, los únicos que reinarán en el reino de Cristo. En cambio, la gran mayoría de «Testigos» pasan a ser entes de cuarta categoría, desposeídos de casi todos los derechos y promesas ofrecidas por Cristo a sus verdaderos seguidores.

 

       Pero, ¿Qué tiene en realidad que decirnos Jesús en cuanto a sus hermanos? ¿Concuerda la explicación de nuestro Señor con la explicación dada por los mal llamados «Testigos de Jehová» (o, «T.J»)? ¡Debemos hablar según el testimonio de Jesús y no según los caprichos de los neófitos! He aquí la explicación esclarecedora del mismo Hijo de Dios en cuanto al tema en cuestión. Veamos lo que dice Jesús en Mateo 12:50: «PORQUE TODO AQUEL QUE HACE LA VOLUNTAD DE MI PADRE QUE ESTA EN LOS CIELOS, ESE ES MI HERMANO, Y HERMANA, Y MADRE.» Nótese bien que los «hermanos» de Jesús son aquellos QUE HACEN LA VOLUNTAD DEL DIOS Y PADRE DE TODOS. Si la «Grande Muchedumbre»— como clase—- no conforma la «hermandad» de Jesús, ¿entonces la voluntad de quién están haciendo éstos? ¿La voluntad de los líderes de la W.T?, o ¿la de Dios? He aquí una encrucijada. Sin embargo, es gracioso y extraño oír a TODOS los «T.J» llamarse entre ellos como «hermanos» cuando por otro lado ellos enseñan que sólo Cristo tiene 144,000 hermanos. Y por añadidura, también resulta gracioso que TODOS los «T.J» llamen a Jehová Dios como «Padre Celestial», cuando por otro lado ellos enseñan enfáticamente que Jehová Dios sólo tiene 144,001 hijos.                       

          

       Lo cierto es que todos los «T.J» han recibido el BAUTISMO por agua, lo cual se traduce en el recibimiento del Espíritu Santo (Hechos 2:38). Esto no lo pueden negar los «T.J» pues está en la Biblia. Necesariamente se debe recibir el Espíritu Santo después del arrepentimiento y del bautismo. Ahora bien, después de recibir el Espíritu Santo por el bautismo, ¿qué ocurre inmediatamente? El convertido se transforma en un hijo de Dios, pues dice Romanos 8:14: » Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son Hijos de Dios.» ¿Cómo puede ser posible que millones de «T.J» se hayan bautizado y a la vez no sean parte de la familia de Dios?

         

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y EL RETORNO DE CRISTO

     

       Una de las grandes doctrinas de la Biblia es sin duda el retorno del Señor Jesucristo a este mundo por segunda vez. Jesús y sus apóstoles hablaron de ese magno suceso y en diferentes oportunidades. Mucho se ha hablado del tiempo aproximado para ese evento, pero muy pocos han discutido acerca de la manera de aquel retorno. Nadie discute que la segunda venida de Cristo será visible (Hechos 1:7), salvo los mal llamados «Testigos de Jehová» (o «T.J»).

 

       Los «Testigos» sostienen que la segunda venida de Cristo no será visible sino invisible con la ayuda de los «ojos del entendimiento» (Véase el libro «Razonamiento a Partir de las Escrituras», pág.434). La versión bíblica de los «T.J» llamada «Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras» vierte el texto de Mateo 24:3 así: «…¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu PRESENCIA y la conclusión del sistema de cosas«?. La palabra «presencia» en este pasaje importante pretende permitir la interpretación de estas palabras como si la vuelta de Cristo será INVISIBLE y así acomodarlo a su escatología particular. Los «T.J» afirman que Cristo ya vino en forma invisible y que invisiblemente también dirige a su organización teocrática desde Brooklyn, Nueva York.

 

       Dentro de algunos pocos contextos, probablemente la palabra «parousía«(venida) tenga el significado de «presencia«, pero jamás «presencia invisible«.Ningún erudito o traductor destacado sostuvo que esa palabra griega signifique «presencia invisible». Llegar a la conclusión de que «presencia», aun admitiéndola en ciertos contextos, implique necesariamente invisibilidad, es un grave error, pues pasa por alto  muchos otros aspectos que pasaremos a mostrar en  los siguientes párrafos. Creemos que los Testigos de Jehová han hecho una mala exégesis de la palabra griega “parusía” para nuevamente ajustarla a sus preelaborados dogmas , entre los cuales se encuentra la venida invisible de Cristo en 1914 DC. Es ahora que levantemos nuestra voz de protesta ante el engaño de los falsos exegetas de Brooklyn, quienes son ases para la decepción y la confusión doctrinal.

 

        Creemos que esta palabra parusía no tiene el significado que le dan los Testigos de Jehová  y que está plasmado en cada uno de sus libros que han publicado desde que empezaron como secta con el llamado “Pastor Russell”. El gran chasco Adventista le hizo creer a Russell que la venida de Cristo no podía ser realmente literal y visible, sino simbólica y con los “ojos del entendimiento”.

 

          Debido a este antecedente histórico, los Testigos se han visto obligados a decir que la palabra Griega parusía no significa venida sino presencia, y presencia invisible, además. De este modo han acomodado el significado de la palabra parusía a sus intereses doctrinales. Como veremos más adelante, es imposible que la palabra parusía tenga el significado que ellos le quieren dar.

       En los pasajes de 1Corintios 16:17 y 2 Corintios 7:6 los «Testigos» han vertido la palabra «parousía» como presencia. Pero esto va en contra de su argumento. Porque, ¿Estarían Estéfanas, Fortunato, Acacio, y Tito «invisibles» con su «presencia«?¿Será admisible  que en Filipenses 1:26 y 2:12, la «presencia» de Pablo se deba entender invisible?

 

       Martin y Klann, en la página 157 de su obra JEHOVAH OF THE WATCHTOWER, después de un exhaustivo estudio de este punto,  arriba a la conclusión siguiente: «Si los de la Watchtower admitieran por un momento que parousía se debe traducir por ‘venida‘ o ´llegada‘ en los pasajes que hablan del regreso de Cristo, cosa que los traductores de categoría admiten entonces la ‘presencia invisible’ de Cristo… estallaría en sus rostros.»

      

       En apoyo del exacto sentido de parousía, vamos a citar todavía una autoridad de la cual se valen los mismos testigos cuando les conviene. Citaremos al Dr. Joseph F. Thayer, unitario, autor de los mejores léxicos del griego del Nuevo Testamento. En la página 490 de ese diccionario, comentando el término parousía, dice: «…un regreso (Filipenses 1:26). En el Nuevo Testamento (esa palabra) se halla relacionada especialmente con el Advenimiento; esto es, con el regreso visible de Jesús, procedente del cielo, el Mesías que vendrá a resucitar a los muertos, decidir el último juicio, y establecer de manera visible y gloriosa, el reino de Dios.»

 

       El sentido de «parousía» se debe buscar en los grandes lexicógrafos, especialmente el de Lidell y Scott. Se verá que el sentido predominante es precisamente «venida» «llegada«; y así se emplea exclusivamente en el griego del Nuevo Testamento.

 

       Todavía hay otro detalle. Aun en el griego clásico, el sentido de parousía es el de presencia visible. En los papiros generalmente aparece la palabra parousía para designar la visita de algún emperador o rey. Pero en el Nuevo Testamento, como ya se dijo, es el término acuñado para designar el segundo advenimiento de Cristo, y ni levemente sugiere una venida secreta.

