LA EXALTACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y LA NUESTRA

Por Apologista (Ingº Mario A Olcese)

¿Qué significa exaltación en la Biblia?

La Exaltación de nuestro Señor y su significado

Isaías 52:13 He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto52:14 Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, 52:15 así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído.

Hechos 5:30 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. 5:31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.

2 Samuel 23:3: El Dios de Israel ha dicho, Me habló la Roca de Israel: Habrá un JUSTO que gobierne entre los hombres, Que gobierne en el temor de Dios.

1 Samuel 2:10: Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, Y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, Dará poder a su Rey, Y EXALTARÁ el poderío de su Ungido.

Comentario:

Según los 4 textos citados, exaltar significa ser puesto muy en alto, o engrandecido, y recibir autoridad y poder de gobernante, tal como fue el Señor Jesucristo en su resurrección al convertirse en príncipe.

Los justos que temen a Jehová serán igualmente exaltados en tronos

Job.36:7 No apartará DE LOS JUSTOS sus ojos; Antes bien con los reyes los pondrá en trono para siempre, Y serán exaltados.

Proverbios 29:25: El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será EXALTADO.

Algunos hombres Justos de la Biblia que serán exaltados como príncipes en el reino recibiendo poder y autoridad sentados en sus respectivos tronos

David, el rey

Sal.89:18 Porque Jehová es nuestro escudo, Y nuestro rey es el Santo de Israel. 89:19 Entonces hablaste en visión A TU SANTO, Y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; He EXALTADO a un escogido de mi pueblo89:20 Hallé a David mi siervo; Lo ungí con mi santa unción.

ABEL

Hebreos 11:4: Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era JUSTO, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

NOÉ

Génesis 6:9: Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón JUSTO, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

Génesis 7:1: Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto JUSTO delante de mí en esta generación.

JOB

Job 34:5 Porque Job ha dicho: Yo soy justo, Y Dios me ha quitado mi derecho.

LOT

2 Pedro 2:7: y libró al JUSTO Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados

ZACARÍAS Y ELIZABETH

Lucas 1:5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. 1:6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

SIMEÓN

Lucas 2:25: Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, JUSTO y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.

JOSÉ DE ARIMATEA

Lucas 23:50: Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y JUSTO.

LOS CRISTIANOS

Gálatas 2:16: sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser JUSTIFICADOS por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

Conclusión:

Todos los que son justos están llamados a regir este mundo cuando vuelva Jesús con todo poder y gloria para establecer su reino en la tierra. ¡Esto es lo que significa la exaltación del justo de Dios! ¿Ha sido usted justificado por la fe en la sangre de Cristo, estimado amigo?

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EL PARADERO FINAL DE LOS SALVOS: EL MONTE SION

SOBRE EL MONTE SIÓN

Poco después de salir de Egipto y cruzar el mar Rojo, Israel recibió una revelación de su destino final en Éxodo 15:17: “Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, en el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová, en el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado.” El Salmo 78:54,68 confirma que esta montaña era el monte de Sión. ¡Desde el inicio Sión era la meta del viaje de Israel! El Apóstol Pablo habla acerca del viaje de Israel en 1 Corintios 10:11: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” Pablo establece claramente que el viaje de los hijos de Israel desde Egipto hasta Sión fue incluido en las Sagradas Escrituras como ejemplo o patrón a seguir para los creyentes.

Los israelitas comenzaron a conquistar y poseer Canaán, la tierra prometida; algo que no fue una tarea fácil. En la tierra existían muchos gigantes a quienes ellos debían eliminar. Para poder poseer esta hermosa tierra, debían despojar a sus habitantes; siete naciones más fuertes que ellos. En nuestra caminata cristiana debemos luchar contra fuerzas invisibles, principados y potestades en lugares celestiales, para poder poseer nuestra herencia.

El Monte Sión fue la última y más difícil fortaleza que conquistaron los israelitas. Los jebuseos controlaron esa fortaleza por varios siglos hasta los días del rey David. Con arrogancia se enorgullecían diciendo que el rey David y su ejército no los podían conquistar, aún si sus soldados estuviesen ciegos y cojos.

Sin embargo, David conquistó el Monte de Sión y la ciudad de Jerusalén después de recibir su tercera unción. ¡Para poder poseer Sión necesitamos nuestra unción! David hizo del Monte Sión su nueva capital y erigió un tabernáculo para el arca del pacto.

Esta pequeña montaña en Jerusalén se convirtió en la morada del Señor. Es una réplica terrenal del Monte Sión celestial (Ap 14:1). Muchos años después del comienzo del viaje de Israel, David finalmente guió a los hijos de Israel al Monte Sión. Como ya lo hemos dicho, éste debe ser la meta final de todo creyente.

2 Reyes 19:31: Porque saldrá de Jerusalén remanente, y del MONTE DE SION los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

Isaías 37:32: Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del MONTE DE SION los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

ABDIAS 15-17. De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones; beberán, y engullirán, y serán como si no hubieran sido. Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones.

Salmos 48:2: Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, Es el MONTE DE SION, a los lados del norte, La ciudad del gran Rey.

Mateo 5:35: ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es LA CIUDAD DEL GRAN REY.

Isaías 24:23: La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el MONTE DE SION y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso.

Joel 2:32: Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el MONTE DE SION y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.

Salmos 43:3: Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a TU SANTO MONTE, Y a tus moradas.

Juan 14:2,3: En la casa de mi Padre MUCHAS MORADAS hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros…para que donde YO ESTOY (Jerusalén), ustedes también estéis.”

Apocalipsis 14:1: Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él CIENTO CUARENTA Y CUATRO MIL, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.

Reflexión:

¿Pero son los 144,000 redimidos de la tierra un número de personas literal o más bien simbólico? Si es literal, entonces también lo es su  procedencia, es decir, de Israel (el remanente de Israel, ver Abdías 17). Aquí los TJ tienen un clavito en sus zapatos, sin duda, ya que sus 144,000 no son todos israelitas. Finalmente, ¿habrá salvos gentiles en el Monte Sion? Abdías 15 nos habla de gentes de naciones (grande multitud)  bebiendo del monte santo. Algunos estudiosos creen que los gentiles convertidos no son otros que los israelitas de las «tribus perdidas» que perdieron su identidad entre las naciones,  pero  que son traídas a casa nuevamente para unirse con las tribus del sur. Esto es posible a la luz de ciertas profecías que hablan de la reunión final de las dos casas de Israel.

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LA WATCHTOWER Y SUS FIELES IGNORAN TOTALMENTE LO QUE IMPLICA SER UN VENCEDOR

Reinaré, reinaré, reinaré con mi Señor…¡Aleluya!

En Romanos 8:37, Pablo dice: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.

En 1 de Juan 5:4,5 el apóstol dice: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundoy esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5:5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Vemos que todos los creyentes somos más que vencedores por la fe en Cristo, y por tanto es a nosotros a quienes se nos promete las siguientes cosas:

Apocalipsis 2:26: Al que VENCIERE y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones.

Apocalipsis 3:5: El que VENCIERE será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

Apocalipsis 3:12: Al que VENCIERE, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.

Apocalipsis 3:21: Al que VENCIERE, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

Apocalipsis 21:7:
El que VENCIERE heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

Los vencedores serán herederos de todas las cosas, y serán vestidos de blanco y se sentarán con Cristo en su trono en el reino milenial.

¿Es esto lo que esperan todos los llamados Testigos de Jehová hoy? La respuesta es un rotundo NO!…Sólo un 2.5% de ellos esperan reinar…¡los llamados «ungidos»…el resto, «naca de la pirinaca»!

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LO QUE LA WATCHTOWER NO DICE DE LA VENIDA FUTURA DE JESÚS

 

“La terrible situación que atraviesa el mundo demuestra, sin lugar a dudas, que el malvado sistema de Satanás está viviendo sus últimos días desde 1914. Los negros nubarrones del Armagedón no están muy lejos. Pronto vendrá el Hijo del hombre a ejecutar la sentencia de Jehová contra los pecadores (Pro. 2:21, 22). Estar al tanto de ese hecho debe influir en nosotros y en nuestras familias. ¿Está usted siguiendo el consejo de Jesús de mantener el ojo “sencillo”? (Mat. 6:22.)…seguro su familia se mantendrá lista para la llegada del Hijo del hombre (Luc. 12:40)”— La Atalaya del 15 de mayo 2011

En este texto diario de hoy Domingo 10 de Febrero del 2013, la Watchtower dice que los siervos de Jehová deben estar preparándose para la venida o llegada del Señor que traerá el juicio de los impíos. Sin embargo, lo que la WT no dice es que Cristo vendrá por segunda vez, no sólo para traer el juicio de Dios, sino también para sentarse en su trono davídico para comenzar su reinado de 1000 años desde Jerusalén (ver Mt. 25:31,34; Jer. 3:17, Sal 122:2-4; Mateo 5:33-35). Esto haría imposible la fecha de 1914 como el año de su entronización, puesto que sabemos que su regreso aún sigue siendo un evento futuro, una verdad irrefutable que afortunadamente ya es reconocida por “el esclavo” pero que le ha ocasionado inevitablemente serios problemas a su torcida e intrincada escatología.

EL PAPA BENEDICTO XVI CONSTRUYE EL TRONO DE SATANÁS EN EL VATICANO

Con esto se cumple la profecía de Fátima que dice que Satanás establecerá su trono en el Vaticano.

Aqui teneis las pruebas:

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Y aqui teneis el video donde claramente lo invoca (en el minuto 27:30). Escuchad el canto, aqui en Latin y luego traducido:

Flammas eius Lucifer matutínus invéniat:
ille, inquam, Lucifer, qui nescit occásum.
Christus Fílius tuus,
qui, regréssus ab ínferis, humáno géneri serénus illúxit,
et vivit et regnat in sæcula sæculórum.

Español:

Flaming Lucifer se encuentra la humanidad,
Yo digo: ¡Oh Lucifer que jamás será vencido,
Cristo es su hijo
que volvió del infierno, derramó su luz tranquila y vive y reina en el mundo sin fin.

Fuente: http://thirdsecret.org/content.php?153-Benedict-XVI-build-the-throne-of-Satan

Y aqui la prueba que esa “bonita” escultura es REAL, la fuente es el propio Vaticano:

Otro video de la “preciosa” Aula en pleno funcionamiento, con “vivas” al Papa incluidos

LA PRÉDICA DE JESÚS DURANTE LOS 40 DÍAS POSTERIORES A SU RESURRECCIÓN Y LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

En la revista La Atalaya del 15 de Agosto del 2010, el llamado “Esclavo” de los Testigos de Jehová dicen lo siguiente:

Sigan obrando su propia salvación con temor y temblor (Fili. 2:12).

«Tras haber resucitado, Jesús se apareció durante cuarenta días a sus seguidores, les fortaleció la fe y los preparó para la gran campaña de evangelización que realizarían. Luego ascendió al cielo, donde ofreció a Dios el valor de su sangre derramada para que se aplicara a favor de sus verdaderos seguidores, aquellos que tienen fe en su sacrificio redentor. Jehová aceptó el rescate, y lo demostró encargando a Cristo que derramara el espíritu santo sobre los discípulos en el Pentecostés del año 33 (Hech. 2:33). Nadie merece en lo más mínimo el rescate. Pero, gracias a su fe en él, millones de hombres y mujeres gozan de la amistad de Dios y esperan vivir para siempre en una Tierra paradisíaca. No obstante, hay que aclarar que la buena relación con Jehová puede perderse. Si queremos que él nos salve cuando llegue el día de su cólera, debemos demostrar a diario cuánto apreciamos “el rescate pagado por Cristo Jesús” (Rom. 3:24). w10 15/8 2:15, 17

COMENTARIO DE APOLOGISTA:

Noten ustedes que el “Esclavo” o el «cuerpo gobernante» de los Testigos de Jehová dice que Jesús estuvo 40 días preparando a sus discípulos para la tarea de la evangelización. Veamos realmente lo que nos dice el versículo en cuestión:

Hechos 1:3: «A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante CUARENTA DÍAS y hablándoles acerca del reino de Dios».

 Notemos que en esos 40 días de instrucción Jesús les estuvo hablando a sus seguidores acerca del Reino de Dios. ¿Pero qué cosas les estuvo enseñando Jesús a sus discípulos sobre el reino de Dios durante esos 40 días que siguieron a su resurrección?¿Acaso un reino de Dios al estilo de los Testigos de Jehová en donde Israel no tiene ni parte ni suerte, y en donde sólo 144,000 individuos estarían reinando con Cristo desde los cielos, mientras que el resto de redimidos se quedarían en la tierra como súbditos? ¡Pues no!

El reino de Dios que nuestro Señor estuvo enseñándoles a sus discípulos era y es muy distinto en muchos aspectos del reino predicado por la llamada sociedad Watchtower de los Testigos de Jehová… ¡y esto, asombrosamente, es totalmente ignorado por sus seguidores más leales!

Ahora bien, si nos fijamos en Hechos 1:6, leeremos lo siguiente:

Hechos 1:6: Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿RESTAURARÁS EL REINO a Israel en este tiempo?

¿Qué podemos concluir de la pregunta de TODOS los discípulos reunidos, habiendo terminado el “seminario intensivo” de 40 días sobre el reino de Dios? La respuesta no se deja esperar: ¡LA FUTURA RESTAURACIÓN DEL REINO A ISRAEL! Es decir, TODOS los discípulos entendieron perfectamente que lo que Jesús les estuvo enseñando duramente esos 40 días tenía que ver con la restauración del reino de Dios a Israel. ¿Pero podrían estar TODOS equivocados al creer que vendría una futura restauración del reino davídico en la tierra de Israel?¿Fueron acaso TODOS los discípulos “torpes” al creer que eventualmente habría una esperanza para Israel, el pueblo elegido que vería nuevamente restaurado el reino davídico en su tierra? No lo creo ni por un instante, pues Jesús no los reprendió por semejante pregunta, supuestamente considera «torpe» por algunos eruditos bíblicos. Al contrario, él les dijo que el tiempo para aquella futura restauración del reino a Israel sólo lo sabía Dios, Su Padre (Ver Hechos 1:7). Con esta respuesta Jesús valida la esperanza de sus discípulos, y asegura que el reino Davídico será restaurado como antaño en un futuro que sólo Dios lo sabe y que corresponde con su segunda venida (parusía–Mr. 13:32).

Ahora bien, la palabra “restaurar” significa poner algo en su estado original. Por ejemplo, si un rey fue depuesto y deportado a un país extranjero, lejos de su reino, entonces la restauración de su reino sería que este rey depuesto regrese nuevamente a su país de origen y se vuelva a sentar en su trono y en su reino para que vuelva a ejercer su poder o dominio perdidos. Si este rey ejerciera su poder en el exilio, no podría hablarse de un reino restaurado. De igual modo, Jesús restaurará en su parusía el reino a Israel, restableciendo nuevamente el trono de David en Jerusalén, y tomando el trono vacante como el descendiente legítimo del rey derrocado (Mateo 25:34; Apo. 20:1-4). Si Cristo se sentara en el trono de David en el cielo para reinar sobre Israel, entonces Jesús sería un rey en el exilio, y entonces nunca veríamos verdaderamente un reino davídico restaurado como Jesús lo enseñó en esos 40 días de instrucción intensiva.

Pero como vemos, los Testigos de Jehová no han aprendido mucho la lección de Cristo dio durante esos 40 días de entrenamiento intensivo, y más bien han entendido mal su mensaje del reino. Ellos dicen que no habrá un reino davídico restaurado en Jerusalén; dicen que Cristo reinará en el trono de David desde el cielo, cuando en realidad éste NUNCA estuvo asentado allá; enseñan que el Rey sólo reinará una minoría de sus seguidores en el cielo, mientras que la gran mayoría de sus fieles serán los vasallos del reino y de los gobernantes celestiales. En fin, todo apunta a que los Testigos de Jehová son malos alumnos, y lo más grave aún, ¡son pésimos maestros!

LOS TESTIGOS MIENTEN CUANDO DICEN QUE EL TRONO DE DAVID ESTÁ EN EL CIELO

Los Testigos de Jehová mienten cuando afirman que el trono de David está en el cielo, y que Cristo gobierna desde ese trono lejos de Jerusalén, la sede original del reino y el trono de David.

Jesús asintió de que el reino sería restaurado a Israel, pero resulta que si el reino está ahora afirmado en el cielo, entonces jamás podría restaurarse el reino a los Israelitas en la misma capital, Jerusalén. Recuérdese que el trono de David nunca estuvo en el cielo, sino en Jerusalén. Por lo tanto, es de esperarse que el trono restaurado a los israelitas siga estando en el futuro en la misma ciudad de Jerusalén (Mt. 5:33-35; Jer. 3:17). ¿Pero admitirán esto algún día los mal llamados «Testigos de Jehová»? Francamente no lo creo!

UNA GRANDE MUCHEDUMBRE FRENTE AL TRONO Y DELANTE DEL CORDERO

Jesús dice en Lucas 21:36 que los suyos estarán delante del Hijo del Hombre. ¿Pero qué significa estar delante del Hijo del Hombre? Acaso significa sólo «tener la aprobación del Señor» como dicen los Testigos de Jehová?—He aquí la respuesta bíblica que no admite discusión.

UNA PROFECÍA JUDÍA SUGIERE QUE EL MESÍAS PODRÍA REGRESAR PRONTO

La profecía judía sugiere Mesías puede ser muy pronto

Una profecía medieval judía con respecto a la venida del Mesías de Israel parece corresponder a la situación actual en el Medio Oriente, Israel National News informó el fin de semana.

Una pieza de la literatura rabínica se conoce como los toques Yalkut Shimoni en muchos escenarios de futuro, tanto para la nación de Israel y para el mundo. En su sección sobre el libro bíblico de Isaías y de las profecías contenidas en él, un rabino citado por los Estados Yalkut Shimoni:

«En el año en el que el Rey-Mesías aparece, todas las naciones del mundo están provocando unos a otros. El rey de Persia provoca un rey árabe y el árabe se convierte en rey de Aram para el consejo.»

Que la descripción que sigue de cerca desafiante programa nuclear de Irán y la tensión que está creando con los estados árabes, especialmente Arabia Saudita. Pero, ¿qué pasa después? De acuerdo con el Yalkut Shimoni:

«El rey de Persia regresa y destruye todo el mundo. Y todas las naciones del mundo son presa del pánico y la angustia y caen sobre sus rostros y son presa de los dolores como los de una mujer dando a luz …»

Un reciente informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que Irán está trabajando en armas nucleares y que probablemente podría esfera de las armas como en no más de un año. Esto significa que los esfuerzos diplomáticos han fracasado, y salvo una huelga preventiva peligrosos por parte de Israel y / o Estados Unidos, Irán obtenga armas nucleares.

Muchos en Occidente se centra ahora sus esfuerzos en minimizar los peligros de un Irán nuclear. Ellos argumentan que al igual que la Unión Soviética no hizo uso de sus armas nucleares contra Occidente, por lo que, también, Irán moderación. Sin embargo, tales comentarios no toman en cuenta la ideología religiosa profundamente arraigada de los que gobiernan Irán, que se ven como los instrumentos de Dios en el alumbramiento de una nueva edad de oro para el Islam.

¿Qué significa todo esto para Israel, suponiendo que el Yalkut Shimoni es exacta? El texto dice:

«… E Israel están en el pánico y la angustia y pregunta:» ¿A dónde iremos A dónde iremos,?? Y les dice: «Hijos míos, no temáis, todo lo que he hecho, he hecho sólo para usted. ¿Por qué tienes miedo? No tengas miedo, el tiempo de la redención ha llegado, y la redención final no es como la primera redención, la redención, porque primero fue seguido por el dolor y la servidumbre en otros reinos, pero la redención final no se sigue por el dolor y la servidumbre en otros reinos. «

Israel es de hecho ya muestran signos de que el pánico y la angustia . Durante el mes pasado, Israel ha participado en el debate público sobre si el tiempo o no para atacar las instalaciones nucleares de Irán, y se extiende periódico hemos detallado lo que puede pasar al estado judío, tanto si los ataques y si no lo hace. Mientras tanto, el Comando de Israel Home Front ha estado practicando por una andanada de misiles masivo no convencional en Tel Aviv.

No se sabe exactamente quién compiló el Yalkut Shimoni, pero la copia más antigua se remonta a alrededor de 1310 AD. Muchos de los rabinos citados en el Yalkut Shimoni vivió mucho antes, en la época talmúdica en los siglos primero y segundo.

Fuente:

Israel Today Magazine

 

SORPRÉNDASE: ¡JESÚS NO ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE DAVID EN EL CIELO!

 

Por Mario A Olcese (Apologista)

INTRODUCCIÓN

Los amilenialistas, entre ellos, los Preteristas extremos, sostienen que nuestro Maestro Jesús el Mesías está sentado en el trono de David en el cielo. Ellos alegan que el Mesías regresó al cielo para gobernar a su pueblo desde su trono personal (“el trono de David”), cumpliendo así la profecía de Lucas 1:32,33. Sin embargo, lo que estos amilenialistas ignoran es que Jesús el Mesías no se fue al cielo para sentarse en su propio trono sino ¡en el trono de su Padre!. Estos desconocen que El Mesías tendrá su trono Y SU GOBIERNO en la tierra (2 Sam.23:1, VV.1960, Jer. 3:17), y que su Padre tiene el Suyo propio en el cielo. Por tanto, es momento de aclarar este asunto que ha sido pasado por alto por la mayoría de estudiantes de la Biblia. Vamos, pues, a desenmascarar el error de la enseñanza de que el Mesías está reinando en su trono (“el de David”) en el cielo, ya sea desde el año 31 o desde el 1914.

EL TESTIMONIO DE  JUAN Y EL APOCALIPSIS

Examinemos lo que dice Juan sobre los tronos existentes en el cielo, y para eso vamos a examinar todos los versos en el libro de Apocalipsis donde aparecen las palabras “trono” y tronos”. De este modo podremos descubrir si existe un trono personal para el Padre y otro personal para el Hijo—¡y para el Espíritu Santo!. Los textos donde aparecen las palabras “trono” y “tronos” en el libro de Apocalipsis son los siguientes: Ap. 4:2,4,5,6,9,10; 5:1,6,7,11,13; 6:16, 7:8,10,11, 15,17; 8:3;11:16; 12:5; 14:3,5; 16:10,17; 19:4,5; 20:4,11; 21:5; 22:3.

APOCALIPSIS 4:2,3,4,5,6,9,10:

Apocalipsis 4

2 Y luego yo fui en Espíritu: y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.

3 Y el que estaba sentado, era al parecer semejante á una piedra de jaspe y de sardio: y un arco celeste había alrededor del trono, semejante en el aspecto á la esmeralda.
4 Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.

5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Elohim.
6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.

9 Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás,

10 Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo:

COMENTARIO


En estos versículos se habla de una sola Persona Divina la cual está sentada en un trono y rodeada por 24 tronos que son para los 24 ancianos. Nótese que No se dice que los 24 tronos están alrededor de dos tronos, y mucho menos, de tres.

APOCALIPSIS 5:1,6,7,11,13:

Apocalipsis 5

1 Y VI en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos.

6 Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra.
7 Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.

11 Y miré, y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los animales, y de los ancianos; y la multitud de ellos era millones de millones,
13 Y oí á toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el

poder, para siempre jamás.

COMENTARIO

Si examinamos con cuidado estos versos del capítulo 5 de Apocalipsis donde aparece la palabra “trono”, no hallaremos evidencia de que el Mesías esté sentado en su propio trono individual o personal. Esto está claro.

APOCALIPSIS 6:16

Apocalipsis 6

16 Y decían á los montes y á las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero…”

COMENTARIO

En el capítulo 6 de Apocalipsis tampoco encontramos evidencia de que Jesús el Mesías esté sentado en su propio trono en los cielos.

 APOCALIPSIS 7: 9,10,11, 15,17

Apocalipsis 7

9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos;

10 Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación á nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero.

11 Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos y los cuatro animales; y postráronse sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,

15 Por esto están delante del trono de Dios , y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos.
17 Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.

COMENTARIO

En este capítulo 7 de Apocalipsis hemos examinado todos los versículos donde aparece el vocablo “trono” y observamos que no se dice nada de que el Hijo esté sentado sobre dicho trono. En el verso 10, por ejemplo, descubrimos que quien está sentado en el trono es el Padre y no el Hijo.

 APOCALIPSIS 8:3

Apocalipsis 8:

3 Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese á las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

 COMENTARIO

Tampoco en el capítulo ocho de Apocalipsis encontramos que El Mesías esté sentado en su trono personal o individual.

 APOCALIPSIS 11:16

Apocalipsis 11

16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios  en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios .

 COMENTARIO

Tampoco encontramos en el capítulo once de Apocalipsis que Jesús el Mesías esté sentado en su trono personal o individual. Es verdad que se habla de tronos pero estos son para los 24 ancianos.

 APOCALIPSIS 12:5

Apocalipsis 12

5 Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fue arrebatado hasta Dios  y hasta su trono.