 

       Aunque los «Testigos» rechacen la segunda venida visible y personal de Cristo, lo cierto es que hay muchos pasajes bíblicos que nos hablan de una futura venida de Cristo, que será audible, visible y personal. Por ejemplo: En Apocalipsis 1:7 Leemos: «He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, Amén.» Este pasaje es clarísimo, pues se nos revela que TODO OJO VERÁ a Cristo VENIR—¡Y los que le traspasaron! Es decir, aun los enemigos de Jesús le verán. Los que le crucificaron, los que se burlaron de él, los perseguidores, los ateos, los opositores y adversarios; en fin, buenos y malos, partidarios y detractores, justos e injustos, fieles y herejes. Pero caprichosamente los «T.J» afirman que sólo ellos han podido ver a Jesús «venir»(en 1914 D.C) con «los ojos del entendimiento profético«. Pero esto no es lo que la Biblia afirma. Además, ¿acaso todos los linajes de la tierra hicieron lamentación por su venida en 1914 D.C? ¿Cómo podrían lamentarse si ellos no tenían «ojos del entendimiento» para entender las profecías de los «T.J»?

 

       En Hechos 1:11 los ángeles revelan a los cristianos, que vieron ascender a Jesús al cielo, lo siguiente: «…Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? ESTE MISMO JESÚS, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá COMO LO HABÉIS VISTO (ojo: con los «ojos espirituales», sino con los ojos literales)IR AL CIELO.«  Esta revelación angelical sostiene que Cristo vendrá como se fue. Se fue visiblemente o físicamente, y volverá visiblemente o físicamente igualmente. Nótese que el Cristo que regresa es el mismo que se fue («este mismo Jesús», según los ángeles). Los ángeles afirman que el Cristo que vieron irse (no dice: «el Cristo que «no vieron irse») regresará a la tierra nuevamente.         

 

       Otro punto. El Señor Jesús dijo que nadie puede saber el día y la hora de su Segunda Venida. Eso lo podemos leer en Marcos 13:32 donde dice: «Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.» Pero asombrosamente los «T.J» son los únicos privilegiados por conocer la fecha señalada de 1914 D.C. Pero alguien dirá: ¿De dónde sacaron los «T.J» esa fecha cabalística? Pues de Daniel y su historia de la demencia de Nabuconodosor por 7 años o 7 «tiempos» (Daniel 4;25,32-3). Los «T.J» han razonado caprichosamente que esta sentencia de Dios contra el rey Nabuconodosor tiene un «segundo cumplimiento» futuro. Para ellos, la locura de Nabuconodosor, es la locura de las naciones, y que duraría 7 tiempos proféticos. Considerando cada tiempo como de 360 días y multiplicando esta cifra x 7 se obtienen 2,520 días o 2,520 años (considerando 1 día x 1 año profético). Paso seguido, los «T.J» buscaron la fecha de partida para computar el tiempo «señalado» del fin, y deciden que debe ser el 607 A.C fecha, según ellos, cuando Nabuconodosor destruyó la ciudad de Jerusalén. Esta fecha de 607 A.C da inicio, según los «T.J», al dominio gentil sobre el mundo. El reino davídico sufrió una interrupción. (Ver La Atalaya, 1-4-1968, pp. 196,197.)    

       Pero, ¿tiene base histórica la fecha de 607 A.C como la caída de Jerusalén y el destierro del rey Sedequías? No la tiene. Ni la Biblia ni la historia, ni por separado ni juntas, pueden lograr el 607 A.C como la fecha de la destrucción de Jerusalén. Ningún erudito menciona esa fecha. Pero los «T.J» necesitan esa fecha para llegar al año 1914 D.C, pues en esa fecha estalló la Primera Guerra Mundial. Y para los «T.J» esa Primera Guerra Mundial es significativa del «regreso» de Cristo. Ahora, según la historia secular la destrucción de Jerusalén por Nabuconodosor sería el 586 A.C y no el 607 A.C. No obstante, las guerras, como una «señal», indican la proximidad del retorno de Jesús, más no su retorno mismo.

 

       Definitivamente el sueño del rey Nabuconodosor que se relata en Daniel cp.4, no es posible aplicarlo a los tiempos del fin de la historia del mundo como sí se hace en el cap.2 del mismo libro de Daniel. En el cap.2 el profeta hizo la correcta interpretación, apuntando claramente a la sucesión de los reinos, hasta llegar a Cristo, quien será la piedra que destruirá los 10 reyes venideros y sus reinos.

 

       No obstante, en el cap.4, el propio Daniel nos dice en el verso 24: «Esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo.» Y seguidamente, en los versículos 25 y 26, se declara que toda la interpretación se cumple con la demencia del rey. No hay un segundo cumplimiento como sostienen los «T.J». Por eso, en este caso particular, «los siete tiempos» son sin lugar a dudas siete años literales que se cumplieron en Nabuconodosor al estar loco por siete años.

 

       Los eruditos antiguos y modernos están de acuerdo, casi todos, en otorgar a la palabra «iddam» de Daniel 4:16, la traducción: «tiempo«, en el sentido de año literal.

 

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ: BAUTISMO Y COMUNIÓN

 

       Los «T.J» practican el bautismo pero de una manera muy extraña. Yo mismo fui bautizado por un «anciano» de la congregación y recuerdo ese día perfectamente allá por el año de 1964. Ahora que lo pienso bien, los «T.J» no bautizan como Jesús les mandó a sus discípulos, en vísperas de su ascenso al cielo. En Mateo 28:19 Jesús dice claramente: «Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre   del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.» Me acuerdo que me metí en una piscina y el anciano sólo me sumergió en el agua sin pronunciar una sola palabra. Ahora que lo pienso bien, creo que sólo me refrescaron en el agua un día de verano, pero no fui bautizado tal como lo mandó Jesús: «En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.» Todos los «T.J» han sido «bautizados» en silencio, sin que se les pronuncie «la fórmula bautismal«. En pocos palabras, su «bautismo» es un simple remojón para refrescarse del calor y punto. Mientras no se obedezca literalmente y al pie de la letra lo ordenado por Jesús, no recibiremos la aprobación de él.

 

       Pero aquí no finaliza lo anti-bíblico. En la «Santa Cena» o llamada también «La Comunión«, sólo los que pertenecen a la clase de la iglesia (o 144,000 «Testigos Ungidos») pueden comer del pan y tomar del vino. La gran mayoría de «T.J» se conforma sólo con olerlos. Ellos no pueden participar comiendo y bebiendo de los emblemas como lo hacen los “ungidos”, pues les está terminantemente prohibido. No obstante, Cristo murió por todos los hombres, y dio su cuerpo y sangre para el perdón de nuestros pecados (Gálatas 1:4). ¿Acaso el sacrificio de Cristo no afecta igualmente a todos los «T.J» sin excepción? ¿Acaso los de la clase de la «Gran multitud» u «otras ovejas» son inmaculados desde que nacieron para no necesitar del sacrificio de Cristo? No lo creemos. Por tanto, el sacrificio de Cristo les beneficia para su salvación. Por tanto, ¿No deberían de comer ellos también del cuerpo de Cristo y beber de su sangre?  

 

 

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LA CRUZ

 

       Los «T.J» se caracterizan también por su antipatía por la cruz. Sostienen que Cristo no murió en una cruz sino en «un madero de tormento«. Lo que quiero decir primero es que lo importante de la misión de Jesús fue su sacrificio expiatorio independientemente de la forma de su muerte. Él murió para darnos vida y destruir las obras del diablo. El instrumento de muerte no es lo más importante, aunque esa forma de morir es muy espantosa, por cierto. En La Biblia de los «T.J» (Traducción del Nuevo Mundo), no escriben la palabra «cruz» sino «madero de tormento«. Y en sus libros de adoctrinamiento ellos pintan a Jesús clavado en un palo vertical sin travesaño. Sin embargo, el Nuevo Testamento da a entender que nuestro Señor murió en una CRUZ y no en un palo sin travesaño. El texto clave es Juan 20:25 y que dice: «…Él les dijo: Si no viere EN SUS MANOS LA SEÑAL DE LOS CLAVOS, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos (plural)…no creeré.» Nótese que Tomás habla de clavos (plural). O sea un clavo para cada mano, o dos clavos para dos manos. Es claro que estas palabras de Tomás nos inducen a creer que Cristo murió en una cruz y no en un palo vertical sin travesaño.