COMENTARIO

En el capítulo doce de Apocalipsis aparece una vez el vocablo ‘trono’ en el verso 5. No obstante, este trono no es el trono del Hijo sino de Yahwéh , el Padre.

 APOCALIPSIS 14:3,5

Apocalipsis 14

3 Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra.
5 Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.

 COMENTARIO

Es claro que tampoco en el capítulo 14 de Apocalipsis se habla de un trono personal del Hijo de Dios. El verso 5 dice claramente que el trono es de Dios, Dios el Padre.

 APOCALIPSIS 16:17

Apocalipsis 16

17 Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una grande voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho es.

 COMENTARIO

Tampoco en el capítulo 17 se habla de un trono para el Hijo de Dios. Simplemente se habla de un trono que está en el templo del cielo.

 APOCALIPSIS 19:4,5

Apocalipsis 19

4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales se postraron en tierra, y adoraron a Dios  que estaba sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya.
5 Y salió una voz del trono, que decía: Load á nuestro Dios  todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.

 COMENTARIO

En el capítulo 19 de Apocalipsis tampoco se habla de un trono que le pertenezca al Hijo de Dios, sino solo a Dios. Esto es muy importante porque algunas personas no distinguen este detalle singular.

 APOCALIPSIS 20:4,11

Apocalipsis 20

4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con el Mesías mil años.
11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos.

 COMENTARIO

Esta es una visión de la era venidera cuando Jesús el Mesías inaugure su reino milenario en la tierra. Los tronos que son vistos son los tronos de los mártires que reinarán con El Mesías en la tierra. En Salmos 122:3-5 se nos revela que los tronos del juicio estarán en Jerusalén y no en el cielo.

 APOCALIPSIS 21:5

Apocalipsis 21

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

 COMENTARIO

Tampoco este versículo (ni su contexto) nos dice que este trono es del Hijo de Dios, sino más bien del Padre.

 APOCALIPSIS 22:1, 3

Apocalipsis 22

1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios  y del Cordero.

3 Y no habrá más maldición; sino que el trono de Dios  y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.

 COMENTARIO

El capítulo 22 se refiere básicamente a la era del reino en la nueva tierra, y el único verso que nos habla de un trono del Padre es el 3. Pero nada en el contexto nos indica que esta visión es una del cielo, sino de la nueva tierra, cuando Dios  y su Hijo estén con los hombres (21:1-3).

 YAHSHÚA EL MESÍAS ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE YAHWÉH

      Hemos demostrado que el Maestro Dios el Mesías NO está sentado en SU trono de autoridad en los cielos. Es crucial mencionar que el mismo Maestro Dios el Mesías dice lo siguiente: Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en SU TRONO”. Tomemos nota que el Mesías está sentado en el trono de su Padre—¡No en el suyo! Esta verdad es pasada por alto por los estudiantes de la Biblia. La mayoría cree que nuestro Maestro está ahora sentado en su propio trono (el de David, su Padre) en el cielo, pero esto no tiene base escrituraria. Es imposible que el Mesías esté sentado simultáneamente en su trono y en el trono de Su Padre. Pero habrá un trono para el Padre y otro para el Hijo cuando la Nueva Jerusalén descienda a la tierra y Dios  esté con El Mesías entre los hombres. Por tanto, Dios aún no se ha sentado en su trono real, pues no ha llegado su hora para hacerlo, ni la hora de los santos. Pero llegará la hora cuando el Mesías y sus santos se sienten en sus tronos en la tierra (Daniel 7.13,14,18,22,27).

      Pero sigamos examinando más versículos bíblicos que nos enseñan que el Mesías aún no está sentado en su trono real:

      Colosenses 3:1: Si, pues, habéis resucitado con El Mesías, buscad las cosas de arriba, donde está sentado (no entronizado) a la diestra de Dios.

      Hebreos 8:1: Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó (no dice ‘entronizó’) a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.

      Hebreos 12:2: “Puestos los ojos en Dios, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó (no dice ‘entronizó) a la diestra del trono de Dios”.

      Tomemos nota que Jesús NO aparece sentado en un trono personal a la diestra del trono del Padre. Es decir, no hay dos tronos de poder y autoridad en los cielos, y menos, tres. Jesús aparece sentado a la diestra del trono. Esto puede interpretarse de dos modos: que él está sentado en un lugar que no es un trono de gloria y de poder propiamente dicho, sino una silla o algo así; o también puede interpretarse como que él está sentado en el propio trono de Dios , pero al lado derecho del Padre. Esta posibilidad parece más coherente. Lo importante es destacar que nunca se habla en el NT que el Mesías esté sentado en un trono personal de poder y autoridad como el que tiene el Padre. Si estoy errado, por favor demuéstrenmelo con la Biblia. Muéstrenme sólo un texto donde se diga que el Mesías está sentado en un trono personal de autoridad en el cielo al lado derecho del trono del Padre.

 ¿CÚANDO ENTONCES SE SENTARÁ EL MESÍAS EN SU TRONO PERSONAL DE GLORIA?

      Si como hemos demostrado Jesús no está sentado ahora en su trono personal de gloria, nos preguntamos: ¿cuándo lo hará? La respuesta la dio el mismo Maestro Jesús el Mesías en Mateo 25:31,34: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él , entonces se sentará en su trono de gloria... entonces dirá a los de su derecha: Venid , benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Por tanto, es muy claro que Jesús no se sentó en su trono de gloria ni el 33 DC, ni en el 70 DC, ni en el 1914, … ¡y menos, sus seguidores!. Pero cuando él regrese en gloria con sus santos ángeles, entonces, y sólo entonces, se sentará en el trono de David su Padre en Jerusalén junto con todos los salvos de todas las épocas (Salmos 122:3-5). Nótese que los tronos de los santos estarán—¿dónde?—¡EN JERUSALÉN!

      En la interesante ‘Parábola de la Diez Minas’ Jesús tuvo que corregir la idea errada de sus seguidores de que su reino era inminente (Lucas 19:11). Les dijo en esa parábola que un ‘hombre noble’ (él mismo) se fue a un ‘país lejano’ (cielo) para recibir un reino y volver (v.12). Mientras tanto, sus siervos tendrían que ocuparse de su casa y de sus negocios hasta que él regresara nuevamente a la tierra para tomarles cuenta de los frutos de su trabajo. Aquellos que multiplicaron más sus minas tendrían más autoridad gubernamental sobre las naciones (vs 13-19).

 DILEMA AMILENIALISTA

      El problema de los preteristas es que ellos dicen que el reino ya vino en el año 70 DC, o en el 33DC, en el caso de los amilenialistas. Esto significaría que en aquellos tiempos primitivos el Mesías se sentó en su trono de gloria para regir el mundo sólo con una parte minúscula de sus escogidos, y dejando fuera del camino a todos los santos que vendrían en las futuras generaciones y en los siglos venideros. Pero sucede que en el libro de Apocalipsis no aparece el Mesías sentado en su trono de gloria como ya demostramos antes, sino en el trono de Su Padre. Si damos por cierto que el reino se inauguró en el 33 DC, resulta extraño que en el libro de Apocalipsis, el cual fue revelado décadas después de Pentecostés del 33 DC, no presente al Hijo sentado en su propio trono en el cielo junto con todos los santos desde el principio del libro apocalíptico, sino sólo al final (Caps. 20-22), cuando trata del milenio en la tierra.

      Pero aquellos que dicen que el Mesías ya está reinando desde el primer siglo de la Era Común nos deben explicar en qué consiste ese gobierno del Mesías y de su supuesta “iglesia.” Y es que por todos lados vemos problemas y maldades que no tienen parangón. El mundo está pervertido, en caos, en confusión, en peligro de auto-destruirse. Entonces nos preguntamos, ¿puede Jesús estar sentado en el cielo gobernando sobre las naciones?¿Qué cosas buenas ha hecho entonces Jesús por el mundo desde que él supuestamente se sentó a gobernar a las naciones en el siglo I?¿No dice la Biblia que él gobernaría el mundo con vara de hierro? (Apo. 12:5). Por otro lado, ¿no dice Isaías mismo que el gobierno mesiánico será uno que traerá paz y justicia a todos los pueblos de la tierra? (Isaías 9:6,7).

      Los amilenialistas deben recordar que Pablo fue irónico con aquellos creyentes que se creían reyes en función. En su carta a los corintios les escribe lo siguiente: Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros (1 Corintios 4:8). Como vemos, el apóstol Pablo usó la ironía para mofarse de aquellos creyentes que creían que vivían en el mejor de los mundos y que pensaban que estaban reinando como reyes.

 ¿CREYERON LOS DISCÍPULOS QUE EL REINO VENDRÍA PRONTO?

      No podemos olvidar que los mismos apóstoles querían saber cuándo sería restaurado el reino a Israel. Fue por esta inquietud que los apóstoles le preguntaron a Jesús si dicho anhelado reino milenario le sería restaurado a Israel en su época. Sin embargo, es más sorprendente aún lo que el Maestro les respondió al decirles que Su Padre es el único que sabe el tiempo exacto para que se cumpla esa promesa (Hechos 1:3,6,7). Si el reino estaba a las puertas, él pudo habérselos dicho, pero no lo dijo. El fue categórico al afirmar que sólo Jesús  sabe cuando se cumplirá ese anhelo milenario. Obviamente él mismo lo ignoraba por completo y no tenía idea alguna del tiempo preciso.

      También debemos recordar que el reino del Mesías significa la vida eterna para todos los creyentes. En el diálogo que tuvo el Mesías con el joven rico en Mateo 19:16-25 el estudiante de la Biblia podrá descubrir que la vida eterna está ligada estrechamente con el reino de Dios. Tanto la ‘vida eterna’ y el ‘reino eterno’ tienen que ver con el Olám Habá, el Mundo Venidero, mundo del reinado milenario del Mesías. De modo que si alguien quiere decirnos que ya estamos en el reino, debemos inferir que ya tenemos la inmortalidad, y que no moriremos jamás. Lamentablemente todavía la muerte es un enemigo de todos los hombres. Es verdad que tenemos la vida eterna, pero esa vida eterna es una promesa que poseemos por la fe únicamente (1 Juan 2:25). Todavía tenemos que esperar que Jesús el Mesías regrese en gloria para que seamos transformados a la semejanza de él. Entonces los creyentes serán cambiados e inmortalizados para entrar en su reino por todo un milenio. Nuestros cuerpos no envejecerán ni morirán como ocurre hoy.

 EL REINO DEL MESÍAS Y LA REGENERACIÓN DE TODAS LAS COSAS

      En el reino del Mesías, que es la era de la regeneración, cuando Jesús se siente en su trono de gloria, los apóstoles se sentarán también en doce tronos para juzgar (gobernar) a las doce tribus de Israel (Mateo 19:28). Sin duda esto no ocurrió en el año 70 DC, ya que los apóstoles murieron y no tomaron sus tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Notemos que Jesús habló de la época de la regeneración como la época de su entronización, en Mateo 19:28: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” La palabra “regeneración” viene del Griego (polingenesia), y no se encuentra en otra parte del NT salvo en Tito 3:5, y que denota un nuevo nacimiento espiritual. Plutarco la usa para referirse a las almas en nuevos cuerpos (la doctrina Pitagórica de la trasmigración). Cicerón habla de la “restauración de autoridades y honores”. Filón lo conceptuaba con el “nuevo nacimiento del mundo a través del fuego”. Esto quiere decir que cuando se restaure el reino milenario de Dios  habrá un nuevo nacimiento de todas las cosas, llamado también “la restauración de todas las cosas” (Hechos 3:19-21), y “nuevos cielos y nueva tierra donde mora la justicia” (2 Pedro 3:13,14, Apocalipsis 21:1,5). Es también la liberación de toda la creación de la corrupción con la manifestación de todos los hijos de Dios  en cuerpos nuevos. Todas estas promesas y esperanzas de ningún modo se vieron cristalizadas en el primer siglo de la Era Común, ni en ningún otro siglo de nuestra Era.

LA RESTAURACIÓN DE TODAS LAS COSAS (HECHOS 3:19-21)

El apóstol Pedro explicó en su gran discurso ante sus paisanos que Cristo debe permanecer en el cielo hasTa los tiempos de la restauración de todas las cosas de que hablaron los santos profetas de tiempo antiguo. Sin embargo, muchos aún no entienden, y entre ellos, los Testigos de Jehová, que esta restauración implica el restablecimiento del antiguo reino davídico en la tierra de Israel en la persona de su heredero legítimo, el Señor Jesucristo, cuando regrese por segunda vez a la tierra. Esto implicará la restauración de Sión y de los israelitas fieles a su tierra junto con los gentiles conversos, los cuales serán un solo pueblo que sólo adorará a Yahweh y que reinarán con su Hijo el mundo entero.

JESUCRISTO SE SENTARÁ EN EL TRONO DE DAVID, SU PADRE

Jesús se sentará sobre el Trono de David

La profecía de Isaías fue confirmada por el ángel que anunció a María el nacimiento del Mesías diciéndole: 30 Entonces el ángel le dijo: Maria, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre.Lucas 1:30-32

¿Que importancia tiene que Dios establezca su Reino alrededor de la figura de David?

Definitivamente tiene gran trascendencia porque el trono de David fue fundado en Justicia, rectitud y bondad; virtudes que identificaron a David. Si examinamos las características de David nos daremos cuenta que representan en buena medida al modelo de Jesús, la diferencia radica en que Jesús no ejerció como Rey y David lo hizo por cuarenta años. El Señor buscó a un rey conforme a su Corazón, un hombre que pensara y que actuara en base al anhelo de su corazón. Un corazón misericordioso, bondadoso y justo “Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.” 1 Samuel 13:14 esto, nos puede dar una idea de la calidad de virtudes que Dios establecerá en su Reino.

David era un hombre valiente que confiaba plenamente en Dios y no en sus propias fuerzas “ Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”. 1 Samuel 17:45 aunque David poseía una fuerza sobrenatural derrotó a un gigante que era mas fuerte, y con mucha mas experiencia en asuntos de guerra que él. Este gigante habría amedrentado a los hombres mas valientes de Israel; sin embargo, David era capaz de matar a un oso o un león con sus propias manos, lo que supone una fuerza superior a la de cualquier hombre común 33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. 34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba” 1 Samuel 17: 33-35. ¿Quién dijo que David era un jovencito bien parecido y debilucho? Contrario a la opinión popular David si era un hombre muy fuerte, posiblemente con fuerza sobrenatural, pero que no confiaba en sus propias fuerzas sino que depositaba toda su confianza en Jehová, su protector y su salvador “Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel”. 1 Samuel 17:46.

David era un hombre que caminaba en integridad 1 Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; He confiado asimismo en Jehová sin titubear. 2 Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. 3 Porque tu misericordia está delante de mis ojos, Y ando en tu verdad.” Salmo 26:1-3 ¿Seria usted capaz de dirigir a Dios una oración como esta?.

David fue un hombre de labios puros que no mentía, ni engañaba a nadie, salvo el asunto sobre Urías el Heteo David fue un hombre recto delante de los ojos de Dios 1 Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño. 2 De tu presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud. 3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión” Salmo 17:1-3 ¿Acaso existen cristianos como David hoy en día? ¿O existe algún Político o Gobernante con esas características?

Las virtudes que caracterizaron el gobierno de David serán instauradas en el Reino de Dios en la tierra. Jesús gobernara con justicia y equidad a todos los hombres por siempre, pero de igual forma juzgará a los impíos y a los pecadores3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.” Isaías 11:3-5

 

TODO LO QUE USTED DEBE SABER SOBRE EL TRONO DE DAVID

La Promesa del trono de David

«Porque un niño nos es nacido, se nos ha concedido un hijo, y el principado sobre su hombro y su nombre se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de la Paz.

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. «(Isaías 9:6, 7 RV)

«Y he aquí que tú concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios dará a él el trono de David su padre: Y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin . «(Lucas 1:31-33 RV)

 «Porque de esta manera la entrada os será otorgada a vosotros en abundancia en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.» (II Pedro 1:11 RV)

 «El Señor ha jurado en verdad hasta David, él no se apartará de él;. Del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono» (Salmo 132:11 RV)

«Varones hermanos, os vamos a decir libremente del patriarca David, que está muerto y enterrado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que Dios había jurado con un juramento a él, que del fruto de sus lomos, según la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono. «(Hechos 2:29, 30 RV )

«Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. «(Apocalipsis 22:16 RV)

El «trono de David» es un antiguo término bíblico que no se ha explorado del todo por muchos, y es a menudo mal entendido. El propósito de este estudio de la Biblia es usar las Escrituras para arrojar algo de luz sobre este concepto muy importante. Si podemos entender cómo el «trono de David» se aplica a Jesucristo, entonces muchas de las otras Escrituras mesiánicas entrarán en una mejor perspectiva.

Esta es una enseñanza profunda, pero muy sencilla que si se entiende bien, causará que muchas teorías y nociones falsas que se tienen sobre el Reinado de Jesucristo en las iglesias sean descubiertas y descartadas. El «trono de David» es una verdad muy elemental acerca de la realeza de Jesucristo y será probado por las Escrituras para directamente revelar a Jesús de Nazaret como el Rey de Israel, de ser predicho en la profecía del Antiguo Testamento a su nacimiento y hasta siempre, un reinado sobre Jacob (Israel) sin final.

EL «TRONO DE DAVID EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

En los días de Samuel el profeta / sacerdote o juez, los ancianos de la nación de Israel pidieron a Samuel un rey para que juzgara y reinara sobre ellos, porque Samuel se había hecho viejo en años y sus hijos que él había establecido como jueces no anduvieron en sus caminos justos, sino que codiciaban el dinero, recibiendo cohecho y pervirtiendo el derecho (1 Samuel 8:3-5).

Samuel se disgustó a esta petición de los ancianos de Israel (1 Samuel 8:6), y oró al Señor para saber lo que su Dios pensaba en esta solicitud. Esto es lo que el Señor respondió a Samuel …

«Y el Señor dijo a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te diga, porque ellos no te han desechado a ti, sino que a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.» (1 Samuel 8: 7 RV)

El Señor Dios es el Rey sobre la nación de Israel, pero los ancianos de la nación de Israel no estaban satisfechos con esto. Querían ser como las naciones paganas y tener un representante en la tierra con la autoridad, una figura de rey, para juzgar y reinar sobre ellos.

Samuel no estaba contento en esta solicitud, y el Señor le dijo a Samuel que no estaban rechazando a Samuel, sino en esta solicitud se rechaza el Señor  Dios mismo para reinar sobre ellos. Esto establece el hecho de que el Señor Dios fue el primer rey de Israel, y más tarde aparecería Jesucristo en la descendencia de David como su último rey, prometió en Salmos 132:11.

Samuel, el profeta, más tarde recibió la instrucción de Dios y ungió a un hombre llamado Saúl para ser el primer rey sobre la nación de Israel. Esto marca el comienzo del reinado de los reyes de la nación de Israel. Dios permitió que este «sistema de reyes, pero no sin una severa advertencia.

Observe que para la nación de Israel y para que su rey viviera en las bendiciones y el favor de Dios, las cosas estaban muy condicionadas, en contra de las opiniones y teorías de algunos hoy en día.

Si los israelitas hicieran maldad por ser incrédulos y desobedientes, en rebelión contra la Ley del Señor, entonces la nación de Israel y su rey serían consumidos (1 Samuel 12:24-25 comparar con Deuteronomio 28:15).

Saúl más tarde cometió pecados de desobediencia al rechazar la palabra de Jehová, y como consecuencia, fue rechazado como rey sobre la nación de Israel por el Señor (1 Samuel 15:23, 26, 16:1). Durante el reinado de Saúl, Samuel el profeta fue enviado a la ciudad de Belén de Judá para ungir otro rey para reinar en sustitución de Saúl.

Este rey era un hombre llamado David, un pastor de ovejas. A través de varias tribulaciones, guerras e intrigas políticas, David se convierte en rey de Israel y su trono se estableció por primera vez (2 Samuel 3:10).

Este David era un hombre conforme al corazón de Dios (Hechos 13:22), y gobernó en la voluntad de Jehová su Dios por un lapso de 40 años como rey sobre Israel, el establecimiento de la nación con el juicio y la justicia (2 Samuel 8: 15 y 1 Reyes 2:10-11). David trajo justicia en la nación de Israel.

Él no se apartó de todo lo que el Señor Dios le había mandado como rey todos los días de su vida, excepto en el caso de Urías, el hitita, que fue asesinado indirectamente por David después de haber cometido adulterio con Betsabé, esposa de Urías (1 Reyes 15: 5).

El rey David era un hombre conforme al corazón de Dios (Hechos 13:22) y un rey que andaba en la voluntad de Dios de acuerdo a su ley, y que le fue prometido por Dios que un hombre de su descendencia no dejaría de reinar en el trono de Israel siempre (1 Reyes 8:25, 1 Reyes 9:5, 2 Crónicas 6:16, 2 Crónicas 7:18), mientras caminara en la Ley del Señor.

Después de tomar el Reino de Israel de Saúl, Dios estableció el trono de David, un hombre según su propio corazón. El Reinado de Israel estaría a manos de este hombre de carne y sangre “para siempre”.

Si los hijos de Israel y el rey abandonaban la Ley del Señor, entonces serían cortados, incluso de la tierra que les había sido prometido, que habitarían para siempre (1 Reyes 9:6-9). Por supuesto, la antigua advertencia antigua contra Israel de que la nación y el rey se consumirían si hicieran mal en los ojos de Jehová todavía se aplica (1 Samuel 12:24-25 / Deuteronomio 28:15).

Así comenzó la «sangre real» del Rey David. Todos los reyes posteriores legítimos en Israel descienden de esta «línea de sangre real.» El próximo rey de Israel fue Salomón, Hijo de David. el reinado de Salomón comenzó bien y fue el rey que construyó un templo para el Dios de Israel (Hechos 7:47).

Cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres extranjeras, lo convirtieron a otros dioses y se volvió en un apóstata, sirviendo a ídolos de los dioses de sus esposas (1 Reyes 11:4-9).

LA HERENCIA DEL ‘TRONO DE DAVID» POR EL REY VENIDERO DE ISRAEL EN LA PROFECÍA BÍBLICA

Mientras pasaban los años, hubo más reyes malvados de Israel gobernando en el «trono de David» que no eran reyes justos. Así que el Señor comenzó a hablar con la gente de a través de la boca de los profetas acerca de un gobierno justo por venir sobre «trono de David.»

Esta gobernante sería el rey de Israel y heredero al trono de David, que establecería la nación en juicio y en justicia, al igual que su padre David hizo delante de él en los tiempos antiguos (Isaías 9:6-7).

Fue también profetizado que este Señor en Israel había de nacer en Belén, la ciudad donde David vivió (Miqueas 5:2 / Juan 7:42) y donde David fue visitado por primera vez y ungido por el profeta Samuel (1 Samuel 16:04 , 12-13) en los tiempos antiguos.

Otra profecía predijo que este Rey vendría a Sión / Jerusalén con la salvación, y cabalgando sobre un asno, y un pollino hijo de animal de asno (Zacarías 9:9 comparar con Mateo 21:5).

Cuando este Rey y Legislador vino de Judá, todo el pueblo de Israel fueron instruidos por su padre Jacob (Israel) para ser obedientes y para reunirse ante este ‘Silo’ (el Mesías, la Concordancia Strong # 7886), como está escrito en Génesis 49:10.

LA COMPRENSIÓN JUDÍA

La comprensión judía de estas profecías es que ellas señalarían al ‘Cristo’, o ‘Mesías’, que significa «el ungido». Este hombre sería del linaje real del Rey David, y que restaurará la justicia para su pueblo, la nación de Israel.

Este Cristo sería el «Rey de Israel, ‘y así heredará el’ trono de David. ‘Otro’ título mesiánico» de este hombre era «el Hijo de Dios.»

Así, la comprensión judía era que los títulos «Hijo de Dios,» «Cristo (Mesías)», «Shiloh», y «El Rey de Israel» todos describían el mismo hombre, el que heredaría el «trono de David y que gobernaría a la Israel nacional en justicia.

Las Escrituras siguientes ilustrarán el entendimiento Judío de que todos estos títulos que he mencionado se utilizan indistintamente para describir la misma figura (Mateo 16:16, Mateo 26:63, Marcos 14:61, Marcos 15:32, Lucas 9 : 20, Lucas 23:2, Juan 1:41, Juan 1:49, Juan 4:25, Juan 6:69, Juan 11:27 y Juan 20:31), el rey de Israel que heredaría el trono «de David» y el Estado nacional de Israel.

Para el pueblo judío del Israel nacional, a quien estas profecías fueron dadas, el título ‘Hijo de Dios’ no significaba la «segunda persona en una trinidad” de personas que son cada una llamada Dios, sino que simplemente describe a ‘Cristo’.