 

       Además, la costumbre romana era usar un madero en forma de «T». El texto griego de Lucas 23:21 dice: «oi de epephonoun legontes stauro auton». La palabra griega «staurus» indica crucificar. Es muy probable que el tipo de cruz usada para crucificar a Cristo fue la «crux inmisa«. Sólo los persas, fenicios, hebreos y griegos empalaban a sus víctimas en un madero vertical sin travesaño.

 

 

 

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LA SANGRE

 

       Los «T.J» se oponen a la transfusión de sangre porque dicen, según sus deducciones bíblicas, que la vida está en la sangre, y por tanto es sagrada. Luego insisten que ningún hombre tiene el derecho de disponer de su vida o su sangre como le plazca. Pero, ¿prohíbe la Biblia dar nuestra sangre a otra persona? ¡No! Claro que la transfusión de sangre es de reciente data, y por tanto, es imposible que la Biblia se oponga a ella.

 

       Ahora bien, ¿Qué más dice Dios de la sangre? Dice Levítico 17:14: «Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No COMERÉIS la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.» Ahora notemos que Dios prohíbe COMER la sangre de los seres vivos, pues ella es la vida. Al comer la SANGRE (vida) la estamos destruyendo en nuestro sistema digestivo y finaliza en la letrina. En cambio, otra cosa es la transfusión de sangre, ya que con este método de la medicina moderna, la sangre no se pierde sino que sigue corriendo por el sistema circulatorio de otra persona, salvándole la vida. Además, poco tiempo después, el dador recupera su sangre nuevamente como antes.

 

       Por otro lado, los «T.J» no son consecuentes con sus principios e interpretaciones de la Biblia. Pues el mismo Dios que prohíbe comer sangre, también prohíbe comer grasa animal. Sus santas Palabras son éstas: «Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna GROSURA de buey ni de cordero ni de cabra comeréis…porque cualquiera que comiere grasa animal…será cortada de entre su pueblo.» (Levítico 7:23,25). Pero ¿son los «T.J» igualmente escrupulosos en no comer grasa animal? Pues ¡NO! Yo doy testimonio de que los «T.J» comen carne de cerdo con toda su grasa, y hasta usan manteca para sus comidas. Y ninguno que hace esto es expulsado o disciplinado por violar esta orden de Dios. ¿Cómo se explica esta otra incongruencia o inconsecuencia?           

 

       Sigamos con la transfusión de sangre. Si la sangre es sagrada, hasta la última gota, entonces tampoco les está permitido a los «T.J» el hacerse ANÁLISIS DE SANGRE, pues con esta práctica médica se extrae sangre del cuerpo y luego del análisis respectivo es destruida o desechada. ¿No estarían pecando los «T.J» por permitir eso? ¡Quién no es fiel  en lo poco, no lo es tampoco en lo mucho!

 

       Lo cierto es que ya son muchos los «T.J» que han perdido la vida por rehusarse recibir transfusión de sangre. ¿Es esa la voluntad de Dios? Jesús mismo dio su sangre o vida para salvarnos, y darnos vida (Juan 6:53,54, Romanos 5:9). Él dio su sangre a millones de hombres para darles vida. Su sangre no fue vertida por gusto sino para que vivamos por ella. ¿Acaso no podemos dar parte de nuestra sangre o vida para salvar a nuestro hermano? ¿No sería más bien un crimen dejarlo morir?

 

 

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LA DEIDAD

 

       Los «T.J» son unitarios lo cual me parece correcto, pues ciertamente es difícil sostener la TRINIDAD con la Biblia. Su creencia es que sólo el Padre Jehová es Dios y nadie más. En lo que si no estoy de acuerdo con ellos es en su creencia arriana de que Cristo fue creado como un super ángel antes de venir como hombre.

 

       En su libro «Razonamiento a Partir de las Escrituras«, pág.215, los «T.J» dicen: «Es razonable, por lo tanto, concluir que el arcángel Miguel es Jesucristo.» Y en su libro «Ayuda para Entender la Biblia«, pág. 1125 los «T.J» dicen del arcángel Miguel, lo siguiente: «La evidencia bíblica indica que el nombre Miguel aplicaba al Hijo de Dios antes de que partiera del cielo para que llegase a ser Jesucristo, así como después de su regreso al cielo. Miguel es el único al que se le llama «arcángel», que significa «ángel mayor» o «ángel principal»… también hay otras correspondencias que establecen que Miguel es realmente el Hijo de Dios…»

 

       Definitivamente Cristo no fue un arcángel ANTES de venir como hombre. Pablo dice que Cristo fue «hecho tanto superior a los ángeles (incluye a los arcángeles, pues son ángeles también), cuanto heredó más excelente nombre que ellos. Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él por Padre, y él me será por Hijo? Y otra vez, cuando introduce al primogénito al mundo, dice: «Adórenle (postrándose dando reverencia) todos los ángeles (incluyendo los arcángeles) de Dios.» (Hebreos 1:4-6).

 

          Como veremos a continuación, el poner a Cristo como un arcángel (Miguel), estamos cometiendo el grave error de enseñar que él fue una criatura preexistente. Estamos diciendo que Dios creó todo por y para un arcángel, lo cual sería una injusta preferencia de Dios por uno de sus varios arcángeles. Recordemos que Dios creó todo para Su único Hijo, el Señor Jesucristo. Pero ¿acaso Miguel fue el único hijo de Dios? Los ángeles , en general, son hijos de Dios, pero ninguno de ellos fue el Unigénito de Dios.

 

         Los arcángeles cumplen su función como mensajeros del Dios Altísimo, pero ninguno de ellos se consideró ser merecedor de sentarse al lado con Dios. A ninguno de los arcángeles se les ve en una posición como si fueran de la misma esencia de Dios y a ninguno se le ve gozando de una preferencia por parte de Dios como se esperaría de un Hijo predilecto del Padre. Esto resulta curioso y muy sugestivo para una mente inquisidora. Pero millones de Testigos de Jehová no se dan cuenta de este simple detalle.

         Lo que la Biblia sí enseña, y que los «T.J» no lo dicen, es que MIGUEL es uno de VARIOS príncipes principales, y  no el principal príncipe angelical, como sostienen los «T.J».

Leemos lo que se dice de MIGUEL en Daniel 10:13b: «…pero he aquí MIGUEL, uno  de los príncipes principales…» Esto indicaría que hay varios arcángeles (p.e. GABRIEL y otros) en la corte celestial.

 

       Pero la máxima evidencia que se dispone para demostrar que Cristo no es el arcángel Miguel la encontramos en la visión de Daniel junto al río, en el capítulo 10 de su libro. El profeta Daniel recibió una visión y se nos informa que el Señor fue ayudado o asistido por Miguel. Este varón que es asistido por Miguel tiene las siguientes características (comp. Daniel 10:4-6 con Apocalipsis 1:9-16):

 

       1.- «Vestido de lino«. Generalmente significa pureza (Levítico 6:10; Apocalipsis 15:6; 19:4).

 

       2.- «Ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.» Se refiere a un cinturón tejido con fibras de oro que bordeaba la cintura de un varón.

 

       3.- «Su cuerpo era como berilo«. La palabra berilo (Hebreo tarshish) se vierte como «crisólito», «topacio», o «jaspe amarillo». Era una piedra sumamente bella.

 

       4.- «su rostro parecía un relámpago«. Es decir, era brillante.

 

       5.- «Sus ojos como antorchas de fuego«.

 

       6.- «Sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido«. Este «bronce bruñido sugiere brillo y resplandor. El personaje se presenta con aspecto glorioso y cautivador.         

          

       7.- «El sonido de sus palabras como un estruendo de una multitud.» La voz es potente, autoritativa, como de alguien a quien se debe oír y seguir.  

          

 

       Sin duda estas 7 características del varón revelador corresponden a CRISTO, cuando se las compara con las características «físicas» del Señor en Apocalipsis 1:9-16. Pero el punto central del pasaje es que el arcángel Miguel asistió a Cristo en su TEOFANÍA para revelar a Daniel asuntos de suma importancia, y que el diablo trató de obstaculizar. En consecuencia, Cristo NO pude ser el arcángel Miguel como suponen los «T.J».

 

       En Apocalipsis 5:13 leemos: «Y a TODO LO CREADO que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.» Notemos que TODAS LAS CRIATURAS, sin excepción alaban a Dios y a Cristo. Si Cristo es una criatura angelical, ¿no debiera él estar alabando a Dios junto con el resto de criaturas? Pero aquí vemos que él y su Padre reciben de las criaturas la alabanza. Es obvio que Cristo no fue creado, sino ENGENDRADO (1 Juan 5:18, Mateo 1:20); que es muy distinto. Los ángeles y hombres son criaturas—-Cristo no!

 

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LOS ISRAELITAS

 

       Como dije al comenzar este estudio, los «T.J» ya no creen que el pueblo de Israel sea el elegido de Dios. Aunque Charles Taze Russell si lo creyó, ahora los «T.J» han rechazado esa fe original. Los «T.J» creen que su «organización Teocrática» es la verdadera y única obra de Dios, y la que Dios usa para difundir su verdad al mundo. Pero Russell no estaba equivocado en creer en la elección de Israel. Muchas de las profecías bíblicas y confesiones apostólicas, se destaca la preferencia de Dios por su pueblo al cual desde antaño conoció. Los «T.J» no han leído lo dicho por Pablo en Romanos 11:1,2 y que dice: «Digo, pues: Ha desechado Dios a su pueblo? EN NINGUNA MANERA. Porque también yo soy ISRAELITA, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. NO HA DESECHADO DIOS A SU PUEBLO, AL CUAL DESDE ANTES CONOCIÓ…» Pues bien: ¿Cómo explican  estas palabras paulinas los llamados «T.J»? Ellos dicen que Dios sí rechazó a su pueblo de antaño, pero Pablo dice que no. A quién vamos a creer, ¿A los «T.J» o al inspirado San Pablo?

 

       Es cierto que Dios rechazó a su pueblo (temporalmente) por su pecado y rebelión. No obstante, el apóstol Pablo vuelve a decirnos que su pueblo será restaurado para la bendición de los gentiles (Romanos 11:11-28). Nótese también el verso 28, en donde Pablo admite   que su pueblo es amado y elegido por Dios.

 

       Los «T.J» no comprenden que el verdadero reino que será restaurado en la tierra (no en el cielo) será el de David. Sí, David tuvo un reino, el cual era de Dios (1 Crónicas 28:5). Ese reino fue suspendido temporalmente allá por el año 587 A.C cuando Nabuconodosor invadió Jerusalén y depuso al rey judío Sedequías. El profeta Ezequiel predijo este evento en el capítulo 21 de su libro y versos 25-27. Ezequiel predijo que el reino de David estaría suspendido HASTA QUE VINIERA AQUEL QUE TIENE EL DERECHO DE TOMAR EL TRONO Y LA CORONA. Esa persona es Jesucristo, el descendiente del rey David (Mateo 1:1). El apóstol Pedro afirma que un varón descendiente de David tomaría su trono en un futuro, y él lo llama: «El Cristo«, Este «Cristo» es alguien que resucitó de la muerte y está sentado a la diestra de Dios (Hechos 2:329-33). Obviamente Pedro está hablando de nuestro Señor Jesús.

 

       Ahora bien, ¿Dónde reinó David, y dónde estuvo su trono? ¿Acaso en el cielo? NO. La Biblia es clara al decirnos que David reinó en Jerusalén en la mayor parte de su administración (33 de los 40 años de reinado). Al morir él, su hijo Salomón heredó su trono y fue rey en Jerusalén por otros 40 años. De igual modo, cuando se restaure el reino de David en la persona de su heredero Jesús, reinará él en la misma capital JERUSALÉN. Esto se confirma al leer lo que Jesús mismo dijo sobre esta ciudad en Mateo 5:33-35. Claramente dijo que Jerusalén ES (no FUE) la ciudad del GRAN REY.

 

       Vemos, pues, que Dios aún tiene planes muy concretos para su pueblo y su ciudad elegida. En Lucas 1:33-35 se revela que Jesús reinará en el trono de David su padre, el cual estará en «la casa de Jacob«. Recordemos que Jacob o Israel son sinónimos, de modo que podemos decir que Cristo reinará en «la casa de Israel» o en «la nación» o «país» de Israel, según el anuncio del ángel Gabriel a María, madre de Jesús.

 

       No es sorprendente entonces la pregunta que le hicieron los discípulos israelitas a Jesús, momentos antes de partir al cielo: «…Señor: ¿Restaurarás el reino a Israel en este tiempo?» (Hechos 1:6). Sí, Jesús había estado hablándoles que el reino de David le sería restaurado a los israelitas, tal como lo predijeron los profetas Hebreos del Antiguo Testamento (V. 3). Pero los «T.J» no quieren ver estos textos bíblicos porque se les hace difícil explicarlos con coherencia.

 

       Hoy en día se están cumpliendo muchas profecías bíblicas concernientes a Israel y el fin del mundo. La Biblia predijo que Israel sería desparramado por todo el mundo, y que después de mucho tiempo volverían a ser nación en su tierra Israel. Bastan leer lo que dicen Deuteronomio 30:3-5; Jeremías 32:37,38,41,43; Isaías 11:12; Ezequiel 11:16-20;20:34,42;28:25,26;34:11-16,23,28,29;36:24-37; 37:12,17; Sofonías 3:20; Hageo 2:7; Zacarías 1:17;8:3,7,13,23; Oseas 3:4,5; Amós 9:11,14,15; Abdías 17; Romanos 9:3,4.

 

       Todos los textos citados arriba nos hablan del retorno de los israelitas a su tierra desde TODAS PARTES DEL MUNDO. Esto ha venido ocurriendo desde comienzos de este siglo XX, y se ha ido acentuando después del renacimiento de la nación Israelita en Mayo de 1948 D.C. Todos sabemos que ISRAEL resurgió como nación hace sólo 50 años, y desde esa fecha cientos de miles de Judíos de Europa, Rusia, Etiopía y de otras partes del mundo ya han regresado a Israel nuevamente. Las profecías que hablan del retorno de los judíos se están cumpliendo hoy día y seguirán cumpliéndose hasta la misma venida de Cristo al mundo (Mateo 24:31).

 

       También es destacable la profecía de Jesús de Lucas 21:24. Jerusalén (la capital del reino davídico y de los israelitas) sería pisoteada o gobernada por naciones paganas o no judías por un tiempo predeterminado por Dios. Desde el año 70 D.C Jerusalén pasó a manos de los gentiles (romanos, árabes, Turcos, e Ingleses), hasta que en 1967 D.C, en «la guerra de los seis días«, los israelíes arrebatan a los Jordanos el control de Jerusalén. La profecía se estaba cumpliendo finalmente después de un larga espera por casi dos milenios y más.