JESÚS DE NAZARET HEREDA EL «TRONO DE DAVID» A TRAVÉS DEL LINAJE REAL DEL REY DAVID POR MARÍA

Meses antes del nacimiento de Jesús, que es llamado el Cristo, el Hijo de Dios, el ángel Gabriel anuncia a María en Lucas 1:31-33 que ella dará a luz al Rey de Israel, que se le dará «el trono de David su padre» por el Señor DIOS. Lucas 1:33 es clave para entender lo que esto significa. 

«Y él reinará sobre la casa de Jacob (Israel) para siempre y su reino no tendrá fin.» (Lucas 1:33 RV)

Esta Palabra de nuestro Señor entregada por el ángel Gabriel nos permite entender que Jesús era el Rey de Israel, que se pronunció para que lo fuera incluso antes de su nacimiento! Ahora recuerda que para que un hombre califique para ser el Rey de Israel y heredero al trono de David, su linaje del Rey David tenía que ser probada. 

Ese es el propósito de Lucas 3:23-38, que captura el linaje real de Jesús por medio de María hasta el fondo en una larga lista de los Reyes, que comenzó con Adán, el primer hombre. David se menciona en el v. 31. 

Puesto que José no era el padre biológico de Jesús, sabemos que Jesús no podía heredar el derecho legal de reinado del «trono de David desde la línea de José, porque no es de linaje de José. Jesús es, sin embargo, nacido de una mujer y es la simiente de una mujer (Génesis 3:15 / Gálatas 4:4), por lo tanto, podría heredar el reinado del «trono de David a través del linaje real del Rey David por su madre María de la tribu de Judá. 

El Nuevo Testamento registra dos genealogías (linajes) que hacen referencia a Jesucristo en los Evangelios. La primera se encuentra en Mateo 1:1-17 y la segunda se encuentra en Lucas 3:23-38. Algunos enseñan y creen que estas dos son una en la genealogía misma. Sin embargo, un examen detenido de los hechos se demuestra que se trata de dos genealogías diferentes! Tenga en cuenta que la genealogía de Mateo traza la línea de sangre en particular a través de Salomón con David. 

«Y Isaí engendró al rey David, y David engendró a Salomón, rey de la que fue la esposa de Urías;» (Mateo 01:06 RV) 

Observe también cómo la genealogía en Lucas es diferente de la genealogía de Mateo, y los rastros de este linaje en particular a través de Natán a David.
«… Que era el hijo de Natán, que era el hijo de David … que era el hijo de Jesé …» (Lucas 3:31-32 RV) (abreviado) 

Los hijos e hijas del rey David se enumeran en 2 Samuel 5:12-16, y los nombres de ambos Salomón y Natán se encuentran en esta lista de hijos e hijas del rey David en 2 Samuel 5:14. Desde Natán y Salomón no son la misma persona, a continuación, las genealogías de Mateo 1:1-17 y Lucas 3:23-38 no pueden ser la misma genealogía! 

Así pues, estas deben ser las genealogías de José y María, ya que ambas genealogías diferentes no pueden ser de la misma persona. Entonces, ¿cuál es la genealogía de José, y cuál es la genealogía de María? 

Confundido aún? No tiene por qué estarlo, porque esto es realmente muy simple! 

Mateo 1:16 es claro y afirma que la genealogía que figura en el libro de Mateo es la de José, el esposo de María. Ahora sabemos por dos hechos indiscutibles que esta genealogía de Mateo no es el linaje por la cual Jesús heredó el «trono de David para ser rey de Israel. 

  1. José no es el padre de Jesús, pero Jesús fue concebido del Espíritu Santo (Mateo 1:18 / Mateo 1:20). Jesús no desciende de José según la carne, por lo tanto, la herencia del «trono de David» por Jesús como el Rey de Israel no puede provenir de linaje de José, el linaje que figura en Mateo 1:1-17. Esto se debe a que la herencia del «trono de David» por el Cristo iba a ser una herencia de linaje, sólo a uno del linaje real del Rey David (Salmos 132:11 Consulte y compare con Hechos 2:29-30).

       2.-  La genealogía de José tiene una historia de reyes idólatras en Israel, y esta lista de reyes idólatras comenzó con Salomón (1 Reyes 11:4-9). Hay otro rey en esta genealogía llamado Jeconías (Mateo 1:11), cuyo padre es el nombre de Joacim (Jeremías 36:1). Este rey quemó el rollo que contiene la profecía de Jeremías contra Israel por sus pecados de idolatría. Como castigo por esta abominación que el rey cometió en contra de la Palabra del Señor por Jeremías, ese linaje particular de David a través de Salomón a Joacim y a la simiente del rey Joacim hacia adelante después de él no tendría a ninguno que herede el ‘trono de David «(Jeremías 36: 1-3, Jeremías 36:27-31). El Rey Jeconías fue también maldijo en Jeremías 22:24-30 como su padre. Por lo tanto, el legítimo heredero del ‘trono de David para ser rey de Israel no podría venir de la genealogía de Mateo 1:1-17 sobre ninguno. 

Ahora que vemos claramente que la herencia del «trono de David para ser rey de Israel no pudo llegar a Jesucristo de entre el linaje de José en Mateo 1:1-17, esto nos deja con la genealogía de Lucas 3:23-38 de María para considerarla. Es fácil demostrar que la genealogía de Lucas 3 es aquella de María. 

En los tiempos bíblicos, era costumbre en el listado de genealogías utilizar el nombre del marido, y la genealogía de Lucas de María se mantiene fiel a esto. Por lo tanto, el padre de José en Mateo 1:16 es un hombre con el nombre de Jacob. 

Sin embargo, en Lucas 3:23, un hombre llamado Heli aparece como el padre de José. Sabemos que en Mateo 1:16 que el padre de José es un hombre llamado Jacob, así que ¿cómo puede Lucas 3:23 ser preciso? ¿Cómo puede un hombre tener dos papás? La respuesta a lo anterior es simple. 

Heli es suegro de José por el matrimonio a María. Así es como un hombre puede tener «dos papás», un padre y una ‘suegro. Así que, aunque de acuerdo a la costumbre en los tiempos bíblicos de la grabación de genealogías, el nombre de José se menciona en Lucas 3:23, es sin embargo la genealogía de María. 

Esto significa que María fue de ‘sangre real’ y que el linaje del rey David, y el «trono de David estaba con ella y listo para ser transmitido por herencia a su hijo primogénito, que era Jesús!

UNA REFLEXIÓN MUY BREVE PARA LOS INICIADOS ACERCA DEL TRONO DE DAVID

¿Está el Señor Jesús sentado en el trono de David ahora?

En lo que respecta a «el trono de David», se lee que Gabriel le dijo a María, lo siguiente: «Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios dará a él el trono de David su padre: Y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin «(Lc 1: 32,33).

Puesto que Gabriel dice que Dios le dará al Señor Jesús el trono de David, entonces eso sólo puede significar que el trono de David representa  “el trono del Señor Jesús, un trono que le pertenece exclusivamente a él. Las siguientes palabras del Señor Jesús demuestran que Él no está sentado en su trono propio:

«Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono» (Rev. 3: 21).

El Señor Jesús no está sentado en su trono propio, el «trono de David», sino que está sentado en el trono de su Padre!

Las Escrituras dejan claro que el Señor Jesús no comenzará a gobernar en su propio trono hasta que Él vuelva en gloria para juzgar al mundo:

«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en el trono de su gloria» (Mt.25: 31).

Los Preteristas y los dispensacionalistas progresistas enseñan que el Señor Jesús ya está sentado sobre el trono de David, a pesar de las propias palabras del Señor Jesús que nos dicen que cuando él regrese «entonces se sentará en su trono de gloria”.

¿OCUPA CRISTO EL TRONO DE DAVID AHORA?

 Traducido con ayuda del traductor automático de Google

FREDERIC R. HOWE

Profesor Emérito de Teología Sistemática, Seminario Teológico de Dallas, Dallas, TX

I. INTRODUCCIÓN

El Señor Jesús dijo a la iglesia de Laodicea, «Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono (Ap 3:21, cursiva agregada). Es evidente que Jesús está sentado en un trono. Existe una controversia entre los dispensacionalistas hoy sobre el trono en el que Jesús está sentado. Los dispensacionalistas clásicos dicen que este es el trono del Padre, y que el asiento de Jesús en su propio trono («mi trono», Ap 3:21) está todavía en el futuro. El gobierno davídico del Hijo de Dios no está todavía en función. Los dispensacionalistas Progresistas (DP), sin embargo, sugieren que Jesús ya está sentado en el trono de David. De hecho, los DP dicen que Jesús está gobernando como el rey davídico. En este trabajo vamos a considerar las reclamaciones de ambas posiciones.

II. Sólo una realización futura

La realidad de la promesa bíblica de 2 Samuel 7:14-16 se confirma en el anuncio del ángel Gabriel a María, en Lucas 1:31-33. En esa afirmación, el ángel aseguró a María que Jesús habría de recibir el trono de David, y que él gobernaría. A medida que el ministerio de Jesucristo se desplegaba, la cercanía del reino fue demostrada, y sin embargo, lamentablemente también lo fue su rechazo por parte de Israel. Mateo 19:28 es un pasaje de coordinación, ya que dice: «Y Jesús les dijo:» De cierto os digo, que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido También se sentará en los doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel «La implicación de este texto parece obvio, será en la regeneración (palingenesia, nuevo mundo) que Cristo se sentará en su trono de gloria, y esto no se refiere en ningún sentido con una ocupación actual por el Señor Jesucristo del trono davídico.

Posiblemente uno de las defensas más concisa de este cumplimiento sólo futuro se encuentra en el libro de Conferencias de HC Thiessen en Teología Sistemática: Bajo la figura del hombre noble, Cristo es representado como yendo «a un país lejano para recibir un reino para sí mismo» (Lucas 19:12). Así como Arquelao, a la muerte de su padre Herodes, tuvo que ir a Roma para que el reino le fuera confirmado antes de que realmente pudiese gobernar como rey, por lo que Cristo tuvo que regresar al cielo para recibir el reino del Padre (Dan.7 : 13f).. El reino prometido a él por el ángel Gabriel (Lucas 1:32 ss), pero no hay que olvidar que la Palabra dice: «El Señor Dios le dará el trono de David su padre». Para ello, volvió al cielo. Pero como con Arquelao, Cristo no estableció su trono en el país ahora, pero volverá a la escena de la que partió, y allí establecerá su reino. Jesús está sentado, no en el trono de David, sino en el trono de su Padre (Apocalipsis 3:21). El tiempo vendrá cuando él se sentará en su propio trono (Matt.19: 28; 25:31). Después de que él haya venido así en la gloria, le dirá a los de su derecha: «Venid benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo» (Mateo 25:34).

Esta analogía parece viable y realista para este escritor. Los partidarios de “sólo” el cumplimiento futuro de la promesa davídica no niegan el señorío de Cristo, y el hecho de que Él es «el mismo ayer, hoy y siempre.»: Aunque nunca deja de ser rey y, por supuesto, es el Rey, hoy como siempre, Cristo nunca se designa como rey de la iglesia (Hechos 17:7 y 1 Timoteo 1:17 no son excepciones, y Apocalipsis 15:3, «Rey de los santos», KJV, es «Rey de las naciones» en los textos críticos). Aunque Cristo es un Rey hoy, él no gobierna como Rey. Esto espera su segunda venida. Entonces el reino davídico se cumplirá (Mateo 25:31; Apocalipsis 19:15

1 Nota del editor: Otra implicación es que cuando gobierne Jesús, de igual modo lo harán los apóstoles. Si Jesús está gobernando hoy desde el trono de David, entonces los apóstoles están sentados sobre doce tronos gobernando a las doce tribus de Israel.

III. CUMPLIMIENTO PRESENTE Y FUTURO: dispensacionalistas progresivos

En los últimos años, algunos DPs han expresado exactamente la conclusión opuesta. Los DPs sugieren que la promesa del pacto del gobierno davídico ya se ha cumplido, y que el presente período de sesión de Cristo en el cielo implica su ocupación del trono davídico. También habrá un futuro reinado en la tierra en el reino del milenio, cuando los aspectos políticos de la alianza davídica se cumplirán. Darrell Bock presentó razones específicas por las que se defiende esta posición. Un breve resumen de esta posición se encuentra de la siguiente manera: Debemos tener en cuenta que el Nuevo Testamento indica que los aspectos políticos de la realeza davídica de Jesús se cumplirán en el futuro. Pero los dispensacionalistas anteriores tendían a perder el hecho de que en la teología bíblica, la naturaleza davídica de la actividad actual de Cristo garantiza el cumplimiento de la totalidad de la promesa hecha a David en el futuro, incluyendo las dimensiones nacionales y políticas de esa promesa.

Una clave para esta posición es la idea de que el presente período de sesiones de Cristo en el cielo se ve a la luz específica de la promesa a David. Estas razones básicas se ofrecen como la naturaleza de la actividad davídica actual de Cristo. En primer lugar, es citado Hechos 1:3. Bock razona que los discípulos estaban esperando la restauración del reino de Israel (Hechos 1:6), y que el reino era el reino davídico. Jesús no negó la validez de su investigación, pero afirmó que su gobierno está dentro del control del Padre.

En segundo lugar, varios pasajes se citan en apoyo de la idea de que la actividad actual de Cristo en el cielo está dentro de la esfera de la alianza davídica. Se trata de Mateo 24, Hechos 3:21; Rom 11:26; Hebreos 2:5 y 2 Timoteo 4:1.

En tercer lugar, se afirma que el actual período de sesiones de Cristo en el cielo es una bendición davídica. Y esto es lo que el Nuevo Testamento declara que se ha concedido a Jesús, Hijo de David.

Una línea de evidencia se da también para esta posición de Mateo 28:18. Bock explica que aquellos que se oponen al gobierno davídico en el cielo ahora como el cumplimiento del pacto davídico fallan … para entender la unidad humana-divina (posición Trinitaria que no compartimos) de la persona de Cristo, así como la forma en que la unidad cumple las profecías mesiánicas de convergencia del gobierno divino en el reino escatológico de Dios … A esto se suma el hecho de que su humanidad no es genérica, es un descendiente de David, que ha sido ungido, entronizado, y teniendo en cuenta «toda la autoridad en el cielo y en la tierra «(Mateo 28:18). Cuando actúa, actúa como el divino rey David. (En este punto estos expositores consideran que el Rey-Dios ya ejerce su dominio en el cielo, aunque no lo pueden demostrar con las Escrituras)

IV. EVALUACIÓN DE LOS DOS PUNTOS DE VISTA

En opinión de este escritor, la evidencia bíblica señala claramente en la dirección de la primera opinión, a saber, que las promesas del trono davídico se cumplirán en el futuro, y que el presente período de sesiones de Cristo en el cielo no representa la gobernación en el trono de David. Un pasaje central que puede ser de ayuda en esta evaluación se encuentra en Romanos 1:3-4. El texto dice: «acerca de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que nació de la simiente de David según la carne, y declarado ser el Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos.» Note con atención que en el contraste entre los dos reinos, la naturaleza humana del Señor Jesucristo es de la línea o la simiente de David. Sin embargo, su naturaleza humana es una verdadera naturaleza humana, y de hecho es genérico, así como davídico (a diferencia de la declaración de Bock que la humanidad de Cristo no es genérico). El término «genérico» simplemente significa o describe una entidad que se relaciona con todo un grupo o clase. La genealogía de Lucas muestra la descendencia del Señor hasta el final del nuevo Adán, la cabeza genérica de la raza humana. La Cristología ortodoxa histórica ha articulado el milagro y el misterio del “hombre Dios”, y los teólogos ortodoxos han defendido la verdad de que la naturaleza humana de Cristo es verdadera, una naturaleza humana esencial, heredada de Adán, pero sin pecado a la vista de la milagrosa concepción y nacimiento virginal. El punto de llevar este asunto en este momento es inmediatamente visto en el contraste entre «la simiente de acuerdo a la carne de David,» y «declarado ser Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad.» Si alguna vez hubo un lugar para insertar o asumir el concepto de que Cristo se le concedió el trono de David en la ascensión, seguramente podría haber estado aquí. Sin embargo, el propio texto muestra que Él no ha sido declarado Hijo de David, sino el Hijo de Dios con poder. Sin duda, este es un argumento del silencio. Sin embargo, en opinión de este escritor, es muy significativo que, como sentado a la diestra de la Majestad en las alturas, el término «Hijo de Dios» es el término central y clave. John Murray captó la importancia de este texto de la siguiente manera: Por lo tanto, cuando volvamos a la expresión «según el Espíritu de santidad,» nuestra conclusión es que se refiere a esa etapa de la dotación neumática en la que Jesús entró a través de su resurrección. El texto, además, relaciona expresamente «Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad» con «la resurrección de los muertos» y el nombramiento no puede ser otro que el que llegó a ser por la resurrección. El pensamiento del versículo 4 sería entonces que el señorío en el que fue instaurado por la resurrección es un todo-penetrante condicionado por los poderes neumáticos. La relativa debilidad de su estado pre resurrección, que se refleja en el versículo 3, se contrasta con la fuerza victoriosa expuesta en su señorío después de la resurrección.

Lo que se contrasta no es una fase en la que Jesús no es el Hijo de Dios y otra en el que es. Él es el Hijo de Dios en ambos estados, la humillación y exaltación, y considerarlo como el Hijo de Dios en ambos estados pertenece a la esencia del evangelio de Pablo en el evangelio de Dios. Pero la pre resurrección y post-resurrección son comparados y contrastados, y el contraste depende de la investidura con poder por el cual este último se caracterizado.

El actual período de sesiones del Señor Jesús es visto en la dignidad de su presencia a la diestra del Padre, a la espera de la culminación de los acontecimientos en la historia del espacio-tiempo que lleva su entronización a su cumplimiento John Murray, La Epístola a los Romanos ( Grand Rapids: Eerdmans PublishingCo, 1959-65), 1:12..

V. CONCLUSIONES

El Señor Jesús está sentado a la diestra del Padre en su trono. En opinión de este escritor, está sentado como el Hijo de Dios ascendido y glorificado. Ahora espera el triunfo de su ser sentado en el trono de David en el reino milenario. El Señor no está en ningún sentido sentado en el trono de David hoy en día. Él no está gobernando como el Rey prometido de David. Es rentable para reflexionar sobre el significado de 2 Pedro 3:13-14, a la luz de los acontecimientos futuros. Después de declarar la verdad sobre el día que viene de Dios, acompañado por los acontecimientos que se cree que incluso ocurrirán después del Milenio (la destrucción del presente orden de cosas), Pedro exhorta a los creyentes con estas palabras: «Por lo tanto, queridos, en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él en paz, sin mancha y culpa.» Este firme llamamiento a los creyentes en este momento en la era de la iglesia se hace presente, incluso en la luz de los acontecimientos que, proféticamente hablando, están en un futuro distante, incluso más allá del Milenio. Todo el barrido escatológico constituye una base adecuada para una vida santa, incluso en la actualidad. Este punto de vista pone las discusiones sobre el reino en un marco equilibrado y adecuado. Se hace un llamamiento urgente a los participantes en los debates sobre estas cuestiones para mantener el equilibrio, y participar en las discusiones con cortesía cristiana y el respeto mutuo, incluso entre los conceptos de los puntos de vista diferentes», cumpliendo así Rom 12:10:» Amaos los unos a otros con amor fraternal, en honor de dar preferencia a uno del otro. «

EL REINO MILENIAL QUE SE AVECINA: ¡USTED PUEDE SER PARTE DE ÉL SI LO CREE Y LO BUSCA!

El Concepto Del Reino De Dios

En las Escrituras, la expresión «reino de Dios» en general se refiere a la esfera del gobierno de Dios en el universo. Puesto que Dios ha sido siempre soberano y omnipotente, hay un sentido en que el reino de Dios es eterno. Nabucodonosor, rey de Babilonia que fuera humillado por Dios, dio testimonio de esto cuando dijo: «Bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?» (Dn. 4:34-35).

Sin embargo, el gobierno universal de Dios fue desafiado en la eternidad pasada por Satanás y los seres angélicos que se unieron a él en su rebelión contra Dios. Aunque Dios demostró su soberanía juzgando a los rebeldes, la entrada del pecado en el mundo introdujo el programa divino para demostrar la soberanía de Dios en la historia humana. Esto comprende el concepto de un reino teocrático, esto es, un reino en que Dios es el gobernador supremo, aun cuando obra por medio de sus criaturas. Cuando Adán fue creado, se le dio dominio sobre toda la tierra (Gn. 1:26, 28). Sin embargo, en desobediencia a Dios, Adán y Eva comieron del fruto prohibido. En su caída en pecado Adán perdió el derecho de gobierno, y de allí en adelante la soberanía de Dios que había sido entregada al hombre fue delegada en ciertas personas escogidas a quienes Dios entregó el gobierno. Consecuentemente, se ha permitido que algunos hombres reinen a través de la historia. Por ejemplo, Daniel le recordó esto a Belsasar al referirse al hecho de que Dios había castigado a Nabucodonosor «hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place» (Dn. 5:21).

En el Antiguo Testamento, una demostración importante del gobierno teocrático fue el reino de Israel bajo los reyes Saúl, David y Salomón. Los gobernadores gentiles también pudieron tener una esfera de gobierno político, en el propósito soberano de Dios. Este concepto general de gobierno bajo permisión y dirección divina es mencionado en Romanos 13:1, donde Pablo escribe: «Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.»

En adición a la soberanía de Dios manifestada en los gobiernos políticos y en sus gobernadores, las Escrituras dan testimonio del gobierno espiritual, en el que Dios gobierna los corazones de los hombres. Esto ha sido así desde el comienzo de la raza humana, y el reino espiritual incluye a todos los que se sujetan voluntariamente a Dios, sean hombres o ángeles. Pablo se refería a este concepto espiritual de reino en Romanos 14:17 al decir: «Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.»

En el Evangelio de Mateo se hace una distinción entre el uso de las expresiones «reino de Dios» y «reino de los cielos». Muchos intérpretes consideran estas expresiones como sinónimas, puesto que Mateo frecuentemente usa la expresión «reino de los cielos» en versículos similares a los que en otros evangelios se usa «reino de Dios».

No obstante, hay una distinción más importante que radica en el contraste entre el reino en la era actual y el reino en el milenio. El reino en la era actual es un misterio, esto es, sus características principales son revelaciones que no fueron dadas en el Antiguo Testamento (cf. Mt. 13); pero el reino en su forma milenial será cumplido después de la segunda venida de Cristo y no es un misterio.

Existen tres interpretaciones importantes en relación al concepto de reino milenial. El punto de vista premilenial interpreta las Escrituras diciendo que la segunda venida de Cristo será primero, y luego vendrá un reinado de Cristo de mil años sobre la tierra antes de que el estado eterno de un nuevo cielo y una nueva tierra sea establecido. Se llama premilenial, porque pone la venida de Cristo antes del reino milenial.

El segundo punto de vista es el amilenialismo, que niega que haya un reino milenial literal sobre la tierra. Generalmente hablando, este punto de vista sostiene que Cristo vendrá en su segunda venida e inmediatamente dará paso a los nuevos cielos y a la nueva tierra sin que haya un reinado de mil años. Este punto de vista interpreta muchos- pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamentos que se refieren al reino milenial como predicciones que se están cumpliendo en forma no literal, ya sea en la experiencia actual de la iglesia sobre la tierra o la experiencia de la iglesia en el cielo.

Un tercer punto de vista es el postmilenialismo. Esta interpretación cree que en la edad actual se verá el triunfo del evangelio en el mundo y así se introducirá una edad de oro cuando hasta cierto punto se cumplirán la justicia y la paz profetizadas para el reino milenial. Es llamado postmilenialismo porque considera que la segunda venida de Cristo será el clímax de la edad de oro, y pondrá fin al milenio. El postmilenialismo conservador representa un reinado supremo de Cristo sobre los corazones de los hombres por un período literal de mil años. El postmilenialismo más liberal es similar a los puntos de vista de la evolución y considera un avance gradual en el progreso del mundo que culmina en una edad dorada. Debido a todas las tendencias de la historia del siglo xx, ha habido poca base para creer que la causa de Dios será prosperada en el mundo por medios humanos, y la mayoría de los intérpretes de la actualidad son amilenialistas o premilenialistas.

Aunque se han presentado muchos argumentos en pro y en contra del concepto de un milenio literal, la solución está determinada por el punto hasta el cual las profecías de las Escrituras se interpretan literalmente. En esta discusión se supondrá que la profecía debe ser interpretada literalmente en el mismo sentido que cualquier otro tema de la revelación divina. Consecuentemente, muchas predicciones del Antiguo Testamento, así como el capítulo clásico de Apocalipsis 20 en el Nuevo Testamento, se interpretan literalmente como que quieren decir lo que dicen: que habrá un reinado literal de Cristo sobre la tierra después de su segunda venida y antes que sean creados los nuevos cielos y la nueva tierra. El libro de Walvoord The Millennial Kingdom (El reino milenial) presenta argumentos detallados acerca de los diversos puntos de vista sobre el milenio, y es una discusión detallada de esta cuestión.