 

       Los «T.J» no pueden tapar el sol con un dedo. Ellos tienen que aceptar que lo que se está cumpliendo hoy en el Medio Oriente; y en particular, en Israel, estaba profetizado por Dios en la Biblia. Ellos deben admitir que el largo sufrimiento del pueblo israelita es otro cumplimiento profético de Dios, pues Él había dicho que serían diezmados por «cazadores»y «pescadores». Predijo que vivirían en constante peligro, persecución y terror (Jeremías 16:16). Sabemos que Nabuconodosor fue el más grande cazador e igualmente Adolfo Hitler, entre muchos otros. Los Judíos no sólo fueron perseguidos en Alemania, sino también en España, Italia, y otros países del mundo. Aun hoy los israelitas siguen siendo repudiados en muchos lugares, y no son bien vistos. Hay un surgimiento de un antisemitismo mundial preocupante, en especial en E.U y Alemania, por citar sólo dos países. La Biblia aun predice que Israel seguirá sufriendo hasta el retorno del Mesías al mundo para salvar a su pueblo. Todos sabemos cuántos enemigos tiene Israel hoy. Los árabes extremistas quieren arrebatarles su territorio, y en especial, Jerusalén. Además, los Norteamericanos no siempre están a su lado protegiéndolos o apoyándolos.

                 

LOS TESTIGOS Y EL NOMBRE DE DIOS

 

       Los «T.J» dicen que «JEHOVÁ» es «el nombre personal del único Dios verdadero. es el nombre que él mismo se ha dado…» (Libro ‘Razonamiento a Partir de las Escrituras’, pág. 198).           

 

       El nombre Hebreo de Dios es «YHVH» («tetragramaton«). Como se puede ver, el idioma hebreo carece de vocales, por tanto la forma de saber el nombre es pronunciándolo. Los rabinos transmitían el nombre oralmente de generación en generación en los tiempos bíblicos. Después, el Hebreo cayó en desuso, por muchos años, debido a factores históricos inevitables.

 

       El profesor Dr. Kerr, dice en su Gramática Elemental de Lengua Hebraica, lo siguiente: «Jehová no es el nombre del Dios de Israel, sino que resultó del error de leer el tetragrama inefable con vocales de Adonai, cuando se recomenzó el estudio del hebreo durante el Renacimiento y la Reforma«. El profesor Kerr concluye así: «Ya no se sabe cuáles eran los verdaderos sonidos que se daban a ese nombre; y se supone por la etimología que la forma original debería ser Jave, tercera persona del verbo ayah (ser)».

 

       A continuación mencionaremos a los eruditos Martin y Klann, y su obra «Jehovah Of the Watchtower», página 146: «Ningún estudioso sensato de la Biblia objetará el empleo del término Jehová en el Santo Libro. Sin embargo, en vista de que en el original sólo constan las consonantes hebreas JHVH, sin vocales, su pronunciación es indeterminada, y al no tenerse certidumbre de ella, el fijar dogmáticamente que su pronunciación sea Jehová, es ir más allá de los límites de la verdad lingüística

 

      «Todo estudiante del hebreo sabe que entre las consonantes J-H-V-H se puede insertar cualquier vocal. Así, teóricamente, el nombre divino podría ser Jehová como Jihiví, sin cometer la menor lesión a la gramática del idioma

     

       Lo cierto es que parece que la palabra Jehová no salió de labios de Cristo, y tampoco fue usada por sus seguidores inmediatos. Cristo y los escritores del Nuevo Testamento citaban las Santas Escrituras Hebreas, y también la versión Septuaginta, que vierte el tetragrama por Kúrios (Señor, en griego), con mucha propiedad, ya que éste no se podía pronunciar por temor a la superstición de los rabinos.

 

       Por espacio de 2,500 años desde Adán, Dios no se había dado a conocer con su nombre Jehová. ¡Por 2 milenios y medio, el mundo hebreo no supo del nombre de Dios! Por eso leemos en Exodo 6:3: «Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi NOMBRE JEHOVÁ NO ME DI A CONOCER A ELLOS.» Preguntamos: Si el nombre de Dios es vital e importante que se conozca, ¿por que Abraham (su fiel amigo, Santiago 2:23) y sus descendientes NO SUPIERON SU NOMBRE JEHOVÁ hasta que le fue revelado a Moisés?

 

       Pero para ser justos, Dios tiene no un nombre sino siete. Éstos son: JHVH, Adonai, El, Elion, El-Shaddai.

 

       Por otro lado, los lexicógrafos Moulton y Milligan, en su Diccionario Griego, dicen que la palabra ONOMA que significa «nombre» en el Nuevo Testamento, da a entender «la fama», «el carácter», «la autoridad», «la dignidad», o la «reputación» de la persona. Estos lexicógrafos han demostrado ampliamente cómo los autores griegos usaban «nombres» para destacar su dignidad o autoridad. Ejemplo: «Vengo en el nombre de su Majestad«, significa que tal persona está revestida con la autoridad de un rey o reina. También la reputación o dignidad de la persona, más no el sentido fonético del nombre en sí. Así, cuando Cristo dice: «Santificado sea tu nombre» en Mateo 6:9 se refiere que se debe santificar la «Persona» o «Ser» de Dios.

 

       Ahora bien, lo cierto de toda esta argumentación es que sólo hay un nombre por el cual podemos ser salvos—¡El de Jesucristo! Así lo afirma el apóstol Pedro en Hechos 4:7-12. Todo creyente sabe que a través de la persona de Cristo uno puede alcanzar la salvación. No es en sí el nombre propiamente dicho, sino la persona que está detrás de ese nombre.         

 

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LAS FIESTAS

 

       Los «T.J» se oponen a las fiestas y celebraciones. Ellos creen que el cumpleaños es una fiesta pagana, y por tanto, es prohibido celebrarlo. Dicen que Herodes, el rey pagano, lo celebraba con su corte; por tanto, dicen, no debemos celebrarlo nosotros como creyentes cristianos. Pero eso es ir más allá de lo mandado por Dios. Si es pecado celebrar el cumpleaños, entonces también es pecado hacer reuniones para comer con los amigos, o beber vino, dado que Herodes y su gente bebió vino y comió con sus amigos en su fiesta. Ahora bien, ¿Cuál es el delito o pecado de celebrar un año más de vida? ó ¿Un año más de matrimonio? No lo entendemos. Y por añadidura,  el cristiano tampoco podría poner música y bailar, pues hubo también música y baile en dicha fiesta del rey Herodes (Mateo 14:6). Tampoco se deberían usar platos para servir la comida, ya que en la fiesta de Herodes se usó un plato para traer la cabeza de Juan el Bautista (Mateo 14:11). En fin, podemos dar reglamentos y prohibiciones a montones, sólo por querer distinguirnos de los demás.

 

       Los «T.J» se oponen al saludo de la bandera nacional. Dicen que es «idolatría» y que debe ser evitada a toda costa. Pero ¿acaso no saben los «T.J» que el pueblo hebreo tenía sus banderas para identificarse entre las tribus? Sí, cada tribu de Israel tenía su propia bandera que rodeaba el tabernáculo en el desierto (Ver Números 2:2). Y, ¿Quién les ha dicho a los «T.J» que saludar a la bandera es «idolatría»? Un saludo a la bandera significa un saludo a la nación o patria a la cual servimos con nuestro trabajo e impuestos.                                        

  

       Con este mismo criterio Jehovísta, tampoco podríamos ser policías, ya que nos veríamos obligados a saludar a otro oficial, como se hace con la bandera nacional. ¡Nótese que el saludo es el mismo! ¿Acaso un subalterno idolatra a su superior porque lo saluda con respeto al estilo militar? O, ¿Estaría adorando un soldado al Presidente de la República, cuando aquél le saluda a éste al estilo militar? ¡Por cierto que no!

 

 LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y EL COMITÉ JUDICIAL

 

Los “Testigos” tienen una especie de “GESTAPO” en donde los ancianos de la congregación juzgan a los miembros por actos de indisciplina, como son las inmoralidades, conductas no apropiadas (sin ser inmorales) y las “herejías”. Este último aspecto es menester subrayar, pues los ancianos expulsan a los miembros que no se someten a ciegas a los dictados de Brooklyn,  y en lo doctrinal, especialmente. Si uno discute las enseñanzas del llamado “esclavo fiel y discreto” puede ser citado a juicio por los miembros del llamado “Comité Judicial”, y terminar siendo expulsado como un “apóstata” si uno no se retracta a tiempo.

 

Miles de “Testigos de Jehová” tienen que esconder sus dudas y no divulgarlas a nadie, ni siquiera a sus familiares Testigos de Jehová, pues aun éstos pueden traicionarlos y acusarlos de ser unos enemigos de la verdad, “apóstatas”, “satánicos”, y otros epítetos semejantes a éstos. Hay una especie de gobierno del terror, donde a los disidentes se les cortan sus cabezas para que no divulguen sus “herejías destructoras”.

 

Por cierto que la iglesia debiera separar a los que, llamándose cristianos, introducen herejías verdaderamente destructoras, como por ejemplo: Que Cristo no era hombre, que su muerte  no salva a nadie, que el bautismo no es necesario, que el diablo no existe, que la reencarnación es verdad, que Cristo no volverá en persona, y cosas como éstas que abiertamente contradicen las verdades básicas de la Biblia y de Cristo.

 

Pero los “Testigos” expulsan a los miembros que rehúsan aceptar el año 1914 como la fecha  de la venida de Cristo, pese a que Cristo enseñó que nadie puede saber el día y la hora de ese magno evento (Marcos 13:32).  También los “Testigos” expulsan a los que rechazan las dos esperanzas propuestas por los líderes de Brooklyn: La celestial, para los 144,000 “ungidos”; y la terrenal, para la gran multitud de Testigos no “ungidos”, pese a que Pablo enseña que sólo hay una esperanza de nuestra vocación y no dos a más (Efesios 4:4). Estos son sólo dos ejemplos de tantos que podemos mencionar.

 

Sin duda, el culto de los “Testigos de Jehová” no es para la gente pensante, inteligente, y razonante; sino para los que no son escudriñadores, para los flojos, para los que no son capaces de estudiar por sí mismos, para los poco entendidos, para los que no aman la verdad, para los fanáticos, para los frustrados, etc. Estos están felices de ser robots, repetidores de enseñanzas secretas, e interpretaciones privadas, con tal de ganar un puesto de autoridad dentro de la secta o culto. No les importa tanto la doctrina como el hecho de que se les llame “Anciano”, “Ungido”, “Siervo de Circuito”, ”Siervo de Distrito”, y así poder recibir los honores de la gran masa de “Testigos” que no ostenta cargo alguno. Muchos de éstos son los grandes fracasados de la sociedad, los que no han logrado el éxito en ninguna área de la vida pública, como en los negocios, en una carrera profesional, o en cargos de responsabilidad y de confianza.     

 

LOS ESTUDIOS DE LA REVISTA Y DEL LIBRO:

 

Los “Testigos” tienen un intenso entrenamiento o “lavado cerebral” con los estudios semanales de la revista “La Atalaya” y de un libro predeterminado por la W.T. En esas literaturas, los líderes de Brooklyn han elaborado preguntas al final de cada acápite, para que sean contestadas al pie de la letra por los estudiantes y feligresía en general. Ningún “Testigo” puede salirse de los patrones preestablecidos, y sólo deben limitarse a la literatura y a su contenido para dar sus respuestas. De este modo, los líderes de la W.T se aseguran de implantar, en los cerebros incautos, sus particulares interpretaciones de la Biblia, muchas de ellas fuera del contexto bíblico.

 

Además, los estudiantes sólo deben consultar las publicaciones de la W.T y usar sólo la ‘Versión Del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras’. Jamás se verá a algún “Testigo” llevar consigo una versión diferente a la V.N.M, pues si alguno lo hiciera, podría ser seriamente amonestado. Tampoco se les inculca a leer otra literatura cristiana, como comentarios bíblicos de eruditos provenientes de otras denominaciones. En realidad, los estudiantes Jehovístas salen tan mal preparados, que cuando se topan con otros creyentes de otras denominaciones, los cuales han sido bien instruidos en la Biblia, prefieren huir que confrontar las creencias de aquellos creyentes.

 

Los “Testigos” definitivamente están miopes, por no decir tuertos; creyendo que ellos solamente tienen la verdad de Jehová. Partiendo de la premisa de que ellos son la única y verdadera “organización de Jehová en la tierra”, jamás podrán ellos aceptar la posibilidad de que otros grupos puedan tener parte de la verdad que ellos desconocen o ignoran. El que se cree el dueño o depositario de la verdad está regresando a la Edad Media, al oscurantismo y a la ignorancia. Ni los “Testigos”, ni ninguna otra denominación, tiene toda la verdad revelada de Dios. Como dice Pablo, sólo en parte conocemos (1 Corintios 13:12).

 

Ahora bien, los “Testigos” publican cada año un nuevo libro, con “verdades novedosas” que hacen que algunas cosas de lo que hoy se dan por ciertas, dentro de 20 o 30 años queden obsoletas, como ciertamente ha venido ocurriendo con varias de sus doctrinas desde que se fundó su organización con Russell. Varias cosas que enseñaron Russell , Rutherford, Knorr, y Franz han quedado en el olvido como obsoletas. La próxima doctrina Jehovísta que quedará obsoleta, si es que ya no la está, es la supuesta “presencia de Cristo en 1914”. El tiempo nos dará la razón, y ya no queda mucho.

 

 

TESTIGOS DE JEHOVÁ Y DE CRISTO:

 

Los llamados “Testigos de Jehová” se basan en Isaías 43:10-12 para decir que su denominación es la bíblica y verdadera, la única organización de Jehová. Ahora resulta que también quieren incluir en la misma el nombre de Cristo, pues también se habla de dar testimonio de Cristo (Hechos 1:8).  No obstante, al examinar éstos y otros pasajes que hablan de dar testimonio, o de ser testigos de algo o de alguien, siempre se refiere a testigos presenciales, a personas que ven u oyen por sí mismas, cosas y hechos transcendentales. Obviamente no se puede ser un “testigo” de algo que uno no ha visto u oído directamente con sus sentidos. Un juez no aceptaría el testimonio de personas que no han sido verdaderamente testigos presenciales de algún hecho crucial o vital. Definitivamente un juez no aceptaría que alguien le diga: “Señor juez, a mi me contaron por allí que tal persona es el asesino”. Este testimonio es inválido, y de poco peso. Habladurías y chismes no tienen mucho valor, sólo lo que se ve y oye personalmente. El verdadero testigo es aquel que dice:”Señor juez, yo vi a fulano de tal asesinar al occiso con un puñal a las doce de las noche.”  