B. El Reino Milenial, Un Reinado De Dios Sobre La Tierra

En contraste con el punto de vista amilenial, que considera el reino de Dios primariamente como un reinado espiritual en los corazones de los hombres, muchos pasajes apoyan la conclusión de que el reino es un reino literal sobre la tierra, en el cual Cristo será realmente el gobernador político supremo y el líder espiritual y objeto de culto. Este concepto se presenta en forma amplia en el Antiguo Testamento y en el Nuevo.

En el Salmo 2, donde se anuncia la rebelión de la nación contra Dios, se le da la siguiente orden al Hijo de Dios: «Pideme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra» (y. . Este no es un gobierno espiritual, sino Un gobierno político real, como se ve en el versículo siguiente: «Los quebrantarás con vara de hierro, como vasija de alfarero los desmenuzarás» (y. 9). Evidentemente esto no puede referirse a la iglesia o a un reinado espiritual en el cielo, sino más bien representa a un monarca absoluto que abatirá a los inicuos y los pondrá bajo sujeción.

Otro pasaje importante que enfatiza el carácter terrenal del reino es Isaías 11, donde Jesús, como descendiente de David, es presentado como que trae un justo juicio sobre la tierra y castiga a los impíos. Isaías 11:4 afirma: «Juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la espada de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.» En este pasaje se menciona frecuentemente la tierra (como en Is. 11:9), y se describen los tratos de Dios con las naciones a fin de recoger a Israel de entre todas las naciones.

Una cantidad casi innumerable de otros versículos afirman o implican que el reino será sobre la tierra (cf. Is. 42:4; Jer. 23:3-6; Dn. 2:35-45; Zac. 14:1-9). La descripción en estos pasajes del reinado de Cristo sobre la tierra en el reino milenial evidentemente no describe la edad presente ni describe el cielo. Cualquier cumplimiento razonable requeriría de un reinado literal sobre la tierra a continuación de la segunda venida de Cristo.

C. Cristo Como Rey De Reyes En El Milenio

Muchos pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamentos combinan su testimonio de que Cristo será gobernador supremo sobre la tierra. Cristo, como hijo de David, se sentará sobre el trono de David (2 S. 7:16; Sal. 89:20-37; Is. 11; Jer. 33: 19-21). Cuando Cristo nació, vino como rey, según fuera anunciado por el ángel Gabriel a María (Lc. 1:32-33). Como Rey fue rechazado (Mr. 15:12, 13; Lc. 19:14). Cuando fue crucificado murió como Rey de los judíos (Mt. 27:37). En su segunda venida es descrito como «REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES» (Ap. 19:16). Literalmente centenares de versículos en el Antiguo Testamento declaran o implican, por lo menos, que Cristo reinará sobre la tierra. Algunos de los textos más importantes son especialmente claros (Is. 2:1-4; 9:6-7; 11:1-10; 16:5; 24:23; 32:1; 40:1-11; 42:1-4; 52:7-15; 55:4; Dn. 2:44; 7:27; Mi. 4:1-8; 5:2-5; Zac. 9:9; 14:16-17).

Una de las características del reino milenial es que David será resucitado y reinará como príncipe bajo el mando de Cristo (Jer. 30:9; 33:15-17; Ez. 34:23-24; 37:24-25; Os. 3:5). Ciertamente esta situación no se ve en la iglesia presente y exige que ocurran la venida de Cristo y la resurrección de los santos del Antiguo Testamento antes que pueda cumplir-se la profecía.

D. Características Principales Del Gobierno Del Milenio

Como lo dejan ver los pasajes que hablan acerca del reino futuro, hay por lo menos tres aspectos importantes en el gobierno de Cristo durante su reinado milenial.

1. Muchos pasajes testifican que el gobierno de Cristo será sobre toda la tierra, más allá de los límites de cualquier otro reino terrenal anterior y del reino de David mismo. Al establecer el gobierno mundial, Dios cumplió su propósito de que el hombre debía gobernar sobre la tierra. Aunque Adán fue descalificado, Cristo, como el segundo Adán, puede cumplir esta meta como se menciona en Salmo 2:6-9. Según Daniel 7:14, al Hijo del Hombre «le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará y su reino uno que no será destruido». El mismo pensamiento se menciona en Daniel 2:44; 4:34; 7:27. La universalidad del gobierno de Cristo sobre la tierra también se menciona en Salmo 72:8; Miqueas 4:1-2; Zacarías 9:10.

2. El gobierno de Cristo será de autoridad y poder absolutos. Cristo regirá «con vara de hierro» (Sal. 2:9; Ap. 19:15).

Todos los que se oponen serán castigados con la destrucción (Sal. 2:9; 72:9-11; Is. 11:4). Un gobierno tan absoluto no es la característica del gobierno de Cristo sobre su iglesia o sobre el mundo en la actual dispensación y sólo podría cumplirse si Cristo tiene un reinado literal sobre la tierra después de su segunda venida.

3. El gobierno de Cristo en el milenio será de justicia y paz. Esto se desprende de pasajes clásicos como Isaías 11 y Salmo 72.

Estas características poco usuales del reino sólo son posibles gracias a los juicios introductorios de Israel y los gentiles (discutidos en el capítulo anterior) y por el hecho de que Satanás está encadenado y ha sido dejado fuera de acción. La única fuente de mal en el mundo será la naturaleza pecaminosa de los hombres que están todavía en su carne humana. La separación del trigo de la cizaña (Mt. 13: 24-30) y la separación de los peces buenos de los malos (Mt. 13: 47-50) son preparativos necesarios para el reinado de Cristo. El milenio comenzará con todos los adultos convertidos como verdaderos creyentes en Cristo. Los hijos que nazcan durante el milenio serán sujetos al reinado justo de Cristo y serán castigados hasta el punto de la muerte física si se rebelan contra su Rey (Is. 65:17-20; Zac. 14:16-19). El pecado abierto será castigado y nadie podrá rebelarse contra el Rey en el reino milenial.

E. El Lugar Especial De Israel En El Reino Milenial

Durante el período del reino milenial Israel gozará de un lugar de privilegio y de bendición especial. En contraste con la edad actual de la iglesia, en que judíos y gentiles están en un mismo plano y tienen los mismos privilegios, el pueblo de Israel en el milenio heredará la tierra prometida y será objeto del favor especial de Dios. Será el tiempo de la reunión de Israel, su restablecimiento como nación y la renovación del reino davídico. Al fin Israel poseerá la tierra permanentemente y en forma completa.

Muchos pasajes tratan de este asunto. En el milenio los israelitas serán reunidos y restaurados a su antigua tierra (Jer. 30:3; 31:8-9; Ez. 39:25-29; Am. 9:11-15). Habiendo sido conducidos de regreso a su tierra, Israel estará formado por los súbditos del reino davídico revivido (Is. 9:6-7; 33:17, 22; 44:6; Jer. 23:5; Dn. 4:3; 7:14, 22, 27; Mi. 4:2-3, 7). Los reinos divididos de Israel y Judá volverán a unirse nuevamente (Jer. 3:18; 33:14; Ez. 20:40; 37:15-22; 39:25; Os. 1:11). Israel, como la esposa de Jehová (Is. 54; 62:2-5; Os. 2:14-23), estará en una posición de privilegio sobre los creyentes gentiles (Is. 14:1-2; 49:22, 23; 60:14-17; 61:6-7). Muchos pasajes también hablan del hecho de que Israel revivirá espiritualmente (Is. 2:3; 44:22-24; 45:17; Jer. 23:3-6; 50:20; Ez. 36:25-26; Zac. 13:9; Mal. 3:2-3). Muchos otros pasajes dan información adicional acerca del estado bienaventurado de Israel, su avivamiento espiritual y su goce de la comunión con su Dios.

Aunque los gentiles no tendrán título en la tierra prometida, también tendrán bendiciones abundantes, como se puede deducir de varios pasajes del Antiguo Testamento (Is. 2:2-4; 19:24-25; 49:6, 22; 60:1-3; 62:2; 66:18-19; Jer. 3:17; 16:19). La gloria del reino para Israel y para los gentiles sobrepasará en mucho cualquier cosa que el mundo haya experimentado antes.

F. Bendiciones Espirituales En El Milenio

Aunque el milenio se describe correctamente como el gobierno político de Cristo sobre la tierra, las características del reino proveerán un contexto para una vida espiritual abundante en tal grado que ninguna dispensación anterior había podido lograrlo. Por cierto, esto se debe al hecho de que Satanás está encadenado, el pecado es juzgado de inmediato y se logra el conocimiento universal del Señor. Según Isaías 11:9: «La tierra será llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mar.»

Se dan muchas promesas de bendiciones espirituales interiores que provienen del nuevo pacto. Jeremías 31:33, 34 declara: «Este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.» Será un período de justicia (Sal. 72:7; Is. 2:4). Las condiciones espirituales también harán posible un gozo y una bendición no acostumbrados para el pueblo de Dios (Is. 12:3, 4; 61:3, 7).

Aunque no hay evidencias de que el Espíritu de Dios vaya a bautizar creyentes en una nueva unidad espiritual como ocurre en la iglesia actual, habrá, sin embargo, el poder y presencia interior en los creyentes durante el milenio (Is. 32:15; 44:3; Ez. 39:29; Ji. 2:28-29). Debido a la situación especial, indudablemente habrá una mayor bendición espiritual en todo el mundo durante el milenio que en cualquier otra dispensación anterior.

Como un centro para la adoración, se describe un templo milenial en Ezequiel 40-46. En este templo se ofrecen sacrificios que difieren algo de los sacrificios mosaicos. Los intérpretes han diferido en cuanto a si deben ser tomados literalmente o deben recibir otro tipo de explicación. No hay razones sólidas para no aceptar el templo y el sistema sacrificial como una profecía literal.

Aunque la muerte de Cristo ha puesto fin a la ley mosaica y al sistema de sacrificios, los mencionados por Ezequiel parecen tener un carácter conmemorativo, mirando hacia atrás, hacia la cruz, así como los sacrificios del Antiguo Testamento miraban hacia adelante al sacrificio de la cruz.

En el milenio, con su extraordinaria bendición espiritual, lo terrible del pecado y la necesidad del sacrificio de Cristo serán más difíciles de comprender que en las dispensaciones anteriores. En consecuencia, parece que el sistema de sacrificios se introduce como un recordatorio de la necesidad que hubo del sacrificio de Cristo, único que puede quitar el pecado. Si los sacrificios del Antiguo Testamento eran un anuncio adecuado de la muerte de Cristo, un medio similar podría emplearse en el milenio como un modo de conmemorarlo.

En todo caso, hay claras evidencias de que el milenio será un tiempo de bendiciones espirituales mayores que lo acostumbrado, período en que la tierra estará caracterizada por la justicia, el gozo y la paz.

La abundancia de las bendiciones espirituales traerá importantes progresos sociales y económicos que superarán a todo lo conocido en dispensaciones previas. El hecho de que todos tendrán justicia y que los mansos serán protegidos asegurará la equidad en asuntos económicos y sociales. Probablemente la mayoría de las personas conocerán al Señor. La tierra misma se verá liberada de la maldición que hay sobre su productividad (Is. 35:1-2), y habrá lluvias abundantes (Is. 30:23; 35:7). En general, habrá prosperidad, salud y bendiciones físicas y espirituales como nunca antes el mundo había conocido.

La situación milenial también incluirá importantes cambios en la tierra, algunos de ellos producidos por las grandes catástrofes de la Gran Tribulación y otros relacionados con la segunda venida de Cristo. Donde ahora está el Monte de los Olivos en Jerusalén, se extenderá un gran valle de este a oeste (Zac. 14:4). Otro rasgo especial del período es que Jerusalén será exaltada por sobre el territorio que la rodea (Zac. 14:10). Como un todo, la tierra prometida será una vez más el jardín del mundo, el centro del reino de Dios en la tierra y el lugar de bendiciones especiales. En muchos respectos, el reino milenial será una edad de oro, el climax de la historia de la tierra y el cumplimiento del propósito de Dios de establecer a su Hijo como el supremo gobernador del universo.

¡¡¡¡¡Maranata Cristo Viene!!!!

SORPRESA: ¡GESÙ NON STA SEDUTO IN IL TRONO DI DAVID IN IL CIELO!

Questo è un scritto di Mario A Olcese Sanguineti (APOLOGETA)  

Gli a-millennialisti o amillenaristi ed i Preteristi estremi sostengono che il nostro Maestro Gesù, il Messia, è seduto nel trono di David nel cielo. Essi allegano che il Messia ritornò al cielo per governare al suo popolo dal suo trono personale («il trono di Davide», compiendo così la profezia di Luca 1:32,33.

Tuttavia, quello che questi amilenaristi ignorano è che Yahshúa il Messia non andò al cielo per sedersi nel suo proprio trono bensì nel trono di suo Padre! Questi ignorano che Il Messia avrà il suo trono Ed il Suo Governo nella terra, 2 Sam.23:1, VV.1960, Jer. 3:17, e che suo Padre ha il Suo proprio nel cielo. Pertanto, è momento di chiarire questo tema che è stato passato per alto per la maggioranza di studenti del Bibbia. Andiamo, dunque, a smascherare l’errore dell’insegnamento che il Messia sta regnando nel suo trono («quello di Davide», nel cielo, già sia dall’anno 31 DC o dal 1914 DC.

LA TESTIMONIANZA DI GIOVANNI E L’APOCALISSE

Esaminiamo quello che dice Giovanni sui troni esistenti nel cielo, e ferma quell’esaminiamo tutti i versi nel libro di Apocalisse dove appaiono il parole «trono» e troni.» In questo modo potremo scoprire se esisti un trono personale per il Padre ed un altro personale per il Figlio— e per lo Spirito Santo!. I testi dove appaiono il parole «trono» e «troni» nel libro di Apocalisse sono i seguenti:

Ap. 4:2,4,5,6,9,10; 5:1,6,7,11,13; 6:16, 7:8,10,11, 15,17; 8:3;11:16; 12:5; 14:3,5; 16:10,17; 19:4,5; 20:4,11; 21:5; 22:3.

APOCALISSE 4: 2, 3, 4, 5, 6, 9 ,10:

Apocalisse 4

2 Subito fui rapito in estasi. Ed ecco, c’era un trono nel cielo, e sul trono uno stava seduto. 3 Colui che stava seduto era simile nell’aspetto a diaspro e cornalina. Un arcobaleno simile a smeraldo avvolgeva il trono. 4 Attorno al trono, poi, c’erano ventiquattro seggi e sui seggi stavano seduti ventiquattro vegliardi avvolti in candide vesti con corone d’oro sul capo. 5 Dal trono uscivano lampi, voci e tuoni; sette lampade accese ardevano davanti al trono, simbolo dei sette spiriti di Dio. 6 Davanti al trono vi era come un mare trasparente simile a cristallo. In mezzo al trono e intorno al trono vi erano quattro esseri viventi pieni d’occhi davanti e di dietro. E ogni volta che questi esseri viventi rendevano gloria, onore e grazie a Colui che è seduto sul trono e che vive nei secoli dei secoli, 10 i ventiquattro vegliardi si prostravano davanti a Colui che siede sul trono e adoravano Colui che vive nei secoli dei secoli e gettavano le loro corone davanti al trono, dicendo…”

Commento:

In questi versetti si parla di una sola Persona Divina la quale è seduta in un trono e circondata per 24 troni che sono per i 24 anziano. Noti Lei che non si dice che i 24 troni stanno circa due troni, e molto meno, di tre.

APOCALISSE 5: 1, 6, 7, 11, 13:

Apocalisse 5

E vidi nella mano destra di Colui che era assiso sul trono un libro a forma di rotolo, scritto sul lato interno e su quello esterno, sigillato con sette sigilli. 6 Poi vidi ritto in mezzo al trono circondato dai quattro esseri viventi e dai vegliardi un Agnello, come immolato. Egli aveva sette corna e sette occhi, simbolo dei sette spiriti di Dio mandati su tutta la terra. 7 E l’Agnello giunse e prese il libro dalla destra di Colui che era seduto sul trono. 11 Durante la visione poi intesi voci di molti angeli intorno al trono e agli esseri viventi e ai vegliardi. Il loro numero era miriadi di miriadi e migliaia di migliaia 13 Tutte le creature del cielo e della terra, sotto la terra e nel mare e tutte le cose ivi contenute, udii che dicevano:«A Colui che siede sul trono e all’Agnello lode, onore, gloria e potenza,nei secoli dei secoli».

Commento:

Se esaminiamo con attenzione questi versi del capitolo 5 di Apocalisse dove appare la parola «trono«, non troveremo evidenza che il Messia sia seduto nel suo proprio trono individuale o personale. Questo è chiaro.

APOCALISSE 6:16

Apocalipsis 6

16 “e dicevano ai monti e alle rupi: Cadete sopra di noi e nascondeteci dalla faccia di Colui che siede sul trono e dall’ira dell’Agnello”

Commento:

Nel capitolo 6 di Apocalisse neanche troviamo evidenza che Gesù, il Messia, sia seduto nel suo proprio trono nei cieli.

APOCALISSE 7: 9, 10, 11, 15, 17

Apocalisse 7

9 Dopo ciò, apparve una moltitudine immensa, che nessuno poteva contare, di ogni nazione, razza, popolo e lingua. Tutti stavano in piedi davanti al trono e davanti all’Agnello, avvolti in vesti candide, e portavano palme nelle mani. 10 E gridavano a gran voce:«La salvezza appartiene al nostro Dio seduto sul trono e all’Agnello».11 Allora tutti gli angeli che stavano intorno al trono e i vegliardi e i quattro esseri viventi, si inchinarono profondamente con la faccia davanti al trono e adorarono Dio dicendo… 15 Per questo stanno davanti al trono di Dio e gli prestano servizio giorno e notte nel suo santuario; e Colui che siede sul trono stenderà la sua tenda sopra di loro. Perché l’Agnello che sta in mezzo al trono sarà il loro pastore e li guiderà alle fonti delle acque della vita. E Dio tergerà ogni lacrima dai loro occhi». perché l’Agnello che sta in mezzo al trono sarà il loro pastore e li guiderà alle fonti delle acque della vita. E Dio tergerà ogni lacrima dai loro occhi».

Commento:

In questo capitolo 7 di Apocalisse abbiamo esaminato tutti i versetti dove appare il vocabolo «trono» ed osserviamo che non si dice niente che il Figlio sia seduto su detto trono.

APOCALISSE 8:3

Apocalisse 8

3 Poi venne un altro angelo e si fermò all’altare, reggendo un incensiere

d’oro. Gli furono dati molti profumi perché li offrisse insieme con le preghiere di tutti i santi bruciandoli sull’altare d’oro, posto davanti al trono.

Commento:

Neanche nel capitolo otto di Apocalisse troviamo che Il Messia sia seduto nel suo trono personale o individuale.

APOCALISSE 11:16

Apocalisse 11

16 Allora i ventiquattro vegliardi seduti sui loro troni al cospetto di Dio, si prostrarono faccia a terra e adorarono Dio dicendo…”

Commento:

Neanche troviamo nel capitolo undici di Apocalisse che Gesù, il Messia, sia seduto nel suo trono personale o individuale. È verità che si parla di troni ma questi sono per i 24 vegliardi anziani.

APOCALISSE 12:5

Apocalisse 12

5 Essa partorì un figlio maschio, destinato a governare tutte le nazioni con scettro di ferro, e il figlio fu subito rapito verso Dio e verso il suo trono.

Commento:

Nel capitolo dodici di Apocalisse appare una volta il vocabolo ‘trono’ nel verso 5. Nonostante, questo trono non è il trono del Figlio destino di Yahwéh, il Padre.

APOCALISSE 14:3,5

Apocalisse 14

3 Essi cantavano un cantico nuovo davanti al trono e davanti ai quattro esseri viventi e ai vegliardi. E nessuno poteva comprendere quel cantico se non i centoquarantaquattromila, i redenti della terra. 5 Non fu trovata menzogna sulla loro bocca; sono senza macchia.

Commento:

È chiaro che neanche nel capitolo 14 di Apocalisse si parla di un trono personale del Figlio di Dio. Il verso 5 dice chiaramente che il trono è di Dio, il Padre.

APOCALISSE 16:17

Apocalisse 16

17 Il settimo versò la sua coppa nell’aria e uscì dal tempio, dalla parte del trono, una voce potente che diceva: «È fatto!».

Commento:

Neanche nel capitolo 17 si parla di un trono per il Figlio di Dio. Semplicemente si parla di un trono che sta nel tempio del cielo.

APOCALISSE 19:4,5

Apocalisse 19

4 Allora i ventiquattro vegliardi e i quattro esseri viventi si prostrarono e adorarono Dio, seduto sul trono, dicendo: «Amen, alleluia».5 Partì dal trono una voce che diceva: «Lodate il nostro Dio,voi tutti, suoi servi, voi che lo temete, piccoli e grandi!».

Commento:

Nel capitolo 19 di Apocalisse neanche si parla di un trono che appartenga al Figlio di Dio, bensì suolo a Dio. Questo è molto importante perché alcuni persone non distinguono questo dettaglio singolare.

APOCALISSE 20:4,11

Apocalisse 20

4 Poi vidi alcuni troni e a quelli che vi si sedettero fu dato il potere di giudicare. Vidi anche le anime dei decapitati a causa della testimonianza di Gesù e della parola di Dio, e quanti non avevano adorato la bestia e la sua statua e non ne avevano ricevuto il marchio sulla fronte e sulla mano. Essi ripresero vita e regnarono con Cristo per mille anni; 11 Vidi poi un grande trono bianco e Colui che sedeva su di esso. Dalla sua presenza erano scomparsi la terra e il cielo senza lasciar traccia di sé.

Commento:

Questa è una visione dell’era ventura quando Gesù, il Messia, inauguri il suo regno millenario nella terra. I troni che sono visti sono i troni dei martiri che regneranno con Il Messia nella terra.

APOCALISSE 21:5

Apocalisse 21 

5 E Colui che sedeva sul trono disse: «Ecco, io faccio nuove tutte le cose»; e soggiunse: «Scrivi, perché queste parole sono certe e veraci.

Commento:

Neanche questo versetto, né il suo contesto, ci dice che questo trono è del Figlio di Dio, bensì piuttosto del Padre.

APOCALISSE 22:1, 3

Apocalisse 22

Mi mostrò poi un fiume d’acqua viva limpida come cristallo, che scaturiva dal trono di Dio e dell’Agnello. 3 E non vi sarà piùmaledizione. Il trono di Dio e dell’Agnello

Commento:

Il capitolo 22 si riferisce essenzialmente all’era del regno nella nuova terra, e l’unico verso che ci parla di un trono del Padre è il 3.

JESÜS IL MESSIA È SEDUTO IN IL TRONO DI YAHWÉH

Abbiamo dimostrato che il Maestro Gesù, il Messia, non è seduto nel Suo trono di autorità nei cieli. È cruciale menzionare che lo stesso Maestro Yahshúa il Messia dice la cosa seguente: «Al che venciere, gli darò che si sente con me nel mio trono, come io ho vinto, e mi sono seduto con mio Padre nel Suo Trono». Prendiamo nota che il Messia è seduto nel trono di suo Padre— Non nel suo! Questa verità è passata per alto per gli studenti del Bibbia. La maggioranza crede che il nostro Maestro è ora seduto nel suo proprio trono (quello di Davide) suo Padre, nel cielo, ma questo non ha base scritturerebbe. È impossibile che il Messia sia seduto simultaneamente nel suo trono e nel trono di Suo Padre. Ma ci sarà un trono per il Padre ed un altro per il Figlio quando la Nuova Gerusalemme discenda alla terra e Dio stia con Il Messia tra gli uomini. Pertanto, Gesù non si è seduto ancora nel suo trono reale, perché non è arrivata la sua ora per farlo, né l’ora dei santi. Ma arriverà l’ora quando il Messia ed i suoi santi si sentono nei suoi troni nella terra (Daniele 7.13,14,18,22,27).

Ma continuiamo ad esaminare più versetti biblici che c’insegnano che il Messia non è ancora seduto nel suo trono reale:

Colossesi 3:1:

1 Se dunque siete risorti con Cristo, cercate le cose di lassù, dove si trova Cristo assiso alla destra di Dio.

Ebrei 8:1

1 Il punto capitale delle cose che stiamo dicendo è questo: noi abbiamo un sommo sacerdote così grande che si è assiso alla destra del trono della maestà nei cielo.  

Ebrei 12:2

2 tenendo fisso lo sguardo su Gesù, autore e perfezionatore della fede. Egli in cambio della gioia che gli era posta innanzi, si sottopose alla croce, disprezzando l’ignominia, e si è assiso alla destra del trono di Dio.

Prendiamo nota che Gesù non appare seduto in un trono personale alla destra del trono del Padre. Cioè, non ci sono due troni di potere ed autorità nei cieli, e meno, tre. Gesù appare seduto alla destra del trono. Questa possibilità sembra più coerente. La cosa importante è emergere che non si parla mai nel NT che il Messia sia seduto in un trono personale di potere ed autorità come quello che ha il Padre.

¿CÚANDO POI SI METTERÀ A SEDERE IL MESSIA NEL SUO TRONO PERSONALE DI GLORIA?