 

Si yo digo que hace 500 años Cristóbal Colón llegó a América, eso no me hace a mi un “testigo” de ese hecho histórico. Simplemente estoy repitiendo un hecho histórico que otros sí lo vieron personalmente como testigos presenciales. Yo puedo decir y creer que Cristo  nació en Belén, que murió en la cruz, y que resucitó al tercer día; pero eso no me hace a mí un testigo de esos hechos. Los testigos verdaderos de Dios y de Cristo fueron aquellos que vieron directamente con sus ojos los hechos que ahora son historia, es decir: Los hebreos, los apóstoles y demás discípulos del Señor que nos han legado su testimonio escrito.  Léase por ejemplo 1 Pedro 5:1. Aquí Pedro dice ser TESTIGO de los padecimientos de Cristo, pues él los vio con sus propios ojos. Y en Lucas 24:46-48 se nos dice que los discípulos fueron testigos de la pasión, muerte y resurrección de Cristo–¿por qué?—¡Porque las vieron directamente sin que nadie se los contara! De este modo los Evangelios Sinópticos se convierten en excelentes testimonios de testigos presenciales de la vida y obra de Jesús, así como las cartas y epístolas de los apóstoles en general.

 

Igual ocurre con Isaías 43:10,12. Aquí el pueblo hebreo fue testigo de eventos espectaculares en los cuales Dios intervino directamente en contra o a favor de su pueblo, y en los cuales el pueblo vio u oyó directamente la intervención divina, de primera mano. El pueblo fue testigo presencial de la maravillas de Dios en Egipto, las plagas, el castigo a las hordas de Faraón, la división del mar rojo, la bajada del maná celestial, la roca que brotaba agua, la serpiente sanadora de bronce, la voz de Dios en el Sinaí, la entrega de las tablas de la ley, la conquista de Jericó, etc. Esos hombres, que fueron testigos presenciales de los hechos maravillosos de Dios, se convirtieron en testigos de Jehová para sus hijos, nietos, bisnietos, tataranietos, etc. Y otro hecho indiscutible es que jamás en el Nuevo Testamento se menciona que tenemos que ser “Testigos de Jehová”. Y esto no es sorprendente, pues en el Nuevo Testamento Dios ya no habla Él directamente, sino por el Hijo (Hebreos 1:1,2). Sí, Jesús se ha convirtió en el  Testigo de Jehová por excelencia, pues él conoció bien a Su Padre y tuvo una comunión personal con Él.  Su testimonio era de primera mano y de gran peso y valor. Aún los apóstoles fueron testigos de cómo Dios resucitó a Su Hijo, de modo que en este aspecto ellos fueron testigos de la obra y milagros del Dios Padre en la persona de Su Hijo (1 Corintios 15:15). Pero todo este testimonio acabó con los apóstoles. Hoy todos vivimos por fe, y no por vista (2 Corintios 5:7).

 

Nosotros, como cristianos, no estamos en condiciones de afirmar que somos “testigos de Jehová ni  de Cristo”. Pero tenemos, gracias a Dios, el testimonio de los testigos presenciales que nos aseguran que lo ocurrido realmente sucedió, y que no fue una invención o mito. Ellos nos dejaron su testimonio escrito en las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos. De allí el valor de la Santa Biblia. Sin ella estuviésemos en tinieblas.  Pero todo esto nos preguntamos con toda la razón del mundo: ¿Son Realmente los “Testigos”: “Testigos de Jehová y de Cristo”?

 

Por eso, en nuestra predicación siempre recurrimos al testimonio de los apóstoles, que son las doce columnas de la iglesia, y que se han convertido en testigos por excelencia de los hechos que nosotros creemos por fe y no por vista. Igual sucede con el Antiguo Testamento, cuando queremos enseñar sobre los hechos históricos del pasado, recurrimos a los testigos bíblicos. Ellos son los profetas y sacerdotes, personajes éstos que trataron con Dios personalmente y dejaron su testimonio escrito.  

UN DIOS QUE SABE PERDONAR

Todos los Hombres son Pecadores

 

¿Quién no recuerda que muchos de los dioses mitológicos griegos se les contemplaba como deidades con personalidades severas y vengativas, poco capaces de perdonar a sus criaturas mortales?. Para el hinduismo hay una infinidad de dioses, desde los más buenos hasta

los más malos.  Por otro lado, en el budismo no se concibe a un Dios con un carácter definido, que siente ira y misericordia, alegría y tristeza, amor y odio, etc. Básicamente el budismo carece de un Dios personal revelado a los hombres.

 

Cuando Jesús vino al mundo, él mostró el carácter del Dios Único que él personalmente representaba. Él dijo que quien lo veía a él, veía a Dios mismo (Juan 14:9,10). No que Jesús fuera el mismo Dios Padre, sino que él—como Hijo de Dios— pudo revelarnos, con su conducta y palabras, cómo era Su Padre y Dios. Esta magnífica presencia de Cristo en la historia era la presencia de Dios mismo en la historia de la humanidad. De modo que Jesús, por sus palabras y obras, reveló cómo Dios piensa y qué exige de nosotros en las diferentes circunstancias críticas de nuestras efímeras existencias.

 

Veamos el caso de aquella mujer que se le había sorprendido en pleno acto sexual inmoral. El pueblo la acusaba de ser adúltera, y por tanto, era una pecadora. Se le exigía que muriese por su delito, y todos estaban pidiendo que la ejecutaran. Pero, ¿qué hace Jesús?¿Acaso conciente su muerte porque efectivamente había violado la ley de Su Padre y Dios? Cualquiera hubiera esperado que Jesús, como judío, y en razón de la ley judía, asintiera inmediatamente a su ejecución. No había duda que la adúltera merecía su castigo. Pero aquí aparece Cristo mostrando el verdadero carácter de Su Padre Dios. Él va enseguida a dar una lección del profundo amor de Dios para con ella, y por extensión, para cualquiera que haya pecado. Aquí Jesús quiere dejar asentada las bases del amor y perdón de Dios para con los pecadores. ¿Acaso sería él mismo quien levantaría la primera piedra para lapidarla?¿Cualquiera hubiera creído que él tenía toda la autoridad moral para hacerlo por ser santo y perfecto ¡Pero no lo hizo! Al contrario, Jesús reta a los acusadores a que lancen la primera piedra si es que en verdad estaban libres de pecado. ¡Pero ninguno lo hizo! ¡Todos eran pecadores¡ ¡Todos estaban en falta! Y ¡Todos eran hipócritas!

 

El Perdón de Dios

 

Veamos ahora el amor de Dios en acción. Jesús lo va a poner en práctica en esta particular situación bochornosa. Aquí hay un pecado de inmoralidad sexual, un pecado muy común entre los seres humanos, y en el cual todos podemos caer en algún momento de nuestras vidas. ¿Cómo se tratará este problema o  pecado llamado adulterio? (Juan 8:3). Por otro lado, aquí Jesús no sólo enseña cómo Dios ve y trata el problema del adúltero, sino también cualquier otro pecado diferente como el robo, el asesinato, la mentira, la idolatría, etc. Aquí hay una lección del amor de Dios hacia el pecador en general. En este ejemplo Jesús trata el asunto de una pecadora adúltera, trato que pudo ser también para el caso de una fornicadora soltera, una idólatra, etc.

 

Perdón con Exigencias

 

Ahora vemos a Jesús hablándole a la pecadora y le dice: “Ni yo te condeno; vete y no peques más” (Juan 8:11). Pero notemos que Cristo no la condena, aunque le requiere que no peque más. Esta es la condición o requisito para escapar de la condenación de Dios. ¡No volver al pecado cometido! Es decir, el perdón se logra por la gracia de Dios, y de nuestra parte, por la obediencia a Dios. Por consiguiente, el arrepentimiento debe ser real, veraz, y del corazón.

 

Algunas personas aún piensan que Dios es “infinitamente misericordioso” y que siempre sabrá comprender al pecador, y consentir su pecado “indefinidamente”. No nos engañemos, los que ya han sido salvos por la gracia de Dios, están impedidos de vivir bajo el pecado. Cualquier pecado resulta en un acto contranatural en todo creyente sincero y convertido (Romanos 6:1,2). Realmente el converso detestará el pecado con todo su ser.