Se come abbiamo dimostrato Gesù non sta seduto ora nel suo trono personale di gloria, ci domandiamo: quando lo farà? La risposta le diede lo stesso Maestro Gesù, il Messia, in Mateo 25:31,34: “Quando il Figlio dell’uomo verrà nella sua gloria con tutti i suoi angeli, si siederà sul trono della sua gloria. 34 Allora il re dirà a quelli che stanno alla sua destra: Venite, benedetti del Padre mio, ricevete in eredità il regno preparato per voi fin dalla fondazione del mondo”. Pertanto, è molto indubbiamente Gesù non si sedette nel suo trono di gloria né il 33 DC, né nel 70 D.C., né nel 1914 DC,… e meno, i suoi seguaci! Ma quando egli ritorni in gloria coi suoi sacri angeli, allora, e solo allora, si siederà nel trono di Davide suo Padre a Gerusalemme insieme a tutti i salva di tutte le epoche (Salmi 122:3-5). Noti Lei che i troni dei santi staranno— dove?—A GERUSALEMME!

Nell’interessante ‘Parabola della Dieci Mini’ Gesù dovette correggere l’idea errata dei suoi seguaci che il suo regno era imminente, Luca 19:11. Disse loro in quella parabola che un ‘uomo nobile’, egli stesso, andò ad un ‘paese lontano’ (cielo, per ricevere un regno e ritornare) v.12. Nel frattempo, i suoi servi dovrebbero occuparsi della sua casa e dei suoi commerci fino a che egli ritornasse nuovamente alla terra per prenderli conta dei frutti del suo lavoro. Quelli che moltiplicarono più le sue miniere avrebbero più autorità governativa sulle nazioni (vs 13-19).

UNA REFLEXIÓN SOBRE EL VOCABLO ‘RESTAURAR’

Foto: Casi desde el momento en que muere Franco, empieza la transición en España, con la proclamación de Juan Carlos I de Borbón como rey por deseo de Franco.

El diccionario de la Lengua Española define la palabra restauración, así.

(Del lat. restauratĭo, -ōnis).

1. f. Acción y efecto de restaurar.

2. f. En un país, restablecimiento del régimen político que existía y que había sido sustituido por otro.

3. f. Reposición en el trono de un rey destronado o del representante de una dinastía derrocada.

4. f. Período histórico que comienza con esta reposición

Nótese que el vocablo “Restauración” significa, entre otras cosas, la reposición en el trono de un rey destronado o del representante de una dinastía derrocada. Pues bien, en Hechos 1:6, los discípulos le preguntan a Jesús, lo siguiente: “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”. Aquí vemos que los discípulos le preguntaron a Jesús si la restauración del reino a Israel sería inminente o no, y Jesús les responde que sólo el tiempo exacto lo sabe Dios, el Padre (v.7).

Basándonos en las promesas bíblicas, y en la definición que nos brinda el Diccionario de la Lengua Española de la palabra ‘restauración’, creemos que debe acontecer en Israel la reposición del rey destronado o de un representante legal (p.e. un descendiente real del rey destronado). De modo que si esto mismo no ocurre en el futuro en Israel, se podrá seguir afirmando que aún no ha acontecido la reposición de un representante legal y real en el trono vacante.

Sabemos que Sedequías fue el último rey Judío que gobernó en Jerusalén, el cual fue depuesto por Nabucodonosor en 586 AC por su impiedad. Desde esa fecha el trono davídico en Israel  ha quedado vacante hasta el presente y sólo será restaurado hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y a él le será entregado el poder por orden del Altísimo. Sólo cuando ocurra ese evento glorioso, la restauración esperada habrá sido plenamente cristalizada o cumplida.

Así que el Reino de Dios es algo que deberá ser restaurado a Israel en algún momento en el futuro. Y cuando se habla de un reino restaurado, lo que se quiere decir es que ese reino existió en un lugar y pueblo definidos, que desapareció por la impiedad del último rey y su pueblo, y que debe volver a aparecer en el futuro exactamente en el mismo lugar y pueblo con un rey legítimo. Así pues, si el reino fue terrenal y político, entonces deberá ser restaurado como un reino terrenal y político, porque cualquier otra forma de presentación no sería igual al original, y por tanto, no podría hablarse de una verdadera restauración del reino original. Si restauro un jarrón resquebrajado de barro y de color negro, y termino presentando un jarrón de cristal amarillo trasparente, ¿podríamos decir que dicho jarrón ha sido restaurado fielmente? Si cualquier cosa restaurada no se parece al original, entonces no se ha hecho una verdadera restauración de esa cosa. Eso es obvio para cualquiera con dos dedos de frente. Pero esto es precisamente lo que muchos teólogos cristianos han hecho  con el reino original. Sencillamente lo han cambiado por otro que no tiene las mismas características que el original. Ahora el reino es presentado en las iglesias como uno que es por naturaleza espiritual y celestial, y no teocrático y terreno como lo fue originalmente. Ahora los más de los cristianos creen que Cristo reina y reinará desde los cielos, o que Jesús gobierna en el corazón de los creyentes. Otros creen que el reino es la iglesia misma que reina en el mundo y ejerce su poder y autoridad sobre los pueblos a través de sus “ungidos”. Pero toda esta gama de creencias no se parecen en nada al reino original.

 

LA PROMESA DE UN TRONO

Tdo. por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Una vez que el rey David conquistó Jerusalén, la estableció como la capital de Israel, y él había construido su propia casa, él vino a hacerse la pregunta, «¿Si estoy viviendo en una casa de cedro, ¿por qué el arca del pacto de Yahvé habita en una tienda de campaña?» David propuso a Natán, el profeta, construir una casa para Dios, un templo. En primer lugar, y sin consultar a su Dios, Natán autorizó la idea, diciendo: «Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo.» Pero, esa noche vino la palabra de Dios a Natán explicando cómo Yahvé se sentía acerca de esta propuesta. En primer lugar, Dios dijo que David no construiría una casa para él. Él nunca se ha quejado habitar en una tienda de campaña ni ha pedido alguna tener una casa de cedro. Entonces, mientras Dios continuaba, algunas inmensas promesas fueron dichas sobre David y sus descendientes:

1 Crónicas 17.7-15

7 «Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel; y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra. Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,  y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa.  Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente. Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre. Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David. 

Ahora, pues, por lo que se le dice a mi siervo David:» Así ha dicho Jehová de los ejércitos, «Yo te tomé del prado, de detrás de las ovejas, para ser líder de mi pueblo Israel. 8 «He estado contigo en dondequiera que se han ido, y han cortado todos tus enemigos de delante de vosotros, y os haré un nombre como el nombre de los grandes que están en la tierra. 9 «Voy a nombrar a un lugar a mi pueblo Israel, y los plantaré, para que habite en su propio lugar y no moverse de nuevo, y los malos no será un desperdicio de ellos nunca más como antes, 10 desde el día que yo jueces de la orden de ser sobre mi pueblo Israel. Y voy a someter a todos sus enemigos. Por otra parte, te digo que el Señor va a construir una casa para usted. 11 «Cuando tus días sean cumplidos que usted debe ir a estar con tus padres, que creará uno de tu descendencia después de ti, que será de sus hijos, y voy a establecer su reino. 12 «Él edificará una casa para mí, y yo estableceré su trono para siempre. 13 «yo seré su padre y él será mi hijo, y no voy a tomar mi misericordia fuera de él, como la quité de aquel que fue antes que tú. 14 «Pero yo lo confirmaré en mi casa y en mi reino para siempre, y su trono será establecido para siempre ‘». «15 De acuerdo con todas estas palabras y de acuerdo a toda esta visión, así habló Natán a David.

Dios dice que en lugar que David le construya a Él una casa, Él va a construir una para David. Este es un juego de palabras porque la palabra «casa» también se puede aplicar a un edificio literal o una dinastía de familia. Dios aquí las promete a David establecer sus descendientes como una dinastía duradera ante él (a diferencia de Saúl, su predecesor, que no llegó a durar en el reino, incluso para una generación). Luego, cuando David finalmente muere, Dios establecerá el reino de uno de sus descendientes (de entre sus hijos). Este hijo va a construir una casa para Dios (es decir, el templo) y su trono será establecido para siempre. Él será el hijo de Dios, y Dios será su Padre. Él será instalado en la casa de Dios y en el reino de Dios para siempre.

A primera vista, esta profecía acerca del descendiente de David sin duda parece ser Salomón (el hijo de David, quien construyó el templo). Sin embargo, hay un hijo mayor a quien esta profecía también se aplica, al menos según el ángel Gabriel. Aproximadamente un milenio después de esta profecía Gabriel fue enviado a una virgen llamada María con las siguientes palabras:

Lucas 1,31-35

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.  Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”. 

Tenga en cuenta los paralelismos entre estas dos secciones. Jesús será grande, y será el hijo de Dios. Él tendrá el trono de David, y él reinará sobre Jacob (Israel) para siempre, y su reino no tendrá fin. Gabriel está diciendo claramente que Jesús es el último en quien la profecía sería finalmente cumplida, la cual se había anunciado mucho tiempo antes a David por el profeta de Dios, Natán. Por supuesto, hay muchas otras referencias y pocos ecos de esta profecía entre estos dos (como en Isaías y Jeremías, y los Salmos), pero estos dos son los dos extremos de la promesa del trono de Dios. En Jesús, la dinastía de David encuentra su último rey, y este Mesías, el ungido, reinará para siempre!

Otra Escritura que recoge este tema se puede encontrar en el Salmo segundo. Este salmo mesiánico habla de los reyes de la tierra que conspiran juntos contra el Señor y su Mesías para separarlos. Dios se ríe, se burla de ellos, y luego pronuncia un oráculo acerca de su ungido.

Salmo 2,6

«Pero en cuanto a mí, yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.»

Dios dice que ha instalado a su rey en Jerusalén. Esto, por supuesto, podría ser una referencia a cualquier rey davídico (incluido el propio David), pero el salmo sigue cambiando a la voz del rey de Dios mismo que dice:

Salmo 2.7-9

Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.»

El decreto de Yahvé es que este rey en Sión es su Hijo, el que ha engendrado. A este rey se le dice que pida a Dios y seguramente Él le dará las naciones hasta los confines de la tierra como su posesión. Este Mesías regirá con vara de hierro y los romperá como una olla de barro. Entonces, el salmo cambia de  oradores para el salmista que da una palabra de advertencia a los reyes de la tierra.

Salmo 2.10-12

Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.

Los reyes harían mejor en repensar sus planes. Ellos deben adorar a Yahvé y hacer un homenaje a su Hijo. Si no lo hacen, seguramente morirán cuando se encienda la ira del Hijo. Aun así, los que toman el consejo del salmista serán bendecidos, porque el mismo que gobernará el mundo con una vara de hierro sirve de refugio a los que están dispuestos a refugiarse en él.

Ahora, de nuevo, como la profecía anterior, en 1 Crónicas 17, esta profecía parece un poco confusa y puede ser aplicable a David, Salomón, Ezequías, Josías, o incluso el Mesías final (especialmente una vez que nos damos cuenta de que los verbos de tiempo pasado pueden estar hablando de un acontecimiento futuro). Pero, de nuevo el Nuevo Testamento (NT) arroja luz sobre este oráculo de manera que se puede obtener claridad. El NT cita el Salmo 2,7 tres veces y lo aplica a Jesús cada vez (Hechos 13,33; Hb 1,5; 5,5). Además, el anuncio de Gabriel, antes citado, utiliza claramente el lenguaje «hijo de Dios» en referencia a la generación del niño en el vientre de María (Lc 1,35, también vea Mateo 1.18-20). Y por último, hay tres referencias en el Nuevo Testamento para el que gobernaría con una vara de hierro (Salmo 2,9) en Apocalipsis 2,27; 12,5; 19.15. Es, sin duda, que los primeros cristianos leyeron el Salmo 2, como el destino de Jesús, el que ellos creían que era el Mesías. De hecho, hay un texto del Nuevo Testamento que reúne dos de estas profecías (1 Crónicas 17 y el Salmo 2) y se aplica luego a Jesús:

Hebreos 1,5

Por cuál de los ángeles dijo Dios jamás: «Tú eres mi Hijo, hoy te he engendrado»? Y de nuevo, «Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo»?

El contexto de este verso es que el autor de Hebreos está demostrando que el hijo de Dios (Jesús) es superior a los ángeles porque los ángeles no se les dio estas promesas. La primera cita, «Tú eres mi hijo…», es el Salmo 2.7 y la segunda cita: «Voy a ser padre …», es de 1 Crónicas 17.13 (o 2 Sam 7,14 el pasaje paralelo). En Jesús de Nazaret, el Hijo verdadero de Dios, se reúnen dos de estas profecías del reino.

Sin embargo, todavía hay un importante conjunto de preguntas que necesitan ser hechas: «¿Cuándo realmente Jesús realmente regirá a las naciones con una vara de hierro? ¿Cuándo se sienta en el trono de David en Sión (Jerusalén)? ¿Cuándo se heredan los confines de la tierra como su posesión? ¿Cuándo se ha de establecer el reino de Dios para siempre? «La respuesta es que iba a hacer estas cosas- cumpliría su destino-en su venida. Cuando Jesús venga en gloria él cumplirá todas estas profecías y marcará el comienzo de la era mesiánica. En la famosa profecía de las ovejas y las cabras, podemos ver como será su venida. Por último, se sentará en su trono y juzgará al mundo con justicia!

Mateo 25.31-34, 41, 46

31 «Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria. 32 «Todas las naciones serán reunidas delante de él, y él separará a los unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras; 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 «Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo … 41″ Entonces dirá también a los de su izquierda, «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que se ha preparado para el diablo y sus ángeles … 46» irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. «

¿QUÉ ES «EL TRONO DE DIOS Y DEL CORDERO»?

Trono1«Y me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero…. Y no habrá más maldición, sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán. verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá noche allí: no tienen necesidad de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios les da la luz. y reinarán por los siglos de los siglos. «Trono» es singular en el texto griego. Sólo hay un trono, en este contexto, y que es «el trono de Dios» que se menciona en los siguientes seis versos: Matt. 23:22: «Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él.»

Heb. 12:2: «Mirando a Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.»

Apocalipsis 7:15: «Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo. Y el que está sentado en el trono morará entre ellos.»

Rev. 14:5: «Y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.»

Ap. 22:1: «Y me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.»

Ap. 22:3: «Y no habrá más maldición, sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.»

La Biblia en ninguna parte habla de «el trono del Cordero.» Sin embargo, el Cordero está estrechamente relacionado con «el trono de Dios.» Cuando el Cordero de Dios resucitado ascendió al cielo, fue exaltado y glorificado por su Padre. Cristo es la persona más exaltada y gloriosa en el universo, junto a Dios. Está situado muy cerca del trono, porque «se ha sentado a la diestra del trono de Dios.» (Hebreos 12:2; ver también Sal. 110:1; Marcos 16:19, Hechos 2:33, 34; 5:31, 7:55, 56; Rom. 8:34; Ef. 1:20-23 , Phil. 2:9-11; Col. 3:1, Heb. 1:3, 2:9, 8:1; 10:12; 12:2; 1 Ped. 3:22, y Apocalipsis 3:21).

Es evidente que Jesucristo no es Dios, sino que está al lado de Dios, sentado o de pie al lado de Dios, cerca de Dios, cerca de Dios.

Los siguientes textos describen también muy cerca al Cordero  del trono de Dios. En todos los casos observamos que Dios – no «el Cordero» – está en el trono y el Cordero está cerca del trono:

Apocalipsis 5:13: «La bendición y la honra y gloria y poder sea para el que está sentado en el trono, y al Cordero, por siempre y para siempre!»

Apocalipsis 6:16: «Caed sobre nosotros y escondednos del rostro de aquel que está sentado en el trono y de la ira del Cordero!»

Apocalipsis 7:9: «He aquí, una gran multitud… De pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos.»

Apocalipsis 7:10: «La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero!»

Notamos que el que está sentado sobre el trono es «Dios» y que «el Cordero» está separado y es distinto al que se identifica como «Dios» y «aquel que está sentado en el trono.» Por lo tanto, «el Cordero» no puede ser Dios. Si el Dios que está sentado en el trono es las tres personas de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), y el Cordero está sentado sobre un trono adicional, entonces el Cordero tiene que estar sentado en dos tronos. ¿Por qué no está el Padre también sentado sobre dos tronos? ¿Y por qué no hay mención alguna de un trono para el Espíritu Santo?

Del mismo modo, en Apocalipsis 21:22 Juan informa: «Y no vi en ella templo, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo.» Si «el Cordero» es «el Señor Dios Todopoderoso,» ¿por qué están separados por la conjunción «y» como si fueran entidades separadas? ¿Tendría algún sentido si Juan hubiese dicho «el Señor Dios Todopoderoso, y el Padre»? Por supuesto que no! Pero no tiene sentido decir «el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero», porque «el Cordero» no es «el Señor Dios Todopoderoso», como es el Padre.

El Apocalipsis de Juan con frecuencia muestra que Dios y el Cordero y el Espíritu Santo no son los mismos:

Apocalipsis 5:13: «La bendición y la honra y gloria y poder para el que está sentado en el trono, y al Cordero, por siempre y para siempre!» (Tenga en cuenta que el Espíritu Santo no está incluido en esta bendición por toda criatura.)

Apocalipsis 7:10: «La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero!» (Tenga en cuenta que la gran multitud atribuye la salvación a Dios y el Cordero, pero no al Espíritu Santo.)

Rev 11:15: «Los reinos de este mundo se han convertido en los reinos de nuestro Señor y de su Cristo.» (Tenga en cuenta que el Espíritu Santo no aparece en el mensaje de la séptima y última trompeta.)

Ap. 12:10: «Ahora la salvación, y el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo ha llegado.» (Tenga en cuenta que el Espíritu Santo no se menciona.)

Rev. 14:1: «He aquí el Cordero…, Y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en la frente.» (Tenga en cuenta que el nombre del Espíritu Santo no está escrito en la frente.)

Ap. 14:4: «Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y del Cordero.» (Tenga en cuenta que no son las primicias del Espíritu Santo.)

Rev 14:12: «Los santos… Que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús». (Tenga en cuenta que el Espíritu Santo es el que falta.)

Apocalipsis 19:6, 7: «El Señor Dios Todopoderoso reina! Vamos… Para darle gloria, porque las bodas del Cordero ha llegado». (El Espíritu Santo no es mencionado.)

Apocalipsis 20:4: «Yo vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios,… Y vivieron y reinaron con Cristo mil años. (¿Por qué también no reina con el Padre el Espíritu Santo, si el Padre, Cristo y el Espíritu Santo están juntos en la divinidad?

Ap. 20:6: «Ellos serán sacerdotes de Dios y de Cristo.» (¿Por qué no también sacerdotes del Espíritu Santo?)… Porque habla de Dios como su principal representante, Jesús se describe en los siguientes dos versos como «en medio del trono».

Ap. 5:6: «Y miré, y he aquí, en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como si hubiera sido inmolado, que tenía siete cuernos, y siete los ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. «

Apocalipsis 7:17: «Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de agua viva. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos». Dios nunca se describe como «en medio del trono», pero las criaturas son:

Apocalipsis 4:6: «Antes del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal. Y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.»
Jesús también dijo que se sienta en el trono de Dios, pero eso no lo convierte en Dios. Si lo hace, entonces debemos concluir que David y Salomón fueron también los miembros de la Divinidad:

1 Crónicas. 29:23: «Entonces Salomón se sentó en el trono del Señor como rey en lugar de David su padre, y prosperaron, y todo Israel le obedecieron.»

Jesús se sienta en el trono de Dios, no porque es Dios, sino porque Dios le ha concedido ese honor maravilloso, así como Jesús dio a sus discípulos el honor de sentarse en su trono propio:

Apocalipsis 3:21: «Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, como yo he vencido y me senté con mi Padre en su trono.»

La exaltación de Jesús a un trono de gloria se describe de la siguiente manera. Tomamos nota de que él no es Dios (el Anciano de Días), sino que él es el Hijo del Hombre que se somete y es glorificado por Dios (el Anciano de los Días):

Dan. 7:13, 14: «Estaba mirando en las visiones de la noche, y he aquí, uno semejante al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo vino hasta el Anciano de los Días, y le trajeron delante de él. Entonces, le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido».

Jesús es como el hombre noble que «se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver.» (Lucas 19:11-15) El cielo es el «país lejano», donde es coronado como rey (Daniel 7:13, 14). Él ejercerá su reino y se sentará en su trono de gloria cuando regrese. La Iglesia tomará parte en la gobernación futura de Cristo. Los vencedores serán coherederos con Cristo:

Rom. 8:17: «Y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que también seamos glorificados».

2 Tim. 2:12: «Si sufrimos, también reinaremos con él. Si le negamos, él también nos negará».

Los creyentes serán «reyes y sacerdotes», mientras que Cristo es «Rey de reyes» y «Sumo Sacerdote sobre la casa de Dios».(Apocalipsis 1:6, 17:14; Heb. 10:21) Los siguientes textos también muestran que la Iglesia participará con Cristo en el reino futuro:

Apocalipsis 5:10: «Y nos hizo reyes y sacerdotes para nuestro Dios, y reinaremos sobre la tierra.»

Apocalipsis 20:4: «Y vivieron y reinaron con Cristo mil años.»

En conclusión, observamos que en Apocalipsis 22:1-5, los «siervos», «cara», y «nombre» de una sola persona se mencionan. Esa persona es obviamente «el Señor Dios» que está sentado en «el trono de Dios.» (Versículo 5)

 Fuente: www.restorationfellowship.org

 

LA RESTAURACIÓN DEL TRONO Y DEL REINO DE DIOS

AnunciacionGreco2Al anunciar el Ángel del Señor a María que ella daría a luz al Hijo de Dios,  le dijo esto: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, tú concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios os dará el trono de David su padre y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no habrá fin «(Lucas 1:30-33).

Los apóstoles del Señor Cristo Jesús que lo habían seguido fielmente durante el curso de su ministerio, entendían que debían ser recompensados por su fidelidad. Pero de qué manera? Pedro fue el que puso a su pregunta en palabras: «He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. ¿Qué, pues, tendremos? «El Señor le dio una respuesta clara e inequívoca:» Vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros también se sentará en doce tronos para juzgar de las doce tribus de Israel «(Mateo 19:27-28).

La palabra traducida como «regeneración» es muy interesante. El griego palingenesia se deriva de Palin, que significa «nuevo», y génesis, que significa «nacimiento» o «principio». La palabra entonces habla del re-nacimiento o la reconstitución del reino de Israel, que es el reino de Dios, con Cristo que reina en el trono de David su padre (Lucas 1:32-33).

Una palabra con un significado similar ocurre en el libro de los Hechos. Pedro habla de «los tiempos de refrigerio» que «vendrán de la presencia del Señor, y Él envíe a Jesucristo … quien debe recibir los cielos (Salmo 110:1, Hechos 2:32-33) hasta los tiempos de la restitución de todas las cosas de que Dios ha hablado por boca de sus santos profetas «(Hechos 3:19-21). La palabra «restitución» es de la palabra Griega apokatastasis, derivada de apo, «Volver de nuevo,» y kathistemi «poner en orden,» por lo tanto, literalmente, «poner en orden de nuevo», y así completamente restaurado. Obviamente, Pedro se refería al «reino», que debe ser restablecido, con el trono en «Jerusalén como en los días de antaño «(Malaquías 3:4).

Estos puntos son suficientes para convencernos de que la iglesia no es el reino, puesto que la iglesia no requería ser restaurada sino edificada (no reedificada).

SORPRÉNDASE: ¡YAHSHÚA NO ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE DAVID EN EL CIELO!

Jesus_heavenPor Ingº Mario A Olcese (Apologista)

INTRODUCCIÓN

Los Amilenialistas y los Preteristas extremos sostienen que nuestro Maestro Yahshúa el Mesías está sentado en el trono de David en el cielo. Ellos alegan que el Mesías regresó al cielo para gobernar a su pueblo desde su trono personal (“el trono de David”), cumpliendo así la profecía de Lucas 1:32,33. Sin embargo, lo que estos amilenialistas ignoran es que Yahshúa el Mesías no se fue al cielo para sentarse en su propio trono sino ¡en el trono de su Padre!. Estos desconocen que El Mesías tendrá su trono Y SU GOBIERNO en la tierra (2 Sam.23:1, VV.1960, Jer. 3:17), y que su Padre tiene el Suyo propio en el cielo. Por tanto, es momento de aclarar este asunto que ha sido pasado por alto por la mayoría de estudiantes de la Biblia. Vamos, pues, a desenmascarar el error de la enseñanza de que el Mesías está reinando en su trono (“el de David”) en el cielo, ya sea desde el año 31 o desde el 1914.