 

Hay personas que aún están esclavizados a cualquier vicio de la carne. Para algunos el sexo es su aguijón, y para otros, el alcohol, las drogas, el juego de azar, etc. Todas estas personas necesitan ser liberadas por Cristo. Unos podrán ser más fuertes y valientes contra su “aguijón” en la carne, y otros serán más débiles. Para algunos su conversión será inmediata, pero para otros será un proceso lento y con altibajos. Algunos se levantarán, caerán y se levantarán; otros simplemente no vuelven a caer. Si Dios nos exige perdonar a nuestro hermano 70 veces 7, ¿Cómo no lo va a hacer Dios con nosotros cada vez que le fallamos? Dios lee nuestros corazones, y conoce nuestras debilidades. Sólo Él es el justo Juez de vivos y de muertos. Pero aquellos que quieren burlarse de Dios y fingir que son “justos”, están andando por el sendero de su perdición eterna.

 

El Arrepentimiento Verdadero

 

Para que haya arrepentimiento sincero debe existir remordimiento y complejo de culpa por haber pecado. Hay personas que no sienten culpa alguna debido a sus “conciencias cauterizadas”. Esto quiere decir que llega un momento en que el pecador no siente ya más culpa al cometer el mismo pecado “n” veces. Prácticamente se convierte en algo “normal” y rutinario en su vida, o como algo natural en él como es el comer o el dormir. Ya me imagino lo que habrá sentido Judas Iscariote por haber vendido a su Señor. Un complejo de culpa tremendo que le impulsó al suicidio en vez que al arrepentimiento sincero. En cambio San Pedro, el irresoluto, negó a su Señor tres veces. Tres veces consecutivas que le hicieron sentirse tan vil y pecador, pero que supo acudir a la fuente de vida para recibir el perdón misericordioso del Hijo de Dios.

 

Si nos remontamos al Antiguo Testamento, tenemos varios interesantes ejemplos de pecados graves y del consecuente perdón de Dios. El famoso rey David, quien había sido ungido por Dios como Su príncipe predilecto de entre los hombres, pecó al cometer asesinato y adulterio. Sí, aunque tenía el Espíritu de Dios en él, cayó en desgracia, desgracia que casi le cuesta, no sólo el trono, sino también su propia vida. Una vez que es denunciado su pecado por Natán, y declarada su sentencia por sus propios labios reales, él procede a humillarse y reconoce su pecado ante Dios con lágrimas.

 

Frutos de Arrepentimiento

 

Cuando Juan el Bautista llamaba al arrepentimiento, decía: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:8). Según el verso siguiente, el 9, Juan decía a sus oyentes claramente que no debían justificarse diciendo: “A Abraham tenemos por padre”. Es decir, Juan exigía el arrepentimiento sincero de los pecadores. El creerse justos porque eran los hijos de Abraham, el padre de la fe, y amigo de Dios, no los salvaría en absoluto sino sólo si se arrepentían primero de sus pecados.

 

Pero nótese que Juan habla de hacer frutos dignos de arrepentimiento. No es una cuestión sólo de decir: ‘Me arrepiento’, es básicamente arrepentirse de los pecados cometidos a fin de producir frutos dignos de ese arrepentimiento. Un cambio radical y dramático de vida: de las tinieblas a la luz; del error a la verdad; de la injusticia a la justicia; del egoísmo al altruismo; del diablo a Dios. Por ejemplo, si antes mirábamos morbosamente a una mujer, ya no lo hacemos; si antes hacíamos bromas en doble sentido, ya no lo hacemos; si antes hablábamos malas palabras, ahora ya no lo hacemos; si antes nos embriagábamos, ahora ya no lo hacemos; si antes metíamos, ahora ya no lo hacemos; si antes odiábamos, ya no lo hacemos, si antes fumábamos, ahora ya no lo hacemos; si antes nos drogábamos, ahora ya no lo hacemos. El cristiano es ahora luz del mundo, no tinieblas como lo son los inconversos.

La Biblia dice que si el mundo nos ama, estamos en problemas con Dios. El creyente ya no es amigo de los incrédulos o mundanos, pues no hay comunión entre la luz y las tinieblas, ni el agua con el aceite. Lea en su Biblia los siguientes pasajes: 1 Pedro 1:18; 2 Pedro 2:9-19; Santiago 1:26; 1 Pedro 3:10,11; Santiago 4:4; 2 Corintios 6:14; Hechos 26:18; Romanos 13:12; Lucas 11:34-36).

                                      

Los Frutos de la Carne y los Frutos del Espíritu

 

El apóstol Pablo habló de los frutos del Espíritu Santo en contraposición con los frutos de la carne. Ambos son diametralmente opuestos y antagónicos, y jamás podrán ir de la mano. El que vive para la carne, muere para el Espíritu; y el que vive para el Espíritu, muere para la carne (Romanos 8:1—14). Definitivamente el hombre que vive satisfaciendo los deseos de la carne no puede agradar a Dios. Por cierto que esto no significa que el sexo sea malo, o el comer ricas viandas sea pecado. Todo esto es bueno si se hace con la bendición de Dios. El sexo es bueno dentro del matrimonio, pero es malo fuera de él. El comer es una bendición para el cuerpo siempre y cuando no se exceda demasiado en él (gula), y no se ingiera animales inmundos como el cerdo, pato, conejo, mariscos, etc. Beber vino es bueno para la salud, pero siempre y cuando no se exceda de él, y no se caiga en la borrachera. En cuanto al tabaco y a las drogas alucinógenas, está probado que hacen daños irreparables a la salud de los individuos que los consumen, así sea en pequeñas cantidades. En fin, todo aquello que va contra las normas de Dios se llama:  “Deseos carnales”.

 

Ahora bien, San Pablo define los frutos de la carne de la siguiente forma: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gálatas 5:19-21).

 

Hay que destacar el hecho de que las prácticas carnales no nos conducen a la herencia del reino de Dios, sino a la perdición eterna. Aun el solo hecho de sentir celos y envidia no nos permitirán heredar el reino de Dios. Parecería injusto que por el solo hecho de sentir esos sentimientos comunes podríamos perder el reino de Dios, pero es así. Es por eso que debemos tener cuidado con nuestros sentimientos ruines. Incluso el solo hecho de mirar con malos deseos a una mujer ya estaríamos adulterando en nuestro corazón (Mateo 5:28). De igual naturaleza es el odio, pues para Dios el odio es como el asesinato (Mateo 5:22). ¡Realmente es el precursor del asesinato!

 

 

Caminando hacia la perfección

 

El creyente debe ahora andar hacia su perfección moral y espiritual ( Mateo 5:48, Hebreos 6:1). Es decir, la meta del cristiano es llegar a ser cada vez más perfecto en su carácter y conducta imitando el modelo dejado por Jesucristo (1 Pedro 2:21). Esto no quiere decir que el cristiano será completamente perfecto, pero al menos andará perfeccionándose día a día (Filipenses 3:12, Efesios 4:13). Por eso es que es necesario que el creyente se empape de la Biblia, pues las Escrituras lo pueden hacer sabio y perfecto para ganar la salvación (2 Timoteo 3:16,17).

 

Lamentablemente hay siempre “cristianos” que en lugar de “evolucionar” hacia a perfección, involucionan para su condenación eterna. Esto sucede cuando son atraídos por el mundo, y por las cosas que en él hay. Pero el genuino convertido deja atrás la vida imperfecta y carnal para vivir la vida perfecta y espiritual a fin de agradar a aquel que lo llamó (Hechos 10:35, Romanos 8:8).

 

 

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