EL TESTIMONIO DE  JUAN Y EL APOCALIPSIS

Examinemos lo que dice Juan sobre los tronos existentes en el cielo, y para eso vamos a examinar todos los versos en el libro de Apocalipsis donde aparecen las palabras “trono” y tronos”. De este modo podremos descubrir si existe un trono personal para el Padre y otro personal para el Hijo—¡y para el Espíritu Santo!. Los textos donde aparecen las palabras “trono” y “tronos” en el libro de Apocalipsis son los siguientes: Ap. 4:2,4,5,6,9,10; 5:1,6,7,11,13; 6:16, 7:8,10,11, 15,17; 8:3;11:16; 12:5; 14:3,5; 16:10,17; 19:4,5; 20:4,11; 21:5; 22:3.

APOCALIPSIS 4:2,3,4,5,6,9,10:
Apocalipsis 4
2 Y luego yo fui en Espíritu: y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.
3 Y el que estaba sentado, era al parecer semejante á una piedra de jaspe y de sardio: y un arco celeste había alrededor del trono, semejante en el aspecto á la esmeralda.
4 Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.
5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Elohim.
6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.
9 Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás,
10 Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo:

COMENTARIO
En estos versículos se habla de una sola Persona Divina la cual está sentada en un trono y rodeada por 24 tronos que son para los 24 ancianos. Nótese que No se dice que los 24 tronos están alrededor de dos tronos, y mucho menos, de tres.

APOCALIPSIS 5:1,6,7,11,13:
Apocalipsis 5
1 Y VI en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos.
6 Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Elohim enviados en toda la tierra.
7 Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.
11 Y miré, y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los animales, y de los ancianos; y la multitud de ellos era millones de millones,
13 Y oí á toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás.

COMENTARIO

Si examinamos con cuidado estos versos del capítulo 5 de Apocalipsis donde aparece la palabra “trono”, no hallaremos evidencia de que el Mesías esté sentado en su propio trono individual o personal. Esto está claro.

APOCALIPSIS 6:16
Apocalipsis 6
16 Y decían á los montes y á las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero…”

COMENTARIO

En el capítulo 6 de Apocalipsis tampoco encontramos evidencia de que Yahshúa el Mesías esté sentado en su propio trono en los cielos.

APOCALIPSIS 7: 9,10,11, 15,17
Apocalipsis 7
9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos;
10 Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación á nuestro Elohim  que está sentado sobre el trono, y al Cordero.
11 Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos y los cuatro animales; y postráronse sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Elohim,
15 Por esto están delante del trono de Elohim , y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos.
17 Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Elohim  limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.

COMENTARIO

En este capítulo 7 de Apocalipsis hemos examinado todos los versículos donde aparece el vocablo “trono” y observamos que no se dice nada de que el Hijo esté sentado sobre dicho trono. En el verso 10, por ejemplo, descubrimos que quien está sentado en el trono es el Padre y no el Hijo.

APOCALIPSIS 8:3
Apocalipsis 8:
3 Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese á las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

COMENTARIO

Tampoco en el capítulo ocho de Apocalipsis encontramos que El Mesías esté sentado en su trono personal o individual.

APOCALIPSIS 11:16
Apocalipsis 11
16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Elohim  en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron á Elohim .

COMENTARIO

Tampoco encontramos en el capítulo once de Apocalipsis que Yahshúa el Mesías esté sentado en su trono personal o individual. Es verdad que se habla de tronos pero estos son para los 24 ancianos.

APOCALIPSIS 12:5
Apocalipsis 12
5 Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fue arrebatado hasta Elohim  y hasta su trono.

COMENTARIO

En el capítulo doce de Apocalipsis aparece una vez el vocablo ‘trono’ en el verso 5. No obstante, este trono no es el trono del Hijo sino de Yahwéh , el Padre.

APOCALIPSIS 14:3,5
Apocalipsis 14
3 Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra.
5 Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Elohim .

COMENTARIO

Es claro que tampoco en el capítulo 14 de Apocalipsis se habla de un trono personal del Hijo de Elohim . El verso 5 dice claramente que el trono es de Elohim , Elohim  el Padre.

APOCALIPSIS 16:17
Apocalipsis 16
17 Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una grande voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho es.

COMENTARIO

Tampoco en el capítulo 17 se habla de un trono para el Hijo de Elohim . Simplemente se habla de un trono que está en el templo del cielo.

APOCALIPSIS 19:4,5
Apocalipsis 19
4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales se postraron en tierra, y adoraron a Elohim  que estaba sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya.
5 Y salió una voz del trono, que decía: Load á nuestro Elohim  todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.

COMENTARIO

En el capítulo 19 de Apocalipsis tampoco se habla de un trono que le pertenezca al Hijo de Elohim , sino solo a Elohim . Esto es muy importante porque algunas personas no distinguen este detalle singular.

APOCALIPSIS 20:4,11
Apocalipsis 20
4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Yahshúa, y por la palabra de Elohim , y que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con el Mesías mil años.
11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos.

COMENTARIO

Esta es una visión de la era venidera cuando Yahshúa el Mesías inaugure su reino milenario en la tierra. Los tronos que son vistos son los tronos de los mártires que reinarán con El Mesías en la tierra. En Salmos 122:3-5 se nos revela que los tronos del juicio estarán en Jerusalén y no en el cielo.

APOCALIPSIS 21:5
Apocalipsis 21
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

COMENTARIO

Tampoco este versículo (ni su contexto) nos dice que este trono es del Hijo de Elohim , sino más bien del Padre.

APOCALIPSIS 22:1, 3
Apocalipsis 22
1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Elohim  y del Cordero.

3 Y no habrá más maldición; sino que el trono de Elohim  y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.

COMENTARIO

El capítulo 22 se refiere básicamente a la era del reino en la nueva tierra, y el único verso que nos habla de un trono del Padre es el 3. Pero nada en el contexto nos indica que esta visión es una del cielo, sino de la nueva tierra, cuando Elohim  y su Hijo estén con los hombres (21:1-3).

YAHSHÚA EL MESÍAS ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE YAHWÉH  

Hemos demostrado que el Maestro Yahshúa el Mesías NO está sentado en SU trono de autoridad en los cielos. Es crucial mencionar que el mismo Maestro Yahshúa el Mesías dice lo siguiente: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en SU TRONO”. Tomemos nota que el Mesías está sentado en el trono de su Padre—¡No en el suyo! Esta verdad es pasada por alto por los estudiantes de la Biblia. La mayoría cree que nuestro Maestro está ahora sentado en su propio trono (el de David, su Padre) en el cielo, pero esto no tiene base escrituraria. Es imposible que el Mesías esté sentado simultáneamente en su trono y en el trono de Su Padre. Pero habrá un trono para el Padre y otro para el Hijo cuando la Nueva Jerusalén descienda a la tierra y Elohim  esté con El Mesías entre los hombres. Por tanto, Yahshúa aún no se ha sentado en su trono real, pues no ha llegado su hora para hacerlo, ni la hora de los santos. Pero llegará la hora cuando el Mesías y sus santos se sienten en sus tronos en la tierra (Daniel 7.13,14,18,22,27).

Pero sigamos examinando más versículos bíblicos que nos enseñan que el Mesías aún no está sentado en su trono real:

Colosenses 3:1: “Si, pues, habéis resucitado con El Mesías, buscad las cosas de arriba, donde está sentado (no entronizado) a la diestra de Elohim ”.

Hebreos 8:1: “Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó (no dice ‘entronizó’) a la diestra del trono de la Majestad en los cielos”.

Hebreos 12:2: “Puestos los ojos en Yahshúa, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó (no dice ‘entronizó) a la diestra del trono de Elohim ”.

Tomemos nota que Yahshúa NO aparece sentado en un trono personal a la diestra del trono del Padre. Es decir, no hay dos tronos de poder y autoridad en los cielos, y menos, tres. Yahshúa aparece sentado a la diestra del trono. Esto puede interpretarse de dos modos: que él está sentado en un lugar que no es un trono de gloria y de poder propiamente dicho, sino una silla o algo así; o también puede interpretarse como que él está sentado en el propio trono de Elohim , pero al lado derecho del Padre. Esta posibilidad parece más coherente. Lo importante es destacar que nunca se habla en el NT que el Mesías esté sentado en un trono personal de poder y autoridad como el que tiene el Padre. Si estoy errado, por favor demuéstrenmelo con la Biblia. Muéstrenme sólo un texto donde se diga que el Mesías está sentado en un trono personal de autoridad en el cielo al lado derecho del trono del Padre.

¿CÚANDO ENTONCES SE SENTARÁ EL MESÍAS EN SU TRONO PERSONAL DE GLORIA?

Si como hemos demostrado Yahshúa no está sentado ahora en su trono personal de gloria, nos preguntamos: ¿cuándo lo hará? La respuesta la dio el mismo Maestro Yahshúa el Mesías en Mateo 25:31,34: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él , entonces se sentará en su trono de gloria… entonces dirá a los de su derecha: Venid , benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Por tanto, es muy claro que Yahshúa no se sentó en su trono de gloria ni el 33 DC, ni en el 70 DC, ni en el 1914, … ¡y menos, sus seguidores!. Pero cuando él regrese en gloria con sus santos ángeles, entonces, y sólo entonces, se sentará en el trono de David su Padre en Jerusalén junto con todos los salvos de todas las épocas (Salmos 122:3-5). Nótese que los tronos de los santos estarán—¿dónde?—¡EN JERUSALÉN!

En la interesante ‘Parábola de la Diez Minas’ Yahshúa tuvo que corregir la idea errada de sus seguidores de que su reino era inminente (Lucas 19:11). Les dijo en esa parábola que un ‘hombre noble’ (él mismo) se fue a un ‘país lejano’ (cielo) para recibir un reino y volver (v.12). Mientras tanto, sus siervos tendrían que ocuparse de su casa y de sus negocios hasta que él regresara nuevamente a la tierra para tomarles cuenta de los frutos de su trabajo. Aquellos que multiplicaron más sus minas tendrían más autoridad gubernamental sobre las naciones (vs 13-19).

DILEMA AMILENIALISTA

 

El problema de los preteristas es que ellos dicen que el reino ya vino en el año 70 DC, o en el 33DC, en el caso de los amilenialistas. Esto significaría que en aquellos tiempos primitivos el Mesías se sentó en su trono de gloria para regir el mundo sólo con una parte minúscula de sus escogidos, y dejando fuera del camino a todos los santos que vendrían en las futuras generaciones y en los siglos venideros. Pero sucede que en el libro de Apocalipsis no aparece el Mesías sentado en su trono de gloria como ya demostramos antes, sino en el trono de Su Padre. Si damos por cierto que el reino se inauguró en el 33 DC, resulta extraño que en el libro de Apocalipsis, el cual fue revelado décadas después de Pentecostés del 33 DC, no presente al Hijo sentado en su propio trono en el cielo junto con todos los santos desde el principio del libro apocalíptico, sino sólo al final (Caps. 20-22), cuando trata del milenio en la tierra.

Pero aquellos que dicen que el Mesías ya está reinando desde el primer siglo de la Era Común nos deben explicar en qué consiste ese gobierno del Mesías y de su supuesta “iglesia.” Y es que por todos lados vemos problemas y maldades que no tienen parangón. El mundo está pervertido, en caos, en confusión, en peligro de auto-destruirse. Entonces nos preguntamos, ¿puede Yahshúa estar sentado en el cielo gobernando sobre las naciones?¿Qué cosas buenas ha hecho entonces Yahshúa por el mundo desde que él supuestamente se sentó a gobernar a las naciones en el siglo I?¿No dice la Biblia que él gobernaría el mundo con vara de hierro? (Apo. 12:5). Por otro lado, ¿no dice Isaías mismo que el gobierno mesiánico será uno que traerá paz y justicia a todos los pueblos de la tierra? (Isaías 9:6,7).Los amilenialistas deben recordar que Pablo fue irónico con aquellos creyentes que se creían reyes en función. En su carta a los corintios les escribe lo siguiente: “Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros” (1 Corintios 4:8). Como vemos, el apóstol Pablo usó la ironía para mofarse de aquellos creyentes que creían que vivían en el mejor de los mundos y que pensaban que estaban reinando como reyes.

¿CREYERON LOS DISCÍPULOS QUE EL REINO VENDRÍA PRONTO?

No podemos olvidar que los mismos apóstoles querían saber cuándo sería restaurado el reino a Israel. Fue por esta inquietud que los apóstoles le preguntaron a Yahshúa si dicho anhelado reino milenario le sería restaurado a Israel en su época. Sin embargo, es más sorprendente aún lo que el Maestro les respondió al decirles que Su Padre es el único que sabe el tiempo exacto para que se cumpla esa promesa (Hechos 1:3,6,7). Si el reino estaba a las puertas, él pudo habérselos dicho, pero no lo dijo. El fue categórico al afirmar que sólo Elohim  sabe cuando se cumplirá ese anhelo milenario. Obviamente él mismo lo ignoraba por completo y no tenía idea alguna del tiempo preciso.

También debemos recordar que el reino del Mesías significa la vida eterna para todos los creyentes. En el diálogo que tuvo el Mesías con el joven rico en Mateo 19:16-25 el estudiante de la Biblia podrá descubrir que la vida eterna está ligada estrechamente con el reino de Elohim . Tanto la ‘vida eterna’ y el ‘reino eterno’ tienen que ver con el Olám Habá, el Mundo Venidero, mundo del reinado milenario del Mesías. De modo que si alguien quiere decirnos que ya estamos en el reino, debemos inferir que ya tenemos la inmortalidad, y que no moriremos jamás. Lamentablemente todavía la muerte es un enemigo de todos los hombres. Es verdad que tenemos la vida eterna, pero esa vida eterna es una promesa que poseemos por la fe únicamente (1 Juan 2:25). Todavía tenemos que esperar que Yahshúa el Mesías regrese en gloria para que seamos transformados a la semejanza de él. Entonces los creyentes serán cambiados e inmortalizados para entrar en su reino por todo un milenio. Nuestros cuerpos no envejecerán ni morirán como ocurre hoy.EL REINO DEL MESÍAS Y LA REGENERACIÓN DE TODAS LAS COSAS

 

En el reino del Mesías, que es la era de la regeneración, cuando Yahshúa se siente en su trono de gloria, los apóstoles se sentarán también en doce tronos para juzgar (gobernar) a las doce tribus de Israel (Mateo 19:28). Sin duda esto no ocurrió en el año 70 DC, ya que los apóstoles murieron y no tomaron sus tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Notemos que Yahshúa habló de la época de la regeneración como la época de su entronización, en Mateo 19:28: “De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” La palabra “regeneración” viene del Griego (polingenesia), y no se encuentra en otra parte del NT salvo en Tito 3:5, y que denota un nuevo nacimiento espiritual. Plutarco la usa para referirse a las almas en nuevos cuerpos (la doctrina Pitagórica de la trasmigración). Cicerón habla de la “restauración de autoridades y honores”. Filón lo conceptuaba con el “nuevo nacimiento del mundo a través del fuego”. Esto quiere decir que cuando se restaure el reino milenario de Elohim  habrá un nuevo nacimiento de todas las cosas, llamado también “la restauración de todas las cosas” (Hechos 3:19-21), y “nuevos cielos y nueva tierra donde mora la justicia” (2 Pedro 3:13,14, Apocalipsis 21:1,5). Es también la liberación de toda la creación de la corrupción con la manifestación de todos los hijos de Elohim  en cuerpos nuevos. Todos estas promesas y esperanzas de ningún modo se vieron cristalizadas en el primer siglo de la Era Común, ni en ningún otro siglo de nuestra Era.

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“PERO DEL HIJO DICE: TU TRONO, OH DIOS, DURARÁ PARA SIEMPRE…” (¿ES CRISTO DIOS?)

Jesus_heavenHebreos 1:8-9, leemos: “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, durará para siempre, y la justicia es el cetro de tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad, por lo tanto Dios, el Dios tuyo, te ha establecido por encima de tus compañeros para la unción con el óleo de alegría».

Los Trinitarios ven esto como una referencia innegable directa a Jesús el Hijo de Dios que es identificado como Dios. Casi todas las traducciones en español toman la frase «Tu trono, oh Dios», como una cláusula en vocativo en el Griego que significa que gramaticalmente indica que algo o alguien está siendo abordado directamente. Hay algunos eruditos en Griego que ven esta frase como una cláusula nominativa y lo traducen como «Dios es tu trono», implicando que Dios el Padre es la fuente de la autoridad de Jesús. Si bien esta es una traducción gramaticalmente aceptable de esta frase, la mayoría de los comentaristas de este pasaje ven esto como una cláusula de vocativo, por lo que se refiere a Jesús como Dios.

Los no Trinitarios reconocen que la forma nominativa de traducir este pasaje es gramaticalmente legítima, pero no tienen problemas para ver este pasaje como es comúnmente traducido. Se señala que el escritor de este pasaje está citando de un salmo escrito como una canción de bodas para un rey davídico, muy probablemente Salomón más.

El Salmo 45:6-7: Tu trono, oh Dios, durará por siempre y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad, por lo tanto Dios, tu Dios, te ha puesto por encima de tus compañeros por la unción con óleo de alegría.

Este salmo se dirige a un rey humano que se llama dios (elohim). Llamar a los gobernantes humanos dios (elohim) es común en la literatura del Antiguo Testamento. Se trata de un título aplicado a uno que tiene gran poder y autoridad. Los reyes tienen un gran poder y autoridad. Los jueces son llamados dioses (elohim) en el Salmo 82. La aplicación del Salmo 45 a Cristo es muy apropiado puesto que se le ha concedido un gran poder y autoridad sobre los ángeles y todos los demás seres creados. Esto no significa que Cristo es Dios como Dios es Dios. Tampoco que un rey en Israel era Dios como Dios es Dios a pesar de que los Reyes se les otorgó el título de Dios. La evidencia de que Cristo no es Dios como Dios es Dios se encuentra en Hebreos 1:9. «Por eso Dios, el Dios tuyo, te ha puesto por encima de tus compañeros por la unción con óleo de alegría.» Aquí vemos al solo Dios dirigiéndose a Cristo como el de Dios de Cristo. Si Cristo es también el único Dios, entonces tenemos un solo Dios dirigiéndose al único Dios, lo que no tiene sentido alguno. Cabe señalar que esta es una imagen de Cristo en su estado glorificado, dónde él se considera por encima de sus compañeros (posiblemente de otros seres sobrenaturales, ángeles, etc.) Sin embargo, Dios se ve como su Dios. Esto muestra claramente que Dios está por encima de Cristo como el Dios Supremo.

Los no trinitarios enfáticamente señalan que aunque se habla de Cristo como Dios, hay un Dios Supremo a quien Él es responsable y de quien recibe su poder, autoridad y realeza. El versículo 9 es una declaración clara de la subordinación de Jesús al único Dios verdadero. Esto, por sí solo debería despedir todos los conceptos de Jesús como un Ser consustancial, co-igual, hipóstasis co-eterna del único Dios Supremo verdadero.

¿ES CRISTO EN VERDAD EL ANCIANO DE DÍAS?

 

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  Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD) 

«Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente» (Dn. 7:9).  

«Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido» (Dn. 7:13-14). 

La razón de este estudio es descartar la idea de que Cristo, el Hijo de Dios,  y el «anciano de días», el Padre, son la misma persona. Lo haremos fácilmente entendible porque asombrosamente existe la  creencia muy generalizada de que el «anciano de días» y Cristo sean la misma persona, cosa que no es verdad.   

Esta visión del profeta Daniel, traspasa los límites y fronteras de la primera venida de Jesucristo al mundo para redimirlo del pecado en su sacrificio vicario y para la proclamación el Reino de Dios venidero. La visión del profeta Daniel muestra, en primer lugar, en Dn 7:9, un «anciano de días»  vestido con «ropa blanca como la nieve», que tenía el «pelo de su cabeza como la lana limpia», y se deduce, que es «blanca», como su vestimenta. En esta visión simbólica, el «anciano  de días, representa el Dios mismo, el Padre, y su naturaleza eterna. El «vestido blanco» representa la «pureza y santidad de Dios», la «cabeza con el pelo blanco, como lana limpia», la sabiduría también sempiterna de él, su pureza absoluta. El texto a estudiar muestra que el «anciano de días», el Dios del cielo, se sienta, y ha de suponerse, en su trono, que es excelso y glorioso, como «llama de fuego, de ruedas de fuego ardiente» y que representa el  juicio ineludible de Dios y su reinado inacabable. En los textos siguientes, en el 13-14, aparece otro personaje diferente, «uno como un hijo de hombre», que fue llevado (acercado) al «anciano de días», nuevamente aquí, el Padre y Dios. A éste «como un hijo de hombre», habla el texto,  «le fue dado dominio eterno, para que los pueblos y naciones le sirvieran, y que su reino nunca sería destruido».     

Cristo enseñó en su primera venida, en una de sus parábolas, hablando de sí mismo, que él iría a un país  lejano a recibir un reino: 

« Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver» (Lc.19:12).  

El cielo que Cristo ascendió es alegorizado en la parábola como el «país lejano» donde legalmente recibiría del Padre, por su realeza y linaje (un hombre noble, es decir, del linaje de David su padre, véase Mt. 1:1), el oficio real y la facultad para regir el mundo, restituido en tal caso, en su futura segunda venida: «…y volver». Daniel observa en su visión «uno como hijo de hombre que le fue dado dominio eterno, que no pasará, un reino indestructible». Este personaje «como un hijo de hombre» es sin la menor duda el Cristo glorificado en su resurrección, habitando en el tercer cielo y a quien le es entregado del Padre el gobierno terrenal porque dice que «las naciones y pueblos le servirán», concordando con las palabras del Señor en Lc.19:12.  

La visión de Daniel encaja con la descripción novo testamentaria de la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo: 

 El Hijo del Hombre volverá en las nubes del cielo en gloria y poder (véase por favor: Mt. 24:30; Mr.13:26; Lc. 21:27; Ap. 1:7; 14:14). 

Cristo, el Hijo del Hombre, se sentará en su trono de gloria para reinar con sus súbditos las naciones de la tierra (véase por favor: Mt. 25: 31, 34; Ap. 2:26-27; 3:21; 19:15; 20: 4, 6).   

«Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas» (Ap.1:12-15). 

Es cierto que Cristo aparece en el visión de Juan con «cabellos blancos como la blanca lana», pero esto es un simbolismo representativo de los atributos personales de Dios a través de Cristo, una semejanza del «anciano de días» que es el Dios Altísimo por medio de Cristo (compárese con la visión del Dn. 7:9).  

Para no dejarlo a la deriva  (la insistencia, es necesaria y sumamente importante), debemos tener siempre en mente, que un personaje, específicamente, es el «anciano de días» y el otro, es Cristo, que aparece como «uno como un hijo de hombre». No hay nada que indique para hacernos considerar que Cristo, el Hijo del Hombre, sea el «anciano de días». Sería ridículo y poco sensato creerlo de tal modo. La separación entre uno y otro, como individuos, es abismal.   

Cristo, como la imagen perfecta del Dios viviente hecha hombre, refleja en la alegoría de Ap. 1:12-5: la pureza y la sabiduría eterna de Dios (cabeza con cabello blanco, como blanca lana, como nieve); a Dios como el juez justo (ojos como llama de fuego); a Dios como Rey inconmovible (sus pies semejantes al bronce bruñido); la infinita autoridad de Dios (voz como estruendo de muchas aguas).  

Espero, de todo corazón, que este estudio sea de bendición para aquellas personas de mentes abiertas que anhelan conocer este aspecto importante de la célica verdad.  

Amén. 

EL REINO DE DIOS NO HA SIDO ESTABLECIDO TODAVÍA

tronoHay una idea ampliamente difundida de que el reino de Dios ya está en plena existencia, compuesto por los actuales creyentes (‘la iglesia’). Sin embargo, no puede haber duda de que en el presente no podemos estar plenamente en el reino, en vista de que Cristo aún no ha regresado a establecerlo.

Debería ser obvio, por lo que hemos estudiado hasta ahora, «que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios» (1 Co. 15:50). Nuestra herencia es nuestra salvación la cual será revelada «en el tiempo postrero» (1P. 1:4,5). Somos «herederos del reino que ha prometido a los que le aman» (Santiago 2:5), en vista de que el bautismo nos hace herederos de las promesas que fueron hechas a Abraham, las cuales comprenden el evangelio básico del reino (Mt. 4:23; Ga. 3:8,27-29). Por lo tanto, es común encontrar promesas acerca de heredar el reino al regreso de Cristo, cuando se cumplirán las promesas que fueron hechas a Abraham (Mt. 25:34; 1 Co. 6:9,10; 15:50; Ga. 5:21; Ef. 5:5). El uso mismo de este lenguaje de herencia futura muestra que los creyentes no poseen actualmente el reino.

Jesús contó una parábola para corregir a aquellos que pensaban «que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano. para recibir un reino y volver». Entretanto dejó a sus siervos con ciertas responsabilidades. «Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos», y los juzgó (Lc. 19:11-27).

El noble representa a Cristo quien se fue al «país lejano» del cielo a recibir el reino, con el cual regresa al tiempo del juicio, es decir, su segunda venida. Por lo tanto, es imposible que los «siervos» posean el reino en el presente, mientras dura la ausencia de su Señor.

Lo siguiente proporciona prueba adicional de esto :

– «Mi reino no es de este mundo [esta era]», declaró Jesús claramente (Jn. 18:36). Sin embargo, incluso en aquel tiempo pudo decir: «Yo soy rey» (Juan 18:37), mostrando que la ‘realeza’ actual de Cristo no significa que su reino ya esté establecido. Incluso a los fieles del primer siglo se les describe como esperando «el reino de Dios» (Mr. 15:43) .

– Cristo dijo a sus discípulos que él nunca volverìa a beber vino sino «hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre» (Mt. 26:29). Esto implica claramente que el reino había de ser en el futuro, tal como la gente entendió la predicación de Cristo acerca del «evangelio [es decir, proclamaciòn anticipada] del reino de Dios» (Lc. 8:1). «Bienaventurado el que coma pan [en el futuro] en el reino de Dios», fue el comentario de ellos (Lc. 14:15).

– Lucas 22:29,30 continúa este tema: «Yo, pues os asigno un reino… para que comáìs y bebáìs a mi mesa en mi reino».

– Jesùs explicó las señales que anunciarían su segunda venida, y concluyó con el comentario: «Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios» (Lc. 21:31). Esto es absurdo si el reino ya estuviera en existencia antes de la segunda venida.

– «Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios» (Hch. 14:22). Con razón cada sufrido creyente ora vehementemente para que venga el reino (Mt. 6:10).

– Dios «os llamó a su reino» (1 Ts.2:12); en respuesta, debemos buscar la entrada a ese reino llevando ahora una vida espiritual (Mt. 6:33).

¿ESTÁ EL REINO DE DIOS DENTRO DE USTEDES?

Apesar de todo este considerable énfasis, muchos ‘cristianos’ convencionales prefieren basar en un solo pasaje su creencia de que el reino existe actualmente en el corazón de los creyentes: «El reino de Dios está entre vosotros» (Lc. 17:21). El contexto muestra que Jesús estaba hablando a los fariseos (v. 20); por lo tanto, el «vosotros» se refiere a ellos. Ciertamente ellos no eran creyentes cristianos –el reino de Dios no estaba establecido en sus corazones.

Los judíos hacían ostentación pública del celo con que buscaban al Mesìas. En este pasaje, la frase «el reino de Dios» parece ser un título del Mesías, en vista de que él ha de ser el rey del reino. De modo que cuando Jesús entró en Jerusalén, el pueblo gritaba: «¡Bendito el que viene [el Mesías] en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene!» (Mr. 11:9,10). Esto hace un paralelo entre el Mesías y «el reino». Asì Juan el Bautista predicó que «el reino de los cielos se ha acercado. Pues este es [Jesús] aquel de quien habló el profeta Isaías» (Mateo 3:2,3). En nuestro pasaje de Lucas 17:20-24, Jesús contestó su pregunta acerca de «cuándo había de venir el reino de Dios», hablándoles de la venida del «Hijo del Hombre».

El punto de vista de Cristo era que los judíos estaban haciendo tanta ostentación de que estaban a la espera de la venida del Mesías, esperando que él se revelara en poder, que no llegaron a darse cuenta de que el Mesías -«el reino de Dios» –ya estaba entre ellos en la humilde persona de Jesús. Por eso les advirtió: «El reino de Dios [el Mesías] no vendrá con advertencia… he aquí el reino de Dios está entre vosotros» (Lc. 17:20, 21).

Fuente: Bible Basics

JESÚS, EL HEREDERO DEL TRONO DE DAVID

jesus_000Por Sir. Anthony F. Buzzard

El ministerio de Jesús estuvo informado por las Escrituras Hebreas en las cuales El había sido instruido desde su niñez temprana. Como creyente en el Dios de Israel, y de su revelación divina a través de los profetas, él compartió el deseo vivo de la gente judía para el gran día de la liberación de poderes extranjeros y el regreso de los Israelitas a la tierra prometida. Es un error fatal de interpretación divorciar el lenguaje del reino del Nuevo Testamento, de sus raíces en el Antiguo Testamento y de la historia de Israel. La gloria del gobierno de David y de Salomón proporcionó el modelo para un imperio Israelita mucho mayor del futuro. Puesto que fue creído que Jesús era el heredero distinguido a ese trono Davídico (Lucas 1:32, 33), los siguientes textos del Antiguo Testamento, que contienen una referencia directa o implicada al trono de David, construyen un puente entre la herencia real de Jesús y la esperanza cristiana:

“A David y sobre su descendencia y sobre su casa y sobre su trono habrá perpetuamente paz de parte de Jehová” (1 Reyes 2:33).

El señor ha jurado a David… trasladando el reino de la casa de Saúl, y confirmando el trono de David sobre Israel y Judá, de Dan a Beerseba” (2 Sam. 3:9, 10).

Y se sentó Salomón en el trono de David su padre y su reino fue firme en gran manera (1 Reyes 2:12).

El trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová. Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón (1 Reyes 2:45, 46).

El señor vive, que me ha establecido y me ha puesto en el trono de David mi padre (1 Reyes 2:24).

El trono de David significa naturalmente el asiento gubernamental de la dinastía de David en Jerusalén. De importancia crítica es el hecho de que el mismo trono se puede también llamar el trono del reino del Señor, la última frase que es equivalente al Reino de Dios. Esto significa que el rey de Israel, que gobierna en Jerusalén, es embajador elegido de Dios en la tierra. Él preside el Reino de Dios mientras que administra el reino Davídico en Palestina. Así era que Israel miraba hacia adelante al Mesías previsto, el rey ideal de la línea de David, que representa perfectamente al único Dios. El Reino de David, que es también el reino de Dios, está en la tierra, y debe en última instancia ser administrado por el agente comisionado de Dios, el último soberano de la casa real de David que gobierna desde Jerusalén. El término reino de Dios se arraiga en el convenio divino hecho con David. El acoplamiento crucial entre el reino de Israel y el Reino de Dios se encuentra en un número de pasajes clave dominantes del Antiguo Testamento:

Entonces Salomón se sentó en el trono del Señor como rey en lugar de David a su padre; y él prosperó y todo el Israel lo obedeció (1 Crón. 29:23).

Dios ha elegido a mi hijo Salomón para sentarse en el trono del reino del Señor sobre Israel (1 Crón. 28:5).

Vosotros tratáis de resistir al reino del Señor en mano de los hijos de David (2 Crón. 13:8).

Pero yo [Dios] lo confirmaré [Salomón] en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre (1 Crón. 17:14).

Los reyes de Israel estaban profundamente enterados de su posición como gobernantes de Dios. En 1 Reyes 2:24 Salomón entiende que su reinado es por nombramiento divino: «el señor vive, que me ha establecido y me fijó en el trono de David mi padre.»

Cuando la reina de Saba visitó el reino magnífico de Salomón ella también entendía el significado de la frase Reino de Dios. En su entusiasmo sobre la exaltada posición de Salomón y el destino de Israel en el plan divino, ella declaró: «Bendito sea el Señor tu Dios el cual se ha agradado de ti, para ponerte sobre su trono como rey para el Señor tu Dios; por cuanto tu Dios amó a Israel para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto por rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia» (2 Crón. 9:8).

La misma declaración, según lo registrado en el verso paralelo en Reyes (1 Reyes 10:9), habla del trono de Israel confirmando nuevamente que el Reino de Israel es también el Reino de Dios. El mismo verso indica también la función ideal del rey. Es «hacer juicio y justicia» —exactamente el ideal puesto delante de todos los seguidores de Cristo, cuya meta es tener éxito donde Adán falló y recuperar la realeza perdida por él.

El Reino de Dios, entonces, es un imperio gobernado por el rey de Israel entronizado en Jerusalén. Esta definición lanzará un diluvio de luz sobre lo que quiso dar a entender Jesús por las Buenas Noticias sobre el Reino de Dios. La frase hebrea «Reino del Señor» reaparece en Revelación 11:15, donde, al toque de la séptima trompeta, el presente poder político de los estados es transferido al «reino de nuestro Señor y de su Cristo.»

Un examen del trabajo de los profetas de Israel revela su fe inamovible en una era que viene de justicia y de paz para toda la humanidad. El profeta Isaías expresó la visión y la intención de Dios para Israel y el mundo cuando él habló del mensaje de uno «quien anuncia paz y trae buenas noticias de felicidad, que anuncia la salvación, y dice a Sion [Jerusalén], ‘Tu Dios reina!’» (Isa. 52:7). En medio de escenas de tribulación y de juicio el Reino de Dios aparecería, y el reinado del Señor sería establecido en la tierra en la persona del Rey de Israel que viene, el Mesías. Tal es la esperanza suprema de los profetas de Israel cuyo mensaje Jesús hizo suyo mientras que él convocaba a sus paisanos al arrepentimiento en vista del gran día. Lo esencial del Evangelio de Jesús era que el umbral del gran futuro había sido alcanzado. Las promesas hechas a los padres fundadores de Israel serían realizadas por fin.

Nuestra tarea ahora es llegar a estar informados en mayor detalle con los arreglos divinos que Israel pretendió como su herencia única y sobre los cuales Jesús construyó su mensaje salvador acerca del Reino. El Evangelio cristiano no se puede entender fuera de sus lazos en la Biblia Hebrea (véase Gál. 3:8; Rom. 1:1, 2; 15:8; 16:25, 26).

http://www.restorationfellowship.org
http://www.elevangeliodelreino.org
http://www.apologista.blogdiario.com

¿ESTÁ JESÚS SENTADO LITERALMENTE EN SU TRONO A LA DIESTRA DE DIOS?

 Royal thrones in the Residenz of Munich, Bavaria

Trd. Ingº Mario A Olcese (Apologista)

 

 

Pregunta:

 

Con relación a las muchas Escrituras que dicen «y él se sentó a la diestra de Dios» – ¿Significa esto que Jesús está literalmente sentado en la diestra del trono de Dios?

 

Respuesta: 

 

Gracias por su pregunta. Para comenzar, «a la diestra» es un lugar de honor (1 Rey.2:19; Mateo.20:21-23; cp. Mat.25:33-34; 26:64), y la sentada de nuestro Señor a la diestra del Padre es generalmente llamado Su «sesión». Después de que Jesús fue resucitado y ascendió al Padre, habiendo atravesado los cielos, él entró en el templo celestial de Dios, y allí él recibió la proclamación oficial de Su victoria en la cruz, “Siéntate a Mi diestra hasta que los haga a tus enemigos un banquillo para tus pies» (Sal.110:1; Cp. Heb.1:3). El trono de Dios configurado en su estado actual en el tercer cielo es una cosa estupenda y muy diferente de lo que imaginamos cuando usamos la palabra «trono». Cuatro querubines le asisten y le proveen locomoción para él cuando Dios aparece con éste en la tierra (cp. el libro de Ezequiel, especialmente capítulos 1 y 10).

 

Para comprender el trono y todo el objetos en el templo celestial (Ver  Apo.4-5), uno primero debe comprender sus tipos terrenales, a saber, el mobiliario y la parafernalia del tabernáculo /templo terrenal que los representa simbólicamente. Heb.8:5).

 

La estadía de Dios en cielo es pasajera – la tierra es el lugar original de Su reinado sobre la creación (Ezeq.28:13-14); y el lugar final de la residencia de Dios junto con todos los redimidos asimismo será la nueva tierra (Apo.1:8; 21:3; Y passim en Apo.21-22). El tercer cielo es Su «cuartel general de batalla» del cual él está en el proceso de suprimir la  rebelión de Satanás. Tal como el arca de la alianza es llevada adelante por los Israelitas cuando entran en batalla, así debemos ver en ese símbolo y tipo a Dios precediendo a Su pueblo trayendo victoria por Su poder. Sucintamente expresado, el trono de Dios es por consiguiente esencialmente una «carroza de batalla» (un hecho que explica su apariencia única y sus funciones únicas). Mientras que no era imposible o sin precedentes para los reyes en el mundo antiguo recibir a individuos insignes para que se sienten al lado de ellos (cf. 1Reyes.2:19 donde Salomón tiene un trono traído para su madre y ella se sientan a su diestra), en el caso del trono celestial, el asunto es uno de nuestro Señor compartiendo la carroza del Padre (en el mundo antiguo hubo usualmente dos en una carroza) en el lugar de honor.

 

El Hijo del Rey sentado a la diestra del Rey. La presencia del Padre y el Hijo adentro / en esta carroza/trono es así un símbolo de victoria inminente sobre los enemigos de Dios, pronto a ser lograda en el segundo advenimiento cuando Cristo regrese y establezca Su trono en la tierra (cf. la apariencia del arca en Apo.11:19, un pasaje que presagia el segundo advenimiento).

 

Entonces, sí, Jesús está literalmente sentado en la mano derecha del Padre, pero él comparte el trono (en la carroza con el Padre) en vez de sentarse al lado de él. Apo.5:6: «El Cordero estando en el centro del trono») – tal como nosotros, los que seamos fieles en esta vida, se nos promete  que haremos:

 

Al que venza, le concederé que se siente Conmigo en Mi trono, así como también yo he vencido y he tomado Mi asiento con Mi Padre en Su trono (Apo. 3:21).

 

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¡LA MENTIRA DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ EN CUANTO A LA ENTRONIZACIÓN DE JESUCRISTO!

 

Los Testigos de Jehová,  y los Preteristas extremos sostienen que nuestro Maestro Jesús, el Mesías, está sentado en el trono de David en el cielo gobernando al lado del Padre. Ellos alegan que el Mesías regresó al cielo para gobernar al lado del Padre desde su trono personal (“el trono de David”), cumpliendo así la profecía de Lucas 1:32,33. Sin embargo, lo que estos amilenialistas ignoran es que Yahshúa el Mesías no se fue al cielo para sentarse en su propio trono sino ¡en el trono de su Padre!. Estos desconocen que El Mesías tendrá su trono Y SU GOBIERNO en la tierra (2 Sam.23:1, VV.1960, Jer. 3:17), y que su Padre tiene el Suyo propio en el cielo. Por tanto, es momento de aclarar este asunto que ha sido pasado por alto por la mayoría de estudiantes de la Biblia. Vamos, pues, a desenmascarar el error de la enseñanza de que el Mesías está reinando en su trono (“el de David”) en el cielo, ya sea desde el año 31 o desde el 1914.

 

EL TESTIMONIO DE  JUAN Y EL APOCALIPSIS

 

Examinemos lo que dice Juan sobre los tronos existentes en el cielo, y para eso vamos a examinar todos los versos en el libro de Apocalipsis donde aparecen las palabras “trono” y tronos”. De este modo podremos descubrir si existe un trono personal para el Padre y otro personal para el Hijo—¡y para el Espíritu Santo!. Los textos donde aparecen las palabras “trono” y “tronos” en el libro de Apocalipsis son los siguientes: Ap. 4:2,4,5,6,9,10; 5:1,6,7,11,13; 6:16, 7:8,10,11, 15,17; 8:3;11:16; 12:5; 14:3,5; 16:10,17; 19:4,5; 20:4,11; 21:5; 22:3.

 

APOCALIPSIS 4: 2, 3, 4, 5, 6, 9 ,10:

 

Apocalipsis 4

2 Y luego yo fui en Espíritu: y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.3 Y el que estaba sentado, era al parecer semejante á una piedra de jaspe y de sardio: y un arco celeste había alrededor del trono, semejante en el aspecto á la esmeralda.4 Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Elohim.6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.9 Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás,10 Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo:

 

COMENTARIO

En estos versículos se habla de una sola Persona Divina la cual está sentada en un trono y rodeada por 24 tronos que son para los 24 ancianos. Nótese que No se dice que los 24 tronos están alrededor de dos tronos, y mucho menos, de tres.

APOCALIPSIS 5: 1, 6, 7, 11, 13:

 

Apocalipsis 5

 

1 Y VI en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos.6 Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra.7 Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.11 Y miré, y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los animales, y de los ancianos; y la multitud de ellos era millones de millones,13 Y oí á toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás.

 

COMENTARIO

Si examinamos con cuidado estos versos del capítulo 5 de Apocalipsis donde aparece la palabra “trono”, no hallaremos evidencia de que el Mesías esté sentado en su propio trono individual o personal. Esto está claro.

 

APOCALIPSIS 6:16

 

Apocalipsis 6

 

16 Y decían á los montes y á las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero…”

COMENTARIO

En el capítulo 6 de Apocalipsis tampoco encontramos evidencia de que Jesús, el Mesías, esté sentado en su propio trono en los cielos.

 

APOCALIPSIS 7: 9, 10, 11, 15, 17

 

Apocalipsis 7

 

9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos;10 Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero.11 Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos y los cuatro animales; y postráronse sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,15 Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos.17 Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Dios  limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.

 

COMENTARIO

En este capítulo 7 de Apocalipsis hemos examinado todos los versículos donde aparece el vocablo “trono” y observamos que no se dice nada de que el Hijo esté sentado sobre dicho trono. En el verso 10, por ejemplo, descubrimos que quien está sentado en el trono es el Padre y no el Hijo.

 

APOCALIPSIS 8:3

 

Apocalipsis 8:

 

3 Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese á las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

 

COMENTARIO

Tampoco en el capítulo ocho de Apocalipsis encontramos que El Mesías esté sentado en su trono personal o individual.

 

APOCALIPSIS 11:16

 

Apocalipsis 11

16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios  en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios.

 

COMENTARIO

Tampoco encontramos en el capítulo once de Apocalipsis que Jesús, el Mesías, esté sentado en su trono personal o individual. Es verdad que se habla de tronos pero estos son para los 24 ancianos.

 

APOCALIPSIS 12:5

 

Apocalipsis 12

 

5 Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fue arrebatado hasta Dios  y hasta su trono.

 

COMENTARIO

En el capítulo doce de Apocalipsis aparece una vez el vocablo ‘trono’ en el verso 5. No obstante, este trono no es el trono del Hijo sino de Yahwéh, el Padre.

APOCALIPSIS 14:3,5

 

Apocalipsis 14

 

3 Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra.5 Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.

 

COMENTARIO

Es claro que tampoco en el capítulo 14 de Apocalipsis se habla de un trono personal del Hijo de Dios. El verso 5 dice claramente que el trono es de Dios, el Padre.

 

APOCALIPSIS 16:17

 

Apocalipsis 16

 

17 Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una grande voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho es.

 

COMENTARIO

Tampoco en el capítulo 17 se habla de un trono para el Hijo de Dios. Simplemente se habla de un trono que está en el templo del cielo.

 

APOCALIPSIS 19:4,5

 

Apocalipsis 19

 

4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales se postraron en tierra, y adoraron a Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya.
5 Y salió una voz del trono, que decía: Load a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.

 

COMENTARIO

En el capítulo 19 de Apocalipsis tampoco se habla de un trono que le pertenezca al Hijo de Dios, sino solo a Dios. Esto es muy importante porque algunas personas no distinguen este detalle singular.

 

APOCALIPSIS 20:4,11

 

Apocalipsis 20

 

4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con el Mesías mil años.
11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos.

 

COMENTARIO

Esta es una visión de la era venidera cuando Jesús, el Mesías, inaugure su reino milenario en la tierra. Los tronos que son vistos son los tronos de los mártires que reinarán con El Mesías en la tierra. En Salmos 122:3-5 se nos revela que los tronos del juicio estarán en Jerusalén y no en el cielo.

 

APOCALIPSIS 21:5

 

Apocalipsis 21

 

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

 

COMENTARIO

Tampoco este versículo (ni su contexto) nos dice que este trono es del Hijo de Dios, sino más bien del Padre.

 

APOCALIPSIS 22:1, 3

 

Apocalipsis 22

 

1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como

cristal, que salía del trono de Dios  y del Cordero.

 

3 Y no habrá más maldición; sino que el trono de Dios  y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.

 

COMENTARIO

El capítulo 22 se refiere básicamente a la era del reino en la nueva tierra, y el único verso que nos habla de un trono del Padre es el 3. Pero nada en el contexto nos indica que esta visión es una del cielo, sino de la nueva tierra, cuando Dios  y su Hijo estén con los hombres (21:1-3).

 

JESÜS EL MESÍAS ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE YAHWÉH

 

Hemos demostrado que el Maestro Jesús, el Mesías, NO está sentado en SU trono de autoridad en los cielos. Es crucial mencionar que el mismo Maestro Yahshúa el Mesías dice lo siguiente: Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en SU TRONO”. Tomemos nota que el Mesías está sentado en el trono de su Padre—¡No en el suyo! Esta verdad es pasada por alto por los estudiantes de la Biblia. La mayoría cree que nuestro Maestro está ahora sentado en su propio trono (el de David, su Padre) en el cielo, pero esto no tiene base escrituraria. Es imposible que el Mesías esté sentado simultáneamente en su trono y en el trono de Su Padre. Pero habrá un trono para el Padre y otro para el Hijo cuando la Nueva Jerusalén descienda a la tierra y Dios esté con El Mesías entre los hombres. Por tanto, Jesús aún no se ha sentado en su trono real, pues no ha llegado su hora para hacerlo, ni la hora de los santos. Pero llegará la hora cuando el Mesías y sus santos se sienten en sus tronos en la tierra (Daniel 7.13,14,18,22,27).

Pero sigamos examinando más versículos bíblicos que nos enseñan que el Mesías aún no está sentado en su trono real:

 

Colosenses 3:1: Si, pues, habéis resucitado con El Mesías, buscad las cosas de arriba, donde está sentado (no entronizado) a la diestra de Dios.

 

Hebreos 8:1: Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó (no dice ‘entronizó’) a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.

 

Hebreos 12:2: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó (no dice ‘entronizó) a la diestra del trono de Dios”.

 

Tomemos nota que Jesús NO aparece sentado en un trono personal a la diestra del trono del Padre. Es decir, no hay dos tronos de poder y autoridad en los cielos, y menos, tres. Jesús aparece sentado a la diestra del trono. Esto puede interpretarse de dos modos: que él está sentado en un lugar que no es un trono de gloria y de poder propiamente dicho, sino una silla o algo así; o también puede interpretarse como que él está sentado en el propio trono de Dios, pero al lado derecho del Padre. Esta posibilidad parece más coherente. Lo importante es destacar que nunca se habla en el NT que el Mesías esté sentado en un trono personal de poder y autoridad como el que tiene el Padre. Si estoy errado, por favor demuéstrenmelo con la Biblia. Muéstrenme sólo un texto donde se diga que el Mesías está sentado en un trono personal de autoridad en el cielo al lado derecho del trono del Padre.

 

¿CÚANDO ENTONCES SE SENTARÁ EL MESÍAS EN SU TRONO PERSONAL DE GLORIA?

 

Si como hemos demostrado Jesús no está sentado ahora en su trono personal de gloria, nos preguntamos: ¿cuándo lo hará? La respuesta la dio el mismo Maestro Jesús, el Mesías, en Mateo 25:31,34: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él , entonces se sentará en su trono de gloria... entonces dirá a los de su derecha: Venid , benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Por tanto, es muy claro que Jesús no se sentó en su trono de gloria ni el 33 DC, ni en el 70 DC, ni en el 1914, … ¡y menos, sus seguidores!. Pero cuando él regrese en gloria con sus santos ángeles, entonces, y sólo entonces, se sentará en el trono de David su Padre en Jerusalén junto con todos los salvos de todas las épocas (Salmos 122:3-5). Nótese que los tronos de los santos estarán—¿dónde?—¡EN JERUSALÉN!

 

En la interesante ‘Parábola de la Diez Minas Jesús tuvo que corregir la idea errada de sus seguidores de que su reino era inminente (Lucas 19:11). Les dijo en esa parábola que un ‘hombre noble’ (él mismo) se fue a un ‘país lejano’ (cielo) para recibir un reino y volver (v.12). Mientras tanto, sus siervos tendrían que ocuparse de su casa y de sus negocios hasta que él regresara nuevamente a la tierra para tomarles cuenta de los frutos de su trabajo. Aquellos que multiplicaron más sus minas tendrían más autoridad gubernamental sobre las naciones (vs 13-19).

 

DILEMA AMILENIALISTA

 

El problema de los preteristas es que ellos dicen que el reino ya vino en el año 70 DC, o en el 33DC, en el caso de los amilenialistas. Esto significaría que en aquellos tiempos primitivos el Mesías se sentó en su trono de gloria para regir el mundo sólo con una parte minúscula de sus escogidos, y dejando fuera del camino a todos los santos que vendrían en las futuras generaciones y en los siglos venideros. Pero sucede que en el libro de Apocalipsis no aparece el Mesías sentado en su trono de gloria como ya demostramos antes, sino en el trono de Su Padre. Si damos por cierto que el reino se inauguró en el 33 DC, resulta extraño que en el libro de Apocalipsis, el cual fue revelado décadas después de Pentecostés del 33 DC, no presente al Hijo sentado en su propio trono en el cielo junto con todos los santos desde el principio del libro apocalíptico, sino sólo al final (Caps. 20-22), cuando trata del milenio en la tierra.

Pero aquellos que dicen que el Mesías ya está reinando desde el primer siglo de la Era Común nos deben explicar en qué consiste ese gobierno del Mesías y de su supuesta “iglesia.” Y es que por todos lados vemos problemas y maldades que no tienen parangón. El mundo está pervertido, en caos, en confusión, en peligro de auto-destruirse. Entonces nos preguntamos, ¿puede Jesús estar sentado en el cielo gobernando sobre las naciones?¿Qué cosas buenas ha hecho entonces Jesús por el mundo desde que él supuestamente se sentó a gobernar a las naciones en el siglo I?¿No dice la Biblia que él gobernaría el mundo con vara de hierro? (Apo. 12:5). Por otro lado, ¿no dice Isaías mismo que el gobierno mesiánico será uno que traerá paz y justicia a todos los pueblos de la tierra? (Isaías 9:6,7).

 

Los amilenialistas deben recordar que Pablo fue irónico con aquellos creyentes que se creían reyes en función. En su carta a los corintios les escribe lo siguiente: Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros (1 Corintios 4:8). Como vemos, el apóstol Pablo usó la ironía para mofarse de aquellos creyentes que creían que vivían en el mejor de los mundos y que pensaban que estaban reinando como reyes.

 

¿CREYERON LOS DISCÍPULOS QUE EL REINO VENDRÍA PRONTO?


No podemos olvidar que los mismos apóstoles querían saber cuándo sería restaurado el reino a Israel. Fue por esta inquietud que los apóstoles le preguntaron a Jesús si dicho anhelado reino milenario le sería restaurado a Israel en su época. Sin embargo, es más sorprendente aún lo que el Maestro les respondió al decirles que Su Padre es el único que sabe el tiempo exacto para que se cumpla esa promesa (Hechos 1:3,6,7). Si el reino estaba a las puertas, él pudo habérselos dicho, pero no lo dijo. El fue categórico al afirmar que sólo Dios sabe cuando se cumplirá ese anhelo milenario. Obviamente él mismo lo ignoraba por completo y no tenía idea alguna del tiempo preciso.

 

También debemos recordar que el reino del Mesías significa la vida eterna para todos los creyentes. En el diálogo que tuvo el Mesías con el joven rico en Mateo 19:16-25 el estudiante de la Biblia podrá descubrir que la vida eterna está ligada estrechamente con el reino de Dios. Tanto la ‘vida eterna’ y el ‘reino eterno’ tienen que ver con el Olám Habá, el Mundo Venidero, mundo del reinado milenario del Mesías. De modo que si alguien quiere decirnos que ya estamos en el reino, debemos inferir que ya tenemos la inmortalidad, y que no moriremos jamás. Lamentablemente todavía la muerte es un enemigo de todos los hombres. Es verdad que tenemos la vida eterna, pero esa vida eterna es una promesa que poseemos por la fe únicamente (1 Juan 2:25). Todavía tenemos que esperar que Jesús, el Mesías, regrese en gloria para que seamos transformados a la semejanza de él. Entonces los creyentes serán cambiados e inmortalizados para entrar en su reino por todo un milenio. Nuestros cuerpos no envejecerán ni morirán como ocurre hoy.

 

EL REINO DEL MESÍAS Y LA REGENERACIÓN DE TODAS LAS COSAS

 

En el reino del Mesías, que es la era de la regeneración, cuando Jesús se siente en su trono de gloria, los apóstoles se sentarán también en doce tronos para juzgar (gobernar) a las doce tribus de Israel (Mateo 19:28). Sin duda esto no ocurrió en el año 70 DC, ya que los apóstoles murieron y no tomaron sus tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Notemos que Jesús habló de la época de la regeneración como la época de su entronización, en Mateo 19:28: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” La palabra “regeneración” viene del Griego (polingenesia), y no se encuentra en otra parte del NT salvo en Tito 3:5, y que denota un nuevo nacimiento espiritual. Plutarco la usa para referirse a las almas en nuevos cuerpos (la doctrina Pitagórica de la trasmigración). Cicerón habla de la “restauración de autoridades y honores”. Filón lo conceptuaba con el “nuevo nacimiento del mundo a través del fuego”. Esto quiere decir que cuando se restaure el reino milenario de Dios habrá un nuevo nacimiento de todas las cosas, llamado también “la restauración de todas las cosas” (Hechos 3:19-21), y “nuevos cielos y nueva tierra donde mora la justicia” (2 Pedro 3:13,14, Apocalipsis 21:1,5). Es también la liberación de toda la creación de la corrupción con la manifestación de todos los hijos de Dios  en cuerpos nuevos. Todas estas promesas y esperanzas de ningún modo se vieron cristalizadas en el primer siglo de la Era Común, ni en ningún otro siglo de nuestra Era.

 

Más información sobre los «Testigos de Jehová en:

 

www.elevangeliodelreino.org

 

¿ESTÁ JESÚS SENTADO AHORA EN EL TRONO DE DAVID?

 

Tim Warner – 11/2000 

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Una importante pregunta irresoluta dentro del dispensacionalismo progresivo es la interpretación del Pacto de Davídico. Algunos dispensacionalistas progresivos creen que el pacto de Davídico está parcialmente cumplido por  Cristo al estar sentado en el cielo a la mano derecha del Padre. Otros progresivos sostienen que la toma del trono de David por Cristo está reservada exclusivamente reservado para el Milenio, (como afirman los dispensacionalistas tradicionales).La urgencia de solucionar este problema no debe desestimarse. El problema mismo no es central al completo sistema teológico de los D.P. Hay espacio para la discordancia en este punto dentro del campo del DP sin hacer daño al sistema entero. Sin embargo, el concepto del cumplimiento parcial sostenido por Blaising y Bock se ha vuelto el «muchacho de la paliza” para dispensacionalistas tradicionales que buscan pintar el dispensacionalismo progresivo como poco ortodoxo, e inclinado hacia el amilenialismo. El dispensacionalismo progresivo es sólidamente premilenario. Pero la similitud percibida de un pacto Davídico parcialmente cumplido con el punto de vista del amilenialismo (que ve el Pacto Davídico como cumplido completamente con el presente reinado de Cristo en el cielo) se presta a cargos emocionales que están realmente arraigados en el miedo. Sí, aquellos que atacan el dispensacionalismo progresivo tienen miedo que el apoyo para el rapto del pre-tribulacional esté siendo seriamente corregida por el dispensacionalismo progresivo. ¡Este miedo puede estar bien fundado! Pero la campaña de calumnia  reaccionaria, que pinta a los dispensacionalistas progresivos como que conducen al amilenialismo, es completamente falso. El dispensacionalismo progresivo es totalmente incompatible con el amilenialismo. Los Progresistas se consagran firmemente a un método de interpretación gramatical-histórico (literal) que hace del punto de vista amilenislista completamente inaceptable.  

 

El propósito de este artículo es mostrar que Jesús no se sienta todavía en el trono Davídico. Esto está reservado para el Milenio.  

 

Isa 9:6-7 

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.  Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto

 

Luc. 1:31-33 

 

“Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”

 

El Pacto que Dios hizo con el Rey David de que de la simiente de David un Rey virtuoso se sentaría en el Trono de Israel, y reinaría para siempre sobre Israel, fue aplicado específicamente a Jesús por Gabriel. ¿La pregunta es, Cuándo? En el primer sermón de Pedro en Hechos 2, él interpretó el Pacto Davídico de una manera que lleva algunos a concluir  que está cumplido ahora, con Cristo sentado en el cielo a la diestra del Padre.  

 

Sin embargo, eso no es exactamente lo que Pedro dijo. Cuando nosotros examinamos este pasaje en su escena histórica, aparece algo completamente diferente. La meta de Pedro en este sermón NO era mostrar que las profecías del Antiguo Testamento del Mesías reinando en el trono de David estaban presentemente cumplidas. Tal idea correría en contra de las esperanzas Milenarias de los judíos a quienes él estaba predicando, y activaría una reacción negativa inmediata. Ellos incluso no creyeron a estas alturas que Jesús fuera más que un criminal ejecutado. Implicar ahora que Él ya estaba reinando de alguna manera mística en el cielo, mientras los judíos esperaron completamente un reino terrenal, se saludaría ciertamente con un desdén.  

 

Más bien, Pedro tuvo la intención de establecer la identidad de Jesús como «el Cristo» (el Mesías – el Rey de Israel) profetizado en el Antiguo Testamento que reinará físicamente sobre Israel como el «Rey de los judíos.» Él estaba predicando a una muchedumbre de judíos de la Diáspora que había venido a Jerusalén para rendir culto en los días de fiesta. La mayoría de ellos no eran residentes de Jerusalén o de Israel. Ellos habían viajado a Jerusalén de tierras extranjeras donde ellos vivieron para asistir a Pascua siete semanas más temprano, y se habían quedado hasta el Pentecostés, o se habían vuelto. Ellos habían oído hablar de toda la conmoción que rodea el arresto, juicio y crucifixión de Jesús. Algunos de ellos incluso pueden haberse unido con las muchedumbres que habían gritado «fuera con él, entreganos a Barrabas.» No obstante, ellos no necesariamente estuvieron presentes en Sus tres años de enseñanzas o fueron testigos presenciales de Sus milagros, aunque ellos sin duda oyeron los rumores de las curaciones milagrosas. Ellos también habían oído al parecer los rumores de Su resurrección que el liderazgo de Templo estaba intentando suprimir.  

 

Pedro comenzó su sermón apelando a Joel 2, la profecía del derramamiento del Espíritu Santo en Israel. Él afirmó que el milagro de hablar en lenguas extranjeras que ellos habían justamente sido testigos, era el cumplimiento de esta profecía. Esto sin duda captó inmediatamente su atención, porque mostró que esa profecía largamente esperada  estaba siendo cumplida -Dios estaba visitando a Su pueblo antiguo. Luego Pedro conectó el cumplimiento de esta profecía con la muerte y resurrección de Jesucristo. Por esto se muestra que Jesús era de hecho el Mesías prometido, quien los Judíos esperaron que acompañaría el cumplimiento de Joel.  

 

Hechos 2:22-24 

Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis;  a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.”

 

Agótese lanzado en una serie de Davidic las profecías reales de los Salmos demostrar a ese Jesús entonces era el asunto de su cumplimiento, no el propio David.  

 

Actos 2:25-36 

25 para David el speaketh acerca de él, yo siempre previ al Señor antes de mi cara, porque él está en mi mano derecha que yo no debo moverme: 

26 hicieron mi corazón por consiguiente regocije, y mi lengua se alegraba; es más también mis carnes descansarán en la esperanza: 

27 porque usted se marchita no deje mi alma en el infierno, ni no se marchite usted sufre el thine Santo para ver la corrupción. 

28 usted los hast hicieron conocido a mí los estilos de vida; usted los shalt me hacen abatanar de alegría con el semblante del thy. 

29 hombres y hermanos, me permitió libremente hablar hacia usted del patriarca David, que él es el muerto y enterró, y su sepulcro está con nosotros hacia este día. 

30 que son por consiguiente un profeta, y sabiendo que Dios había jurado con un juramento lo, el de la fruta de sus lomos, según la carne, él levantaría a Cristo sentarse en su trono; 

31 él que ve esto antes del spake de la resurrección de Cristo que su alma no se salió en el infierno, ni sus carnes no vieron la corrupción. 

32 este Jesús hath a que Dios levantó, de que todos nosotros es da testimonio de. 

33 estando por consiguiente por la mano derecha de Dios exaltaron, y habiendo recibido del Padre la promesa del Fantasma Santo, él los hath vertieron esto adelante, qué vos veo ahora y oigo.  No se ascienden

34 para David en los cielos: pero él el saith él, El SEÑOR dijo hacia mi Señor, Siénteselo en mi mano derecha,

35 Hasta que yo haga el thy enemigos thy escabel. 

36 permitieron toda la casa de Israel por consiguiente saber ciertamente, ese Dios que los hath hicieron a ese mismo Jesús quien vos he crucificado, Señor y Cristo. 

(KJV)  

 

Aviso que Peter no dijo que Jesús presentemente ocupado el trono de David. «sabiendo que Dios había jurado con un juramento lo, el de la fruta de sus lomos, según la carne, él levantaría a Cristo sentarse en su trono.» Él mostró ese David no estaba hablando de él, pero alguien de «la fruta de sus lomos.» Entonces él aplicó este principio a otro Salmo, «Él que ve esto antes del spake de la resurrección de Cristo que su alma no se salió en el infierno, ni sus carnes no vieron la corrupción. Este Jesús hath a que Dios levantó, de que todos nosotros es da testimonio de.» En otros términos, la profecía de su alma a no saliéndose en el infierno, o viendo la corrupción no estaba refiriéndose a David, pero al profetizado quién se sentaría en el trono de David. Agótese dicho entonces que Jesús se sentó presentemente a la mano derecha de Dios después de que levantándose del muerto. Él citó otro Salmo para demostrar ese cosas así se profetizó de PRIOR del Mesías a Su reinar en el trono de David. «Para David no se asciende en los cielos: pero él el saith él, El SEÑOR dijo hacia mi Señor, se lo Sienta en mi mano derecha, Hasta que yo haga el thy enemigos thy escabel.» Note que sentándose en la mano derecha del Padre está con el propósito de ESPERAR hasta que Sus enemigos sean hecho su escabel. Para abreviar, Peter estaba diciendo que Jesús está cumpliendo la profecía presentemente mientras esperando Su posición de Rey de Israel en el trono de David. Que esto es lo que Peter quiso decir, está claro de su segundo sermón.  

 

Actos 3:19-21 

19 se arrepienten vos por consiguiente, y se convierta, que sus pecados pueden cubrirse, cuando las veces de refrescarse vendrán de la presencia del Señor; 

20 y él enviarán a Jesús Christ que antes de se predicó hacia usted: 

21 quien el cielo debe recibir HASTA las veces de restitución de todas las cosas que Dios hath hablado por la boca de todos sus profetas santos desde que el mundo empezó. 

(KJV)  

 

Claramente, Peter estaba poniendo el lugar del presente de Cristo al lado del Padre como un período de ESPERAR por el tiempo cuando se cumplirán las profecías del Reino terrenal. Otros pasajes apoyan este período» de espera el concepto.  

 

Heb 10:12-13 

12 pero Él, mientras habiendo ofrecido un sacrificio para los pecados durante todo el tiempo, se sentado a la mano derecha de Dios, 

13 que esperan adelante de ese tiempo hasta que Sus enemigos se hagan un escabel para Sus pies. 

(NASB)  

 

Los pasajes del Testamento viejos y Nuevos conectan la asunción del Trono de David claramente con la restauración llena de Israel a su tierra.  

 

Jer 23:5-8 

5 miran, los días vienen, saith el SEÑOR que yo criaré hacia David una Rama virtuosa, y un Rey reinará y prosperará, y ejecutará juicio y justicia en la tierra. 

6 en sus días que Judah se ahorrará, e Israel morará seguramente: y éste es con que su nombre que él se llamará, EL SEÑOR NUESTRA RECTITUD. 

7 por consiguiente, mire, los días vienen, saith el SEÑOR, que ellos deben ningún más diga, El SEÑOR liveth que sacó a los niños de Israel de la tierra de Egipto; 

8 pero, El SEÑOR liveth que planteó y qué llevó la semilla de la casa de Israel fuera del país norte, y adonde de todos los países yo los había manejado; y ellos morarán en su propia tierra. 

(KJV)  

 

Matt 19:28 

28 y Jesús dijeron hacia ellos, Mismamente yo digo hacia usted, Que vos qué me ha seguido, en la regeneración cuando el Hijo de hombre se sentará en el trono de su gloria, vos también me sentaré en doce tronos, mientras juzgando las doce tribus de Israel. 

(KJV)  

 

Matt 25:31 

31 cuando el Hijo de hombre entrará en su gloria, y todos los ángeles santos con él, entonces deba él se sienta en el trono de su gloria: 

(KJV)  

 

La palabra «Cristo» (Heb. – el Mesías) los medios «ungieron uno», y se usa para

describir los unos «ungidos» como los Reyes de Israel en otra parte. Todavía, siendo el» «ungido no garantiza asumiendo inmediatamente necesariamente la posición y deberes de REY. David se ungió rey de Israel por Samuel. ¡Había todavía, un tiempo largo de Saúl está siguiendo a David, y David está teniendo que ESPERAR hasta que su trono fuera establecido, por el levantamiento de Saúl! Yo creo que la situación es el mismo con Jesús. Él se ungió Mesías y Rey a Su primera venida, todavía Él debe ESPERAR hasta que Sus enemigos sean hecho Su escabel antes de asumir Su papel como el «Rey de Israel.» Esta espera está cumplida en la mano derecha Padre. Hay una cosa que impide a Jesús ejercer Su lugar totalmente como el Rey de Israel, y ése es el arrepentimiento de Israel y la salvación nacional.  

 

El domingo de la Palma, muchos de los judíos estaban deseosos aceptar a Jesús como su Rey. Pero, la nación lo rechazó en conjunto como el Rey de Israel. Los últimos días de Jesús la vida habla un gran trato a la pregunta de Su ser el Rey de Israel prometió sentarse en el trono de David.  

 

Matt 21:9 

9 y las multitudes antes de que fueron, y eso siguió, lloró, mientras diciendo, el Hosanna al Hijo de David,: Bendecido es él que el cometh en el nombre del Señor; El hosanna en el más alto. 

(KJV)  

 

Matt 21:15 

15 y cuando los sacerdotes principales y escribas vieron las cosas maravillosas que él hizo, y los niños que lloran en el templo, y diciendo, el Hosanna al Hijo de David,; ellos eran penosos disgustado, 

(KJV)  

 

Matt 22:41-46 

41 mientras los Fariseos fueron reunidos, Jesús les preguntó, 

¿42 refrán, lo que piensa vos de Cristo? ¿de quien el hijo él es? Ellos dicen hacia él, El Hijo de David. 

43 él el saith hacia ellos, Qué entonces el doth David en el espíritu lo llama Señor, mientras diciendo, 

¿44 que el SEÑOR dijo hacia mi Señor, Siénteselo en mi mano derecha, cultive yo hago el thine enemigos thy escabel? 

¿45 si David lo llama Señor entonces, cómo él es su hijo? 

46 y ningún hombre pudieron contestarle una palabra, ningún durst cualquier hombre de ese día le hace adelante más preguntas. 

(KJV)  

 

Jesús dio su denuncia acerba de la dirección de Israel entonces. Él siguió esto con este

lamento.  

 

Matt 23:36-39 

36 mismamente yo digo hacia usted, Todas estas cosas descubrirán esta generación. 

¡37 O Jerusalén, Jerusalén, usted que el killest los profetas, y stonest ellos qué se envía hacia usted, qué a menudo habría yo he reunido a los niños del thy, así como un gathereth de la gallina sus pollos bajo sus alas, y vos no habría! 

38 miran, su casa se sale hacia usted desole. 

39 porque yo digo hacia usted, Vos no me veré de aquí en adelante, cultive vos diré, Bendito es él que el cometh en el nombre del Señor. 

(KJV)  

 

Jesús implicó que Su toma Su asiento como el Rey de Israel como el «Hijo de David» era estado posponiendo HASTA QUE Israel se arrepienta nacionalmente. ¡Paul dice que esto ocurrirá cuando la «llenura del gentiles» entra [Rom. 11]. Esto de ninguna manera disminuye Su siendo el Rey! Simplemente es que Israel no beneficiará de Su ser su Rey HASTA QUE ellos se arrepientan. Una vez el arrepentimiento nacional tiene lugar, Jesús tomará Su asiento en el trono» «glorioso [Matt. 19:28, Matt. 25:31].   

Jesús es el Rey, y Su reino está presente en el remanente de creyentes. Pero, los Davidic pactan específicamente habla de un trono político de Mesías. Jesús es el rey justo, así como David era el Rey justo después de que Samuel lo ungió. Sin embargo, él tenía que esperar el levantamiento de Saúl. Igualmente, Jesús está ESPERANDO ahora en el cielo por Sus enemigos a ser hechos Su escabel. Miremos la cuenta de John del ensayo de Jesús ante Pilate.  

 

John 18:36-37 

36 Jesús contestó, «Mi reino no es de este mundo. Si Mi reino fuera de este mundo, Mis sirvientes lucharían, para que yo no deba entregarme a los judíos; pero AHORA Mi reino no es de aquí.» 

37 Pilate le dijo por consiguiente, Usted «Es entonces un rey? » Jesús contestó, «Usted dice debidamente que yo soy un rey. Para esta causa yo nací, y para esta causa yo he entrado en el mundo, que yo debo llevar al testigo a la verdad. Todos que somos de la verdad oímos Mi voz.» 

(NKJV)  

 

La palabra ‘ahora’ implica en la actualidad el reino de ese Jesús no es «de este mundo», pero estará en el futuro. Esto es claramente lo que los discípulos esperaron cuando ellos le preguntaron a Jesús sobre cuando Él podría restaurar el Reino a Israel.»  

 

Actos 1:6-8 

6 por consiguiente, cuándo ellos habían venido juntos, ellos le preguntaron, mientras diciendo, «Señor, Usted en este momento restaurará el reino a Israel? « 

7 y Él les dijeron, «no es para usted saber tiempos o estaciones que el Padre ha puesto en Su propia autoridad. 

8 «pero usted recibirán el poder cuando el Espíritu santo lo ha descubierto; y usted será da testimonio de a mí en Jerusalén, y en toda la Judea y Samaria, y al fin de la tierra.» 

(NKJV)  

 

La implicación aquí es que que la restauración del trono de Israel estará DESPUÉS DE el evangelio se toma a las naciones.  

 

Jesús se sienta ahora con Su Padre en SU trono. Él no se sienta en SU trono. En Su venida Él se sentará en SU PROPIO trono, el lugar de Rey de Israel bajo el Convenio de Davidic.  

 

Rev 3:21 

21 a él que los overcometh quieren que yo concedo para sentarse conmigo en mi trono, así como yo también superé, y es fijo abajo con mi Padre en su trono. 

(KJV)  

 

Hay claramente una distinción hizo aquí entre el presente ‘el trono’ Jesús ocupa y el futuro ‘el trono.’ Se dice que uno es Su trono Padre, y el otro se dice que es el trono de Jesús.  

 

Está entonces claro el lugar del presente de ese Jesús en el lado Padre es un lugar de ESPERAR. Y según Revelación 3:21, Jesús no considera a ser sentado al lado Padre como ocupar «SU TRONO.» Igualmente, varios pasajes dicen que Él se sentará en SU propio trono a Su segunda venida, [Matt. 19:28 & Matt. 25:31].  

 

El término el «trono de David» es un sinónimo para el «Rey de Israel.» Se dijeron otros reyes de Israel para ser sentado en el trono» de «David, [yo Reyes 2:12,24, Jer. 22:2,4, Jer. 36:30].  

 

Basado en esto, parece que sentándose fuertemente en el trono» de David implica gobernando encima de Israel en un sentido político. De hecho, esto es exactamente lo que Gabriel prometió a Mary – «él gobernará para siempre encima de la casa de Israel, y de Su reino no habrá ningún fin.»  

 

Hasta que Jesús los ingresos, y realmente tiene lugar como el «Rey de Israel», Él no puede ser considerado sentado en el trono de David en el cumplimiento del Convenio de Davidic. Concedido, se establece bien en la Escritura que Jesús es ese Rey. E incluso que Él gobierna presentemente en los corazones del remanente fiel. Pero, Su reino se limita ahora a los corazones de los reembolsamos. Como todavía él un Reino político no es, mientras gobernando la tierra con Israel como la cabeza de las naciones.  

 

Rev 12:5 

5 y ella trajeron a un niño del hombre que era gobernar todas las naciones con una vara de hierro adelante: y su niño se alcanzó hacia Dios, y a su trono. 

(KJV)  

 

Hay claramente una distinción hizo aquí ahora entre el lugar de Jesús en el cielo, y Su lugar futuro como gobernar las naciones con una vara de hierro. Su decisión de esta manera empieza cuando Él vuelve como el «Rey de reyes y Señor de señores.»  

 

Rev 19:11-16 

11 y yo vimos cielo abierto, y mira un caballo blanco; y él eso se sentado en él se llamó Fiel y Arregla, y en la rectitud él los doth juzgan y hacen la guerra. 

12 que sus ojos eran como una llama de fuego, y en su cabeza muchas coronas estaban; y él tenía un nombre escrito, que ningún hombre supo, pero él. 

13 y él se vistieron con una vestidura se zambullida en sangre: y su nombre se llama La Palabra de Dios. 

14 y los ejércitos que estaban en el cielo lo siguieron en los caballos blancos, vestidos en el lino fino, blanco y limpio. 

15 y fuera de su goeth de la boca una espada afilada que con él él debe golpear con violencia las naciones: y él los gobernará con una vara de hierro: y él el treadeth el winepress de la fiereza e ira de Omnipotente Dios. 

16 y él el hath en su vestidura y en su muslo un nombre escrito, el REY DE REYES, Y SEÑOR DE SEÑORES. 

(KJV)  

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